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Xiadany Bastarrachea Hernández, Itzel I.

Tapia Pichardo, Daisy Zamudio Ibarra

COSMETOLOGÍA & ESTÉTICA CORPORAL


HIDRATACIÓN Y PROTECCIÓN SOLAR EN ADOLESCENTES

-PRESENTACIÓN
-EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
-PRESENTACIÓN DE TEMA

LA PIEL
La piel, es el órgano es el órgano más grande del cuerpo humano; se trata de un
órgano vivo con capacidad de regenerarse, es impermeable, resistente y flexible,
respira y se mantiene activo las 24 horas del día realizando todo tipo de acciones
fundamentales para nuestro organismo, la piel es un órgano vital para el cuerpo
humano. . Está en permanente relación con los otros órganos del cuerpo, y es a
través de ella que nuestro cuerpo nos revela disfunciones y malestares que nos
afectan, así como también muestra nuestras emociones: traspiramos cuando
estamos nerviosos, nos ponemos colorados si algo nos da vergüenza y hay
emociones y estímulos que nos dan “piel de gallina”.

Principales funciones
Protege: Funciona como barrera protectora frente al exterior gracias a sus
complejos mecanismos celulares e inmunológicos, nos cuida de enfermedades,
temperaturas extremas y lesiones como golpes y quemaduras. Ella selecciona y
filtra lo que resulta dañino para nuestro organismo y toma lo que es beneficioso.
Regula el metabolismo y la temperatura corporal: Impide la salida de líquidos,
células y otras sustancias imprescindibles para el cuerpo, contribuyendo
enormemente a mantenernos hidratados y saludables. Mediante su capacidad de
evaporar el agua de nuestro organismo, elimina sustancias nocivas y mantiene
regulada la temperatura de nuestro cuerpo.
El sentido del tacto: A través de las terminaciones nerviosas de la piel, el cuerpo
recibe todos los estímulos que nos genera el tacto. En un solo centímetro cuadrado
de piel hay más de 5000 receptores sensitivos, que envían la información
instantáneamente al cerebro, quien decide cómo actuar en base al estímulo.
Sintetiza Vitamina D: Al exponerse directamente al sol, la piel es capaz de
absorber lo necesario para generar esta vitamina, que no abunda en los alimentos
y se ocupa de mantener saludables a los huesos y tejidos óseos del cuerpo.
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¿Cómo cuidar nuestra piel?


10 consejos para cuidar la piel
Unas sencillas pautas de higiene y cuidado diario te permitirán disfrutar de una piel
más sana y cuidada.
1. Transforma en un hábito la higiene diaria de tu rostro.
Es fundamental que limpies tu cara dos veces al día –por la mañana y antes de
acostarte-, con el fin de eliminar toxinas y maquillaje. Para que esta limpieza sea
efectiva y no agresiva, debes utilizar productos específicos para el rostro.
2. Nutre la piel en profundidad.
La hidratación constituye otra de las claves de una piel sana, no sólo en el rostro,
sino en todo el cuerpo. Para hacerlo correctamente debes elegir un producto
adecuado para tu tipo de piel, que se adapten a tus necesidades y tomarlo como
un acto consciente para la tu salud integral
3. Bebe agua de manera abundante.
El agua mantiene la piel hidratada y te ayuda a eliminar toxinas. Por si fuera poco,
contiene nutrientes, vitaminas y minerales excelentes para la piel como el calcio, el
magnesio y el sodio. El truco está en ingerir líquidos regularmente y sin esperar a
tener sed.
4. La edad influye.
Las necesidades de tu piel evolucionan con la edad: si eres joven, demandará sobre
todo hidratación y fotoprotección. Y conforme vas cumpliendo años, debes
dedicarle más atención y tiempo, cuidados antioxidantes y una buena dosis de
nutrición.
5. El cuidado de la piel es para todos.
Esta no es una cuestión exclusivamente femenina. Una piel luminosa es signo de
buena salud y la población masculina también debe ser consciente de la necesidad
de hidratar, nutrir y proteger del sol la piel, especialmente la del rostro.
6. Fotoprotección durante todo el año.
No sólo en verano o cuando vayas a la playa o la piscina debes resguardar la piel
de las radiaciones solares.
7. Vigila la aparición de manchas.
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Frecuentemente producidas por una incorrecta exposición al sol, has de mantenerte


