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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

INFORME DE CAS.

AUTOR(ES):

ASESOR(A):

CLAUDIA AREVALO SANTA MARIA

PRACTICA TERMINAL I

LIMA — PERÚ

2023-I

INFORME N. 001998-20 14-PA/TC

1. Partes procesales

Demandante:

● Silvia lucia valdez delgado


Demandados:

(Jueza del décimo séptimo juzgado de familia de Lima)

● susana mendoza caballero

(Magistradas de la sala especializada de familia de la corte superior de


justicia de lima)

● María Capuñay Chávez.


● Carmen Cabello Matamala
● Patricia Beltran Pacheco

2. Resumen de hechos más importantes

El día 23 de Febrero de 2007, la señora Susana Mendoza Caballero


interpone demanda de acción de Amparo contra la Sala Especializada de
Familia de Lima de la Corte Superior de Justicia, conformada por las
Magistradas María Capuñay Chávez, Carmen Cabello Matamala y Patricia
Beltral Pacheco. Solicitando se repongan las cosas a su estado anterior a su
última resolución, mediante la cual hacen entrega en su totalidad del bien
inmueble en común en sociedad de gananciales a su ex esposo Don Jaime.

Está resoluciones que hace mención la señora Susana Mendoza Caballero


son debido a que en primera instancia el Decimo Septimo Juzgado de
Familia, otorgó a ambas partes el 50% de las acciones para que hagan uso y
disfrute pero luego esta decisión fue cambiada otorgándole la totalidad a
Dona Jaime al considerar ser más perjudicado en la separación solicitada.

Las demandadas respondieron indicando que todas las resoluciones fueron


desarrollados en el proceso regular, en consideración de la actuación de
medios probatorios y a una debida valoración del hecho en cuestión, así
como también Don Jaime Leonardo Sanchez contestó indicando que los
mismos argumento que menciona su ex esposa, son los mismos indicados en
primera y segunda instancia, ya que todos los mecanismos procesales fueron
establecidos de acuerdo a ley.

Así mismo se mencionó que la sala de Derecho Constitucional y Social


permanente de justicia al establecer los indicios de la justicia ordinaria, debido
a que ellos determinan razonablemente si existió menores condiciones para
el ex cónyuge demandado.

El tribunal constitucional hace analisis del articulo 35-A referido a la


indemnización en caso de perjurio por el cónyuge que resulte perjudicado en
la separación, indicando que no necesariamente el 50 % de la alícuota total
sería suficiente para determinar el monto indemnizable, siempre y cuando
sean verificados la existencia de la premisa fáctica, indica que en el presente
caso no tiene problemas de corrección y que lo alegado por la demandante
es la búsqueda de una nueva valoración de medios probatorios , decide por
desestimar la demanda.

3. Falta de motivación de Resoluciones Judiciales

En el presente caso la recurrente Silvia Lucia Valdez Delgado, sostiene que


los órganos jurisdiccionales de primera y segunda instancia no han motivado
correctamente sus decisiones, ello en vista de que el Decimo Setimo Juzgado
de Familia habría declarado fundada su demanda en parte y declarado
fundada la reconvención interpuesta por el demandado, adjudicando a este
último un bien inmueble que perteneció a la Sociedad Conyugal, no obstante
dicha decisión no habria sido debidamente motivada porque no habría
señalado el grado de perjuicio o necesidad que se la causó al cónyuge
demandado .

Ello en vista de que el artículo 345 del código civil señala acerca de la
Indemnización en caso de perjuicio, sobre un proceso de separación de
hecho, el mismo que el Juzgado habría interpretado erróneamente y motivado
de forma deficiente su decisión, porque dicho artículo hace mención a que
debe considerarse el daño personal y la estabilidad económica del cónyuge
que ha resultado más perjudicado de la separación de hecho.

Lo anterior no fue detallado por el Juzgado al momento de motivar su


decisión, lo cual tampoco habría realizado los magistrados de la Sala
Especializada en Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima.

4. Análisis del caso concreto


La excónyuge inició un proceso de amparo contra la resoluciones emitidas
durante el proceso de divorcio por separación de hecho, impugnando el
extremo por el cual se le había entregado la totalidad del bien conyugal a su
exmarido. Argumentaba que las instancias judiciales ordinarias no habían
expresado las razones de tal decisión.

Al llegar el caso a conocimiento del Tribunal Constitucional, el Colegiado


consideró que el control de las resoluciones judiciales es pertinente “cuando
se evidencien errores de interpretación sobre la extensión del ámbito del
protección de un derecho fundamental sin que ello implique indicar a un juez
ordinario cómo debe aplicar una norma de rango legal”. Añadió el TC que la
eventual interpretación del artículo que regula la indemnización sobre
separación de hecho (art. 345-A del CC) “no compromete el ámbito normativo
de un derecho constitucional”.

El TC acotó, sin embargo, que el control de la motivación puede autorizar la


actuación del juez constitucional cuando las premisas de las que parte el juez
ordinario no han sido confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica
o jurídica. Pero, precisa el Colegiado, esta situación no ocurrió en el caso en
concreto.

