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Los grandes

pedagogos
Estudios realizados bajo la dirección de
.JEAN ~DÁTEAU

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IV. JUAN AMÓS COMENIO
( 1592-1670)

El año de 1592 señala una fecha privilegiada en la historia de la


pedagogía. Mientras se extinguía Montaigne, a los cincuenta y nueve
años y medio de edad, en el castillo donde había nacido, venía al
mundo, en Niewniz, Moravia, Juan Am6s Komenski. Montaigne
había dado cien vueltas, sin conseguir, no obstante, una doctrina
sistemática ni un plan de organización escolar, a su ~dea pedag6gicJ
dominante: "La mayor dificultad y la imrc• tancia de la humana
ciencia parecen hallarse en ese sector que se refiere a la alimentación
y a la enseñanza de los niños."
Correspondía a Comenio medirse con esta gran dificultad y su-
perarla publicando, en 1657, tras haber editado muchas obras de
carácter monográfico acerca de la instrucción y la educación, la
Gran didáctica o Tratado del arte universal de enseñar todo a todos.
Desde luego, antes de la suya, otras tentativas habían procurado ciar
a las escuelas una doctrina pedagógica coherente o al menos esbo-
zar, de un modo original, un sistema educativo. Especialmente las
de Erasmo, Vives, Rabelais y Lutero no carecen de interés. Co-
menio, además, no pretende decirnos que su Gran didáctica haya
salido provista de todas sus armas de su mente, como Minerva de la

BmcRAFfA. Nacido, en 1592, de una familia perteneciente a la Unión de los Her-


manos Moravos, comunidad protestante que brotó en las cenizas de la hoguera de
Juan Hus, y huérfano de padre y madre a los doce años, Juan Amós Komenski in-
gresó en el gimnasio de Prerov a los dieciséis años de edad. Gracias a su vivísima
inteligencia y a su ardiente amor al estudio, recuperó en seguida su retraso. A los
diecinueve años se le admite en la Academia de Herborn, donde profesa Piscator,
y a los veinte presenta sus tesis de doctorado. En 1618 se le lleva al pastorado
de Fulnek, uno de los más importan tes de Moravia, y al rectorado de la escuela de
los Hermanos. Dos años después, el emperador Fernando invadió Bohemia. Al
ser tomada, saqueada e incendiada la ciudad de Fulnek, en 1621, Comenio fue
proscrito. Durante treinta años lleva una vida errante, en el curso de la cual va a
Polonia, H olanda, Ingl aterra, Suecia, Hungría y Alemania, con objeto de hallar
socorro para sus hermanos de destierro. Emplea los ocios que le deja esta exis-
tencia atormentada en escribir obras pedagógicas, filosóficas y teológicas. Cuando en
1648 el tratado de Vestfalia no le deja otra posibilidad que la de proseguir su vida
nómada, responde al llamamiento de Lorenzo de Geer, y se traslada a Amsterdam,
donde muere el día 15 de noviembre de 1670, tras haber publicado sus obras peda-
gógicas reunidas en un volumen, con el título de Opera didactica omnia. A la cabeza
del volumen Comenio puso la Didactica Magna, tot annorttm mt:ditata et scriotn
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cabeza de Júpiter. Él mismo nos confiesa que la idea de poner los maternal (Didactica Magna, cap. xxvm) , para la que Comenio com-
cimientos de una reforma pedagógica le fue inspirada por el descu- puso, con el título Informador de la escuela del regazo maternal, un
brimiento de la traducción al alemán de la Didáctica de Elías Bodin, opúsculo donde se exponían, una tras otra, todas las nociones que es
descubrimiento que acababa de hacer, en r627, en la biblioteca del necesario procurar al niño y se indicaban las ocasiones que es preciso
caballero Zilvar de Silberstein, durante su permanencia en los montes aprovechar, así como las reglas que deben observarse, en palabras y
de los Gigantes, en la frontera silesiana de Bohemia, en medio de actos, para enseñarle los primeros elementos.
sus Hermanos Moravos, que se obstinaban en adherirse al suelo En lo que se refiere a la escuela elemental, debe preparar al niño,
de la Patria martirizada por los soldados de Fernando II. Por otra de seis a doce años, ya a la vida práctica, ya a los estudios superiores.
parte, en su prefacio, menciona con gratitud las obras pedagóg~cas Comenio dice que deben asistir a ella no sólo los hijos de campesinos
de Ratich, Lubin, Helwig, Ritter, Bodin, Glaum, Vogel, Wolfsmn, o de obreros, sino también los hijos de los burgueses o los de los
Juan Cecilio Frey y, sobre todo, Juan Valentín de Andrea. No por nobles.
ello la Gran didáctica deja de ser el primer ensayo importante de Toda la juventud -escribe- debe ser confiada en un principio a la
sistematización de la pedagogía, partiendo de un principio funda- escuela nacional, aunque algunos, como Zopper y Absted, opinen lo con-
mental, que no es sino la fe ardiente y cándidamente optimista de trario y aconsejen que se envíen a ella únicamente chicos y chicas que
tendrán en seguida profesiones manuales. . . Pero a nosotros, nuestra
Comenio en la perfectibilidad del género humano y en el gran
doctrina pedagógica y nuestro método nos obligan a pensar de otro modo
poder de la educación sobre el hombre y la sociedad. Estando ya (Didactica Magna, cap. xx1x).
admitido el hecho de que la juventud es el único período en que
puede emprenderse la educación del hombre con las mayores posi- Tratándose de dar a todos los niños una instrucción general que
bilidades de éxito, es preciso, proclama Comenio, que haya una es- pueda formar todas las facultades del hombre, Comenio piensa que
cuela materna en todas partes, escuelas elementales en cada distrito, es necesario conducirlos juntos hasta donde sea posible, con objeto
pueblo o aldea, un gimnasio en cada ciudad, una Academia en cada de que se animen, se estimulen y se acrisolen mutuamente, formán-
Estado e incluso en cada provincia.1 Aunque todas estas escuelas dose así en todas las virtudes, entre ellas la modestia, la diligencia
sean diferentes -añade-, se aprenderá en ellas las cosas susceptibles servicial, la fraternidad y la solidaridad. Pero está persuadido, sobre
de hacer a los hombres verdaderos hombres, a los sabios verdaderos todas las cosas, de que pretender determinar demasiado pronto la
sabios, y esto según la edad y el grado de preparación anterior, que vocación de cada uno, ya hacia los trabajos científicos y literarios ya
tenderá siempre a elevarse. Si le es posible, el niño recorrerá suce- hacia los simplemente manuales, es un acto de precipitación, por-
sivamente los cuatro grados de la organización escolar. Pero, en el que antes de los trece o catorce años de edad no se manifiestan aún
pensamiento de Comenio, los estudios deben regularse en la escuela claramente ni las fuerzas de la inteligencia", ni las "inclinaciones
elemental de tal suerte que, al abandonarla, el alumno posea una del alma". "Unas y otras -añade- se revelan mucho m~s tarde."
educación general que le permita ir más lejos. Por otra parte,
Desde los primeros años de su vida el niño debe adquirir algunas los hijos de los ricos, de los nobles o de los que ejercen una magistratura
nocrones elementales de todas las ciencias que ha de estudiar más no son los únicos que han nacido para ocupar análogas situaciones y para
tarde .. Se atraerá su mirada sobre todos los objetos que lo rodean que solamente a ellos se les abran puertas de la escuela latina, recha.
zando a los otros como si de ellos no pudiera esperarse nada. El espíritu
y se ejercitará su naciente reflexión en trabajar sobre estas intui-
alienta donde quiere y cuando quiere (Didactica Magna, cap. XXIX). .
ciones. Ésta es la misión que atañe, hasta los seis años, a la escuela
Así, con un vigor hasta entonces desconocido y que produjo escán-
1 Didactica Magna, caps. vm y xxvu. Remitimos al lector a nuestra traducción dalo, amonesta a los que pretenden mantener a las mujeres alejadas
al francés publicada en 1952. Ya exisúan, y especialmente tras. el bicentenari~ de .la
muerte de Comenio, que se celebró en 1871, muchas traducciOnes de la D•dact•ca
de los estudios científicos y literarios. Las mujeres están dotadas de
Magna en las principales lenguas, salvo en francés. una inteligencia ágil y fina que las hace aptas para comprender la
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ciencia igual que los hombres y frecuentemente incluso mejor que los concéntrica. Comenio no quiere que haya más de cuatro horas de
hombres. Es preciso, pues, instruirlas en cuanto importa que sepan clase al día, dos por la mañana y dos por la tarde; las de la mañana
y no sólo para su propia felicidad, sino también para la de la dedicadas al cultivo de la inteligencia y la memoria, y las de la
familia y la nación. tarde a los ejercicios manuales y orales. El resto del tiempo debe
Si alguien viene a decirme: ¿adónde iremos a parar si hasta las mujeres reservarse a los recreos, ejercicios físicos, trabajos domésticos y a la
se dedican a lo sestudios? Yo contesto: si se les procura, con un buen preparación de las tareas.
método, esta instrucción y esta educación generales, obtendrán lo que Como la escuela elemental, la escuela latina o gimnasio (Didactica
necesitan para pensar y proceder bien. Por otra parte, entre las fatigas Magna, cap. xxx) (de doce a dieciocho años) está dividida en seis
del trabajo, podrán organizarse de un modo inteligente sus ocios, que son
actualmente una fuente de perdición (Didactica Magna, cap. 1x). clases: I) de gramática; 2) de física; 3) de matemáticas; 4) de mo-
ral; 5) de didáctica, y 6) de retórica. En estas seis clases la enseñanza
El hecho de que existan inteligencias naturalmente débiles y limi- conserva la forma concéntrica y abarca: gramática de la lengua ma-
tadas no constituye para Comenio un obstáculo para la instrucción terna, del latín, del griego y del hebreo, didáctica, retórica, aritmé-
general, sino, por el contrario, una obligación de cultivar todos los tica, geometría, dibujo, teoría musical, canto y música instrumental,
ingenios. Cuanto más débil y estúpido sea intelectualmente un niño, astronomía, física, geología, zoologí_a, botánica, mineralogía y ana-
tanto más necesita que lo ayuden para redimirse de su estupidez y tomía, y otras materias, cuyo estudio prescribe Comenio con mira
curarse de su debilidad. Según Comenio, no es posible hallar un a sus aplicaciones prácticas, como medicina, agricultura, artes me-
espíritu tan desgraciado que no pueda mejorar poco a poco merced cáni~as. Este programa se completa con la enseñanza de la geografía
a la cultura. Aunque los débiles y los tontos no hicieran ningún general, la historia de las costumbres, instituciones, invenciones y
progreso en sus estudios, al menos sus costumbres quedarían algo pu- hombres ilustres de diversos países, la historia nacional, y la moral
lidas. "No debe, pues, excluirse a nadie de los beneficios de la educa- en su aplicación a la vida de la familia, el Estado y la Iglesia.
