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CIENCIAS 03
astronomía
Una historia breve de la
Una historia breve de la
astronomía
José Medina
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I.S.B.N.:978-84-8138-800-8
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José Medina
Profesor Emérito de la Universidad de Alcalá
Octubre 2007
ÍNDICE
SIGLOS XX Y XXI
Espectro de emisión estelar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Radioastronomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Telescopios y observatorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Infrarrojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Visible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Cosmología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Ultravioleta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Astronomía X . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Astronomía de rayos gamma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
SISTEMA SOLAR
La Luna, nuestro satélite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
Mercurio, planeta cercano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Venus, planeta gemelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
Marte, planeta rojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Planetas jovianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Planetas enanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Cuerpos pequeños del sistema solar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
El Sol, nuestra estrella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
RAYOS CÓSMICOS
Los comienzos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Energía inferior al TeV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
Cascadas extensas en la atmósfera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
Origen y aceleración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 13
PERSONAJES
Desde el comienzo al siglo V . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
India . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Grecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Del siglo VI al XIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
China . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
El Islam . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
Europa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
Del siglo XV al XVII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
Siglo XVIII y XIX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
Siglo XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
CRONOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
GLOSARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
DESDE EL COMIENZO AL SIGLO V
Prehistoria
Mesopotamia
Las primeras escrituras aparecen al final del cuarto milenio a.C. y la his-
toria escrita comienza en el tercer milenio a.C., en los territorios de lo que
hoy llamamos Oriente Medio, entre las orillas de los ríos Eufrates y Tigris se
formó Mesopotamia (que significa tierra entre ríos), que ocupó lo que hoy
son las zonas no desérticas de Iraq. Al sur, en la costa del golfo Pérsico, flo-
rece la civilización sumeria, donde la actividad productiva la formaban los
labradores que cultivaban la tierra o recolectaban los frutos, los pastores que
cuidaban sus rebaños y los pescadores, que en los ríos buscan su sustento. A
la vez que estas, aparecen actividades no productivas directamente, como
carpinteros, alfareros, orfebres, canteros, cocineros y pasteleros, que ejercen
sus oficios para los políticos y sacerdotes, que gobiernan de forma autorita-
ria a sus conciudadanos. Aparece el sometimiento a las clases dominantes y
como consecuencia la guerra y la esclavitud, produciéndose el desarrollo
técnico y artístico debido a las exigencias de las clases dominantes. Los ciu-
dadanos se van concentrando y formando ciudades que están gobernadas por
un rey (lugal en su lengua que significa gran hombre) y su séquito de políti-
cos y sacerdotes. Hacia la mitad del siglo XX a.C. los semitas del desierto
del noreste invaden el sur y el estado sumerio desaparece, quedando Meso-
potamia formada por ciudades-estado de las que la más floreciente es Babi-
lonia, que se encuentra a 110 kilómetros al sur de la Bagdad actual. Los téc-
18 JOSÉ MEDINA
nicos babilonios describían cómo se tenían que hacer las cosas sin importar-
les el porqué de su funcionamiento, no tenían el concepto del universo racio-
nal, dado que los dioses eran caprichosos. No obstante, eran meticulosos y
realizaron observaciones del cielo precisas que anotaron sistemáticamente.
El sistema de numeración babilónico era sexagesimal, es decir el 60 ocupa
el lugar del 10, esto nos ha dejado nuestras horas de 60 minutos, nuestros
minutos de 60 segundos y nuestra circunferencia de 360 grados; este siste-
ma es altamente eficaz, pues facilita el cálculo, debido a que evita gran can-
tidad de fracciones al ser divisible por 2, 3, 4, 5, 6, 10, 12, 15, 20 y 30. La
mayor parte de la tierra cultivada pertenecía a los dioses, los servidores de
estos, los sacerdotes tenían que cuidarla, por ello debían de tener un calen-
dario preciso que les predijera las épocas de siembra y cosecha. Elaboraron
un calendario basado en el ciclo lunar, que tenía 29 o 30 días, esta duración
no estaba distribuida uniformemente a lo largo del año, sino que dependía de
informes deducidos de las observaciones. Se dieron cuenta de que el ciclo se
repetía al cabo de 12 meses, por tanto dieron esta duración al año. En el siglo
V a.C., después de siete siglos de medir el movimiento del Sol, la Luna y los
planetas, constataron que los años se acortaban, es decir que se necesitaba un
ajuste de la duración del año, de tal forma que cada cierto tiempo había que
añadir un mes al año, por tanto, tenían años que duraban 13 meses. Las cua-
tro fases de la Luna les hizo dividir el mes en cuatro semanas y, para ajus-
tarlos, colocaron uno o dos días de fiesta al final del mes, además dividieron
el día en dos grupos de 12 horas cada uno. Cada ciudad le ponía sus nom-
bres a los meses hasta que el rey Hammurabi, hacia 1692 a.C., fijó los nom-
bres para toda Mesopotamia, nombres que aún hoy perduran en el calenda-
rio judío. En la biblioteca de Asurbanipal en Nínive (Asiria) se encontraron,
en el siglo XIX, los Enuma Anu Enlil, que son unas setenta tablillas de cerá-
mica, de escritura cuneiforme (forma de cuña), que recogen más de siete mil
observaciones celestes realizadas por los astrónomos babilonios durante casi
setecientos años, allí anotaron todo lo que ocurría en el cielo: salidas de
estrellas, conjunciones planetarias, velocidades aparentes de los planetas,
etcétera. Progresivamente llegaron a la noción del zodíaco, obteniendo una
descripción bastante precisa hacia el 538 a.C., todo con un objetivo práctico,
pues la astronomía estaba estrechamente enlazada con la astrología y puesta
al servicio oficial de los estados para predecir acontecimientos, llegando los
astrólogos babilonios a gozar de gran notoriedad y prestigio. Entre las múl-
tiples observaciones que realizaron se podría destacar la más antigua cons-
tatación de un eclipse el 15 de junio de 763 a.C. En definitiva, de los astró-
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 19
Egipto
China
El calendario chino tenía unidades mayores que el año, así el shang (capítu-
lo) de 19 años o 235 lunas (ciclo metónico) y el fu (ciclo) de 79 años, 940
lunas o 27 756 días. El ciclo metónico, que lo concibieron antes que los
mesopotámicos y los griegos, les permitió predecir eclipses, teniéndose
constancia incierta de la datación más antigua del 23 de noviembre de 1311
a.C., y cierta del eclipse solar de 776 a.C. Los días festivos del calendario de
aquella época aún perduran en la China actual. Clasificaron sus observacio-
nes estelares en dos categorías, las inusuales (tianwen) y las usuales (lifa),
entre las primeras están las observaciones de explosiones de novas (en el 134
a.C. observaron la misma que vió Hiparco) y supernovas, lluvias de estrellas,
eclipses solares y lunares, conjunciones planetarias, paso de cometas (posi-
blemente el que vieron en el 613 a.C. fuera el Halley) y, tal vez, lo más sor-
prendente es que también observaron manchas solares desde el siglo II a.C.,
aunque el primer asiento en libros oficiales ocurrió el 10 de mayo de 28 a.C.
Las observaciones usuales realizadas durante el siglo IV a.C. les llevó a ela-
borar un catálogo de 1464 estrellas, que agruparon en 284 constelaciones
distribuidas en 28 segmentos o casas en que dividían el cielo. Este, junto con
la Tierra, los creían planos paralelos separados por una distancia de 80 000
li (un li es alrededor de 500 metros), el Sol tiene 1250 li de diámetro y está
realizando un movimiento circular en el plano del cielo, de tal manera, que
cuando está sobre China es de día y cuando se aleja es de noche. Más tarde,
para explicar la desaparición del Sol por el horizonte, supusieron que la Tie-
rra y el cielo eran semiesferas concéntricas, suspendidas de la estrella polar,
con un diámetro para la terrestre de 60 000 li. No se ha podido encontrar
cómo estimaron las distancias. En el año 52 a.C. comenzaron a utilizar la
esfera armilar de 365,25 divisiones, es decir colocaron una Tierra esférica en
el centro del universo. Una esfera armilar es un modelo formado por aros
que muestran el movimiento de los astros alrededor de la Tierra.
India
nuras del sur. Estas poblaciones indoeuropeas elaboran los Vedas, los libros
sagrados hindúes, primero oralmente y posteriormente escribiéndolos en
sánscrito de forma precisa. Los Vedas conservan elementos heredados de las
poblaciones que se quedaron en Irán y guardan una estrecha relación con los
libros sagrados iraníes, llamados Avesta. En los Vedas existen múltiples refe-
rencias astronómicas, sobre todo para establecer un calendario y para cono-
cer el movimiento de los astros. El calendario védico es luni-solar de 360
días agrupados en doce meses, que a su vez se agrupaban, primero en tres
estaciones y luego en seis. Para corregir los desajustes usaron ciclos de 5
años en los que se intercalaban dos meses sin un método bien definido. Con
la expedición de Alejandro Magno, hacia los años 327 a 325 a.C. comienza
la influencia de la cultura griega y más tarde la de la romana, que llega tam-
bién a través de rutas comerciales. Esta influencia se pone de manifiesto por
la adopción de algunos términos técnicos y, sobre todo por la aparición de la
astrología, que no existía en los Veda, y de la que los indios llegarían a ser
grandes maestros. No obstante, los indios hicieron numerosas aportaciones
originales, como el uso de la trigonometría mucho más amplio que en Gre-
cia, consiguieron una mejor explicación del desplazamiento de los equinoc-
cios con la teoría de la libración (movimientos oscilatorios de la Luna por los
que la zona visible de esta varía ligeramente) que con la lograda por los grie-
gos con la precesión (cambio de dirección del eje de giro de un cuerpo, como
el de una peonza cuando se está parando). Todas las aportaciones se encuen-
tran en el Suryasiddhanta (Tratado solar), tratado de astronomía escrito en el
siglo IV, que recoge todo el conocimiento astronómico indio, de origen védi-
co y grecorromano, y tuvo una influencia notable en la astronomía futura
tanto china como árabe. Al comienzo de nuestra era tenían observatorios y
en 498 el matemático Aryabhata publica su libro «Aryabhatiya» en el que da
unas reglas para predecir y explicar los eclipses; asimismo se da cuenta de
que la luz de la Luna es el reflejo de la luz solar y considera que el Sol es
una estrella alrededor de la cual giran los planetas, describiendo órbitas elíp-
ticas, todo esto unos mil años antes de Copérnico y Kepler. En el siglo VII
los astrónomos indios hacen una estimación de la circunferencia de la Tierra
muy cercana al valor real y anunciaron la existencia de la gravedad, Brah-
magupta dejó escrito que «los cuerpos se caen hacia la tierra, en la naturale-
za de la tierra está atraer a los cuerpos, tal como en la naturaleza del agua
está el fluir».
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 23
Grecia
astronomía griega que tiene una notable diferencia con sus predecesores
babilonios. Podemos afirmar que fueron los que iniciaron la cosmología
científica, si por esto entendemos la elaboración de teorías para explicar lo
que ocurría en el cielo. Los griegos fueron capaces de separar la astronomía
de la simple predicción de sucesos que pudieran influir en la vida en la tie-
rra, es decir de la astrología, en otras palabras, deshumanizaron el cosmos,
formulando teorías basadas en las observaciones, intentaron poner un orden
entendible a partir de unos datos aparentemente en desorden; esta es la téc-
nica que se usa hoy en toda la física.
Durante los primeros años del primer milenio a.C. la astronomía griega
estaba por aparecer, los poemas homéricos sólo citan algunas constelaciones
usadas por los marinos. Suponían que la Tierra era un disco plano, con el
Olimpo en su centro, rodeado del océano o mar universal, aún así ya se
intentaron elaborar leyes para explicar las observaciones, pero estas eran
malas y aquellas meras elucubraciones. En el siglo VI a.C., años antes de que
los cartagineses frenaran la expansión griega por el occidente, Tales, en la
ciudad jónica de Mileto (hoy en Turquía), pensó que la Tierra flotaba en el
agua, a la vez que se le atribuye muy dudosamente la predicción del eclipse
de Sol de 28 de mayo de 585 a.C., en la que, si es cierto, se sirvió de los
conocimientos que venían de oriente. También es posible que de los fenicios
aprendiera que la Osa Menor indicaba mejor el norte que la Osa Mayor.
Anaximandro, contemporáneo de Tales y también de Mileto, pensaba que las
estrellas estaban fijas en una esfera cuyo centro era la Tierra, que se encon-
traba suspendida en el espacio debido a que estaba a igual distancia del resto
de los objetos del firmamento, casi percibió las fuerzas gravitatorias consi-
derándosele el padre del geocentrismo. Para Anaximandro, la Tierra era un
cilindro con una altura igual a un tercio de su diámetro, el Sol tenía el mismo
tamaño y giraba alrededor de la Tierra en una órbita distante de esta unas 14
veces su tamaño; pensaba que recibíamos la luz de los astros a través de unos
tubos y que las fases de la Luna correspondían al tamaño de la apertura de
este, de tal manera que cuando estaba cerrado se producía un eclipse. Ana-
xímenes, unos veinticinco años más joven que Anaximandro, y tal vez amigo
y discípulo de este, volvió al concepto de una Tierra plana suspendida en el
aire, por primera vez dijo que el Sol era una bola de fuego y estableció el tér-
mino planeta (astro errante en griego) y los distinguió de las estrellas, si bien
pensó que el origen de todos los cuerpos celestes había sido la Tierra.
En el siglo siguiente floreció la escuela pitagórica que basaba todo su
saber en la aritmética y en la armonía de los números, aunque se hace difícil
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 25
ficó con el mismo dios. Este universo es tan grande comparado con las
dimensiones de la insignificante Tierra, que aunque en esta haya cambios y
perturbaciones nunca afectarán la perfecta ordenación de aquel. Heráclides,
a diferencia de Aristóteles, fue el primero que pensó que la Tierra se movía
sobre su eje y así se producían los días y las noches, aunque, como platóni-
co, colocaba la Tierra en el centro del universo, postuló que Mercurio y
Venus giraban alrededor del Sol y este alrededor de la Tierra, de esta forma
podía justificar las diferencias de luminosidad.
