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CURSO:
HISTORIA DE LA EDUCACIÓN
TEMA:
PAULO REGLUS NEVES FREIRE
DOCENTE:
PRESENTADO POR:
PUNO-PERÚ
2023
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN...................................................................................................................................iii
1. BIOGRAFÍA DE PAULO FREIRE......................................................................................................iv
2. MODELO PEDAGÓGICO SOCIAL -COGNITIVO DE PAULO FREIRE...........................................vi
2.2 Concepto de Educación en Paulo Freire..............................................................................vi
2.3 Educación bancaria..............................................................................................................vii
2.5 El Método de Paulo Freire.....................................................................................................ix
3. FINALIDADES Y APORTES DE PAULO FREIRE A LA EDUCACIÓN............................................xi
3.1 La Concientización en la Educación.....................................................................................xi
3.2 Aportes a la Educación para Paulo Freire............................................................................xi
CONCLUSION.....................................................................................................................................xiii
BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................................xiv
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INTRODUCCIÓN
En el campo de la educación, existen figuras que han dejado una huella imborrable y cuyas ideas
siguen resonando con fuerza en la actualidad. Uno de esos nombres destacados es el de Paulo
Freire, reconocido pedagogo y filósofo brasileño. A lo largo de su vida, Freire desafió las
convenciones establecidas y propuso una visión revolucionaria de la educación, basada en la
emancipación, la concientización y la participación de los estudiantes.
En esta monografía, exploraremos en detalle la contribución de Paulo Freire en el ámbito educativo
y su influencia en la transformación de las prácticas pedagógicas. Nos sumergiremos en sus
conceptos clave, como la pedagogía del oprimido y la alfabetización conscientizadora, que han
dejado una marca profunda en la educación tanto a nivel teórico como práctico.
Además, analizaremos cómo las ideas de Freire se han aplicado en diferentes contextos y cómo
han impactado en la formación de docentes y en la promoción de una educación más igualitaria y
participativa. También exploraremos críticas y debates en torno a su enfoque, destacando su
relevancia en la actualidad y su potencial para seguir inspirando cambios en los sistemas
educativos.
La figura de Paulo Freire es sinónimo de una educación que busca trascender las barreras sociales
y promover la conciencia crítica y la autonomía de los estudiantes. A través de esta monografía,
profundizaremos en su legado, examinaremos su vigencia y reflexionaremos sobre cómo sus ideas
pueden seguir impulsando una educación transformadora en el siglo XXI.
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1. BIOGRAFÍA DE PAULO FREIRE
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acusado de "subversivo e ignorante". Refugiado en la embajada de Bolivia, pasa unos días en este
país y de ahí viaja a Chile donde trabajó para varias organizaciones internacionales. En Chile
encontró un espacio político, social y educativo muy dinámico, rico y desafiante, que le permitió
reestudiar su método, asimilando la práctica y sistematizándolo teóricamente. Esta experiencia fue
fundamental para consolidar su obra y para la formación de su pensamiento político-pedagógico
Freire inició una psicología de la opresión influenciado por los trabajos de Freud, Jung, Adler, Fanón
y Fromm.
Los educadores de izquierda se apropiaron de la filosofía educativa de Paulo Freire, pero la
oposición del Partido Demócrata Cristiano lo acusó, en 1968, de escribir un libro "violentísimo". Era
el libro "Pedagogía del Oprimido". Esto fue uno de los motivos que lo hicieron abandonar Chile.
Esta obra, publicada en 1970, tuvo gran influencia sobre las miradas filosóficas incluidas la
fenomenología, existencialismo, cristianismo, personalismo, marxismo y hegelianismo. Después de
pasar un año en Harvard, fue a Ginebra en donde completó 16 largos años de exilio. Desde aquí
viajó como "consejero andante", del Departamento de Educación del Consejo Mundial de las
Iglesias por tierras de África, Asia, Oceanía y América con excepción de Brasil, para su tristeza.
Regresa a los Estados Unidos con un bagaje nuevo traído del África y discute el Tercer Mundo al
interior del Primer Mundo con Milles Horton. Esto da origen al libro, escrito con mucha pasión,
esperanza y sabiduría titulado: "Hacemos camino al andar: conversaciones sobre educación y
cambio social".
En agosto de 1979, bajo un clima de amnistía política, felizmente regresa a Brasil. Es recibido
calurosamente por parientes, amigos y admiradores. Tuvo que recomenzar más de una vez. Se
planteó él mismo "reaprender a mi país". Para ello, realizó incesantes viajes por todo Brasil dando
conferencias, publicando y entablando diálogos con estudiantes y profesores.
