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Tal es así que en la segunda mitad de los años 80, toma un gran protagonismo esta arquitectura
bautizada como “nueva abstracción formal”. Una arquitectura que, paradójicamente es abstracta
y figurativa a la vez. Una arquitectura que tanto en su forma como en sus espacios, propone abrir
nuevas propuestas. Una arquitectura anti humanista y de transición, que intenta plantear una
nueva idea de espacio dinámico y no ortogonal.
La regeneración del espacio público, en la década del 80, coincidió con la trasmisión a este, de la
doble puesta en crisis de la memoria colectiva por la tematización y la espectacularización.
Muchos de los espacios públicos de los centros históricos europeos han sido transformados,
reinventados, y reconducidos hacia los códigos que rigen la tematización (a veces se trata de
meras replicas). A pesar de esta desnaturalización, estos espacios públicos siguen formando parte
de la memoria colectiva de los ciudadanos postmodernos, a los que no les molesta ni su
artificialidad ni su falsedad.
La Plaza de los Países Catalanes, situada en el barrio de Sants en un gran aparcamiento en frente a
la principal estación de ferrocarril de Barcelona (sus trayectos de larga y media distancia la
conectan con destinos nacionales e Internacionales - concentra el mayor tráfico de cercanías de la
ciudad). La Plaza obra de los arquitectos Helio Piñón y Albert Viaplana, fue una de las primeras
plazas denominadas duras, por la abundancia de hormigón y granito y la ausencia de verde. La
imposibilidad de ser arbolada, debido al soterramiento de la estación de ferrocarril que abarca
toda la plaza, obligo a los arquitectos a dar una solución radical lo que causo una gran
controversia. La plaza es una composición abstracta, con el espíritu de modernismo formal,
utilizando elementos escultóricos de forma poética. Se estructura a través de la gran cubierta
horizontal de plancha de cobre calado sostenida sobre larguísimos pilares, como un dosel o copa
de un árbol frondoso, haciendo contrapunto con los edificios más altos de los alrededores y
parece representar una puerta de entrada a la ciudad; y otra cubierta más baja y larga de trazado
ondulado, también de plancha de cobre, que divide el cuadrado en dos aéreas. El suelo de granito
y muebles: bancos, fuentes e iluminación inusual, se presentan como una nueva manera de
construir el espacio público de la plaza, y también como una nueva manera de verlo. Los
elementos de formas puras están despojados de adornos; los colores y texturas son de los
mismos materiales, granito, acero, aplicado a un diseño de muebles que valora la forma. Nada
mitiga ni interrumpe el vacio uniforme y monótono de la plaza. No hay árboles cuya sombra
ofrezca el refugio del sol y permita refrescarse. Con la monótona regularidad del horario del
subterráneo, hace que los viajeros emerjan de la tierra como hormigas, se desplieguen sobre el
pavimento de piedra y desaparecen rápidamente, el lugar vuelve a quedar vacio, hasta la llegada
del próximo tren. Un lugar donde nada sugiere que se podía hacer allí, tendiendo a excluir
cualquier otra función que no sea la de circular. El resultado a nivel visual es más bien desolador y
de hecho son pocos utilizados: el jubilado, la madre de familia con niños, buscan más bien el banco
clásico y los arboles.
…“unos pocos bancos dispuestos en una plataforma que no alientan a la permanencia porque
exponen a quienes se encuentran allí sentados como si fuese un espectáculo, y un vacío uniforme
que se extiende a lo largo del territorio...”…“cualquiera puede estar en este lugar pero eso no
implica que pertenezca efectivamente a él…” según Bauman - Modernidad Liquida pag. 105
“La sociedad contemporánea se transforma deprisa en poco tiempo han cambiado los objetos que
utilizamos, nuestra forma de actuar, de trabajar, la relaciones familiares, la diversiones, los
desplazamientos, las ciudades en las que vivimos, el mundo que nos rodea, …”
Francois Ascher prólogo de Jordi Borja. “Los nuevos principios del urbanismo”.
La vida en las ciudades se desarrollo a diferentes escalas y las coincidencias de las distintas esferas
de relaciones sociales es cada vez menor, se perciben como aislados.