alerta frente a las pigmentaciones con el fin de evitar su extensión u oscurecimiento.
Sobre todo, no olvides que no existe mejor medicina que una buena prevención.
También debes prestar atención a las pecas y lunares y, en caso de percibir
variaciones importantes en su tamaño o color, acudir a un dermatólogo.
8. No solamente la cara
Como mencionamos anteriormente la piel es el órgano más grande del cuerpo
humano, no cuides solo tu cara, mantener una buena higiene corporal, usa crema
humectante y protector corporal es igual de importante, no olvides las manos, cuello,
orejas y escote!

9.- Evitar el alcohol y el cigarrillo.

La nicotina reduce el flujo de oxígeno y los nutrientes a las células de la piel.


Una serie de sustancias químicas desencadenan eventos moleculares que cambian
o dañan estructuras que son necesarias para la salud y elasticidad de la piel.

10. Alimentación saludable


En concreto, las vitaminas A, C, E, B2 y B3 son importantes para la salud cutánea,
por lo que tener una dieta variada es crucial para mantener la piel sana y funcional
ya que esos nutrientes se encuentran en diversos alimentos.
Una característica de nuestra piel es que se trata de un órgano dinámico, que se
renueva en períodos aproximados de 28 días, la piel puede tardar un mes en
curarse o mostrar signos de cambios relacionados con su salud. Por ello es
importante tener paciencia y constancia; e invertir el tiempo necesario en comprobar
el aspecto y el tacto de la piel de forma regular.

HIDRATACIÓN
La piel mantiene su humedad gracias al agua procedente de las capas más
profundas (agua transepidérmica) y a la secreción normal del sudor. Debido a
diversos factores, por ejemplo, la falta de sustancias que retengan el agua, la
sequedad excesiva del aire o una función barrera dañada, puede verse aumentada
la pérdida de agua hacia el exterior
Al hidratar la piel la mantenemos más protegida de los contaminantes ambientales
y de las alergias, es decir, ejerce mucho mejor su función de barrera protectora.
Lo ideal es hidratar el rostro por lo menos 2 veces en el día: en la mañana temprano
y en medio día. Ahora bien, si la piel es más seca, se vive en un clima seco o se
transpira mucho, pueden ser 3 veces al día.
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La idea es que en pieles más jóvenes, se aplique la crema hidratante en la mañana


después de la limpieza facial; y en pieles más maduras se aplique después de un
serum. Luego no olvidar el bloqueador solar.
“Al comprar un hidratante, siempre hay que fijarse que tenga anotado los principios
activos, que estén testeados dermatológicamente, que vengan en un envase
adecuado para que se mantenga en buenas condiciones la crema y que sea para
nuestro tipo de piel y edad”
¿Qué usar según mi tipo de piel?

Piel seca: se debe usar crema humectante oclusiva como vaselina, aceites
minerales, dimeticona, propilenglicol, glicerina, ácido hialurónico, pantenol,
cerámidas y urea.

Piel grasa: se recomienda hidratar con geles o lociones livianas no


comedogénicas.

Piel mixta: si la zona T de tu rostro es grasa y el resto es seca, debes utilizar


hidratantes con ciertos componentes obligatorios idealmente ácido hialurónico.

En cuanto a la edad, debemos ir adaptando los hidratantes a los cambios de la


piel: “Para asegurar una mayor hidratación y una mejor absorción

¿QUÉ PASA SI NO CUIDAMOS NUESTRA PIEL?


