Está en la página 1de 11

UNIDAD TEMÁTICA: NIÑEZ

PIAGET Y LAS ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO: IDEAS CLAVE

Jean Piaget es uno de los psicólogos e investigadores más importantes de la historia, y a él


le debemos gran parte de lo que hemos ido descubriendo por medio de la psicología del evolutiva.
Dedicó gran parte de su vida a investigar el modo en el que evolucionan tanto nuestro
conocimiento acerca del entorno como nuestros patrones de pensamiento dependiendo de la
etapa de crecimiento en la que nos encontramos, y es especialmente conocido por haber
propuesto varias etapas de desarrollo cognitivo por las que pasamos todos los seres humanos a
medida que crecemos.

Jean Piaget y su concepción de la niñez


La idea que planteó Jean Piaget es que, al igual que nuestro cuerpo evoluciona
rápidamente durante los primeros años de nuestras vidas, nuestras capacidades mentales también
evolucionan a través de una serie de fases cualitativamente diferentes entre sí.
En un contexto histórico en el que se daba por sentado que los niños y niñas no eran más
que "proyectos de adulto" o versiones imperfectas de ser humano, Piaget señaló que el modo en
el que los pequeños actúan, sienten y perciben denota no que sus procesos mentales estén sin
terminar, sino más bien que se encuentran en un estadio con unas reglas de juego diferentes,
aunque coherentes y cohesionadas entre sí. Es decir, que la manera de pensar de los niños y niñas
no se caracteriza tanto por la ausencia de habilidades mentales típicas de los adultos, como por la
presencia de formas de pensar que siguen otras dinámicas muy diferentes, dependiendo de la
etapa de desarrollo en la que se encuentren.
Es por eso que Piaget consideraba que los patrones de pensamiento y comportamiento de
los más jóvenes son cualitativamente distintos con respecto a los de los adultos, y que cada etapa
del desarrollo define los contornos de estas maneras de actuar y sentir. Este artículo ofrece una
breve explicación acerca de estas fases del desarrollo planteadas por Piaget; una teoría que, si
bien ha quedado desfasada, es el primer ladrillo sobre el que se ha construido la Psicología
Evolutiva.

Recordando el enfoque constructivista


Tal y como explica Bertrand Regader en su artículo sobre la teoría del aprendizaje de Jean
Piaget, el aprendizaje es para este psicólogo un proceso de construcción constante de nuevos
significados, y el motor de esta extracción de conocimiento a partir de lo que se sabe es el propio
individuo. Por lo tanto, para Piaget el protagonista del aprendizaje es el propio aprendiz, y no sus
tutores ni sus maestros. Este planteamiento es llamado enfoque constructivista, y enfatiza la
autonomía de la que disponen los individuos a la hora de interiorizar todo tipo de conocimientos;
según este, es la persona quien sienta las bases de su propio conocimiento, dependiendo de cómo
organiza e interpreta la información que capta del entorno.
Sin embargo, que el motor del aprendizaje sea el propio individuo no significa que todos
tengamos total libertad para aprender ni que el desarrollo cognitivo de las personas se vaya
realizando de cualquier manera. Si así fuese, no tendría sentido desarrollar una psicología
evolutiva dedicada a estudiar las fases de desarrollo cognitivo típicas de cada etapa de
crecimiento, y está claro que hay ciertos patrones que hacen que personas de una edad parecida
se parezcan entre sí y se distingan de gente con una edad muy diferente.
Este es el punto en el que cobran importancia las etapas de desarrollo cognitivo
propuestas por Jean Piaget: cuando queremos ver cómo encaja una actividad autónoma y ligada al
contexto social con los condicionantes genéticos y biológicos que se van desarrollando durante el
crecimiento. Los estadios o etapas describirían el estilo en el que el ser humano organiza sus
esquemas cognitivos, que a su vez le servirán para organizar y asimilar de una u otra manera la
información que recibe sobre el entorno, los demás agentes y él mismo.
Cabe destacar, sin embargo, que estas etapas de desarrollo cognitivo no equivalen al
conjunto de conocimiento que típicamente podemos encontrar en personas que se encuentran en
una u otra fase de crecimiento, sino que describen los tipos de estructuras cognitivas que se
encuentran detrás de estos conocimientos.
A fin de cuentas, el contenido de los diferentes aprendizajes que uno lleva a cabo depende
en gran parte del contexto, pero las condiciones cognoscitivas están limitadas por la genética y la
manera en la que esta se va plasmando a lo largo del crecimiento físico de la persona.