En 1989 le hacen secretario de Educación de Sao Paulo (el municipio más poblado de Brasil con 17
millones de habitantes) con el Partido de los Trabajadores, en cuya fundación había participado.
Dos años después deja el cargo y vuelve a la docencia en la Universidad Católica de Sao Paulo y a
escribir. A sus 70 años Freire seguía disfrutando de la vida, predicando la fuerza del amor,
defendiendo la necesidad del compromiso personal con los desheredados y reelaborando sus ideas
sobre educación. Incluso, en México problematizó sobre la educación universitaria, su legado al
respecto se encuentra en la obra Paulo Freire y la Educación Superior publicada en inglés en
1993 por Miguel Escobar, Alfredo Fernández y Gilberto Guevara.
Pocos días antes de su muerte debatía sus proyectos sobre las nuevas perspectivas de la
educación en el mundo en su propio Instituto en Sao Paulo, Brasil. Muere el 2 de mayo de 1997 a
los 76 años La labor de Freire es reconocida en vida a través de numerosos premios y homenajes,
entre ellos, 35 títulos de doctor Honoris Causa y candidato al Novel de la Paz en 1993. Su muerte
deja en la memoria, su semblante calmo, sus ojos color miel, sus siempre expresivas manos
revelándonos los deseos y espantos de su alma eternamente apasionada por la vida. Sus gestos y
voz junto a su barbada cara blanca proyectan la imagen de un profeta con sus maravillosos libros
socráticos.
Por la labor ejercida por Paulo Freire, recibe numerosos reconocimientos por su aporte en el ámbito
pedagógico en favor de su país, y la realidad educativa por la cual atraviesa su país.
v
2. MODELO PEDAGÓGICO SOCIAL -COGNITIVO DE PAULO FREIRE
El concepto de educación en Freire, el educador brasileño nos presenta una visión de la educación
cimentada en el rigor, la investigación, la actitud crítica, el riesgo, la humildad, el buen juicio, la
tolerancia, la alegría, la curiosidad, la competencia y otras virtudes, todas ellas bañadas por la
esperanza.
Para Freire el principal valor y objetivo de la educación es la transformación de un mundo desigual e
injusto en uno ético y profundamente solidario, es por ello que siempre albergó las posibilidades del
cambio y la transformación. Por este motivo defiende la esperanza como una virtud muy importante
en la práctica educativa de cualquier docente. Freire (1997) nos habla de esperanza y de la
posibilidad de cambiar el mundo es plenamente consciente de las dificultades y obstáculos
existentes. A raíz de lo anterior, señala lo siguiente:
Al hablar con tal esperanza de la posibilidad de cambiar el mundo, no quiero dar la impresión de ser
un pedagogo lírico o ingenuo. Al hablar de esta forma, no desconozco lo difícil que se hace, cada
vez más, implicarse a favor de los oprimidos, de aquellos a quienes se les impide ser. (p.55)
Pero, y a pesar de las dificultades, siempre tuvo la esperanza de que es posible cambiar.
Para conseguir el cambio a un mundo mejor, Freire (1993) señala que es imprescindible denunciar
las injusticias que hoy en día existen, pero también es fundamental que la práctica educativa se
desarrolle con utopía y esperanza. Tanto la utopía como la esperanza que manifiesta nuestro autor
hay que entenderlas como un proceso de construcción de nuestra propia historia y de las
posibilidades que tenemos los seres humanos para cambiar el mundo que nos rodea.
Freire (1997, p.108) nos refiere sobre las cuestiones como la inconclusión del ser humano y su
inserción en un permanente movimiento de búsqueda. A pesar de que con la educación no se
puede conseguir todo, la práctica educativa debe desarrollarse con la esperanza de que el cambio,
vi
a pesar de que es difícil no es imposible, para ello hace hincapié en que los educadores han de
tener esperanza, virtud fundamental para alentar de que el cambio es posible:
Ni la educación es una fuerza imbatible al servicio de la transformación de la sociedad, porque yo
así lo quiera, ni tampoco la perpetuación del statu quo porque el dominante así lo decrete. El
educador y la educadora críticos no pueden pensar que, a partir del curso que coordinan o del
seminario que dirigen, pueden transformar al país. Pero pueden demostrar que es posible
cambiar. Y esto refuerza en él o en ella la importancia de su tarea político-pedagógica (p.108).
Insiste Freire (2010) en que la educación necesariamente tiene que estar impregnada de sueños y
utopía. También es preciso recordar que Freire es plenamente consciente de que la educación, por
sí sola, no es suficiente para efectuar la transformación, precisamente por su dependencia del
campo sociopolítico. Así pues, nos enseña que el cambio es difícil, pero no es imposible.
