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Revista Interamericana de Educación de

Adultos
ISSN: 0188-8838
revistainteramericana@crefal.edu.mx
Centro de Cooperación Regional para la
Educación de Adultos en América Latina
y el Caribe
México
Flecha, José Ramón
La presencia de Paulo Freire en España
Revista Interamericana de Educación de Adultos, vol. 29, 2007, pp. 146-150
Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el
Caribe
Pátzcuaro, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=457545100011

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La presencia de Paulo Freire en España
X José Ramón Flecha*

En 1968 algunos amigos y yo comenzamos a alfabetizar en un barrio de chabolas


de Bilbao. Yo me inicié con una familia portuguesa. Llegó a nuestras manos una
versión en portugués del libro Educación como práctica de la libertad. Primero
habíamos intentado hacer teatro popular al estilo del grupo La Barraca de Gar-
cía Lorca durante las misiones pedagógicas de La República. Con las orientacio-
nes de Paulo Freire, nos centramos en colaborar con esas familias trabajadoras
en aprender a leer las palabras y a leer su mundo, un mundo fuertemente condi-
cionado por la dictadura.
Desde esa época hasta la desaparición de Franco en 1975, y durante la tran-
sición política hasta 1978, Freire fue el principal autor de referencia de la tarea de
alfabetización cultural que realizábamos los movimientos populares en España.
Los materiales de Freire eran leídos y comentados en los grupos cristianos de
base, en los movimientos de renovación pedagógica, en algunas organizaciones
de izquierda marxista y también en los ambientes culturales libertarios en los que
yo me encontraba. La lucha contra Franco en la clandestinidad absorbió gran
parte de mi tiempo que, sin embargo, pude compatibilizar con la continuidad de
la lectura de los escritos de Freire que nos iban llegando.
Creíamos que en cuanto llegara la democracia las obras de Freire serían una
referencia clave para las planificaciones de la enseñanza por parte de los nuevos
poderes oficiales. No fue así; después de la transición se fue abandonando a
Freire. Cuando en los años 80 se reclamó mi colaboración en la primera refor-
ma de la enseñanza en la democracia que daría origen a la LOGSE y propuse que
se tuvieran en cuenta las propuestas de Paulo, se me dijo “menos Freire y más
Ausubel, Freire sirve para la Iberoamérica de los años 60, pero para la Europa
de los años 80 lo que necesitamos es Ausubel”. Ya no se hablaba ni se dejaba

* José Ramón Flecha es actualmente el director de Includ-ed, único Proyecto Integrado del Programa
Marco de Investigación de la Unión Europea dedicado a la educación escolar. En octubre del 2007
fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Timisoara.

