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Auto 196/15

 
 
Referencia: Expediente ICC-2158
 
Conflicto de competencia entre el Juzgado
Segundo Promiscuo Municipal con
Funciones de Garantías y Conocimiento de
Melgar, Tolima, y el Juzgado Noveno
Civil Municipal de Menor Cuantía de
Bogotá.
 
Magistrado Ponente:
ALBERTO ROJAS RIOS
 
 
Bogotá, D.C., veinte (20) de mayo de dos mil quince (2015). 
 
La Sala Plena de la Corte Constitucional, conformada por los magistrados
María Victoria Calle Correa –quien la preside–, Mauricio González Cuervo,
Luis Guillermo Guerrero Pérez, Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, Gloria
Stella Ortiz Delgado, Jorge Iván Palacio Palacio, Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub, Alberto Rojas Ríos y Luis Ernesto Vargas Silva, en cumplimiento de
sus atribuciones constitucionales y de los requisitos y trámites establecidos en
el Decreto 2591 de 1991, profiere el siguiente
 
AUTO
 
I.                  ANTECEDENTES
 
El asunto referido llegó a esta Corporación por remisión del Juzgado Noveno
Civil Municipal de Menor Cuantía de Bogotá. 
 
En sesión del veintinueve (29) de abril de 2015, la Sala Plena de la Corte
Constitucional dispuso enviar el expediente al Despacho del Magistrado
Sustanciador, para que defina el supuesto conflicto suscitado entre el Juzgado
Segundo Promiscuo Municipal con Funciones de Garantías y Conocimiento
de Melgar y el Juzgado Noveno Civil Municipal de Menor Cuantía de Bogotá.
 
Sin embargo, en sesión del 20 de mayo de 2015 en la que se abordó el estudio
de este incidente, el Magistrado ponente estuvo ausente, motivo por el cual, y
dada la celeridad que debe impartirse al trámite de este tipo de asuntos en los
que está de por medio la protección de derechos fundamentales, la Sala asignó
la ponencia al Magistrado Alberto Rojas Ríos.
 
1.1.         HECHOS
 
1.1.1.  William Ramos Cantero residente del Municipio de Melgar, Tolima,
interpuso acción de tutela contra la Financiera Juriscoop, por la presunta
vulneración de su derechos fundamental de petición.
 
1.1.2.  Manifiesta el accionante[1] que el día 2 de diciembre de 2014 mediante
correo certificado Nº 472 envió un derecho de petición a la Financiera
Juriscoop, en el que solicitó que “de forma inmediata cancelara el servicio y
por consiguiente eliminara el descuento a su nombre por la suma de noventa
y seis mil novecientos setenta y un pesos $96.971.00” y expusiera “el sustento
jurídico para la realización de estos descuentos”.
 
1.1.3.  Indica, que pese haber sido radicado y recibido por la entidad accionada
el 4 de diciembre de 2014, no ha recibido ninguna respuesta.
 
II.              DECISIONES QUE ORIGINARON EL CONFLICTO
 
1.  El proceso referido correspondió por reparto al Juzgado Segundo
Promiscuo Municipal con Funciones de Garantías y Conocimiento de Melgar,
Tolima, quien mediante Auto del 13 de abril de 2015 decidió no avocar
conocimiento de la presente acción de tutela, por cuanto “el artículo 37 del
Decreto 2591 de 1991 establece la competencia a prevención de la acción de
tutela en los jueces o tribunales con jurisdicción en el lugar donde ocurriere
la violación o la amenaza que motivare la presente solicitud”.
 
En función de lo anteriormente dicho, el a quo concluyó que en el caso sub
eximene “la vulneración del derecho de petición se viene presentando en el
municipio de Cunday, Tolima”, motivo por el cual envió el expediente de la
referencia al Centro de Servicios Judiciales de Bogotá o al Juzgado Civil
Municipal de Bogotá (reparto), para lo de su competencia, pues allí es donde
está domiciliada la entidad accionada[2].
 