ción y la instrucción" (Didactica Magna, cap. rx). Las cuatro horas de enseñanza cotidiana se reparten de esta ma-
El fin de la escuela elemental es cultivar en los niños la inteligen- nera: las dos horas de la mañana se dedican a la ciencia o al arte
cia, la imaginación y la memoria. Conviene, por tanto, enseñarles que constituya la disciplina fundamental de la clase; la primera hora
a leer corrientemente, a escribir con una escritura regular al princi- de la tarde está reservada a la historia y la segunda a las demás
pio, después rápida, y procurarles ortografía. Además, el plan de materias y especialmente a los ejercicios de estilo y de dicción y a los
estudios abarca la aritmética, nociones de geometría, los hechos esen- trabajos manuales.
ciales de la historia universal, la cosmografía y la geografía, es- Al cabo de seis años de escuela latina, los alumnos, si no poseen
pecialmente de la geografía local y nacional, elementos de ciencias los conocimientos perfectos que aún no se les puede exigir, habrán
económicas y políticas que permitan adquirir un conocimiento su- al menos adquirido los conocimientos necesarios para abordar, en la
ficiente de la organización de la ciudad y el Estado, de dibujo, universidad, los estudios superiores. Comenio deplora que los futu-
canto, y, si es posible, de música instrumental, del catecismo y de la ros teólogos, hombres de Estado, abogados, médicos, etc., descuiden
Biblia, así como principios de la moral teórica y de su aplicación prác- los estudios metafísicos que son los únicos que procuran precisión al
tica en la vida. Por último, Comenio insiste en que en los programas juicio y al pensamiento. Desea para ellos mayor amplitud de espí-
se reserve un lugar importante a la enseñanza de los principios de las ritu, más cultura general. En cuanto a la filosofía le gustaría verla
artes mecánicas y los trabajos manuales con objeto de facilitar a oenseñada uut sit viva rerum imago occultaque animorum ad vitae
los alumnos la elección de un oficio. negotia dispositio" (Pansophiae prodromus, § 32).
Para las seis clases que componen la escuela elemental, Comenio Aunque su método no se extiende a la enseñanza que se da en la
había redactado sendos manuales que contenían las materias pres- Academia, desde los dieciocho a los veinticinco años, Comenio le de-
critas para cada una aplicando así los principios de la instrucción dica en la Gran didáctica un breve capítulo para expresar los votos
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que formula a este propósito. Ante todas las cosas, insiste en que el progreso moral, intelectual y espiritual del hombre, que se elevará
s6lo sean admitidos en los estudios superiores los jóvenes de agudo gradualmente y se acercará así poco a poco a las cumbres esclarecidas
ingenio, que demuestren disposiciones especiales a la vez que una por la divina luz. Sin embargo, Comenio no fue el único, en sus
asiduidad, una perseverancia y una moralidad perfectas. "Las Aca- días, que pensó en una Sapientia universalis seu universalis rerum
demias -recomienda- no deben tolerar la presencia de falsos estu- cognitio. En aquella época era corriente tal tendencia. Descartes
diantes, que desperdician su tiempo y su dinero en la ociosidad y el aparece animado del mismo espíritu que Comenio cuando escribía a
placer y dan un pésimo ejemplo a los otros" (Didactica Magna, Mersenne, en marzo de r626: "Con objeto de que sepáis lo que de-
capítulo XXI). seo publicar, constará de cuatro tratados, los cuatro franceses, y el
Antes de abandonar la escuela latina, los alumnos se someterán, título general será: 'Proyecto de una ciencia universal que pueda
pues, a un examen que permita distinguir quiénes son aptos para elevar nuestra naturaleza a su más alto grado de perfección'" (Des-
emprender los estudios universitarios. Los demás, incluso por su cartes, Obras. Ed. de Adam y Tannery, I, p. 339);
propio interés, procederán cuerdamente escogiendo una profesión La teoría pedagógica de Comenio, en la medida en que se inspira
de acuerdo con sus aptitudes y su gusto. En cuanto a los que hayan en este principio cartesiano, exige que cada etapa del saber abar-
sido admitidos en la Academia, se consagrarán exclusivamente y que un conjunto completo que será el punto de partida de un nuevo
con toda su energía a la ciencia especial que hayan escogido. A tal estudio más alto, más profundo y más extenso (Didactica Magna,
efecto es preciso que el Estado procure la ayuda material necesaria xvr, 45, 1). Esta progresión en círculos concéntricos supone, pues,
a los estudiantes bien dotados que pertenezcan a las clases pobres que la formación intelectual ha comenzado por la enseñanza de los
(Didactica checa, cap. XXVII; Didactica Magna, cap. xxxm). principios elementales, indispensables para la adquisición de univer-
Comenio propone que la enseñanza superior, como la primera y la sales conocimientos. El espíritu comprende más tarde los diversos
segunda enseñanza, siga una graduación metódica en las materias principios y los compara; luego pasa del análisis a la crítica y al
que comprende. Por ejemplo, los estudios filosóficos constarán de juicio; en seguida, habiendo elegido ya entre sus conocimientos,
una introducción de la filosofía, una exposición general de los siste- deduce aplicaciones prácticas, y ante él se abre el inmenso dominio
mas, el estudio de los autores y, por último, las investigaciones libres. de las investigaciones originales. Comenio quiere así llevar a sus
Los estudios hechos en la Academia deben ser sancionados por ri- alumnos a no preguntar nada sin reflexionar primero, a no creer
gurosos exámenes públicos. Por otra parte, durante o tras el período nada sin pensar, a no hacer nada sin juzgar, pero a hacer lo que se
de seis años de estudios superiores, pero nunca antes, el estudiante sabe que es bueno, verdadero y útil.
viajará por el extranjero para enriquecer su conocimiento del mundo.
Que nadie agote sus deseos, sus sentidos, sus fuerzas; que no ceda a
Tal es, a grandes rasgos, el plan de reforma de la organización
los deseos de otro; que no someta sus sentimientos a los de otro y que
escolar expuesto en la Grán didáctica. Largamente desarrollada en no se deje gobernar desde fuera. Que todos comprendan la manera de ser
esta obra, la doctrina pedagógica de acuerdo con la cual se estableció dichosos, que radica en ellos mismos (dedicatoria de la Via lucis, § 12).
este plan descansa en los principios filosóficos contenidos en la Sa-
bidurfa universal o Pansofía, que no es sino un resumen de los Comenio considera, pues, la libertad, el gozo de vivir, la dicha,
conocimientos universales llevados metódicamente a sus más esen- como el estado natural y legítimo del hombre, el fin hacia el cual
ciales principios. Comenio piensa que, condensándolos en fórmulas debe encaminarle la educación. Mejorar la condición de los hombres
precisas y simples, hace que estos conocimientos sean accesibles a para conducirlos a ese estado de libertad, de gozo y de dicha: ésta
todos los hombres. Presentadas en sus diferentes aspectos y en sus es la idea que lo anima cuando escribe su Didactica Magna. Puesto
relaciones recíprocas, las verdades se encadenan y forman un todo que los hombres no han venido al mundo para ser "simples espec-
coherente, un armonioso conjunto. En el espíritu de Comenio la tadores, sino actores, es necesario alcanzar una organización en la
pansofía, de la que se cree iniciador, puede, por sí sola, apresurar cual nadie halle nada que le sea absolutamente desconocido y de
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lo que no pueda conseguir, en cierta medida, provecho, y esto ra- nosotros mismos; allí el espíritu sugiere, advierte, inquieta, estimu-
zonablemente, sin caer en las trampas del error" (Didactica Magna, la, y sólo la razón puede guiarnos. En seguida viene la tercera es-
cap. x, 1). Por ende, es preciso que el hombre llegue a convertirse cuela, que Comenio llama hyperphysica, en la que el maestro no es
en el ser razonable que implica su destino humano. Sólo puede otro que Dios. Comenio distingue así tres grados: el sentido, o ver-
alcanzar esta meta adquiriendo la comprensión de todo cuanto lo dad de la naturaleza; la conciencia, o verdad moral; Dios, o verdad
rodea: esto es lo único que puede capacitarlo para servirse legítima- espiritual (Didactica Magna, cap. xxxv). Estos tres grados se ayudan
mente de las demás criaturas, gobernarse a sí propio y servir a sus recíprocamente y se completan. Pero la educación minuciosa de los
semejantes (Didactica Magna, cap. xv). Comenio llama a estas tres sentidos es de una importancia primordial, ya que en ellos actúan
cualidades: erudición o conocimiento de todas las ciencias, artes y las cosas inmediata y directamente. Ya era desde hacía tiempo co-
lenguas; virtud o moral; religión o veneración que une el alma del nocida la fórmula 3 Nihil est in intellectu, quod non prius fuerit in
hombre con el Eterno. sensu, pero la aplicación de ella en la pedagogía es · una feliz inno-
Las tres 2 facultades del alma, que corresponden a estas tres cua- vación de Comenio y constituye un progreso decisivo en la evolución
lidades, son: el intelecto, que observa y distingue las cosas; la vo- de la enseñanza. Insiste en esta idea, que el maestro debe "tener
luntad, que escoge entre lo últil y lo nocivo, y la memoria, que como regla áurea, que cada objeto ha de ser presentado al sentido
acumula, para lo futuro, todo cuanto han asimilado el intelecto que le corresponda" (Didactica Magna, cap. xx).
y la voluntad. Comenio da casi siempre a esta tercera facultad el Importa, por tanto, dirigir la educación de los sentidos y des-
nombre de conscientia. Para él la conscientia es el affectus: impre- arrollar sus relaciones mutuas, porque los sentidos se guían y se
sión del alma. Somos conscientes de las fuerzas que nos impulsan, completan entre sí. Por ejemplo, los niños que ven una campana
de las operaciones de nuestra razón y de lo que somos capaces de tendrán un conocimiento más preciso de ella si la palpan, la repican
llevar a término gracias a la energía de nuestra naturale:z-a. Llama y escuchan su sonido (Linguorum methodus novissima, cap. x).
también a esta facultad facultas potestativa, esto es, fuerza del alma A medida que consigue comprender la razón de ser de un objeto, el
que ejecuta lo que el intelecto capta mediante los sentidos y lo que alumno retiene en la memoria la palabra que lo designa, pues sólo
la voluntad examina y aprueba. Las tres facultades son inseparables, así queda ésta indisolublemente unida a la cosa, en su espíritu. Des-
del mismo modo que las tres cualidades fundamentales no pueden pués aprenderá a expresar por medio de la palabra y de la escritura
existir la una sin la otra. las impresiones que siente (Didactica Magna, cap. xxx). Por lo
El método pedagógico de Comenio no tiene otro fin que el de tanto, se le enseñarán todas las cosas prácticamente: "A hablar ha-
suministrar el mejor medio de desarrollar racionalmente estas tres blando, a escribir escribiendo, a razonar razonando" (Didactica
facultades y favorecer la evolución armoniosa de las tres cualidades Magna, cap. xxx), y se plantearán así las bases de una pedagogía
correspondientes, que son para el hombre el manantial de la dicha cuyo fin será medir por la experiencia el valor del saber.