Piaget y las cuatro etapas del desarrollo cognitivo


Las fases de desarrollo expuestas por Piaget forman una secuencia de cuatro períodos que
a su vez se dividen en otras etapas. Estas cuatro fases principales quedan enumeradas y explicadas
brevemente a continuación, con las características que Piaget les atribuía. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que, como veremos, estas etapas no se ajustan exactamente a la realidad.
Etapa sensorio - motora o sensiomotriz
Esta es la primera de las cuatro etapas de la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget
(1954, 1964). Se extiende desde el nacimiento hasta aproximadamente 2 años, se caracteriza
porque es un período de rápido crecimiento cognitivo.
El niño desarrolla en este estadio una comprensión del mundo a través del ensayo y error,
empleando sus sentidos y acciones. Los infantes se caracterizan por el egocentrismo extremo, en
el cual el niño no tiene ninguna comprensión del mundo aparte de su propio punto de vista actual.
El logro principal durante esta etapa es la comprensión que los objetos existen y los
eventos ocurren en el mundo independientemente de las propias acciones (“el concepto de
objeto”, o “permanencia del objeto”). La permanencia del objeto significa saber que un objeto
todavía existe, incluso si está oculto. Requiere la capacidad de formar una representación mental
(es decir, un esquema) del objeto. Por ejemplo, si se coloca un juguete bajo una manta, el niño
que ha logrado la permanencia del objeto sabe que está allí y puede buscarlo activamente. Al
principio de esta etapa el niño se comporta como si el juguete hubiera desaparecido simplemente.
El logro de la permanencia del objeto generalmente señala la transición a la siguiente etapa de
desarrollo (preoperacional).
Subestadios de la etapa sensoriomotora
A partir de la observación cuidadosa de sus propios hijos (Jacqueline, Lucienne y Laurent)
Piaget (1952) concluyó que el pensamiento se desarrolla a través de 6 sub etapas, durante el
período sensomotor:
1. Actos reflejos (0-1 mes)
El primer sub-estadio (primer mes de vida aproximadamente), es la etapa de los actos
reflejos. El neonato responde a la estimulación externa mediante acciones reflejas innatas.
Por ejemplo, si el bebe entra en contacto con un objeto como un dedo cerca de la boca o
en la mejilla inmediatamente el recién nacido succionara por reflejo (Reflejo de succión).
2. Reacciones circulares primarias (1-4 meses)
El segundo sub-estadio es la etapa de las reacciones circulares primarias. Se caracteriza
porque el bebé repetirá acciones placenteras las cuales están centradas en su propio cuerpo.
Por ejemplo, los bebés de 1 a 4 meses de edad suelen mover los dedos, patear con sus
piernas y chupar sus pulgares. Estas no son acciones reflejas. Se realizan intencionalmente –
buscando generar estimulación agradable.
3. Reacciones circulares secundarias (4-10 meses)
Durante este estadio de desarrollo, los bebés repiten acciones que les resultan
placenteras, tanto aquellas que involucran objetos, como las que implican acciones en sus propios
cuerpos. Un ejemplo de esto es cuando el niño sacude su sonajero por el placer de escuchar el
sonido que produce.
4. Coordinación de esquemas secundarios (10-12 meses)
En lugar de simplemente realizar acciones que les resultan interesantes, los bebés ahora
muestran signos de una habilidad para usar sus conocimientos adquiridos para alcanzar una meta.
Por ejemplo, el bebé no sólo sacudirá el sonajero, sino que tratará de alcanzar y moverá a
un lado algún objeto que se interpone en su camino hacia agarrar el sonajero.
5. Reacciones circulares terciarias (12-18 meses)
Éstas difieren de las reacciones circulares secundarias en el sentido de que son
adaptaciones intencionales a situaciones específicas. El niño que una vez exploró un objeto
separándolo ahora trata de volver a poner todo junto.
Por ejemplo, apila los ladrillos que sacó previamente de su camión o vuelve a insertar los
bloques uno dentro de otro.
6. Principio del pensamiento (18-24 meses)
Finalmente, en el último escalón está el inicio del pensamiento simbólico. Este estadio es
transicional a la etapa pre operacional del desarrollo cognoscitivo. Los bebés ahora son capaces
constituir representaciones mentales de objetos.
Esto significa que han desarrollado la capacidad de visualizar objetos que no están
físicamente presentes. Esto es crucial para la adquisición de la permanencia del objeto – el logro
más fundamental de toda la etapa sensoriomotora del desarrollo.
Experimento de permanencia de objetos:
Estudio de la Manta y la Pelota
Objetivo: Piaget (1963) quería investigar a qué edad los niños adquieren la permanencia de
objetos.
Método: Piaget escondió un juguete bajo una manta, mientras el niño estaba observando,
y observó si el niño buscaba o no el juguete oculto. La búsqueda del juguete oculto era prueba de la
permanencia del objeto. Piaget suponía que el niño sólo podía buscar un juguete oculto si tenía
una representación mental de él.
Resultados: Piaget encontró que los bebés buscaban el juguete oculto cuando tenían
alrededor de 8 meses de edad.
Conclusión: Los niños alrededor de 8 meses tienen permanencia de objetos porque son
capaces de formar una representación mental del objeto en sus mentes.

