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RESCATANDO HÉROES

Introducción

Cuando somos pequeños, vemos a nuestros padres como héroes: imparables, poderosos,
invencibles, sabios y con un corazón de acero para venir a nuestro rescate una y otra vez. Al
crecer, esta imagen idealizada se desdibuja y nos damos cuenta de que también cometen errores,
de que no siempre ganan y no se las saben todas. Aquellos que ahora son padres, tal vez al
comenzar deseaban ejercer una paternidad impecable, con las prácticas de crianza perfectas y
siendo un ejemplo digno de admirar. Al experimentar la dinámica familiar, y encontrarse con la
realidad de que es una labor difícil, se puede perder la esperanza de ser algún día, para los hijos, el
héroe o la heroína que querían proyectar. Esto no implica que dejen de ser héroes, más bien nos
hace conscientes de que también son humanos, reales, imperfectos pero dispuestos a todo por
amor a su familia. ¿Cómo reconciliarnos con el héroe que llevamos dentro?

1. El lenguaje del héroe

Actividad- Mímica: Se realizará un juego de mímica en el que se dividirá a los padres en un equipo
y los hijos en el otro. Se le dará a cada padre un verbo de la lista, que debe representar sin
palabras ni sonidos, mientras los hijos adivinan qué acción es. Cuando lo adivinen, continuará el
siguiente padre con la mímica hasta que lo hagan todos. Cada padre tendrá 30 segundos para la
mímica.

- Correr - Morder - Cantar


- Gatear - Beber - Cocinar
- Comer - Golpear - Tocar guitarra
- Escuchar música - Abrazar - Buscar
- Escribir - Sonreír - Llorar
- Saltar - Bailar - Desmayarse
- Volar - Jugar - Hacer ejercicio

Podemos dar por sentado que amamos a los miembros de nuestra familia, porque proveemos a
sus necesidades básicas o cumplimos con nuestras responsabilidades del hogar, y tememos
demostrarles cariño, para no mostrarnos vulnerables. Sin embargo, algo vital para la familia es
aprender el lenguaje del amor, que va más allá de las palabras: implica aceptación, así como Dios
nos amó desde el principio tal y como somos (1 Juan 4:10-11).

El hijo necesita que se le ame sin importar su apariencia, que se le ame en sus puntos débiles y
fuertes, actúe como actúe, aunque se le corrija todas las veces que sea necesario. Si solo se les
manifiesta amor por su buen comportamiento y conducta, se sentirán incompetentes, creerán que
es inútil esforzarse, y que son insuficientes. La inseguridad, la ansiedad y la falta de amor propio
serán impedimentos para su crecimiento emocional. Si se les ama incondicionalmente, estarán
contentos consigo mismos, y su comportamiento irá madurando.
De igual manera, los padres necesitan saber que son amados por sus hijos, y aceptados a pesar de
sus falencias. El hijo debe aprender a amar a su héroe tal y como es, no esperando de él o ella más
de lo que puede dar o hacer. El amor será el motor para que el héroe no se dé por vencido en la
misión que se le ha encomendado, y la respuesta natural de gratitud a todos sus esfuerzos.

2. Reales, no perfectos

Gálatas 6:2
En la relación familiar no hay vergüenza ni disimulos. No pretenden ser perfectos, ni hacen el
papel de padre o hijo ideal. Tienen sus problemas, sus preocupaciones, esperanzas y frustraciones.
Se enojan, se irritan, son cariñosos y felices. En el fondo hay un sentido de inquebrantable
confianza mutua. Como resultado, a pesar de algunas desavenencias, disputas y conflictos que
puedan surgir, los hijos saben que pueden contar con sus padres, como sus mejores amigos.

A los hijos hay que darles tiempo a solas para hablar, siempre y cuando ese diálogo no sea forzado,
por lo cual se requiere buscar el momento adecuado. Algunas personas toman caminos
equivocados solo porque el diálogo y el afecto que no tienen en casa, se los brinda otro, aunque
tenga un alto precio. La sospecha de no ser comprendido, y el temor de no ser aceptado les llevan
a permanecer callados y aislados de los demás.