(Didactica Magna, cap. x). Y, en virtud del principio según el cual De dicho principio se deduce que la educación no consiste en la
el hombre posee en sí mismo todos los medios para la consecución de doctrina de Comenio, como ya lo hemos indicado, en llenar el espí-
ese desarrollo y de esa evolución, Comenio prosigue su obra. ritu del discípulo de opiniones recibidas y nociones hechas, sino en
Desde su nacimiento el hombre está rodeado por el mundo exte- desarrollar su inteligencia, su raciocinio y su juicio para hacerlo ca-
rior, cuyo conocimiento adquiere, poco a poco, mediante los senti- paz de pensar por sí mismo. A la escuela organizada, pero "muerta,
dos. Comenio llama a esta primera experiencia schola naturalis seu de los libros", Comenio prefiere la escuela "viva de las hayas y los
physica. Se prolonga en otra escuela más avanzada, schola metaphy- robles". En otros términos, el alumno debe aprender a conocer y
sica, en que nuestros maestros no están fuera de nosotros, sino en examinar las cosas en sí mismas, y no por las observaciones que
2 El misticismo del número tr~s desempeña un papel muy importante en Co- 3 Comenio hizo de ella el tema principal de su tesis de doctorado: Probl~mata
menio: cf. prefacio de la Physíca~ synopsís. miscdlan~a, 1612.
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otros hagan por él. Por este motivo Comenio exige que la escuela a la necesidad de conservar el orden y el equilibrio constantemente
esté dotada de todos los objetos necesarios bajo la forma de modelos amenazados por la diferencia de los temperamentos y la desigual.
o por lo menos de imágenes y que los libros sean ilustrados.4 Pide, dad de las aptitudes. El orden y el equilibrio reinarán en la clase
además, que se inicie al alumno en las investigaciones mediante el ~iempre que el profesor aplique ese principio, tan caro a Comenio,
manejo de aparatos, las visitas a los talleres y a las fábricas y las según el cual debe desterrarse de la educación toda violencia, po1
excursiones al campo. contraria a la naturaleza. Omnia sponte fluant, absit violentia re-
Pero Comenio nos advierte que la eficacia de su sistema pedagó- bus; tal es la divisa disciplinaria de Comenio, el cual entiende por
gico requiere la aplicación de un principio que llama el poder del .disciplina escolar no un código rígido, sino un método vivo capaz
orden, y que, encontrándose en la base de las leyes naturales que de actuar verdaderamente sobre el alumno. Se castigará, no paro
gobiernan el mundo, es también el alma de todo progreso en las hac~r expiar la falta cometida -y el castigo no será nunca corpo·
ciencias y en las artes (Didactica Magna, cap. xrv). En primer lu- ral-, sino para evitar su repetición. Por otra parte, añade Come·
gar, aconseja al maestro que distribuya las diversas asignaturas de nio, si el maestro cumple con todos sus deberes, si hace grata st:
acuerdo con la edad de los alumnos, y, en segundo lugar, exige e_nseñanza y ~o fatiga ni agobia a los alumnos, tendrá pocas oca.
que todo el trabajo se gradúe cuidadosamente, según la sucesión ~IOnes de que¡arse, y, si las tiene, será de sí mismo. Si no sabemo!
de las clases, de modo que los primeros conocimientos adquiridos lo?rar que l~s alumnos se adapten con gusto al estudio y a la disci.
preparen a recibir los siguientes. Cada estudio nuevo debe señalar plma, no sera empleando la palmeta como lo consigamos (Didactic~
un progreso respecto a los estudios anteriores. En tercer lugar, las Magna, cap. xxvr).
materias deben estar repartidas conforme a un desarrollo regular: Siempre .ateniéndose al principio del orden, Comenio cree que
una tarea para cada hora; el trabajo de cada día fundado en el de la naturaleza va de lo general a lo particular y de ello deduce l2
la víspera y dispuesto para preparar el del día siguiente. La jornada se -característica esencial de su método pedagógico: la progresión sin-
dividirá en tres partes: ocho horas para el descanso nocturno, ocho tética. de la ense~anza. 6 Al principio, el maestro ofrecerá siempn
para los cuidados del cuerpo, las comidas, los juegos y los recreos las pnmeras nocwnes con objeto de hacer evidente la. idea general
alternando con el trabajo, y ocho horas, en fin, reservadas a las cla- Pasará en seguid..a, mediante una gradación insensible, a temas má:
ses y al estudio. El mismo año escolar estará dividido por las vaca- remotos y más altos. Enseñar significa ir de lo conocido a lo des
ciones, cuyo aprovechamiento deberá también organizarse. Si el -conocido, de lo simple a lo complejo, de lo regular a lo irregular, de
tiempo, así ordenado y distribuido, se emplea sabiamente. Comenio lo concreto a lo abstracto. Para evitar que se distraiga la atenciór
está seguro de que será posible que el alumno adquiera amplios de los alumnos, y que se debilite la energía de su espíritu, se le:
conocimientos sin imponer a su espíritu una fatiga excesiva, y sin presentará una sola cosa en un tiempo determinado. Y no se dejad
poner trabas a su desarrollo físico (Didactica Magna, cap. xv). la demostración de un tema, para pasar a la exposición del siguien
Su confianza en el poder del orden es tan grande que estima no te, hasta que aquél haya sido perfectamente comprendido. Come
sólo posible, sino incluso provechoso para el maestro, el encargarse nio defiende siempre el principio de que cada conocimiento y 1<
de uha clase compuesta por un centenar de alumnos, si sabe cons- regla que del mismo se derive deben expresarse en formas tan breve:
tituir equipos bien equilibrados y crear entre ellos un espíritu de y exactas como sea posible (Didactica Magna, cap. xvn).
emulación y de colaboración. 5 El propio régimen disciplinario de la Como la educación consiste en la adquisición de una cadena de
escuela no tiene razón de ser más que en la medida en que responde conocimientos, cuy~ coordinación importa asegurar en el espíritt
4 Didactica Magna, cap. XIX . El Orbis g1uualis picttl! y la fanua linguarum, en del alun:no, es preciso crear asociaciones de ideas, sacar a plena lm
los que a cada palabra corresponde una imagen, constituyen la primera aplicación
práctica de la pedagogía intuitiva. Han servido de modelo a los innumerables ma-
las relacwnes, correspondencias y analogías que unen una cosa a J;
nuales ilustrados que, desde hace medio siglo, han invadido las escuelas. 0
Didactica Magna, passim y especialmente caps. xv1, XVII y XIX , así como Lingua
li El pl an de tamaña organización está expuesto en la Didactica Magna, cap. XIX. mm mcth odus novissima, cap. x.
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otra, sin que se deje de insistir en sus desemejanzas y sus diferencias. Con el propósito de reformar la educación de la juventud de su
Además, todo cuanto se enseñe debe justificarse con argumentos: no país, cruelmente devastado por la Guerra de los Treinta Años y mar-
debe quedar ninguna duda en el espíritu del alumno, ninguna incer- tirizado por las persecuciones, Comenio compuso la Gran didáctica
tidumbre en su memoria. Comenio siente horror a fa vaguedad y y una cuarentena de obras pedagógicas. Pero, sin perder jamás nada
al "poco más o menos". Así, recomienda al maestro que combine, en de su patriotismo moravo, su espíritu no se dejó encerrar nunca en
su enseñanza, el método sintético y analítico con el sincrítico, unién- las fronteras de la martirizada Bohemia. Un instinto paternal y un
dolos sin mezclarlos jamás.7 Enseñando de esta suerte todos los sentimiento de inmensa simpatía hacia la humanidad entera le im-
conocimientos, piensa que se provoca el despertar espontáneo del pulsaba a buscar el medio de esclarecer la razón colectiva de los
intelecto, como se da cuerda a un mecanismo con una sola vuelta hombres y el "método general" que permitiera conseguir, en todos
de llave (Didactica Magna, cap. XIX). Conviene, sin embargo, no los dominios, una regeneración de todo el mundo, la Emendatio
enseñar nunca nada que sea completamente escolar y que no tenga rerum lzumanarum. En la Panergesia o Despertar de todos,HJ que
ningún valor en la vida. Siendo y debiendo ser las escuelas una es uno de sus últimos escritos, dirige un conmovedor llamamiento en
iniciación en la vida, o, como se las llama, los "talleres de la huma- favor de la armonía fraternal de los pueblos de Europa, como pre-
nidad", el alumno, en ellas, no debe aprender por aprender, sino ludio del establecimiento de la paz entre todas las naciones del Uni-
para saber, ni ejercitarse por ejercitarse, sino para hacerse capaz de verso. Todos los hombres -proclama- están animados por el
cumplir una misión definitiva. Comenio insiste en este punto, y mismo espíritu. Todos son "ciudadanos del mismo mundo". ¿Qué
dice que saber no es conocer muchas cosas, sino conocer lo que es es lo que les impide unirse, mediante las mismas leyes pacíficas, en
útil, y él entiende por utilidad no solamente una ventaja material, una república? ¿Qué es lo que les impide constituir una amplia
sino sobre todo un bien moral (Didactica Magna, caps. XVIII-XX; asamblea unificada por la solidaridad humana, la comunidad del
Linguarum metlzodus novissima, cap. x), derecho y del saber? A este efecto había propuesto ya, en su Gran
U na organización escolar así establecida y un método pedagógico didáctica, la creación de un organismo destinado a congregar a todos
concebido de este modo, exigen maestros animados por el más noble los sabios de todos los países, para quienes, según Comepio, no habría
idealismo." El maestro, según Comenio, debe ser "tan instruido como deber más sagrado que el de salvar a la humanidad. Semejante
sea posible", cosa que, más tarde, exigirá Alain al preceptor (Colo- "colegio didáctico universal" constituiría el centro donde todos los
quio acerca de la educación, cap. XXXIII, p. 129). Por el atractivo descubrimientos científicos serían orientados hacia su utilización en
de su personalidad se ganará la confianza de los alumnos y de sus pro del bien de todos los hombresY
padres. Su vida privada ha de ser un modelo de moralidad, senci- En una poesía, que es el más bello epígrafe de las obras de este
llez, modestia y orden. Estimará su profesión lo bastante para no apóstol precursor, a quien llama "ciudadano del mundo", Leibni2
considerarla como un estribo para subir hasta otras funciones más podrá escribir, con razón, a la muerte de Comenio:
lucrativas. Sólo se ocupará en sus tareas, sin dejarse arrastrar por "Vendrá el tiempo· en que una multitud de hombres de bien te
trabajos secundarios, que podrían ser perjudiciales para su enseñan- honrará y honrará, no solamente tus obras, sino también tus espe.
za.8 Por lo mismo, el Estado debe asegurarle una remuneración ranzas y tus deseos." 12
proporcionada a la importancia y la dignidad de su cargo.9 lQ La Pan,rg,sia o D, Enundatio11' r~um /wmanarum (1666) está dedicad;
a los sabios, soberanos, políticos y teólogos de Europa y del mundo entero. Une
de "los obstáculos que se oponen a la feliz convivencia de las naciones y a la pro·
7 Didactica Magna, cap. xvm; Li11g11arum t>uthod•u rwvissima, cap. x. Op,ra
pagación de la verdad científica es, según Comenio, la diversidad de lenguas. Así.
didactica om11ia, IV. propone, como ya lo habían hecho Vives y Bacon, y como lo haría después Leibniz,
B Leg,s scho/a, b'n' ordinata,, cap. XXI, totalmente consagrado a los maestros. d establocimiento de una lengua universa1, de un idioma pansófico.