Hacia el 332 a.C. Alejandro Magno funda la ciudad de Alejandría en el
delta del Nilo, donde florece un ambiente cosmopolita y liberal que da pie al
desarrollo de las ideas. Alrededor de su importante biblioteca van a aparecer
los mayores progresos de la astronomía griega, aunque por aquella época
Alejandro es ya el dueño de casi todo el mundo conocido por Europa y el
concepto de Grecia que describíamos al principio ha desaparecido. La época
posterior a la muerte de Alejandro en el 323 a.C. y a la liquidación de su
imperio es lo que se ha llamado la época helenística, en la que la cultura grie-
ga se extiende por Asia y norte de África, donde surgen ciudades con su
nombre, que han tenido diferente fortuna a lo largo de la historia, la ciencia
experimenta un desarrollo de gran importancia. En ese tiempo aparece uno
de los mayores genios de la historia de la astronomía, Aristarco de Samos,
vivió en Alejandría y trabajó en su biblioteca, fue uno de los pocos grandes
hombres que dominaba todas las ramas del saber, desde las ciencias hasta las
artes, utilizó las observaciones con carácter científico, deduciendo de ellas
conclusiones por métodos puramente matemáticos. Utilizando el triángulo
rectángulo que deben formar el Sol, la Tierra y la Luna cuando esta está ilu-
minada solamente en su mitad, calculó que el Sol está unas 19 veces más ale-
jado que la Luna (verdaderamente está a 400 veces), por lo tanto, los tama-
ños deberían ser muy diferentes. Midió el tamaño de la sombra de la Tierra
en la Luna durante un eclipse; debido a que el Sol está muy distante, esta
sombra debe ser aproximadamente el tamaño de la Tierra, su valor fue de 7
veces el diámetro de la Luna (realmente es 4 veces) y por lo tanto el Sol debe
ser mucho más grande, luego era muy improbable que girara alrededor de la
Tierra. Con todo esto enunció la primera teoría heliocéntrica, con una Tierra
que gira sobre su eje y alrededor del Sol, dando lugar a las estaciones. Esto
provocó un verdadero impacto en su tiempo, pues si la Tierra se movía, las
estrellas fijas deberían hacerlo también a no ser que estuvieran tan alejadas
que su movimiento fuera inapreciable desde la Tierra; este gran tamaño del
universo no podía ser admitido por sus contemporáneos. Aristarco había
28 JOSÉ MEDINA
850 estrellas que dividió en seis categorías según su brillo, 1 para las más
brillantes y 6 para las más débiles. Comparó estas medidas con las de Aris-
tarco y con algunas de los babilonios encontrando una serie sistemática de
cambios, lo que destrozaba la convicción de Aristóteles de un cielo inmuta-
ble. Los cambios eran debidos a la variación de dirección del eje de rotación
de la Tierra, dado que esta gira como una peonza que se está deteniendo,
dando lugar al fenómeno conocido como precesión de los equinoccios, cuyo
descubrimiento se atribuye a Hiparco; estimó este cambio de orientación del
eje en unos 45 segundos de arco cada año (el valor real es de 50,2 segundos).
Estudió los movimientos de la Luna, el Sol y los planetas llegando a resul-
tados muy exactos, tales como el mes lunar (tiempo transcurrido entre dos
lunas nuevas) con un error de apenas un segundo y el año solar con un error
de tan sólo 6 minutos. En general todas sus medidas fueron muy precisas e
inició así la astronomía cuantitativa. Lamentablemente, admitió el sistema
geocéntrico e intentó profundizar en la teoría de los epiciclos, pero detectó
algunas discrepancias con las observaciones y prefirió dejar sus medidas
para generaciones futuras.
Calendario juliano
Los mayas
El pueblo maya vivió en lo que hoy son los estados mexicanos de Yuca-
tán, Campeche, Tabasco y Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en
algunas regiones de Belice y Honduras, desde aproximadamente el 1500 a.C.
Aunque su época de mayor esplendor, llamada clásica, se sitúa entre los años
300 y 900 d.C. Buena parte de la información que hoy tenemos de la astro-
nomía maya proviene del códice de Dresde, un documento escrito por ocho
escribas en una fecha que se sitúa entre los años 1000 y 1200, por lo que es
posible que estuviera en uso cuando llegaron los conquistadores españoles
hacia 1527. Se encuentra en la Biblioteca Real de Dresde, debido a que, en
1739, su director se lo compró a un particular de Viena. Cómo llegó a esta
ciudad no se sabe, posiblemente lo haría a través del rey de España en la
época de la colonización de los territorios maya. Aunque deteriorado duran-
te el bombardeo de Dresde en la 2ª guerra mundial (1945), conserva toda su
belleza e información. Está escrito en papel kopó (conocido hoy como papel
amate obtenido de la corteza de la higuera), en forma de biombo y consta de
74 páginas de 9 por 20,4 centímetros.
Los mayas estaban obsesionados con la medida del tiempo, lo que les
llevó a elaborar unos calendarios muy precisos. Aunque algunos arqueólo-
gos han hallado hasta 17 versiones diferentes, los dos más importantes y más
usados fueron el solar de 365 días, que llamaron haab, y el sagrado de 260
días, llamado tzolkin (rueda de los días). El calendario haab estaba dividido
en 18 meses de 20 días, al que se le añadían 5 días, llamados uayeb (sin nom-
bre), que eran considerados nefastos y portadores de desgracias. El calenda-
34 JOSÉ MEDINA
rio sacerdotal tzolkin tenía 13 meses de 20 días. Los dos calendarios convi-
vían, lo que daba lugar a que cada día maya tuviera doble designación según
cada uno de los calendarios. Eran necesarios 18 980 días –52 años– para
completar la combinación de los ciclos de los dos calendarios, lo que se
denomina «gran ciclo». Al final de cada gran ciclo se producía un gran
temor, pues la incertidumbre era muy grande por saber si el próximo día
amanecería, cuando aparecía la luz de nuevo el regocijo era enorme y se eri-
gían estelas y se agrandaban los monumentos existentes: de ahí que las cons-
trucciones conmemorativas posean ampliaciones. Existen muchas teorías
para explicar el misterio de los 260 días del calendario tzolkin: están las que
apuestan por el periodo de gestación humano, algo que aparece en algunas
poblaciones africanas que tienen un calendario de 266 días; el periodo sinó-
dico (tiempo promedio que transcurre entre dos pasos de un planeta detrás
del Sol según se mira desde la Tierra) de Marte de 780 días corresponde a
tres años tzolkines; los mayas estaban obsesionados con Venus y su apari-
ción como estrella matutina se produce cada 263 días. Para realizar todos los
cálculos complicados que conllevan estos calendarios, los mayas deberían
conocer las matemáticas, para las que usaban un sencillo sistema de nume-
ración en base 20 (figura 2). Conocían el cero y utilizaban dos símbolos, una
barra que era el cinco y un punto que era el uno, usando un sistema de posi-
ción que se leía de abajo arriba, de tal manera que la suma y la resta eran
operaciones sencillas, el problema les podía surgir del hecho de que no cono-
cían las operaciones con números decimales.
Los mayas tenían un concepto cíclico de la historia, por lo que la obser-
vación del movimiento de los astros les daba la información necesaria para
conocer su influencia sobre el mundo. Conocían la periodicidad de los
eclipses y construyeron tablas con las posiciones de la Luna, que les per-
mitían predecirlos. Midieron el movimiento de Marte y conocieron su
periodo sinódico. También estudiaron el movimiento del Sol. Los mayas
orientaban sus edificios ceremoniales siguiendo los objetos estelares, se
han encontrado edificios orientados según la salida de las Pléyades, el día
de la siembra y siguiendo algunos objetos de la Vía Láctea. Incluso utili-
zaron datos astronómicos para preparar y seleccionar el comienzo de sus
batallas. Pero el objeto celeste más importante para los mayas fue Venus,
seguramente pensaban que era más importante que el Sol. Recibía varios
nombres, entre ellos: Noh Ek, gran estrella; Sastal Ek, estrella brillante;
Chac Ek, estrella roja; y Ahzah Kab Ek, estrella que despierta a la Tierra.
Confeccionaron tablas con su posición durante muchos años con una exac-
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 35
titud que oscila alrededor de dos horas en 481 años, algo sorprendente,
siendo uno de los datos astronómicos más exactos de la antigüedad. Dedu-
jeron que el periodo sinódico de Venus era de 584 días y comprobaron que
65 de estos periodos corresponden a 104 años solares y a 146 años tzolki-
nes. Como se ha dicho anteriormente Venus es el candidato más importan-
te para justificar el calendario tzolkin.
China
El Islam
influencia grecorromana, y cada tribu tenía su deidad que solía ser un obje-
to –piedras, árboles, fuentes, astros y, fundamentalmente, la Luna– al que le
atribuían poderes mágicos, siendo Alá (Dios en árabe) tan sólo el principal
de sus dioses. Por su carácter nómada no tenían templos, salvo en las ciuda-
des, como La Meca, allí la Kaaba (cubo en árabe) era el santuario más
importante de toda Arabia, donde se encuentra la piedra negra (que es un
meteorito), que, según la leyenda, había sido conocido por Adán, siendo
Abraham el que había construido el santuario, ayudado por los arcángeles
Ismael y Gabriel. Al santuario peregrinaban todos los años habitantes de toda
la península protegidos por una tregua santa. Esta peregrinación suponía una
gran prosperidad para la ciudad y, para fomentarla, colocaron ídolos perte-
necientes a diversas tribus, incluso había una imagen de la virgen María con
el niño Jesús. La peregrinación la hacían coincidir con una feria comercial,
que servía de lazo de unión entre las tribus nómadas y los habitantes seden-
tarios de las ciudades, llegando a ser en el siglo VII, el centro comercial y
espiritual del pueblo árabe. En resumen, este era el escenario que se encon-
tró Mahoma, una serie de tribus nómadas y unas cuantas ciudades, asentadas
en el sur, en el Yemen, a las que sólo les unía un idioma y una profunda afi-
ción a la poesía. Mahoma, nació en La Meca, recibió la revelación de la
nueva religión a los 40 años, en 610, y comenzó a predicarla de forma local,
entre familiares y amigos, para pasar después a hacerlo entre gentes de clase
humilde, hasta que llegó a oídos de los poderosos de su ciudad, que le obli-
garon a emigrar a Yatrib (hoy Medina), esa emigración –hégira– del año 622
marca el comienzo de la cronología musulmana. Después de diversos avata-
res, Mahoma consolida su religión en toda Arabia poco antes de su muerte
en 632. El concepto básico del islamismo es la obediencia sumisa a la volun-
tad de Dios –de ahí muslim, musulmán–. El Corán –libro sagrado de los
musulmanes– fue editado en su versión definitiva en 653. La Sunna, es un
libro posterior, donde se recogen las tradiciones sobre el comportamiento de
Mahoma en algunos casos concretos y estuvo siempre bajo la crítica teoló-
gica. El Corán contiene algunas referencias a la Luna, el Sol y las estrellas,
si a esto unimos la necesidad de rezar mirando a La Meca, entenderemos el
interés de los musulmanes por la astronomía.
En la astronomía islámica se produce un primer proceso de asimilación
de las ideas anteriores procedentes de otras culturas, para pasar posterior-
mente a una serie de aportaciones originales de gran importancia. Es intere-
sante destacar que al traducir el Almagesto de Tolomeo le dan el nombre con
que será siempre conocido y no el original griego de «Tratado sobre mate-
38 JOSÉ MEDINA
visible del disco solar), evaluó las distancias de los planetas, midió los movi-
mientos de la Luna y comprobó que la distancia del Sol a la Tierra no es fija
sino variable, en contra de las doctrinas de Tolomeo. Al-Sufi trabajó en Bag-
dad durante el siglo X, donde realizó prestigiosas traducciones de las obras
griegas, a la vez que numerosas observaciones, que le llevaron a escribir su
«Libro de las estrellas fijas», en el que catalogó 1018 estrellas y 48 conste-
laciones, las cuales eran las mismas del Almagesto, pero Al-Sufi asoció las
estrellas con sus constelaciones correspondientes, estableciendo el brillo y el
color de las mismas. Al-Sufi hizo la primera mención de Andrómeda y en su
libro podemos encontrar no sólo descripciones sino también abundantes
dibujos que ilustran su trabajo. En 995 el califa Al-Hakim funda en El Cairo
la «Casa de la ciencia», donde Ibn Yunus recopila todas las observaciones
realizadas en los últimos 200 años, que publica en las «Tablas hakinianas».
En 912 se funda el califato independiente de Córdoba, dando lugar a un gran
florecimiento cultural en España, una de sus ciudades más importantes fue
Toledo, en la que conviven las tres culturas –árabe, cristiana y judía-. Allí en
1080 Azarquiel, uno de los mejores astrónomos de su tiempo, expuso que los
planetas se mueven en órbitas elípticas casi 600 años antes de Kepler, pero
nadie le hizo caso. Elaboró sus «Tablas toledanas» en las que recogía, ade-
más de sus propias observaciones, algunos datos de Tolomeo, Al-Battani y
otros. Las tablas, que son una recopilación de efemérides planetarias, fueron
traducidas por Gerardo da Cremona usándose profusamente en la Europa
medieval, además de ser el origen de las «Tablas alfonsíes». Azarquiel
inventó y construyó un astrolabio universal, llamado azafea, que también fue
muy utilizado hasta el siglo XVI. La azafea tiene la ventaja de que sus medi-
das no dependen de la latitud del observador, como en los astrolabios prece-
dentes, en los que había que auxiliarse de una serie de tablillas correctoras.
En el siglo XII existió en Al-Andalus una corriente aristotélica contraria al
modelo de Tolomeo. Entre sus seguidores estaba Averroes, que considera
imposible la existencia de epiciclos y vuelve a las esferas homocéntricas de
Eudoxio y Aristóteles. El teólogo judío Maimónides defendía que todo debe
girar alrededor del centro donde está la Tierra, considerando que los conoci-
mientos del universo supralunar son imposibles para el hombre. Chéber, en
su tratado de Astronomía –traducido al latín por Gerardo da Cremona en
1534-, critica duramente el Almagesto, diciendo que es difícil de leer y seña-
lando una serie de errores, de los que culpa, en su mayor parte, a la ignoran-
cia en geometría de Tolomeo, achacando otros a las traducciones. La culmi-
nación de esta tendencia la encontramos en Alpetragio, que, sintiéndose ilu-
40 JOSÉ MEDINA
minado por Alá, rechaza las excéntricas y los epiciclos, considerando que
todo se mueve en esferas concéntricas, de las que la novena, la más exterior,
tiene un movimiento de rotación perfecto estando desprovista de estrellas y
planetas, la octava contiene las estrellas fijas y las siete restantes los plane-
tas y la Luna, estando la Tierra en el centro. Pero estas ocho esferas no tie-
nen movimientos perfectos y esto hace que se frenen y se produzcan los
movimientos aparentes que observamos. La concordancia con las medidas
no le interesan a Alpetragio, ni siquiera se preocupó de ajustarlas a su mode-
lo, por lo que no logró desplazar al de Tolomeo, aunque tuvo gran éxito entre
los detractores del Almagesto.
En 1251 se inicia la invasión de los mongoles en Persia, siendo destruida
Damasco en 1258. El emperador de los mongoles, Hulagu Kan, nieto de
Gengis Kan y hermano de Kublai Kan, tiene un gran interés por la ciencia y
construye el observatorio de Maragha (hoy en Azerbaiyán) en 1262. La
construcción la llevó a cabo Al-Tusi con el asesoramiento de astrónomos
chinos, y constaba, además del observatorio, de una librería y una mezquita.
Al-Tusi realizó unas tablas muy precisas del movimiento de los planetas,
abordando el perfeccionamiento de los modelos de Tolomeo, en lo que está
considerado como el estudio más brillante hasta Copérnico. Hacia la mitad
del siglo XIV Al-Shatir reforma drásticamente el modelo de Tolomeo, eli-
minando los ecuantes y añadiendo nuevos epiciclos a los propuestos por el
alejandrino (figura 3). Su modelo es geocéntrico pero el aparato matemático
es semejante al que utilizará Copérnico, aunque parece ser que este nunca lo
conoció. El príncipe Ulugh Beg, tártaro y nieto del gran conquistador Tamer-
lan, construyó en Samarcanda (hoy en Uzbekistán) un gran observatorio en
1428, que poseía toda clase de instrumentos, entre ellos un gigantesco sex-
tante de casi 36 metros de radio. En este observatorio realizó precisas medi-
das, con las que elaboró un catálogo de 994 estrellas. Además determinó el
año sideral con un error de 58 segundos, usando un gnomon de 50 metros de
alto.
