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Principios generales de la interpretación de la Constitución

Introducción

La interpretación constitucional, es el proceso de examinar el significado de una norma

constitucional en términos de aplicación constituye un pilar primordial para la materialización de

los derechos humanos, pues la jurisprudencia puede provocar reformas legales, pero sobre todo

interpretaciones extensivas de los derechos plasmados en la Constitución.

Así la interpretación de las normas jurídicas involucra otorgarles un sentido, su interpretación

adquiere especial importancia pues a través de ella se busca que las normas fundamentales

organicen la convivencia política de un país. Además, dada su peculiar característica de norma

suprema del ordenamiento jurídico, de su interpretación depende la vigencia de las demás

normas.

La interpretación constitucional ha de orientarse a mantener la seguridad jurídica y la vigencia del

Estado de Derecho, por tanto, las normas constitucionales constituyen la base del resto del

ordenamiento jurídico. De una determinada interpretación de la Constitución, pueden ser

expulsadas del sistema jurídico de un país algunas leyes, debido precisamente a la imposibilidad

de interpretarlas conforme a los preceptos constitucionales. Esto puede originar asimismo la

inconstitucionalidad de otras normas que encuentren en conexión con tales leyes.


Principios generales de la interpretación constitucional
1. Principio de unidad
El intérprete de la Constitución debe comprender que ésta contiene un conjunto de
normas que han de ser correlacionadas o coordinadas entre sí. En otras palabras, la
Constitución debe entenderse de modo integral, sistemático, y no como formada por
compartimientos estancos. Por lo tanto, el análisis de cada disposición constitucional debe
efectuarse tomando en consideración las demás normas contenidas en la Constitución. De
la forma en que sea interpretada una norma constitucional se puede originar la variación
en otras del sentido de las instituciones por ellas reconocidas.

2. Principio de concordancia práctica


A partir del cual los diferentes principios, valores y derechos que están en la Constitución,
y se encuentran en permanente tensión, deben armonizarse con la finalidad de optimizar
su interpretación. Es decir, sin sacrificar su contenido y sin perder de vista que todos los
preceptos constitucionales, incluso aquellos vinculados con la distribución y organización
del poder, en último término, se fundamentan en la protección de la persona y de su
dignidad. Los bienes jurídicos constitucionalmente protegidos deben ser compatibilizados
en la solución de los problemas interpretativos, de manera que cada uno conserve su
identidad.

3. Principio de eficacia integradora


Si la norma constitucional promueve la formación y mantenimiento de una determinada
unidad política, su interpretación debe dirigirse a potenciar las soluciones que refuercen
dicha unidad. Como se aprecia, este principio se enmarca dentro de la concepción de la
Constitución como una norma política. A partir de este principio se debe valorar el
mantenimiento de la unidad política de la Constitución, lo que demanda preferir
soluciones jurídico-políticas que promuevan la integración social y la unidad de este
cuerpo normativo. Con ello también se busca afirmar el carácter supremo y pluralista de la
Constitución, en la medida en que integra los valores minoritarios con el mayoritario,
dado que la Constitución expresa la diversidad de los intereses sociales dentro de la
unidad política. De este modo, la interpretación realizada solo podrá ser considerada
válida en la medida en que ayude a integrar, pacificar y ordenar las relaciones de los
poderes públicos entre sí y las de estos con la sociedad.

4. Principio de corrección funcional


Según el cual el intérprete debe respetar las competencias de los poderes públicos y
organismos estatales, sin restringir ni desvirtuar las funciones constitucionales de alguna
de ellas. De esta manera, se busca que la distribución y equilibrio del poder público se
encuentre debidamente garantizado, es decir, respetar el marco de distribución de
funciones estatales consagradas por la Constitución.

5. Principio de fuerza normativa de la Constitución


Según el cual en el proceso interpretativo no debe perderse de vista que la Constitución es
una norma jurídica y que resulta plenamente vinculante en todo su contenido: preámbulo,
disposiciones que reconocen derechos y organizan el poder, disposiciones finales y
transitorias. Ello conlleva abandonar la categoría de normas constitucionales
programáticas o de eficacia diferida, por aquella que entiende que todas las disposiciones
constitucionales, sean reglas o principios, tienen eficacia directa y actúan como parámetro
de validez del sistema de fuentes del ordenamiento jurídico y de los actos estatales
(administrativos y judiciales) y privados.

6. Principio de razonabilidad
Según el cual toda actuación del poder público y privado debe cumplir fines
constitucionalmente legítimos, de modo tal que toda actuación arbitraria del Estado o de
los particulares, carentes de una razón que la justifique, se encuentra constitucionalmente
prohibida.
El principio de razonabilidad, implícitamente derivado del principio de igualdad, no tolera
ni protege que se realicen o expidan actos o normas arbitrarias. Razonabilidad, en su
sentido mínimo, es lo opuesto a la arbitrariedad y a un elemental sentido de justicia.

7. Principio de proporcionalidad
Se constituye como una metodología para la interpretación y aplicación de los derechos
fundamentales. Está compuesto por tres subprincipios que se aplican de forma sucesiva y
preclusiva: adecuación, necesidad y ponderación (o proporcionalidad en sentido estricto).
Por el principio de adecuación se determina si una medida (legislativa, administrativa,
judicial o un acto de particulares) que interviene en el ámbito protegido de un derecho
fundamental es idónea para cumplir una finalidad constitucionalmente legítima, es decir,
si existe una relación de causalidad entre la medida y el fin constitucional que lo legitima.
En un segundo momento, en el análisis de necesidad se determina si en relación con el
objeto de análisis no existe otra medida alternativa igual de idónea pero que incida en
menor medida en el derecho fundamental lesionado. Finalmente, en la ponderación se
determina si el grado de afectación de un derecho es directamente proporcional al grado
de realización del derecho que se le opone.

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