La Modernidad planteaba con respecto a la casa, algunos elementos que tienen que ver con la
visibilidad, con el hombre tipo, con la vivienda entendida como una célula que se inserta en una
estructura mayor, en un bloque, con el funcionalismo, la transparencia, la represión de la
subjetividad, cierta nostalgia del futuro que en los años ‘70 hace una eclosión. Y a esto se
contrapone la de los ‘80 con una vuelta a la intimidad, a la individualidad, a la búsqueda del
refugio protector, a la revalorización de la memoria y el pasado, a la imitación de una condición
natural y al lugar como algo estable.
La contemporaneidad escoge estas dos herencias, potencia algunas de estas ideas y niega otras.
Pero lo hace desde una concepción de tiempo diferente, planteando algunas modificaciones
importantes. Con una arquitectura que tiende más a hablar de los tiempos recientes, del
desorden del mundo contemporáneo, de la debilidad de toda acción del hombre, de la perdida
irrecuperable de nuestra relación con el lugar y la historia. Se trata de una arquitectura que por
otro lado ha olvidado lo social en sí mismo.
“…La sociabilidad se refiere a la existencia de un compromiso colectivo con los habitantes de las
viviendas cercanas, que implique el desarrollo de valores comunitarios y potencie la participación
social y el arraigo en el barrio, creando y cuidando espacios de encuentro, de trabajo intercultural y
multigeneracional, de educación ambiental…”
Francois Ascher prólogo de Jordi Borja. “Los nuevos principios del urbanismo”.
“La civilidad, como el lenguaje, no puede ser “privada”…la civilidad debe ser una característica del
entorno social. El entorno urbano debe ser “civil” para que sus habitantes puedan aprender las
difíciles destrezas de la civilidad.” Bauman Modernidad líquida. Pag 104
Civilidad….Significa, fundamentalmente, la provisión de espacios que la gente puede compartir
como persona pública...sin que se le inste, presione u obligue a quitarse la máscara y “soltarse”,
“expresarse”, confesar sus sentimientos íntimos y exhibir sus pensamientos, sueños y
preocupaciones más profundos. Sin embargo, también significa una ciudad que se presenta a sus
residentes como bien común…de modo que “usar una máscara pública” es un acto de compromiso
y participación y no de “descompromiso”, una retirada “del verdadero yo”, que opta por salirse de
las relaciones y el involucramiento mutuo, una manifestación del deseo de quedarse solo y de dejar
solo a los demás”. Bauman “Arquitectura líquida”. Pag 104
En este ámbito de sociabilidad y/o civilidad urbana, Peter Sloterdijk lo contrapone cuando habla
de la expansión de los movimientos de los sujetos, que según el filósofo se traslada y aglomeran
hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carente de centro
y en constante movilidad expansiva o decreciente.
Mientras tanto las esferas es donde se desarrolla una morfología general del espacio humano.
Según Sloterdijk, el problema humano fundamental no es el tiempo si no el espacio, esto es que la
vida, es un asunto preeminentemente de forma.
“… ¿Dónde estamos cuando decimos que estamos en el mundo? Para responder que estamos – o si
se quiere – somos en burbujas, esferas, incubadoras, invernaderos, donde el hombre se construye,
se protege y cambia”…
Peter Sloterdijk, Esferas III – Espumas
Para Sloterdijk la esfera es la casa, es el lugar del goce y del acopio de recuerdos que forjan una
identidad y permiten reconocerse en una radical intimidad, como siendo igual a sí mismo.
“…las imágenes de la casa están en nosotros porque nosotros estamos en ella […]”
Vivir, comunicarse, crear espacios para las emociones, es crear esferas en un sistema inmunitario
simbólico que construye una película protectora entorno al ser humano.
“… las dimensiones de la isla que llamamos hombre. El modelo de la esfera es el de la isla de allí
que el hecho humano tenga lugar o se construya mediante la separación. Una isla es tal porque
está aislada, y el hecho humano es- precisamente - el resultado de una gran operación de
aislamiento” "
“… el escándalo del modelo moderno de habitar consiste en que se dirige sobre todo a las
necesidades de aislamiento…”
Peter Sloterdijk, Esferas III – Espumas
Las 28 viviendas corresponden a 18 variantes de cinco tipos básicos: “L” (planta en L), “I” (planta
recta), “D” (dos niveles), “DI”, “DL”. Estas variantes se entrelazan en planta y en sección,
interconectando así los distintos patios.
El interior de los apartamentos se conceptualizan como" espacio con bisagras ", una interpretación
moderna del concepto de uso múltiple de Fusuma tradicional. Son paneles deslizantes opacos, que
pueden ser retirados a voluntad, o expandiendo, o subdividiendo, el ambiente de acuerdo a las
condiciones de la familia, llevados a una dimensión contemporánea.
