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TEÓRICO
CLASE
Vemos en esta clase como la tecnología modifica nociones que creíamos objetivas, que
son subjetivas y acorde al contexto histórico, tecnológico, etc.
Las construcciones sociales que crea la sociedad, luego la condicionan. Por ej, la
sociedad produce tecnologías, y estas condicionan nuestras vidas.
Con las evoluciones tecnológicas las concepciones de T/E cambian.
1) Antigüedad – 1er entorno: El espacio/tiempo estaba unido, asociado a la naturaleza
y la biología, a lo tangible, visible. Esto condicionaba a los hombres.
Ej.: se trabajaba desde que salía el sol hasta que se ponía.
El primer entorno era el cruce de determinadas coordenadas de espacio tiempo
(determinado lugar y momento), lo que condiciona la vida de la sociedad.
El tiempo es circular, ciclos, como la naturaleza, sale y se esconde el sol.
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También surge el pensamiento abstracto, conceptual, desligado de lo tangible,
empírico.
* Para Baumann: se desvinculan tiempo y distancia como ejes separados. Esto fue
dado por las tecnologías que permitieron desplazarnos más rápido, es decir, cubrir más
espacio en menos tiempo. (Tren, Barco, etc.)
Ya no es “dos días a pie” sino determinado tiempo para hacer determinada distancia,
dependiendo la tecnología usada. La distancia y el tiempo dejan de ser invariables.
Baumann llama a este momento la “Modernidad Sólida”, aquí el tiempo no se mueve
de forma circular, sino en línea, hacia el progreso.
“Aceleración de los tiempos y magnificación de los espacios”, esto va de la mano con el
proceso colonizador.
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3er entorno: entorno no tangible, aquí el poder no es físico en la red, ni político (no
pueden controlar la red aunque lo intentan), tampoco religioso. Si perdura el poder
económico. “Los señores del aire”, grandes empresas multinacionales relacionadas a la
tecnología, que con su diseño, las tecnologías, nos condicionan.
Habla de 7 tecnologías Echeverría.
TEXTO ECHEVERRÍA
Cuando digo 'tecnologías', me estoy refiriendo, simple y llanamente, al teléfono, a la
televisión, a las tarjetas de crédito, a las redes telemáticas como Internet, a las
tecnologías multimedia como los cederrón, los DVD, es decir, los discos de archivo
digitales y electrónicos, o las enciclopedias multimedia, a los videojuegos y a la
realidad virtual.
Estas siete tecnologías, más todas las que a ellas se adhieren, conforman un nuevo
espacio social: el espacio electrónico o telemático, aunque yo prefiero llamarlo 'Tercer
Entorno. En este nuevo espacio tecnológico es donde se puede desarrollarla sociedad
de la información.
Esta idea, soc. de la info., ha tenido muy buena recepción tanto en el Viejo Continente
como en el resto del mundo, porque refleja, ni más ni menos, que las nuevas
tecnologías influyen en la creación de una nueva sociedad, distinta de la industrial.
Todos sabemos que una sociedad requiere un espacio y un tiempo para surgir, para
crearse, para desarrollarse, para evolucionar, para cambiar; por una parte, no hay
sociedad que no se instale en un territorio determinado, en una ciudad, pongamos por
caso, y, por otra, ésta siempre genera su propio tiempo. De hecho, las distintas
sociedades humanas habidas a lo largo de la Historia han creado conceptos muy
distintos del tiempo; no es lo mismo el tiempo de la sociedad industrial, ligado al reloj,
al horario, a las ocho horas de trabajo esto, en las fases más avanzadas, a los fines de
semana o vacaciones en general, que el de la sociedad rural.
En la sociedad rural, el tiempo está vinculado a los ritmos naturales, a las estaciones, a
las épocas en que hay que cosechar, en que hay que sembrar, a las épocas en las que
hay que dejar la tierra en barbecho, a las épocas en las que hay que llevar las ovejas a
pastar al monte, etc. Las sociedades campesinas han generado, por tanto, su propio
espacio, bien en el campo, bien junto a los ríos, enfrente de los mares o en lo alto de
las colinas para protegerse.