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hablar de educación para la transformación social, sino de adaptación curricular
a cada individuo.
Muchos de los antiguos profesionales freireanos renegaron de él y de su obra
cuando pasaron a ocupar responsabilidades institucionales. La moda postmo-
derna de la época trataba de arrinconar todas las referencias transformadoras de
la lucha por la democracia bajo la dictadura y Freire era esa referencia educativa,
lo mismo que el mayo del 68 era una referencia social. Las y los postmodernos
trataban de presentar esas referencias como pasadas de moda y propias de
nostálgicos de los años 60. Como un día dijo Paulo, trataban de presentarlos
como si ya hubieran muerto en plena vida.
Pocas personas estábamos convencidas de que la obra de Freire no sólo no
había caducado sino que contenía aportaciones muy importantes para el futuro
de nuestra educación y nuestra sociedad, pero no lograríamos que lo fuera si no
demostrábamos en la práctica su validez. Dentro de esa oposición a las dinámi-
cas hegemónicas de la época, en 1978 me fui a vivir a un barrio obrero donde
todavía había chabolas. Ahí fundé el Centro de Educación de Personas Adultas
la Verneda siguiendo las mismas orientaciones dialógicas que Freire. La intención
era primero consolidar ese Centro y desde esa realidad revivir la obra y la perso-
na de Freire en España como una contribución clave a una educación transfor-
madora que mejora la situación de todas las personas.
Cuando ya habíamos logrado esa implantación y demostrado que con la
orientación freireana se superaba el fracaso escolar que estaban generando las
orientaciones hegemónicas, decidimos revitalizar en nuestro país la obra y la
persona de Freire. En 1987, un año después de entrar en la Universidad de
Barcelona como profesor, llamé a Paulo para hacerle Doctor honoris causa.
Los actos que organizamos con ese motivo sirvieron para demostrar que, como
él mismo dijo, Paulo Freire estaba vivo. Mientras las instancias oficiales trataban
que lo olvidaremos, había muchas personas y colectivos que tenían una gran
esperanza en su obra. Las y los postmodernos decían que no iba a venir nadie y,
sin embargo, la sala de actos de magisterio estaba a rebosar y muchísima gente se
quedó fuera.
En el acto de investidura gran parte del personal académico esperaba que
Paulo hablara de sus libros. Sin embargo, y para escándalo de muchos, habló del
amor, del amor que había tenido a Elza y que ahora tenía a Anita. Ante algunos
comentarios, Paulo respondió: “si ya conocen mi obra, para qué quieren que les
vuelva a hablar de ella; y si no la conocen, ¿cómo es que me han dado el docto-
rado honoris causa? He preferido hablar de algo tan importante para el ser
humano como el amor.”
Fue en ese momento cuando me hice amigo de Paulo. Le gustaron algunos
detalles como que cedí el tiempo que me tocaba hablar en el acto a una partici-
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pante de un curso de alfabetización; de otro modo, sólo hubiéramos hablado los
académicos y como siempre no hubiéramos escuchado la voz de los sin voz.
Paulo me pidió que para otra vez diferenciara muy bien entre quienes son conse-
cuentes desarrollando teorías y prácticas transformadoras y quienes sólo querían
utilizar su nombre.

Una anécdota para compartir

Nos encontramos en el aeropuerto de Barcelona en diciembre 1987. Sus prime-


ras preguntas fueron sobre la persecución que había sufrido el pedagogo anar-
quista Ferrer i Guardia. Le costaba mucho entender la pasividad e incluso la
complicidad de la sociedad e intelectualidad catalana con la persecución que
llevó primero al cierre de su Escuela Moderna y posteriormente a su fusilamien-
to. Tras pasar unos días juntos me dijo que tenía que conocer a Henry Giroux y
a Donaldo Macedo, él estaba seguro de que nos haríamos grandes amigos, como
efectivamente fue.
En julio de 1994 le presenté a mi amigo de la infancia Jesús Gómez (Pato),
quien desde entonces se convirtió en el mejor amigo de Paulo en España. Nita es
testiga directa de lo muchísimo que llegaron a quererse Paulo y Pato, lo impor-
tantes que fueron el uno para el otro. Hablaban muchísimo de amistad y amor,
incluso comentaban que tenían que hacer un libro que se denominara Pedagogía
del brillo en los ojos. Pasamos unos días maravillosos Paulo, Nita, Jesús Gómez,
Donaldo y yo, ya que Henry no pudo venir.
Confeccionamos el libro Nuevas perspectivas críticas en educación siendo
coautores Paulo, Castells, Giroux, Macedo, Willis y yo mismo. Especialmente
intensos fueron los debates con Castells; Paulo y los demás le decíamos que
escribía sobre una sociedad de la información sin desigualdades. Poco después
Castells escribiría su trilogía más famosa en la que tiene un tomo dedicado a los
movimientos sociales y otro a las desigualdades.
Los postmodernos consideraban a Freire un pasado de moda y decían que al
congreso en el que íbamos a participar sólo acudirían los nostálgicos de mayo
del 68. A Paulo le encantó que, en lugar de inaugurarlo alguien de poder en la
universidad, lo hiciera una investigadora joven, Marta Soler, con las siguientes
palabras: “Más de la mitad de las casi mil personas que estamos aquí no había-
mos nacido en mayo del 68”. Marta Soler es actualmente la directora de CREA,
un centro de investigación que gustaba mucho a Freire entre otras cosas por lo
mucho que promocionaba a las y los investigadores jóvenes enfrentándose a las
típicas relaciones de poder académicas y por su compromiso con la transforma-

