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Presentado por:
Angie Tatiana Cadena
Laura Isabel Gutiérrez
Kerly Yojana Muñoz
José Gregorio Trujillo
Presentado a:
María Elvia Moncada
Así que, es necesario desde este caso de estudio plantear las siguientes preguntas:
¿Desde qué características se considera que el parque Tayrona es un bien público y al
mismo tiempo un recurso común? y ¿Cómo el Estado colombiano garantiza la gestión y
protección administrativa del Parque Tayrona como un bien público y a la vez un recurso
común en beneficio a la sociedad?
En primer lugar, los bienes públicos son definidos por parte de los autores Samuelson
& Nordhaus como “aquellos cuyos beneficios se reparten de manera indivisible entre toda la
comunidad, quiera consumirlos o no el individuo” (Samuelson & Nordhaus, 2010, p. 278).
De modo que, se puede inferir que este elemento se caracteriza por estar a la disponibilidad
de toda la sociedad y a su vez, el autor Mankiw ha afirmado que “no son ni excluyentes ni
rivales en el consumo” (Mankiw, 2012, p. 218), es decir, su consumo no afecta ni limita la
capacidad de acceso al resto de habitantes.
Aunque, cabe mencionar que el autor Musgrave (1959) también propuso desde las
propiedades de los bienes públicos una clasificación de ellos, en donde se evidencia la
existencia de bienes públicos puros y bienes públicos impuros: los primeros, son aquellos que
cumplen estrictamente las características de no rivalidad y no exclusión en el consumo y los
segundos, corresponden a los bienes cuyo consumo es sólo parcialmente rival. Un ejemplo de
ello son las carreteras, ya que según lo estudiado cumplen las características de un bien
público puro y de bien público impuro:
• Por un lado, las carreteras son un bien público puro cuando se transita por ella
libremente en cualquier momento y sin que se pague peaje en el trayecto realizado;
también, sin que haya congestión vehicular. Así que, en esta situación se presenta la
característica de no rivalidad, pues sería más libre y menos peligroso el transito; y
también, cuando la vía esté en buen estado, sea pavimentada o no, ya que podemos
disfrutar de ella plenamente, sin llegar a afectar el vehículo de manera estructural o
física.
• Por otro lado, las carreteras son un bien público impuro cuando al transitar por ella
toca pagar peaje, y en este caso hay una condición de que si no pago la tarifa no se
podría transitar por ella misma. En efecto, esto condiciona su uso como también si
hay congestión vehicular o alto tráfico, puesto que la velocidad tiende a disminuir al
igual que la seguridad, y en esos casos, su uso es parcialmente rival, que es una gran
característica de los bienes públicos impuros.
Además de ello, conviene resaltar que cuando se trata de una falla de mercado se
evidencia el papel del Estado, dado que es cuando la sociedad desea algo pero el mercado no
puede proporcionar, por no ser rentable y esto implica que el Estado sea un ente que gestiona
la producción de los bienes públicos. Con respecto a lo anterior, dicha producción sería
presentada ya sea de manera directa o indirecta: la primera, cuando contrata sus propios
trabajadores y proporciona el servicio; y la segunda, cuando el Estado le paga a una empresa
para que produzca estos bienes.
Por ende, se requiere abordar los recursos comunes que son definidos por la autora Elinor
Ostrom:
Con respecto a ello se entiende que, los recursos comunes son bienes o servicios que
son de acceso libre y no son propiedad de ninguna persona o entidad, estos recursos son
compartidos por la comunidad y están disponibles para su uso. Es de gran importancia
entender que estos recursos pueden ser limitados, y su mal uso o sobreexplotación pueden
llegar a tener consecuencias negativas tanto en el medio ambiente como en la sociedad en
general.
● Los recursos naturales que son bienes y servicios al no ser producidos por el hombre,
sino que son parte del medio ambiente.
● Son compartidos, así que se debe tener en cuenta que los recursos comunes están a
disposición de cualquier persona, lo que conlleva a que haya una competencia por su
uso y explotación.
● No tienen dueño, los recursos comunes no pertenecen a ningún individuo, grupo u
organización.
● Son de potencial agotamiento, ósea que, por no haber una gestión adecuada provocan
impactos negativos a largo plazo tanto en la sostenibilidad como en las comunidades
que dependen de ellos.
Además, la autora Ostrom clasificó los recursos comunes según cómo se organiza y
gestiona, entre ellos se pueden evidenciar:
● Recursos comunes abiertos: son recursos a los que cualquier persona puede
acceder sin restricciones. Por ejemplo, los océanos y la atmósfera.
● Recursos comunes cerrados: es un recurso cuyo acceso está restringido a un
grupo específico de usuarios. Por ejemplo los pastos comunales o los bosques
comunitarios.
● Recursos comunes regulados por el gobierno: son recursos donde el gobierno
establece normas y reglamentos para su uso y manejo (Ramis Olivos, 2013).
No obstante, el autor Javier Martínez (2022) determina que el problema de los recursos
comunes es que no son propiedad de nadie, entonces, están disponibles para todos, muchas
personas abusan de él y, en última instancia, dañará el consumo de otros. Esto suele ocurrir
con las aguas limpias de los ríos, potreros o cazando animales en peligro de extinción como
los jaguares. Para preservarlos, el Estado usa un instrumento en este aspecto:
● La primera opción es la regulación de prohibir el mal uso de estos activos, puesto que
el gobierno puede multar a cualquiera que cace ilegalmente o contamine los recursos
comunes.