2.  Reasignado el asunto, éste correspondió al Juzgado Noveno Civil
Municipal de Menor Cuantía de Bogotá, quien mediante Auto del 20 de abril
de 2015 decidió no avocar el conocimiento de la presente acción de tutela, y
provocó conflicto negativo de competencia, remitiendo el expediente de esta
tutela a la Corte Constitucional para lo de su competencia, tras considerar que
el accionante optó por interponer la acción de tutela en el lugar de su
domicilio, es decir, en el municipio de Melgar, lugar en el que se a su vez se
están presentando los efectos de la presunta vulneración de su derecho de
petición.
 
Como fundamento de su decisión citó el artículo 37 del Decreto 2591 de
1991, en el que se establece que: “son competentes para conocer de la
acción de tutela, a prevención, los jueces o tribunales con jurisdicción en
el lugar donde ocurriera la violación o la amenaza que motivaren la
presentación de la solicitud”.
 
III.           CONSIDERACIONES
 
1. En el presente caso se somete a consideración de esta Corporación un
presunto conflicto negativo de competencia entre Juzgado Segundo
Promiscuo Municipal con Funciones de Garantías y Conocimiento de
Melgary Juzgado Noveno Civil Municipal de Menor Cuantía de Bogotá.
 
A fin de resolver el asunto, la Sala se pronunciará sobre los siguientes temas:
(i) la competencia de la Corte Constitucional para dirimir los conflictos de
competencia en materia de tutela, (ii) las normas que determinan la
competencia para conocer del trámite de este tipo de acciones, y (iii) las reglas
para solucionar los conflictos de competencia en materia de tutela, al cabo de
lo cual, se procederá a decidir (iv) el caso concreto.
 
Competencia de la Corte Constitucional para dirimir los conflictos de
competencia en materia de tutela. Reiteración jurisprudencial.
 
2. La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha sido reiterada en señalar
que, por regla general, los conflictos de competencia en materia de tutela
deben ser resueltos por el superior jerárquico de las autoridades judiciales
entre las cuales se presenta dicha discusión. Así mismo, este Tribunal ha
indicado que la Competencia de la Sala Plena para conocer y dirimir esta
clase de conflictos, es residual, por lo que en principio, está supeditada a la
carencia de superior jerárquico común de las autoridades involucradas en el
conflicto.[3]
 
3. No obstante lo anterior,  la Corte Constitucional ha considerado que en
razón a los principios de celeridad, eficacia, acceso a la administración y
respeto a los derechos fundamentales, la Sala Plena de la Corte
Constitucional es competente para conocer del conflicto de competencia, en
los siguientes términos:
 
“En aquellos casos en los que se prevea la tardanza en la adopción de una
decisión de fondo dentro de los términos perentorios que establece la
Constitución Política y el Decreto 2591 de 1991, o en que la Corte
constate que no se trata ni siquiera de un conflicto aparente de
competencia, sino que en realidad advierte una discusión que envuelve
cuestiones de interpretación en la aplicación de las reglas administrativas
de reparto, previstas en el Decreto 1382 de 2000.”[4]
 
En este mismo sentido, esta Corporación, en el Auto 170A de 2003,
determinó que:
 
"No puede olvidar esta Corte, y este ha sido su criterio, que la resolución de
los conflictos de competencia debe atender dos principios básicos que
orientan la protección de los derechos fundamentales, como objetivo
primordial de la Constitución de 1991 y de la consagración de la acción de
tutela. Estos principios son, en primer lugar, la eficacia de los derechos
fundamentales (art. 2 C.P.), para lo cual es necesario –las más de las veces-
atender al postulado de prevalencia del derecho substancial sobre el
procedimental; y en segundo lugar, la sumariedad, celeridad e informalidad
del procedimiento de tutela (art. 86 C.P.), entendidos como condición
necesaria para la protección real y oportuna de este tipo especial de
derechos constitucionales. 
 