Etapa sensorio - motora o sensiomotriz


Etapa pre-operacional

La etapa pre-operacional es la segunda etapa en la teoría del desarrollo cognitivo de


Piaget. Esta etapa comienza alrededor de los dos años y dura hasta aproximadamente la edad de
los siete años.
Durante esta etapa, los niños comienzan a participar en el juego simbólico y aprenden a
manipular los símbolos. Sin embargo, Piaget señaló que aún no entienden la lógica concreta. El
desarrollo del lenguaje es otras de sus características.
El pensamiento del niño durante este estadio es pre operacional. Esto significa que, los
niños aun no son capaces de manipular la información mentalmente y de tomar el punto de vista
de otras personas.
El desarrollo del niño consiste básicamente en construir experiencias acerca del mundo a
través de la adaptación e ir avanzando hacia la etapa (concreta) en la cual puede utilizar el
pensamiento lógico.
Al final de esta etapa los niños pueden representar mentalmente eventos y objetos (la
función semiótica), y participar en el juego simbólico.
Los niños se vuelven cada vez más expertos en el uso de símbolos, como lo demuestra el
aumento del juego y la simulación.
Por ejemplo, un niño es capaz de emplear un objeto para representar algo más (pretende
que una escoba es un caballo).
El juego de roles también es importante durante la etapa pre-operacional. Los niños
suelen desempeñar los papeles de “mamá”, “papá”, “médico” y muchos otros personajes.
Las principales características de la etapa preoperacional incluyen:
Centración: Esta es la tendencia a concentrarse en un solo aspecto de un objeto o
situación a la vez. Cuando un niño es capaz de desplazar su atención en más de un aspecto de una
situación al mismo tiempo es que ya ha alcanzado la capacidad de descentrarse.
Egocentrismo: El pensamiento y la comunicación de los niños son típicamente
egocéntricos (es decir, gira sobre sí mismos). Egocentrismo se refiere a la incapacidad del niño
para ver una situación desde el punto de vista de otra persona. Según Piaget, el niño egocéntrico
asume que otras personas ven, oyen y sienten exactamente lo mismo que él ve, oye y siente.
Juego: Al iniciar esta etapa a menudo se observa que los niños juegan en paralelo. Es decir
que a menudo juegan en la misma habitación que otros niños, pero sin interactuar, o sea, juegan
junto a otros niños más no con ellos. Cada niño está absorto en su propio mundo privado y el
habla es egocéntrica. Es decir, la función principal del habla en esta etapa es externalizar el
pensamiento del niño en lugar de comunicarse con los demás. Hasta el momento, el niño no ha
comprendido la función social del lenguaje ni de las reglas.
Representación simbólica: Esta es la habilidad de realizar una acción – una palabra o un
objeto – representar algo distinto de sí mismo. El lenguaje es quizás la forma más obvia de
simbolismo que muestran los niños pequeños.
Juego simbólico: Los niños a esta edad a menudo pretenden ser personas que no son (por
