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Título:
Tensiones en la transposición teatro-cine
Tema:
La construcción de continuidad temática en una obra transmediática
Programa TAE
2021
TÍTULO
Tensiones en la transposición teatro-cine.
La construcción de continuidad temática en una obra transmediática.
RESUMEN
En el siguiente trabajo voy a analizar cómo se construye la continuidad temática en la
transposición del tema principal de una obra de teatro a una miniserie web a partir de los
diferentes recursos de la realización audiovisual en función de generar una obra de
comedia. El tema que comparten ambas producciones, las cuales conforman una obra
transmediática son: los efectos producidos por la pandemia en un grupo de actores
imposibilitados de actuar.
INTRODUCCIÓN
¿Cómo pueden traducirse en imágenes y sonidos los efectos producidos en las relaciones
interpersonales por causa de la pandemia actual? ¿Cuáles son las herramientas
audiovisuales que me permiten mostrar la virtualidad, las relaciones mediadas por las
pantallas? ¿Cómo puede ser utilizado el montaje para reconstruir la comedia en una
miniserie web que tiene origen en una obra teatral?
A partir de dos escenas del capítulo final de la miniserie web "Efectos de la falta de
ficción" (Aguaviva, 2021) quiero reflexionar al respecto de las herramientas realizativas
audiovisuales que se proponen para desarrollar el tema central de la obra: la problemática
del protagonista inserto en un mundo donde necesita la acción y la adrenalina de actuar
en vivo a efectos de las prohibiciones causadas por la pandemia de CoVid19 iniciada en
2020 en Argentina y, como esta proscripción afecta de manera transversal tanto el modo
de producción de la miniserie web como también a los elementos del lenguaje
audiovisual.
El análisis estará atravesado por comentarios y apreciaciones propias que surgen a partir
de mi participación en dicha obra como co-realizador, camarógrafo y montajista, por lo
que trataré de articular estos tres momentos de la producción para finalmente reflexionar
sobre cuáles son las decisiones pertinentes en función de generar un efecto humorístico y
sobre las particularidades del medio audiovisual que aparecen a partir de esta
continuidad, tanto temática como de tono entre la obra de teatro y la miniserie web.
Se trata, más que de una adaptación, de una continuación audiovisual porque mantiene
relación temática con la obra teatral, donde coexisten los mismos personajes pero en un
mundo construido desde un código de representación propio del lenguaje
cinematográfico, con un efecto de realidad que se asemeja al género documental. Esto a
grandes rasgos es la principal diferencia entre la miniserie web y la obra teatral donde
prácticamente no hay escenografía. Se configura así una serie de piezas audiovisuales
cortas que tienen como tema principal a la virtualización de las relaciones humanas en
relación a la necesidad del vínculo físico, a partir de la negación de este con la disposición
de la cuarentena obligatoria. Estos son los disparadores principales para formar “Efectos
de la falta de ficción” (Aguaviva, 2021) donde los protagonistas, los que cuentan su
experiencia particular a partir de estos condicionamientos son los propios actores como
personajes de la ficción. Este enfoque autorreferencial, que muestra desde el lugar propio
al proceso de construcción ficcional, adopta una dinámica propia que influye directamente
en un modo de producción particular establecido por la misma pandemia y que viene a su
vez a contarla, es decir, filmar la pandemia en pandemia.
LA OBRA TRANSMEDIÁTICA
“Efectos de la falta de ficción” (Aguaviva, 2021) es una obra colectiva transmediática del
grupo Aguaviva y está conformada por una obra de teatro y una miniserie web. No se
trata de una transposición del teatro al cine, sino de una obra interdisciplinar donde se
combinan ambas narrativas en un diálogo fluido que construye un mundo (Jenkins, 2013,
p. 31) donde la obra se expande y explora las posibilidades de cada medio. En relación a
la creación de este mundo Scolari reconoce que se trata de un narrativa transmedia
cuando “la historia comienza en un medio, pero fluye de un espacio mediático a otro,
como si el relato fuera líquido” (Scolari, 2013, p. 71). Este fluir está dado tanto por una
fuerte vinculación temática entre la obra de teatro y la miniserie, como también por el
propósito de ambas partes de generar una obra de comedia a partir de los elementos
particulares de cada medio.
LA MINISERIE WEB
Atravesados por el contexto pandémico, el grupo teatral se propone como proceso
creativo empezar a trabajar como tema principal la autorreferencia como concepto
disparador para la construcción de sentido de la obra teatral. Pero dada las circunstancias
conocidas y ante la imposibilidad de presentar efectivamente una obra en una sala de
teatro con público presente, empieza a gestarse la idea de producir material audiovisual.
Marcados por un contexto donde la virtualidad empieza a ganar terreno en todos los
aspectos de la vida, desde la educación, el trabajo y hasta el mismo consumo de
producciones artísticas, es que el grupo se dispone, como colectivo artístico, a producir
una obra que sea acorde a sus tiempos. De esta manera surge la idea de una miniserie
web que complementa la obra teatral: 8 capítulos, uno por cada personaje cuyo nombre
lleva por título, de entre 7 y 10 minutos de duración cada uno y pensado para ser
distribuido de manera gratuita en plataformas digitales y redes sociales.