9 Didactica Magna, cap. xxxm, donde Comenio, refiriéndose a Lutero, declara 11
Didactica Magna, cap. xxxi, § 15. ¿Convertirán los descubrimientos at6mico:
enérgicamente que, por cada moneda de oro dedicada a la construcción de murallas, este sueño en realidad?
deberían gastarse ciento para la enseñanza de un so1o muchacho. 12 Compayré llama a Comenio "el Bacon de la pedagogía" y Michelet "el Ga·
124 J.-B. PIOBETTA
Cuando, al cabo de más de tres siglos, se leen sus obras pedagógi-
cas, Comenio aparece, en efecto, como un profeta; profeta apasionado
del advenimiento de una inteligencia entre los pueblos y de la crea- V. JOHN LOCKE
ción de la escuela democrática, escuela que prepararía el camino a (!632-1704)
aquélla; profeta creyente en la pedagogía que tiende la mano a la
política, entendida ésta en el sentido etimológico y más noble de Para captar Íntegramente el mensaje de John Locke y su importanci;
la palabra, para hacer de cada hombrecito un hombre y de cada como educador es necesario, ante todas las cosas, recordar que per
hombre "un obrero feliz en el taller de la humanidad". tenece esencialmente a su siglo, a ese siglo xvu de Descartes, Bacor
y Hobbes, a ese siglo racionalista, siempre ansioso de una evidenci:
J.-B. ProBETIA demostrativa sometida a la aprobación de cada conciencia indivi
dual. Busca la verdad en todo y adopta como única guía la razón
Renunciemos -dice- a las vanas investigaciones trascendentales, :
BIBLIOGRAFÍA
todas esas estériles disputas metafísicas a propósito del alma las sus
1627-1632, Didáctica checa.
tancias, las causas y lo demás. Sepamos contentarnos con es~udiar le
1628 (?)-r63r, La escuela del regazo matemal. que ~s accesible, por limitado que sea. Examinemos las operacione:
1628-r63r, Janua linguarum reserata. Esta obra ha tenido innumerables edi- efectivas, el trabajo real, cotidiano, de nuestro entendimiento par<
ciones en doce lenguas europeas y en muchas lenguas orientales. La pri- regular, de acuerdo con él, nuestra conducta. Nuestras facultade:
mera edición en lengua francesa data de r637, la segunda de 1642, la ter-
cera de r815 y la cuarta de 1898, que lleva por título: La puerta de oro, en humanas están en proporción con nuestras necesidades naturales. E:
traducción de A. C. Vernier. preciso considerar todo a priori como inexistente y además como su
1643-1648, Linguarum methodus novissima. perfluo. El espíritu es una tabula rasa. Antes de ejercitarse no e:
1645, Schola pat1Sofica. nada y nada sabe. Ha de aprenderlo todo, adquirirlo todo y for.
1653, Leges scholae bme ordinatae. . ma:se i.usensiblemente sin más ayuda ni recurso que ·su propia ex·
1654, Orbis sensualis pictus. Existen traducciOnes en todas las lenguas euro-
penenCJa. El arte de pensar no difiere en nada del arte de vivir
peas, menos en francés. . . . . , . .
1657, Didactica Magna, en Opera dtdacttca. omma. La Gran d1da:t1~a ha stdo Así, empírico en todo y ante todo, John Locke pretende que nues
traducida y editada muchas veces en cas1 todas las lenguas. La umca traduC-
BIOGRAFÍ~. Originario . de Somerset, y nacido en una familia acomodada, su jet:
ción francesa es la publicada en 1952 por Presses Universitaires de France.
a la estncta observanCia puntana, John Locke estudió primeramente en la pt~blic
r666, De 1·erum humanarun emendatione. school de \Vestminster y luego en Christ Church, Oxford. Tras haber estado ,
punto de consagrarse a la vida religiosa, y seducido indudablemente por la moda de
la investigación experimental en los laboratorios de física y de química que comen·
zaban a propagarse, sintió en seguida la vocación científica y prosiguió sus estudio:
de medicina, primeramente en Oxford y luego en Montpellier. Terminados éstos
fue secretario y consejero particular de Lord Ashley, conde de Shaftesbury. Intro·
ducido por él en el círculo de la política, lo siguió en su desgracia y marchó deste·
rrado a Hol anda. Tras la revolución de 1688, Guillermo III de Orange lo conduje
a In gla terra y trató inútilmente de que volviera a la vida pública y política. Perc
Locke había encontrado entre tanto su verdadera vocación, la de filósofo, y sabía
!íleo de la educación". Por los principios fecundos enunciados y analizados en la p.ermanecer. al margen para d isponer de tiempo para la reflexión. Consiguió un apa·
Didactica Mag11a, Comenio ha colmado la misión universal que se asignó: institu· e~ble refu giO entre los Masham, en su palacio de O tes, en Essex; fue d preceptor
ción de la escuela maternal y de la escuela primaria obligatorias, método concreto de sus hijos, y murió en el otoño de 1704.
de las lecciones de cosas, método directo de la enseñanza de las lenguas. vivas, ilu~­ OBRAS PRINCIPALES: 1689: A útur conarning Tolemtion; 1690: A ucond Lett~
tración de los libros escolares, formación moral y cívica de la juventud, 1mpor~anc1a con cerni11g Toleratio11; Two Treatises on Civil Got•emmcnt; Essay Con·arning Human
concedida al desarrollo del sentimiento estético, a la educación física, a la onenta- Undcrstanding; 1693: A Third Lcttcr conccming Tolera/ion; Tl10ugMs o~ Ed11ca·
ción profesional, a la aplicación de las reglas higiénicas, a la educación de los tion ; 1706: Thc Conduct of U11dcrstaTlding.
deficientes, a la instalación y decoración de las escuelas, etcétera.
125
126 V. MALLINSON JOHN LOCKE 127
tras únicos conocimientos provienen de las impresiones que producen pre tantas cosas qué decir, que no terminó nunca lo que debía
los objetos exteriores en nuestros sentidos, y que estas impresiones convertirse en un nuevo Ensayo, complementario de Some Thoughts
forman los datos simples de la percepción, esto es, de la forma más Concerning Education, publicado por vez primera en I03·
simple del conocimiento. Todas las operaciones del alma son con- Recordemos que John Locke, a causa de sus ideas políticas, pasó,
secuencias de estas impresiones. Y esas operaciones son el único entre, 1683 y 16~9, un largo período de destierro en Holanda. Apro-
manantial de todas nuestras ideas, de todos nuestros conocimientos. vecho este destierro para completar su Essay Concerning Human
Conocer es ver; dicho esto, es pura locura imaginarse que se puede ver, f.! nderstanding, y regresó trayendo en su equipaje el manuscrito
y comprender, con los ojos de otro, incluso aunque posea el don de las hsto para imprimirse. Durante aquel extrañamiento en Holanda
palabras para describirnos clarísimamente lo que ha visto. Si no poseemos u~ amigo inglés, un tal Edward Clarke, le escribió pidiéndole con-
nuestras propias impresiones de lo que ha pasado, si no lo hemos visto se¡os acerca de la educación de su hijo. John Locke-no vaciló en con-
con nuestros mismos ojos, si lo hemos leído simplemente, seguimos siendo testar, y a este intercambio epistolar con su amigo debemos Sorne
tan ignorantes como antes, digan lo que dijeren los sabios más rectos.
Thoughts Conc_erning Education. Hubiera sido sorprendente que
La sensación es el punto de partida de toda noción. Las i.Peas, Locke no hubiera aprovechado la ocasión que se le presentaba.
y por consecuencia el saber, sólo pueden venir de las percepciones ¿Acaso no reflexionaba sin cesar en los diferentes problemas de la
suministradas por los sentidos y cada vez más elaboradas. Las ideas educación, mientras preparaba su magnum opus? ¿No había detes-
que derivan de la sensación son las iniciales y las más importantes tado el período que pasó como interno en Westminster School entre
en la vida del niño. Únicamente más tarde, al crecer, comienza a 1646 Y 1652? ¿No había sido él un muchacho enfermizo, y no
contemplar las operaciones de su propio espíritu. Al principio éste fue llamado a ocuparse durante algunos años de la educación del
es el recipiente pasivo de una multitud de ideas simples, pero, reci- hijo de su bienhechor, Lord Ashley? ¿No era, además, médico?
bidas las ideas, el espíritu es capaz de elaborarlas mediante la refle- Rousseau, sumamente influido por las ideas de Locke, ha hecho
xión, y combinarlas, escogerlas, compararlas y formar con ellas abs- de su Emilio una especie de panegírico lírico, romántico. Sin haber
tracciones, ideas complejas y más complicadas. Pero -y esto es muy recibido nin~una educación, en el sentido propio de la palabra, in-
importante para: Locke- no se puede admitir ningún principio "an- venta. Pero mventa apoyándose en bases sólidas, en las bases bien
tes de examinar nuestra propia capacidad de haber visto qué objetos e.stablecidas por Locke. Locke vivió la vida del colegial típico de su
están a nuestro alcance y cuáles por encima de nuestra comprensión". tiempo. Muy sensible, reaccionó contra esa vida. Filósofo raciona-
Nos convida a que busquemos la verdad por el espíritu de examen: lista, todo lo razona. Hijo de su siglo, gentleman, sólo se interesa
es preciso juzgar por uno mismo e incluso medir la capacidad de por la educación de los hijos de la burguesía acomodada. Para los
nuestro pensamiento. pobres, para las clases obreras, sugiere la creación de escuelas del
He aquí, resumido en unas palabras, el contenido de su magnum trabajo, obligatorias a partir de los tres años de edad, donde los ni-
opus, An Essay Concerning Human Understanding, obra de largo ños serán alimentados exclusivamente con pan y (en invierno) con
aliento, comenzada desde 1670 y publicada por primera vez en I~. un poco de ave~a -porgue no comen otra cosa en sus hogares- y en
En él curso de diez años la obra alcanzaría cuatro ediciones inglesas. la que confecciOnarán sus propios trajes aprendiendo así un oficio
Ya en 1700 se la tradujo al francés. En vida del autor el Ensayo Útil. Estudiarán solamente religión y moral, y desde su más tierna
llegó a ser libro de texto en Oxford y en Cambridge, así como en las infancia tomarán Ia costumbre de frecuentar regularmente la igle-
universidades escocesas. Se hablaba de él como del texto llamado sia los domingos. Un sistema de aprendizaje velará por los mucha-
a reemplazar a Aristóteles. Sin embargo, John Locke no estaba satis- chos hast~ ~a edad de veintitr~s años. Además, los padres que no
fecho de su obra. Soñaba siempre con mejoras que podría introdu- te?gan .ofici,o ~ que, po~ lo ~1smo, constituyan una carga para la
cir, con capítulos que agregar o cambiar. Uno de estos capítulos asistencia pubhca, seran mducidos a frecuentar también las escuelas
se titulaba Of The Conduct of the Understanding; pero tenía siem- del trabajo.
