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PaLA SuÁREz URTUBEY LA ÓPERA

La particular aunósfera dramática de este cuadro ya e intuye en la!. .dej~ (...) Cedí. en.tonces a la t~ntación de ponerlo en música y apenas
ansiosa llegada de Mimi, en su angustioso diálogo ca Marcello, en el' termInada la dificIl empresa, SIn haber oído una nota de mi partitura,
raeeonto de Rodol£o y en la despedida de Mimi, de aravillosa inspira- tuve la ingenuidad de hacerla publicar ... a mi costa". Así, siendo aún
ción (Addio ser¿zaraneor...), que se resuelve en la econciliación de los~' alumno del Conservatorio Nacional de Música de París,.dio a conocer
aman.tes, pero sólo para separarse en un plazo 9 lejano. La aparició~::' en 1829 sus Ocho eseenas de Fausto, que son algo así como ocho bocetos
.cle Marcello y Musetta, enfrentados en viole riña, situación que con-, sono1ros de distintos momentos de la historia .
u'asta con la serenidad del diálogo de los rotagonistas, qa pretexto a' Dieciséis años después, cúando era ya autor de cuatro sinfonías, el
Puccini para desplegar un magnífico cu eto. .1 ,Requiem y la ópera Eenvenuto Cellini, entre muchas otras creaciones, re-
El último acto aporta una serie de reves y cambiantes situaciones, sueh~ecomponer un gran poema dramático sobre el tema de Fausto.
que rnuestran una vez más la esplén '(la efectividad del libreto y la ima-.' , En medio de constantes viajes realizados en el curso de los años 1845
ginación del cOlnpositor para su ca espondiente ambientación sonora.' y 1816,destinados a hacer conocer sus obras, se fue gestando lo que
Al d{~ode Rodol£o y Marcello, obs sionados por el recuerdo de su amor~i: sería' La Damnation de Faust, en la cual volcó aquel material de las ocho
sigue el episodio bufo de los c tro amigos, y por último la secuencia>.h escenas, palpitantes de ardor juvenil. Pero ahora asumía el COlTIpositor
final con la aparición de Mus ta y de MilJ1imoribunda, la emotiva de.s-, francés otra actitud frente a la obra de Goethe. La Condenación deFausto
pedida de Colline de su gab ~ yelexáftado dúo de los amantes que se"' segÚn lo indica su propio título, no responde al sentido final del segun~
resuelve en la conmoved a muerte de la protagonista. Casi todo el ,do libro del poeta alemán, el cual es redimido por el amor, sino que se
material teITIático nos es a conocido, y es justamente por esa evocación' inspira más bien en la antigua leyenda y en la tragedia isabelina de
de sus secuencias mus' ales más características que la conclusión de}. Marlowe. Esta circunstancia habría de costarle a Berlioz enconados ata-
drama logra semeja e poder de expresión. Un escala modal descen: . ques por parte de críticos alemanes, a causa de las modificaciones apor-
dente es el últilTIO lemento temático introducido por el compositor tadas al libreto en relación con el plan de Goethe.
sobre el que, a la uerte de Mimi, estallarán los sollozos del poeta. No es' , Por fin, y afrontando todos los gastos de la ejecución, Berlioz pudo
difícil advertir q e la genial intuición escénica de Puccini cobra realidad, estrenar su obra en la Opéra Comique de París el 6 de dicienlbre de
en cada uno d los detalles; vocales y orquestales, de esta escena final. 1846, ante una sala casi desierta. La Condenación de Fausto había, sido
concebida como obra de concierto y no como ópera; es decir sin
escenificación, trajes ni decorados.
BERLIOZ ; Fue en 1893 cuando Raoul Gunsbourg, director del Téatre de la Opéra
y EL TEMA DE FAUSTO de Montecarlo, tuvo la idea de llevarla por prirnera vez a un escenario,
convirtiendo esa soberbia concepción sinfónico-vocal en una ópera en
Fue el poeta romántico francés Gérard de Nerval (1808-1855) quieiú cinco actos. La versión original de concierto, en cambio, aparece dividi-
tradujo en 1828 la primera parte del Fausto de Goethe. Dicha traducciól1' ,da en cuatro partes y un epílogo. A partir de aquella fecha, la obra ha
perrn'itió a sus c0111pauiotas entrar en contacto con el mundo del poeta sido objeto de los dos tipos de interpretación.
alemán y su inquieta.nte magna creación. El propio Berlioz nos cuenta
en sus l\1.e7Twrias córn,o en 1828, después de haber recibido la doble reve-: -Estructura musical de La Condenación de Fausto
.' !
lación ele Shakespeare, a través de úna cOlnpañía teatral inglesa qUe
B~rlioz convoca para su "leyenda dramática" a orquesta, coro, coro
actuaba en el Odéon de París, y de Beethoven, de quien Habeneck diri~';
de nii10s y cuatro cantantes solistas. La partitura comprende veinte esce-
gió sus nueve sinfonías, cayó bajo el influjo profundo de Goethe. "Er,
,nas que se distribuxen en cuatro p-artes y. un E}2ílogo. '_
maravilloso liQro nle fascinó-aesae-eT principi0- -confiesa-o No lo puCle

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La primera parte, que ubica al protagonista en Hungría, se abre sin de forma musical estrófica, con cada estrofa separada por una bl~e.v.¿',
o bertura ni preludio sobre las palabras de Fausto Le vieil hiver a fait place réplica del coro. La parodia concluye en un "Alnén" en fonna fugad::l,
au printemps, en movimiento Andantino. Este monólogo inicial ya refleja. en la que cabe la sospecha de que Berlioz quería burlarse de los clásicos
la naturalidad con que conduce Berlioz su melodía, de elegante factura, amén fugados de los oratorios tradicionales. Le sigue la canción de la
la cual en ningún momento -salvo cuando es intencional- contraría la. pulga a cargo de lVIefistófeles, donde el elemento hurnOlistico reside en
acentuación de la lengua. También la orquesta exhibe desde ya la maes- ' las intencionales faltas prosódicas.
tría de realización. En este caso, además de reflejar la inmersión del prota- Célebre es la escena siguiente, que se abre con el arioso de
gonista en la grandiosidad de la naturaleza, anticipa en los vientos, los Mefistófeles Voici des TOses.Ahora la acción transCUITe en bosques y pra-
ecos lejan.os de la ronda de campesinos que irrUmpe a continuación. deras a orillas del Elba. Las curvas acariciantes de la n1elodia, destaca-
Esta segunda escena, Les bergers quittent leurs tTOupeaux, exhala el en- das por la voluptuosidad orquestal, ceden paso al coro de gnon10s y
canto de lajuveni1.inspiración berlioziana, pues proviene de 1828; pero silfos, intemtmpido por los cuatro llamados ele Fausto a rvIargarita,
refleja asimismo cuán próximo se mantenía en estas dos primeras esce- cuyo nombre le viene sugerido a través del sueúo. La escena secom-
nas de la partitura 'del espíritu rc~mántico de Goethe. Sin solucióJ(de pleta con la Danza de los silfos, en movimiento de vals. Sonidos lejanos ;:
continuidad, la ronda se prolonga en el recitativo de Fausto que a sa vez anuncian luego el paso de los soldados, marcha que se encadena con \-
conduce a la Marcha húngara, sin duda uno de los más célebres fragmen-. la canción de los estudiantes que cantan en latín, según vi~ja costurn-'
tos puramen te orquestales de los varios que contienen la partitura. ¡Éste bre en las universidades alemanas, todo ello en un ingenioso juego
se inspira en el antiguo himno guerrero de los húngaros, destinada a contrapuntístico de auténtica maestría. -'
Rakoczi, quien había conducido la guerra de la independencia contra La tercera parte nos sitúa en el aposento de rvIargalita. Se inicia c:ql1-,
Austria. A medida que transcurre esta poderosa página sinfónica se acre--, una introducción orqu'estal que evoca sones nlarciales. Son los soldad'6s'
cienta su carácter guerrero yen un jortissimo grandioso' clausura l~ pri", que avanzan, pasan par delante de la casa y se alejan nuevanlente. Violi-
mera parte de la obra. . ,_ , I nes y violoncelos en sordina introducen ahora el teIna del aria que Faus-
La segulida parte ubica la acción en el norte de Alemania. Fausto se to cantará al entrar furtivamentea la habitación vacía de 11argarita. En
encuentra en su gabiliete- de trabajo, envuelto en un sufrimibnto . esta aria, Merci, doux crépuscule,':la forma evade toda cuadratura o süne-
existencial que sólo encuentra en el suicidio su única salida: Sans ;egrets _, tría, para dar libre curso a la melodía y al texto, como si ese transcuITÍr
. I
j'ai quitté Les-nantes campagnes. Tras el trenlendo recitativo del protagonis- melódico volara libreInen te siguiendo el curso del pensarnien to del pro-
ta: Oh! je souffre! je souffre! se elevan las voces de sopranos que cant~ la tagonista.
buena nueva, la resurrección de Cristo, Christ vient de ressusciter, seguida Una vez más,atordes potentes y trémolos preceden la enu-ada de
por los hombres, en una escritura coral dividida en cuatro partes: El, Mefistófeles y su ~ápido diálogo con Fausto. La intervención de rvIargarÍ-::
himno pascual culmina con el hosanna dicho tres ve-ces,para extinguir-:. ta, sabiamente ariticipada por la orquesta, se inicia con un recitativo al
se en los últimos toques de campanas. Sobre el tono religioso de este que seguirá Le Roí de Th:ulé, calificada como "canción gótica" por el corn-
fragmento se escucha la voz de Fausto, O mon áme tremblante.', de gran positor. Tal vez con este inesperado vocablo, Berlioz quiso poner énfasis
efecto dramático. Poderosos acordes y trémolos orquestales marcan la en el carácter arcaico de su extraña melodía.
brusca aparición de Mefistófeles, quien invita a Fausto a partir "para La escena siguiente es la de la Evocación, en la que NIefistófeles,
conocer la vida". una vez que Margarita se ha adormecido, convoca a Fausto a aparecer
La escena siguiente conduce a la tabema de Auerbach, en Leipzig. en el sueúo de lajoven, con la colaboración de los espíritus del mal. El
Aquí el compositor despliega coralmente una chanson a
boire, de notable: recitativo de Mefistófeles conduce a otro famosÍsimo fragmento sinfó-
carácter, seguida por la canción de Brander Certain rat~ dans une cuisine, nico, el NIinué de losfuegosjatuos, formado por motivos bien diferentes.