En rasgos generales podemos caracterizar a este formato audiovisual desde algunos
elementos que lo hacen particular y lo diferencian de la obra teatral:
La puesta en escena resulta de un realismo muy cercano al género documental,
principalmente por las locaciones elegidas y un criterio muy marcado de casi no intervenir
los espacios físicos reales, en relación principalmente a la iluminación y a los decorados.
Este tipo de elecciones resultan muy adecuadas al tipo de producción planteado, sobre
todo por su carácter independiente, es decir de presupuestos mínimos o incluso
inexistentes. En ese sentido el género documental habilita una estética modesta y ordena
en general una producción más bien rápida, con equipos técnicos pequeños y,
recordando que se trata principalmente de un grupo teatral, son los propios actores los
que intervienen en los diferentes roles de la producción audiovisual.
Quizás donde más cobra sentido la elección de este formato es en su duración: un tiempo
determinadamente corto para un capítulo de una serie, donde las situaciones van
desplegándose consecutivamente, por efecto de la acción-reacción, y donde los
elementos del drama van acumulándose, llegando a cada final de capítulo con una carga
dramática alta. Es hacia el final de cada capítulo donde se despliega con toda su fuerza la
temática principal de la obra y donde podemos ver a cada protagonista en el clímax de su
problemática, ya sin retorno a un estado “normal” de su vida cotidiana, sino expresando
fuertemente su necesidad de establecer un vínculo afectivo con alguien. También
podríamos decir con un objeto, como sucede en el capítulo final: el personaje principal, ya
sin conseguir un espacio para actuar en vivo, decide sabotear un noticiero para confesar
frente a cámara la conexión particular que siente con el público al ser visto, utilizando ese
objeto como representación de un público virtual. Toda esta transformación del personaje
sucede en aproximadamente nueve minutos, divididos en unas seis escenas. En ese
sentido, es decir en el trabajo con el tiempo, la figura retórica que más se repite a lo largo
del capítulo es sin dudas la elipsis, haciendo que la pieza cobre dinamismo escena tras
escena, dirigiéndose exclusivamente a los momentos que consideramos de mayor tensión
dramática. Por otro lado existen particularidades del lenguaje cinematográfico que
refuerzan esta continuidad de tono humorístico con la obra teatral. En ese sentido
podemos destacar el uso de los diferentes tipos de planos en relación al montaje y cómo
estas decisiones afectan directamente a la construcción del humor, como veremos a
continuación.
EL CAPÍTULO 8: ALE
Escena 3 (a partir del minuto 1:54)
Desde sus rasgos retóricos (Steimberg, 1993, p. 48) la escena comienza con un primer
plano del protagonista, en silencio, mientras la música comenzada apenas en el último
segundo de la escena anterior se funde lentamente. Se lo ve indeciso, como si estuviera a
punto de decir algo y, así sucede: un brevísimo “hola” interrumpe su silencio y luego mira
a sus lados desentendiéndose de lo que acaba de hacer. Vemos cómo su rostro en un
primer plano ocupa la mitad del cuadro atendiendo exclusivamente a sus gestos, como si
el personaje quisiera mostrarnos lo que está pasando por su cabeza, su interioridad, y
hacernos parte de eso. Este primer plano funciona como un mecanismo narrativo que
genera empatía con el personaje, al acceder en detalle a su gestualidad.
La escena continúa, el protagonista verbaliza su estado de ánimo en el momento que el
plano se abre para mostrarnos un espacio amplio y a él con el celular en la mano.
En primer lugar la mirada puesta en su celular habilita un fuera de campo simbólico, es
decir que construye todo un espacio nuevo imaginario por fuera del que ya existe y que a
la vez media esa comunicación, como si mirara a través de una ventana y, del otro lado,
efectivamente viese a ese interlocutor. El personaje atiende al objeto, sosteniéndolo en
sus manos y brindándole una función dramática dentro de la escena: es un objeto que no
posee ni la escala humana, ni la voz humana. Es en definitiva una abstracción de lo
humano pero que sirve para producir el efecto de virtualidad en las relaciones
interpersonales que son parte del tema principal de la obra. Es una pantalla como otras
que aparecen a lo largo del capítulo pero que en esta oportunidad tiene la función
particular de abstraer al personaje de su entorno.
Por otro lado, el cambio de plano produce una apertura que nos revela que efectivamente
el interlocutor es un robot, es decir, una inteligencia artificial y, a la vez se produce un
efecto desde el montaje en función del humor al revelar el contraste entre ambos planos.
Este contraste nos comparte de forma cómplice el mismo punto de vista que el realizador
tiene de esa situación y es por esta complicidad que accedemos a un personaje patético,
pero siendo esta condición algo que él no reconoce de sí mismo.