En resumen, los musulmanes nos dejaron numerosos nombres de estre-
llas brillantes, todas las que empiezan por al, tales como Aldebaran o Altair,
además de otros como cenit y nadir. Aunque tradicionalmente se ha dicho
que los musulmanes no fueron grandes observadores, pues no documentaron
la explosión de la supernova de 1054, desarrollaron buenos instrumentos con
los que realizaron medidas muy precisas. Si bien nunca abandonaron el sis-
tema geocéntrico, sí pusieron en cuestión algunos de los postulados de
Tolomeo.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 41
Europa
El Renacimiento
Copérnico
de edad murió su padre, siendo educado por su tío materno Lucas Wantzen-
rode, que se encargaría no sólo de su educación sino también del coste de sus
estudios, que se prolongaron hasta que Copérnico cumplió los 30 años. Pri-
mero fue alumno de la Universidad de Cracovia desde 1491 a 1494, en 1496
ingresó en la Universidad de Bolonia, donde fue discípulo de Doménico
Novara y, más tarde, colega y amigo. Allí estudió, entre otras disciplinas,
medicina, derecho, economía y teología, aprendió griego lo que le permitió
leer los clásicos en su propia lengua. De Novara aprendió las dudas sobre el
sistema de Tolomeo y con él realizó sus primeras observaciones astronómi-
cas. Cuando su tío fue nombrado obispo de Warmia en 1497, le hizo canó-
nigo de la catedral de Frombork, pero se quedó en Italia para el gran jubileo
de 1500, año en que nace el que, en 1519, sería emperador del Sacro Impe-
rio Romano Germánico, Carlos V. Ese año se doctoró en astronomía en esa
ciudad, quedándose en su universidad donde impartió algunas conferencias,
pero no le gustaba enseñar el modelo tolemaico, del que ya tenía serias
dudas. En 1501 realizó una corta visita a Frombork, pero enseguida regresó
a Italia para estudiar en Padua y en Ferrara, donde obtiene el doctorado en
derecho canónico en 1503. Poco después regresa definitivamente a Polonia,
para ocuparse de trabajos administrativos en la diócesis de Warmia, trabajó
como gerente e incluso como diplomático, ejerciendo la medicina, tanto
entre sus compañeros clérigos como entre los indigentes. Pero su preocupa-
ción fundamental fue la astronomía, en este campo, las ideas de Copérnico
no diferían mucho de las de Tolomeo; creía en la perfección del movimien-
to circular, pero no aceptaba la complejidad de los ecuantes tolemaicos. Par-
tió de la hipótesis de que sería más fácil explicar los movimientos aparentes
de los astros si se hace mover la Tierra, como un planeta más, dejando el Sol
fijo. La idea no era nueva, ya la tuvo Aristarco hacía 1800 años, Aryabhata
había dicho algo parecido en el siglo V, Nicolás Oresme ya había apuntado
la inconsistencia de la inmovilidad de la Tierra un siglo antes y, en 1440,
Nicolás de Cusa había explicado filosóficamente que la Tierra no podía ser
el centro del universo. Lo que tenía que hacer Copérnico era comprobar que
las medidas realizadas se podían ajustar a un modelo heliocéntrico. Estas
medidas comprendían las efectuadas por Tolomeo, por los árabes, tal vez las
de Regiomontano (que publicó unas tablas con las posiciones planetarias
medidas desde 1475 a 1506) y algunas que hizo él mismo –aunque no era
muy buen observador–. Ardua tarea que el polaco comenzó hacia 1504 dedi-
cándole muchos años. Habría sido suficiente cambiar las órbitas circulares
por elípticas, pero Copérnico estaba convencido de la perfección de la cir-
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 45
Bruno
Tycho
las estrellas fijas. Publicó un pequeño libro De stella nova (Sobre la estrella
nueva) con todas sus observaciones lo que le convirtió en un astrónomo de
prestigio en toda Europa. Hoy sabemos que aquel acontecimiento fue la
explosión de una supernova en la constelación de Casiopea, a 7500 años luz
de la Tierra. Cuando Tycho estaba pensando dónde instalarse sacando pro-
vecho de su prestigio, el rey Federico II de Dinamarca le hizo una oferta que
no pudo rechazar. Le concedió una pensión anual y la isla de Ven para que
construyera un observatorio. Esa isla se encuentra en el estrecho de Öresund,
entre Selandia (la isla mayor de Dinamarca) y la región sueca de Escania,
cerca de Elsinore, donde está el castillo de Hamlet. Allí, entre 1576 y 1581,
Tycho construyó el observatorio de Uraniborg (ciudad celeste) y, a partir de
1581, el observatorio de Stjereborg (ciudad de las estrellas), este último tenía
parte enterrado para soportar los grandes instrumentos que fabricó Tycho,
pudiendo considerarse el primer centro de observación astronómica moder-
no. Además se construyó su propio palacio y dedicó parte de su tiempo a su
labor alquimista y, como era un noble, a fiestas y banquetes, de tal forma que
la pensión del monarca pronto se quedó corta y este tuvo que hacer aporta-
ciones extras. En 1572 se une a Kirsten Jørgensdatter, hija de un pastor lute-
rano, con la que contrae matrimonio morganático, que no es reconocido por
las leyes danesas de aquel tiempo, con la que tiene ocho hijos, de los que seis
llegan a la edad adulta. Tycho era un noble excéntrico e irascible, luterano
convencido, asiduo lector de la Biblia, nunca mencionó a su mujer en sus
escritos y cartas, tenía un enano como bufón, su mascota era un alce y trata-
ba a los campesinos y sirvientes como un tirano. En 1588 murió Federico II
y su sucesor Christian IV redujo las aportaciones económicas a Tycho que se
vio obligado a abandonar Ven en 1597, instalándose, dos años más tarde, en
Praga invitado por el emperador de Alemania, Rodolfo II, pero su vida útil
como astrónomo ya había terminado. El 13 de octubre de 1601 asistió a un
banquete donde bebió demasiado y, por educación, no se levantó de la mesa
para evacuar la vejiga, teniendo que volver a su casa prematuramente. En los
días sucesivos sufrió fiebre e inconsciencia, repitiendo insistentemente la
frase «quizá no he vivido en vano». Murió el 24 de octubre de 1601, su cuer-
po fue embalsamado y enterrado con gran ceremonia, en la iglesia Teyn de
Praga. El 24 de junio de 1901 se exhumaron sus restos y se descubrió el con-
tenido en cobre de su prótesis nasal y un alto contenido de mercurio en su
cuerpo. Observaciones más precisas realizadas en 1996, en la Universidad
de Lund (Suecia) con la técnica de rayos X inducidos por partículas, confir-
maron el alto contenido en mercurio. No se sabe si Tycho fue envenenado o
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 53
Kepler
sus hijos y su mujer, quedándose sólo con sus otros dos hijos. Ese mismo
año muere el emperador Rodolfo, al que le sucede su hermano Matías,
también católico pero mucho más intolerante, por lo que Kepler se ve
obligado a abandonar Praga y aceptar un puesto de matemático en Linz,
donde se traslada en 1612. Allí se casó, más por necesidad que por amor,
con Susana Reuttinger, con la que tuvo seis hijos, tres de los cuales
murieron prematuramente. En 1613 publica un libro en el que demuestra
que el verdadero año del nacimiento de Jesucristo fue el 4 a.C. En 1616
su madre es acusada de brujería y Kepler tiene que volver a su casa
materna y tomar a su cargo su defensa, logrando evitar la hoguera y con-
siguiendo su definitiva puesta en libertad en 1621. Por fin, en 1627,
completa las Tabulae rudolphinae (Tablas rudolfinas) que tenía pendien-
tes desde la muerte de Tycho, donde recopila la mayoría de los datos
obtenidos por este. Desde el comienzo de la Guerra de los Treinta Años
(1618-1648) el centro de Europa se había convertido en una zona de gran
inestabilidad y Kepler no tiene un empleo fijo, teniendo que recurrir a
Figura 5. Una de las páginas de De stella nova in pede Serpentarii de Kepler, donde
se muestra la estrella nueva (N) en el «pie» de la constelación de Ofiuco.
56 JOSÉ MEDINA
Calendario gregoriano
kespeare en el año 1616, pero realmente, Cervantes murió diez días antes
que Shakespeare, pues el español lo hizo según el calendario gregoriano
y el inglés según el juliano, dado que Inglaterra no adoptó el gregoriano
hasta 1752.
EL TELESCOPIO, GALILEO Y NEWTON
El telescopio
el objetivo, lo que produce una imagen invertida que se puede corregir aña-
diendo una tercera lente convexa. El primer telescopio kepleriano lo fabricó
el jesuita Christoph Scheiner y con él hizo observaciones de las manchas
solares, que publicó en su libro Rosa ursina sive Sol (La rosa de Orsini, es
decir el Sol) en 1630. La inclusión de la tercera lente produce más defectos
ópticos, y la inversión de la imagen no representa un problema para la obser-
64 JOSÉ MEDINA
la luz blanca al atravesar una lente curva se descompone en las luces de colo-
res produciendo lo que se denomina una aberración cromática, es decir unos
círculos de colores concéntricos alrededor de la imagen, por ejemplo, de una
estrella. Para evitar esta aberración, Newton construyó un pequeño telesco-
pio (figura 6) formado por un espejo primario con curvatura esférica de 15
centímetros de diámetro, colocando un pequeño espejo secundario plano
66 JOSÉ MEDINA
Galileo
Marina Gamba que compartirá con él toda su estancia en Padua y con la que
tendrá tres hijos, Virginia en 1600, Livia en 1601 y Vincenzo en 1606, legal-
mente reconocidos por su padre. Galileo complementaba sus clases acadé-
micas con clases particulares que eran obligatorias en la universidad padua-
na, pues estas estaban dirigidas a complementar aquellas y a estudiosos inde-
pendientes, en ellas Galileo se alejaba de la doctrina oficial y desarrollaba
sus conocimientos técnico-científicos. Las clases particulares le proporcio-
naban ingresos extras que, junto con el ambiente universitario, le servían a
Galileo para expandir su temperamento afable, placentero, polemista, exu-
berante y generoso. En los primeros años de Padua escribe Le mecaniche
(Las mecánicas) –una obra para uso de sus alumnos en la que describe el
funcionamiento de algunas máquinas–, amplía De motu y, en conclusión,
define la física como una ciencia de carácter cuantitativo, dando al traste con
la visión aristotélica. En 1604 aparece en el cielo la nova que estudia Kepler
en su libro ya citado «Sobre la estrella nueva en el pie de Ofiuco», a la que
Galileo dedica tres lecciones en las que intenta demostrar que se encuentra
muy por encima de la esfera de la Luna, como así es. Cuando en 1609 Gali-
leo perfecciona el telescopio, fabrica los suyos y los apunta al firmamento,
descubre un nuevo universo, convirtiéndose en el primer ser humano que ve
cómo son realmente los cielos. El 24 de agosto de ese año regaló un teles-
copio al Dux de Venecia ensalzando las propiedades del instrumento, de tal
forma fue estimado el invento, que el gobierno veneciano hizo vitalicia la
cátedra de Galileo con una remuneración de mil florines. En marzo de 1610
Galileo recoge en su libro Sidereus nuncius (Mensaje de los astros) las
observaciones realizadas, que él mismo resume en la portada del libro: «El
mensaje de los astros, la revelación de grandes y muy admirables maravillas
que invita a mirar a todos, especialmente a filósofos y astrónomos, Galileo
Galilei, patricio florentino, matemático oficial del estudio paduano, con el
perspicillum, inventado por él hace poco, que ha observado en la superficie
de la Luna, en incontables estrellas fijas, en la Vía Láctea, en las estrellas
nebulosas, pero sobre todo en cuatro planetas que giran con maravillosa
rapidez alrededor de la estrella de Júpiter con intervalos y periodos desigua-
les, desconocidos hasta este día y, que descubiertos por el autor, ha decidido
llamarlos Astros Medíceos». Cuando Kepler leyó el libro le llamó «mensa-
jero» en lugar de «mensaje», nombre que se ha extendido hasta hoy, aunque
Galileo cuando se refería a él en italiano le llamaba «avviso» y no «avvisa-
tore», es decir mensaje, no mensajero. Galileo comprobó que la Luna no era
una esfera perfecta como había enunciado Aristóteles, sino que tenía una
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 71
Figura 9. Dibujos de la Luna que aparecen en el libro de Galileo «Mensaje de los astros».
72 JOSÉ MEDINA
tanto de una como de otra parte» (figura 10). El libro está escrito en forma
de diálogo entre tres personajes, un primero que defiende el sistema coper-
nicano, un segundo que se opone a este violentamente con argumentos aris-
totélicos y un tercero que es un observador imparcial. El segundo personaje
está presentado como un bobo incapaz de comprender cualquier razona-
miento por simple que este sea. Durante 1631 Galileo consigue el permiso
de la iglesia para imprimir el libro con una serie de condiciones entre las cua-
les está la de incluir un prefacio titulado «Al discreto lector» enviado por el
censor con la aprobación papal y la de tratar siempre la teoría de Copérnico
como mera hipótesis. La obra sale de la imprenta el 21 de febrero de 1632 y
se reparte rápidamente por Italia y el resto de Europa, causando admiración.
Pero al llegar a Roma, provoca la reacción inmediata de los enemigos de
Galileo, sobre todo de muchos jesuitas entre los que se encuentra Scheiner
Figura 10. Esquema del sistema solar tal como aparece en el «Diálogo» de Galileo.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 75
–recuérdese la polémica sobre las manchas solares– que afirma que el segun-
do personaje representa al papa. La maquinaria inquisitorial se pone en mar-
cha buscando argumentos para el procesamiento de Galileo, el primer pro-
blema es que el libro tenía el permiso de publicación papal, por lo tanto
había que encontrar un argumento que no se centrara totalmente en el libro.
Este se encuentra en la documentación del primer proceso de 1616 en que
aparece, no sólo una amonestación, sino, inmediatamente después, un pre-
cepto que obliga a Galileo a no enseñar ni difundir la idea copernicana, por
tanto el Diálogo puede ser considerado como una desobediencia de ese pre-
cepto. Como demuestra A. Beltrán Marí en su libro Talento y poder, el docu-
mento en que aparece el precepto es falso y posiblemente fue añadido al
documento original a finales de 1632. Galileo llega a Roma el 13 de enero
de 1633 –cumplirá 69 años de edad dos días después– y es recluido en la
Villa Medicis, embajada toscana, hasta el 12 de abril en que declara ante el
Santo Oficio. Desde ese día queda detenido en los aposentos de la guardia,
hasta el 30 de abril en que hace una declaración previamente pactada con un
representante del papa y vuelve a la Villa Medicis. A veces se dice que el
trato recibido por Galileo es excepcionalmente benigno, cosa que es inco-
rrecta pues era el normal que recibían las personas de alto nivel y los nobles.
