Las culturas amerindias desde el siglo XV compartieron un destino de
dolor pero al mismo tiempo de resistencia. El proceso histórico de subalternización paulatinamente fue posicionando a los diversos grupos en una lucha común, quienes comenzaron a demandar ya no sólo ciertas garantías (tierras, subsidios, etc.) sino reivindicación de usos y costumbres propias, soberanía, reconocimiento y participación política, que se expresan y visibilizan cada 12 de octubre (Briones, 1998).