128 V. MALLINSON JOHN LOCKE 129

No, John Locke no escribe más que para los hijos de la nobleza principal del día puede comer, si no le hace daño, un poco de carne,
y de la burguesía, a quienes una buena educación debe ~segu:ar un pero sin condimentos. Nunca debe comer a horas fijas, sino cuando
espíritu bien regulado, capaz de razonar, y un cuerpo b1en dispues- le apetezca. Pero no debe comer ni beber demasiado. Cualquier
to. M ens sana in c01·pore sano. Éstas son las condiciones necesarias bebida alcohólica es dañina para su salud, y el niño debe adquirir
y suficientes para la felicidad. Porque la mayor parte de los hombres la costumbre de no beber nada antes de haber comido. Se come y
"son buenos o malos, útiles o inútiles a la sociedad, según la educa- se bebe para vivir; no se vive para comer o beber.
ción que han recibido. De ahí procede la gran diferencia entre los Después de haber jugado y gastado muchas energías en el curso
hombres". La pedagogía de Locke no exige más que virtudes prác- de la jornada el niño debe descansar bien por la noche, esto es, dor-
ticas. Recomienda la escuela de la vida, y recusa toda escolástica au- mir lo que necesite, pero también sin incurrir en excesos. Que se
toritaria incluso la que se honraba en las universidades y public acueste temprano, en un lecho duro (no se :rata de procurarle un
schools de su tiempo. Por lo demás, como no hay educación posible cuerpo deforme) y que se levante pronto. Sin duda, en este endure-
sin la formación de unas costumbres sólidas y es imprescindible ~imie~to del cuerpo, "se ha de proceder de un modo gradual, y así,
el concurso del carácter y de la inteligencia para la formación de la msens1blemente, nuestro cuerpo se acostumbrará a todo, sin traba-
personalidad, el ed~cador. debe tener. ,sumo cuidado~ promov.iend~ jo y sin ningún riesgo". Lo más esencial es aprender a sujetarse a
siempre su progres1va y hbre expanswn, de no sacnhcar la mteh- una disciplina y recordar que no puede empezarse demasiado pronto.
gencia a la formación del carácter, y de no descuidar ésta preocu- "Las menores y más insensibles impresiones que nos llegan en la in-
pándose sobre todo de la formación de la inteligencia. Doctrina muy fancia tienen consecuencias importantísimas y de larga duración."
utilitaria, muy inglesa, procedente de un racionalismo moderado. En resumen, hay que dejar a la naturaleza el cuidado de formar el
Es también típicamente inglesa la manera de tratar John Locke cuerpo como crea que lo debe hacer, e importa ayudarla en la tarea
la educación física, porque, aunque por costumbre se cite en el inculcando buenas costumbres. J

col)tinente a Locke como un innovador en este sentido, importa no De esto se deduce que debe concederse suma atención a la for·
olvid~r que los ingleses tuvieron siempre en much~ los benefici~s mación del alma de los niños, a procurarles buenas i!llpresiones, ~
de la educación física y que, antes que Locke, escntores como S1r disponerlos "a no hacer nada que no responda a la dignidad y a l2
Thomas Elyot, Mulcaster y Milton cantaron sus alabanzas. Es cierto excelencia de una criatura razonable". Por ende, es preciso regla-
que Locke se preocupaba mucho de su propia salud. Es cien~ t.am- mentar desde muy pronto las costumbres de los niños. Tambiér.
bién que, como médico, pudo comprobar la absoluta f~lta ¿e h:g1e?e aquí es preciso un endurecimiento comparable al del cuerpo. Er
en la mayor parte de las familias, de donde proced1a, sm mngun ningún caso se mimará a un niñó con el pretexto de proporcionarle
género de duda, ese gran número de niños desmedrados, enfermizos una vida feliz. El hombre verdaderamente dichoso es el que h<
e incluso muertos prematuramente. En semejantes medios, el forta- aprendido a disciplinarse. Con todo, Locke no es partidario de lo:
lecimiento del cuerpo viene a ser una condición primordial de la castigos corporales: "El azote es una disciplina servil que hace serví
. salud. La salud del cuerpo es "tan necesaria al hombre para el auge el carácter." Evidentemente es necesario empuñar, de cuando ei
de sus asuntos como para su propia dicha". Por lo tanto, es preciso cuando, el azote, pero el fin de toda educación moral es formar a
habituar al niño, desde la infancia, a llevar la misma ropa en in- niño de tal suerte que el temor a la vergüenza sea en él mayor qw
vierno que en verano, a tomar baños fríos, a nadar, a no llevar som- el temor a los castigos. Un exceso de austeridad y de sanciones es
brero, a jugar al aire libre. . trictas conduce a la hipocresía. "La naturaleza tosca y simple, aban
En lo que atañe a la alimentación, hay que evitar los man¡ares donada a sí misma, es siempre mejor que una gracia torpe y artifi
que puedan ser perjudiciales para sus dientes. El niño debe comer ciosa y que todos esos modos ficticios de disfrazar el pensamiento ,
bastante pan y poca carne. Que tome, en el desayuno y en la ce~a, de corromper el natural en vez de corregirlo." .
leche o avena, sin azúcar, pan, mantequilla y queso. En la com1da Así, no conviene que intervenga en la educación moral del niñ1
V. MALLINSON JOHN LOC!ffi 131
130
la idea del deber "de una tarea que hay que cumplir necesariamente, palabra, se espera que el preceptor tenga para con su discípulo los
porque todas las cosas que se exponen de acuerdo con esta idea se mismos cuidados y que le procure igual buen ejemplo que se tiene
hacen en seguida enfadosas y desagradables". Conviene apelar lo el derecho de esperar de un padre en relación con su hijo. Es por el
antes posible al razonam~ento del niño. "Los niños son capaces de ejemplo, siempre por el ejemplo, como se forma el espíritu del alum-
atender como personas razonables mucho antes de lo que uno se no y el que da la única educación que vale la pena.
imagina." El niño es siempre sensible a la aprobación y a la censura Por tanto, de todas las cosas necesarias en la vida, Locke sitúa
de los que ama y respeta. Alabémoslo, pues, en presencia de otros; en un último término el saber. Van, ante todo, y en un orden
corrijámoslo cuando nos hallemos solos con él. Huyamos como de estrictamente determinado, el conocimiento de Dios, la virtud, la
la peste de esa nefasta idea según la cual todos los niños deben ser civilidad y la cortesía.
metidos en el mismo molde: cada niño es un ser único y el fin últi- Desde la infancia, el niño debe poseer nociones muy exactas acer-
mo de toda educación es tomar al niño con todos sus defectos, con ca de Dios "que nos ama, ·nos provee de todo y que es la bondad
todas sus imperfecciones, con todas sus posibilidades, tal y como misma". No debe nunca tener miedo de Dios ni de lo desconocido.
la naturaleza nos lo da, y sacar de él el mayor provecho que sea El miedo engendra la mentira. Por el contrario, y puesto que Dios
posible. le ama, el niño amará a Dios y aprenderá lo antes posible a dirigirle
En realidad, es un argumento aristotélico el que desarrolla Locke sus plegarías, a adorarle -no como a un Ser Supremo, a una pura
en la primera parte de su obra, y, en lo que atañe a los estudios, no abstracción- sino exactamente como si se dirigiera a una persona
es menos aristotélico. Apenas estima las escuelas de su tiempo, según viva. Aprenderá de memoria las oraciones; casi instintivamente, se
él, los profesores no dispondrán nunca de tiempo para seguir de cerca asimilará las fórmulas necesarias y reconfortantes que constituirán
a cada individuo en una clase colectiva. Las escuelas están irrevo- la sólida base de su adoración de niño.
cablemente consagradas a la erudición, y, reaccionando contra todas Al aprender sus deberes respecto de Dios, aprenderá los que tiene
las clases de formalismo y asignando principalmente como fin de los para con su prójimo. Aprenderá a estar siempre de buen humor, a
estudios la utilidad práctica en la vida, John Locke enuncia el decir siempre la verdad, a amar a sus semejantes como Dios los ama.
princip~o de un preceptor para cada alumno. Aprenderá a detestar la injusticia, porque toda acción injusta pro-
cede de pensar demasiado en uno mismo y no lo suficiente en el
Sin embargo, no hay que esperar que, bajo la direcci6n de un pre- prójimo.
ceptor, un muchacho se convierta en sabio crítico, hábil orador o per-
fecto lógico, ni que aprenda a fondo la metafísica, o la física, o las mate- La prudencia y la sabiduría van juntas, y sin una disposición vir-
máticas, o la cronología, o la historia. No obstante, se le debe enseñar tuosa, basada en el sincero amor de Dios, ninguna de las dos estará
algo de cada una de estas ciencias; pero solamente con el fin de que em- a nuestro alcance. Es preciso acostumbrar al niño no solamente a
piece, por decirlo así, a trabar conocimiento con ellas sin que llegue a decir siempre la verdad, sino también a buscar incesantemente la
una familiaridad demasiado íntima, porque sería censurable que un verdad, a no sentirse ·nunca satisfecho sin haberla hallado. Importa,
preceptor concentrara demasiado tiempo el espíritu de su discípulo en
. . la mayoría de esas ciencias, haciéndole profundizar mucho en ellas. por ende, alejarlo de todo contacto nocivo: de los seres engañosos,
embusteros, charlatanes. Siempre debe pensar y obrar "noblemente",
¿Qué debe, pues, esperarse del preceptor? ¿Cuál será el hom- Vienen en seguida la civilidad y la cortesía. No basta con pensax
bre que escojamos para formar el espíritu del al um no? Un erudito y obrar "noblemente". El niño debe desde luego aprender a nc
que no esté atiborrado de erudición. Un ''gentleman" de buena herir el amor propio de sus semejantes, después a conducirse siem·
familia que pueda ejercer sin ninguna dificultad para todo la pre en el mundo con soltura y afabilidad. Jamás debe echárselas de
influencia necesaria en su alumno y que sepa actuar naturalmente desdeñoso, ni descubrir en su conducta el menosprecio; porque,
en todas las circunstancias in loco parentis. Un hombre de mundo, de hacerlo, se descubriría a sí mismo. El hombre modesto, el ver-
que conozca bien su mundo y no pueda ser burlado por él. En una dadero "gentleman", es el que se conoce y se aprecia en su juste

1 ~
132 V. MALLINSON JOHN LOCKE
valor. Conociéndose es como se llega a conocer a los demás y a !ante en su afán de comprenderlo todo. Porque el niño acle
mostrarse tolerante en todo y en todas las circunstancias imaginables. animales y hablará de ellos sin cesar. Leerá y releerá las fáb1
Así se señala claramente la tarea primordial del preceptor: ha de más tarde, ya hombre, le estará agradecido al profesor que
velar incesantemente por su discípulo con el fin de estorbarle que exponerle, desde su más tierna infancia, toda una filosofía de 1:
siga su tendencia natural. Aquí hay una notoria diferencia entre Mientras aprende a leer el alumno debe repetir de memoria l.