La Corte no puede ser permisiva con la dilación de los términos ni con la
renuencia de las autoridades a asumir de manera definitiva el conocimiento
de las solicitudes de tutela. En este sentido, la Sala considera que remitir a
la Corte Suprema las presentes diligencias para que ella resuelva el
conflicto de competencia, agravaría aun más la situación de la
peticionaria, quien por demás, no tiene porque sufrir la mora que aparejan
los problemas de interpretación de las normas de competencia para
conocer de la acción de tutela.”
 
4. Finalmente, esta Corporación ha establecido que la jurisdicción
constitucional está compuesta por todos los jueces de tutela, sin importar la
jurisdicción a la cual pertenezcan[5]. Es por esto que en materia de tutela no
resultan aplicables los artículos 256 numeral 6[6] de la Carta Política y 112
de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia[7], que confieren a la
Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, la competencia para
dirimir los conflictos de competencias que ocurran entre distintas
jurisdicciones.
 
Normas que determinan la competencia en materia de tutela.
Reiteración de jurisprudencia.
 
5. Esta Corporación ha sostenido que el Decreto 1382 de 2000 únicamente
establece las reglas para el reparto de la acción de tutela, es decir, no señala
las reglas que definen la competencia de los despachos judiciales.[8]
 
6. En su lugar, son los artículos 86 de la Carta política y 37 del Decreto 2591
de 1991, las normas que determinan la competencia en materia de acciones
de tutela. El artículo 86 de la Constitución, señala que las acciones de tutela
pueden ser interpuestas ante cualquier juez y el 37 del Decreto 2591 de 1991,
prevé la competencia territorial de las acciones de tutela que se dirijan contra
los medios de comunicación, la cual es asignada a los jueces de circuito.
 
Reglas para solucionar los conflictos de competencia en materia de
tutela. Reiteración de jurisprudencia.
 
7. La Corte Constitucional ha establecido las reglas en materia de resolución
de los conflictos de competencia en materia de tutela, las cuales de acuerdo
con el Auto 124 de 2009, son las siguientes:
 
(i)               “        Un Juez puede declararse incompetente como consecuencia de
un error en la aplicación o interpretación del artículo 37 del Decreto 2591 de
1991 (factor territorial y acciones de tutela que se dirijan contra los medios de
comunicación). Es necesario que en estos casos la autoridad judicial se declare
incompetente y remita el expediente al juez que considere competente con la
mayor celeridad posible.         
 
(ii)                      Cuando se presenta una equivocación en la aplicación o
interpretación de las reglas de reparto, el juez de tutela no está autorizado para
declararse incompetente, y mucho menos, tiene la posibilidad de declarar la
nulidad de lo actuado por falta de competencia. En esos casos, el juez tiene la
obligación de tramitar la acción o decidir la impugnación según el caso.
 
(iii)          En materia de tutela los únicos conflictos de competencia que existen
son aquellos que se presentan por la aplicación o interpretación del factor de
competencia territorial del artículo 37  del Decreto 2591 de 1991 (Factor
territorial y acciones de tutela contra los medios de comunicación).
 
Las discusiones por la aplicación o interpretación del Decreto 1382 no dan
lugar a conflictos de competencia, ni siquiera aparentes. Por lo que, en el
evento en que dos autoridades judiciales promuevan un conflicto de
competencias por este motivo, el expediente será remitido a aquella a quien se
repartió en primer lugar, con la finalidad de que la acción de tutela sea
decidida inmediatamente. Lo anterior, sin perjuicio que esta Corporación o el
superior funcional al que sea enviado un supuesto conflicto de competencias,
devuelva el expediente, conforme a las reglas de reparto contenidas en el
Decreto 1382 de 2000, en los casos en que se presente una distribución
caprichosa de la acción de tutela fruto de una manipulación grosera de las
reglas de reparto contenidas en el mencionado acto administrativo, como sería
el caso de la distribución equivocada de una acción de tutela interpuesta contra
una providencia judicial emanada de una de las Altas Cortes.”
 