Freire (2010, p.53) plantea esta cuestión como una de las prioridades de la pedagogía crítica. Para
ello hace hincapié en que es absolutamente necesario hacer una lectura crítica del mundo en el
que la práctica pedagogía y la práctica política son indivisibles:
“La lectura crítica del mundo es un quehacer pedagógico-político indivisible del quehacer político
pedagógico, es decir, de la acción política que envuelve la organización de los grupos y las clases
populares para intervenir en la reinvención de la sociedad” (p. 53).
Observamos a un Paulo Freire claramente posicionado en los planteamientos formulados desde la
pedagogía crítica, reivindicando la legitimidad del sueño ético político de la superación de las
injusticias sociales y defendiendo una práctica educativa rigurosa en los contenidos y empapada
en las posibilidades que tenemos los seres humanos de transformar el mundo.
Paulo Freire denominó educación bancaria a una manera de entender la educación como relación
vertical, o sea, en la que uno (el educador) otorga y otros (los educandos) reciben conocimiento.
Existe, por tanto, en este modelo pedagógico una separación tajante entre los roles de educador y
educando (Freire, 1992, pp 73-99) La educación bancaria se concibe como narración de unos
contenidos fijos, o como transmisión de una realidad que no requiere reelaboración y que se
presenta como la única posible (Freire, 1992, p. 75).
Según Freire (1992) refiere que la educación bancaria supone una violencia en la medida en que se
efectúa desde la sordera hacia el otro que está siendo educado. La realidad como algo detenido,
estático, dividido y bien comportado su defecto hablar o disertar sobre algo completamente ajeno a
la experiencia existencial de los educandos deviene, realmente, la suprema inquietud de esta
educación (p. 75).
Es esta una violencia que se manifiesta especialmente en la consideración del otro, el educando,
como un ignorante.
Por otra parte, también consideramos que es esencial la crítica que realiza Freire a la educación
bancaria, que es una constante en toda su obra, pero es quizás en Pedagogía del oprimido donde
encontramos el mayor referente.
vii
Freire se opuso al método tradicional de enseñanza al que llamó educación bancaria. En éste, el
proceso de enseñanza está centrado en el docente, el cual conduce al educando a la memorización
mecánica de los contenidos, convirtiéndose así, en una suerte de recipiente en los que se deposita
el saber, el cual es entonces, una donación en la que los que poseen el conocimiento se lo dan a
aquellos que son considerados ignorantes.
Freire considera la educación bancaria como un instrumento de opresión. De este modo, la
educación bancaria será domesticadora, los educandos serán meros depositarios de contenidos,
con mayor facilidad se adaptarán al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad.
Como alternativa a la educación bancaria, Freire propone y defiende la “educación
problematizadora” superando así la contradicción educadora educando. Desde esta concepción de
la educación se entiende que los educandos, como sujetos activos y por tanto en proceso de
construcción de la historia, son capaces de problematizar la realidad mirar críticamente y cambiar
el mundo que les rodea.
Cabe resaltar, que, en la visión bancaria de la educación, el saber, el conocimiento, es una
donación de aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes. Donación que se basa en
una de las manifestaciones instrumentales de la ideología de la opresión: La absolutización de la
ignorancia, que constituye lo que llamamos alienación de la ignorancia, según la cual esta se
encuentra siempre en el otro (Freire, 1992, p. 77).
Respecto a esta absolutización de la ignorancia Freire relata cómo aprendió, gracias a una lección
que siempre recordaría, que no hay educación sin escuchar, ni sin considerar a nuestro interlocutor
maestro y sabio.
En realidad, podemos matizar, los campesinos se sentían ignorantes, pero no lo eran. De hecho,
esto es lo que la pedagogía de Freire pretende evidenciar en un primer momento, en un proceso
socrático por el que la sabiduría de los educandos sale a relucir. Por supuesto, descubrir la
sabiduría del otro requiere humildad por parte del educador. Como el propio Freire afirma:
No hay [...] diálogo si no hay humildad. La pronunciación del mundo, con el cual los hombres lo
recrean permanentemente, no puede ser un acto arrogante (Freire, 1992, p. 107).
Freire se opone a toda arrogancia y a la separación tajante entre los participantes en un proceso
educativo: La educación debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando.
Debe fundarse en la conciliación de sus polos, de tal manera que ambos se hagan,
simultáneamente, educadores y educandos (Freire, 1992, p. 77).
Su creencia debe estar empapada de una profunda creencia en los hombres. Creencia en su
poder creador (Freire, 1992, p. 81).