ejemplo, superhéroes, un bombero), y pueden representar estos roles con apoyos que simbolizan
objetos de la vida real. Los niños también pueden inventarse un compañero de juegos imaginario.
A medida que la etapa pre-operativa se desarrolla el egocentrismo disminuye y los niños empiezan
a disfrutar de la participación de otros niños en sus juegos. Es necesario, que se regule las
relaciones de cada niño con el otro y de dicha necesidad surge los orígenes de una orientación
hacia los demás en términos de normas.
Animismo: Esta es la creencia de que los objetos inanimados tales como juguetes u
objetos poseen sentimientos e intenciones humanas, en otras palabras, para el niño pre-
operacional de Piaget, el animismo significa que el mundo natural está vivo, consciente y tiene un
propósito.
Artificialismo: Esta es la creencia de que ciertos aspectos del entorno son fabricados por
personas, por ejemplo, nubes en el cielo.
Irreversibilidad: Esta es la incapacidad de invertir la direccionalidad de una secuencia de
eventos a su punto de partida.
Estudios sobre el egocentrismo:
El problema de las tres montañas. Jean Piaget e Inhelder emplearon el experimento de las
tres montañas para comprobar si los niños eran egocéntricos. Cuanto un niño tiene una
perspectiva egocéntrica asume que las demás personas verán la misma vista de las tres montañas
que ellos tienen. Según Piaget, a parir de los 7 años el pensamiento deja de ser egocéntrico, ya que
el niño puede asumir otros puntos de vista diferentes al propio.
Objetivo: Piaget e Inhelder (1956) querían indagar a qué edad se descentran los niños – es
decir, ya no son tan egocéntricos.
Método: El niño se sienta al frente de una mesa, en la cual hay tres montañas. Cada una de
las montañas es diferente, una tiene nieve, otra tiene una choza en la cima y la ultima una cruz
roja encima. Al niño se le permitió caminar alrededor del modelo, mirarlo y luego se sienta a un
lado. A continuación, se coloca una muñeca en varias posiciones de la mesa.
A continuación, se muestra al niño 10 fotografías de las montañas tomadas desde
diferentes posiciones y se les pide que indique cuál muestra la perspectiva de las muñecas. Piaget
asumió que si el niño seleccionaba correctamente la tarjeta que mostraba la vista de la muñeca, no
era egocéntrico. Mientras que sería egocentrismo si seleccionaba la tarjeta que correspondía a la
perspectiva del propio niño.
Hallazgos – Los niños de cuatro años casi siempre seleccionaron una imagen que
representaba lo que ellos mismos podían ver y no mostraban ninguna conciencia de que la visión
que tendría la muñeca. Los niños de seis años eligieron con frecuencia una imagen diferente de su
propia perspectiva, pero rara vez eligieron la imagen correcta para el punto de vista de la muñeca.
Sólo los niños de siete u ocho años siempre eligieron la imagen correcta.
Conclusión – A los 7 años, el pensamiento ya no es egocéntrico, puesto que el niño ya es
capaz de ver más allá de su propio punto de vista.