Explicación del tercer entorno: Creo que la gran transformación social que se ha
generado a finales del siglo XX y que continuará a lo largo del XXI por efecto de estas
tecnologías de la información en las comunicaciones es consecuencia, ni más ni menos,
de la necesidad de creación de este Tercer Entorno, de un tercer espacio social
contrapuesto a los dos primeros.
Todos los artefactos como tarjetas de credito, viodeojuegos, realidad virtual, etc., son
los que nos conectan al nuevo espacio social; pero lo realmente importante es que
éste se superpone a los otros dos.
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Si la ciudad, este edificio, por ejemplo, se superpone, en el sentido literal de la palabra,
al solar, al suelo, a la tierra; si se construye sobre la fisis o bien sobre el agua, sobre los
lagos aunque son casos muy excepcionales, lo sé, ocurre exactamente igual con el
Tercer Entorno, que se superpone también a naturaleza y ciudad.
Cuando viajen ustedes en tren, avión o automóvil comprobarán que cada vez hay más
antenas de transmisión por las cumbres de los montes. En muchos casos, son de
teléfonos móviles, para que tengan cobertura en determinadas zonas, o bien de
repetidores de televisión; es decir, este Entorno no sólo se superpone a nuestras casas,
en el caso de la antena parabólica o el módem que conecta el ordenador a las redes
telemáticas, o a nosotros mismos, como ocurre con la tarjeta de crédito, sino que
también se va superponiendo a los montes, a los campos, etc. Entonces, el avance es
progresivo. Se está construyendo esto que Al Gore llamaba 'las autopistas de la
información'. Se están cableando las ciudades; la infraestructura que conduce la
información va llegando a nuestras oficinas, a nuestros despachos e incluso a nuestros
hogares, como ya he mencionado. Éste es, precisamente, el desarrollo del espacio
informacional, de este tercer entorno que se superpone como digo a los otros dos.
Este Tercer Entorno no destruye a los otros dos; el campo va a seguir existiendo y la
ciudad también. No obstante, en particular a través de las redes telemáticas, las
actividades sociales se desarrollan cada vez más por medio de estas nuevas
tecnologías. Es evidente que cada vez se hace más comercio electrónico; nuestras
nóminas o nuestras pensiones, por ejemplo, las recibimos a través de cuentas
bancarias de dinero electrónico. Y que si antes había un solo aparato de televisor,
ahora, en muchas casas, hay varios. Y que la conexión a Internet es cada vez más
habitual.
Por eso, mi propuesta es observarlas como generadoras de un espacio social tan
importante o más que el campo o la ciudad, no contemplarlas como simples
instrumentos de juego o como instrumentos para obtener dinero, información, etc.
Porque no sólo estamos ante nuevos medios que nos permiten lograr diversos fines,
sino también ante un nuevo ámbito que define nuestra sociedad.
En primer lugar, la guerra. Se le llama 'infoguerra', o 'ciberguerra', y lo ocurrido en
Kosovo es un gran ejemplo de esto. O sea, que la actividad militar ha sido la primera en
adaptarse a este Entorno, y funciona perfectamente bien. No es que dependa de
Internet, entiéndanme, sino de otro tipo de redes telemáticas estrictamente militares.
En segundo lugar, se pueden transferir capitales, mover dinero, invertir, comprar o
vender acciones en Bolsa, etc., por lo que las finanzas, los bancos que mueven su
dinero a través de redes telemáticas.
En tercer lugar, la ciencia ha sido la siguiente en adaptarse. La investigación científica
funciona en el Tercer Entorno, estrictamente hablando, desde hace ya 15 ó 20 años.
Hoy en día los científicos se comunican entre sí, intercambian imágenes, hipótesis, y
hacen experimentos a través de redes telemáticas.
Pero la auténtica gran novedad tiene lugar a partir de los años 1995 y 1996. Muchos
pensaron que era una moda pasajera; sin embargo, va camino de superarnos, de influir
cada vez más en nuestras vidas, y sobre todo en la de nuestros hijos. Este invento es, ni
más ni menos, la World Wide Web, la célebre triple 'w' causante de lo que muchos
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consideran que es Internet. Y entonces es cuando la actividad económica se incorpora
a este ámbito de la tecnología; muchas empresas, muchos comerciantes, comienzan a
crear sus propias páginas web para captar clientes, para anunciar productos, para
comprar, vender, etc.