Esta apertura nos revela el tema por medio de una representación simbólica donde nos
muestra un personaje solitario, en un lugar amplio cubierto de antenas parabólicas. Esta
representación se da por la composición del plano, el cual es apenas contrapicado y con
un lente angular que nos permite observar casi todo lo que lo rodea: las antenas nos
conducen a una idea de comunicación, pero con un personaje abstraído de todo contacto
afectivo con su entorno. Al mismo tiempo se introduce en la escena un elemento
reconocible en otros géneros cinematográficos como la ciencia ficción. Se refiere a
películas con una problemática similar, como sucede en Her (Jonze, 2014), donde el
protagonista establece un vínculo emocional con un dispositivo electrónico que aloja una
inteligencia artificial. Aunque si bien sólo se trata de un elemento temático, o de un guiño
a la película, y no de otros recursos audiovisuales que pertenezcan a la ciencia ficción, es
donde encontramos más desarrollado el tema principal de la obra. En ese sentido el
protagonista se encuentra justo en medio de su conflicto y nos empieza a mostrar las
posibles consecuencias que puede provocar llevar al extremo esa búsqueda para sentirse
observado, siendo la exageración de esta situación parte de la estrategia narrativa que le
da el tono humorístico a la escena y al resto del capítulo.
El diálogo continúa en una sucesión de estos dos planos: el primer plano y el plano
general establecen una dinámica de conversación interpersonal, pero donde siempre lo
vemos a él, cuando habla y cuando escucha. De esta manera ese vínculo comunicacional
parece vedado, encerrado en un espiral que puede extenderse hasta el infinito, donde
podría recibir siempre las mismas respuestas y donde efectivamente no puede satisfacer
su necesidad de atención. Es al fin de cuentas un callejón sin salida ante su problema,
siendo esto reforzado a través de toda la escena por la ausencia de un contraplano de su
interlocutor y, que a la vez sirve como función retórica para la construcción de la metáfora
de la soledad.
A partir de este análisis podemos ver cómo en ambas escenas existen recursos
audiovisuales que se utilizan reiteradamente y que conforman una estructura narrativa en
este capítulo: la relación entre la puesta en escena y la construcción de verosímil, ubicado
a mitad de camino entre la ficción y el documental; la utilización de la mirada del
personaje hacia fuera de campo que habilita un espacio donde es él siempre el
observador; las pantallas y los marcos que encuadran escenas dentro de escenas
permitiendo una lectura simbólica de los elementos de la composición; los cambios de
planos en el montaje para generar ciertos efectos humorísticos; el uso de los primeros
planos como anclaje del punto de vista y como efecto empático del espectador con el
personaje.
Estos recursos de la realización audiovisual son utilizados para mostrar un personaje que
no puede desarrollar su actividad actoral con un público presente y, a la vez, para
presentar la historia en un tono humorístico. De esta manera el tema de “Efectos de la
falta de ficción” (Aguaviva, 2021) junto al tono de comedia, planteados desde un inicio
para la elaboración de la obra, adoptan sus propios recursos dentro de la obra audiovisual
adquiriendo una marca estilística particular y es, en esa reconstrucción del tema y del
humor en la miniserie, donde cobra sentido la obra transmediática.
CONCLUSIÓN
Como proceso de aprendizaje este trabajo me vale para adoptar nuevas herramientas y
entender ciertos funcionamientos al respecto del lenguaje audiovisual a partir de la
reflexión teórica que se presenta, principalmente las herramientas realizativas puestas en
función del tema y del tono. Esto cobra mayor sentido al tratarse de la primera experiencia
de creación colectiva, que incluye una transposición y, a la vez, una obra transmediática.
En ese sentido y con el objetivo de generar una obra humorística, entran en juego algunos
recursos que son propios del lenguaje audiovisual, como el montaje, el cual habilita cierta
mirada del realizador en relación a los personajes o el uso de otros recursos, propios del
teatro, como pueden ser la gestualidad un poco exagerada de los actores.
A partir del análisis pude encontrar una estructura principalmente documental, pero con
fuertes rasgos ficcionales pertenecientes al suspense u otros recursos cinematográficos,
dando como resultado la producción de un tipo de verosímil específico ubicado entre el
documental y la ficción.
BIBLIOGRAFÍA
Jenkins H. (2013). Introducción: “Adoración en el altar de la convergencia”. Un nuevo
paradigma para comprender el cambio mediático. En Convergence Culture. La cultura de
la convergencia de los medios de comunicación. (pp. 13-34). Barcelona, España: Paidós.
FILMOGRAFÍA
Almodóvar, A., Posner, E. (Productores) y Almodóvar, P. (Director). (1991). Tacones
lejanos [película]. Disponible en: https://mubi.com/films/high-heels
Ellison, M., Jonze, S., Landay, V. (Productores) y Jonze, S. (Director). (2013). Her
[película]. Recuperada de: https://www.pelispedia2.me/ver-pelicula/her/
LINKS
Efectos de la falta de ficción. Capítulo 8: Ale. Disponible para descarga:
https://drive.google.com/file/d/1nTa9wsR0zCZ48Bs_ntPXPUfYAiR-3tXt/view?usp=sharing
Disponible para reproducción: https://youtu.be/TFiUNNUD27Q