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Súbitamente, Mefistófeles inicia su irónica Serenata, Devant la rnaison ... , variadas y originales de la música francesa del siglo XIX, espejo fidelísimo
canción estróf¡ca en la que el solista alterna con el coro . del arte, la personalidad y los gustos de quien inaugura una nueva era en
. Las dos escenas siguientes muestran el esplendor y grandeza de la la historia de los contenidos expresivos dellengu~e sonoro.
vena dramática bedioziana. En primer lugar, el dúo amoroso de Fausto
y Margarita, que la orquesta comenta y colorea, el que luego, con la
intervención de Mefistófeles, da lugar a un trío, en el que los enamora- GOUNOD

dos intercalnbien cálidas y apasionadas expresiones de amor. y SU VISIÓN DE FAUSTO


La cuarta parte comienza en el aposento de Margarita, que llora su
aban.dono, D'arnour l'ardente jlarnrne ... Tras el preludio lento, doloroso, . ''Yo había leído Fausto en 1838 a la edad de veinte aii.os", dice Charles
del corno inglés el instrumento se une a la voz femenina, para la cual ' Gounod (1818-1893) en sus lvlérnoires d'un artiste (póstumo, 1896). ''Y
traza Berlioz ~n~ gran aria, de alto voltaje dralnático. En bosques y caver-: cuando en 1839 partí para Roma como Gran Premio de composición
nas transcurr.e el grandioso cuadro que sigue, el cual se inicia con la musical y pensionista de la Academia de Francia, llevé conmigo el faus-
invocación de Fausto a la naturaleza: Natureirnmense, impénétrable etfiere ..., to, que no me abandonaría más".
capaz de dar por sí sola la medida del aliento-romántico del autor. Un Pero ¿cuándo comienza Gounod a pensar.en una ópera? La primera
recitativo de Mefistófeles, conduce a la'e's-cena siguiente con Fausto, a la fecha encontrada hasta el momento proviene de una publicación de
que continúa otro de los graneles momentos de esta partitura, titulado Leipzig, año 1852. En el curso de un reportaje que se le hace al compo-
La (ourseá l' abíme. Sobre dos negros caballos infernales, Fausto y '1 sitor, el periodista anuncia asimismo el casamiento de Gounod con la
Mefistófeles se lanzan. en un desenfrenado galope. Fausto se ha conde- seño:Qta Zimmermann, hija del pianista, compositor y pedagogo francés
nado para salvar a I\1argarita. En otro despliegue de virtuosismo orquestal, Pierre Zimmermann. y añade lo siguiente: "Esto no impide que el novio
con un sentido elesoiptivo ele inaudita eficacia, se desarrolla este frag- trabaje en su ópera Fausto".
nlento, clave dentro de la obra, en el que golpean. las tremendas pala- Si~'l embargo, sólo d encuentro del músico con el libretista Jules
bras de Fausto (~Iorreur.0 y las triunfantes réplicas de Mefistófeles le suis Barbier y la entrada en acción del empresario Léon Carvalho, entonces
vainqueur. Encadenándose sin interrupción, se arriba al Pandemónium, director del Théatre-Lyrique, fueron los hechos decisivos para convertir
donde Berlioz despliega sus formidables sonoridades, mientras el coro en realidad una concepción que no terminaba de concretarse en la ~ente
infernal parece aullar de alegria en su idioma cabalístico, ya que en él del compositor.
Berlioz Ílnita una jerga inspirada en la llamada "lengua infernal" del El libreto, dividido en cinco actos según número habitual de la
sabio y filósofo sueco Emlnanuel Swedenborg (1688-1772). grand'opéra francesa, fue realizado en colaboración por Michel Carré y
Atraído por esa idea, Berlioz imagina textos como los que incluyó en Jules Barbier. Había un fluido entendimiento entre el músico y sus
la escena XIX: himin u Karalrreo o bien: Tradioun rnarexil fir trudinxé lrurrudixé . libretistas, en el sentido de trazar una obra alrededor de Margarita, la cual
/ F01)1 m)1Kinlorlitz, etcétera. adqu~ría una dimensión protagónica de la que carece la obra de Goethe.
Un recitativo a cargo de voz de bajo conduce a la apoteosis de Marga~ En su versión original, este Faust de Gounod pertenece a la tradición
rita, donde las annoniosas voces de los serafines, a cargo del coro de de la opéra-comiquefrancesa, al incluir escenas dialogadas en medio de las
nÍ11.os,festt:jan el retonl.O de esa "allna ingenua, que el amor extravió". partes musicales, cantadas o instrumentales.
Así concluye esta monumental concepción, cuya riqueza y audacia sa- Fue para la puesta en escena de la obra en Estrasburgo, al año si-
nora cl~jan incólume la unidad estilística de quien, como Berlioz, 10gTó. , guiente, cuando Gounod reemplazó definitivamente los parlamentos
hacer del suyo,justalnente, un estilo único e intransferible. No es aventu- . por recitativos, con lo cual su Faust inauguró el nuevo género francés de
ra lo lbicar a: -Eai3Jamnalion de Faust come una de las obras más ricas, . la opéra-lyrique, preEluete Ele rma: simbiesis de los dos géReI'eS que clel1'li-

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naron la escena musical en la primera mitad del siglo XIX franc~s, es El cuadro de la J(ermesse provoca el poético encuentro de los prota-
decir la opéra-comiqueyla grand'opéra, a los que Gounod aún condinlenta . gonistas. Se inicia en un clima festivo, con estudiantes, soldados y bur-
con elementos de géneros menores como la comédie avec ariette y el gueses,lo que motiva la aparición de uno de los personajes secunda-:::
vaudeville. . I rios de la obra, \tVagner. También se presentan en primer plano
Por fin, cuando Faust fue requerida para ingresar al repertorio de la Valentin, quien lleva ~n su mano la medalla bendita que le entregó
Opéra de Pans, el autor debió añadir-según los reglamentos de la!insti~.. Margarita para protegerlo en la batalla, y su amigo Siebel. La cavalina
tución- un gran ballet que a partir de entonces quedó incorporado al . de Valentin: Avant de quitter ces lieux ... es lo suficientenlente emotiva
cuadro de la Noche de Walpurgis. Esto ocurna en 1869, a diez años de su como para lograr un contraste con la diabólica Canción del Bec.errode
estreno, cuando la obra ya había dado la vuelta al mundo e iba en rápido Oro (Le veau d'or est toujours debout...) que entona Mefistófeles. Se'trata
camino de convertirse, para miles de espectadores, en la ópera de laS' de una canción estrófica, con estribillo (Et Satan eonduit le bal.0 que
óperas. En verdad, las cifras en tomo a las reposiciones del Faust dé! corea la muchedumbre, y propone exigencias técnicas y expresivas de
Gounod resultan impresionantes. En el programa de la Opéra de París' bravura para el registro de bajo. La escena incluye además el solemne
del año 1978, temporada en la que subió a escena con dirección musical . coral de las espadas (C'est une croix, qui d 'enfer nous gaTde.0, y el breVÍsi-
de Michel Plasson y régie de Jorge Lavelli, se consigna que para el 3 de mo encuentro de Fausto con Margarita, sobre el que tanto meditó
junio de 1975 fue dada 2.836 veces en dicho teatro. A esto se suman Counod. Es que ap'enas dura un instante, pero en esa levedad reside'su
todas las presentaciones ofrecidas en las provincias francesas y en el res~ mayor hallazgo. Este cuadro finaliza con el torbellino del vals, el cual
to del mundo. confiado a coro y orquesta, se convierte en uno de los más irresistibles
Pero al margen de la estima que los públicos vienen dispensando a n10mentos de la obra, tal es el encanto de su música y la oportunidad
esta obra, ella ocupa un lugar histórico dentro de la openstica frances~ con que lo utiliza el compositor.
El acto siguiente transcurre en el jardín de Margarita y se erige en
al marcar, ya se dijo, la aparición de la opéra-lyrique,en el que encontra-
verdadero eje dramático de la acción. Tras "Unaintroducción orquestal de
rán luego su camino Roméo etJuliette del mismo au~or:, Carmen de Bizet,
intensa expresividad, se escuchan las coplas de Siebel, Faites-lui 'mesaveux,
Hamlet, Mignon y Franr;oise de Rimini de Ambroise Thomas o Jvlanon y
Werther de Massenet. II cuya sencilla estructur~ de canción estrófica con recitativo intercalado, se
.
adecua perfectarriente al"carácter del personaje. Al"quedar solo en escena
Fausto entona luego su célebre cavatina Salutl Demeure ehastf3etpure, prece-
Estructura-musical . de Faust . I ". dida por un elegante y noble recitativo, Qyel troubleinconnu mepénetre?,que
La brevedad carac~eriza a la introducción orquestal y al primer acto, , concluye sobre una sobria y bella frase descendente de los violoncelos.
formado por dos escenas. En lugar de la típica obertura mosaico, en la Tras este fragmento famosísimo, convertido en una de las más hermosas
cual se incluyen los temas más caractensticos de la obra, Gounod traza ~l~ páginas de todo: el repertorio francés del siglo XIX, se produce un breve
preludio me~itativo, imagen del mundo intelectual que gobiema la/vida diálogo de Fausto y Mefistófeles, quienes desaparecen ~nseguida para dar
del protagomsta, pero sobre todo del profundo nihilismo que lo inV¡3.de. paso al soliloquio de Margarita.
Esta estructura permite que el personaje exponga con claridad sus ator- Gounodprepara con sumo cuidado la presen tación del esperado,
mentados pensamientos, su negación de valores y realidades, que lo ll~van personaje. Su balada Jl était un roi de Thulé se convierte en otro de los
a la invocación de Satanás; pero al mismo tiempo las intervenciones cora~' . grandes fragmentos de la ópera, y no será su menor encan to el carácter
les, con su mensaje juvenil y optimista, contribuyen a mantener la dinámi- arcaico que le otorga la utilización de un modo gregoliano. El descubli-
ca del trozo. La aparición de Mefistófeles origina la consumación del !pac-" miento del cofre de alhajas, preciosamente diseúado por Gounod',.atra-
to, que f~aliza con el muy openstico dúo A moi lesplaisirs... l' vés de un espléndido recitativo, conduce al aria ele las joyas, trozo bri-

