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El presente trabajo ofrece datos actualizados, completos y de primera mano sobre la
situación de las personas privadas de su libertad (en adelante PPL) dentro de la Unidad
Nº 48 del Complejo Penitenciario Norte, ubicado en la localidad de José León Suárez
del Partido de General San Martín. El trabajo se propone, en primer lugar, advertir el
sub-registro de las enfermedades y dolencias de esta población por parte del Servicio de
Sanidad. Sabiendo que en general las personas privadas de su libertad no reciben
atención médica durante su estadía en prisión o la reciben de manera esporádica, las
historias clínicas -fuente de información del SPB para la confección de los listados
solicitados por el Poder Judicial en la evaluación de libertades anticipadas y el
otorgamiento de otros institutos (“beneficios”)- resultan inexistentes o desactualizadas.
A su vez, la indagación incluye datos referidos a la situación judicial de los detenidos, a
fin de permitir un análisis integral de la situación.
Vale destacar que de acuerdo al último informe elaborado por la Comisión Provincial
por la Memoria, se identificó que la deficiente asistencia de la salud es la principal
causa de muerte en el sistema carcelario provincial. Según el registro anual de la CPM,
ya entre 2008 y 2017 se produjeron 1.343 muertes en cárceles y alcaidías del Servicio
Penitenciario Bonaerense (SPB), de las cuales por lo menos 862 (64%) fueron por
problemas de salud mal o no atendidos. Asimismo, los informes anuales de la CPM
muestran que “al deterioro de la salud no le sigue una atención adecuada sino, al
contrario, falta de profesionales, medicamentos, espacios de internación, acceso a
hospitales públicos, tratamientos, estudios, curaciones. A esto, se le suma la falta de
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una alimentación adecuada, de dietas especiales o prescritas médicamente, las
condiciones edilicias que agravan los problemas y el quiebre del contacto con
familiares, quienes generalmente proveen los insumos necesarios para la
supervivencia, como alimentos, medicamentos y útiles de limpieza o desinfección”
(Informe CPM, 2019:10). La definición es contundente: “las expectativas de vida
dentro de la cárcel son menores y “esto se refleja, por ejemplo, en la edad a la que
mueren: en 2017 el 66% de las personas fallecidas por desatención de la salud tenía
menos de 55 años y el 40% era menor de 45. Una de cada cuatro era menor de 35”
(Informe CPM, 2019:10). Muchas de las PPL padecen enfermedades crónicas: HIV,
tuberculosis, neumonía, lupus, cáncer, entre otras; sin omitir que también hay personas
con dificultades motrices, auditivas, visuales y ninguna recibe ningún tipo de asistencia
médica.
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La Unidad Penitenciaria Nº 48 (anexa a las unidades penitenciarias Nº 46 y 47) se
encuentra ubicada geográficamente en la ciudad de José León Suárez, Partido de
General San Martín, dentro del Complejo Penitenciario Norte del SPB. El
establecimiento cuenta con una capacidad de 480 plazas, según se informa
oficialmente; de las cuales 192 corresponden al sector de máxima seguridad y 288 al
sector de mediana seguridad. Cuenta con un solo salón de visitas (SUM), una escuela,
una sede de la Universidad Nacional de San Martín (CUSAM), una cocina central, una
panadería, un sector de talleres y un espacio de recreación deportiva (cancha).
Cuestiones metodológicas
Han sido varias las técnicas y los métodos para llevar a cabo el relevamiento, siempre
siguiendo los lineamientos que demanda un estudio científico. Pero, al mismo tiempo,
hemos recurrido a distintas estrategias creativas ante las dificultades impuestas por el
servicio penitenciario, que, por una u otra razón, limitó nuestro acceso a los pabellones.
Con lo cual no siempre lográbamos entrevistar cara a cara a cada una de las PPL; en
muchas ocasiones, se daba a través de las rejas de las ventanas de cada pabellón. En
otros casos, fueron las mismas personas detenidas, que, al enterarse de nuestro trabajo,
nos hicieron llegar el formulario para que su información personal fuera sumada al
relevamiento. Finalmente, también hemos establecido contactos por vía telefónica,
mensajería y/o correo electrónico con otros detenidos para completar la información.
Es importante destacar que todos los datos han sido cruzados con planillas y fuentes
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oficiales, que nos permitieron descartar los casos duplicados y cuantificar los
faltantes. También, que este trabajo de investigación fue realizado durante los últimos
quince días de abril de 2020; y logró el relevamiento de 962 personas, faltando
entrevistar a 49 personas alojadas en sectores inaccesibles para los encuestadores
(Sector de Sanidad y celdas de aislamiento).
Es dable mencionar que este trabajo se realizó en un contexto donde quienes llevamos
adelante la investigación, nos encontrábamos manteniendo una huelga de hambre
pacífica y colectiva1(con todo lo que ello significa y tiene como consecuencia) ante este
apremiante contexto; al igual que, por ese entonces, más de 23 unidades penitenciarias
del ámbito provincial y federal en todo el país. Es nuestra intención principal mostrar
las condiciones en las que transitamos nuestro encierro, el trato que recibimos por parte
del sistema judicial y el sistema penitenciario, a partir de los datos que aquí
presentamos.
