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Leonardo usa la perspectiva en punto de fuga o

perspectiva lineal, característica propia del arte del


Renacimiento. El foco principal de su perspectiva será
Jesús, centro de referencia de la composición. A pesar
de que todos los puntos convergen en Jesús, su
posición abierta y expansiva con los brazos extendidos
y mirada tranquila contrasta y equilibra la obra.

La iluminación del fresco La Última Cena proviene de


las tres ventanas que se encuentran al fondo. Detrás
de Jesús, una ventana más amplia abre el espacio,
demarcando también la importancia del personaje
protagónico de la escena

La pintura de la ultima cena, Leonardo Da Vinci lo


dividió en cuatro partes que cada uno componía de
tres personas, representando la divina trinidad,
además se puede asimilar a la triada de Platónica, que
se reflejan en sus valores la Bondad, Verdad y la
belleza.

Distintos dibujos y escritos que se han encontrado dan


cuenta de un intenso estudio fisionómico que el autor
realizó para poder representar los rostros y
movimiento de las cabezas de los discípulos.
TÉCNICA UTILIZADA

Conocido por su hábito de procrastinación y su


ambiciosa lista de tareas pendientes, Da Vinci
apreció el hecho de que trabajar con yeso seco le
permitiría tomarse su tiempo y no preocuparse
por que el material se secara.

Sin embargo, los frescos al seco son muy


delicados, y La última cena se ha deteriorado
sustancialmente desde que fue completada en
1498. Debido a esto, ha sido restaurado en
numerosas ocasiones, culminando en una pintura
que probablemente presenta muy pocas
pinceladas originales del artista.
La pintura ha sido restaurada cerca de 20 veces.
Trabajos en los cuales se trataba de estabilizar los
fragmentos de pintura con resinas y acrílicos para
evitar su desprendimiento.

En 1977 se realizó el trabajo más extenso y


delicado, que duró cerca de 20 años. El trabajo fue
liderado por la restauradora italiana Pinin
Brambilla Barcilón.

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