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llante en sus vocalizaciones y u-inos, realizado dentro de la lnás neta , soltura melódica del compositor y la variedad de ritmos y fraseas que
tradición italiana. pone a disposición del coreógrafo.
La escena y cuarteto que siguen, sitúan al espectador en el corazón La escena de la prisión provee pasajes musicalmente atractivos, como
ele la obra y muesu"an el maduro oficio del compositor en el tratalniento el solo de Fausto Mon coeur est penétré d'épouvante!, el dúo con Margal-ita,
concertal1.te de las voces. Sea en solos, dúos, CUal-tetas, apartes, todo se donde se mezclan aITIor y locura, y el trio final, que vuelve a mostrar a
desarrolla dentro de un ritmo teatral y sonoro de notable eficacia y cali- Gounod como un maestro de la escritura concertante. No será su me-
dad. Cada person~e (Fausto, Margarita, Mefistófeles y Martha) aparece nor mérito el haber traducido con tanta convicción la soledad y enajena-
claramente delineado, en una radiante demosu"ación de que la lección .ción de Margarita, pe~o asimismo con tanta poesía sus diálogos con Faus-
de Mozart ha sido bien aprendida. ..- to, que ya-son "de OU"O mundo". Sobre las palabras Christ est ressuscité.'los
El dúo de los enalnorados puede ubicarse entre las páginas más. ex- coros celestiales cierran luminosaITIente la obra, can,tal1.do en el día de
presivas del autor, suntuosamente melódica y de una inefable calidez. El Pascua la salvación del alma de la protagonista.
acto todaVÍa :r.-eserva,tras la estridente carcajada de Mefistófeles, un bello
postludio sinfónico.
El siguiente acto/se estructura. en varias secuencias de escenas. La GOUNOD
prin1cra, que en muchas versiones suele suprimirse, transcurre en la y UN ROMEO y JULIETA A LA FRANCESA.
habitación de Margarita, es conocida como canción de la rueca, yen ella
la joven llora el abandono y la-desolación en que ha caído. La escena que , N o es casual que hacia fines del siglo XVIII empiecen a apal"ecer las
contiene el aria de Siebel, a menüdo omitida, precedc al fal1.tástico cua- julietas y los Romeos en la escena lírica. Mucho menos lo es que invadan
dro de la iglesia. Este lnomento pone de relieve el alto sentido draIlláti- territorios musicales (ópera, .sinfonía, ballet) en el siglo XIX, la centuria
ca de Gounod, enu"e otras razones porque su dominio tanto de la letra romáJ?tica por al1.to:r:omasia. Porque una razón fuerte debe existir para
como del espÍ1ilu esencial del catolicismo, le permite moverse en terre- explicar por qué si la ópera nace en Italia en el 1600 (por dar una fecha
no bien conocido. Se ha seüalado que para él la religión no fue un hábi~ > redonda), las primeras apariciones de los desdichados amantes de Verona
to supcrficial ni una cómoda convención, sino el medio para un diálogo en el teatro cantado se ubican tal1.sólo hacia 1776 (Romeo undJulie,. del
directo con Dios. Es por eso que Gounod despliega con mano maestra 'bohemio Jirí Antonín Benda) y 1793 ( del alemán Daniel Steiberlt).
csta escena, lnagnífica en lo musical y teatralmente grandiosa, destacada En el caso de Italia, la patria del melodrama, esa ausencia de un tema
por las intervenciones del órgano. La -plegaria de Margarita, acompal1.a- tan atractivo para la ópera podría hacerse más extrall..a si se tiene en
da por el coro religioso Seigneur, accueillez-la jJriere, es de un ardor que cuenta que corría por aquella ciudad del Véneto una tradición según la
conmueve. Las escenas siguientes transcurren en la calle y traen a un cual los famosos sucesos de la tragedia acontecieron en 1303. Esa histo-
prÍlner plano la figura de Valentino Este cuadro se inicia con una n1ar- .ría perturbadora se apoyaba además en la existencia real del balcón en
cbaconvencional pero efectiva, que el autor babía escrito para una obra el que sostuvieron el divino coloquio Julieta Capuleto y Romeo 110ntesco,
luego abandonada, Iván el Terrible. Incluye luego la irónica. Serenata de yel sarcófago de mármol rosa, donde se dice que estuvieron sepultados
NIefistófeles, el uio de este último con Valentin y Fausto y la muerte de los dos amantes, en eljardín Giusti, al otro lado del río Adigio.
Valentin, que lnaldice a su hermana, pasaje cuya realización entraña Dos razones justificarían la ausencia. del tema en la trayectoria tem-
otro gran acierto del compositor. pral1.3¡del género lírico. La primera emana del hecho de que el melo-
El último acto se inicia con la Noche de Walpurgis, e incluye el ballet, "drama de los siglos XVII y XVIII se interesó fundaITIentalmente por los
que a menudo es Oll1itido. Si bien algunos momentos han sido califica- . mitos griegos o por los grandes héroes de la historia, y no por los hechos
11-----clos-COlTI o-ele-excesivam en te triviales,vale-la-pena-apreciar-la-admirable ,:.de-la-f¡ealidad-cotidial1.a-=-:-Aliin-y-al-cabo-las-luchas-d e partidos~de-faccio-

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'.,-.

nes, de sectas y bandos, dominados por familias más o menos nobles;' De tal manera, Shakespeare asciende a un prin1er plano absoluto en
formaba parte del paisaje cotidiano dentro de las murallas de las ciud~< . 'la cultura europeade las últimas décadas del Setecientos, cuando los
k des de la Italia medieval y renacentista. Pequeños o grandes conflictos iracundos del Sturm undDrang (Tormenta e impulso) lo convierten en

dOlnésticos encendían la mecha que llevaba, por el juego de las alianz~ modelo carismático. Convertido en ídolo de las juventudes rebeldes e
y venganzas, a que toda el burgo o la ciudad se convirtiera en un baño d,~' iconoclastas, la literatura y la música encontraban en sus dramas, trucu-
sangre. La tragedia de dos adolescentes quepretendieron violar la fid~.~ lentos al decir de Voltaire, pero profundamente sabios y armoniosos, sus
lidad ciega exigida por el código del honor familiar, no era tal vezul?- más apasionantes fuentes de inspiración. La visión profunda y
motivo prestigioso para la ópera en sus dos primeros siglos de vida. Yn} cOluprehensiva de los conflictos y emociones de la naturaleza humana,
aun el hecho de que la literatura se hubiera apropiado del tema fu~
que fue la gran herencia dejada por Shakespeare, se convertía ah~ra en
estímulo para la temática del melodrama italiano. . '
la fuente de juvencia del arte occidental. Luego, Victor Hugo rnedlante,
Porque no hay que olvidar que los remotos manantiales de una trage- -
Shakespeare ganaba desde 1822 el corazón del París romántico.
dia similar a la de Romeo y julieta ascienden al relato griego Anthia y
Así accedió el teatro de Shakespeare al escenario de la ópera y el
Abrocomas de Jenofonte de Efeso, del siglo II. A esa trama la recogió,
ballet y al terreno del sinfonismo poemático. Yasí llegó ese milagro de
arregló y aluplió Masuccio de Salema, llamado el Boccaccio napolitano,
inspiración, de juventud, de genialidad incomparable que es su Romeo y
quien en sus cuentos del Novellino (Nápoles, 1476), ubica una ~istoria
julieta, la tragedia que, escrita cerca de los treinta all.OS,le dio al a~tor su
parecida en Siena. Cincuenta años después Luigi da Porto, un plilitar
primero y definitivo triunfo sobre Marlowe, el otro grande de su uempo.
retirado nacido en Vicenza, situó su narración de los amantes desdicha-
I
Por eso hay consenso en admitir que ésta fue su prilnera obra lnaestra y
dos en Verona, pero ahora recogiendo un episodio que habría estado'
en boca de todos y atribuyéndole además 'carácter histórico. Los!perso.: que hasta ella, Shakespeare era uno de tan tos. Desde ella, fue
najes ya llevaban el nombre de Romeo yjulieta. I Shakespeare.
Matteo Bandello, inspirándose en Porto, trató nuevamente el asunto
en una colección que, traducida luego a distintos idiomas, llegó a cono- La poética de Gounod
cimiento de Shakespeare. Y aunque la historia motivó la aparición de Gounod s~ ganó la inmortalidad de lamano de Fausto, primero, y
nuevos relatos en Itali'a, Francia o España, la tragedia de Shakespear~. luego de Romeo y]ulieta. Esto significa que el encuentro con dos de los
dejó en la sombra todo antecedente. genios literarios más grandes de la historia fue una receta de éxito para
él. Es que con ellos pasó a ocupar un lugar único denu'o del panorama
Shakespeare en la ,tormenta del Romanticismo francés, entre otr"asrazones porque las dos obras lograban ubicarse en el
La otra razón tiene que ver con el profundo cambio que seopera ~n,. punto exacto de intersección entre la poética del compositor y la reali-
la humanidad en el siglo XVIII, a medida que la filosofia racionalista ceqe dad histórica d~ Francia. Es decir, había una coincidencia entre la ideo-
terreno al idealismo y la estética romántica se afirma en principios j logía del Segundo Imperio y la concepción antiheroica de sus óperas.
inalienables de libertad. Libertad de vida, de pensamiento, de creación. Gounod se presentaba como el espejo de un fenómeno cultural que.
y hablando de libertad en materia literaria, ahí estaba William mezclaba una forma de -clasicismo con el gusto por los arquetipos litera- .
Shakespeare (1564-1616), a la distancia de dos siglos, para mostrar de rios de incomparable lin~e, y que fomentaba el ascenso del culto por los
qué manera era posible conciliar la reflexión intelectual más profunda y grandes creadores, desde Bach y I-Iaendel hasta Gluck y :NIozart. .
abismal con la fantasía más exaltada, o la tragedia con el humor,:y todo El estreno de Romeo y Julieta se produce el 27 de abril de 1867 en el
ello a través de un lenguaje en el quelas figuras de dicción se engarza- , Théatre-Lyrique del Chatelet. El mismo año del estreno, también en
bal1.con una especie de sortilegio. París , del Don Carlos de Verdi. y también dentro del marco de la gran