las ideas de Locke y las de Rousseau. Para Rousseau todo es bueno ción Dominical, el Decálogo y el Credo. En cambio, debe vi.
en su estado natural, y es el contacto con los hombres el que corrom- cuidadosamente su lectura de la Biblia, para no ponerle delant1
pe. Para Locke, el niño en su estado natural se halla en un estado que no pueda comprender fácilmente. Pero, si se le limita
primitivo que no conviene en modo alguno a la vida de sociedad. terreno a historias "vividas", como las de David y Goliat, D
En su estado natural el niño es tosco en sus modales, desdeñoso, Jonatán, José y sus hermanos, sacará de ellas todo el provech<
burlón, excesivamente inclinado a censurar y a condenar, y dorado tico de que es capaz a su edad, y aprenderá a practicar virtud
de un espíritu de contradicción nefasto. El contacto ordinario con mordiales. Claro que pueden añadirse muchas máximas n
los hombres sólo consigue en nueve de diez casos, acentuar dichas tomadas de las Sagradas Escrituras y el catecismo, siempre <
tendencias en vez de reprimirlas. E incluso mitigándolas la socie- aprenda de memoria.
dad se presta un mal servicio. Hay que eliminarlas. ¿De qué ma- Cuando lea bien, se le enseñará a escribir. Como se trata '
nera? Mediante el ejemplo, con el buen ejemplo siempre e incul- adquiera una buena letra, bien legible, es de gran importanc
cando lo más pronto posible costumbres sanas. La instrucción pezar enseñándole a coger la pluma, a colocar el cuerpo, a
propiamente dicha no puede dar frutos mientras el niño no haya las letras, al principio en tamaño grande y progresivamen1
sido puesto definitivamente en el buen camino. pequeñas. En cuanto escriba de una manera decorosa y tenga
Sin embargo, no debe imaginarse que el arte de instruir es un letra, será el momento de iniciarlo en el dibujo y la pintt
arte fácil. No se logrará nunca nada si se parte del principio erró- para hacer de él un gran artista sino porque el dibujo es "en
neo según el cual puede obligarse al alumno a aprender todo lo ocasiones de gran utilidad para un caballero, · sobre todo 1
que se quiera. Se sublevará y con razón. Al contrario, es preciso viaja". Claro que si el alumno no muestra ninguna aptitud
primero hacerle comprender que se le otorga un gran favor preten- dibujo no se debe insistir.
diendo instruirlo y que la instrucción es realmente una diversión, un ¿En qué estábamos? Nuestro muchacho habla correctam1
verdadero placer que conviene haber merecido. Locke amplía dicho lengua materna; sabe razonar discutiendo los sencillos objet
argumento sugiriendo (igual que Comenio) que la educación de lo rodean cada uno y todos los días de su vida; lee de corrid
un niño debe basarse en el juego; que la enseñanza ha de ser fácil, expresarse al escribir sus observaciones. Es el momento o¡:
sólida, sucinta y dirigirse directamente a los sentidos, dando al alum- para ejercitarlq en el aprendizaje de una lengua extranjera: 1
no el conocimiento directo de los objetos. Así, Locke insiste sobre cés. Se empieza por ella porque es una lengua viva, una leng
la necesidad de poner en manos del discípulo varios juguetes edu- va a aprender hablándola. Al cabo de dos años de estudio el <
cativos que pueda manejar a gusto y por medio de los cuales apren- hablará y leerá el francés de un modo normal. Luego viene 1
derá poco a poco el alfabeto y después la ortografía. Es el punto puesto que es una lengua que todo caballero debe aprender, ¡:
de partida, la única preparación válida para iniciarlo en la lectura. y el pero es grave, pues los resultados obtenidos en nueve e:
Sólo cuando el niño manifiesta un deseo auténtico, casi imperio- cada diez, son deplorables.
so de leer se le pondrá un libro entre las manos. Locke no vacila Nuestras escuelas están atiborradas de muchachos, de h
en sugerir que el libro de su elección sería el de Las fábulas de comerciantes y de agricultores, a los que es perfectamente
Esopo, de preferencia con muchas ilustraciones y grabados a fin querer enseñarles dicha lengua. Se ven obligados a apren
de captar la imaginación infantil e impulsarlo siempre hacia acle- idioma que no les hará ninguna falta después. El latín 1
134 V. MALLINSON JOHN LOCKE 135
moda: por eso se enseña. Mal principio pedagógico. No hay duda mera fila, porque enseña con la vista y se conserva con la memoria.
de que es malo enseñar esa lengua si no existen razones más ló- El alumno debe familiarizarse con el globo terráqueo manejándolo
gicas sobre las cuales se funde dicha enseñanza. Mas hay algo peor siempre con el fin de conocer por medio de sus propios sentidos las
aún: y es que el método tradicional de presentar el latín a un alum- distintas divisiones del mundo, los distintos países, las montañas, los
no es malísimo. El muchacho debe aprender esta lengua -en la ríos, los promontorios, las bahías, etc. Luego viene la aritmética, la
medida de lo posible~ como una lengua viva (he ahí por qué em- más sencilla de las ciencias abstractas y "de una aplicación tan ge-
pieza aprendiendo una lengua viva: el francés) siguiendo los mis- neral en todos los asuntos de la vida". Después la geometría ( ¡bas-
mos métodos, a fin (claro está), no de hablarlo o de escribirlo a la tarán los 6 primeros libros de Euclides!) y la astronomía, pues Locke
perfección, sino de poder leer los autores antiguos. Un preceptor insiste aquí sobre la importancia de observar la correlación que
inteligente y hábil puede hacer la enseñanza del latín tan fácil y existe entre las diversas ramas. Así el alumno necesita aprender la
atrayente como la enseñanza de la lengua materna. A condición de aritmética para profundizar su estudio de la geografía -para calcu-
que no se obstine en aplicar los métodos tradicionales: ¡gramática, lar latitudes y longitudes, etc. La astronomía y la geometría le hacen
gramática y siempre gramática! falta para ampliar sus horizontes allende el globo terráqueo hasta
el sistema solar.
¡Cítenme como ejemplo una sola lengua que pueda aprenderse o ha-
blarse como es debido basándose en las leyes gramaticales! Una lengua "La cronología y la geografía son los dos ojos de la historia", dice
surge por accidente -sale del habla común del pueblo-, no se crea Larousse, formulando así una definición muy sucinta que Locke
artificialmente ni por medio de reglas. Y el que desee hablar una lengua hubiera aceptado con gusto. Por eso insiste en que se estudien am-
sólo tiene que seguir esta norma: no debe fiar más que en su memoria,
bas ramas a un tiempo, así como la historia que encanta e instruye
en los nuevos hábitos verbales que exige la práctica de la nueva lengua.
Si es preciso enseñar la gramática de una lengua, se le debe enseñar, for- por igual al hombre maduro (que encuentra en ella la confirma-
zosamente, al que la habla ya. De lo contrario ¿cómo apreciaría qué es ción de todas sus experiencias de la vida) y al muchacho (que está
la gramática? ávido de saber cuanto se refiere a los héroes del pasado). Sin em-
bargo, debe observarse que Locke se queda satisfecho si pone ante
Cuando ·el alumno se habitúa a hablar latín y a leerlo en textos el joven estudiante un manual de historia en latín, que lo conducirá
adaptados a sus intereses, se puede -y se debe- seguir con un mí- progresivamente a leer y a apreciar autores como Cicerón, Virgilio,
nimo de gramática y con ejercicios de traducción (versiones) des- Horacio.
tinados a ampliar sus horizontes y el conocimiento del mundo que Es evidente que el futuro caballero debe estudiar la moral, el
lo rodea. Pero nada de temas, ni de discursos latinos, ni declama- derecho natural y civil, así como la legislación nacional, pues "se-
ciones, ni versos. En su lugar será preferible que el alumno se per- ría extraño encontrar un caballero que ignore cómo está gobernado
feccione en el arte de escribir su lengua materna. No se llega a su país, ya que él será llamado a los puestos de juez o de ministro
dominar un idioma aprendiéndose de memoria un discurso que otro del Estado". En cambl.o respecto a la lógica y a la retórica, a las
pron"\)nció. Vale más leer a los poetas griegos y latinos que hacer que concede muy poco lugar, se reduce a recomendar la lectura de
malos versos en dichas lenguas. En conclusión, Locke excluye cla- "lo que está admirablemente escrito en inglés", recordándonos que
ramente del programa de estudios destinado al "caballero" el latín ''un niño bien nacido no debe aprender las pedanterías de la escue-
y el griego profundizados, en favor del cálculo, la geografía, la la". Basta con que sepa hablar y escribir bien y que haya adquirido
cronología, la historia y la geometría. O sea que las ciencias de la na- un bello estilo, simple y directo y una lengua pura. A Locke le dis-
turaleza y las ciencias del hombre deben ocupar el lugar de las gusta mucho el grado en que se descuida la lengua materna en favor
humanidades clásicas. Claro que nada impide enseñar esas distintas del latín, por ejemplo; recomienda que se multipliquen Jos eje. ci-
ramas en latín o en francés. cios escritos en la lengua materna y sobre todo que se cultive el
Entre estas diferentes materias la geografía se encuentra en pri- arte epistolar. Esto no significa que el latín o el francés deban
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excluirse del programa de estudios: al contrario, pero es preciso mico en todos sus movimientos. La música no es tan importante,
establecer una justa medida y recordar que los romanos, a la vez ya que no todos los discípulos poseen el talento necesario para ser
que estudiaban el griego, se ejercitaban de continuo en el arte de buenos músicos; normalmente la música es una distracción, un es-
expresarse con elegancia en su lengua materna. Imitando a los ro- parcimiento necesario. En cuanto a la esgrima y a la equitación,
manos, adiestrémonos, pues, tan concienzudamente como ellos, en son ejercicios físicos saludables, sobre todo para quienes habitan en
nuestra lengua materna, el inglés. una gran ciudad. No obstante, recuérdese que la esgrima es un
Respecto a las ciencias naturales tal y como nosotros las concebi- ejercicio bastante peligroso y no hace falta que nuestro alumno se
mos, sorprende observar que John Locke, hombre científico si los aficione en exceso a ejercicios que son únicamente pasatiempos ne-
hubo, no alcanzaba a comprender que lo que él denomina la filoso- cesarios al hombre bien equilibrado.