Por tanto, una sociedad puede tener tanto una plasmación urbana como rural o
electrónica. Si en este último espacio se puede hacer la guerra, comerciar, comprar o
vender, ahorrar, invertir, educar, hacer aulas virtuales en la universidad, investigar,
divertirse o desarrollar actividades religiosas, por ejemplo, entonces, es posible que las
grandes actividades sociales se hagan también e esta sociedad de la información, en
este Tercer Entorno.
Aclarado esto, bien es cierto que, por otra parte, se plantean grandes problemas
¿Cuáles son? Pues, en primera instancia, el problema del poder.
3er entorno: lo que prima claramente es el poder económico, lo que yo llamo 'los
señores del aire'. Quiero decir con ello que, así como estas nuevas tecnologías generan
un nuevo espacio y tiempo sociales en el último de los cuales se crea, se construye y se
desarrolla la sociedad de la información, si nos preguntamos por quién manda en el
Tercer Entorno, por cuál es el poder en la sociedad de la información, la respuesta no
es el Estado, ni la religión, ni el poder militar ó éste existe; está en una zona de las
redes telemáticas, pero no interfiere sobre el resto de dichas redes: puede intervenir la
CIA, o el FBI, para controlar la delincuencia, pero no hay operaciones militares.
Los señores del aire, es decir, estos grandes empresarios de las siete tecnologías que
mencioné anteriormente: telefonía, televisión, bancos electrónicos, redes telemáticas,
tecnologías multimedia, videojuegos y realidad virtual. Ellos son los que están
compitiendo, luchando, por el poder en el Tercer Entorno.
TERCER ENTORNO - CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES PARA ECHEVERRÍA:
En el campo o en la ciudad los seres humanos nos interrelacionamos a corta distancia.
Nos movemos por criterios de vecindad; lo importante es lo próximo. Tanto en la
sociedad agraria como en la sociedad industrial, que son los dos grandes cánones del
Tercer Entorno, lo importante es vivir cerca del lugar donde uno trabaja, o donde hace
la compra, etc.; es decir, la corta distancia ha sido determinante en ambas.
1) La gran novedad que aporta el Tercer Entorno es que la distancia pasa a ser
irrelevante. A través del teléfono nos podemos comunicar con alguien que hubiera
estado en Sidney, por ejemplo, viendo los Juegos Olímpicos. A través de la televisión
vemos lo que sucede en Guatemala, en el Salvador o en cualquier otro lugar del
mundo. A través del dinero electrónico, andemos por donde andemos de viaje,
accedemos a nuestro dinero; no sabemos dónde está nuestro dinero digital y
electrónico, lo importante es que podemos acceder a él siempre que estemos
conectados a la red de dinero electrónico. A través de Internet podemos relacionarnos
con personas que no hemos visto ni veremos jamás. Y así con todas y cada una de las
tecnologías que definen este nuevo espacio, lo que permite hablar de 'telemedicina',
de 'teleducación', de 'teleguerra', de 'telenegocios' o 'infonegocios', y que los seres
humanos veamos, oigamos y podamos hacer cosas y relacionarnos a distancia, cosa
que no había sucedido nunca a lo largo de la Historia.
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2) La segunda propiedad diferenciadora es lo que yo llamo 'la topología'. En el primer
entorno, para arar un campo, ordeñar una vaca, picar en una mina o pescar hay que
estar en un determinado recinto: la huerta, el estable, el barco si son pescadores, etc.
En el segundo ocurre exactamente lo mismo: para dormir tenemos que estar en
nuestra habitación, para trabajar hay que ir a la oficina, etc. Sin embargo, en el Tercer
Entorno nos podemos relacionar a través de redes telemáticas, ya no hace falta
confluir físicamente en un mismo recinto.
3) La tercera gran propiedad diferencial entre el tercer entorno y los otros dos es que
el primero y el segundo son entornos físicos, materiales. El Tercer Entorno, en cambio,
es un espacio informacional, virtual. Aquí, para hacer cosas no hay que trasladar
objetos físicos: carteras, maletas, arados, camiones, automóviles..., ni tan siquiera
nuestro cuerpo; lo único que se traslada a través de las redes telemáticas son los bits,
los flujos electrónicos. De ahí la importancia de dicho término; he empezado hablando
de 'autopistas de la información', de 'sociedad de la infomación', y ahora
comprobamos, efectivamente, que estamos ante un espacio informacional.