Ahora conviene enfocar las propiedades que concentra cada elemento económico dentro
del Parque Nacional Natural Tayrona, el cual está ubicado a 34 km de Santa Marta en el
departamento del Magdalena y considerado uno de los más importantes parques de
Colombia, tanto así que:
Aun así, en el Parque Tayrona se encuentran bienes culturales, los cuales hacen parte
las comunidades indígenas que habitan esta zona como los Kogui, los Wiwa y los Arhuacos,
quienes juegan un papel fundamental en la conservación y protección del territorio. Estas
comunidades tienen una relación especial, ya que ellos consideran que es un lugar sagrado y
ancestral debido a que han sido habitados por sus antepasados y contiene una gran cantidad
de conocimientos o tradiciones. Por lo tanto, el Parque Tayrona es mucho más que un espacio
con alta concentración de recursos comunes y turísticos para el bienestar social.
Asimismo, conviene especificar que el Parque Tayrona puede llegar a ser catalogado
como un bien público, en primera medida, porque presenta las dos clasificaciones
mencionadas anteriormente por el autor Musgrave: la primera, es que su uso o consumo no es
rival (puro); y la segunda, es el pago de una tarifa para el ingreso, es decir, una posibilidad de
exclusión (impuro). Sin embargo, “el 95% de sus hectáreas son propiedad privada, de
jurisdicción del parque, y el 5% restante corresponden a una propiedad oficial o de la
Nación” (Guzman et al., 2007); lo cual ha implicado considerarlo más como un bien público
impuro dentro de este análisis. Siendo así una situación compleja para la construcción de una
visión colectiva de lo que debe hacerse con esas propiedades dentro del área, y más desde el
papel del Estado como ente regulador para garantizar la gestión y protección del Parque
Tayrona mediante planes, mecanismo y políticas ambientales.
Por ende, el deber que el Estado ejerce sobre él, está encaminado a garantizar la
protección de este espacio natural y preservarlo a favor de las futuras generaciones, velando
para que se respeten los derechos medioambientales, siendo esto lo más importante. Dado
que, es de conocimiento público la degradación actual del medio ambiente a nivel mundial y
que este Parque Nacional Natural no está exento de ello, y de ahí la importancia la
intervención del Estado.
Aunque, cabe mencionar que según el autor Julían Pimiento (Pimiento, 2016) no hay
una total claridad en las políticas de conservación de este bien natural, pero si existen
herramientas y mecanismos constitucionales para la protección de estos bienes, como por
ejemplo los Artículos de la Constitución Política números 63, 82 y 322; en donde se trata la
participación del Estado y la potestad que tiene sobre los parques y recursos naturales, en
temas de seguridad, de cuidado de las playas, de las especies, de las vías de acceso, entre
otros. Tanto así que, los mecanismos constitucionales nos recuerda que el parque Tayrona a
pesar de ser propiedad privada en gran parte, también es de todos, que podemos exigir su
cuidado y protección, que es un bien público a pesar de la tarifa para el ingreso y que supone
ser una ayuda monetaria para la autosostenibilidad.
En cuanto al rol del Estado en el manejo de estos recursos comunes, se puede decir
que principalmente el liderazgo de iniciativas y políticas ambientales ayudan a la adecuada
utilización de los espacios naturales con el objetivo de tener un control. En consonancia, “el
Estado colombiano ha creado una red de áreas protegidas que cubre más del 12% del
territorio regional y que son gestionadas por diferentes entidades” (Parques Nacionales
Naturales De Colombia).
Además, es muy importante que el Estado intervenga para que haya una regulación
con el propósito de realizar una gestión sobre estos espacios por las autoridades
gubernamentales, las cuales deben garantizar la protección del medio ambiente y la
biodiversidad, como bien lo afirma el autor Javier Martínez. Por eso, el Parque Tayrona se
encuentra salvaguardado a través de la Ley 165 de 1994 “Por medio de la cual se aprueba el
"Convenio sobre la Diversidad Biológica", hecho en Río de Janeiro el 5 de junio de 1992”
con la finalidad de asegurar el uso sustentable de los recursos comunes y culturales por parte
de la población local, visitantes y turistas.
Referencias
Guzman, J., Moron, J., & Toloza, D. (2007). Valoración económica del uso recreativo
del parque nacional natural tayrona a través de los métodos de valoración contingente
y costos de viaje. En Universidad de Magdalena.
https://core.ac.uk/download/pdf/198274846.pdf
Mankiw, N. G. (2012). Principios de economía. Ediciones Paraninfo, S.A.
Martínez Argudo, J. (2022, enero 19). 7. la intervención del estado: Proveer bienes
públicos y regular los recursos comunes. ECONOSUBLIME.
http://www..com/2018/03/intervencion-estado-bienes-publicos-recursos-
comunes.html
Musgrave, R., & Musgrave, P. (1959). Hacienda pública teórica y aplicada (5.ª ed.).
McGraw Hill.
Padrino, L. A. (2019, diciembre 14). Este pedazo es mío, ¿A quién pertenecen los
recursos comunes?. Linkedin. https://es.linkedin.com/pulse/este-pedazo-es-
m%C3%ADo-qui%C3%A9n-pertenecen-los-recursos-comunes-padrino
Ramis Olivos, Álvaro. (2013, agosto 9). El concepto de bienes comunes en la obra de
Elinor Ostrom. ecologíaPolítica.