El sumario del juicio se presenta el 16 de junio ante la Congregación de la
Inquisición, presidida por el papa, en él se hace un resumen malévolo y ses-
gado con el objetivo claro de inculpar a Galileo por un delito de desobe-
diencia al precepto que nunca recibió en 1616. El 21 de junio se presenta de
nuevo ante el Santo Oficio y el 22 se dicta sentencia, tras oír la cual Galileo,
de rodillas, leyó la abjuración de la teoría heliocéntrica que se le había
impuesto. Nunca dijo la famosa frase «E pur si muove» (Y sin embargo, se
mueve), que habría supuesto, tal vez, una severa reacción de sus acusadores.
La sentencia prohibió el «Diálogo» y él mismo fue condenado a «cárcel for-
mal» por «tiempo a nuestro arbitrio», es decir por tiempo indefinido. A Gali-
leo se le condena por lo que creen que pensaba, no por lo que pensaba real-
mente. Debido a su estado de salud, a su avanzada edad y a las gestiones del
Gran Duque de Toscana, se le acuerda, lo que hoy llamaríamos, arresto
domiciliario estrechamente vigilado, permitiéndosele instalarse en Siena
desde el 6 de julio y desde noviembre, en su villa de Arcetri, cerca de Flo-
rencia. El 2 de abril de 1634 muere su querida hija Sor María Celeste, que le
produce profunda desazón. A pesar de todo, en 1637 descubre y estudia el
movimiento de libración de la Luna. Ese mismo año comienzan sus proble-
mas con la vista, en julio la pierde del ojo derecho, para, en enero de 1638,
76 JOSÉ MEDINA
Gravitación universal
que existir una fuerza que constantemente empujara a los planetas. La pri-
mera idea basada en la mecánica la dio el profesor de la Universidad de Pisa,
Giovanni Borelli en su libro de 1666 Theoricae mediceorum planetarum ex
causis physicis deducta (Teoría de los planetas mediceos deducida de causas
físicas). Explica que debe existir una fuerza que impida que los satélites
–planetas mediceos descubiertos por Galileo– se alejen de Júpiter, cuando
esta fuerza equilibre la tendencia a escapar, los satélites permanecerán en sus
órbitas alrededor del planeta. En ese mismo año, Robert Hooke decía que un
cuerpo se mantenía en órbita debido a la atracción producida por otro cuer-
po que se encontraba en el centro de la misma. Ocho años más tarde, Hooke
dijo que estas fuerzas de atracción son inversamente proporcionales a la dis-
tancia que separa los cuerpos, pero nunca pudo demostrarlo.
Isaac Newton nació prematuramente en la hacienda de Woolsthorpe, conda-
do de Lincoln, el día de Navidad de 1642 del calendario juliano aún vigente en
Inglaterra (4 de enero de 1643 del calendario gregoriano, cuatro días antes del
primer aniversario de la muerte de Galileo). Fue hijo póstumo de un hacenda-
do y no demostró ser un buen alumno en la escuela; a los trece años su madre
enviudó de su segundo marido y tuvo que dedicarse a las labores agrícolas, para
las que demostró ser un incompetente, pensando siempre más en problemas
mecánicos que agrícolas, por esta razón se le envió a la Universidad de Cam-
bridge, donde ingresó en el Trinity College en 1661, cuando contaba 18 años de
edad. La peste que asoló Inglaterra en 1665 y 1666 obligó a las autoridades de
Cambridge a enviar a los alumnos a sus hogares y Newton, en la paz de Wools-
thorpe, inició y planeó casi todo lo que sería el quehacer científico que le ocu-
paría buena parte de su vida. Entre esos temas estaba la deducción de la ley de
la gravitación como inversa al cuadrado de la distancia que separa los cuerpos
que se atraen. En 1667 vuelve a Cambridge, siendo nombrado miembro del Tri-
nity College y en 1669 Profesor Lucasiano. Está cátedra es una de las más pres-
tigiosas de Cambridge, Newton la ocupó hasta 1702 y, entre otros, la han ocu-
pado: de 1849 a 1903 George Stokes, importante investigador en dinámica de
fluidos; de 1932 a 1969 Paul M. Dirac, uno de los padres de la mecánica cuán-
tica; y desde 1980 el físico teórico Stephen Hawking. La cátedra lucasiana per-
mitía a Newton dedicarse enteramente a la investigación, así lo hizo hasta 1689
cuando fue elegido miembro del parlamento como representante de la Univer-
sidad de Cambridge, volviendo a esta en 1690, dejándola para siempre en 1696
cuando fue nombrado Secretario de la Casa de la Moneda en Londres, y pro-
mocionado a director de la misma tres años más tarde, abandonando así defini-
tivamente su labor científica. A pesar de este abandono, fue nombrado presi-
78 JOSÉ MEDINA
dente de la Royal Society desde 1703 hasta su muerte. Esta acaeció en Londres,
el 31 (20 del calendario juliano) de marzo de 1727 a causa de un cólico nefríti-
co. Newton carecía de buen humor, bromeando o riendo en muy contadas oca-
siones, no tenía afición alguna, ni cultural, ni recreativa, era descuidado en el
vestir y en el comer, no se casó, ni se le conoció ninguna relación sentimental.
En 1666, Newton intentó comprobar numéricamente la ley de la gravita-
ción, pero los resultados sólo le salieron aproximados y los dejó estar durante
veinte años. Estos deficientes resultados, tal vez se debieran a un error en el
cálculo del radio terrestre o a que Newton no estaba aún seguro de sus hipóte-
sis. Además quería llegar más lejos, quería demostrar que la fuerza que man-
tienen a los planetas alrededor del Sol es la misma que mantiene a los cuerpos
en la superficie terrestre y hace caer la manzana hacia el suelo. Así que, en
1684, animado por su amigo el astrónomo Edmund Halley, retomó la tarea de
la que saldría su Philosophiae naturalis principia mathematica (Principios
matemáticos de la filosofía natural) publicado en 1687, uno de los libros cien-
tíficos más importantes que ha dado el pensamiento humano y, como dice J.
Jeans en su Historia de la física, sólo comparable al Origen de la especies de
Charles Darwin. Los Principia contienen tres libros: en el primero se estable-
cen los principios de la dinámica de los cuerpos en movimiento; el segundo
trata del movimiento de los cuerpos en medios resistentes y de la mecánica de
los fluidos; y el tercero se llama Sobre el sistema del mundo. Es en este último
donde Newton establece la ley de la gravitación universal y demuestra que es
la que mantiene a los planetas en sus órbitas elípticas y a los cuerpos en la
superficie terrestre, es decir la fuerza celeste y terrestre es la misma. Para com-
parar las observaciones con los cálculos, Newton supone que toda la masa de
la Tierra está concentrada en un punto que situó en el centro de esta, encon-
trando un acuerdo total, justificando a su vez las tres leyes de Kepler. Estable-
ció que la fuerza con que se atraen dos cuerpos es directamente proporcional
al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la dis-
tancia que los separa, lo que se conoce como la ley inverso cuadrática de la
gravitación universal, resolviendo así el problema de los dos cuerpos. También
estudió el problema de los tres cuerpos, pero este era mucho más complejo y
aún hoy está sin resolver totalmente. En resumen, Newton demuestra que la
misma fuerza es la que: mantiene a los planetas y a los satélites en sus órbitas;
produce la caída de los cuerpos en la superficie terrestre o de cualquier otro
cuerpo celeste; mantiene a los objetos atrapados en la superficie de la Tierra;
origina las mareas producidas por la gravedad lunar; y es la fuerza de atracción
de dos cuerpos cualesquiera que sea su lugar en el espacio.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 79
Figura 11. La trayectoria del cometa de 1680 ajustada a una elipse alargada, como aparece
en los Principia de Newton.
SIGLOS XVIII Y XIX
Cosmología
escuela militar. Plaza que ocupó Laplace a la edad de veinte años, en la que, die-
cisiete años después, en 1785, examinaría de matemáticas al joven cadete
Napoleón Bonaparte. En 1799 fue ministro del Interior (que en aquel tiempo se
ocupaba principalmente del comercio, enseñanza y espectáculos) en el primer
gobierno de Napoleón pero sólo duró seis semanas en el cargo. Fue republica-
no con la revolución, imperialista con Napoleón y monárquico cuando los bor-
bones regresaron después de la caída del emperador. Bonaparte le hizo Conde
del Imperio en 1805, le concedió la Legión de Honor en 1806, y el rey Luis
XVIII le dio la gran cruz de la Legión de Honor y le nombró Marqués de Lapla-
ce. Como se ve Laplace sabía nadar en todas las aguas. Sus trabajos abarcaron
problemas de todo tipo –mareas, gravitación, forma de los planetas, génesis del
universo, probabilidades, matemáticas– y fueron muchos y muy importantes.
Laplace no se molestaba mucho en explicarse con detalle, pues una vez que él
se sentía convencido no intentaba que los demás le comprendieran. No obstan-
te, escribió dos grandes obras: Exposición del sistema del mundo, publicada en
seis volúmenes en 1796 y Tratado de mecánica celeste en cinco volúmenes, los
cuatro primeros publicados entre 1799 y 1805 y el último, de carácter históri-
co, en 1825, dos años antes de su muerte. Cuando Laplace regaló un ejemplar
de su segunda obra a Napoleón este le comentó que, siendo un libro sobre el
universo no había citado ni una sola vez a Dios, el autor le respondió que no
había necesitado esa hipótesis. Esta respuesta y las propias ideas de Laplace
contradecían las de Newton. Pues mientras que este adjudicaba a Dios las
correcciones necesarias para mantener a los planetas en sus órbitas elípticas
perfectas –dado que esas órbitas serían perturbadas por las fuerzas gravitacio-
nales de los demás planetas-, Laplace hizo ver que eso no era necesario, pues
la propia naturaleza se encargaba de ello, demostrando matemáticamente que
esas perturbaciones se corregían durante largos periodos de tiempo. En la Expo-
sición del sistema del mundo, Laplace enunció una hipótesis cosmogónica, que
tendría gran importancia. Brevemente se puede explicar de la forma siguiente.
Partiendo de la base de que todos los planetas giran en el mismo sentido alre-
dedor del Sol y están situados casi en el mismo plano –eclíptica– y que, a su
vez, los satélites también giran en el mismo sentido alrededor de su planeta
correspondiente, supuso que todo había comenzado por una masa gaseosa
–nebulosa primitiva– a temperatura muy elevada rotando sobre su eje, que pro-
gresivamente se había ido enfriando y, por lo tanto, contrayendo. Según la
mecánica de Newton esta contracción producía el aumento de la velocidad de
rotación. Laplace postuló que este aumento de la velocidad de rotación produ-
ciría el achatamiento de la masa gaseosa, hasta convertirla en un disco. Cuan-
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 83
Sistema solar
Figura 12. Los dos más importantes telescopios reflectores de William Herschel.
El de 20 pies (arriba) terminado de construir en 1783 y el de 40 pies (abajo) puesto
en funcionamiento en 1789.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 87
Astronomía estelar
Figura 13. Medida de la distancia de una estrella a partir de la paralaje. Por definición:
distancia = 1 pársec (31 billones de kilómetros) corresponde a una paralaje = 1 segundo
de arco. Luego una distancia cualquiera, en pársec, será = 1/paralaje
(este medido en segundos de arco).
92 JOSÉ MEDINA
Nebulosas
tipos: las nebulosas difusas constituidas por polvo estelar y las formadas por
un conglomerado de un gran número de estrellas indistinguibles debido a la
lejanía. El 15 de enero de 1834, John Herschel llegó a Ciudad del Cabo (Sud-
áfrica) y, poco después, instaló su telescopio reflector de 20 pies en Feld-
hausen, cerca de aquella ciudad. El telescopio lo había fabricado en Inglate-
rra con su padre y con él, durante los cuatro años que estuvo allí, observó
más de 1700 nebulosas, unas 2100 estrellas dobles y varios miles de estre-
llas. De tal forma, que la relación final de la familia Herschel contenía más
de 5000 objetos estelares, de los que más de 4600 habían sido descubiertos
por ellos mismos.
El astrónomo irlandés Lord Rosse, después de construir un telescopio reflec-
tor con un espejo primario de 90 centímetros de diámetro, emprendió la cons-
trucción de otro de 1,8 metros, que tuvo que suspender por la Gran Hambruna
Irlandesa de la Patata de 1845, durante la cual eximió a los campesinos de sus
tierras de pagar los alquileres de las mismas. En 1847 retomó el trabajo que, al
año siguiente, dio como fruto la puesta en marcha del mayor telescopio reflec-
tor con espejo metálico del mundo, el «Leviatán» (figura 14). Con él, Lord
Rosse pudo descubrir la forma espiral de una galaxia, fue la del Remolino
–M51 del catálogo Messier–, que tuvo que dibujar a mano (figura 14) pues aún
no existía la fotografía, y dar el nombre de Nebulosa del Cangrejo a la M1 como
hoy se le conoce. Su ayudante John Dreyer, compiló el monumental New Gene-
ral Catalogue of Nebulae and Cluster of Stars (Nuevo Catálogo General de
Nebulosas y Cúmulos de Estrellas) –conocido como NGC–, que publicó en
1888, el mismo año en el que Vincent van Gogh pintaba sus famosos «Giraso-
les». El NGC contiene todas las observaciones realizadas hasta esa fecha, cerca
de 8000 objetos y aún es extensamente usado. Posteriormente le añadió dos
apéndices, «Index Catalogue» (Catálogo índice) –IC I e IC II–, que contenían
cerca de 5000 objetos. Las observaciones se multiplicaron a lo que contribuyó
la aparición de la fotografía, de tal forma, que a finales del siglo XIX se habí-
an catalogado más de 11 000 nebulosas.
La observación de galaxias lejanas dio pie a la idea de intentar descifrar
la forma de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. William Herschel sugirió
que tenía forma de rueda de molino con el sistema solar cerca de su centro.
La idea no es mala en la forma pero sí en la posición del Sol. Kant elaboró
la idea conocida como «universo isla» en la que todas las nebulosas y con-
glomerados de estrellas serían como la agrupación de innumerables soles, es
decir, el cielo estaría lleno de muchas vías lácteas, lo que no está lejos de los
postulados de Bruno dos siglos atrás.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 95
Figura 14. El Leviatán (arriba), gigantesco telescopio reflector de Lord Rosse construido en
1847, con un espejo primario de 1,8 metros, una longitud de 16,5 metros y un peso de 4 toneladas.
Dibujo (abajo) de la galaxia M51 que Lord Rosse realizó observándola con el Leviatán.
96 JOSÉ MEDINA
Astrofísica
Figura 16. Foto de la Nebulosa de Orión tomada por Henry Draper el 30 de septiembre de 1880.
Figura 17. Telescopio refractor del Observatorio de Yerkes en una foto tomada en 1921
durante una visita de Albert Einstein, que aparece con el equipo del observatorio.
El telescopio puesto en funcionamiento en 1895, tiene una longitud de 18 metros,
pesa 20 toneladas y tiene un objetivo de un metro de diámetro. Aún está operativo.
estas partículas son los fotones. Esta dualidad fue descubierta por Louis de
Broglie en 1924. La energía que transportan las ondas electromagnéticas
crece con la frecuencia y decrece con la longitud de onda, es decir, es mayor
a menores longitudes de onda y mayor frecuencia, pues la longitud de onda
(λ) y la frecuencia (ν) están relacionadas por la expresión ν=c/λ (siendo c la
velocidad de la luz en el vacío).