Una casa adaptable es capaz de alojar, con pequeñas variaciones interiores, a una gran variedad de modos de
vida y planteamientos de convivencia, , respondiendo con facilidad a diferentes funciones, usuarios, formas
de uso y necesidades específicas.
La utilización de puertas, plafones y armarios pivotantes, permite reconfigurar la planta de cada
vivienda, de acuerdo con cambios horarios, episódicos o estaciones. Los dormitorios, pueden
convertirse en espacios de estar durante el día.
… “Las casas son salas de espera en lugares de parada. No fue casual que esto ocurriera en el
marco de una especulación sobre las metamorfosis del espacio de vida,…”
Esta flexibilidad, permite también que las habitaciones cambien de tamaño, cuando nacen niños,
cuando los hijos crecen y dejan el hogar o cuando los padres envejecen y se mudan al hogar, que
sirven de capsula – viviendas, a familias pequeñas o a quienes viven solos.
Uno de los objetivos más importantes de la vivienda, es la capacidad de introducir por medio del
movimiento, una dimensión humanizadora dentro de las diferencias individuales.
En Fukuoka, esta individualidad se consiguió de forma silenciosa, porque lo que desde fuera
parece un bloque de viviendas japonés, se convierte en algo diferente en cada uno de los
apartamentos.
Aquí, cada uno de los veinte y ocho apartamentos es único, permitiendo que el enclavamiento de
cada apartamento, tenga diferentes exposiciones mirando hacia el norte, sur, este y oeste.
Mañana, tarde y noche, la luz se puede sentir plenamente.
Esta forma de individualizar la vivienda, tuvo una respuesta humana:
“...el cliente me dijo, estás loco, nadie se va a enterar… Pero lo que pasó fue que de todos los
bloques de vivienda que se construyeron en esa operación, el nuestro ha sido el primero en contar
con un grupo de la comunidad que realiza sus encuentros todos los meses con una fiesta de sake en
la azotea. Les pregunté: ¿Cómo es que formaron este grupo? Bueno, contestaron, cuando nos
mudamos, descubrimos que cada vivienda era diferente, así es que nos invitamos mutuamente a
ver el apartamento vecino, y así llegamos a conocernos… ¡De modo que en realidad aquella idea
tuvo consecuencias humanas ciertas! […]
Entrevista de A. Zaera Polo (El croquis 108 – Steven Holl 1998-2002)
El acceso a los apartamentos se realiza a través de corredores exteriores, que permiten también
conectar los diversos vacíos, ofreciendo una alternativa de espacios abiertos y cerrados, luz y
sombra. Cada uno de los tres corredores, supone relaciones espaciales diferentes: dentro, sobre o
el lado de los patios, abiertos a la ciudad, al parque o al cielo. Esto aumenta la euforia espacial de
movimiento, actuando como pasos, a lo largo de la cara de un acantilado de piedra.
“… ¿No han de convertirse las casas de nuestra época en símbolos materiales de la lucha entre
intereses de aislamiento y exigencias de integración? ¿No son, pues, las viviendas de esta época
los manifiestos de un proyecto civilizatorio que coloca en el orden del día la nueva formatización
de unidades de inmunidad y espacios íntegros? Cierto es únicamente que, desde que las
condiciones de vivienda y negocio intentan la liberación de individuos que viven solos, hay que
revisar a fondo la conexión de inmunidad y comunidad.
Como consecuencia, surgen nuevos espacios para el consumo, definidos principalmente por el
simulacro, que son ahora los nuevos escenarios de lo público, continentes de la multitud
consumidora de las ciudades del placer o ciudades soft. Estas ciudades simuladas son las que
otorgan un “sentido decomunidad” ficticio, ya que sólo se trata de una identidad atmosférica.
Quien estudia la historia de la arquitectura reciente, en su conexión con las formas de vida de la
sociedad mediatizada, reconoce inmediatamente, que las dos innovaciones arquitectónicas con
mayor éxito del siglo XX, el apartamento y el estadio deportivo, están en relación directa con las
dos tendencias sociopsicológicas, más amplias de la época: la liberación de individuos, que viven
solos, mediante técnicas habitacionales y mediáticas individualizantes, y la aglomeración de
masas, igualmente excitadas, mediante acontecimientos organizados en grandes construcciones
fascinógenas. No se hace hincapié en este capítulo, pero si se menciona , que en la síntesis
afectiva e imaginaria de la «sociedad» moderna, se produce más bien por medios de masas, es
decir, por integración telecomunicativa de no-reunidos, que por reunión física.