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. :
PaLA SuÁREz URTUBEY LA ÓPERA

Exposición Universal que debía marcar el apogeo del Imperio. Gounod, universo interior de Romeo yJulieta y Charles Gounod lo diseña con un
ya dominador de la escena lírica francesa con su Fausto, lograba una realismo sensual y concentrado.
victoria sin precedentes dentro de su carrera, como que le siguieron al
estreno ciento dos representaciones ..
Los libretistas Jules Barbier y Mi eh el Carré proveyeron al músico de CARMEN,
una correcta acción organizada en cinco actos, como ocurre en la pieza ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE DE BIZET
de Shakespeare. Pero dejaron en el tintero muchas cosas que hacen al
estilo del dramaturgo inglés. Por ejemplo, y ante todo,esa espacialidad "Estoy convencido de que en diez años Carmen será la ópera más po-
que aparece cmno tIna de las dimensiones fundamentales del teatro -pu1ar del mundo") tal el parecer de Chaikovski cuando asistió a una
isabelino. Ahora los libretistas franceses reducen la historia a sus necesi- representación de la obra en Patis en 1876, es decir, cuando su' autor,
dades dramáticas fundalnentaIes dentro de un desarrollo lineal en el Bizet, ya había muerto. Esta opinión, emitida en momentos en que aú:a
que se unifican los lugares de la acción. De esa nlanera se suprime la dudaban muchos franceses respecto de las cualidades del último trabajo
ubicuidad que acompaña e identifica al estilo de Sh?-kespeare, doli.de escénico de Bizet, habla de la lúcida visión crítica del músico ruso, aun-
los acontecÍlnientos dramáticos engen~!:.?11su pl':opio espacio. que también, naturalmente, señala sus inclinaciones y su propio gusto.
Desde el punto de vista sonoro, la ópera de Gounod repite la expe- No es necesario echar a volar nuestra fantasía para sospechar que
riencia de Fausto, en la medi~a en que el autor enfatiza el trazado de la Chaikovski encontraba en la ópera de Bizet una relación profunda con
fTase musical asimétrica, que obedece celosa y prolijamente a la proso- sus propias cdtivicciones: elfatum, el destino, cuyos designios predeter-
dia francesa. También vuelve a destacar un tipo de instrumentación pas- minan y rigen inevitablemente el curso de la vida humana, planea talltO
tosa y acude a progresiones cromáticas y a una armonía grávida de alte- sobre el pensamiento y la obra de Chaikovski como. sobre el universo de
raciones. Y todo ello para lograr esa sensualidad que es su marca de la figura literaria de Carmen. Un destino que sugestivamente marcó el
fábrica. Una vez nlás, Gounod crea con Romeo yJulieta un drama román- extraño final de la vida tanto de Chaikovski. como de Georges Bizet,
tico, pero fundall1entahnente un drama social sobre la intolerancia y la desde erinomento en que la sospecha de suicidio rodeó el final de uno
incomprensión, a través de personajes creíbles; conmovedores, a los que y de otro, sin que nunca se llegara a la convicción plena.
la música aCOnlpal~a hasta en sus más tenues suspiros. Fue en la primavera de 1873 cuando. el músico comenzó a u-abajal- en
En lo que se refiere a la estructura, Gounod va trazando, desde el la partitura de su nueva ópera, realizada por encargo de Camille Du
baile a la tumba, un sutil crescendo que se apoya en cuatro dúos de amor, Locle, director de la Opéra-qomique de Patis. Al año siguiente, y mien-
a partir del ll1adligal a dos voces del que aflora el sentimiento de amor tras otros proyectos le exigían nuevos esfuerzos, Bizet orquesta en dos
compartido, con ese pudor e Í11tilnismo que ya el conlpositor había tra- meses las mil doscientas páginas de la partitura de Carmen, cuyos ensayos
ducido cuando el encuentro de Fausto y Margarita. Ese crescendo signifi- comienzan en el mes de octubre de 1874. Por fin, la ópera sube a escena
ca en el1engl~aje de11núsico francés un trallsfigurado ascenso hacia la e13 de marzo de 1875, y es a pal-tir de ahí cuando se tornan confusos los
nluerte. Ascenso sin concesiones. Porque la obra se al-ticula sobre los dos testilnonios en torno de la muerte del compositor, ocurrida exactanlen-
personajes, sobre sus cuatro dúos, que no son sino cuatro valiaciones te tres meses después, el 3 de junio.
sobre la ünagen nlortuoria que los acompaña desde el momento mismo Varias circunstancias perturban a los historiadores. Es cierto que los
de su 11lULuodescubrimiento. Los restantes personajes, Mercucio, Este- hechos concretos indican. que el músico estaba realmente enfermo. Pero
ban, fray Lorenzo ... aparecen como elementos necesarios para comp1e- además sus más íntilnos sentimientos atravesaban por circunstancias caó-
1-----tar-1a-visióJl-d~gse-n1_undo que rodea-a los protagonistas;-Fer-e-séle vale-el ticas,-aun que-por-encima-de-tocio,-es taba-la- horri ble~cábala-desen cade-

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PaLA SÚÁREz URTUBEY
I LA ÓPERA
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nada en contra de su reciente trabajo. La elección del tema de Prosper Pues bien, si los libretistas en cambio "la hicieron morir';, debi,eron
Mérimée, escandalosamente inmoral para muchos, al menos eh rela- suavizar la novela de Mérimée con una gran dosis de edulcorante. Ante
ción con el teatro lírico, lo llevó a verse bruscamente abandonado por la todo, la protagonista aparece más "civilizada" y sus múltiples" favores",
mayor parte de los que creían en él y en su futuro. Porque ¡qué salto al en este caso se dividen solamente entre Don José y EscaI11illo.Una Car-
vaCÍo con la elección del tema y del personaje protagónico! ¡Qué aistan- men coqueta y sentimental es la se le ofrece al compositor, al men~s
cia sideral lo separa ahora de aquellos simpáticos e incoloros argUmen- para los dos primeros actos, pues en el tercero y cuarto el personaje
tos, placenteros, hedonistas, amables en su sentimentalidad, extraños a recupera su fatalismo supersticioso, manifiesto en el aria de las /ca::tas,y
cuanto significara hurgar en los pliegues conflictivos de las relaciones su sentido indomable de la libertad. Esto la lleva, en un gesto traglCo de
humanas! Esta Carmen de Mérimée, un verdadero "diablo", salvajemen- insuperable fuerza expresiva, a hacer cuentas únicamente con el desti-
te anün al, heredera en su gitanería de ancestrales prácticas ocultistas, no, más allá de los hombres, de sus leyes y de su moral. Y este aspecto,
no podía sino despenar la repulsa de los habituales espectadores de la afortunadamente, se rescata en la ópera de Bizet.
Salle Favart, creada ya en 1783 como reducto de la Opéra-Comique. Lo El personaje de DonJosé pierde su alienada psicología en el traspaso
que encarna la gitana de Mérimée es la ruptura del orden social; y el efectuado por los libretistas. Han quedado olvidados algunos de los crí-
desafio de Bizet, al sellar su pacto diabólico con esta criatura amoral, menes del original de Merimée. Ahora se presenta sólo COD10el asesino
signa el resto de sus días. de su amante, como un hombre tierno e ingenuo que siente nostalgia
por su suelo natal, por su madre, y que se emociona ante la presen:ia de
Micaela. Si en la novela de Mérimée Don José asurne en toda su dImen-
De la novela al li1Yreto)con una dosis de edulcorante
sión la pasión que lo aliena; si es consciente de que sólo la muerte. ~e
Una lectura del personaje de Carmen trazado por Mérimée nos la CarD1en puede devolverle la dignidad perdida, con lo cual su aCClOn
muestra bajo una luz demoníaca, mitad gitana, mitad apdaluza, sensual, adquiere una mayor grandeza trágica, e~ellibreto operístico en cain bio
sacrílega y feroz. Libérrima para vivir y para morir. Por algo su autor le . se convierte en un crimen pasional provocado por los celos que le des-
da el nombre de "carmen", que en latín significa poesía, encantaritiento, pierta la atracción de CarmeI'l hacia el torero. . ./ .
I .