Para apoyar su análisis, el TC transcribe los considerandos más importantes


de las sentencias de primer y segundo grado del proceso de divorcio,
advirtiendo que ambas cumplieron con motivar coherentemente que la
adjudicación preferente del inmueble se debió a que el marido fue
considerado como cónyuge perjudicado. Al ser esto así, no se evidenció vicio
alguno en la motivación.

Efectivamente, de acuerdo con lo expresado en las sentencias, quedó


determinado que la esposa demandante fue quien se retiró del hogar
conyugal en un contexto donde el marido había perdido su empleo. Asimismo
se verificó que el padre había asumido la tenencia de los hijos, quienes
además declararon que a él le costó asumir la separación.

Otro argumento para desestimar el amparo presentado por la ex esposa es


que el Colegiado advirtió que lo que pretendía la demandante era que el juez
constitucional resuelva de un modo distinto a lo que habían actuado y
valorado los jueces ordinarios. Sobre el particular, el TC determinó que ello
conlleva a que la justicia constitucional pueda realizar una nueva valoración
del material probatorio, cuando eso le está vedado.

5. Comentario

Respecto de la sentencia estudiada podemos dar cuenta que el Tribunal toma


como el hecho más relevante el abandono del hogar conyugal de la
demandante Silvia Lucía Valdez, hecho que coincide con que su ex esposo
don Jaime Leonardo Sánchez Darcourt haya quedado desempleado, siendo
que estos hechos a interpretación del Tribunal Constitucional caben dentro de
la figura el Artículo 345-A mediante el cual se establece que en un proceso de
divorcio se deberá de velar por la estabilidad económica del cónyuge
perjudicado.

Asimismo, el Tribunal fundamenta su resolución en el aspecto que las “…


interpretaciones de la ley realizadas por los órganos jurisdiccionales que no
comprometen la interpretación del ámbito normativo de un derecho
constitucional no pueden ser asumidas por los jueces constitucionales.”

Sin embargo, para nuestro grupo, los tribunos han pasado por alto lo resuelto
bajo el Expediente N° 0090-2004-AA/TC-Lima, mediante el cual se indica
que la discreción de los árbitros judiciales está sujeta a los siguientes grados:

La discrecionalidad mayor es aquélla en donde el margen de arbitrio


para decidir no se encuentra acotado o restringido por concepto
jurídico alguno.

La discrecionalidad intermedia es aquélla en donde el margen de


arbitrio se encuentra condicionado a su consistencia lógica y a la
coherencia con un concepto jurídico indeterminado de contenido y
extensión.
La discrecionalidad menor es aquélla en donde el margen de
arbitrio se encuentra constreñido a la elección entre algunas de las
variables predeterminadas por la ley.
Ahora bien, la discrecionalidad puede vincularse a algunas de las
cuatro materias siguientes:

La discrecionalidad normativa

Consiste en el arbitrio para ejercer la potestad de reglamentar las


leyes sin transgredirlas ni desnaturalizarlas.

La discrecionalidad planificadora

Se la entiende como el arbitrio para la selección de alternativas


de soluciones en aras de alcanzar racionalidad y eficiencia
administrativa. Para tal efecto, será necesario determinar la
relación de objetivos, políticas, programas y procedimientos
compatibles con los recursos materiales y humanos disponibles.

La discrecionalidad política

Es el arbitrio de la determinación de la dirección y marcha del


Estado. Por ende, tiene que ver con las funciones relacionadas
con el curso de la acción política, los objetivos de gobierno y la
dinámica del poder gubernamental. Para tal efecto, define las
prioridades en lo relativo a políticas gubernamentales y al
ejercicio de las competencias de naturaleza política.

Esta potestad discrecional es usualmente conferida a los poderes


constituidos o a los organismos constitucionales.

La discrecionalidad técnica
Se define como el arbitrio para valorar o seleccionar, dentro de
una pluralidad de opciones, un juicio perito o un procedimiento
científico o tecnológico.

En tal sentido encontramos que tanto el a quo como el ad quem no han


seguido un proceso adecuado, emitiendo resoluciones basadas solo en
una aparente interpretación de los medios probatorios ofrecidos,
asimismo, el Tribunal no ha seguido de manera adecuada el Iter
procesal, lo que les habría permitido entender que aspectos como el
daño moral provocado por una ruptura debe de ser demostrado con un
medio probatorio cualitativo adecuado y no con una declaración de
parte.

6. Conclusiones

Como grupo concluimos que, el TC tomó la decisión correcta al declarar


fundada la demanda de amparo ya que se pudo acreditar que las
resoluciones no fueron debidamente motivadas, vulnerando el derecho a la
debida motivación de las resoluciones judiciales. Adicionalmente, se pudo
determinar que la adjudicación de los bienes a favor del ex-cónyuge ha sido
irrazonable y desproporcionada con la razón de que existía prueba suficiente
donde se demuestre el perjuicio mayor al ex-cónyuge.

Finalmente, el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales como


indica el artículo 139, inciso 5, de la Constitución; se establece que los
órganos judiciales tienen la obligación de resolver las pretensiones sin
cometer desviaciones, modificaciones o alteraciones, y responder ante todas
las pretensiones sin excepción con fundamento claro y preciso. En este caso,
no se dió así y sumado a ello no existió suficiente sustento fáctico para
considerar que la resolución esté bien motivada.

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