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Cambios de temperatura en recipientes a

presión
 

Cuando abrimos una botella de aire comprimido, de forma que dejamos escapar el aire a
una velocidad significativa, podemos observar cómo la botella se enfría y cómo este
enfriamiento es mayor cuanto más abrimos el grifo dejando escapar mayor cantidad de
aire.

Este mismo fenómeno lo podemos observar de forma más cotidiana cuando accionamos
un aerosol de cualquier tipo, como un bote de espuma de afeitar o un bote de insecticida,
siendo la explicación en todos los casos la misma.

La explicación viene dada por la teoría de la cinética molecular explicada en el apartado 2.2
del tema 2 del manual FTpB. Según esta teoría, la presión en el interior de la botella es la
manifestación de los choques de las particulas en movimiento, por lo que al dejar escapar
el aire de la botella hay menos choques y la presión desciende.

Discusión

El comportamiento de un recipiente que contiene un gas a presión puede predecirse


gracias a la ley de los gases ideales, con las objeciones expuestas en la introducción del
aparatado 2.3 del manual FTpB.

Pongamos como ejemplo una botella de un ERA con una capacidad de 6 L, cargada a 300
bar de presión, que se encuentra a una temperatura de 20 ºC (la temperatura ambiental).
Lo primero que debemos tener en cuenta es que para realizar los cálculos la temperatura
debe expresarse en una escala absoluta, es decir, en kelvin, por lo que T1 sería 393 K y no
20 ºC por una cuestión que se explicará más adelante.
De esta forma, según la ley de los gases ideales:

Si abrimos el grifo de forma que dejamos escapar todo el aire súbitamente, podemos
aplicar:

Teniendo en cuenta que debemos emplear presiones absolutas. Lo normal, sobre todo en
el caso de problemas de consumos de aire, es trabajar con presiones manométricas. Pero
en este caso, cuando abrimos completamente el grifo y dejamos escapar todo el aire, la
botella no queda vacía sino llena por 6 L de aire a la presión atmosférica, es decir, la
presión final no es nula.el resultado final no es 0 bar, ya que supondría que en el interior
de la botella se ha hecho el vacio, y sin embargo sabemos que el interior de la botella
quedará ocupado por 6 L de aire del volumen del recipiente que permanecerán a la
presión atmosférica.

A pesar del resultado, sabemos que la temperatura no desciende hasta tales niveles. Esto
es debido a que el proceso de liberación del aire no es súbito ni se produce en condiciones
isotérmicas, sino que es progresivo y en un ambiente que permite el intercambio de
energía (no es adiabático), por lo que a medida que el recipiente se enfría absorbe calor del
entorno.

https://youtu.be/kZHdRyO3VpE

En el vídeo que acompaña a este artículo, podemos ver cómo una botella de composite de
6,8 L se vacía en, aproximadamente, un minuto alcanzando los  -25 ºC (248 K) en  el grifo,
que  es el elemento térmicamente más conductor y que mejor refleja la temperatura del
gas contenido. El vapor de agua del aire, en un primer momento, se condensa formando
gotas sobre el metal del grifo para después congelarse, dando lugar a una fina capa de
hielo que da el aspecto blanquecino que va tomando conforme se enfría.

En sentido inverso, cuando se llena una botella, el aire se calienta transmitiéndose al


recipiente y elevando su temperatura. Este es el motivo por el que en ocasiones las
botellas se cargan sumergidas en agua, lo cual, además de ayudar a detectar fugas,
permite reducir la temperatura del recipiente más rápidamente que en contacto con el
aire, ya que la conductividad térmica del aire es de 0,026 frente a 0,587 del agua,
expresados en W/m·K así como el coeficiente de convección del agua de orden superior al
del aire, ya que no solo interviene la conducción sino también convección.

Este calentamiento tiene otra consecuencia indeseable que se minimiza al llenar la botella
en los tanques de agua. Pensemos en una botella de 6 L que llenamos a 300 bar y que al
finalizar el proceso se encuentra a 40 ºC. Cuando reduce su temperatura hasta alcanzar la
temperatura ambiental, pongamos 20 ºC, también lo hará su presión de la siguiente forma:

De esta forma, cuando la botella entrara en uso tendría casi 20 bar menos de presión
(aproximadamente 120 L menos de aire) de lo que debiera. Al mantener sumergida la
botella en agua durante su llenado, se consigue que el incremento de temperatura debido
al calentamiento sea mínimo y no se produzcan estas variaciones.

La solución habitual en la carga en seco pasa por aumentar la presión de llenado entre los
310 o 340 bar en función de las condiciones de carga, para que cuando la botella reduzca
su temperatura hasta la ambiental, se quede en los 300 bar.

https://youtu.be/QPZ7ARGmG5Y

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