fórmula mágica. Un personaje cuya naturaleza diabólica está presente a En cuanto a Micaela y Escamillo se trata de una conceSlOn de MeI1hac
lo largo de todo el relato, porque ni siquiera niega cuando se le dice: y Halévy a las exigencias de la Salle Favart, porque uno y otro enc~an
'Tú eres el diablo ". I con las convenciones de la opéra-comique. No existe Micaela en la novela
¿Qué queda de su tremenda historia en el libreto de la ópera de de Mérimée, mientras el modesto "picador" Lucas es ascendido a tore-
Bizet? No mucho, nal menos no todo, es cierto; pero sin embargo bas- ro, fulgurante y engreído. . --
tante. La elección de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, habilísimoF hom~__ Sin embargo, el traspaso de Carmen de la novela a la ópera da como
bres de teatro que gozaban de inmensa popularidad, particula.rpente -, resultado una obra genial. Por una parte, reconozcamos que con todas
en su carácter de libretistas de Offenbach, significaba una seg}lridad sus concesiones, el libreto que se le ofrece a Bizet es de una gran eficacia.
para el teatro d,ela Opéra-Comique, celosa de mantener dentro del¡marc~ " Los hombres sabían lo que haCÍal1. Hay una adrnirable validez dramática
más rígido las tradiciones de lo que se podría llamar, metafóricamente, ' en esa progresión que conduce al cuarto acto. Por atraparte los estudio-
un "espectáculo familiar". La historiografia asegura que uno dellos di- sos reconocen que han sabido dar su lugar justo a cada una de las situa-
rectivos de dicha sala habló muy francamente con I-Ialévy en estos! térmi- ciones creadas por ellos. Nada aquí es superfluo, ni el incidente de la
nos: "¿No es ella asesinada por su amante? ¿En la Opéra-Comique", un flor tirada al rostro de DonJosé, ni los coqueteos de Cannen con Zúii.iga,
teatro de falnilia? ... En ese escenario jamás ha entrado la muerte. ¡Se lo ni las escenas de los chiquillos. Claro está que todo ello valorizado, y de
suplico, querido amigo, no la haga morir!" qué manera, por la D1úsica de Bizet.

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POLA SuÁREz URTUBEY LA ÓPERA

Y aquí lleganl0s a lo fundamental de esta Carmen en cuanto ópera. . cual significa que más allá de destacar el aspecto amable y cortés de esta
Porque si el libreto atempera el realismo, por lnomentos brutal, de ópera, reconoce que es el amor como faturn, como fatalidad, el que in-
MérÍ111ée,Bizet pone en música lo que el texto de Meilhac y Halévyno se mortaliza Bizet, quien logra dar -dice el Elósofo- en el último grito de
atreve a decir. El enorme mérito del compositor reside, justamente, en DonJosé con el que se cierra la tragedia "una fonnulación terrible de la
haberse reencontrado, a través del lenguaje de los sonidos, con la trági- esencia del amor".
ca profundidad de la novela de Mérimée. Y de ahí emana,justalnente, la
condición de etenlidad que acolnpaJ1.a a su canto de cisne.
I
SAINT-SAENS:
UN_SÍMBOLO DE LA MÚSICA FRANCESA (SAMSON ET DALILA)
En la aUTora de una nueva ética y estética
Más de una vez se ha dicho que Carmen es de esas pocas obras que nos
En juicio luminoso pudo aErmar el musicólogo francés Norbert
penetran en la sangre y son por taJ1.to dificiles de 111irarcríticanlente; Dufourcq que "sÍ1~Camille Saint-Saens la música francesa, abaJldonada
algo así como querer juzgar al padre o a la madre. Esto se aproxÍlna en los dos primeros tercios del siglo XIX a favor de un arte italianizaJ1.te, a
bastante a la verdad;. al nlenos para quien cre~ en la. sublimidad de la menudo decadente, y de un arte germánico en plena floración, no hu-
ópera como lenguaje artístico pii,'Ílegi~do; Pero 'es bien cierto también biera conocido el nuevo período de vitalidad ilustrado por los nombres
que la obra de Bizet puede resistir dificiles y objetivas pruebas de exce- de Fauré, Debussy, Dukas, D'Indy, Ravel, Roussel y Florent Schmitt".
lencia. Una de ellas nos cong.uce a su ubicación estética dentro de la FundaJ11enta su juicio al advertir que Saint-Saens (París, 1835-Arge-
historia del género. Porque la incorporación de Carmen en la galería de lia, 1921) parte de un conocimiento artístico limitado a músicos extran-
personajes líticos inicia sin duda una era. Massimo Mila, dotado de una jeros (Liszt y los alemanes de Bach a Wagner) para retener de esa músi-
cultura y una lucidez tan adinirable frente a los problemas de la música, ca aquellos elementos que un día le habrían de servir para reestablecer
ubicaba al personaje de Mérimée y Bizet en la aurora del arte contenlpo- el contacto con la tradición de RaJneau y Couperin.Es decir, por nlU-
ráneo, porque con ella se introduce una nueva moral en la ópera, de chos calninos un hombre puede determinar el curso de la historia sin la
alguna maJ1.era próxÍlna a la ética existencialista. exigencia de ser un revolucionario. Es innegable que lo que hizo Saint-
Yluego, retrocediendo, está eljuicio de Nietzsche. El prestigio inte- Saens por la música de Francia es enorme para un ~olo individuo.
lectual del filósofo alelnán hizo que sus opiniones sobre Carmen corrie-
ran por el mundo y prendieran en la opinión de varias generaciones. Sanson y Dalila J la obra maestra
Para el creador literario de Zaratustra, adorador primero, y luego En 1867, cuando Saint-Saens ya había creado dos de sus doce óperas,
denigrador del genio de Wagner, la ópera de Bizet se situaba en las concibe la idea de adaptar el tema bíblico de Sansón con vistas a un
antípodas del estilo del Tristán. Mientras la estética wagnerianaJe resul- oratorio. El propio compositor confesó, muchos aúos después, que la
taba oscura, brumosa, reiterativa hasta la saciedad, la música de Bizet se idea de Sansón le venía de lejos, de la época en que los grandes concier-
le presentaba con una lUlninosidad "mediterránea", ligera, alada, trans- tos de París, como los de Londres y de otras ciudades, se realizaban con
parente, ingeniosa. Con una saludable alegría que lo llevaba a sentirse orquesta y coros, cuyo repertorio debía aliInentarse con nuevos oratorios.
"ll1ásfilósofo". Talnbién escribió (en El caso VVagner) que la música de la .Fue entonces cuando un viejo aficionado ala música le sugirió que com-
ópera Cannen de Bizet "Es clara. Es precisa. CoI1struye, organiza, lleva a pusiera sobre el tema de Sansón, al tiempo que le recomendaba leer el
una conclusión: es una antítesis de lam:tÍsicª tentacular, de la 'lnelodía poema de Voltaire sobre ese mismo personaje y le esbozaba un plan de
infinita' " (alusión al estilo wagneriano). Pero Nietzsche dice a continua- . trabajo. Finalmente fue eljoven Ferdinand Lemaire quien escribió los
ción: "¿S han: oído sobre la escena acentos trágicos más dolorosos?"~ lo ..-,~"versos. Pero cuando Saint-Saens le pidió que trabajaran juntos en un

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LA ÓPERA
PaLA SuÁREz URTUBEY

