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CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
El control de convencionalidad es un principio jurídico que establece que las normas y decisiones
internas de los Estados deben ser interpretadas y aplicadas de acuerdo con los estándares y
principios establecidos en los tratados internacionales de derechos humanos que el Estado ha
ratificado
El caso de Jineth Bedoya Lima y otra vs Colombia se refiere a la violencia sexual y de género que
sufrió la periodista colombiana Jineth Bedoya en 2000, cuando fue secuestrada, torturada y
violada por un grupo de paramilitares. Además, se denunció la falta de investigación y sanción de
los responsables de estos hechos, así como la falta de protección y apoyo a la víctima por parte del
Estado colombiano. la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aplicó este principio
para determinar si el Estado colombiano había cumplido con sus obligaciones internacionales en
materia de derechos humanos, en particular en relación con la violencia sexual y de género sufrida
por la periodista. En su sentencia, la CIDH hizo una interpretación y análisis de la Convención
Americana de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales de derechos humanos, con
el fin de determinar si el Estado colombiano había violado los derechos humanos de la víctima y
cuáles eran las obligaciones que debía cumplir para garantizar su protección y reparación. Además,
la CIDH estableció que el control de convencionalidad es una obligación que tienen los tribunales y
autoridades internas de los Estados al momento de aplicar las normas internas, ya que deben
asegurarse de que dichas normas sean compatibles con los estándares y principios establecidos en
los tratados internacionales de derechos humanos que el Estado ha ratificado. En resumen, el
control de convencionalidad fue aplicado en el caso de Jineth Bedoya Lima y otra vs Colombia para
garantizar la protección y reparación de los derechos humanos de la víctima, y para asegurar que el
Estado colombiano cumpliera con sus obligaciones internacionales en materia de derechos
humanos.
El procedimiento en el caso de Jineth Bedoya Lima y otra vs Colombia ante la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) constó de varias etapas, las cuales resumimos a continuación:
3. Fase de fondo: en la fase de fondo, la CIDH analizó las pruebas y argumentos presentados por las
partes y emitió su sentencia el 26 de agosto de 2021, en la que se determinó la responsabilidad
internacional del Estado colombiano y se ordenó la adopción de medidas de reparación.
En cuanto a las reparaciones, la CIDH ordenó al Estado colombiano adoptar diversas medidas,
entre las que se encuentran:
1. Investigar y sancionar a los responsables de la violencia sexual y de género sufrida por Jineth
Bedoya Lima.
En conclusión, el caso de Jineth Bedoya Lima y otra vs Colombia es un ejemplo de cómo la CIDH
puede determinar la responsabilidad internacional de un Estado por la violación de derechos
humanos y ordenar la adopción de medidas de reparación en favor de la víctima. La sentencia se
basó en el control de convencionalidad.
En el caso Almonacid Arellano vs. Chile, la Corte Interamericana de Derechos Humanos aplicó el
control de convencionalidad para determinar si la interpretación que había hecho el Poder Judicial
chileno de la ley de amnistía era compatible con los estándares internacionales en materia de
derechos humanos. La Corte Interamericana consideró que la interpretación que había hecho la
Corte Suprema de Chile de la ley de amnistía, que impedía la investigación y sanción de graves
violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar en Chile, no era
compatible con la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En consecuencia, la Corte
Interamericana ordenó al Estado chileno que investigara y sancionara a los responsables de las
violaciones a los derechos humanos cometidas en el caso Almonacid Arellano, y que adoptara
medidas para que la ley de amnistía no fuera un obstáculo para la investigación y sanción de graves
violaciones a los derechos humanos en el futuro. En resumen, el control de convencionalidad fue
aplicado en el caso Almonacid Arellano vs. Chile para evaluar si la interpretación que había hecho
el Poder Judicial chileno de la ley de amnistía era compatible con los estándares internacionales en
materia de derechos humanos, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró que no
había sido así.
En el caso de Juan Gelman, María Claudia García de Gelman y María Macarena Gelman García
contra Uruguay, la Corte Interamericana de Derechos Humanos aplicó el control de
convencionalidad al analizar si las acciones del Estado uruguayo eran compatibles con las normas y
estándares internacionales de derechos humanos establecidos en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. La Corte determinó que Uruguay había violado varios artículos de la
Convención Americana, entre estos el derecho a la identidad, el derecho a la protección a la vida
privada y familiar, y el derecho a la protección judicial efectiva. La Corte encontró que el Estado
uruguayo no había tomado medidas adecuadas para investigar y sancionar a los responsables de la
apropiación de la nieta de Gelman y para garantizar su derecho a conocer su verdadera identidad.
Por lo tanto, la Corte aplicó el control de convencionalidad al determinar que el Estado uruguayo
tenía la obligación de ajustar su legislación y prácticas internas para garantizar el pleno respeto de
los derechos humanos establecidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.