El ojo humano sólo es capaz de observar una estrecha franja del espectro
electromagnético que va desde el rojo al violeta, lo que se denomina el visi-
ble. No obstante, los objetos estelares son capaces de emitir en toda la exten-
sa gama del espectro (figura 18). Para detectar todo este amplio espectro es
necesario construir instrumentos con detectores capaces de registrarlo, tales
como radiotelescopios, células CCD instaladas en instrumentos, y detectores
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 103
Radioastronomía
Telescopios y observatorios
A finales del siglo XIX se empiezan a construir espejos de vidrio con una
fina capa de plata metálica, lo que hizo posible empezar a construir espejos
mayores, a la vez que la técnica de pulido de lentes se perfecciona notable-
mente. Entre 1907 y 1910 el físico francés, especialista en óptica, Henri
Chrétien viaja por todo el mundo visitando los observatorios astronómicos,
en el de Monte Wilson (cerca de Los Angeles) encuentra a George Ritchey
y modifican el diseño del telescopio Cassegrain (figura 8), haciendo los dos
espejos (primario y secundario) secciones hiperboloides de revolución,
aumentando notablemente la calidad de la imagen en el foco. En 1927 Rit-
chey construye el primer telescopio con un espejo primario de medio metro
de diámetro, a partir de ahí el telescopio Ritchey-Chrétien es el más usado
en los grandes observatorios. Chrétien recibiría en 1953 el Oscar de Holly-
wood (Premio de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de
Estados Unidos) por su participación en la invención del cinemascope.
110 JOSÉ MEDINA
Figura 22. Forma y tamaño comparativo de los espejos primarios: del Telescopio Espacial
Hubble (2,4 metros); de uno de 8 metros; y del segmentado de 10 metros de uno de los
telescopios Keck.
ración solemne del IAC y de los observatorios, por miembros de cinco fami-
lias reales europeas, doce ministros de otros tantos países de Europa y una
nutrida representación de científicos notables, entre ellos cinco premios
Nóbel. El Observatorio del Teide consta de nueve telescopios, entre los cua-
les, cuatro de ellos están dedicados a la observación del Sol y uno a las ondas
radio. El Observatorio del Roque de los Muchachos, compite con el de
Mauna Kea en ser el más dotado del mundo, tiene once telescopios, uno de
ellos el Gran Telescopio de Canarias (GTC) de 10,4 metros (diámetro del
espejo primario) ha visto su primera luz en julio de 2007, otro –MAGIC–
está dedicado al estudio de rayos gamma de muy alta energía, como veremos
en el último apartado de este capítulo. Los telescopios canarios han sido ins-
talados y están siendo mantenidos por varios países, pero en todos un por-
centaje de tiempo de observación está reservado a astrónomos españoles,
según un protocolo que se ha dado en llamar «cielo a cambio de telescopio».
La Organización Europea para la Observación Astronómica en el Hemisfe-
rio Austral (ESO), que debe su sigla a su antiguo nombre de Observatorio Aus-
tral Europeo, es una organización intergubernamental europea dedicada al des-
arrollo científico y tecnológico en el campo de la astrofísica, mediante obser-
vaciones terrestres realizadas en el hemisferio sur, con su sede central en Gar-
ching (Alemania). Está financiada por trece países, entre ellos España, que
ingresó en 2006. La idea surgió en 1954 tras una reunión de varios importantes
astrónomos europeos que recomendaron a sus países el establecimiento de un
observatorio austral, ocho años después se firmaría el convenio que daría luz
verde al inicio de ESO. En 1963 se abre una sede en Chile y, años después se
comienza a construir el observatorio de La Silla, que se encuentra a 2400
metros de altitud y a 600 kilómetros al norte de Santiago, siendo inaugurado en
1969, cuando los telescopios de mediano tamaño ya estaban operativos. Actual-
mente tiene una serie de telescopios, 5 de ellos con espejos primarios de diá-
metros superiores al metro. En 1991 se comienza la construcción del VLT (des-
crito más arriba) en el Cerro Paraná a 2635 metros de altura. Como se dijo en
el apartado de radioastronomía, ESO también construye en Atacama el proyec-
to ALMA junto con APEX (Experimento Pionero de Atacama), que es una
antena de 12 metros de diámetro para observaciones radioastronómicas.
Infrarrojo
Figura 23. Imagen del cielo en el infrarrojo lejano obtenida por el satélite COBE (NASA).
gerante, por lo que la misión se puede alargar a cinco años. Para el año 2013
está prevista la misión JWST (Telescopio Espacial James Webb), que es un
proyecto conjunto entre NASA, ESA y CSA (Agencia Espacial Canadiense).
JWST estará colocado en el punto lagrangiano L1 a 1,5 millones de kilóme-
tros de la Tierra, equipará un telescopio Ritchey-Chrétien con un espejo pri-
mario de 6,5 metros de diámetro compuesto de 18 segmentos. JWST estará
protegido de la radiación solar y terrestre con lo que se prevé alcanzará los
50 kelvin (223ºC bajo cero).
Los telescopios terrestres pueden observar el infrarrojo cercano, pero, debi-
do a que radiación infrarroja emite cualquier cuerpo, hay que aislarlos de cual-
quier contaminación procedente de su propio entorno y de la atmósfera. El ais-
lamiento se consigue manteniendo los instrumentos a bajas temperaturas y res-
tando el ruido atmosférico. Como ya se ha dicho, la primera observación se
realizó desde el Monte Wilson en 1968, ese mismo año, el Observatorio del
Monte John (Nueva Zelanda) hizo un estudio análogo del hemisferio sur. Hoy
día la mayoría de los grandes observatorios tiene instrumentos adecuados para
observar en el infrarrojo. Uno de los proyectos más interesantes es el 2MASS
(Sondeo de Todo el Cielo en Dos Micras –2·10-6 metros–), que ha observado
sistemáticamente el cielo desde dos observatorios, uno, el John Hopkins
(EEUU) en el hemisferio norte y otro, en el sur en Cerro Tololo (Chile). Las
observaciones se realizaron con instrumentos y telescopios iguales, como la de
todo el cielo que se muestra en la figura 24.
Figura 24. Imagen del cielo en el infrarrojo cercano, obtenida a partir de múltiples datos
del proyecto 2MASS (NASA).
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 119
Visible
1997, contiene 120 000 estrellas con una precisión jamás alcanzada. La ESA
tiene prevista una nueva misión astrométrica para 2011, la misión GAIA
(Interferómetro Astrométrico Global para Astrofísica) pretende crear un
mapa en tres dimensiones de nuestra galaxia, midiendo los parámetros de
mil millones de estrellas.
Como ya sabemos, en 1823 John Herschel sugirió que el espectro lumi-
noso de las estrellas nos podía dar información sobre su composición quí-
mica. Fue Meghnad Saha, en 1921, el que dio una interpretación acertada de
los espectros cuando estableció el concepto de ionización térmica, que con-
siste en que cuando los átomos alcanzan una temperatura muy elevada, los
electrones tienen suficiente energía como para salir de él y romper el átomo,
con lo que el átomo deja de ser neutro para convertirse en un ión. De tal
forma, que una estrella que se encuentre a una cierta temperatura –por ejem-
plo 10 000 kelvin– tiene unos átomos que se ionizarán y emitirán radiación,
mientras que otros no, si la temperatura desciende, estos átomos dejarán de
emitir y otros tomarán su lugar, por lo que el espectro observado será distin-
to. Sabemos que la constitución de todas las estrellas es similar, por tanto, su
espectro dependerá de la temperatura de su superficie. Pero no solamente
nos da ese dato sino que también nos informa de su brillo, masa y composi-
ción. Con estos datos, en 1911, Ejnar Hertzsprung calculó algunos diámetros
de estrellas y comprobó que las frías, de color rojo, se dividían en dos gru-
pos, las muy grandes, que llamó gigantes y las muy pequeñas, que llamó
enanas, no existiendo de tamaño intermedio. Dos años más tarde Henry Rus-
sell obtuvo los mismos resultados para mayor número de estrellas frías. Para
las estrellas más calientes persistía la separación entre grandes y pequeñas.
Hertzsprung y Russell, independientemente, tuvieron la inteligente idea de
representar sus datos en un diagrama de brillo en función de temperatura y
obtuvieron lo que hoy se denomina diagrama Hertzsprung-Russell (también
conocido como diagrama H-R), que constituye una de las herramientas más
importantes en la astrofísica actual (figura 25). El diagrama H-R demuestra
que las estrellas no se distribuyen al azar como se podría pensar, sino que
están agrupadas en unos cuantos sectores. En la parte superior del diagrama
H-R se encuentran las estrellas gigantes y en la inferior las enanas, la rama
diagonal se denomina secuencia principal e incluye alrededor del 90% de las
estrellas del firmamento. Russell dio a su diagrama una interpretación evo-
lutiva y acertó, postuló que una estrella envejecía siguiendo el camino que le
lleva desde gigante a enana a través de la secuencia principal, disminuyen-
do su brillo progresivamente. Suponía Russell, que la estrella comenzaba
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 121
Figura 25. Versión actual del diagrama Hertzsprung-Russell, adaptado del original del
Observatorio Austral Europeo (ESO). Obsérvese que la escala del eje de abcisas crece hacia
la izquierda y no hacia la derecha como es habitual. (ESO).
Figura 26. El cielo en el visible. Mosaico realizado por Axel Mellinger con 51 fotografías
tomadas en los dos hemisferios entre 1997 y 2000.
Cosmología
Figura 28. Esquema de la evolución del universo según el modelo del big bang
(NASA/WMAP Science Team).
Ultravioleta
Astronomía X
Los rayos X fueron descubiertos por el físico ucraniano Ivan Puliui entre
los años 1880 a 1883, pero, como ha ocurrido tantas veces, el honor de su
descubrimiento se lo llevó el alemán Wilhelm Roentgen. Puliui y Roentgen
se encontraron en la Universidad de Estrasburgo y fue allí donde el alemán
quedó fascinado por el tema, al mostrarle el ucraniano su «lámpara», con la
que había fotografiado en rayos X (lo que hoy llamamos radiografía) el
brazo roto de un niño de 13 años y la mano de su hija con un alfiler escon-
dido debajo. Roentgen repitió los experimentos y los publicó en 1895 sin
citar a Puliui; este había ya publicado sus trabajos en las Notas de la Acade-
mia de Ciencias Imperial austriaca, pero no tuvieron mucho predicamento,
pues su redacción no era nada clara y por el carácter restringido de la revis-
ta. La Royal Society de Londres, recogió estos trabajos traducidos al inglés
en un libro, demostrando que Puliui había descubierto los rayos X, no obs-
tante el primer Premio Nobel de Física de 1901 fue para Roentgen. En la
concesión de esos primeros Nobel, el de la Paz recayó, con todo mereci-
miento, en Jean Henry Dunant, fundador de la Cruz Roja. El nombre de X
proviene del hecho de que al principio no se comprendió bien su naturaleza
y se utilizó la letra X, que denota las incógnitas en matemáticas. Hoy se sabe
que son ondas electromagnéticas, como la luz visible, pero con mayor ener-
gía, es decir con menor longitud de onda y mayor frecuencia.
Al acabar la 2ª guerra mundial los aliados capturaron la tecnología espa-
cial de los alemanes. Fue con un cohete tipo V-2 con el que los estadouni-
denses constataron la existencia de rayos X exteriores a la Tierra en 1948. La
atmósfera nos protege de los rayos X, pero también impide su estudio desde
el suelo, hay que utilizar vehículos espaciales para salir fuera de la influen-
cia de la atmósfera. Los rayos X tienen un rango de energía que va desde un
centenar de electronvoltios hasta un poco más allá de cientos de miles de
electronvoltios (aproximadamente entre 0,1 a 100 kiloelectronvoltios), se
132 JOSÉ MEDINA
observación de rayos X y
tiene varias singularida-
des: no se conoce por
SAS-1 sino por el que le
dio Townsend de Uhuru
(libertad en swahili), pues
fue lanzado el 12 de
diciembre de 1970, con-
memoración del séptimo
aniversario de la indepen-
dencia de Kenya; este
lanzamiento tuvo lugar
desde la plataforma petro-
lífera adaptada San Mar-
cos frente a las costas del
país africano; es el primer
satélite estadounidense
lanzado fuera de EEUU y
por un equipo ajeno, en
este caso fue italiano.
Uhuru fue diseñado por el
equipo de Giacconi, tenía
107 centímetros de alto y
51 de diámetro, pesando
alrededor de 68 kilogra-
mos (figura 30) y su ins-
Figura 30. Marjorie Townsend y Bruno Rossi trumentación consistía en
trabajando en el Uhuru.
dos grupos de contadores
proporcionales. En sus
más de dos años de vida, Uhuru observó todo el cielo y proporcionó el primer
catálogo de fuentes de rayos X, que contenía 339 objetos. Hoy día se muestra
una maqueta del Uhuru a tamaño real en el museo del espacio en Washington.
Los rayos X cuando inciden verticalmente en un espejo, como lo hace
la luz visible, atraviesan este sin reflejarse en él, debido a que su longitud
de onda es comparable con las distancias interatómicas del espejo. En
1960, recogiendo una técnica que se estaba aplicando en microscopía,
Giacconi y Bruno Rossi tuvieron la idea de inclinar el espejo de tal mane-
ra que los rayos X incidieran de forma rasante –igual que cuando se lanza
una piedra en la superficie del agua para hacer el «salto de la rana»–, de
134 JOSÉ MEDINA
Figura 32. El cielo en rayos X. Los distintos tonos de gris corresponden a las distintas
energías y los puntos a las estrellas, el tamaño de estos indica su intensidad. (NASA).
Los rayos gamma son fotones de energía superior a los 100 kiloelectron-
voltios, con una longitud de onda muy pequeña comparable con las distan-
cias atómicas y una muy alta frecuencia, superior a los 1019 hertzios. Fueron
descubiertos por Paul Villard en 1900, cuando observó que no se desvia-
ban bajo la acción de un campo magnético, y pensó que era algún tipo de
136 JOSÉ MEDINA
Figura 33. El cielo en rayos gamma. Los distintos tonos de gris corresponden a las distintas
energías del fondo, en su contorno se han dibujado las líneas isofotas. Los puntos son las
estrellas, correspondiendo el tamaño a su intensidad, siendo los círculos las que no tienen
contrapartida. (NASA/CGRO).
Figura 34. Telescopio chérenkov MAGIC en el Observatorio del Roque de los Muchachos
(Robert Wagner).
SISTEMA SOLAR
masa de los jovianos también es mayor, Júpiter tiene 318 veces la masa de
la Tierra. No obstante, la masa del Sol representa más del 99% de la masa
del sistema solar conocido, conteniendo Júpiter y Saturno el 90% de la masa
del resto, es decir quitando al Sol. Sin embargo, la densidad de los jovianos
es menor, los planetas interiores están compuestos de materia densa, como
hierro y metales pesados, mientras que los exteriores están compuestos prin-
cipalmente de hidrógeno y helio, por ejemplo, Saturno es menos denso que
el agua. Todos giran alrededor del Sol en el mismo sentido, si pudiéramos
verlos en un punto del espacio muy alejado verticalmente del polo sur terres-
tre, el sentido del giro sería el de las agujas del reloj.