oratorio bíblico, Lemaire contestó con audacia: "¡Un oratorio, no! ¡Ha-
Los grandes momentos
gamos una ópera!". Así nació la obra maestra de la ópera bíblica france-
El carácter religioso, y hasta se diría litúrgico, del prÍlner acto, ya se
sa, este Samson et Dalila para el cual acudieron directamente a las Sagra-
an.ticipa en la regularidad orquestal del preludio, en el que los instru-
das Escrituras.
mentos están acompañados por el coro mixto que representa al pueblo
De todas maneras, la ópera, en la cual se enfrentan dos pueblos riva-
hebreo cautivo de los filisteos. Sin embargo, esa calma es sólo aparente,
les y dos sistemas de valores éticos y cultuales, quedó, al menos en parte,
pues el compositor acude a un cromatismo propio de su tiempo y al uso
ligada al oratorio. El primer acto revela ese origen, lo cual, desde ya, no
de síncopas, elementos ambos que, unidos a la intencionalidad de los
significa una limitación sino un acto de libertad por parte del creador.
timbres orquestales, crea un clima de tensa expectativa. Ya iniciado el
La situación argumental', el pueblo hebreo sometido que se lamenta en
acto, de la invocación de los hebreos surge la irnponente presentación
la plaza pública de Gaza, aceptaba un tratamiento de amplio vuelo coral.,
de Sansón, "Arretez ó mes freres". Saint-Saens descubre desde el vamos el
El dolor y la plegaria de mujeres y hombres, entre ellos Sansón, el naza- procedimiento por seguir, val~ decir el de la recurrencia temática, a la
reno, es decir el consagrado desde su nacimiento al culto de Dios, con- manera de los Leitmotive wagnenanos.
fiere estatismo y vigorosa belleza a las cinco escenas del primer acto. La postración y el abatimiento del pueblo de Israel dan. lugar al pri-
Plenos de nobleza en su hieratismo, esos fragmentos reflejan la solidez, mero de los veintidós temas que en el curso de la obra sirnbolizan el
del oficio del compositor. personajes y situaciones, anticipan sentimientos y los rememoran, con
El segundo acto es el más operístico de los tres, porque dominan laS' carácter de reminiscencias. Las palabras de Sansón conducen luego al
pasiones individuales, la sensualidad, el amor, el deseo. Se ha señalado segundo tema, el de la esperanza de su pueblo y el de la inspiración
que los tres persOnajes que asumen dimensión decisivadentro de la obra," divina que acompaña a las palabras del nazareno: C'est la voix du Seigneur
son altamente simbólicos. El gran sacerdote del templo de Dagón (dei':" qui parle par ma bouche. De tal manera, cada nuevo personaje o situación
dad filistea considerada como principio masculino de la fecundida~)' tiene su representación temática, mieI!:tras el elaborado plan orquesL:'l1
representa la venganza; Dalila, la seducción, mientras Sansón refleja la' confiere timbres particulares a cada situación.
tentación del deseo amoroso. Pero hay asimismo un elemento omnipr~J' Ya el primer acto, en la se~ta y última escena, reserva la aparición de
sente en este acto intermedio, segÚn lo indica manifiestamente la parti-. Dalila. Un delicado coro femenino, el de lasjóvenes filisteas, aporta un
tura. Yes la naturaleza, la significación de la hora del crepúsculo y de la' nuevo tema,' en el que el autor aún no recurre al exotislno oriental.
noche, durante el dúo de amor, y por encima de todo la tormenta, ale- Resulta admirable la inspiraCión del compositor para trazar un teIna tan
goría del hombre y de sus pasiones irrefrenables. suave y cálido en su atrayente sencillez, para evocar lajuventud y el sen-
El tercer acto adquiere nuevamente el rigor y el patetismo de un gran: " tido de las palabras Voici le printemps, nous portant des jleurs ... El tema,
oratorio. Sansón, ciego, encadenado, con los cabellos cortados y conde:-~ claramente diatónico en la voz de las muchachas, es retomado por Dalila,
nado a girar el enorme disco de piedra paramoler,'entona unalamenta-: cuyo carácter de femme fa tale está dado ahora por la armonía cromática,
ción de conmovedora vehemencia, mientras se eleva la voz de los he ..'" de una elegancia que no desmiente la distinción del estilo del autor. Su
breas que le reprochan, en un soberbio recitativo coral, el pecado de cantabile, Printemps qui commence ... , lleno de detalles de escritura armóni-
haberse olvidado de Dios y de haberlos devuelto a su situación de escla-' ca confiere, en la calidez de la voz grave femenina, una voluptuosidad
vos. La inclusión de la bacanc:J, que de alguna manera quiebra la conti:, sin duda atrayente.
A su vez el segundo acto se aparta tanto del oratorio C01110 del ámbito
nuidad estilística, no impide sin embargo que todo este acto, hasta la "
religioso que caracteriza al anterior. Ahora domina la pasión puranlente
espectacula!, destrucción del templo de Dagón, exhale esa nobleza que
hUlnana y los sentiInientos individuales, el hechizo y la violencia que
confiere a Sansón y Dalila la dignidad de lo clásico. f
enfrentan a Sansón, Dalila y el Gran Sacerdote de los filisteos. Aquí re-

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PaLA SuÁREz URTUBEY LA ÓPERA

serva Saint-Saens grandes mOlnentos, como el recitativo y aria de Dalila, templo, realizado musicalmente a través de un caos cromático qrquestal
en la que invoca al amor. Pero no para lograr el corazón de Sansón, sino cuya concisión aumenta su fuerza trágica.
paTa adueilarse del secreto de su fuerza. El tema de la maldición acom- La obra, tuvo su estreno mundial, en alemán, en 1877. En Francia
paila enseguida la entrada del Gran Sacerdote, iInpresionante luego e fue presentada por primera vez en 1890, en Rouen, antes de su anibo a
cuando las voces de ambos conciertan en un Allegro moderato (Ilfaut) pour la Opéra de París en 1892. El estreno en Buenos Aires se produjo en
assouvir ma haine, ..) en el que juran con fuerza iInplacable lograr la muerte 1896 en el Teatro de la Ópera. TaITIbién la incorporaron a su repertorio
del jefe hebreo. los teatros PoliteaITIa y Coliseo, en todos los casos en la versión en italia-
La tercera escena se produce con la salida del Gran Sacerdote y el no. Lo mismoocup:ió cuando accedió al nuevo Teatro Colón, en 1910,
ingreso de San,són. El n10tivo de la tempestad, que domina con carácter con Charles Rousseliere y Alice Cucini dirigidos por Edoardo Vitale.
de ostinato la escena entera, se entrechoca con los diversos temas a'los Volvió la obra en la temporada 1914 hasta que, en)916, la presentó, por
que recun-e el autor para acompañar a ese intenso dúo de los protago- primera vez en su versión francesa, el propio Calnille Saint-Saens, quien
nistas, dúo que es, sin duda, el eje dramático y musical de toda la ópera. viajó a ese efecto a Buenos Aires, donde ya había sido huésped en 1904.
Yello se explica, entre otras razones porque fue lo primero que escribió
el compositor. De n1anera que todo lo que le pre,cede; temática y psico-
lógicaInente, conduce a este momento"asf'éomo lo que le sigue, hasta el MASSENET
trágico final, es su consecuencia ineludible. . y EL ALMA FEMENINA (MANON)
La fuerza de este fraglnento reside en la oposición de sentimientos.
Esto.lo convierte en un dúo de aITIor casi iIlédito dentro de la tradición El dominio operístico de Jules Massenet (1842-1912) se ubica en el "
operística. Por un lado están los sentimientos encontrados de Sansón. terreno de la opéra-1:yrique, género que empezó a manifestarse al prome-
Ama a Dalila con toda su pasión, pero lucha por apartarse de ella, que diar el siglo XIX y habría de nacer de una síntesis, anteriormente conside-
habrá de alejarlo de su misión divina. Su lucha ya es despareja, porque rada irreductible, de grand'opéra y opéra-comique. (Véase este tema en la
sabe que perderá, aunque no Ílnagina aún la magnitud de su caída. Ella segunda parte de este libro).
en cambio busca vengaI1Za a través de su poder de seducción, en el que Alumno de Ambroise Thomas, Massenet se afirmó en el CaITIPOde la
confia. El valor de este intenso pasaje operístico residirá no sólo en la grand'ápera con Le Roi de Lahore (1877) y Hérodiade (1881), pero consi-
belleza y fuerza de su Inúsica, sino taITIbién en el talento del autor para guió sus mayores éxitos en el terreno del nuevo estilo. La condición
crear un hermoso dúo de amor sin sacrificar la fidelidad a esa oposición trágica de las situaciones y la presencia de personajes conmovedoramente
de sentimientos. El célebre andantino Mon coeur s'ouvre d ta voix, ¡quién sensibles, lleVaIl a un abandono del parlato propio de la opéra-comiquepor
lo duda!, es uno de los fragmentos faITIOSOS si los hay dentro de la lírica un recitativo arioso, capaz de reflejar, en su refinado diseño lírico, deta-
francesa de la segunda mitad del XIX. lles expresivos más delicados y profundos.
La escena final de este segundo acto está dOlninada por las figuracio- A diferencia de la vitalidad elenlental de Carmen, las criaturas femeni-
nes de la telnpestad, en Inedia de la cual Dalila exige a Sansón, de nlane- nas de Massenet resultan paradigmáticas de un tipo de felnineidad n1ás
ra cada vez más iInperiosa, el secreto de su fuerza. acorde con la sensibilidad del público francés de la época. Debussy veía
El tercer acto encierra bellos momentos, desde el lamento de San- "una especie de predestinación misteriosa y tiránica que explica la infa-
són, uno de los más inspirados fragmentos de la partitura, el interludio tigable curiosidad de Massenet por buscar en la música documentos que
orquestal (Allegro) construido sobre la base del saludo de Dalila a la na- revelen el alma femenina". Para el autor ele Pelléas et lvlélisande, la n1úsica
ciente primavera, la célebre Bacanal introducida por un solo de oboe de Massenet "está sacudida por estremecimientos, saltos, opresiones, que
__ que anticipa el carácteI: exótico de la música, hasta la elestnlcción del quisieFan peFpetuaFs€:, inmoFtalizarse". De bussy creía encon tr-ar.en cada