Existen reacciones importantes y alertantes como consecuencia de un descuido en
la salud de la piel.
Protección solar
Hay tres tipos de radiación ultravioleta emitida por el sol, UVA, UVB y UVC. De la
del tercer tipo, pese a ser la más peligrosa para la salud por su gran energía, no
debemos preocuparnos, ya que es absorbida totalmente por la atmósfera
Los rayos UVA causan el envejecimiento prematuro de la piel, mientras que los
rayos UVB son responsables de las quemaduras y el bronceado. Ambos aumentan
el riesgo de contraer cáncer de piel.
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.Así, los protectores solares están diseñados para resguardar nuestra piel de los
efectos perjudiciales de las radiaciones de tipo A y B, las dos que sí atraviesan la
capa atmosférica.

No obstante, no protegen al 100% y siempre hay una fracción de radiación que llega
a nuestra piel. “Igual que una gabardina te protege parcialmente de la lluvia, una
crema solar te ayuda a no quemarte y te permite hacer vida al aire libre, pero no
debemos pensar que estamos totalmente protegidos”, explica Tuneu. Por eso, por
ejemplo, hay que evitar la exposición en las horas centrales del día, ya que entre
las 12:00 y las 16:00 los rayos solares inciden de forma más vertical y con mayor
radiación.
Los protectores solares contienen un ingrediente vital: los filtros. Estos frenan la
acción de los rayos y pueden ser de dos tipos, físicos y químicos.
Los filtros físicos son los más antiguos y están formados por minerales,
normalmente óxido de titanio y de zinc. “Estos compuestos son fluorescentes, es
decir, absorben la radiación ultravioleta y la reemiten como visible evitando que nos
haga daño; la reflejan como un espejo”.
A diferencia de los filtros físicos que rebotan la radiación, los filtros químicos
protegen la piel absorbiendo la radiación ultravioleta -en el caso de los filtros
orgánicos, también pueden reflejarla.
Hoy en día encontramos protectores que combinan las dos tecnologías.
El ADN puede absorber los rayos UVA y UVB, causando mutaciones que, si no se
reparan, pueden desembocar en cánceres de piel tipo no melanoma (carcinoma de
células basales, carcinoma de células escamosas) o melanoma

7 peligros de no proteger la piel del sol


La realidad, demostrada, es que la exposición a éstos rayos del sol, hacen que
penetren en nuestra piel y al invadir las células nos encontramos en que existe una
afección a nuestra salud real, por tanto podemos estar en peligro, y por ello os
proponemos a qué peligros nos enfrentamos al no proteger la piel del sol:
Manchas en la Piel. El primer signo de sufrimiento que nuestra piel se demuestra
a través de la aparición de manchas, es decir una pigmentación diferente.
Quemaduras. Es la principal consecuencia, y la más evidente, cuando no nos
hemos protegido lo suficiente. La típica zona roja que presenta un escozor
importante y que termina despellejándose con el paso del tiempo.
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Envejecimiento prematuro. Las arrugas son una consecuencia directa de la


exposición prolongada al sol en el tiempo.
Cáncer de Piel. Se generan cuando las células empiezan a crecer de manera
descontrolada, esto también puede suceder en nuestra piel.
Exposición a posible ataques bacterianos por la bajada de defensas
provocada por la mala protección y exceso de exposición al Sol.
Subida de la temperatura corporal por un largo período de exposición.
Aparición de Melanomas. Es decir, tumores formados por la concentración en
exceso de melanina, cuya forma es desigual y pueden desencadenar en un cáncer
de piel. La frecuencia del melanoma es significativamente menor que la de otros
cánceres de piel, pero es un tumor mucho más agresivo, lo que lo hace tan peligroso
es que tiene mayor riesgo de exparcirse y suee diagnosticarse en un estado
avanzado, en consecuencia, una mortalidad muy elevada cuando no se diagnostica
precozmente.
En una década han aumentado casi un 50% los casos globales de melanoma,
situándose en 287.000 casos anuales en todo el mundo.
Aquí tenemos una razón suficientemente grande para prestar atención a los lunares
y manchitas en la piel. Algo tan peligroso puede ser detactado a tiempo conociendo
y poniendo atención a detalles pequeñitos en nuestra piel:

EL ABCD
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¿Por qué debo utilizarlo aún estando en casa?


