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El daño
en la piel provocado por el sol es
acumulativo y puede ocasionar cáncer, pero
hay formas efectivas de prevenirlo.
El sol cumple funciones vitales. Sin
embargo, debemos tener en cuenta que las
exposiciones al sol reiteradas e
indiscriminadas producen a largo plazo un
envejecimiento prematuro, lesiones
precancerosas y cáncer de piel.
El daño provocado por las radiaciones
ultravioletas es acumulativo y, con el tiempo,
se pueden ver las consecuencias. Una de
las más temidas es el cáncer de piel, cuyo
número de casos ha aumentado en la última
década. Un dato alentador es que tenemos
en nuestras manos herramientas para
prevenirlo o detectarlo precozmente para
realizar un tratamiento más efectivo.
Hay varios tipos de cáncer de piel, como el
denominado “cutáneo no melanoma” y el
melanoma.
El carcinoma basocelular es un cáncer
cutáneo no melanoma y es el más común en
el ser humano. Se localiza en áreas
expuestas al sol y, en líneas generales, tiene
buen pronóstico tomado a tiempo.
El melanoma es un cáncer que se origina de
los melanocitos, células que le dan pigmento
a la piel. En el caso de la mujer, se localiza
con más frecuencia en las piernas; mientras
que en el varón el área más comprometida
suele ser el torso (tanto pecho, como
espalda), pero también puede presentarse
en otras zonas como el rostro, extremidades
y hasta en el ojo.
¿Cómo prevenirlo?
Para evitar que la enfermedad aparezca, las
acciones de prevención son fundamentales.
Debemos consultar al dermatólogo para
saber si tenemos riesgos, saber cada cuánto
acudir al control de nuestra piel, así como
saber qué factor de protección solar es el
ideal para cada tipo.
El especialista es quien realiza el
denominado “examen total cutáneo” (ETC),
que comprende la revisión de todo el
tegumento, desde la cabeza a los pies
(teniendo en cuenta, principalmente, las
áreas de difícil control, como los genitales,
las axilas, las plantas de los pies, las palmas
de las manos, el cuero cabelludo, etcétera).
Recomendaciones
Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16.
Utilizar sombreros de ala ancha, ropa clara
o con filtros UV y anteojos.
Utilizar en la piel expuesta un factor de
protección solar (FPS) igual o superior a 30,
de buena calidad y resistente al agua.
Aplicarlo 20 minutos antes de exponerse al
sol y renovarlo cada dos horas o cada vez
que se sale del agua.
Hidratar el organismo frecuentemente para
evitar golpes de calor.
Tener en cuenta que el agua, la arena y la
nieve reflejan el sol, aumentando la
exposición solar.
Evitar el sol directo en los bebés menores
de 1 año de edad. A partir de los 6 meses se
les puede colocar factores de protección
solar adecuados.
• Descansa bien, e intenta dormir siesta.
Infórmate sobre cómo respiras durante
el sueño.
• Muévete, camina. Haz ejercicio
aeróbico moderado y sin pasarte.
• Haz bien la compra. Come lo necesario.
Bebe agua con frecuencia y sigue una
dieta baja en sal, baja en grasas
saturadas, con poca carne y rica en
cereales integrales, frutos secos,
vegetales, verduras, pescado y aceite
de oliva. Intenta no consumir bollería
industrial, ni productos procesados.
• Evita las relaciones tóxicas.
• No fumes
• Modera la ingesta de alcohol. Como
mucho 1 cerveza/vino tinto al día. No te
drogues.
• Vigila tu tensión arterial y tu corazón,
que no palpite más de la cuenta.
• Cuidado con tu migraña, especialmente
si tienes tendencia a hacer coágulos,
tomas tratamiento anticonceptivo o
fumas.
• Intenta evitar el uso de anticonceptivos
hormonales, sobre todo si fumas, sufres
predisposición a la coagulación de tu
sangre o has tenido abortos
espontáneos.
• Ojo con las infecciones crónicas. Lleva
• 4. La edad influye.
Las necesidades de tu piel evolucionan
con la edad: si eres joven, demandará
sobre todo hidratación y fotoprotección.
Y conforme vas cumpliendo años,
debes dedicarle más tiempo, cuidados
antioxidantes y una buena dosis de
nutrición.
• 5. Ellos también.
Esta no es una cuestión
exclusivamente femenina. Una piel
luminosa es signo de buena salud y la
población masculina también debe ser
consciente de la necesidad de hidratar,
nutrir y proteger del sol la piel,
especialmente la del rostro.
• 6. Fotoprotección durante todo el
año.
No sólo en verano debes resguardar la
piel de las radiaciones solares; también
tienes que tomar precauciones el resto
del año y en zonas de montaña. Junto
a los correspondientes fotoprotectores
de alta graduación, serán bienvenidas
gafas de sol, gorros y sombreros. Las
zonas de la cara donde más
frecuentemente aparecen las lesiones
provocadas por el sol son la nariz y los
labios, por lo que deberás prestar
especial atención para aplicar el
fotoprotector y utilizar un protector
labial con SPF
• 7. Vigila la aparición de manchas.
Frecuentemente producidas por una
incorrecta exposición al sol, has de
mantenerte alerta frente a las
pigmentaciones con el fin de evitar su
extensión u oscurecimiento. Sobre
todo, no olvides que no existe mejor
medicina que una buena prevención.
También debes prestar atención a las
pecas y lunares y, en caso de percibir
variaciones importantes en su tamaño o
color, acudir a un dermatólogo.
• 8. Mima tus manos.
La delicada piel del dorso es una de las
partes del cuerpo que más refleja la
edad. Y al estar tan expuestas al sol
deberás hidratar y proteger tus manos
constantemente.
• 9. Cuello y escote también existen.
Su piel es muy fina y está muy
expuesta a las agresiones del entorno.
Limpieza, hidratación, nutrición y
fotoprotección constituyen de nuevo las
claves para que esta parte de tu cuerpo
se mantenga elástica y firme.
• 10. Toma precauciones con
piercings y tatuajes.
Si decides hacerte uno, siempre debes
hacerlo en establecimientos que
cumplan estrictas medidas de higiene
para evitar infecciones y otras
complicaciones. Además, deberás
realizar todos los cuidados posteriores
para que el tejido cicatrice de manera
adecuada.
Vitamina D
La vitamina D es muy importante en la
formación de los huesos y de los cartílagos,
esta se almacena en el tejido adiposo y
ayuda a absorber el calcio. Si esta vitamina
falta en nuestro cuerpo corremos el riego de
desarrollar osteoporosis.
La forma más común de obtener esta
vitamina es mediante algunos suplementos
vitamínicos o consumiendo los alimentos
que sean ricos en este nutriente. De igual
manera también se pueden tomar algunas
horas de sol, con lo cual haremos que el
cuerpo estimule su producción.
Alimentos que proporcionan vitamina D: El
pescado, la margarina, todos los derivados
lácteos como también los alimentos
fortificados como la leche y los cereales.
Recuerda que al gastarse un cartílago el
dolor que se siente con cada movimiento es
casi insoportable,desde Mofit aconsejamos
consumir este tipo de suplementos para
intentar optimizar el mejor rendimiento de
nuestras articulaciones y tendones.