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PaLA SuÁREz URTUBEY LA ÓPERA

armonía de Massenet un brazo de mujer y en cada melodía una nuca segundo acto, que transcurre en la casa de Des Grieux y Manan en Parú,
femenina: "Es una música -escribe- en la .cual se nos inclina sobre la . con el dúo de la carta, la concentrada serenidad del aria de lvIanon Adieu,
frente de las mujeres para saber qué cosa hay adentro". notre petite table, tan adn1irablemente modelada sobre las palabras, o en el
Por su parte, fue el compositor Francis Poulenc quien concibió aque.., ardor del "sueño" de Des GrieuX. Ya en el tercer acto, el aria de la prota-
11abe11ísimafigura literaria acerca de la obra de Massenet como eminen- gonista,Je marche sur tous les chemins es un desafio de brillante VOCaliS1TIO,
temente parisiense, al asegurar que "como la torre Eiffel, Manon forma. tan original en su concepción rítmica y tonal, a la que sigue la gavota
parte del cielo de París". Sin ella, el paisaje de la ópera francesa sería Obéissons ... , escrita' poco después del estreno en París para la can t..:'1.n

diferente, entre otras razones porque se gestan aquí las primeras defini- lvlarie Roze, la intérprete de Manan en Londres, en 1885. Entre los
ciones expresivas del género de la opéra-lyrique a través de una escritura mejores fragmentos de este acto se ubica el diálogo entre :tvlanon y el
crolnática y de una expansiva conducta melódica, frecuentemente con conde Des Grieux, una de las páginas más emotivas de la partitura, gra-
finales "femeninos" en las cadencias intemas. cias a sutiles detalles de ritmos, silencios e intervalos.
La obra se articula en. cinco actos, segÚn el número habitual de la El cuadro en el seminario de San Sulpicio contiene a su vez rIl0111en-
ópera francesa, sobre la base de un libreto escrito por Henri Meilhac, tos de gran intensidad, como el solo de Des Grieux Ah)fuyez douce image
figura de relieve en estas lides, en colaboración con el crítico Philippe y la plegaria de Manan, Ces murs silencieuxy el dúo de la seducción, una
Gille. Si bien hay quienes aprecian el trabajo de adaptación de estos escena de potente fuerza dramática, a la que acompañan algunos frag-
autores, considerándolo apto para una ópera, en cambio ha sido objeto mentos de interesante orquestación.
de duras críticas por parte de otros intelectuales, que no encuentran El cuarto acto, que transcurre en el hotel de Transilvania, reserva aún
aquí ni el drama moral ni el sentido trágico de la novela original. A algunos momentos atractivos, como el aria de Manan Ce bruit de l'ar, paI."a
menudo se señala que no sólo los personajes principales sino también lo que el autor recurre a un movimiento de vals, y la escena deljuego, en
los secundarios han sido deformados, mientras se echan de menos/algu- la que Massenet logra una inspirada ambientación sinfónica. El último
nas situaciones que parecían imprescindibles, aun entendiendo que una acto, donde se evocan, segÚn ocurre en toda la partitura, tenlas anterio-
ópera no puede contener sino una parte reducida de una novela. Quizás res, muestra al compositor ante una solución teatral tan breve y concisa
uno de los cambios más.notorios resida en el hecho de que Manan mue- como fuertemente dr~ática-eh su vi()lencia y ternura.
ra en la ruta a Le Havre y no en la desértica soledad americana, como sí
ocurre en ~l libreto de Puccini. Por otra parte, mientras en Prévost el Werther: de la novela de Goethe a la ópera de Massenet
verdadero protagonista es Des Grieux, Manan pasa a ser la heroína por Ya era Massenet el autor de Le Roi de Lahare y de J-Iérodiade, cuando
excelencia de Massenet. Una heroína alejada del original, dulcificada, surge el proyecto de componer Werther. Sin embargo, todavía habrá de
encantadora, hecha de medida para suscitar simpatía y compasión en~l _. crear Manon, sU,obraincontestablemente maestra (1884) y Le Cid (1885),
espectador. Habrá sido tarea de Massenet, entonces, la de otorgar al antes de que Werther sea completada.
drama un hálito de poesía y de pasión verdaderamente se9-uctor. I Fue en la primavera de 1885 cuando el compositor inicia la realiza-
Más allá de los motivos de danza y temas'populares que ambienpn la ción de esta ópera, cuya concepción se prolonga hasta el 2 de junio de
atmósfera dieciochesca, talel caso de la gavota de Manan, el ballet:en el 1887. En ese ínterin, probablemente hacia el 18 de agosto de 1886,
Cours la Reine, natural evocación de los divertissements del XVIII, o la can- Massenet llega a Bayreuth acompañado por Hartmann y la esposa de
ción de los soldados en el cuadro final, brillan en la obra numerosos éste. Allí los esperaba una ejecución de Parsifal. Después de la audición
conjuntos, mientras las arias y dúos, algunos de ellos de alto voltaje emo- de ese "milagro único" como lo calificó el músico\francés, se dedican a
cional, ponen de relieve un melodismo suntuoso y refinado. En tal senti- visitar la ciudad para recorrer luego otros centros de Alemania y cono-....
do resulta notable la temperatura pasional de algunos momentos del cer el funcionamiento de diversos teatros. En ese recorrido, llegaron a

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Wetzlar, donde conocieron la casa en la cual Goethe escribió Die Leiden ~e interpretarse c<?mo un particular interés del autor por ligar nuevos
des jungen VVerther (Los sufrimientos del joven Werther). ' tlmbres a estados psicológicos particulares, aunque la tradición francesa
Encendida la imaginación de Massenet, sintiendo y reviviendo la des- ya había asegurado a esos instrumentos cabida dentro de la orquesta.
esperación del joven romántico, habría podido, según sus pro~ias reve- Faltaría aludir al cromatismo de la escritura, más acusado en esta
laciones, expresar las ideas esenciales para el tercer acto de la opera. ópera, lo cual muestra que más allá del influjo wagneriano que se extien-
de sobre la música francesa en la época de Massenet, hay una intención
El eStilo de Massenet en Werther por acudir a este procedimiento, tan apto para ofrecer un retrato psico-
Si el lapso que separa a Manon de Werther no es demasiado grande, lógico lo más aprqximado posible y ~n reflejo veraz de la pasión del
hay una buena distancia, en cambio, en cuanto a concepción propia- '- protagonista. Ese mismo carácter psicológico e intimista explica la au-
lnente operística. Manon retiene algunos elementos de la opéra-comique, . sencia de coro. Sin empargo, la importancia que aflquieren los niños en
como la inclusión de couplets, mientras que la escena del Cour la Reyn.e la novela de Goethe, aporta una solución ideal al músico, quien confia la
y el ballet del tercer acto reflejan la herencia de la grand'opéra. Sin variedad de color. a la presencia de un coro infantil que abre y cierra la
embargo, el uso del parlato sobre un fondo orquestal, la utilización de ópera, con lo cual logra, por añadidura, una estructuración circular en
motivos recurrentes, con cierta analogía r_~specto del estilo wagneriano, la que reside uno de sus mayores hallazgos. En efecto, el coro de niños
yen particular la presencia de la declam'a~ión lírica con una cantabilidad ,que, al comienzo de la obra ensaya una canción de NaVidad, es el mismo
de tipo arioso, convierten a Manon en un claro producto del segundo que se escuchará, al final de la obra, en contrapunto con la muerte de
Werther.
Ochocientos francés. Podría decirse que en ella conviven armoniosa-
mente la doble herencia antes aludida, más el nuevo camino de la
opéra-lyrique.' ' La estructura de la obra
, V'Verther,en cambio, es el reflejo más constante de esta última. En tal' Sin tener el carácter de obertura "mosaico", propio de tantas óperas
sentido, apunta en mayor medida hacia el futuro y abre el camino hacia. románticas, en las que aparecen enhebrados los más destacados temas
Pelléas et Mélisande de De bussy. De todas maneras, si la estructura abierta, de la ópera, el preludio de Wertheropone dos elementos temáticos que
con la continuidad que supone el uso de la melodía continua, es ahora hacen a la esencia misma del drama. Uno representa la pasión que liga
encarada de fonna más radical, no renuncia Massenet a momentos de a los enamorados,lo cual explica su fuerte escritura cromática y el ritmo
esplendor vocal, de manera que los tres actos incluyen dos o tres arias desasosegado que lo caracteriza; el otro motivo expresa una calma que
dentro de ellos. simbliza la armonía de la naturaleza, que altemativaInente se refleja en
Según es propio de la ópera del segundo Ochocientos, y bajo el espí- Charlotte y en Werther cuando siente muy próximo el consuelo de la
ritu elel drama wagneriano, la orquesta cumple una misión co- muerte.
protagónica. A ella corresponde comentar la acción o los sentimientos, Ya en el primer acto, Massenet crea recursos temáticos complemen-
anticiparlos, provocar reminiscencias en el espectador y además ~nnar tarios que acompañan a la presentación de personajes o de situaciones,
el timbre o color que con-esponde a cada momento de la obra, al tiempo tales como el tema de los niños o la chanson d boire, canción de bebedores
que es lnisión también suya la de conferir la necesaria cohesión temáti- que entonan los aInigos del alcalde, Schmidt yJohann.
ca. De esa manera, la voz queda en libertad para discurrir fluidamente. La entrada de Werther aporta uno de los momentos más sugestivos
Así OCUlTeen Wagner; así en la ópera verista .italiana y así también en de este primer acto, cuando entona su romántica invocación: Ó Nature
Massenet. pleine de gráce, cuya estructura binaria reexpositiva (ABA) no alcanza a
En el caso de la orquesta de WertheJ~ la inclusión de saxoalto, de doS' quitar el carácter de libre arioso que el músico maneja en altemancia
IIf'-----cometas de pistones y. el papel importante concedido al como inglés, pue-,-, ,ca el recitado líFiGo.E~epis0clio del claro'de luna: conduce a su vez a la