UNIDAD IV DESENCUENTRO
En la segunda mitad de los años 90, con el nacimiento de la WWW, se incorpora a la Internet la
expresión gráfica, principalmente bidimensional, pero apuntando a lo trimensional y a la
comunicación interactiva, bautizado como Ciberespacio. Estas primeras comunidades virtuales
tridimensionales, en línea, multiusuarias, interactivas y auténticas, en cuanto a su deseo de
promover el disfrute del uso colectivo del ciberespacio, para el esparcimiento, cultura y hasta
educación a distancia, de sus integrantes, se vieron en el tiempo, confrontadas en cuanto a sus
propósitos iniciales por el advenimiento de una segunda generación de comunidades, impulsada
por patrocinantes, embuídos por el deseo de capturar los intereses de un sector de población
usuaria, progresivamente más joven. De esta forma, la Web permite ahora integrar también
funciones de comunicación y así ha dado nacimiento a las comunidades virtuales, que poseen un
sitio web como centro de coordinación tanto, de reservorios, de información, como de
comunicaciones.
Para los sociólogos, quienes han utilizado el término de manera más sistemática, una comunidad
es un tipo especial de grupo social. Un grupo social es un conjunto de personas que persiguen un
fin común, para lo cual establecen una red de relaciones, producto de su interacción y
comunicación, cuya conducta, se rige por un conjunto de normas culturales y comparten,
intereses, creencias y valores comunes. Estas normas, establecen la identidad y los límites del
grupo y lo diferencian de su entorno. Por lo tanto, las comunidades virtuales son consideradas
como:.. "un lugar electrónico donde un grupo de personas se reúne para intercambiar ideas de
una manera regular….Es una extensión de nuestra vida cotidiana, donde nos encontramos con
nuestros amigos, compañeros de trabajo y vecinos,”. Son agregaciones sociales, que emergen de
la red cuando un número suficiente de personas entablan discusiones públicas, durante un tiempo
lo suficientemente largo y con sentimiento humano, para formar redes de relaciones personales
en el ciberespacio.
Una ciudad es un asentamiento humano, en el que los extraños tienen posibilidad de conocerse,
de encontrarse, y que posiblemente seguirán siéndolo tras el ocasional encuentro, que termina de
modo tan abrupto como comenzó; y que no parece a un encuentro entre familiares amigos o
conocidos, es comparativamente un desencuentro.
Toyo Ito en su escrito, un jardín de microchips, nos plasma su imagen de la ciudad contemporánea
a través de una imagen: utilizada como metáfora para referirse a esta sucesión y multiplicidad de
capas; representativa de esta estética de la era de la microelectrónica, que posibilitan estos
“desencuentros’’ de la sociedad actual; y de los micrichips del siglo XXI.
A partir de aquí, encuentra más y más similitudes entre la ciudad y el microchip destacando así,
tres características comunes: fluidez, multiplicidad de capas y la fenomenalidad.
La multiplicidad de capas como los distintos planos a escala ciudad o territorial, en los que fluyen
los elementos, ya sea en el aire, suelo, en altura, en el subsuelo y por último la fenomenalidad.
Entendiendo la nueva ciudad desde el mundo de los sentimientos, no tan tangible como
podríamos imaginar, dado que la mayoría de información y flujos electrónicos, que hoy en día
están muy presentes en nuestras vidas, como por ejemplo: energía o el uso de internet a través
de infinitas aplicaciones (móvil, tweets, información compartida, dropbox, etc) generando unos
espacios no visibles.
La Mediateca de Sendai, es una obra donde se pueden ver plasmados todos estos conceptos, es
una unión de naturaleza y tecnología. Las nuevas tecnologías han dado lugar a crear una nueva
naturaleza, que depende de ella: la naturaleza virtual. Esta naturaleza diferencia por una parte, el
cuerpo real (un cuerpo tranparente de fluidos) y por otra el cuerpo virtual (formado por un flujo
de electrones, que a su vez necesita de la tecnología). Nuestro cuerpo, está ligado al mundo
exterior a través del medio electrónico y por eso necesitamos un mayor contacto con él. La
transparencia del edificio se encuentra en su membrana exterior. Es esa piel la que nos permite el
intercambio sensible y suave que necesitamos con el mundo exterior y con la tecnología. La
indeterminación de los límites, se consigue gracias a esta arquitectura de membrana.