La exposición a los rayos del sol —así como a la luz azul que emiten las
computadoras y smartphones— pueden afectar tu piel de forma importante. Los
rayos del sol pueden dañar seriamente nuestra piel, aun cuando no estemos
expuestos a ellos de manera directa o recostados en una tumbona a la orilla del
mar. Por esta razón, es necesario utilizar todos los días protector solar.
Los expertos recomiendan el uso de protector solar como parte de la rutina diaria
de cuidado —incluso, si vas a estar todo el día en casa— puesto que los cristales
de las ventanas no bloquean los rayos UVA.
El hecho de pasar mucho tiempo frente a las pantallas de computadoras y aparatos
eléctricos afecta la piel de manera importante, puesto que la luz azul que emiten
puede acelerar la generación de radicales libres y propiciar la aparición de manchas
en la cara. Puede ser tan nociva como los rayos solares. Por ello, “Es importante
proteger la piel de este tipo de luz con un protector solar para reforzar la barrera
cutánea y hacerla más resistente”.

¿Cómo elegir el protector solar correcto?


Xiadany Bastarrachea Hernández, Itzel I. Tapia Pichardo, Daisy Zamudio Ibarra

Para un cuidado efectivo necesitamos utilizar un protector solar que se adapte a las
necesidades de nuestra piel.
Para poder utilizar de manera correcta un protector solar es necesario saber qué
tipos existen, contra qué protegen y cual es el mejor para cada tipo de piel. Así como
dentro de qué categoría de fototipo entra nuestra piel. El fototipo es la capacidad de
adaptación a la radiación solar de cada persona, y es la que determina si la piel se
broncea o no, además de cómo y en qué grado lo hace.

Al comprar un protector solar, hay que fijarse entres puntos importantes. Compruebe
en la etiqueta que el protector solar:

1. Tenga un FPS (factor de protección solar) de 30 o superior.


El famoso SPF (Sun Protection Factor) nos indica el tiempo que el producto
bloquea los rayos UVB del sol. Para calcularlo, se toma en cuenta el tiempo
que tarda la piel para presentar una quemadura. Los dermatólogos y expertos
recomiendan escoger un protector solar con SPF de 30 o 50.

2. Proteja tanto contra los rayos UVA como contra los rayos UVB (un protector
solar de "amplio espectro")

3. Sea resistente al agua o sudor (que proteja a los niños mientras estén dentro
del agua durante 40-80 minutos)

Indicaciones
Recomendamos siempre aplicar mínimo 20 minutos antes de la exposición solar y
reaplicar cada hora y media o 2 horas aproximadamente en rostro y cuerpo: no
siempre aplicamos la cantidad suficiente y por este motivo es necesaria la
repetición. Recuerda que aunque no existan quemaduras, la exposición solar sin
protección acelera el envejecimiento de la piel.
Para la piel del rostro, la cantidad adecuada son dos líneas extendidas en dos
dedos. En cuanto al cuerpo, un truco orientativo para saber cuánto producto
echarse es usar el equivalente al contenido de un vaso de chupito o de dos
cucharadas (unos 30 ml) para toda la piel que se vaya a exponer al sol.

¡Que no se te olvide!
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1. El bloqueador solar se tiene que aplicar de 15 a 20 minutos antes de la


exposición.
2. Se tiene que reaplicar cada dos horas. En caso de sudor excesivo o contacto
con el agua, la reaplicación tendrá que ser más constante.
3. El protector no solo se debe de usar los días de exposición directa, sino
también, durante los días nublados y si tenemos contacto con computadoras o
dispositivos móviles que emanen luz azul.
Para proteger completamente nuestro rostro, no se te olvide aplicar en ojos, orejas
y cuello.

-Dinámica de evaluación
-Material para conocer su biotipo y fotototipo cutáneo

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