8. Con respecto a la excepción contenida en la última regla (tutela contra
providencias de las Altas Cortes), la Corte en Auto 198 de 2009, precisó lo
siguiente:
 
“[T]ales excepciones, se presentarían en los casos en los que se advierta
una manipulación grosera de las reglas de reparto, como cuando se asigna
el conocimiento de una demanda de tutela contra una Alta Corte, a un
funcionario judicial diferente a sus miembros; o, necesariamente,
siguiendo esa misma directriz, en los casos en que se reparta
caprichosamente una acción de tutela contra una providencia judicial, a
un despacho diferente del superior funcional del que dictó el proveído”.
 
9. Finalmente, en relación al término “a prevención”, contenido en los
artículos 37 del Decreto 2591 de 1991[9] y 1º del Decreto 1382 de 2000[10],
la Corte ha señalado que este implica que cualquiera de los jueces que fuera
competente de acuerdo con el artículo 86 de la Constitución y 37 del Decreto
2591 de 1991, está autorizado para conocer de la acción constitucional. Es por
esto, que los jueces no deben promover conflictos aparentes de competencia
en las acciones de tutela, con el argumento de que la oficina judicial no
respetó la especialidad.[11]
 
Con base en las consideraciones precedentes, procede la Sala a decidir sobre
el supuesto conflicto negativo de competencia planteado.
 
Caso concreto
 
10.  Establecida la competencia de la Sala para asumir el conocimiento del
presente asunto, y atendiendo a razones de celeridad, eficacia y acceso
oportuno a la administración de justicia, esta Corporación procede a dar
solución al caso objeto de estudio.
 
11.  El proceso de la referencia correspondió por reparto al Juzgado Segundo
Promiscuo Municipal con Funciones de Garantías y Conocimiento de Melgar,
Tolima, quien no avocó conocimiento de la presente acción de tutela, al
considerar que la vulneración o amenaza del derecho fundamental de petición
se está presentando en la ciudad de Bogotá, lugar donde tiene su domicilio la
entidad accionada.
 
Posteriormente el asunto fue remitido al Juzgado Noveno Civil Municipal de
Menor Cuantía de Bogotá, quien provocó conflicto negativo de competencia y
remitió el expediente de tutela a la Corte Constitucional para que resuelva el
mismo; al estimar que de conformidad con el artículo 37 del Decreto 2591 de
1991 corresponde al Juzgado Segundo Promiscuo Municipal con Funciones
de Garantías y Conocimiento de Melgar, Tolima, el conocimiento y trámite de
la acción de tutela, pues es en ese municipio donde reside el actor, donde
ocurrió la conducta que causo la presunta vulneración y donde surten los
efectos del mismo, por la ausencia de respuesta.
 
Analizada la situación planteada, se advierte que en el caso sub examine la
supuesta vulneración del derecho fundamental de petición, aunque en
principio se estaría generando en la  ciudad de Bogotá, pues en ella tiene su
sede la entidad demandada, que es la encargada de atender la petición del
ciudadano William Ramos Cantero, sus efectos se están produciendo en el
municipio de Melgar, Tolima, lugar de residencia del accionante, tal como lo
indica en su escrito de tutela, por lo tanto, es el sitio al cual se debe remitir la
respuesta a su petición. Aparte, en vista de las anteriores circunstancias,
conforme al principio pro homine, el Juzgado Segundo Promiscuo Municipal
con Funciones de Garantías y Conocimiento de Melgar, Tolima, es el
competente para conocer de la demanda de tutela. Esta conclusión se sigue de
aplicar la regla de competencia territorial prevista en el primer inciso del
artículo 37 del Decreto 2591 de 1991.
 