fía de la naturaleza se dividiría pronto en ramas bien definidas En realidad lo más importante para nuestro joven caballero es
como la química, la física, la biología, etc. Inglés típico de su tiem- aprender un oficio, "me refiero a un oficio mecánico que exija el
po, se limita a reconocer que "las obras de la naturaleza son imagi- trabajo manual; aconsejaría incluso que aprendiera dos o tres, pero
nadas por una sabiduría suprema y obedecen a leyes que ni nuestro uno más a fondo". Hay mucho donde elegir: jardinería, horticultu-
poder ni nuestra capacidad intelectuales nos permiten comprender". ra, trabajo manual en madera y hierro (y varios otros metales de uso
¿Cómo, pues, reducirlas a una ciencia exacta? Lo único posible es ordinario), el labrado de las piedras preciosas, de los vidrios ópti-
dividir esa "filosofía de la naturaleza" en dos partes distintas, meta- cos. Todo eso le suministrará un pasatiempo mucho más útil y
física y física, o sea, conocimiento de los espíritus y conocimiento humanamente sano que el ir a perder las horas y el dinero jugando
de los cuerpos. El primero debe fundarse en la revelación y dedu- a la baraja o a los dados. No hace falta añadir que, a más de todo
cirse de un estudio de la Biblia, porque existen muchos fenómenos esto, nuestro futuro caballero debe saber llevar los libros de conta-
naturales que sólo pueden explicarse postulando la txistencia de un bil~dad, .~o sólo a fin de administrar sus bienes, sino también por la
Ser Supremo que lo ordena todo de acuerdo con su voluntad divina. satJsfa.ccwn que produce organizar el presupuesto personal para los
Para el conocimiento de los cuerpos Locke recomienda principalmen- negocws y los placeres diarios.
te el sistema de su amigo Newton y los escritos de Boyle, así como Punto culminante de este sistema educativo es el viaje al extranjero
otros autores contemporáneos que se ocupan sobre todo en agri- -varios viajes- tanto para que el adolescente perfeccione su cono-
cultura y jardinería. Es decir que en ese terreno debe fundarse en cimiento de las lenguas extranjeras como para que "se vuelva más
experiencias siempre susceptibles de comprobación. Y concluye esta sabio y prudente conversando con hombres y pueblos de distinto
parte de su libro, que es sin duda para nosotros la más desilusionante, temperamento y distintas costumbres". Utilitario aquí como en todo
recordando que hay en la naturaleza un orden bien establecido y su programa, Locke critica acerbamente la costumbre de su época de
que hemos de ordenar nuestro sistema para estudiarlo. El todo es en e~viar a los muchac~os al extranjero cuando ya tienen el espíritu
sí mismo incomprensible; pero, al estudiar las distintas partes que b1en formado, o sea entre los 17 y los 21 años. Ya es demasiado
forman el todo, llegaremos tal vez a entender; mejor. tarde, y son muchos los casos de quienes regresan del viaje habiendo
Este programa intelectual debe completarse con ejercicios físicos desp~lfarrado, su :iempo después de dedicarse a los placeres y dis-
y estéticos -danza, música, esgrima, equitación. La danza es el más tracciOnes mas fnvolos de los que conservarán, por desdicha, toda
importante y nunca se empezará este ejercicio demasiado pronto. 1~ ,vida, un .recuerdo inolvidable. Y después de los 17 años es tam-
Pero hay que escoger un buen profesor de danza, un profesor que blen demas1ado tarde para conseguir hablar correctamente un idio-
conozca a fondo su arte y cuya ambición vaya más lejos de lo ma extranjero. Nuestro alumno deberá viajar mucho desde los 7
que exige la cortesía de la alta sociedad. En dos palabras: el pro- años hasta los 16, siempre acompañado de un preceptor. !ste cui-
fesor de danza conoce la anatomía y ejercita con cautela todas las dará de que perfeccione su conocimiento de la lengua extranjera, de
partes del cuerpo de su joven alumno para hacerlo flexible y rít- que frecuente las personas que convenga y que busque pasatiempos
JOHN LOCKE 13!
V. MALLINSON
138 Así la reflexión forma "ideas complejas", tales como las ideas dt
fecundos, y aprecie en su justo valor a las gentes de quienes es b~ll~za, de las sustancias y de las relaciones que pueden existir entn
huésped transitorio. Sólo más tarde, ya hombre, y cuando posea una distmtas cosas. Citemos un ejemplo. El niño en su casa toca la mesa
gran experiencia de los viajes, podrá viajar solo. Y es entonces c~an­
;iene ~a sen.~ación de algo oscuro, cuadrado, duro y liso. Es un;
do, refiriéndose instintivamente a las buenas costumbres contraidas
idea Simple . Es su mesa, en su casa. Va a la del vecino. Toe;;
en su juventud, sacará el máximo provecho de sus contactos con las
algo que es negro, duro, ovalado y liso. Es la mesa del vecino
gentes de ultramar. . Otr~ _"idea ~imple". Pero ya el espíritu trabaja y por la reflexió 11
Tal es, a grandes trazos, el contenido de los Pensamzentos sobre ~a
~lmno empieza a clasificar las distintas mesas que existen, y puede
educación de John Locke. ¿En qué consiste, pues, su importanCia
mcluso pensar en otras que pueden existir pero que no ha visto aún.
como educador? ¿En que ha formulado una doctrina pedagógica
La "idea com?leja" ha nacido. Es evidente que la reflexión, por su
que debe enseñar al caballero de su tiempo a expresarse, a conser-
naturaleza misma, debe vigilarse escrupulosamente. Las conexio-
var su puesto en la sociedad, y saber_ tambié~ llevar ~us cuentas?
nes entre n~estras ideas, su comparación, he aquí lo que exige todos
¡No! ¿En que ha ejercido una gran mfluenCla a traves d_e sus ~s­
nuestros cm~ados, toda_ nuestra vigilancia intelectual. Porgue sólo
critos en Rousseau? Al contrario, hay un mundo de d1ferenC1as
las c?mparacwnes expenmentadas hacen posible el conocimiento dis-
entre lo que predica Locke y lo que predica Rousseau. ¿En que ha
cumvo, la obra de información y la obra de meditación que depen-
insistido sobre el hecho de que es necesario el concurso del carácter
den de ella.
y de la inteligencia para la formación de la personal_idad -cosa
1 b cierto q~~ desde el punto de vista puramente filosófico hay
que le induce a convertirse en un psicologo comprens1vo, a _tratar
mucho que cnticar en esta teoría de John Locke. No olvidemos, sin
a cada alumno como a un individuo para el cual se debe eleg1r con
em?,argo, que Locke lo sabía también y que, a partir de la publi-
esmero el método de instrucción que más le conviene? Indudable-
~acwn de An Essay Concerning Human Understanding, trabajó
mente, sí. Pero es preciso ir más lejos.
Hay que volver a su An Essay Concerning J-!uman U~~erstand-
i_ncesantemente en otro ensayo, Of the Conduct of the Understand-
tng, que nunca terminó y que se publicó después de su muerte. No
ing y a la teoría que desarrolla allí, y que conc1be a~ espmtu como
hay _que pretender tampoco que en este último resolvió su problema.
una tabla rasa y la sensación como el punto de paruda de toda _no-
Lo importante para nosotros, los educadores, es que en ese postrer
ción. El sensualismo se impone, pues, como cosa ~e buen ,senudo.
ensayo Locke vuelve sobre el problema de la obra de meditación
Es la sola fuente de donde puede proceder un sent1do comun razo-
y del conocimiento. Está convencido de que el entendimiento es la
nable. De la sensación se derivan las primerísimas ideas del niño,
base de todo, que es incluso más importante que la voluntad por-
y luego, de la contemplación. Estas ideas proceden.:~s de 1~ sens~:
que es el móvil de ésta y de cada uno de nuestros actos. Lo es~ncial
ción de la contemplación son lo que Locke llama _1deas s1mples ·
es p~ns_ar bien, entender bien. Pero, puesto que todo nuestro en-
Las subdivide en ideas que proceden sólo de un sentido; las que re-
tendimiento_ procede de _la formación de ideas complejas, por medio
·ultan de la acción de varios sentidos; las que nus llegan por la
de la reflexwn, es preCiso sobre todo aprender a reflexionar y ra-
~ontemplación; las que son una combinación de sensación y. con- zonar bien.
templación. A partir de estas últimas formulamos. nues:ras n_ocwnes
Así, en 0/ the Conduct of the Understanding, Locke vuelve al
del placer, del dolor, del poder, de nuestra prop1a ex1stenC1a y de
progr_ama de estudios de su ''caballero". Para llegar a la verdad hay
continuidad. que liberarse de todos los prejuicios, estudiando un problema desde
Pero para la recepción de estas "ideas simples" el espíritu es pa-
todos sus puntos de vista y en todos sus aspectos. Los prejuicios
sivo. Una vez recibidas dichas "ideas simples", el espíritu las _ela-
falsean el raciocinio. Por lo tanto debe tenerse una experiencia de
bora de diversas maneras: o bien las combina para formar un_a _1dea
la vida lo más vasta posible. Claro es que no se puede verlo todo ni
ompuesta · 0 bien las coloca una al lado de otra o ara perc1b1r la
e ' f " b •1 " hacerlo todo. Pero no es necesario verlo todo. La lectura nos abre
relación que existe entre ellas; o las aísla y orrna una a straccwn ·
140 V. MALLINSON JOHN LOCKE
1•
un mundo que de otra manera quedaría perdido u oculto para nos-
otros. Es decir, la lectura bien dirigida; y suponiendo que se sabe BIBLIOGRAFIA
leer. Leer no es recibir y aceptar ciegamente como la verdad supre-
ma todo lo que se encuentra en un libro, lo mismo que estudiar no Joh~x~~~;e{/~J Es~ay PConcem[ ing Human Understanding. Ed. A. C. Frase
niversity ress. Trad esp en FCE M' .
es tampoco retener en la memoria un montón enciclopédico de John _Locke, Some Thoughts Conce~nin; Educatio'n ;~lci 1956.] .
hechos mal digeridos y mal comprendidos. El arte de leer bien bndge University Press; traducido al franc ' . . . H. Quick, Can
es uno de los más difíciles. Por consiguiente, la tarea primordial de (r82r), Fochier (r882) y Compayré (r889)~ por Coste (r695), Thun
un preceptor es iniciar a su alumno en dicho arte. Debe conducir John ~ck~, The Conduct of the Understandit~g. Ed. T F l
Umversity Press. · ow er, Oxfor
al discípulo a criticar lo que lee, a pensar y estimar el argumento
D. J. _O'Connor, fohn Locke. Pelican.
que se le expone, a buscar todas sus faltas de lógica. Eso es refle- Maunce Cranston, fo~n Locke: a biography. Longmans Creen and Co
xionar bien. Bertrand Russell, Htstory of Western Philosophy All d U ..
· en an nw1n.
Además, para ayudar al alumno a razonar y reflexionar bien, no
hay nada como el estudio serio de las ciencias matemáticas. No
se trata de convertir al alumno en un buen matemático, sino de en-
señarle todas las trampas en que puede caer si su razonamiento es
falso. A la vez, el hecho de que se encuentre ante problemas que
no llega a resolver le recordará cómo el razonamiento y el entendi-
miento humanos pueden fallar .