La Pedagogía de la Liberación tiene una función política en la sociedad, pues parte de la situación
real de los pueblos del Tercer Mundo en donde la mayoría de las gentes son paupérrimas y
analfabetas y no tienen acceso a lo más elemental para poder subsistir. Las masas populares
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sufren muchas privaciones, mientras los grupos minoritarios o Élites plutócratas tienen todas las
riquezas y comodidades. De ahí la lucha entre los oprimidos, que son las clases sociales más bajas,
y los opresores que son las minorías dominantes.
La Educación Liberadora tiene sus raíces en la superación de la contradicción educador-educandos,
en la conciliación de esos polos, de tal manera que ambos se hagan, simultáneamente, educadores
y educando. El papel de educador problematizador es el de proporcionar, juntamente con los
educandos, las condiciones para que se de la superación del conocimiento al nivel de la doxa por el
conocimiento ver dadero, el que se da al nivel del logos. En esta visión de educación se genera un
acto permanente de descubrimiento de la realidad, se busca la emersión de las conciencias, de la
que resulta su inserción crítica en la realidad, se problematizan los educandos como seres en el
mundo y con el mundo para que, a la vez, vayan percibiendo, críticamente, cómo están siendo en el
mundo, en el que y con el que están; se parte, al contrario de la Educación Bancaria del carácter
histórico y de la historicidad de los hombres y por ello su reconocimiento de seres inconclusos, en
permanente búsqueda del cambio y la transformación, en un movimiento de búsqueda justificado en
la medida en que ser dirige al ser más, a la humanización de los hombres.
Resuelve el problema estableciendo dos momentos diferentes en la educación liberadora; distingue
la educación sistemática y los trabajos educativos. La primera es la que realiza el poder y sólo
puede ser transformada desde el poder; la segunda no necesita del concurso del poder y se refiere
a la educación realizada con los oprimidos, desde la base, a través de esfuerzos colectivos y
utilizando el diálogo como método. Esta visión del pedagogo brasileño tiene gran importancia, dado
que de ella se infiere la posibilidad de llevar a cabo acciones educativas liberadoras aun dentro de
situaciones opresoras.
La pedagogía de Freire ofrece, pues, una teoría y una práctica liberadoras que permiten actuar,
incluso, en las situaciones de opresión tan corrientes en el mundo pobre pero también inmersas
en el mundo rico.
Este tipo de Educación surge, entonces, sobre todo en estos tiempos de conflictos, incertidumbres y
globalización, como una alternativa ideal, quizá utópica si no hay un cambio de actitud mental en los
docentes, para la transformación e innovación del proceso educativo en la búsqueda de la
formación integral del hombre.
En efecto, su filosofía y pedagogía provocan la liberación, la creatividad, la comprensión de la
realidad, el aprendizaje consciente, compartido, significativo y respondiente a una realidad social
que requiere de cambios estructurales profundos para asegurar con calidad y dignidad la
supervivencia y satisfacción de las necesidades básicas del ser humano.
Se fomenta, por parte del educador, la creatividad y la conciencia crítica del educando.
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cuando se lo necesita, debe estimular el proceso cognitivo de sus estudiantes con su aprendizaje, a
investigar, descubrir, comparar y compartir ideas.
Sus destrezas cognitivas son:
Enseñar a pensar, optimizar su razonamiento.
Enseñar sobre el pensar, estimular procesos y estrategias.
Enseñar sobre la base del pensar, incorporar objetivos de aprendizaje.
Elementos: (el docente debe tener) Ser claro
Tener los propósitos claros. Organizador grupal.
Monitoreo y observación.
Evaluación continua de logros.
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El educando, según Freire, es el centro y motor del proceso educativo; es quien le da vida a la labor
que realiza el educador, quien sólo orienta o facilita sus aprendizajes a través de una acción
conjunta y transformadora.
Una de sus obras más importantes donde Freire da a conocer la finalidad de la educación es su
libro “La Pedagogía del oprimido” donde nos muestra que la concientización no es estática ni mucho
menos inactiva, o tan solo un pensamiento sino más bien es acción, es transformadora “La
convicción de los oprimidos de que deben luchar por su liberación no es un regalo del liderazgo
revolucionario, sino el resultado de su propia concientización”.
Humanizar y Transformar
Según Freire (2007) citado en Cabrera (2016) Otra finalidad del ideal educativo Freireano es la
humanización del hombre y la mujer. Humanización que para Freire es siempre proceso, devenir,
que se hace y rehace en la historia cuando somos capaces de construirla de manera consciente a
nivel individual y colectivo. La que es negada y desafiada por la deshumanización que provocan las
amarras reales, concretas, de orden económico, político, social, ideológico, etc.