En el sector de máxima hay seis pabellones con 16 celdas que cuentan con dos camas
cada una. En promedio, más de tres personas duermen en el piso, sin colchón, por cada
celda. Cabe destacar que el tamaño de la celda es de aproximadamente 3×3 metros.,
conviviendo en promedio cinco personas en cada una de estas celdas. En mediana
existen también seis pabellones con ocho celdas cada uno, que cuentan con 6 camas por
cada celda; cada celda de este sector mide 2,80mts. de ancho por 6,20 mts de largo,
conviviendo en promedio entre 12 y hasta 13 personas en cada una de estas celdas. En
promedio duermen seis personas en el piso, sin colchón. El pabellón Nº 6 ocupado por
estudiantes universitarios es de los pocos espacios que no presenta sobrepoblación. La
causa de esto son los estrictos requisitos estipulados en el Estatuto del CUSAM para el
ingreso al lugar.
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SOBREPOBLACIÓN SEGÚN SECTOR DE ALOJAMIENTO
Del total de personas relevadas, un 32% presenta problemas de salud que las ponen en
riesgo para COVID-19. Según las patologías que en el siguiente gráfico se detallan:
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Las enfermedades relativas al sistema respiratorio son prevalentes, sumando un 46%
entre EPOC, tuberculosis, enfermedad pulmonar y asma crónica. A continuación, los
padecimientos cardíacos corresponden a un 16%. La variable de “múltiples”, que
corresponde al 1%, se refiere a cuatro personas dentro de esta población que sufren más
de una patología en forma simultánea.
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La variable «varias» incluye a las personas que sufren una patología que no se
encuentra en ninguna de las otras variables identificadas.
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POBLACIÓN SEGÚN TIPO DE BENEFICIO LIBERATORIO
Síntesis de la información:
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Plazas totales disponibles (dato oficial) 480
Esta síntesis de los datos obtenidos, deja a la vista que, si simplemente se otorgaran los
beneficios liberatorios estipulados por las leyes argentinas, la unidad penitenciaria
podría descomprimir la sobrepoblación de un modo drástico; ya que se contabilizan 501
personas que podrían acceder a ellos y una sobrepoblación de 531. Es decir, de proceder
según las normas hoy vigentes la unidad sólo tendría una sobrepoblación de 30
personas (3% de sobrepoblación). Esto sin considerar si quiera las recomendaciones
sobre la revisión de la situación de aquellas en riesgo par COVID-19, que ascienden a
308 casos, y podrían tramitarse en términos de arrestos domiciliarios permitiendo una
mejor habitabilidad de los ámbitos de encierro
Conclusiones
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A la luz de los hechos acontecidos en los últimos días en distintas unidades
penitenciarias del territorio provincial, el cuerpo de estudiantes del CUSAM reunidos en
torno al Centro de Estudiantes Azucena Villaflor, decidimos iniciar una indagación que
pudiera visibilizar el punto de vista de las personas que nos encontramos detenidas y
hacer un aporte constructivo al diálogo iniciado en la Mesa solicitada oportunamente
ante la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, y finalmente
convocada por el gobierno de la provincia (de la cual vienen participado representantes
de distintos poderes del Estado, integrantes de organizaciones ligadas a estas
problemáticas, funcionarios y trabajadores penitenciarios, personas privadas de su
libertad en distintas unidades). Esperábamos – y aún lo hacemos – que los datos
recabados funcionaran como un insumo para la toma de decisiones de las distintas
áreas gubernamentales y permitiera la resolución pacífica de los conflictos suscitados en
el contexto inmediato, pero que al mismo tiempo nos permitiera intervenir en un
planteo superador a la hora de construir respuestas estatales en el campo de la
seguridad ciudadana y las políticas públicas en materia de delitos y tasa de
reincidencia.
En este sentido las 100 Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en
Condición de Vulnerabilidad (instrumento que forma parte del sistema de fuentes del
derecho interno argentino según la Acordada de la CSJN N° 5/2009) establece que las
personas privadas de su libertad forman parte de los grupos “en condición de
vulnerabilidad” (arts. 3 y 4, según actualización de 2018); por considerar que esta
condición “puede generar dificultades para ejercitar con plenitud ante el sistema de
justicia el resto de derechos de los que es titular la persona privada de libertad,
especialmente cuando concurre alguna causa de vulnerabilidad enumerada en los
apartados anteriores ” (art.22). La misma normativa anima a la autoridad judicial, en
estos casos, a “velar por la dignidad de la persona privada de libertad y por sus garantías
fundamentales, conforme a los instrumentos internacionales sobre derechos humanos”
(art 23).
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parecido a la vida en la cárcel, como dijo el genial Andrés Calamaro “la vida es una
cárcel con las puertas abiertas” y es así como se siente gran parte de la sociedad, todos
nos sentimos un poquito presos.
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