4) Y derivada de esta última surge la cuarta propiedad: la electrónica. El 2do entorno
es mecánico, en el tercero los flujos informacionales son posibles porque los
electrones los transportan.
5) Hay una quinta propiedad: la representacional, cuerpo frente a representación. En
el primer y segundo entornos tenemos que estar presentes corporalmente para hacer
cosas: trabajar, comprar, vender, entretenerse, dar una conferencia, dialogar, etc. En
el Tercer Entorno, sin embargo, basta con estar representados electrónicamente; por
lo tanto, funciona mediante representaciones, y no mediante cuerpos.
6) La sexta y última propiedad es el tiempo. En el primer y segundo entornos es
condición sine qua non la simultaneidad, la sincronía, mientras que el tercero es
multicrónico; es decir, que para hacer cosas en éste no hace falta simultaneidad. la
noción del tiempo creada en la sociedad industrial desaparece; no incluye jornada de
trabajo alguna, ni mucho menos, claro está, días laborales y festivos: uno trabajará
media horita por aquí, tres horitas por allá..., igual estando de vacaciones también
trabaja un rato.
Vale agregar que si quiero acceder a dicho espacio tengo que hacerlo a través del
teléfono móvil, o a través de la pantalla de televisión, o a través de la tarjeta de
crédito, o a través del ordenador conectado a Internet; si no, no hay tal acceso. Por
tanto, hay que saber manejar las interfaces propias de este espacio.
El dilema, el tema ya no es industrializarse o no, sino informatizarse, pasar o no al
Tercer Entorno, opción que va a marcar el futuro de las sociedades en el siglo XXI.
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TEXTO SCOLARI
8.1. Las nuevas subjetividades espaciotemporales
Ahora dejaremos caer algunas reflexiones sobre cómo esas hipermediaciones nos
producen. “Primero modelamos nuestros instrumentos, después ellos nos modelan a
nosotros” McLuhan. Cada época genera sus tecnologías, que a su vez contribuyen a
definir ese momento histórico. Las tecnologías no sólo transforman al mundo sino que
también influyen en la percepción que los sujetos tienen de ese mundo.
Si el siglo XVIII latió al ritmo del reloj y el siglo XIX marchó al calor de la máquina de va-
por, el siglo XXI navega en el mar digital. Y si los científicos del siglo del reloj
imaginaron al universo como un perfecto mecanismo sincronizado, los investigadores
e intelectuales más avanzados de la sociedad digital no se cansan de envolvernos en
redes cargadas de una caótica complejidad.
1) Durante la Antigüedad el tiempo estaba integrado en la naturaleza y aparecía como
una parte tangible de la realidad, lejana de cualquier tipo de formulación abstracta. El
tiempo, por entonces, era un fenómeno biológico vinculado al ciclo de los eventos
naturales: la salida y puesta del sol, la llegada del verano, el día más corto del año, la
sucesión de estaciones, el nacimiento y la muerte. Esta concepción cíclica del tiempo
marcó las actividades de la humanidad durante siglos.
2) La invención del reloj mecánico en el siglo XVII abrió las puertas de una nueva
dimensión temporal: el tiempo abstracto y lineal de la Modernidad. Los sujetos
dejaron de seguir el ritmo de la naturaleza o el repicar de las campanas medievales
para organizar sus vidas a partir del tic tac mecánico de las máquinas. De esta manera
el tiempo pasó a ser un bien que podía ser consumido, fragmentado, comprado o
vendido.
Las tecnologías modifican la subjetividad relativa al tiempo y el espacio.
La percepción de la distancia cambió. Los medios de comunicación incrementaron esta
condensación espacial gracias a las transmisiones que atraviesan el planeta cabalgando
las ondas electromagnéticas.
Algo parecido sucede con el tiempo. Enviar una carta por correo en el siglo XIX
implicaba esperar su respuesta durante varias semanas o meses. Los habitantes del
siglo de las comunicaciones eléctricas se acostumbraron a recibir respuestas a sus
telegramas en pocas horas... hasta que se perfeccionó el teléfono. La radio y la
televisión acrecentaron esta condensación temporal por medio de las transmisiones en
directo.
