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Descripción: La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido

blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas.Las células
cancerosas impiden que se produzcan glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos maduros (leucocitos)
saludables. Entonces, se pueden presentar síntomas potencialmente mortales a medida que disminuyen
las células sanguíneas normales.Las células cancerosas se pueden propagar al torrente sanguíneo y a los
ganglios linfáticos. También pueden viajar al cerebro y a la médula espinal (el sistema nervioso central) y
otras partes del cuerpo.

Etiología: Aunque no hay una causa concluyente, existen determinados factores de riesgo:

Haber recibido anteriormente quimioterapia o radioterapia.

Enfermedades genéticas como el síndrome de Down.

Tener un sistema inmunológico debilitado.

Antedecentes familiares con leucemia (en la minoría de los casos).

Exposición a agentes tóxicos o ambientales que puedan dañar las células como el benceno, virus y
algunos medicamentos.

Virus como el Epstein-Barr, relacionado con los linfomas en pacientes inmunodeprimidos.

Tabaquismo.

Diagnóstico: Exploración física. El médico buscará signos físicos de leucemia, como palidez de la piel por
la anemia, ganglios linfáticos inflamados y agrandamiento del hígado y del bazo.

Análisis de sangre. Al observar una muestra de sangre, el médico puede determinar si tienes niveles
anormales de glóbulos rojos, blancos o plaquetas, lo que puede indicar que tienes leucemia.

Análisis de médula ósea. Tu médico puede recomendarte que te sometas a un procedimiento para
extraer una muestra de médula ósea del hueso de la cadera. La médula ósea se extrae con una aguja
delgada y larga. La muestra se envía a un laboratorio para que investiguen la presencia de células de
leucemia. Las pruebas especializadas de las células de leucemia pueden revelar algunas características
que se usan para determinar las opciones de tratamiento.

Tratamiento: Quimioterapia. La quimioterapia es la principal forma de tratamiento para la leucemia.


Este tratamiento con medicamentos usa sustancias químicas para matar las células de leucemia.

Según el tipo que padezcas, es posible que recibas un único medicamento o una combinación de varios.
Estos pueden venir en forma de pastilla o pueden inyectarse directamente en una vena.
Terapia biológica. La terapia biológica funciona mediante tratamientos que ayudan a tu sistema
inmunitario a reconocer y atacar las células de leucemia.

Terapia dirigida. La terapia dirigida usa medicamentos que atacan vulnerabilidades específicas de las
células cancerosas.

Por ejemplo, el medicamento imatinib (Gleevec) detiene la acción de una proteína de las células de
leucemia de las personas con leucemia mielógena crónica. Esto puede ayudar a controlar la
enfermedad.

Radioterapia. La radioterapia usa rayos X u otros haces de alta energía para dañar las células de
leucemia y detener su crecimiento. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla mientras una
máquina grande se mueve a tu alrededor y dirige la radiación a puntos específicos del cuerpo.

Puedes recibir radiación en una zona específica del cuerpo donde haya una acumulación de células de
leucemia, o puedes recibir radiación en todo el cuerpo. La radioterapia puede utilizarse como
preparación para un trasplante de células madre.

Trasplante de células madre. Un trasplante de células madre es un procedimiento para reemplazar la


médula ósea enferma por médula ósea sana.

Complicaciones: Las células leucémicas ocupan la médula ósea, y van reemplazando o inhibiendo la
función de las células que se convierten en glóbulos blancos normales. Esta interferencia con la función
celular normal de la médula ósea puede llevar a la producción de un número inadecuado de glóbulos
rojos (causando anemia), glóbulos blancos normales (aumentando el riesgo de infección) y plaquetas
(con mayor riesgo de hemorragia). Estas células malignas también pueden invadir otros órganos, como
el hígado, el bazo, los ganglios linfáticos, los testículos y el cerebro.

Cuidados de enfermería: Preparar a la familia y al niño para los procedimientos de diagnósticos y


tratamiento.

Aliviar el dolor

Prevenir las complicaciones de la Mielosupresión.

Tomar precauciones a la hora de administrar y manipular los agentes quimioterapeuticos.

Tratar los problemas debido a la toxicidad farmacológica.


Proporcionar cuidados físicos y apoyo emocional.

Cambiar de posición para favorecer la circulación.

Mantenerlo estable.

Alejarlo de cualquier objeto que provoque herida.

No administrar medicamentos con ácido acetilsalicílico.

Evitar punciones o técnicas invasivas innecesarias

Proporcionar masaje.

Distraer al paciente de diferentes maneras.

Proporcionar analgésicos en caso necesario.

Colocar medios físicos.

Mantener el reposo.

Inmovilizar el miembro que se encuentre con dolor.

Propiciar los juegos.

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