“… La arquitectura configurada con esta membrana quizás debería llamarse traje de los medios. Es
un traje transparente para un cuerpo transparente y digitalizado. La gente vestida con este traje se
sitúa en la naturaleza virtual, en el bosque de los medios. Son tarzanes en el bosque de los
medios…”.
El nivel de calle, llamado Plaza Abierta, contiene la recepción, un café y una tienda de libros y
revistas. Es totalmente extrovertido hacia la calle y busca disolver los limites formando un espacio
“publico”’, pero siempre controlado, que le permite dar seguridad a los usuarios. El segundo nivel
tiene la biblioteca infantil, sala de internet y administración. Se trata de un espacio muy libre,
donde es el mobiliario el que define el espacio. Un aspecto muy interesante, es que la separación
entre la zona pública de lectura y la zona privada de administración, es simplemente una cortina
translúcida, semejando una pared flotante. En el tercer nivel y cuarto nivel, se encuentran el área
de préstamos de libros y salas de lectura. En el quinto y sexto piso se ubican galerías de exhibición,
usadas por los ciudadanos de Sendai. Aquí, paneles rectilíneos móviles pueden acomodarse según
las necesidades de la exposición, en una clara referencia a las puertas corredizas de la arquitectura
japonesa. En el séptimo piso, se ubica un cine y salones de conferencias, que se envuelven en una
pared, o como Ito la llama, una “membrana”, acristalada mate de formas curvilíneas, que se
emplaza con su entrono.
Los pisos se comunican entre sí por medio de las columnas tubulares de acero, que en la vista
nocturna, se aprecian como verdaderos conductores de energía, flujos electrónicos, donde la luz
corre y se proyecta sobre las placas. Este efecto, es reforzado con la iluminación de todo el
edificio, que da la sensación, de que el edificio se comporte como un verdadero microchip. Estar
en estos lugares es "estar en otra parte", es la experiencia de ser "transportado", pueden ofrecer
lo que ninguna "realidad real "puede ofrecer afuera: un equilibrio casi perfecto entre libertad y
seguridad
CONCLUSIÓN
En los ‘60, debido al avance de la sociedad de consumo, la arquitectura comienza a dar un giro en
su rol como creadora del sentido común, acorde con la realidad histórica por la que atravesaba: ya
no se trata de comunidad sino de colectividad. Ante esta problemática, necesitó crear un
“puente” entre estos dos mundos. De este modo, se preocupó por recuperar su capacidad
connotativa y comunicativa, a través de la “memoria”, los “símbolos” y los “signos”.
Se puede percibir a través de esta monografía, que ninguna herramienta desde la “identidad”,
fue capaz de generar un genuino “sentido de comunidad”, ni el signo o el símbolo. Que va, desde
una unión más fuerte, o desde una ruptura entre los hombres, pero que va más allá de las
implicaciones de la disciplina arquitectónica, que no está presente en estos tiempos.
A partir de aquí, es oportuno preguntarse ¿todos para uno? Se Considera que no: cada individuo
que forma parte de una sociedad, busca su propio éxito unipersonal y forma su identidad en
forma global, no hay un espíritu comunitario. No hay identidad común en su colectividad.
“Uno para todos”? Es el arquitecto que intenta proyectar para la colectividad, respondiendo a las
exigencias dentro de su contemporaneidad y contexto socio- cultural.
Por lo tanto el arquitecto será como el gran conductor “el hilo de Ariadna”, en ese gran
Vademécum de la “Historia de la Arquitectura “ , donde la “Edad Moderna”, el
“Posmodernismo”, y la “Contemporaneidad”, fueron intérpretes en esta monografía, que
investigo el protagonismo de la “Comunidad” en esta gran esfera del mundo global.
¿Cómo actuar por la colectividad en una sociedad cada vez mas diversificada y más
individualizada?
Jodi Borja
Aldo Rossi “ La arquitectura de la ciudad”.
Aldo Rossi “ La arquitectura análoga”, Architacture and Urbanism N 56, Mayo 1976
Aldo Rossi. “Estructura de los hechos urbanos en La Arquitectura de la ciudad”. Editorial G.
Gill. Barcelona. 1971.
Peter Sloterdijk. Esferas III – Espumas
Francois Ascher. Pròlogo de Jordi Borja. “Los nuevos principios del urbanismo”. Alianza
Editorial