La humanización busca trascender el fin último más allá de la educación Freireana, no ser reducida
por la lucha de clases, sino mucho más avanzada, y las condiciones nacidas en el mundo en el que
vive cada persona están inconclusas. Conducir a su emancipación y ser es un proceso de
entretenimiento continuo, ya que otros surgen a medida que superan los desafíos.
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es tan solo la mera decodificación de la palabra o del lenguaje escrito o lograr entender lo que se
lee, sino va más allá. Freire consideraba que el tan solo limitarnos a decodificar letras o
palabras era un acto subdesarrollado e incompleto del acto de leer.
Para Freire, leer involucra 3 actos bien definidos: percepción crítica, interpretación y reescritura.
(Freire 1989 citado en Remolina- Caviedes, 2013).
La percepción se define como la “Sensación interior que resulta de una impresión material
producida en los sentidos corporales” (Real Academia Española, 2021) Esta debe estar
acompañada de una actitud crítica, ya que la lectura deja de ser una comprensión mágica de la
palabra que esconde, en lugar de develar la realidad (Freire 1989 citado en Remolina-Caviedes,
2013)
La recepción crítica como funcionalidad cognitiva debe armonizar con un mundo interpretativo: el
acto de leer está determinado no solo por la búsqueda comprensiva de lo leído, sino que
también persigue asociar la experiencia escolar con la cotidianidad (Freire 1989 citado en Remolina-
Caviedes, 2013) Interpretar significa “Explicar o declarar el sentido de algo, y principalmente el de
un texto.” Y también “Ejecutar una pieza musical mediante canto o instrumentos” (Real
Academia Española, 2021). Freire le da un sentido no solo de significado a las palabras
sino también de ejecución, de operacionalidad.
En consecuencia, para Freire interpretar un texto implica acción, ejecutar. Y justamente esta última
acción la de ejecutar nos debería llevar al acto de reescribir, es decir transformar nuestras vidas y
volverla a escribir. En suma, para Freire el acto de leer debe estar conectado con nuestra realidad,
transformarla y por ende mejorarla.
Finalmente, para freire el acto de leer involucra una interacción del lenguaje, del pensamiento y de
la realidad del lector.
Educación Dialógica
Uno de sus mayores aportes de Paulo Freire a la pedagogía crítica es el dialogar, lo cual
homogeneiza la práctica educativa.
Según Freire, como nos lo recuerda Ovejero, no se puede hablar de educación a secas sino de
“educación para qué, educación en favor de quiénes, educación contra qué”. Y es que la educación
puede ser liberadora pero también puede ser manipuladora y domesticadora,
es decir, esclavizante. Por otra parte, la pedagogía de Freire es psicosocial, es claramente
psicología social.
Se trata, por consiguiente, de una psicosocio pedagogía, ya que, para él, como para Mead y el
interaccionismo simbólico, el ser humano es ante todo un ser comunicativo, dialogante, un ser de
relaciones intersubjetivas. Cabe resaltar, para Freire la educación liberadora es necesariamente
encuentro interpersonal, es decir, diálogo. De lo contrario, no será liberadora sino opresora, en
definitiva, para Freire la educación liberadora es necesariamente encuentro interpersonal, es decir,
diálogo. De lo contrario, no será liberadora sino opresora. Freire desarrolló una perspectiva
dialógica en la educación ya en los años sesenta.
Freire subraya la importancia ética de la educación, de su praxis liberadora, de la necesidad de una
pedagogía del oprimido. Es justamente en su obra la pedagogía del oprimido donde Freire explica lo
xii
que no es dialogar, a quien llamaba la educación bancaria “la educación bancaria niega el diálogo
en tanto que la educación problematizadora tiene en él la relación indispensable con el acto
cognoscente, descubridor de la realidad”.
CONCLUSION
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xiv
BIBLIOGRAFÍA
Freire, P. (1993). pedagogia de la esperanza: un reencuentro con la pedagogia del oprimido (7ma
ed). Madrid.
Freire, P. (1997). pedagogia de la autonomia. saberes para la practica (11 ed). Mdrid.
Freire. (2010). pedagogia de la indignacion. (3ra ed). Madrid: revista intenacional de educacion
para la justicia social.
Freire, P. (01 de junio de 2021). ultural action for freedon: harvard education review and centre
for study of development and social change, cambridge. Obtenido de https://www.dvv-
international.de/es/educacion-de-adultos-y- desarrollo/ediciones/ead-692007/el-decimo-
aniversario-de-la-muerte-de- paulo-freire/la-metodologia-de-paulo-freire-para-la-
ensenanza-de-la- alfabetizacion
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