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Este documento resume la evolución de los sindicatos y el Estado en la Argentina pre-peronista. Existían dos enfoques entre los sindicatos: unos favorecían la prescindencia política y la negociación, mientras que otros buscaban aliarse con partidos obreros para presionar por cambios. El Estado pasó de ser represivo a adoptar posiciones más intervencionistas. Finalmente, Perón logró unificar a los sindicatos bajo su liderazgo autoritario, aunque no absorbió su autonomía totalmente.
Este documento resume la evolución de los sindicatos y el Estado en la Argentina pre-peronista. Existían dos enfoques entre los sindicatos: unos favorecían la prescindencia política y la negociación, mientras que otros buscaban aliarse con partidos obreros para presionar por cambios. El Estado pasó de ser represivo a adoptar posiciones más intervencionistas. Finalmente, Perón logró unificar a los sindicatos bajo su liderazgo autoritario, aunque no absorbió su autonomía totalmente.
Este documento resume la evolución de los sindicatos y el Estado en la Argentina pre-peronista. Existían dos enfoques entre los sindicatos: unos favorecían la prescindencia política y la negociación, mientras que otros buscaban aliarse con partidos obreros para presionar por cambios. El Estado pasó de ser represivo a adoptar posiciones más intervencionistas. Finalmente, Perón logró unificar a los sindicatos bajo su liderazgo autoritario, aunque no absorbió su autonomía totalmente.
“Sindicatos, partidos “obreros” y Estado en la Argentina pre-
peronista”, Hugo Del Campo
El sindicalismo
La CGT 1: primera estrategia del movimiento sindical
Compuesta por los poderosos gremios del transporte: Unión Ferroviaria, La Fraternidad y la Unión de Transportes. Solidez organizativa y financiera, controlaban el sector clave de la economía agroexportadora y, por lo tanto, su capacidad de presión era superios a la de cuanquier otro sector de la clase trabajadora. Retomaba en los hechos la tradición sindical de prescindencia política y defensa exclusiva de los intereses corporativos, que privilegiaba la capacidad de presión del movimiento obrero a través de la unidad sindical y favorecía la negociación con los diferentes gobiernos al mantener a los sindicatos apartados de la política partidista.
La CGT 2: la segunda estrategia del movimiento obrero
Compuesta por casi todos los sindicatos más pequeños y con menores posibilidades de obtener sus reinvindicaciones por sus propias fuerzas: federaciones de la construcción, de la alimentación y de empleados de comercio. Habían conocido además en los últimos años una enorme expansión y soportaban mal la hegemonía de los gremios de transporte. Conscientes de su debilidad individual, intentaban reforzar los vínculos del movimiento sindical con los partidos “obreros” y llevar a la CGT a desempeñar un papel mucho más activo en la política nacional, con vistas a la formación de un frente popular capaz de aspirar incluso al poder político.
Las dos CGT frente a Perón
Estas dos corrientes que recorren la evolución del movimiento obrero argentino desde sus comienzos encontrarán finalmente su síntesis, inesperada y paradójica, en el peronismo. Perón logró la unificación del movimiento sindical, no a través de la prescindencia respetuosa, sino del más sectario y excluyente embanderamiento político.
El Estado
El Estado oligárquico represivo (hasta 1916)
El Estado no era, para la mayoría de los obreros organizados, más que una máquina represiva al servicio del capital, imposible de reformar o de conquistar y que simplemente había que destruir. Para el Estado oligárquico represivo, el movimiento sindical no era más que un factor de desorden y perturbación, que utilizaban las huelgas como formas de gimnasia revolucionaria. La policía y las leyes eran las armas para combatirlos.
El Estado populista liberal (1916-1930)
Concepción de Estado como árbitro de los problemas sociales, con una inclinación humanitaria y paternalista hacia los sectores menos favorecidos. La posición sindical había dado muestras de su buena voluntad y buenas relaciones con el gobierno al obtener considerables beneficios para los huelguistas. Yrigoyen buscó y encontró el apoyo de sectores obreros con una intensidad desconocida hasta entonces.