Con las tecnologías digitales parecería que los viejos espacios se reducen y que las
agujas del reloj giraran más rápido. Estas mutaciones afectan a las oposiciones y
diferencias que fundan nuestro sistema de significación cultural.
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Los procesos de hipermediación nacen en el espacio virtual pero sus efectos van
mucho más allá. Se deja sentir en otros lugares, por ejemplo en los medios
tradicionales impresos o electrónicos, los cuales apuestan -dentro de sus limitaciones
tecnológicas- a simular las formas hipermediáticas.
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el empeño aplicado en respetar los tiempos previstos. El tiempo policrónico
(polychronic) se verifica cuando dos o más actividades se desarrollan dentro del mismo
bloque de tiempo. Si bien el capitalismo tradicional favorecía el trabajo monocrónico -
no podemos dejar de recordar las imágenes de Charles Chaplin en la cadena de
montaje de Tiempos modernos (1936)-, actualmente se considera que el output del
trabajo policrónico es muy superior al de las actividades monocrónicas. Las tecnologías
digitales potenciarían la realización simultánea de múltiples tareas (policronicidad),
instaurando de hecho un multitasking en las actividades humanas individuales o de
grupo.
A diferencia de un trabajador del siglo XIX, sumergido todo el día en la misma y
rutinaria tarea, la sociedad digital se caracteriza por construir una geografía del tiempo
muy variada. Cuanto más se vinculan las prácticas profesionales al entorno productivo
digitalizado, más se fragmentan y recombinan. La férrea disciplina temporal impuesta
a sus trabajadores por el capitalismo industrial sucumbe frente al desafío planteado
por el ciber- tiempo.
El tiempo de las hipermediaciones también es policrónico, reticular y discontinuo.
Como ya dijimos, la idea de una aldea global viendo a la misma hora el mismo
programa de televisión se vuelve cada vez más insostenible. Es probable que la frase
“no se pierda el próximo episodio, a la misma hora, en el mismo canal” no tenga
sentido para nuestros nietos.
FIJARME EN LA REVISIÓN LA ENUMERACIÓN DE LAS CARACTERÍSTICAS QUE DA
SCOLARI.
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A esta experiencia subjetiva de aceleración se le debe agregar una fragmentación
concreta de las comunicaciones. Ahora nos comunicamos más pero con mensajes más
breves.
Esta nueva dimensión temporal se complementa con una diferente vivencia espacial.
Los dispositivos móviles, al no depender de una conexión fija a la red, resignifican
conceptos como proximidad, presencia o movilidad.
Lugares consolidados en nuestras sociedades como el espacio público o el privado
también se reconfiguran.
El hecho de poder estar siempre disponibles, en cualquier momento y en cualquier
lugar, transforma la gestión de las actividades y la regulación del ciclo vital social.
Las nuevas lógicas de producción hipermediática son un buen ejemplo de esta
desterritorialización profesional. Por ejemplo, las más avanzadas agencias de noticias
basan su producción en periodistas polivalentes dispersos por el territorio,
profesionales capaces de crear informaciones escritas, fotográficas, radiofónicas o
televisivas y enviarlas a la sede central por medio de una conexión de banda ancha.
Así, las actividades laborales se basan más en el uso del tiempo que en el de un espacio
que tiende a resignificarse.
el teléfono móvil se está convirtiendo en una suerte de mando a distancia para lavida
cotidiana de las personas [...] Las tecnologías de las multitudes inteligentes parecen
modificar la percepción del espacio y el tiempo de algunos individuos, con efectos
visibles en los espacios públicos [...] donde cada vez hay una mayor población
físicamente copresente que se comunica con otras personas ausentes.
Esta aceleración de los ritmos de vida, caracterizada por el consumo fragmentado de
información a lo largo de la jornada, la multiplicidad de tareas realizadas al mismo
tiempo y la supresión de las pausas o intervalos, va en directa colisión con las
instituciones pre digitales.
No podemos negar que estamos en presencia de tecnologías cognitivas que nos
reconfiguran en tanto sujetos.
Estas transformaciones apenas se están haciendo perceptibles y todavía no se han
manifestado en su integridad. Como los síntomas que analiza el psicoanalista, que
nos llegan en forma de mínimas exteriorizaciones de la complejidad del inconsciente,
sólo estamos en condiciones de reconocer una pequeña parte de las mutaciones que
están remodelando nuestra subjetividad.