John Locke es fiel a sí mismo. En esta obra póstuma sigue fir-
memente unido, como en todos sus escritos, a esos empíricos -hom-
bres de ciencia y filósofos, como sir Francis Bacon, Thomas Hobbes,
Harvey, Boyle, Newton, Hume- que dominarían el mundo de las
ideas hasta e! siglo XIX con su racionalismo experimental que pre-
tendía que las únicas fuentes del conocimiento son la experiencia
sensible y las discontinuidades naturales que presenta, y que las ideas
de que disponemos no son más que denominaciones por medio de
las cuales reunimos colecciones de impresiones sen.sibles, espontá-
neamente asociadas entre ellas. Desde d punto de vista puramente
pedagógico, este racionalismo experimental nos da, sobre todo gra-
cias a Locke, una nueva escuela de psicología empírica, el aban-
dono del método deductivo, la condenación del verbalismo y del
est~dio de las palabras sin las cosas, la experiencia como punto de
partida de todo estudio, la enseñanza por medio de las cosas y por
la observación directa -la escuela de la vida para la vida.

VERNON MALLINSQN
ROLLIN Y LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 143
administración universitaria como se consagraría a la dirección de
un banco o de un municipio, como el que, ni funcionario ni filósofo
VI. ROLLIN FORJA EL ESPÍRITU DE LA ~ero ~~1 vez .a medias lo uno y lo otro a un tiempo, trata, en un;
ENSEÑANZA SECUNDARIA sJtuacwn sooal determinada, de definir un clima en donde el espí-
(r66I-I74I) ritu/ el ~uerpo ~el hombre se desarrollen a sus anchas, y de labrar
en el las mst1tucwnes escolares a fin de conseguir en ellas el mejor
Si el progreso de la humanidad se debe, como ya hemos demostrado rendimiento humano.
respecto a un punto difícil, a la colaboración de esfuerzos siempre Adoptando dicho punto de vista se ahorra establecer comparacio-
distintos y a veces antagónicos, la realidad de esta máxima general n~s entre personas demasiado distintas para pertenecer a un mismo
aparece con una claridad asombrosa en la historia de la educación. genero, y se coloca de nuevo a la pedagogía en el lugar que le co-
Hay pocos terrenos -excepto el de las instituciones políticas- en rresponde. No hay que comparar a un Rollin con Platón con
donde la confrontación y la fecunda oposición dialéctica de los rea- Montaigne, con Rousseau o con Auguste Comte· sino más' bien
listas y los idealistas sea tan evidente. Tradicionalista por instinto, 1 • • • ' '
con un Isocrates, un Qumtlhano, un Éguinard, un Juan Bautista
'

puesto que es el lugar donde la generación presente trasmite a la de La Salle, un Comenio o un René Hubert.
que sigue los valores que su experienc~a considera co~firmad~s, la_ es- Gabriel Compayré, que no siempre le ha hecho justicia, tuvo al
cuela no deja de recibir, desde el extenor, las conmociOnes anarr.:iUicas menos el mérito de comprender exactamente el lugar histórico de
traídas por los profetas de un porvenir todavía borroso. Por este este hombre y .la manera en que se esforzó en pensar y mejorar la
motivo una historia de la educación ha de ser necesariamente he- escuela de su t1empo. En efecto, Rollin señala el momento preciso
terogénea. No puede olvidarse de abordar directamente las institu- en ~ue la monarquía francesa, que ha vuelto a encargarse de la uni-
ciones que dispensan el saber, a fin de estudiar, mediante el análi~is v~rsidad derrumba~a ~urante las guerras religiosas, procura orga-
minucioso de los horarios, de los programas y de los manuales, el fm mzar, frente a los ¡esmtas y los oratorianos, una enseñanza secun-
concreto.que se propone la gran máquina escolar, y la naturaleza del dari~ que pueda vigilar directamente y cuyos métodos tienden a
espíritu que la anima. No puede tampoco pasar por alto a esos gran- dommar todos lo colegios libres del reino. La nueva carta de la
des doctrinarios cuya voz poderosa nos hechiza y cuyas utopías nos enseñanza pública, es el reglamento de r6oo: "Leyes y Estatutos
seducen. Pero cuanto más nos familiarizamos con las cuestiones do- de la u~iv.ersidad, hechos y promulgados por orden y voluntad del
centes, más advertimos que la realidad de la escuela escapa a la vez muy cnst1ano y muy invencible rey de Francia y de Navarra
al determinismo sociológico y a lo arbitrario de la filosofía. Aun- Enrique IV."
que la escuela se halle frecuentemente bastante lejos del servilismo Este reglamento consagra múltiples usos, esboza algunas leves
ideológico que desean los que detentan el poder, no debe tampoco reformas, y, sobre tod~, instaura una disciplina más severa que la
creerse que acoge con tanta facilidad esas grandes síntesis nuevas del ~asado, cuyos progresos fueron vigilados por las sucesivas ins-
que, sin embargo, parecen caracterizar a todo un siglo. Ligada a la pec~wn~s a lo largo del siglo xvn. La Universidad (entiéndase la
sociedad futura por la preparación eficaz de la juventud, y a la so- Umvers1da~ de P~r~s, pues las universidades de provincias tienen
ciedad presente por la situación de sus profesores y por su condición sus respectivos pnvllegios y la enseñanza superior recluta sobre
histórica, la escuela se sumerge en su propio pasado cultural que le todo su~ alumnos en los florecientes colegios de los jesuitas, iguales
da su memoria y su sensibilidad personales. A través de esta me- o supenores a los de la capital), la Universidad, decíamos, conserva
moria y de esta sensibilidad acoge las transformaciones políticas en él su organización anacrónica. En la cumbre las tres facultades
y las revoluciones culturales. Si nos situamos en este punto .de de teología, derecho y medicina; en la hase la Facultad de las artes
vista, el pedagogo por excelencia no es quizá tanto el que ~onc1be es decir, .un haz bastante nutrido de colegios dirigidos por princi~
una nueva imagen del hombre o del niño, ni el que se ded1ca a la pales o "¡efes de colegios" con poderes muy amplios (no sólo sobre
142
144 P. MESNARD ROLLIN Y LA ENSEÑANZA SECUNDARIA 145
los alumnos, sino también sobre el personal docente), sometidos del colegio de Plessis, donde brilló sobre todo en sus estudios de hu-
ellos mismos a la autoridad del rector (decano de la Facultad de manidades. La austeridad de sus costumbres, tan notables como sus
las artes), la cual se hace sobre todo sentir en forma de inspecciones trabajos, le hizo inclinarse hacia la teología: conquistó sus títulos
generales. Entre estos establecimientos de enseñanza secundaria en la Sorbona, pero no recibió las órdenes sagradas, sin duda por un
los más importantes eran los colegios de Arcourt, Beauvais, Gras- e~ceso de escrúpulos debidos a la influencia de ese ambiente janse-
sins, Plessis-de-Montaigu, y del Cardinal-Lemoine. nzsta. Por otra parte, permaneció leal hasta su muerte al recuerdo
En cuanto a su estructura, la enseñanza dada en estos colegios no de Arnauld y al espíritu de Port-Royal.
está muy definida: el número y denominación de las clases no figu- ~n r683 sustituyó de pronto, como profesor de segunda, a su
ran en el reglamento. Sabemos únicamente que los niños ingresaban antiguo maestro Hersan, en el colegio de Plessis, cátedra qwe cam-
a los nueve años en una clase que corresponde más o menos a biará en r687 por la dC:: retórica en el mismo establecimiento y en
nuestro 4°, pasando allí alrededor de siete años, dos de ellos de filoso- r?SS por la de elocuencia en el Colegio de Francia. Sus éxitos y sus
fía. Ideológicamente el espíritu del colegio se caracterizaba por la VIrtudes lo llevan, en 1~4, al rectorado de la Universidad de París·
más completa sumisión al rey muy cristiano, lo que suponía, por pu::to qu: ~c.upa en tres ocasiones, el último poco antes de su depu-'
otra parte, una profesión obligatoria de fe católica. En el aspecto racwn defmitiva, en 1720. En el intervalo había sido dieciséis años
cultural se trataba de una preparación humanística para una ense- "pr!?cipal'_' en el colegio de Beauvais, de donde lo expulsó la cábala
ñanza superior todavía puramente formal (puesto que el ejercicio anti¡ansemsta en 1712. f:sta no pudo alejarlo de la Academia de las
esencial de los futuros médicos seguía siendo la polémica). El latín Inscripciones, donde fue elegido en 1701, pero le cerró la Academia
era el vehículo y hasta cierto punto la sustancia misma de dicha francesa y continuó persiguiéndole incluso después de su muerte,
enseñanza. Se le tenía tal respeto que una falta en esa materia ad- puesto que hubo que esperar hasta la restauración para ver coronado
quiría proporciones sacrílegas, como lo prueba el famoso artículo en r8r8 su elogio, debido a Berville. Rollin conoció entonces un
17 del reglamento citado. "Habrá en cada clase un vigilante que auge extraordi~1ario, ya que sus obras completas (30 volúmenes en
9
presentará al jefe del colegio una lista de los alumnos que hayan 8 ) fueron obJe.to de seis ediciones rivales entre 1817 y r8 , de
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faltado al oficio divino, o que hayan empleado la lengua vulgar o las cuales las meJores son la de Letronne en r82r-1825 y la de Guizot
que hayan cometido alguna falta grave." en r821-27, mientras que Villemain y Nisard exaltaban su recuerdo.
Semejante estructura política y cultural hubiera podido conseguir Re~ordamos estos nombres para demostrar cuán profundamente
que el ideal universitario retrocediera a la época de Janotus de se mserta el Tratado de los estudios de Rollin, en la tradición de la
Bragmardo y de otros sorbonistas prepantagruélicos. Si no sucedió universidad fra~cesa. f:sta. pasa durante los siglos xvn y xvm por
así tal vez se deba a que la sociedad civil impuso progresivamente una fase muy smgular: m ten tras la enseñanza superior declina en
la norma del hombre honrado, más flexible y más abierto; tal vez ella continuamente (las universidades están ya moribundas cuando
también a que la competencia de los jesuitas, mejor adaptados al la Revolución las suprÍme), la enseñanza secundaria se desarrolla y
espíritu nuevo, determinó pronto una serie de reformas; pero se s?brevive a las crisis más diversas, no sólo en su estructura (genera-
deb{ó además, sin duda, a que lo§ profesores de la Universidad su- lizada por. Napoleón 1) sino incluso en su espíritu, que no varía
pieron llenar esos programas de un humanismo auténtico que sobre- hasta mediados del Segundo Imperio. La universidad de Rollin
vivió a su aplicación. Estos tres factores se encuentran admirable- fue definitivamente sustituida por la universidad de Víctor Cousin
mente reunidos en el caso de Louis Rollin. primero y la de M. Liard después.
Nacido en r66r, en París, en un medio de pequeños artesanos, Lo más curioso en el caso del Tratado de los estudios es que su
llamó la atención, por sus precoces cualidades escolares, de un be- autor tenía plena conciencia de la situación histórica que tratamos
nedictino encargado de la educación popular y obtuvo una beca de de definir. .Est~ ob;~ debió su nacimiento a una circunstancia cuya
interno en el colegio de los Dieciocho. Luego siguió los cursos trascendencia stmbohca no puede escapar a nadie. Un siglo de fun-

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