Etapa operacional concreta


La etapa operativa concreta es la tercera en la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget.
Esta etapa dura desde los siete a once años de edad. Se caracteriza por el desarrollo del
pensamiento organizado y racional.
Piaget (1954a) consideró la etapa concreta como un importante punto de inflexión en el
desarrollo cognitivo del niño, porque marca el comienzo del pensamiento lógico u operativo.
El niño está ahora lo suficientemente maduro como para utilizar el pensamiento lógico o
las operaciones (es decir, las reglas), pero sólo puede aplicar la lógica a los objetos físicos (por lo
tanto, concreta operacional).
Los niños adquieren las habilidades de conservación (número, área, volumen, orientación)
y reversibilidad. Sin embargo, aunque los niños pueden resolver los problemas de una manera
lógica, normalmente no son capaces de pensar de forma abstracta o hipotética.
Conservación según Piaget
La Conservación es el entendimiento de que un objeto permanece igual en cantidad
aunque su apariencia cambie. Para ser más específicos, la conservación es la capacidad de
entender que la redistribución de la materia no afecta la masa, número, volumen o longitud.
Alrededor de siete años, la mayoría de los niños pueden entender la conservación de los líquidos,
porque ya han comprendido que cuando el agua se vierte en un vaso con una forma diferente, la
cantidad de líquido sigue siendo la misma, aunque su aspecto haya cambiado. Sin embargo, los
niños de cinco años aún creen que hay una cantidad diferente ya que la apariencia ha cambiado.
Es decir, independientemente de qué tipo de redistribución se haga de la materia no se
tiene por qué afectar a su masa, número, longitud o volumen. Por ejemplo, es a esta edad que los
niños entienden que si cogemos una bola mediana de plastilina y la dividimos en tres bolitas más
pequeñas seguimos teniendo la misma cantidad de plastilina. Otro ejemplo, muy recurrente, es el
de la conservación de los líquidos. Es a partir de los 7 años en los que la mayoría de los niños y
niñas pueden entender que si ponemos agua en un vaso bajito y ancho y la cambiamos a un vaso
fino y alta seguimos teniendo la misma cantidad de líquido. Este mismo ejemplo no se da en los
niños de 5 años, según Piaget. A esta edad, si hacemos el mismo ejercicio de cambiar el líquido de
un vaso a otro con diferente forma, los niños creen que tenemos más agua.
Para comprobar cómo eran capaces de ver la conservación del número de elementos
Piaget realizó un experimento con fichas. Les daba a los niños un número de estas fichas y les
pedía que hicieran una fila igual a la que el experimentador había hecho. Acto seguido, Piaget
cogía su fila y separaba un poco las fichas, preguntándoles a los niños si pensaban que habían más
fichas. La mayoría de los niños de 7 años podía responder correctamente, concluyendo que era a
esa edad que se conseguía la noción de la conservación numérica.
Pero también vio que la idea de la conservación para todos los aspectos, es decir, número,
masa, longitud y volumen no se comprendía de forma homogénea. Algunos niños aprendían
primero una de un tipo sin entender de otro. En base a esto Piaget concluyó que en esta habilidad
se daba un desfase horizontal, es decir, que había ciertas inconsistencias en el desarrollo.