El Estado oligárquico intervencionista (1930-1943)
En los gobiernos de la restauración oligárquica, la intervención del Estado en los conflictos laborales así como la atención y el interés con que seguía la evolución del movimiento sindical, no dejaron de crecer durante toda la década. Esto se debía a la importancia que habían alcanzado las organizaciones gremiales y porque el intervencionismo en lo social era también un correlato del que el Estado se había visto obligado a asumir en lo económico como consecuencia de la crisis.
El Estado peronista (1946-1955)
De la etapa yrigoyenista, el peronismo retomará y desarrollará hasta sus últimas consecuencias los rasgos populistas: el peso del Estado se volcará decididamente a favor de los sectores populares, mejorando su situación en gran escala y apelando a su apoyo contra la oligarquía que amenazaría esas conquistas en función de valores como el agradecimiento y la lealtad, en medio de un clima de intensa identificación emocional entre el líder y las masas. Pero al mismo tiempo el Estado peronista desarrolla también hasta sus últimas consecuencias las tendencias intervencionistas aparecidas durante la década del ´30, extendiendo su acción omnipresente en todo el ámbito de las relaciones laborales, apareciendo como árbitro inapelable de todos los conflictos y sobre todo institucionalizando claramente al movimiento sindical y ejerciendo un control cada vez más estrecho sobre el mismo. El sindicalismo vio aumentar su capacidad de presión, sin la mediación de partidos “obreros”, aunque esto no significara la vinculación con alguna de las coaliciones que estaban efectivamente en condiciones de acceder al poder político y la consiguiente merma de una autonomía que sólo podía ser mantenida a costa de perpetuar su aislamiento y marginalidad. Y esto era lo que Perón ofrecía en 1945.
Conclusiones
El movimiento sindical no cambió sustancialmente entre 1943 y 1946 y que, por lo
tanto, el que apoyo a Perón en su ascenso al poder fue fundamentalmente el mismo que se había ido desarrollando durante las décadas anteriores. No se puede justificar el grado de representatividad de Perón con respecto al movimiento obrero con la supuesta composición de la clase obrera desde la llegada de los inmigrantes internos, su estado de disponibilidad, su identificación emocional con el líder carismático, etc. La diferencia evidente entre el sindicalismo pre-peronista y el peronista es la creciente pérdida de autonomía de este último frente al Estado y al liderazgo centralizado y autoritario de Perón. Pero, ¿se puede afirmar que esa pérdida de autonomía fue total? Si las organizaciones sindicales hubieran sido totalmente absorbidas por el aparato estatal, convirtiéndose en un engranaje más de su mecanismo, ¿cómo explicar que no se hayan unido junto con el resto del Estado peronista en 1955, que no sólo hayan logrado resurgir en medio de las persecusiones y la proscripción, sino que incluso hayan recuperado una buena porción de su poder?
1) Anarquistas: sindicatos pero no partidos políticos.
Socialistas: sindicatos y partidos políticos (PS). Sindicalistas: se separan de los socialistas en 1905
2) Socialistas y comunistas: la importancia de los sindicatos y los partidos
Anarquistas y sindicalistas: comparten la militancia en los sindicatos.
Después que el anarquismo es muy golpeado, el movimiento obrero entra en diálogo
(época de Yrigoyen). Hasta 1920 la postura del movimiento obrero era anti partido ya que la hegemonía era de los sindicatos. En 1926 los socialistas se nuclean en la COA. En 1929 los comunistas se separan de la USA (sindicalistas ortodoxos) y crean la CUSC (Comité de Unión Sindical Clasista). El movimiento obrero en 1930 había una clara separación entre sindicalistas, comunistas y socialistas. Aunque paradójicamente al golpe de Estado del ´30, los sindicalistas y socialistas se juntaron y formaron la CGT. Hasta 1935 la línea era anti política, anti partido. En el ´35 la CGT se divide entre socialistas y sindicalistas y los comunistas se unen a los socialistas.
Justo: Contradicción o dualidad entre la represión a la clase obrera y paralelamente la
posibilidad de diálogo con un sector de esa misma clase: mientras los radicales yrigoyenistas eran perseguidos y reprimidos, se abre el diálogo con sindicalistas y socialistas (CGT)
Perón recibe a un movimiento obrero “trabajado” para el diálogo con el Estado. A
Perón lo apoyaron sindicalistas y socialistas pero en ningún momento los comunistas.