Cabe recordar que, efectivamente, las reglas establecidas en el Decreto 1382
de 2000 son de reparto y no de competencia, lo que implica que
una equivocación en la aplicación o interpretación de dichas reglas
“no autorizan al juez de tutela a declararse incompetente y, mucho menos, a
declarar la nulidad de lo actuado por falta de competencia”. El juez de tutela
debe, en estos casos, tramitar la acción o decidir la impugnación, según el
caso.
 
Con fundamento en lo anteriormente dicho, y con el fin de que la acción de
tutela no sufra más dilaciones, se dejará sin efecto el Auto del 20 de abril de
2015 proferido por el Juzgado Noveno Civil Municipal de Menor Cuantía de
Bogotá, por el cual se remitió el expediente a esta Corporación y el proferido
el 13 de abril de 2015 por el Juzgado Segundo Promiscuo Municipal con
Funciones de Garantías y Conocimiento de Melgar, Tolima. En consecuencia,
se remitirá el expediente de la referencia al Juzgado Segundo Promiscuo
Municipal con Funciones de Garantías y Conocimiento de Melgar,
Tolima para que de forma inmediata continúe el trámite de la primera
instancia y profiera decisión de fondo respecto del amparo solicitado,
conforme a las previsiones del artículo 86 de la Constitución Política y del
Decreto 2591 de 1991.
 
5.      DECISIÓN
 
Con base en las anteriores consideraciones, la Sala Plena de la Corte
Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones constitucionales y legales,
 
 
RESUELVE:
 
Primero: DEJAR SIN EFECTO el Auto proferido por el Juzgado Noveno
Civil Municipal de Menor Cuantía de Bogotá, Tolima, el 20 de abril de
2015, dentro de la acción de tutela interpuesta por el señor William Ramos
Cantero contra la Financiera Juriscoop.
 
Segundo.- DEJAR SIN EFECTO el Auto proferido por el Juzgado
Segundo Promiscuo Municipal con Funciones de Garantías y Conocimiento
de Melgar, Tolima, el 13 de abril de 2015, dentro de la acción de tutela
interpuesta por el señor William Ramos Cantero contra la Financiera
Juriscoop.
 
Tercero.- REMITIR el expediente contentivo de la acción de tutela
instaurada por William Ramos Cantero contra la Financiera Juriscoop, al
Juzgado Segundo Promiscuo Municipal con Funciones de Garantías y
Conocimiento de Melgar, Tolima, para que sin más demoras profiera decisión
de fondo respecto del amparo solicitado.
 
Cuarto: INFORMAR de esta decisión al Juzgado Noveno Civil Municipal
de Menor Cuantía de Bogotá para que tenga conocimiento de lo aquí resuelto.
 
Notifíquese, comuníquese y cúmplase.
 
 
 
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA
Presidenta
 
 
 
MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO
Magistrado
 
 
 
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
Magistrado
 
 
 
GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO
Magistrado
 
 
 
GLORIA STELLA ORTÍZ DELGADO
Magistrada
 
 
 
JORGE IVÁN PALACIO PALACIO
Magistrado
 
 
 
JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB
Magistrado
Ausente
 
 
 
 
ALBERTO ROJAS RÍOS
Magistrada (e)
 
 
 
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA
Magistrado
 
 
 
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General
 
 

