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ENSAYO
INTRODUCCION
por ello se hace indispensable generar un programa de salud penitenciaria, que dé lugar a los
derechos humanos de las personas privadas de su libertad, para evitar estas debilidades en el
sistema y dar cabida a el restablecimiento de sus derechos, en cuanto a salud, se refiere
permitiendo, mejorar las condiciones y calidad de vida de los prisioneros, garantizando que todas
las personas detenidas, bajo la jurisdicción de los establecimientos de orden nacional, reciban un
trato humano, en diversas situaciones que dé lugar a los procesos de integridad física, dignidad,
salud y tratamiento psicológico, que los penitenciarios necesitan, según en la ley de Ginebra de
1929 y 1949, y en sus Protocolos adicionales de 1977. Esta ley es garantía para el
restablecimiento de sus derechos y valores como seres humanos.
¿Por qué es importante la salud penitenciaria en los establecimientos del orden nacional?
El sistema jurídico y penitenciario del país, con frecuencia no pueden lidiar con la cantidad de
casos, y las alternativas a la detención son prácticamente inexistentes. También el trato humano de
las personas detenidas es aún más difícil en las cárceles, que se encuentran en condiciones de
deterioro, de hacinamiento o en manos de pandillas penitenciarias. igualmente el sistema se ha
visto gravemente afectados debido a que en sus procedimientos en cuanto a salud física y mental,
se reconoce como inapropiado, también cabe a notar que los problemas estructurales, a la par
afectan las condiciones de calidad de vida de los penitenciarios, el hacinamiento, el orden, y la
salud”, son los principales factores, por los cuales, se deber establecer normas y principios
aplicables para las condiciones de dignidad, en todo lo que a “condiciones de vida”, “problemas de
salud”. [población general y especial) se describe.
El abordaje de este tema se puede relacionar con la infraestructura administrativa. Debido a esto,
el ministerio de salud toma las riendas junto los entes gubernamentales al ver esta situación,
implementan políticas públicas apropiadas, para mejorar la situación de salud, en lo que respecta a
las personas privadas de la libertad, y garantizar dentro del marco de derechos humanos las
condiciones de:
garantizar que las personas detenidas puedan ejercer sus derechos y beneficiarse de un
proceso que incluya las garantías judiciales y procesales destinadas a impedir las
detenciones arbitrarias;
contribuir a la rehabilitación de las personas detenidas tras su liberación (lo que, por lo
general, implica abordar cuestiones médicas o psicológicas que surjan como consecuencia
de los malos tratos y resolver los problemas prácticos que conlleva la reinserción
completa en la comunidad).
Asimismo, dando estos derechos la Asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas
en su Resolución 45/111 del 14 de diciembre de 1990 (2). el país, da dichos estándares para la
protección de los penitenciarios estableciéndolos también en la Constitución Política, que garantiza
de derechos fundamentales de estas personas que igualmente son contempladas en el código
penitenciario (Ley 65 de 1993 y Ley 1709 de 2014, que la modifica) (3, 4), así como las sentencias
T-388 de 2013 y T-762 de 2015 (5, 6, 7).
El estándar constitucional mínimo que debe cumplir una política criminal respetuosa de los
derechos humanos de las PPL se aboca a la garantía del derecho a la alimentación, el
derecho a la salud, el derecho a la salubridad e higiene, la disponibilidad de servicios de
salud, el derecho a no vivir en condiciones de hacinamiento, el derecho a la separación
entre sindicados y condenados, y el derecho a la resocialización (8)
Así la practica de atención en los servicios de salud, para las personas privadas de la libertad,
deber ser tenida en cuenta en un enfoque de servicio y compromiso, que conlleve a el tratamiento
especial de esta población vulnerable en particular, para preservar la vida y la salud de los
detenidos, fomentando acciones de trato humano y digno que sobrelleva mucho más de una
asistencia médica y fomente algo más que eso.
Por ellos se deber proponer acciones de mejora en la prestación en los servicios de salud de
acuerdo con los establecimientos de orden nacional, proporcionando como primera medida.
15. Realizar visitas a los establecimientos de orden nacional para ver las condiciones
administrativas, estructurales, convivencias y sanitarias de cada uno y dar solución
gubernamental.
16. Hacer una sinergia entre familias y establecimiento penitenciarios para el buen
funcionamiento de las personas privadas de la libertad en cuanto visitas, salud física y
mental [ controles tanto administrativo como familiar e interdisciplinar]. En un contexto de
apoyo
Conclusión
Por lo general, estas medidas requieren la actuación multidisciplinaria y a largo plazo, igualmente
el gobierno, las familias, y los centros carcelarios, en diversos ámbitos de la jerarquía penitenciaria,
social y familiar, deben garantizar las condiciones de salud física y mental de cada uno ellos, así
como el uso de diversos métodos, como el diálogo persuasivo, el apoyo a su vez, y la cooperación
de agencias especializadas en protección de los derechos es un factor importante para la
estabilidad social y convivencial de cada uno de las personas privadas de la libertad, por otra parte
las familias tiene el deber de involucrarse más en los procesos, para proporcionar calidad familiar y
los establecimientos penitenciarios, en el seguimiento de visitas donde es muy importante que
ellos, como familia teniendo una persona privada de su libertad, estén los procesos de salud
penitenciaria ya que se puede lograr un cambio del sistemas de salud y lograr mejores avances
relacionados entre las partes.