TEXTO BAUMAN
La modernidad como historia del tiempo
Lejos, mucho tiempo, cerca, poco tiempo, solían significar casi lo mismo, cuanto
esfuerzo implicaría para un ser humano recorrer esa distancia. El espacio era lo que
uno podía recorrer en un determinado tiempo. Mientras que tiempo era lo que se
necesitaba para recorrerlo.
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Pero aparecieron los vehículos capaces de desplazarse más rápido que las piernas de
humanos o patas de animales, y que podían volverse cada vez más veloces, de modo
que recorriendo distancias cada vez más largas podía insumir cada vez menos tiempo.
El tiempo necesario para viajar dejó de ser el rasgo característico de la distancia, y se
transformó en un atributo de la técnica de viajar. Por lo tanto, el tiempo se ha
convertido en un factor independiente, diferente, del espacio, porque, a diferencia del
espacio, podía ser alterado y manipulado.
La modernidad nació bajo las estrellas de la aceleración y la conquista de la tierra, la
emancipación del tiempo y el espacio, la subordinación a la inventiva y la capacidad
técnica humana.
La relación entre tiempo y espacio sería, a partir de entonces, mutable y dinámica, no
predeterminada e invariable. La expansión espacial, conquista del espacio, pasó a ser
la apuesta. El espacio era el valor, el tiempo la herramienta. Así, se centraron en idear
modos de realizar tareas con mayor rapidez, eliminando el tiempo “improductivo”.
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tiempo/distancia que separa el fin del principio se reduce o desaparece. Las dos ideas
que antes eran usadas para parcelar el transcurso y para calcular de ese modo el valor
de perdida del tiempo, han perdido gran parte de su significado. Solo hay momentos,
puntos sin dimensiones.
Como consecuencia la expresión “tiempo” parece cambiar nuevamente, aunque no
llegamos tampoco a un tiempo “cero”, una genuina instantaneidad. Tampoco el
espacio ha caído en una irrelevancia total, ni los humanos han logrado la ingravidez, ni
la infinita flexibilidad y volatilidad. Pero la situación descripta sin dudas modifica el
horizonte en la modernidad liviana.
Pero no ha cambiado todo, aún quienes tienen las manos libres
que las tienen atadas. Igualmente, el marco se ha llenado con un nuevo contenido,
más precisamente “la cercanía a las fuentes de incertidumbre” se ha reducido por la
instantaneidad. Las personas que se mueven y actúan más rápido son ahora personas
dominantes. El acceso diferencial a la instantaneidad es crucial para ello.
Otro gran cambio es que antes había que controlar el proceso de trabajo. Ahora hay un
fenómeno radicalmente opuesto, la “desencarnación” del trabajo humano, que es la
principal fuente de alimentación del capital contemporáneo. Ya no son necesarias las
enormes y torpes instalaciones del tipo panóptico. El trabajo ha salido de éste, pero
más importante aún, el capital se ha liberado de la terrible carga y los costos
exorbitantes que implicaba mantener la vigilancia. El capital se ha liberado, en
realidad, de la tarea que lo ataba y lo obligaba a enfrentarse directamente con los
agentes a los que explotaba para lograr reproducirse y extenderse.
Lo más grande ya no es lo más eficiente, en la época del software el capital es
extraterritorial, volátil e inconstante.
La vida instantánea
Habla de Sennett que estaba impresionado al entrevistar a Bill Gates, dice “parece
libre de la obsesión de aferrarse a las cosas. Sus productos aparecen furiosamente y
desaparecen con igual rapidez, mientras que Rockefeller deseaba poseer pozos
petroleros, edificios, maquinaria o ferrocarriles a largo plazo”. Gates declaró que
prefería “posicionarse dentro de una red de posibilidades en vez de paralizarse en un
trabajo en particular”.
El largo plazo al que aún nos referimos por costumbre, es un envase vacío que carece
de significado; si el infinito, como el tiempo, es instantáneo, tener más tiempo puede
agregar muy poco a lo que el momento ya nos ha ofrecido. No hay mucho que ganar
con las consideraciones a largo plazo. El corto plazo lo ha reemplazado, y ha convertido
la instantaneidad en ideal último.
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