Figura 35. Topografía lunar obtenida con el satélite Clementine. Se toma como cero el
radio medio de la Luna considerado de 1737,4 kilómetros. Obsérvese que las depresiones
profundas –gris oscuro casi negro– son mucho más extensas en la cara visible. (NASA).
144 JOSÉ MEDINA
utilizar la gravedad de un planeta para ser lanzado hacia otro (lo que se deno-
mina asistencia gravitacional o swing-by), pues se acercó lo suficiente a Venus
como para que su gravedad lo sacara de su órbita y así poder llegar a Mercurio,
además fue la primera sonda espacial que visitó dos planetas. Fue lanzado en
1973 y visitó Mercurio tres veces, dos en 1974 y una en 1975, tomando una
serie muy completa de fotografías (figura 36), que revelan que el planeta tiene
una superficie muy similar a la de la Luna, con gran cantidad de cráteres y
carente de atmósfera. Hasta hoy ninguna otra misión espacial ha llegado a Mer-
curio. La ESA (Agencia Espacial Europea) en colaboración con la agencia
espacial japonesa (JAXA) tiene previsto para 2013 el lanzamiento de la sonda
espacial BepiColombo, con el objetivo de realizar un estudio amplio de Mer-
curio, al que llegará en 2019.
Figura 38. Atmósfera de Venus (izquierda) fotografiada por la sonda Galileo en 1996.
Topografía de Venus (derecha) obtenida por el satélite Magellan. (NASA).
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 149
agua por su superficie, además sirve de enlace entre los instrumentos del
suelo y la Tierra, pues Spirit y Opportunity pusieron en marcha dos nuevos
rover. La ESA se sumó al esfuerzo marciano con la Mars Express, lanzada
en 2003 que posó sobre el planeta un módulo con el que nunca se logró esta-
blecer contacto, no obstante, la cámara estereoscópica de la Mars Express
está produciendo unas impresionantes imágenes en tres dimensiones de la
superficie de Marte, sin embargo, su más importante contribución ha sido la
constatación de la existencia de hielo en el polo sur del planeta.
Figura 39. Topografía marciana obtenida con datos del Mars Global Surveyor
(NASA/JPL).
Planetas jovianos
Los cuatro planetas más grandes del sistema solar se denominan tam-
bién «gigantes gaseosos» y «planetas exteriores», son Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno (figura 40). Júpiter y Saturno forman parte de los plane-
tas conocidos en la antigüedad, pero Urano lo descubrió William Herschel
en el siglo XVIII y Neptuno en el siglo XIX (ver el apartado Sistema solar
en el capítulo Siglos XVIII y XIX). Sus masas sumadas conforman el 99%
de la masa de todo lo que gira alrededor del Sol. Están formados por una
masa gaseosa, constituida principalmente por hidrógeno y helio con algo
152 JOSÉ MEDINA
Júpiter es el cuerpo más grande del sistema solar después del Sol. Tiene
cerca de su ecuador la «Gran mancha roja», cuyo tamaño es mayor que el
disco terrestre. El Telescopio Espacial Hubble detectó, en 2006, otra mancha
de menor tamaño un poco más hacia el sur (figura 40), estas manchas son
anticiclones atmosféricos, en los que sus vientos pueden llegar a los 500
kilómetros por hora. Júpiter tiene cuatro satélites mayores –Io, Europa,
Ganímedes y Calixto-, de los que sólo Europa es menor que nuestra Luna y
Ganímedes es el mayor de los satélites del sistema solar e incluso mayor que
Mercurio. Estos satélites se llaman galileanos, pues fueron descubiertos por
Galileo Galilei en 1610 (ver apartado Galileo en el capítulo El telescopio,
Galileo y Newton). Su tenue sistema de anillos fue descubierto por la sonda
espacial Voyager (Viajero) 1 en 1979. El satélite más grande de Saturno,
Titán, es solamente menor que Ganímedes y mayor que la Luna y Mercurio,
siendo el único del sistema solar que tiene una atmósfera importante. Fue
descubierto por Christian Huygens en 1655.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 153
Figura 40. Los cuatro planetas jovianos vistos por el Telescopio Espacial Hubble.
Los tamaños están a escala. (NASA/STScI/ESA).
primera vez que se veían colisionar dos objetos del sistema solar. El cometa
fue descubierto en marzo de 1993 por Carolyn y Eugene Shoemaker y David
Levy, se le dio ese nombre debido a que era el noveno cometa descubierto
por estos astrónomos. Se dedujo que era un cometa que orbitaba alrededor
de Júpiter y que había sido un solo cuerpo hasta su paso cerca de Júpiter en
1992, cuando la gravitación del planeta lo partió en varios fragmentos, a la
vez que desviaba su trayectoria de tal forma que sus trozos colisionarían con
él dos años más tarde, entre el 16 y el 22 de julio de 1994. El cometa era una
sucesión de 20 fragmentos en fila india, cuya longitud alcanzaba poco más
de un millón de kilómetros (aproximadamente tres veces la distancia de la
Tierra a la Luna). La velocidad con que chocaron se estima en 220 000 kiló-
metros por hora, el fragmento más grande, de unos 2 kilómetros, produjo una
energía de choque equivalente a 6 millones de megatones. Los impactos
dejaron unas manchas negras de gran tamaño que fueron visibles durante
muchos meses. El suceso fue estudiado por la mayoría de los observatorios
terrestres, por el Telescopio Espacial Hubble, algunos vehículos espaciales y
un gran número de astrónomos aficionados, dado que se sabía con antelación
la fecha del impacto.
Los grandes observatorios terrestres y los astrónomos aficionados han
estudiado largamente a los planetas jovianos realizando grandes avances
en su conocimiento, como el descubrimiento de los anillos de Urano, lle-
vada a cabo en 1977 por el Observatorio Aerotransportado Kuiper (KAO),
un avión capaz de volar por encima de los 12 000 metros, que se había
empezado a usar tres años antes. El estudio de los planetas jovianos desde
el espacio requiere sondas espaciales que se alejen de la Tierra hacia los
lugares más remotos del sistema solar, esto hace que sus instrumentos ten-
gan que ser sofisticados como para soportar ese largo viaje. El programa
Pioneer (Pionero) de la NASA lanzó 14 misiones, las dos últimas, las Pio-
neer 10 y 11, fueron las primeras sondas espaciales que llegaron a los pla-
netas lejanos. Pioneer 10 fue lanzada en 1972, siendo la primera sonda en
sobrepasar el cinturón de asteroides y alcanzar Júpiter en 1973, donde hizo
medidas del planeta y de sus satélites, su viaje continuó pretendiendo
abandonar el sistema solar, aunque nunca sabremos si lo consiguió, pues
su último contacto fue en enero de 2003. La Pioneer 11 fue lanzada en
1973, alcanzó Júpiter en 1974 y utilizó el planeta para realizar un swing-
by que cambiaría su trayectoria hacia Saturno, siendo la primera sonda en
aproximársele en 1979, perdiéndose en 1995. En 1977 la NASA lanza los
dos Voyager 1 y 2, que llegan a Júpiter en 1979 y a Saturno en 1980, mien-
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 155
Planetas enanos
Figura 41. Planetas enanos fotografiados por el Telescopio Espacial Hubble. Las imágenes
de Plutón y Caronte están a escala, las de los otros dos planetas no. (NASA/STScI).
Tombaugh encontró el planeta, que era un objeto muy débil y que presenta-
ba un disco mal definido, debido a encontrarse muy lejos de la Tierra. Se
propusieron varios nombres para el nuevo planeta, al final se aceptó el pro-
puesto por Venetia Burney, una colegiala de 11 años de Oxford, que se lo
sugirió a su abuelo Falconer Madan, por considerarlo apropiado para un
mundo tan oscuro y frío, este se lo comentó a su amigo el astrónomo Her-
bert Turner, el cual se lo propuso a sus colegas americanos, los cuales, des-
pués de una votación, aceptaron el nombre, pues además de parecerles ade-
cuado comenzaba con las iniciales de Percival Lowell. El nombre se oficia-
lizó el 1 de mayo de 1930 y Madan recompensó a su nieta Venetia con cinco
libras. La órbita de Plutón es muy excéntrica, a veces se encuentra más cerca
del Sol que Neptuno (figura 42); tiene un compañero, Caronte, que fue des-
cubierto en 1978 por James Christy. Se mueven de tal forma que Plutón y
Caronte giran alrededor de su centro de gravedad que se encuentra fuera de
Plutón, por esta razón muchos astrónomos piensan que es un planeta doble.
Para avalar está idea, Plutón y Caronte son extraordinariamente parecidos,
su relación de tamaños (figura 41) es la más alta entre un planeta y una de
sus lunas en todo el sistema solar, tienen rotaciones sincronizadas, es decir,
presentan siempre la misma cara el uno al otro y sus otros dos satélites
–Hidra y Nix, descubiertos en 2005– giran alrededor del centro de gravedad
de ambos. La misión de la NASA New Horizons (Nuevos Horizontes) fue
lanzada el 19 de enero de 2006, tiene previsto llegar a Plutón en julio de
2015, allí estudiará el planeta y otros objetos del cinturón de Kuiper (ver
apartado siguiente) para, seguidamente salir del sistema solar, siendo la
quinta nave espacial que lo hace después de los Pioneer y de los Voyager.
Eris es el mayor de los planetas enanos y el más alejado del Sol, por su
tamaño es el noveno objeto girando alrededor del Sol. Fue descubierto en
2005, a partir de imágenes tomadas en 2003, por Mike Brown, Chad Truji-
llo y David Rabinowitz desde el Observatorio Monte Palomar, se encuentra
más allá del cinturón de Kuiper en lo que se denomina el disco difuso (ver
apartado siguiente). Tiene un satélite, Disnomia, que fue descubierto por
Brown y colaboradores en 2005 usando los telescopios Keck y su óptica
adaptativa (ver apartado Telescopios y observatorios en el capítulo Siglos
XX y XXI).
Es muy posible que en un futuro no muy lejano otros cuerpos se aña-
dan a la lista de los planetas enanos, al dejar la UAI la puerta abierta para
el estudio de candidatos, de entre los cuales el mejor situado tal vez sea
Caronte.
158 JOSÉ MEDINA
Figura 42. Visión global del sistema solar, donde todos los planetas se mueven en el sentido
de las agujas del reloj. Superior izquierda: planetas interiores o terrestres con el cinturón
de asteroides y Júpiter con sus asteroides Troyanos y Griegos. Superior derecha: planetas
exteriores o jovianos con el cinturón de Kuiper y Sedna en la posición que tenía en 2004.
Inferior derecha: órbita de Sedna dentro de la Nube de Oort. Inferior izquierda: parte interna
e la nube de Oort. (NASA/JPL-Caltech/R. Hurt).
de que fueran objetos que giran alrededor del Sol y predijo la siguiente apa-
rición del que lleva su nombre. La ESA lanzó en 1985 la misión Giotto para
interceptar al cometa Halley en su aparición de 1986, al que se acercó a una
distancia de 500 kilómetros, realizando un amplio estudio del mismo. En
1992, Giotto se acercó a 200 kilómetros del cometa Griegg-Skjellerup. La
agencia espacial japonesa realizó dos misiones para estudiar Halley, Sakiga-
ke (Pionero) y Susei (Cometa), que se acercaron a 7 millones de kilómetros
y a 151 mil kilómetros respectivamente, realizando diversas observaciones.
La misión de la NASA Stardust (Polvo de estrellas) fue lanzada en 1999 y,
entre otros objetivos, entró en la coma del cometa Wild 2 el 31 de diciembre
de 2003, recogiendo partículas de ella y regresando a la Tierra, donde su cáp-
sula de aterrizaje tomó tierra el 15 de enero de 2006, trayendo muestras del
espacio exterior. La ESA lanzó en 2004 la misión Rosetta, que pretende
ponerse en órbita alrededor del cometa Churyunov-Geramisenko, sobre el
que posará un módulo, y le acompañará en su viaje hacia el Sol, teniendo
previsto el fin de su aventura hacia 2015, cuando el cometa pase por su peri-
helio. En enero de 2005 la NASA lanzó la nave Deep Impact (Impacto Pro-
fundo), el 3 julio avistó el cometa Tempel 1 al que le lanzó un proyectil que
impactó en su superficie un día después, produciendo un gran desprendi-
miento de material que se vaporizó junto con el proyectil, mientras que la
nave hacía fotografías. Deep Impact se acercó a 500 kilómetros de Tempel 1
para fotografiar el cráter dejado por el impacto, obteniendo información de
su interior. La misión finalizó en agosto de 2005.
Alrededor de las 7 horas y cuarto de la mañana del 30 de junio de 1908
se produjo una explosión en el cielo de la lejana y desértica zona de Tun-
guska en Siberia. La explosión se produjo a una altura sobre el suelo de entre
5 y 10 kilómetros, con una potencia de entre 10 y 20 megatones (1000 veces
más potente que la bomba que se lanzó sobre Hiroshima en la 2ª guerra mun-
dial), produciendo un terremoto estimado en el nivel 5 de la escala Richter,
que afectó a más de 2000 metros cuadrados y derribó casi 80 millones de
árboles. Los observatorios Smithsonian y Monte Wilson en Estados Unidos,
apreciaron una disminución de la transparencia de la atmósfera que duró
varios meses y casi cien años después un satélite pudo ver el área que, aún
hoy, presenta una menor densidad forestal que sus alrededores. Las autori-
dades zaristas de la época trataron de ocultar el suceso, por lo que no se
conoce el número de víctimas humanas, aunque debieron de ser pocas, pues
la zona estaba prácticamente despoblada. Debido a los acontecimientos his-
tóricos que afectaron a Rusia en los años siguientes –1ª guerra mundial y
162 JOSÉ MEDINA
pasadas cerca del Sol y sin tener ninguna dirección preferencial de aparición,
por lo que la antigua teoría de que eran fósiles del sistema solar no tenía sen-
tido, pues, de ser así, ya estarían todos destruidos. Oort propuso que la pro-
cedencia de los cometas de largo periodo era una gran nube de forma esféri-
ca, que envuelve el sistema solar como un gigantesco globo, que se extien-
de entre 50 y 50 000 unidades astronómicas del Sol, en los confines del sis-
tema solar. Hasta hoy es sólo una teoría, pero el descubrimiento de Sedna,
llevado a cabo por Brown, Trujillo y Rabinowitz en 2003, hace pensar que
pueden existir cuerpos tan lejanos. Sedna tiene una órbita estimada entre 76
(perihelio) y 975 (afelio) unidades astronómicas, es decir se adentra en las
capas más interiores de la nube de Oort (figura 42).
En conclusión, nuestro sistema solar ya no es el simple y romántico con-
junto de cinco o nueve planetas visitado de vez en cuando por algún come-
ta, sino que es un complejo conglomerado de cuatro pequeños planetas roco-
sos, cuatro grandes planetas gaseosos, un número muy grande de asteroides
pétreos y otro número, tal vez aún mayor, de bolas de hielo. Su extensión
alcanza las 50 000 unidades astronómicas desde el Sol (figura 42).