Clasificación:
La clasificación es la capacidad para identificar las propiedades de las cosas y
categorizarlas en base a las mismas, relacionar las clases entre sí y utilizar esa información para
poder resolver problemas. El componente básico de esta habilidad es la capacidad de agrupar
objetos de acuerdo a una característica en común, además de poder organizar las categorías en
jerarquías, es decir, categorías dentro de categorías. Piaget ideó tres opciones básicas que
ayudarían a entender cómo los niños van desarrollando la capacidad para clasificar objetos y
relacionarlos entre sí. Así, él habla de inclusión de clases, clasificación simple y clasificación
múltiple.
Seriación:
La seriación es la capacidad para ordenar mentalmente los elementos a lo largo de una
dimensión cuantificable, como puede ser el peso, la altura, el tamaño. Es por este motivo que,
según Piaget, los niños de estas edades saben ordenar mejor los objetos. Piaget comprobó esta
habilidad mediante un experimento, teniendo una muestra de niños de diferentes edades. En este
experimento les presentaba unos tubos de diferentes tamaños, dándoles la tarea de ordenarlos de
mayor a menor tamaño. Los niños de tres a 4 años tenían problemas para ordenarlos, mientras
que a medida que tenían edades más avanzadas, disponían de cierta capacidad para ello. A los 5
se notaban ciertas habilidades, mientras que llegados a los 7 ya parecía saber hacer la tarea.
Descentramiento:
El descentramiento es una habilidad prosocial, que implica que el individuo tenga la
capacidad para considerar aspectos en situaciones o conflictos graves para poder buscar una
solución. En niños de finales de guardería y principios de primaria esta habilidad se puede
encontrar de forma parcial, puesto que muchos tienen una actitud prepotente y desafiante hacia
sus iguales. Sin embargo, entre los 7 y 11 años muchos ya saben cómo controlar y abordar estos
temas.
Transitividad:
En cuanto al concepto de transitividad, esta se caracteriza por encontrar la relación que
hay entre dos elementos. El conocimiento que van adquiriendo los niños a estas edades, tanto en
la escuela como en casa, tiene mucho que ver con esta habilidad, puesto que es la que les permite
relacionar ideas. Por ejemplo, son capaces de relacionar que una pelota, el campo, el arco y la
ropa deportiva están relacionados con el deporte del fútbol.

Etapa de las operaciones formales:


El estadio de las operaciones formales es la última de las cuatro etapa de la teoría de
Piaget del desarrollo cognitivo, comienza aproximadamente a partir de los doce años y abarca
hasta la adultez. Coincide con el inicio de la adolescencia y el inicio de la inserción en el mundo de
la adultez. A medida que los adolescentes entran en este periodo, adquieren la capacidad de
pensar de manera abstracta manipulando ideas en su mente, sin depender de la manipulación
concreta del objeto.
Esto implica que él o ella pueden realizar cálculos matemáticos, pensar creativamente,
usar el razonamiento abstracto, e imaginar el resultado de acciones particulares.
Un ejemplo acerca de la distinción entre la etapa operativa concreta y la formal es la
respuesta a la pregunta «Si Ana es más alta que Luisa y Luisa es más alta que Carmen, ¿quién es la
más alta?»
Este es un ejemplo sobre razonamiento inferencial, el cual es la capacidad de pensar sobre
asuntos que el individuo no ha experimentado en la vida real y poder sacar conclusiones a partir
de su pensamiento. Un niño que necesite realizar un dibujo o emplear objetos se encuentra aún
en la etapa operativa concreta, mientras que los niños que ya son capaces de inferir la respuesta
en su mente están utilizando el pensamiento operacional formal.
Características de esta etapa de desarrollo
Esta etapa que, como ya hemos comentado, tiene sus inicios entre los 11 y 12 años y dura
hasta superada la adolescencia, presenta las siguientes características.
1. Razonamiento hipotético-deductivo: Otro de los nombres que dio Piaget a esta etapa
fue la del "razonamiento hipotético-deductivo", puesto que este tipo de razonamiento es esencial
durante este período de desarrollo. Los niños pueden pensar en soluciones en base a ideas
abstractas e hipótesis. Esto es observable viendo cómo son frecuentes a finales de la infancia y
principios de la adolescencia preguntas del estilo “qué pasa si...”
Mediante estos planteamientos hipotéticos los jóvenes pueden llegar a muchas
conclusiones sin necesidad de tener que basarse en objetos físicos o soportes visuales. A estas
edades se les presenta un gigantesco mundo de posibilidades para resolver todo tipo de
problemas. Esto hace que tengan la capacidad para poder pensar científicamente, planteándose
hipótesis, generando predicciones e intentar responder a preguntas.