3. En tus zapatos

Actividad - Juego de roles: Se divide a los padres en 2 o 3 grupos, y a los hijos de igual manera. Los
hijos harán el papel de padres y los padres el papel de hijos. A cada grupo se le entrega un rol que
debe actuar en compañía de otro grupo. Ejemplo: Padre A con Hijo A, Padre B con Hijo B…
Se elige a una persona que pase a representar el grupo.

CASOS:

 Padre A: Autoritario, grita, tiene mala mirada y se enoja por todo.


 Hijo A: Le cuenta a su papá/mamá que está enamorado y quiere pedirle consejos al respecto.
 Padre B: Sobreprotector, consentidor, trata a su hijo como un bebé.
 Hijo B: Quiere empezar a ir solo al colegio y que lo deje salir más con sus amigos.
 Padre C: El sueldo no le alcanza, trabaja mucho, se descuida a sí mismo para proveer a su
familia
 Hijo C: Se queja por todo, pide cosas que no necesita, quiere que le hagan todo.

Debemos aprender a permanecer en contacto e identificarnos con el otro. Esto implica ponerse en
su lugar, ver el mundo como él lo ve; inclusive, cuando haya diferencias tener la capacidad de
modificar el propio criterio, para ver las cosas desde su punto de vista. A la vez que tenemos
empatía con las experiencias de la otra persona, ver también el mundo desde nuestra propia
perspectiva.

1 Pedro 3:8
Esto empieza por la capacidad de escuchar lo que el otro tiene por decir. Aprender a poner
atención sin interrumpir, sin prejuzgar lo que se oye y sin tratar de mostrarse más listo. También
saber respetar el silencio. Poco a poco, con delicadeza y tacto, plantear un tema de interés, apoyar
las ideas, dar su opinión sin imponerla y así traer de vuelta el diálogo familiar.

Actividad final – Búsqueda de pistas

Se divide a todos los asistentes en 4 grupos, mezclados hijos y padres, y se le asigna a cada grupo
un color. Luego se amarra de las manos a los integrantes de cada grupo, de modo que queden
unidos en una cadena humana. Su objetivo es pasar por 7 estaciones distintas, cumplir los retos y
así obtener las 7 claves familiares antes que los demás equipos (en cada estación debe haber 4
claves impresas para darle a cada grupo cuando cumpla el reto). Cada equipo empieza por una
clave diferente para que no se aglomeren en un solo lugar.

7 claves familiares

1. Entremos en contacto con el mundo del otro, para entenderlo. Empatizar, no señalar.
2. Escuchemos al otro sin interrumpir, juzgar, manipular o burlarse.
3. Dejemos de jugar a buscar culpables. Es un juego en el que nadie gana.
4. Expresemos lo que sentimos con sinceridad. No nos pongamos máscaras.
5. Enfrentemos juntos los conflictos familiares. No nos hagamos los ciegos ante la realidad.
6. Valoremos las diferencias y respetemos la independencia del otro. ¡Somos únicos!
7. Compartamos nuestras experiencias del día a día, seamos transparentes y aprendamos
juntos a vivir.

Reto clave 1. Se entregan las palabras de la Clave 1 por separado. Deben poner las palabras en el
orden correcto para armar la frase.

Reto clave 2. Bailar La macarena (en lo posible, poner la canción).

Reto clave 3. Cantar “Los pollitos dicen” con ritmo de reggaetón

Reto clave 4. Armar entre todos el rompecabezas que se encuentra en la siguiente página.

Reto clave 5. Hacer 7 sentadillas todos al tiempo

Reto clave 6. Dar un abrazo a cada uno de los integrantes del grupo

Reto clave 7. Cantar la ronda “Arroz con leche” mientras dan vueltas en círculo, tomados de la
mano.

Al finalizar la actividad, escuchar las conclusiones de los asistentes a partir de la temática y las
dinámicas, realizar el cierre en oración y compartir la publicidad de los congresos
correspondientes.

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