El Sol (figura 43) es el objeto más brillante del cielo, tanto que su visión
directa puede causar daños irreversibles en los ojos, llegando incluso hasta
la ceguera. Su luz tarda en llegar a la Tierra 8,32 minutos, dado que se
encuentra a 150 millones de kilómetros de nosotros. Su diámetro es 109
veces el de la Tierra y su masa es igual a 333 000 masas terrestres. Se
encuentra a 26 000 años luz del centro de la galaxia, alrededor del cual gira
con un periodo de 220 millones de años. El Sol es un plasma (gas de átomos
ionizados) casi gaseoso en el exterior y muy denso en el interior, está com-
puesto por un 92,1% de átomos de hidrógeno, 7,8% de átomos de helio y
0,1% de otros átomos, representando el hidrógeno un 75% de su masa y un
25% el helio. Esta morfología produce que su periodo de rotación no sea uni-
forme como la de un sólido rígido, sino que hace una rotación cada 24 días
en el ecuador y cada 31 en los polos. Es una estrella de tamaño y brillo medio
que se encuentra en la secuencia principal (figura 25), que ha tenido una vida
estimada en 5000 millones de años y le quedan por vivir otros tantos, sien-
do la única estrella cuya estructura se puede observar directamente. Esta se
puede estratificar de la forma siguiente (figura 44): 1) núcleo, que se extien-
164 JOSÉ MEDINA
de alrededor de una quinta parte de su radio y es donde tienen lugar las reac-
ciones termonucleares que producen la energía solar, su temperatura puede
alcanzar los 15 millones de kelvin; 2) zona de radiación, que se encarga de
transportar esa energía; 3) zona convectiva, que es la que alcanza la superfi-
cie; 4) fotosfera, que es la superficie visible del Sol de unos 100 kilómetros
de espesor con una temperatura de 5700 kelvin; 5) cromosfera, que es una
capa irregular, donde la temperatura crece hasta los 20 000 kelvin, su nom-
bre viene de esfera de color, pues produce unas emisiones coloreadas llama-
das prominencias; 6) corona, que es la atmósfera exterior del Sol, solamen-
te visible en los eclipses totales, que se producen debido a que los tamaños
aparentes del Sol y la Luna vistos desde la Tierra son aproximadamente
iguales. El Sol produce una corriente de materia que sale en todas direccio-
nes con una velocidad aproximada de 1,4 millones de kilómetros por hora y
que se llama viento solar, alcanzando todo el sistema solar. El viento solar
está formado por partículas y átomos ionizados, que dan lugar a campos
magnéticos, produciendo la deformación de la magnetosfera de los cuerpos
del sistema solar. El viento solar da lugar a una especie de burbuja en el espa-
cio que es la heliosfera o zona de influencia del Sol, que engloba todo el sis-
tema solar, desde el Sol hasta más allá de la nube de Oort, terminado en lo
que se llama la heliopausa, donde se encuentra con el medio interestelar.
La energía solar se produce en el núcleo donde miles de millones de tone-
ladas de hidrógeno se convierten en helio, aunque la primera teoría de cómo
esta energía se producía fue la contracción de Kelvin-Helmholtz, postulada por
William Thomson (Lord Kelvin) y Hermann Helmholtz en la segunda mitad
del siglo XIX. Esta propone que la energía se produce por la radiación del inte-
rior solar que se calienta al contraerse debido al tremendo peso de las capas
exteriores. No obstante, esta teoría calcula una vida del Sol mucho más corta
que la que los geólogos proponían para la Tierra. En 1920 –año en que se crea
la Sociedad de Naciones, primer germen de la ONU– Arthur Eddington pos-
tula que la temperatura en el núcleo tiene que ser muy elevada, lo que provo-
caría que todos los átomos que allí se encuentren deben estar completamente
ionizados, es decir desprovistos de su corteza electrónica. Diez años más tarde
Robert Atkinson propone que en esas condiciones se deben producir reaccio-
nes termonucleares que fusionen hidrógeno en helio, proceso denominado
«combustión del hidrógeno», que según la ecuación de Einstein E=mc2 trans-
formaría una pequeña cantidad de masa en energía. La propuesta fue desarro-
llada por Subrahmanyan Chandrasekhar y Hans Bethe. Este último y Charles
Critchfield elaboran, en 1938, un proceso para la combustión del hidrógeno
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 165
Figura 43. Imagen del Sol tomada el 17 de febrero de 2001 por telescopio de ultravioleta
extremo del Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) de ESA/NASA.
Figura 45. Espectro de energía de los rayos cósmicos. Se indica la frecuencia aproximada
con que llegan las partículas a lo alto de la atmósfera. En la parte superior se señala donde
se sitúan los detectores.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 173
Figura 46. Esquema del viaje de los rayos cósmicos (ver explicación en el texto).
Los comienzos
ser comparables, se prepara un detector diseñado para que pueda ser fácil-
mente transportable y reproducible por cualquier investigador, de tal mane-
ra, que todas las medidas se hagan con instrumentos idénticos. En la cola-
boración participan alrededor de 80 científicos, se realizan una docena de
expediciones y se instalan más de 70 estaciones de medida. Con toda la
información obtenida se llegó a la conclusión de que la radiación aumenta
un 10% entre los valores obtenidos en el ecuador a los obtenidos a una lati-
tud de 50º. En 1932 Manuel Sandoval Vallarta comienza a trabajar en los
efectos del campo magnético terrestre en los rayos cósmicos, trabajando con
George Lemaître elabora una teoría sobre el movimiento de las partículas
cargadas en el campo de un dipolo magnético. Vallarta fue el maestro y ger-
men de la investigación en rayos cósmicos en México. En 1939, al final de
la guerra civil española, llega a Gran Bretaña el abulense Arturo Duperier y
comienza a trabajar en el Imperial College de Londres, en la dependencia de
la intensidad de los rayos cósmicos a nivel del suelo, con el campo magné-
tico terrestre y la temperatura y presión de la atmósfera, realizando impor-
tantes aportaciones en este campo hasta su regreso a España en 1953. Dupe-
rier llegó a ser una autoridad de reconocido prestigio internacional en este
campo.
Una vez aceptada la naturaleza corpuscular de la radiación cósmica, la
atención de los científicos se divide en dos campos, el puramente astronó-
mico y el de la utilización de estas partículas de alta energía para estudiar su
interacción con la materia. En este último uso cabe destacar el descubri-
miento de tres partículas elementales, el positrón (electrón positivo), el
muón y el pión. En 1928, Paul Dirac había anunciado teóricamente la exis-
tencia de una partícula idéntica al electrón pero con carga positiva. En 1932,
Carl Anderson, usando una cámara de niebla asociada a un fuerte campo
magnético, observó trazas de partículas con la misma curvatura que los elec-
trones pero desviadas en sentido contrario. El descubrimiento fue corrobo-
rado un año después por Patrick Blackett y Giuseppe Occhialini, usando
contadores Geiger-Müller. Por este descubrimiento, Anderson compartió el
Premio Nobel de Física en 1936 con Victor Hess. En 1937, Anderson y Seth
Neddermeyer, cargaron su cámara de niebla en un camión y subieron a la
cima de Pike Peak (4300 metros), en la Montañas Rocosas, y descubrieron
una partícula nueva con una masa entre el electrón y el protón, que luego se
le dio el nombre de muón. El pión (o mesón pi) fue predicho teóricamente
por Hideki Yukawa en 1935, en la década siguiente, Cecil Powell desarrolló
nuevos tipos de emulsiones nucleares tan sensibles como para registrar pro-
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 177
dos que el hierro presentan una abundancia mucho menor que el hierro, si
se puede registrar un ión de hierro por segundo en una superficie de 5
metros cuadrados, para iones más pesados sólo se pueden detectar entre
uno a la hora –zinc– y uno al año –uranio–. Esto implica que se ha de tener
un detector expuesto a los rayos cósmicos durante muchas horas. El grupo
de Fowler preparaba apilamientos de emulsiones nucleares que tenían una
superficie de 4 o 5 metros cuadrados y los lanzaban en globo en vuelos que
duraban unas 15 horas. Las trazas dejadas por estos iones eran mucho más
anchas que las del hierro, llegando a saturar el detector, por esto Fowler las
llamaba «monstruos». Esta peculiar caza de monstruos llevó al grupo de
Bristol a encontrar iones muy pesados, aunque nunca llegaron a precisar
con certeza de qué elementos se trataba. Para resolver esta incertidumbre,
en 1979 se pusieron en órbita dos satélites con instrumentos encaminados
al estudio de la componente UH, el, ya mencionado, HEAO 3 y el Ariel VI,
este último era un satélite británico que embarcaba un sofisticado instru-
mento del grupo de Fowler, voló alrededor de la Tierra a una altura de 600
kilómetros durante 30 meses. Con estos experimentos se aumentó la esta-
dística de sucesos registrados, pero no se llegó a una conclusión definiti-
va, pues presentaban unas incertidumbres muy elevadas (figura 47 dere-
cha). En 1974 la NASA aprobó el diseño de un tipo de satélite llamado
LDEF (Módulo para Exposiciones de Larga Duración), que consistía en un
prisma de doce caras, de 2,6 metros de ancho y 9,1 de largo, para que
pudiera ser embarcado en un transbordador espacial, llevaría instrumentos
que no necesitaran suministro de energía ni contacto alguno con la Tierra.
El primer y único LDEF se lanzó en abril de 1984, el transbordador Cha-
llenger lo colocó en una órbita terrestre a una altura media de 450 kilóme-
tros y se tenía prevista su recogida en marzo de 1985, pero se pospuso
hasta 1986. El desastre del Challenger, ocurrido en enero de ese año, sus-
pendió todas las misiones con los transbordadores espaciales y pospuso la
recogida del LDEF sine díe. No fue hasta enero de 1990 que pudo ser reco-
gido por el transbordador Columbia, después de permanecer en el espacio
durante 5 años, 8 meses y una semana. El LDEF portaba un experimento
del Instituto para Estudios Avanzados de Dublín, consistente en un apila-
miento de detectores plásticos para el estudio de la componente UH. A
pesar de una exposición tan prolongada, para la que el experimento no se
había diseñado, los detectores estaban en buen estado y se realizó un tra-
bajo que aumentó la estadística, pero no mejoró la precisión en la identifi-
cación de los núcleos.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA
Figura 47. Composición elemental de los rayos cósmicos de energía inferior al TeV. Izquierda: abundancias relativas al silicio (100) de
los elementos del helio al níquel (línea continua) comparada con las abundancias en la naturaleza (línea discontinua) (J.A. Simpson 1983).
181
Derecha: abundancias relativas al hierro (1 000 000) de los elementos de carga superior al níquel (J.P. Meyer 1985).
182 JOSÉ MEDINA
Origen y aceleración
culminan en 1977 con una propuesta, aceptada actualmente, que unifica las
anteriores, estableciendo que las explosiones de supernovas producen los
rayos cósmicos, las cuales sufren una primera aceleración en la propia
explosión y una posterior, por el mecanismo de Fermi, en las zonas calien-
tes cercanas a la explosión, en lo que se denomina remanente de superno-
va. La fabricación de los elementos en las estrellas masivas, como las
supernovas, ya había sido establecido en el artículo B2FH de 1957 (ver el
apartado Visible en el capítulo Siglos XX y XXI).
PERSONAJES
India
Grecia
China
Chen Gua (1031-1095). También conocido como Shen Kuo o Shen Gua, era
una persona brillante en su trabajo pero carecía de la habilidad política
necesaria para vivir en su tiempo, por lo que se vio confinado y desterra-
do. Además de sus trabajos en astronomía fue un buen cartógrafo y mate-
mático.
Su Song (1020-1101). Escribió el libro Nuevo plan para una esfera armilar
de relojería en el que describe un reloj astronómico, que se ha intentado
reproducir sin éxito en 1990, debido a su extraordinaria complejidad.
El Islam
Al-Battani (858-929). Abu ‘Abdallah Muhámmad ibn Jabir ibn Sinan ar-
Raqqi al-Harrani as-Sabi al-Battani, conocido en occidente como Albate-
nius. Un cráter lunar lleva su nombre.
190 JOSÉ MEDINA
Al-Farghani (IX). Abu al-‘Abbas Áhmad ibn Muhámmad ibn Kathir al-Farg-
hani, conocido en occidente como Alfarganus, nombre que lleva en su
memoria un cráter lunar. Trabajó en Bagdad y en El Cairo.
Al-Shatir (1304-1375). Ibn al-Shatir. Trabaja como muwaqqit (cronometra-
dor) en la mezquita de Damasco donde construye un magnífico reloj de
Sol para su minarete.
Al-Sufi (903-986). ‘Abd al-Rahmán al-Sufi, astrónomo persa conocido en
occidente por Azofi, nombre que lleva en su memoria un cráter lunar.
Vivió en Isfahan (Iran), donde realizó traducciones y observaciones
astronómicas que recogió en su Libro de las estrellas fijas.
Al-Tusi (1201-1274). Abu Jafar Muhámmad ibn al-Hasan Nasir al-Din Al-
Tusi. Fue conocido como filósofo, matemático, astrónomo, teólogo, físi-
co y escritor muy prolífico. El cráter lunar «Nasiredin» lleva ese nombre
en su memoria.
Alpetragio (1154-1185). Nureddin Abuishac el Petruchí el Ixbilí, conocido
como Alpetragio latinización de el Petruchí, pues nació en Pedroche
(Córdoba). Además de su libro de astronomía, escribió un tratado de ópti-
ca y perspectiva.
Averroes (1126-1198). Abulgualid Mohámed Benahmed Abenmohámed
Abenroxd nació en Córdoba y es el filósofo hispano-musulmán más
importante con una gran influencia en el pensamiento posterior a su
época.
Azarquiel (1029-1100). Abu Ishaq Ibrahim ibn Yahya al-Zarqalluh, conoci-
do como Azarquiel. Nace en Toledo y muere en Sevilla. Fue un hábil tra-
bajador de los metales. Cuando los castellanos toman Toledo en 1085, se
ve obligado a emigrar a Sevilla.
Chéber (1100-1160). Abu Muhámmad Chéber ben Aflah el Ixbilí nació en
Sevilla. También es conocido con el nombre latinizado de Geber, que se
confunde con otro Geber –Abu Musa Cháfar el Sufí–, este alquimista del
siglo IX. Realizó importantes aportaciones a la trigonometría esférica.
Ibn Matar (786-833). Al-Majjaj ibn Yusuf ibn Matar. Dedicó toda su vida a
la traducción de las obras griegas. Tradujo los Elementos de Euclides y el
Almagesto completo.
Ibn Qurrá (836-901). Thabit ibn Qurrá ibn Marwan al-Sabi al-Harrani, cono-
cido en latín como Thebit. Poseía un gran conocimiento de idiomas.
Ibn Yunus (950-1009). Abu al-Hasan ‘Ali ibn ‘Abd al-Rahmán ibn Áhmed Ibn
Yunus al-Sadafi. Nació en Egipto, donde trabajó como astrónomo y astró-
logo. Fue el inventor del péndulo. Un cráter de la Luna lleva su nombre.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 191
Europa
orden para poder publicar sus trabajos. En 1278 fue condenado por sus
opiniones y pasó casi todo el resto de su vida en prisión.