2. Resolución de problemas: Como hemos comentado, es a estas edades en las que se


adquiere un pensamiento más científico y reflexionado. El individuo tiene una mayor capacidad
para abordar problemas de manera más sistemática y organizada, dejando de limitarse a la
estrategia del ensayo y error. Ahora plantea en su mente escenarios hipotéticos en los que se
pregunta cómo podrían evolucionar las cosas. Aunque la técnica del ensayo y error puede ser de
ayuda, obteniéndose beneficios y conclusiones mediante ella, el disponer de otras estrategias de
resolución de problemas expanden de forma significativa el conocimiento y experiencia del joven.
Los problemas se resuelven con unos métodos menos prácticos, usando la lógica que antes el
individuo no disponía.
3. Pensamiento abstracto: La etapa anterior, es decir, al de las operaciones concretas, los
problemas se resolvían necesariamente teniendo objetos a mano, para poder entender la
situación y cómo darle solución. En cambio, en la etapa de las operaciones formales los niños
pueden trabajar a partir de ideas que solo se encuentren en su cabeza. Es decir, pueden pensar en
conceptos hipotéticos y abstractos sin que hayan tenido que experimentarlos de forma directa con
anterioridad.
Experimentos de Piaget
Piaget realizó una serie de experimentos para poder comprobar el razonamiento
hipotético-deductivo que atribuía a los niños mayores de 11 años. El más simple y conocido para
comprobar esto fue el famoso “problema del tercer ojo”. En este experimento se les preguntaba a
niños y adolescentes que, si tuvieran la opción de poder tener un tercer ojo, dónde lo colocarían.
La mayoría de los niños de 9 años decían que lo pondrían en la frente, justo encima de los otros
dos. Sin embargo, al preguntarle a niños de 11 años en adelante, éstos daban respuestas muy
creativas, eligiendo otras partes del cuerpo para colocar el tercer ojo. Una respuesta muy común
era colocar ese ojo en la palma de la mano, para poder ver lo que había detrás de las esquinas sin
tener que asomarse mucho, y la otra era tener ese ojo en la nuca o detrás de la cabeza, para poder
ver quién estaba detrás siguiéndonos.
Otro experimento conocido, realizado junto con su colega Bärbel Inhelder en 1958, fue el
experimento del péndulo. Este consistía en presentarle a los niños un péndulo, y se les preguntaba
cuál o cuáles creían que eran los factores que influyen en la velocidad de oscilación del mismo:
longitud de la cuerda, peso del péndulo y la fuerza con la que se impulsa. Los sujetos
experimentales debían ir probando a ver si descubrían cuál de esas tres variables era la que
cambiaba la velocidad de movimiento, midiendo esta velocidad en cuántas oscilaciones hacía por
minuto. La idea era que debían aislar diferentes factores para ver cuál de ellos era el correcto,
siendo únicamente la longitud la respuesta correcta, dado que cuando más corta sea más rápido
se moverá el péndulo. Los niños más pequeños, que todavía se encontraban en la etapa
operacional concreta, intentaban resolver esta actividad manipulando varias variables, muchas
veces al azar. En cambio, los más mayores, que ya se encontraban en la etapa de las operaciones
formales, intuían que era la longitud de la cuerda lo que hacía que el péndulo,
independientemente de su peso o fuerza que se le aplicara, se moviera más rápido.

También podría gustarte