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La escritura: proceso semiótico reestructurador de la conciencia.

Fabio Jurado
valencia. Universidad Nacional de Colombia, Departamento de literatura. Ponencia, XVIII
congreso de lingüística, literatura y semiología. Reseñado por María Bustamante.

No es desconocido que las formas en que se enseña a escribir puede padecer algunas
fallas, como el hecho de preocuparse por que los estudiantes solo aprendan el hecho de formar
oraciones y frases, dejando de lado la significación, por eso Fabio Jurado en su artículo
expone los pensamientos y afirmaciones que él y otros estudiosos han ofrecido a la orientación
hacia la escritura y la lectura. Su artículo comprende 10 páginas en donde explica los
problemas de esta en relación con el mecanismo que emplea la escuela.

En primer lugar, Jurado se basa en los pensamientos de Ong como punto de partida y
de gran ayuda para la situación que Colombia presenta en cuanto a la lectoescritura. Pues se
centra en abarcar la problemática de aprendizaje de la lectura y escritura y las deficiencias con
las que llegan los estudiantes a la universidad. De manera que, el texto abarca una
investigación que el autor realizó para las dificultades del aprendizaje lector y escritor y fija
algunos aportes desde las ciencias filosóficas, semiótica, psicológicas, que autores como
Bartes entre otros han contribuido a descifrar el problema que atañe al lenguaje, en este
sentido, existe una conexión entre lo que se dice, lo que se interpreta y lo que se escribe, pero
que a su vez no parecen ser iguales; lo que Hjelmslev llama espejo del lenguaje.

En segundo lugar, el autor establece desde el estudio semiótico cómo la lectura y


escritura entrelazadas son las formas de expresión y contenido, de ese modo ambas van de la
mano, la una no funciona sin la otra y viceversa, por eso deben ser trabajadas por igual dentro
de la educación básica escolar, sin embargo, la escuela deja de lado la función semiótica del
lenguaje y es ahí el problema en el futuro de los universitarios, provocando la falta de análisis,
síntesis y abstracción. De manera que, para reorientar ese proceso, Jurado inicio un programa
a un grupo de niños en Bogotá, trabajando la lectura de narrativas de diverso tipo, enmarcados
hacia la competencia comunicativa y construcción de narrativas kinésicas, icónicas y orales.
Después de ser un reto con niños que ya llevaban el sistema de aprendizaje ambiguo de
escribir, el proyecto dio resultado al ver que presentaban narraciones con la competencia
textual-oral.
Por último, para la tarea de todo el análisis y presupuestos de la semiótica del lenguaje,
urge que en la etapa universitaria los estudiantes reconozcan el dinamismo de la lectoescritura
para apoderarse del saber-saber, de este modo, aplicar lecturas analíticas y la
recontextualización sobre la base de la escritura, para ello la actividad debe ser centrada más
en el estudiante que en el docente. No obstante, afirma Jurado que eso no da resultado por sí
solo, la concientización, el reconocimiento de errores y el modo de ver la lectura y escritura
por parte de los estudiantes en fundamental para renovar esos procesos, pues en analfabetismo
funcional universitario es bastante fuerte, y basta con que los estudiantes tomen control de su
aprendizaje para erradicar el problema.

En definitiva, las ideas plasmadas por el autor no son un invento, esto ha sido trabajado
durante años y con sus aportes ha ayudado a reconocer que existen más posibilidades de
cambiar la enseñanza tradicional del lenguaje, a pesar de descubriste todo ello, es un trabajo
complejo, el proceso de plasmar una idea tal como se piensa no es lo mismo, y que para ello la
escritura es necesaria para materializar los pensamientos, dejando de lado el mecanicismo,
apoyando así a una reestructuración de carácter pedagógico en las escuelas y educación
superior.

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