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PaLA SuAREz URTUBEY LA ÓPERA

intervención de Charlotte, Mes enfants ..., escena de cálida ambientación, Werther y evitar el suicidio, dan oportunidad a Ma.t;senet de ligar varios
violentamente interrumpida por el anunció de la llegada de Albert; que . de los motivos que en el curso de la obra simbolizan los distintos senti-
deja a Werther sumido en la desesperanza. mientos, aunque fundamentalmente el tema del amor apasionado. La
El segundo acto plantea el conflicto entre amor y renunciamiento. escena final contiene la muerte del protagonista en brazos de su amada,
Otra vez Massenet introduce elementos de variación a través de la reapa- cuadro asfIXiante y desolador que exige una extrerna solvencia drarnáti-
rición de los bebedores y del intermedio deljoven matrimonio, Charlow~ " ca por parte del autor para llevar a su punto más alto esa temperatura
y Albert, sereno y tiemo. El monólogo de Werther Un autre est son épou~! pasional que ya había elnpezado a crecer a partir del prirner acto. El
inicia la desolada progresión sentimental del protagonista e incluye la! reconocimiento de Charlotte, por vez primera, de su amor por Werther,
famosa aria ]'aurais sur ma poitrine ..., cuya expresión desgarradora da! en momentos en que éste está próximo a expirar, se encadena con el
muestra del restallante romanticismo del tema. villancico entonado por los niños, de manera que ése canto navidei10
La intervención de Sophie, personaje por el cual Debussy expresa- adquiere un especial valor- simbólico, por cuanto representa la libera-
ba tanta simpatía, sirve de respiro transitorio; pero el conflicto se pro- ción de Werther a través de la muerte. Pero a su vez resulta de una admi-
longa cuando Werther se declara nueVaInente a Charlotte, la cual lo rable eficacia teatral, al conferir a la ópera entera una rotundez arquitec-
convence de esperar hasta la llegada de la Navidad próxima. He aquí tónica en el doble aspecto de teatro y de música.
otra de las conmovedoras escenas de la ópera, de una exaltación y un
ardor verdaderamente logrados. El tercer acto transcurre el 24 de di-
ciembre, noche de Navidad. Charlotte relee las cartas que Werther le MUSSORGSKI
ha escrito, y el contenido de éstas es comentado sinfónicamente por el
y BORIS GODUNOV: LOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS
músico, tanto en aquellos fragmentos en que se refiere a la naturaleza
DEL NACIONALISMO RUSO
como en la evocación de experiencias compartidas. Se trata de una de
las más bellas páginas vocales de la partitura y requiere a su vez un
Correspondió a Modest Mussorgski, el genio por antonomasia del
despliegue de talento interpretativo. Tras una escena de Shopie y
Moguchaia Kuchka (elGrupo Poderoso), conocido histórican1.ente como
Charlotte con el doloroso air des larmes y la plegaria Ah, mon courage
Grupo de los Cinco, l1evaI-adelante, y afondo, los principios sustentados
m 'abandonnel. ¡Seigneur, Seigneur, Dieu!, se accede al gran dúo de los
por la escuela. Porque en verdad formaron un verdade~o conjunto de
enamorados. El súbito ingreso deljoven, patético, angustiado, cargado
adeptos Mili Balakirev, el legítimo jefe del grupo; Alexandr Borodin,
de fatalismo, es construido por Massenet con una SUlna de detalles de
César Cui, Nicolai Rimski-Korsakovy Mussorgski. Pero ¿adeptos a quién?
color orquestal, de ritmos y tonalidades intencionadas. Hay asimismo
Pues a dos maestros, Mijail Glinka y Alexandr Dargon1ijski; pero tam-
una construcción sólidamente trazada en esta escena, con motivos que --
la vertebran y se adaptan a las necesidades del texto. Muy bello es sin bién partidario's de una doctrina que aparece nítidamente sustentada en
duda el Lied de Ossian: Pourquoi me réveiller, donde una vez más la or- . los escritos de Cui, que fue el crítico y musicógrafo de los Cinco. ,
questa y todos los eleluentos de escritura musical destacan el conteni-' En el libro de este últin10 autor, titulado La música en Rusia, puede
do significativo de las palabras. La exaltación del encuentro furtivo, el leerse, refiriéndose a las canciones populares, que ellas son "el Índice de
encanto del Lied, la urgencia trágica del diálogo de los protagonistas y una de las fuerzas creadoras de la nación (...). La obra musical de un
la escena de Charlotte y Albert conducen al final de este acto, capaz de' pueblo resume, en el tiempo y el espacio, -la producción de todo un
mostrar el talento dramático del compositor. ' grupo étnico, de una serie entera de seres, feliz o poderosarnente dota-
El interludio orquestal que describe musicalmente el paisaje nevado dos. Sin duda se puede atribuir a esta colaboración universal-continúa-
'en la noche de Navidad y la premura de Charlotte por llegar a casa de el recio carácter y la grandeza de las producciones de la luúsica nacional
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POLA SuÁREz URTUBEY
LA ÓPERA

y ahora es la ocasión de afirmar que estas canciones son el fruto natural ~~chos fu~ sólo npas~eroentusiasmo de quien, como Debussy, mu-
de la inspiración libre. El arte propiamente dicho no cuenta para nada, 1 no en me~Io de b tante incomprensión para su propia obra.
la: independencia de sus fonnas desdeúa toda teoría y esto es en ellas Con el tlempo, el or de Mussorgski empezó a vislumbrarse en Inedio
una fuente viva de originalidad, de fuerza y de sabor: .." Y luego aúade ~e la c~guera -y la sor era- general. A través de Boris Godunov, su más
Cui: "Adelnás de un gran interés filosófico, literario y etnográfico, las llnpreslonante creación, legó a advertirse que lo verdaderamente revo-
canciones populares deben llamar más directamente aún la atención lucionario. que hayen esta ~pera es la manera naturalista de presentat' al
dellnúsico avisado. No sólo deben ser para él un rico asunto de estudio; zar. ~or pnmera ve~, ya trave de intérpretes de la magnitud de Chaliapin,
pueden tan1bién ejercer una saludable influencia sobre su ünaginación, . Chnstoff, Moll, GhIuselev, Gh urovy otros grandes, se veía en el escena-
reanimando su fuerza y estimulando su inspiración". ' .-rio lírico a un hombre traston1. do por las congojas de un criminal. Po-
y M.ussorgski parece haber recogido el estímulo de las tradiciones c~ veces la música había reflejad una patología semejante, lo que llevó
históricas de Rusia ydel canto,tanto litúrgico COIno popular catnpesino, a Ir:t~rpretar que el ~rito de sufrim' nto del protagonista prefiguraba la
con ulia fuerza y convicción avasalladoras. Sus ciclos de canciones Sin sol estetlca de la angustla en la que hab ~an de sumergirse posteriormente
o los Cantos y danzas de.la muerte y sus tres óperas, Baris Godunov,jovanschina Schoenberg y su escuela.
y La feria de Sorochinski, exponen de m~.era unívoca su respuesta a la También pudo advertirse que, tal ca o lo había sentido claratnente
base teórica fonnulada en el seno de la:escuela nacionalista musical rusa. Debussy, Mussorgski anticipaba en sus olJ as algunos de los elen1entos,
Para llevar: adelante estas propuestas los compositore~ contaron con tanto armónicos como tímbricos, que lueg Stravinski habría de incor-
algunas colecciones recogidas desde las últimas décadas del siglo, con porar a ese lengu~e con el que revolucion a Occidente a partir de
un criterio que aún escapaba al análisis rigurosamente científico, como Petrushka y La consagración de la primavera.
ocuniría más adelante con Bartók y Kodály en I-Iungría o conJanáeek . ~ Pero ~n el caso de Boris, durante décadas fue ilicil recuperar la osa-
en Moravia. Sin elnbargo, los lnúsicos del Grupo de los Cinco tenían la d.ra y ~l Vlg~r de sus recursos de composición, por uanto la versión que
vivencia del latido de la vena popular, de la idiosincrasia y sensibilidad CIrculo caSI con exclusividad por el mundo fue la Rimski-Korsakov
tan particulares del alma de los rusos, de sus costumbres, sus tradiciones quien buscó "mejorarlo" con la mejor buena volunta . Según este últi~
poéticas, históricas o legendarias, su música y sus dat1.zas. mo, Boris incluía "armonías incoherentes, de una realiz ción incorrecta
y con m~dulacion~s ilógicas". Había a sujuicio "fallas de scritura" que
Boris Godunov: los avatares de una obr era preCISO corregIr. Convencido de las falencias de su a igo y colega
como orquestador, realizó un trab~o a fondo en ese terre o. Rimski
El dr;:u.11ade Modest Mussorgski Boris Goduno relata un turbio capí- ,
acabab~ de terminar un ~studio profundo de la orquesta en ner y se
tulo de la historia de Rusia: la de un falso zar qu re tendió ocupar el
, entrego a la tarea de aplIcar sus nuevas adquisiciones. Por tanto sólo el
trono en 1598. Con el tieInpo, la obra pasó a con ertirse en la ópera
retomo a las versiones originales de Mussorgski contribuyó a ec luz
nacional por excelencia, a pesar de que más de un H'storiador escribió
. sobre la verdadera dimensión de su genio visionario.
que la carencia de suficiente forn1ación técnica, que a£ ctó a los Inúsicos '
" Para el dran1a histórico Boris Godunov, el cOlnpositor escribió su o-
del Grupo de los Cinco, se hizo igualmente notoria en e más dotado de
pio libreto basándose en la obra homónima que Alexandr Pushkin de
los cinco que 10 integraban, es decir en Mussorgski. Tal c 'terio prevale-
, terminada el 7 de noviembre de 1825. El poeta había extraído sus tema
ció largan1ente en el curso del pasado siglo xx, no obstan . que en los
de la HistO'na del imjJeno ruso de Nicolai KaIamtzin, exactamente de los
prilneros aúos ele és te, Claude De bussy proclamó su on in alísilna ..
vo/lúmenes ~O y 11 con~agrados al reinado de Fiador Ivanovich, hijo de
genialidad. SeInejante afirmación, que podría haber catapulta: o en un
. Ivan el Temble, a Bons Godunov y al Falso Dimitri. Con esa infonn _
----santi3111én al con1positor ruso, quedó ahí, con escasa repercusi 1. Para
-ción puao PusE n aar forma a su tragedia, publicada en 1829, pero sólo

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