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Noticias y Recensiones

Arqueología, Basura y Duelo: El Deber de Conmemorar


In Memoriam, Bill L. Rathje (1945-2012)

Nunca conocí bien a Bill. Nunca alcancé a conocerlo


como debiera haberlo hecho y eso me hace sentir aún
más su partida. Cuando llegué al Stanford Archaeo-
logy Center, él ya estaba allí. Luego de dejar su pues-
to de profesor en la universidad de Arizona, donde
fue declarado Profesor Emérito, había sido incorpo-
rado como investigador al ArcCenter como parte de
esos retiros académicos – esos retiros que le permiten
a gente como Bill salirse del esquema académico –
que nunca tienen lugar en realidad pero que otorgan
cierta libertad respecto a las labores de enseñanza.
La libertad de ese tipo, para muchos, viene general-
mente acompañada por una especie de olvido, pero
William Laurens Rathje (1 de Julio de 1945- 25 de
Mayo 2012), es de aquellas personas que difícilmen-
te se olvidan. Su imagen cotidiana contrastaba distin-
tivamente con aquellas que los medios populares tie-
nen de los arqueólogos, o al menos con aquella que al
gran público le gusta pensar (el tipo del fedora, u otro
sombrero funcional, bajo el sol rabioso o algún otro Bill L. Rathje. Cortesía de Alan Levenson ©.
tipo de presión u obstáculo que sólo los arqueólogos
pueden soportar o sortear). Su trabajo, de igual for-
ma, lo destacó siempre de ese grupo a tal punto que
se llegó a inventar un neologismo (garbology) que Mediante el análisis de la basura fresca, decía,
lo colocó en el Oxford English Dictionary, y que tra- “uno puede tener precisión demográfica al nivel de
ducido del inglés sería algo así como “basurología”, las cuadras de una ciudad, a partir de orientar el estu-
para definir el trabajo que empezó en 1973. dio al censo de barrios específicos y cruzando los da-
Bill Rathje estudió en la universidad de Arizona, tos presentes con los datos de estos censos” (Rathje
institución a la que regresó como miembro de su y Murphy 2001[1992]: 20), lo cual es prácticamen-
cuerpo académico luego de haber completado sus te imposible en los rellenos sanitarios. No obstan-
estudios graduados en Harvard, de donde se graduó te, los resultados de este proyecto piloto fueron tan
en 1971 con un trabajo sobre la arqueología de los interesantes que constituyeron la semilla inicial no
antiguos Mayas. Antes había participado en la exca- sólo para un proyecto que duró más de dos décadas
vación de las ruinas de Grasshopper, como parte de (Rathje 1997), sino también para lo que posterior-
una escuela de campo de la UA y, luego de graduarse, mente vendría a denominarse como arqueología del
realizó investigaciones en Cozumel, México. No obs- pasado contemporáneo (Buchli y Lucas 2001; Gon-
tante, el carácter transgresor de Bill, sin alejarlo por zález-Ruibal 2006, González-Ruibal y Hernando
completo de aquello que fue su tema de especializa- 2010). Lo que en principio parecía ser enteramente
ción doctoral, los Mayas prehispánicos – tema sobre un ejercicio metodológico se transformó en un de-
el que continuó publicando esporádicamente (1973, safío conceptual que iría a complementar aquellas
1975, 1983) – lo acercó más a aquellas fuentes de contribuciones teóricas que enfatizan la necesidad
información creciente: la basura contemporánea. En de pensar, sin eufemismos, la cultura material y los
1973, a partir de una fructífera experiencia realizada restos materiales del pasado, entre ellos las toneladas
con el fin de desarrollar un método para enseñar a los de basura que nuestra sociedad produce y los efectos
estudiantes a analizar diferentes aspectos en una co- que ello tiene (Rathje y Murphy 2001[1992]: 19-20).
munidad, Rathje inició el Proyecto de la Basura (The En sus inicios, el “Proyecto de la Basura” – o
Garbage Project); el objetivo era colectar, catalogar, Le Project du Garbage como fue llamado sarcásti-
y registrar sistemáticamente los desechos domésticos camente (Flannery 1982:2778) – fue ampliamente
(Rathje 1974, 1984). criticado y visto con escepticismo; sin embargo, el