Azout, Adrien (1622-1691). Astrónomo francés que fue uno de los fundado-
res del Observatorio de París. Trabajó con Jean Picard. Un cráter de la
Luna lleva su nombre.
Borelli, Giovanni Alfonso (1608-1679). Físico y matemático nacido en
Nápoles. Fue profesor en las universidades de Mesina y Pisa. Hizo una
importante aportación a la mecánica aplicada a la medicina.
Bartsch, Jakob (1600-1633). Estudió astronomía y medicina en la Universi-
dad de Estrasburgo. En 1624 publicó algunas tablas estelares. En 1630 se
casó con la hija de Johannes Kepler al que ayudó con sus cálculos. Pre-
paró la edición de Somnium.
Bruno, Giordano (1548-1600). Nace en Nola (Nápoles) y muere en la hogue-
ra el 17 de febrero de 1600. Además de pensador era un experto en la téc-
nica de la memoria, escribiendo varios libros en los que describe reglas
nemotécnicas. Sus ideas sobre el universo infinito relegaban a la Tierra a
un mero mundo entre otros miles, y a su dios, a un mero dios tribal. Un
cráter lunar lleva su nombre.
Cassegrain, Laurent (1629-1693). Sacerdote católico. Fue profesor en Chau-
don (Francia) y diseñó el telescopio que lleva su nombre y que hoy día es
el más usado en astronomía, aunque modificado en 1910.
Cassini, Giandomenico (1625-1712). Giovanni Domenico Cassini nació en
Perinaldo (república de Génova), aunque se le considera como un astróno-
mo francés. Fue el primer director del Observatorio de París. Fue también
ingeniero y comenzó en 1670 la elaboración de un mapa topográfico de
Francia. Llevan su nombre un cráter Lunar, otro de Marte y un asteroide.
La sonda espacial enviada a Saturno de ESA y NASA lleva su nombre.
Cesi, Federico (1585-1630). Noble italiano que fundó la Academia de Lin-
ceos (a la que perteneció Galileo) en 1603, la cual desapareció con su
muerte.
Copérnico, Nicolás (1473-1543). Miko»aj Kopernik nace en Toru½ (Polonia)
el 19 de febrero de 1473 y muere en Frombork el 24 de mayo de 1543.
Fue, además de astrónomo, matemático, médico, jurista, físico, adminis-
trador, diplomático, economista y soldado.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 193
Siglo XX
Bell Burnell, Jocelyn (1943). Nació en Irlanda del Norte. Su padre tenía una
gran biblioteca y siempre le animó a leer, prefiriendo ella los libros de
astronomía. Estudió en las universidades de Glasgow y Cambridge,
donde empezó sus estudios de doctorado participando en la construcción
de un radiotelescopio bajo la dirección de Antony Hewish, con el que
descubrió los púlsares. Siendo ya doctora trabajó en la Universidad de
Southampton, University College de Londres y el Observatorio de Edim-
burgo. Fue durante 20 años profesora de física en la Open University.
Desde 2001 a 2004 ha sido Decana de Ciencias en la Universidad de Bath
y ,entre 2002 y 2004, presidenta de la Royal Astronomical Society. Aun-
que no compartió el Premio Nobel con Hewish, ha recibido numerosos
galardones.
Bethe, Hans Albrecht (1906-2005). Físico alemán nacionalizado estadouni-
dense. Nació en Estrasburgo, que hoy es parte de Francia. Recibió el Pre-
mio Nobel de Física en 1967 por su teoría sobre nucleosíntesis estelar.
Durante la 2ª guerra mundial fue jefe de la división teórica del laborato-
rio secreto de Los Alamos donde se fabricó la bomba atómica.
Bignami, Giovanni Fabrizio (1944). Físico italiano. Profesor de las univer-
sidades de Cassino y Pavia. Director científico de la Agencia Espacial Ita-
liana y desde 2007 presidente de la misma.
Birkeland, Kristian (1867-1917). Físico e inventor noruego. Publicó su pri-
mer artículo científico a los 18 años. Organizó varias expediciones a las
zonas polares para estudiar las auroras. Patentó un gran número de inven-
tos.
Blackett, Patrick Maynard Stuart (1897-1974). Físico británico. Premio
Nobel de Física en 1948. Fue durante largo tiempo miembro de la mari-
na de guerra británica. Trabajó diez años en el Laboratorio Cavendish de
Cambridge y desde 1933 en la Universidad de Manchester. Durante la 2ª
guerra mundial se opuso fuertemente a los bombardeos sistemáticos de
ciudades alemanas, cosa que le causó no pocos problemas.
Bondi, Hermann (1919-2005). Matemático y cosmólogo anglo-austriaco.
Nació en Austria y llegó a Cambridge en 1937 huyendo del antisemitis-
mo, siendo profesor de esa universidad desde 1945 a 1954. Fue luego
profesor del King’s College de Londres.
Bothe, Walter Wilhelm Georg (1891-1957). Físico, matemático y químico
alemán. Premio Nobel de Física en 1954. Durante la 1ª guerra mundial
fue hecho prisionero por los rusos y estuvo un año cautivo en Siberia.
Trabajó en el Instituto Fisicotécnico de Berlín. Fue profesor de las uni-
204 JOSÉ MEDINA
Premio Nobel de Física junto con Robert Wilson en 1978, por su descu-
brimiento del fondo cósmico de microondas.
Perrin, Jean-Baptiste (1870-1942). Físico francés. Fue profesor de la Sorbo-
na desde 1910 hasta la entrada de los alemanes en París en 1940, vién-
dose obligado a escapar a Estados Unidos, donde murió. Recibió el Pre-
mio Nobel de Física en 1926 por sus trabajos en la estructura discontinua
de la materia.
Powell, Cecil Frank (1903-1966). Físico británico. Premio Nobel de Física
en 1950. Fue director del Laboratorio de Física H.H. Wills de la Univer-
sidad de Bristol.
Puliui, Ivan (1845-1918). Físico ucraniano. Hasta finales del siglo no se
reconoció su descubrimiento de los rayos X, que había llevado a cabo
más de un siglo antes. Su aparato de rayos X era conocido como la «Lám-
para de Puliui». Fue profesor de la Universidad de Viena y decano de la
Facultad de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Praga.
Purcell, Edward Mills (1912-1997). Físico estadounidense, Premio Nobel de
Física en 1952 por el descubrimiento de la resonancia magnética nuclear
en líquidos y sólidos. En 1965 escribió el libro de texto «Electricidad y
magnetismo», segundo volumen del curso de física de Berkeley, que aún
hoy goza de gran prestigio.
Rabinowitz, David Lincoln (1960). Científico estadounidense de la Univer-
sidad de Yale. Ha fabricado cámaras CCD para la detección de asteroides.
Ha sido co-descubridor de varios objetos del sistema solar.
Reber, Grote (1911-2002). Ingeniero estadounidense, pionero de la radioas-
tronomía. Trabajó en la Oficina Nacional de Estándares y en la Universi-
dad de Tasmania.
Ritchey, George Willis (1864-1945). Astrónomo y constructor de telescopios
estadounidense, aunque fue educado como fabricante de muebles.
Roentgen, Wilhelm Conrad (1845-1923). Físico alemán, que recibió el pri-
mer Premio Nobel de Física (1901) por su descubrimiento de los rayos X,
aunque estos ya habían sido descubiertos por Ivan Puliui más de diez
años antes. La unidad de dosis de radiación X se llama roentgen en su
memoria.
Rossi, Bruno B. (1905-1993). Astrónomo italiano, especialista en rayos cós-
micos y rayos X. Profesor de las universidades de Florencia y Padua. En
1938 abandona Italia debido a su origen judío. En 1942 trabajó en Los
Alamos donde se desarrolló la primera bomba atómica.
214 JOSÉ MEDINA
Sólo se indican algunos hechos globales, con objeto de que el lector sitúe
la evolución de la astronomía dentro del contexto histórico. Los hechos
astronómicos están escritos en negrita, los científico-técnicos en cursiva y
los generales en normal.
I
1-33 vida de Jesucristo
64 gran incendio de Roma atribuido a Nerón
70-82 construcción del Coliseo de Roma
79 erupción del Vesubio y destrucción de Pompeya
80-120 Plutarco escribe sus Vidas Paralelas
II
100 Herón postula las leyes de la reflexión
105 Cai Lun inventa el papel
120-165 Tolomeo y su Almagesto
122-132 se construye el Muro de Adriano en Britania
131-201 vida de Galeno
132 Zhang Heng inventa el sismómetro
161-180 reinado del emperador Marco Aurelio
IV
313 edicto de Milán
391 el cristianismo es religión oficial prohibiéndose el paga-
nismo
397-400 San Agustín escribe sus Confesiones
V
400-500 escritura de los cinco Siddhanta en la India
410 Alarico saquea Roma
415 asesinato de Hipatia por Cirilo obispo de Alejandría
441-453 reinado de Atila
476 desaparición del imperio romano de occidente
498 Aryabhata publica su libro Aryabhatiya
VI
525 Dionisio el Exiguo inventa la «era cristiana»
526 Justiniano I cierra las academias culturales, entre ellas
la de Platón
VII
610 Mahoma comienza la predicación del islamismo
653 se edita el Corán
660 Sebokht escribe su obra sobre astronomía
661-750 dinastía Omeya
VIII
711 batalla de Guadalete, los árabes entran en España
756-912 emirato independiente árabe de Córdoba
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 223
fea–
1087 fundación de la Universidad de Salerno
1088 Su Song construye su torre-reloj
1090 escuela de traductores de Toledo
1096-1099 1ª Cruzada
XII
1119 fundación de la Universidad de Bolonia
1125 fundación de la Universidad de Montpellier
1127-1279 dinastía Song en China
1144-1187 traducciones de Gerardo da Cremona
1147-1149 2ª cruzada
1150 fundación de la Universidad de París
1168 fundación de la Universidad de Oxford
1175 fundación de la Universidad de Módena
1176 comienza a construirse la catedral de Estrasburgo (Fran-
cia)
1189-1192 3ª Cruzada
1189-1199 reinado de Ricardo Corazón de León en Inglaterra
XIII
1202-1204 4ª Cruzada
1205-1227 reinado de Gengis Kan
1206 comienza el dominio musulmán en la India
1208 fundación de la Universidad de Cambridge
1211-1311 construcción de la nave central de la catedral de Reims
(Francia)
1212 fundación de la Universidad de Palencia
1220 Sacrobosco escribe su Esfera
1225 Johanus Nemorarius estudia la mecánica del movi-
miento
1226-1270 reinado de San Luis IX en Francia
1228-1229 5ª Cruzada
1231 el papa Gregorio IX crea la Inquisición
1244 fundación de la Universidad de Salamanca
1248 comienza a construirse la catedral de Colonia (Alemania)
1248-1254 6ª Cruzada
1250 Alberto Magno llevó a cabo el aislamiento del arsé-
nico
1252-1284 reinado de Alfonso X el Sabio en Castilla y León
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 225
1967 guerra de los Seis Días entre Israel y varios países ára-
bes en Oriente Medio
1967-1974 dictadura de los coroneles en Grecia
1968 el Observatorio Monte Wilson publica el primer
catálogo de estrellas en el infrarrojo
1968 se hace el primer registro de electrones jovianos
1968 Martin Luther King es asesinado en Memphis
1968 revueltas de mayo en Francia
1968 la banda terrorista ETA asesina al policía Melitón Man-
zanas
1968 Constantin Costa-Gavras estrena su película «Z»
1968 Stanley Kubrik estrena su película «2001»
1969 Raymond Davis detecta el primer neutrino solar
1969 Viktor Safranov publica la teoría de los planetesi-
males
1969 Neil Amstrong es el primer hombre que pisa la Luna
1969 aparece internet
1969 se inventa el CCD
1969 los EEUU colocan el primer hombre en la Luna
1970 la Venera 7 se posa en la superficie de Venus
1970 se lanza Uhuru primer satélite de rayos X
1970 Japón y China lanzan sus primeros satélites artificiales
1971 el Marsnik 3 se posa por primera vez en la superfi-
cie de Marte
1971 la mujer consigue el derecho al voto en Portugal y Suiza
1972 se lanza el SAS-2 para medir rayos gamma
1972 se lanza la Pioneer 10 hacia los planetas mayores
1972 se fabrica el primer TAC
1972 Francis Ford Coppola estrena su película «El padrino»
1972-1974 escándalo Watergate
1973 se lanza la Pioneer 11 hacia los planetas mayores
1973 se lanza el Skylab
1973 se inicia la vigilancia de los Objetos Cercanos a la
Tierra
1973 muere el violonchelista Pau Casals
1973 la CIA organiza un golpe de estado en Chile y asesina a
su presidente constitucional Salvador Allende, dando
comienzo una dictadura militar que durará hasta 1990
254 JOSÉ MEDINA
Esfera armilar.– Modelo de esfera celeste formado por aros que muestran el
movimiento de los astros alrededor de la Tierra.
Esfera celeste.– Esfera imaginaria de radio gigantesco concéntrica y coaxial
con la Tierra.
Espectro de absorción o líneas de absorción.– Bandas estrechas oscuras
sobre un espectro contínuo producidas por un sólido caliente rodeado por
un gas tenue.
Espectro de emisión o líneas de emisión.– Bandas estrechas de color sobre
un fondo oscuro producidas por la emisión de un gas caliente.
Espectro electromagnético.– Conjunto de ondas electromagnéticas, desde
ondas radio hasta rayos gamma.
Espectroscopia.– Estudio sistemático del espectro luminoso y de las líneas
espectrales.
Espiral de Parker.– Estructura peculiar del campo magnético del Sol por todo
el sistema solar.
Estrella fugaz.– Destello luminoso que puede verse en la atmósfera causado por
un meteorito que se quema por el rozamiento con los componentes de esta.
Estrellas binarias.– Son dos o más estrellas que orbitan alrededor de su cen-
tro de masas.
Estrellas variables.– Son las que presentan una variación temporal de su brillo.
Estrellas dobles.– Pareja de estrellas que parecen estar juntas en el cielo.
Existen dos tipos de estrellas dobles: 1) las que su proximidad sólo es
aparente debido a su observación desde la Tierra, sin que exista ninguna
atracción gravitacional entre ellas y 2) las estrellas binarias.
Evolución estelar.– Secuencia de cambios que realiza una estrella a lo largo
de su vida.
Eyección o expulsión coronal de masa.– Suceso súbito por el cual el Sol lanza
al espacio miles de millones de toneladas de gas a altas velocidades.
Fluorescencia.– Proceso por el cual los átomos absorben fotones de una lon-
gitud de onda y emiten otros fotones a una longitud de onda mayor.
Fotomultiplicador.– Detector óptico sensible a intensidades de luz muy bajas.
Frecuencia.– Número de veces que se repite un fenómeno en la unidad de
tiempo. Para una onda es el cociente entre la velocidad de propagación y
la longitud de onda.
Fulguración solar.– Repentina y violenta explosión en la superficie del Sol.
Galaxia.– Conjunto formado por numerosísimas estrellas, gas y polvo inte-
restelar y materia oscura que se mantienen unidos gracias a la fuerza de
la gravedad. El número de estrellas puede ser de 10 millones a un billón.
UNA HISTORIA BREVE DE LA ASTRONOMÍA 267
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