[1] El accionante recibe notificaciones en la calle 7 Nº. 22-46 de Melgar, Tolima. Ver folio 3 del cuaderno 1.
[2] Conforme a lo observado en el expediente de la referencia, se tiene que el Juzgado Promiscuo Segundo
Municipal con Funciones de Garantía y Conocimiento de Melgar, Tolima, incurrió en un error al manifestar
que “el objeto de protección se viene presentando en el municipio de Cunday-Tolima (…) razón por la que se
remite por competencia la presente solicitud al Centro de Servicio Judiciales de Bogotá (…)” , pues nada
tiene que ver en este asunto el municipio de Cunday, por lo que se considera que lo que quiso decir el juzgado
fue que la vulneración del derecho de petición objeto de protección en este caso, se viene presentando en el
municipio de Bogotá.
[3] Ver Autos 014 de 1994, 087 de 2001, 122 de 2004, 280 de 2006, 031 de 2008, 244 de 2011, 018 y 218 de
2014.
[4] Ver Auto 205 de 2014.
[5] Ver sentencia C-037 de 1996 (revisión de constitucionalidad de la ley estatutaria de la administración de
justicia) y Autos 166 y 205 de 2014.
[6] ARTICULO  256. Corresponden al Consejo Superior de la Judicatura o a los Consejos Seccionales,
según el caso y de acuerdo a la ley, las siguientes atribuciones:
6. Dirimir los conflictos de competencia que ocurran entre las distintas jurisdicciones.
[7] ARTICULO 112. FUNCIONES DE LA SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA DEL
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA. Corresponde a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del
Consejo Superior de la Judicatura:
1. Resolver los impedimentos y recusaciones que se presenten con ocasión de las actuaciones de los miembros
de la Corporación.
2. Dirimir los conflictos de competencia que ocurran entre las distintas jurisdicciones, y entre éstas y las
autoridades administrativas a las cuales le ley les haya atribuido funciones jurisdiccionales, salvo los que se
prevén en el artículo 114, numeral tercero, de esta Ley y entre los Consejos Seccionales o entre dos salas de
un mismo Consejo Seccional.
3. Conocer, en única instancia, de los procesos disciplinarios que se adelanten contra los magistrados de los
Tribunales y Consejos Seccionales de la Judicatura, el Vicefiscal, los fiscales delegados ante la Corte
Suprema de Justicia y los Tribunales.
4. Conocer de los recursos de apelación y de hecho, así como de la consulta, en los procesos disciplinarios de
que conocen en primera instancia las Salas Jurisdiccionales Disciplinarias de los Consejos Seccionales de la
Judicatura.
5. Designar a los magistrados de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria de los Consejos Seccionales de la
Judicatura, de las listas de aspirantes que hayan aprobado el concurso previamente convocado por la
Dirección de Administración Judicial; y,
6. Designar a los empleados de la Sala.
PARÁGRAFO 1º. Las sentencias u otras providencias que pongan fin de manera definitiva a los procesos
disciplinarios de que conocen en primera instancia los Consejos Seccionales de la Judicatura y no fueren
apeladas, serán consultadas cuando fueren desfavorables a los procesados.
PARAGRAFO 2º. Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado, de la Corte
Constitucional, del Consejo Superior de la Judicatura y el Fiscal General de la Nación en materia
disciplinaria, están sujetos al régimen previsto por los artículos 174, 175 y 178 de la Constitución Política,
para lo cual el Congreso de la República adelantará el proceso disciplinario por conducto de la Comisión
Legal de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes y la Comisión Instructora del Senado de
la República.
 
[8] Ver. Auto 009A/04. Reiterado por los Autos A. 230/06, A. 237/06, A. 008/07, A. 029/07, A. 039/07, A.
260/07, A. 037/08 y A. 031/08, entre otros.
[9] El artículo 37 del Decreto 2591 de 1991 dispone que: “son competentes para conocer de la acción de
tutela, a prevención, los jueces o tribunales con jurisdicción en el lugar donde ocurriere la violación o la
amenaza que motivaren la presentación de la solicitud”
[10] El artículo 1° del decreto 1382 de 2000, al establecer las reglas de reparto de las acciones de tutela,
replica el mandato anterior al señalar que: “para los efectos previstos en el artículo 37 del Decreto 2591 de
1991, conocerán de la acción de tutela, a prevención, los jueces con jurisdicción donde ocurriere la
violación o la amenaza que motivare la presentación de la solicitud o donde se produjeren sus efectos (…)”.
[11] Ver Autos 124 y 198 de 2011 y 205 de 2014.

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