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transcurso del tiempo demostraría que su trabajo era tan cercana y por tan prolongado tiempo, le dio a Bill
relevante no sólo en el campo de la arqueología, sino la soltura necesaria para enfrentar distintos públicos
que concernía también a un público más amplio y que requirieron su presencia. En una peculiar agen-
mucho más masivo que el arqueológico. El trabajo da, Bill ofreció charlas y presentaciones en diferentes
iniciado en las instalaciones de la universidad of Ari- espacios, desde aquellos académicos que realizó en
zona pronto se extendió a la ciudad, Tucson, y luego diferentes universidades y conferencias, como tam-
fue incorporando otras ciudades tanto dentro como bién de aquellos foros del gobierno (ofreciendo tes-
fuera de los Estados Unidos. El carácter innovador timonios a miembros del Comité Medioambiental y
de la propuesta de Rathje es quizás resumido en la Obras Públicas del Senado, la Agencia de Protección
frase siguiente: “Desde el principio, el objetivo prin- Medioambiental y otros), hasta cortes judiciales o
cipal de investigación del Proyecto de la Basura fue el Centro de Control de Enfermedades y el Institu-
demostrar la utilidad de los métodos y teorías arqueo- to Nacional del Cáncer de los Estados Unidos. Este
lógicas para lograr un mejor entendimiento de temas hecho le mereció repetidos reconocimientos como el
que conciernen al público actual” (Rathje 2001: 63). Premio Westinghouse a la Comprensión Pública de
A partir de ese proyecto, que lo llevaría a proyectarse la Ciencia y la Tecnología, otorgado por la American
más como una figura pública y como activista que Association for the Advancement of Science en 1991,
como académico, Bill siguió publicando sobre temas o el Premio Solon T. Kimball de Antropología Públi-
arqueológicos. ca y Aplicada, conferido por la American Anthropo-
Como parte del grupo académico de Arizona don- logical Association en 1992.
de Bill se encontraba inmerso, los planteamientos Dentro de las diversas colaboraciones que desa-
teóricos de sus trabajos se enmarcaban ampliamente rrolló se encuentran los libros y artículos con diferen-
en la corriente conductual que encabezó Michael B. tes colegas, tanto senior como junior, y con investi-
Schiffer. Su interés, sin embargo, se enfocaba en una gadores de otras disciplinas, que son quizás la prueba
escala de análisis en la que la conducta de los indivi- más irrefutable de su grandeza y humildad académi-
duos estuviera enfocada en una perspectiva con los ca. Su libro Rubbish! The Archaeology of Garbage,
pies “más en la tierra”, si se quiere. “Hay razones escrito en co-autoría con Cullen Murphy y publicado
prácticas y teóricas – decía en su trabajo junto a Ri- en 1992, se convirtió en un éxito de ventas en los
chard Wilk – por las que las unidades domésticas es- Estados Unidos y fue recientemente republicado por
tén llegando a ser el foco de análisis arqueológico … la editorial de la Universidad de Arizona. Su libro
Todos sabemos acerca de la distancia entre las meta- Use Less Stuff, escrito en co-autoría con Robert M.
teorías del cambio cultural y el evolucionismo y la Lilienfeld en 1996, reafirmó el carácter e imagen de
arqueología práctica de los tiestos y las herramientas arqueólogo comprometido y activista medioambien-
líticas” (Wilk y Rathje 1982: 617). Entre algunos de tal que no dudaba un momento en lanzar sus filosos
sus trabajos más representativos figuran las contribu- dardos de sarcasmo e ironía. Una de sus frases que
ciones teóricas en torno a las ocupaciones domésticas representa esta faceta y quizás la más famosa entre el
en arqueología (Rathje 1983, Wilk y Rathje 1982), público no arqueológico es la que asegura que la idea
que complementaban la perspectiva de arqueología de salvar la tierra es un mito: “Francamente – dice –
regional vigente entonces. Además, claramente, las la tierra no necesita ser salvada. A la naturaleza le im-
propuestas de Rathje en torno a los aspectos domés- porta un rábano si los seres humanos están aquí o no.
ticos promovían el interés y la discusión teórica más El planeta sobrevivió cataclismos y cambios catas-
allá de la escala a la que comúnmente estaba reduci- tróficos por millones de años, y en ese tiempo se cree
da; es decir, más allá de la observación de evidencias que el 99% de las especies que habitaban el planeta
arqueológicas pertenecientes a elites o grupos domi- han desaparecido y el planeta sigue. Salvar el medio
nantes para incorporar aquellos aspectos de lo mun- ambiente es realmente salvar nuestro medio ambien-
dano y domestico (Canuto y Yeager 2000: 4). te: cuidarlo para nosotros, para nuestros hijos, y para
La enorme franqueza de Bill era sólo compara- mantenerlo como lo conocemos. Si más gente viese
ble al respeto que siempre mostraba hacia todas las el problema como un caso de salvarse a uno mismo,
demás personas, especialmente los estudiantes gra- probablemente se motivarían y comprometerían más
duados que –sin importar su color teórico– estaban a hacerlo realmente” (Lilienfield y Rathje 1996).
dispuestos a “debatir sobre la basura”. El carácter Luego de su retiro de la universidad de Arizona,
distendido de sus escritos, al igual que su persona, Bill se mantuvo activo como parte de la plantilla
le permitió llegar a una audiencia masiva con temáti- del Stanford Archaeology Center y, entre otras co-
cas que son de interés para los estudiosos del pasado, sas, compartió con Michael Shanks, en un inusita-
antropólogos y medio ambientalistas por igual. Pro- do dueto, uno de los seminarios más deslumbrantes
bablemente el hecho de tener que relacionarse con la sobre teoría arqueológica que he tenido el honor de
basura y estudiarla meticulosamente de una manera presenciar. Obviamente, la cosa no terminó ahí y su

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vida está llena de anécdotas, pero eso es otra historia. vez debe haber escandalizado los pasillos y corredo-
Es mucho más lo que se podría escribir sobre Bill res pulcros de arquitectura románica del Main Quad
Rathje, y estoy seguro que los colegas más cercanos de Stanford por la espontaneidad de sus palabras, se-
a él tomarán la palabra; sólo me queda decir que para rán extrañados.
mí el escribir estas líneas es parte de aquél compro-
miso que los que quedamos tenemos que asumir con
los que marcaron momentos de nuestras vidas. Bill
Rathje, estoy seguro, marcó más de una, tanto dentro
como fuera de la arqueología. Su figura usualmente Dante Angelo
enfundada en su cazadora llena de bolsillos y su vo- Universidad de Tarapacá (Arica, Chile)
zarrón grueso y rasposo, el mismo que más de una dangeloz@uta.cl

Referencias
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