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ción social, no sólo de la educación y la sociedad, sino también de la propia
universidad.
A pesar de la insistencia del gobierno de Cardoso, Paulo no quiso firmar el
apoyo a los parámetros curriculares que se estaban haciendo en Brasil en la mis-
ma línea que las orientaciones curriculares de la LOGSE en España. Precisamente
en ese congreso se contestaba a la LOGSE y se abría la alternativa de las Comuni-
dades de Aprendizaje que se iniciaron en 1995 en España con la referencia del
centro de la Verneda y con el decidido apoyo de Paulo.
En una de esas noches se jugaba el partido Brasil-Estados Unidos del mun-
dial. Paulo pidió en público terminar a tiempo una charla de estudiantes brasile-
ños para poder llegar a tiempo a verlo. Antes de subir a mi casa en el piso de la
Verneda pasamos por la farmacia a comprar sal de frutas y Paulo me dijo que
sería lo único que tomaría esa noche porque tenía muy mal el estómago. Pero al
llegar arriba sintió el olor de unas alubias que habíamos preparado. Comió tres
platos y desde entonces siempre nos pedía que le hiciéramos más “alubias vas-
cas”; para crear ambiente Donaldo decía que iba a favor de Estados Unidos,
pero todos los demás íbamos a favor del Brasil, que ganó entre los gritos de
ánimo de Nita.
En ese año 1995 volvimos a pasar unos días juntos en Barcelona las mismas
personas y también fuimos a Valencia con Basil Bernstein, a participar en un
congreso con motivo de la aprobación de la ley de personas adultas del País
Valenciano, que se había hecho tomando como base un trabajo preparatorio del
CREA, el centro de investigación que tanto gustaba a Paulo Freire. Ahí estábamos
sus amigos de Barcelona. Basil Bersntein expresó su admiración por la figura
intelectual de Paulo y tuvimos unos días muy agradables, de gran debate intelec-
tual y de mucha amistad.
Las conversaciones con Paulo sobre su experiencia con las escuelas de Sao
Paulo y sobre las Comunidades de Aprendizaje ayudaron mucho al desarrollo
de este proyecto. También charlábamos sobre los congresos de alfabetizandos
en las que las mismas personas participantes formaban su propia voz. Así fui-
mos ideando lo que luego serían los congresos de alfabetizandos también en
España, la educación democrática de personas adultas y el convenio Verneda-
Porto Alegre. Quedamos en que vendría próximamente al País Vasco entre otras
cosas a ver in situ las comunidades de aprendizaje.
En esos viajes era muy duro ver la tensión que le causaban a Paulo las perso-
nas que querían a toda costa estar a su lado sin respetar su propia voluntad. Paulo
no quería que utilizaran su nombre en su propio beneficio cuando en realidad no
había sintonía ni intelectual ni personal con ellos. Desgraciadamente, ahora ya no
puede impedir que lo hagan.

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La presencia de Paulo Freire en España
En 1996 volví a verle en su casa de Sao Paulo. Participábamos ambos en un
encuentro sobre la educación de jóvenes y adultos. Poco después fui a Porto
Alegre donde estuvimos hablando de los análisis y opiniones de Paulo Freire
sobre el Centro de Educación de Personas Adultas de La Verneda. En esas
reuniones, en las que estaba presente Rosaline de Aquino, surgió la necesidad de
transformar la educación de personas adultas de Porto Alegre inspirándose en la
Verneda y poniéndole el nombre muy freireano de MOVA al nuevo movimiento.
Aunque todavía no lo sabíamos esa fue la última vez que vi a Paulo. En 1997
teníamos preparadas visitas a España que incluían su participación en un Con-
greso del País Vasco, así como la recepción de un nuevo Doctorado honoris
causa en Málaga. La muy triste noticia interrumpió esa posibilidad. En julio de
1997 estuvimos en Hamburgo arropando a Nita en el homenaje a Paulo Freire
en la IV Conferencia Mundial de Educación de Personas Adultas de la UNESCO.

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