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Se entiende por condiciones de trabajo “cualquier característica del trabajo que pueda tener
una influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad y la salud del
trabajador”.1
La Ley 31/95 de P.R.L. clasifica las condiciones de trabajo en cuatro dimensiones: física,
ambiental, procedimientos de trabajo y organizacional:
El riesgo se define como la posibilidad de que se produzca un daño. Hay que diferenciar
aquellas situaciones en las que existe el convencimiento de que se producirá en un plazo
determinado de aquellas otras en las que no es posible asegurar que se produzca.
El sistema productivo debe configurarse mediante la organización del trabajo de acuerdo a los
puntos de vista ergonómicos, incluidos los psicosociales, de forma que cumpla los requisitos de
seguridad y de salud.
Las características del trabajo que contribuyen a la generación de accidentes se conocen como
factores de riesgo. Los más importantes son:
El riesgo se puede medir por medio magnitudes que indiquen las veces que se produce un
suceso que produce algún daño.
Clases de riesgos
Caídas a distinto nivel: caídas de altura (edificios, máquinas, andamios, árboles, vehículos,
etc.), y a profundidades (puentes, excavaciones, aberturas en el suelo, etc.).
Golpes contra objetos inmóviles: considera al trabajador como una parte dinámica, es
decir, que interviene de una forma directa y activa, golpeándose contra un objeto que no
estaba en movimiento.
Golpes y contactos con elementos móviles de las máquinas: golpes, cortes, rasguños, etc.
ocasionados por elementos móviles de máquinas y de instalaciones (no se incluyen los
atrapamientos, pero hay que vigilar cortes con sierra de disco).
Atrapamientos por o entre objetos y por vuelco de máquinas: incluye los atrapamientos
debidos a vuelcos de tractores, de vehículos o de otras máquinas, quedando el trabajador
aprisionado por ellas.
Contactos con sustancias cáusticas y/o corrosivas: accidentes por contactos con
sustancias y productos que dan lugar a lesiones externas.
Explosiones: acciones que dan lugar a lesiones causadas por la onda expansiva o por sus
efectos secundarios.
Causados por seres vivos: accidentes causados directamente por personas y por animales,
ya sean agresiones, mordiscos, picaduras, etc.
Atropellos, golpes y choques con o contra vehículos: atropellos de las personas por
vehículos, así como los accidentes de vehículos en los que el trabajador lesionado va
sobre el vehículo o vehículos (no se incluyen los accidentes de tráfico).
Causas naturales: accidentes sufridos dentro del centro de trabajo, pero que no son
consecuencia del propio trabajo, sino que son atribuidos a causas naturales que también
pueden darse fuera del mismo (infarto de miocardio, angina de pecho, etc.)
Agentes químicos: están constituidos por materia inerte y pueden estar presentes en el
aire bajo diversas formas (polvo, gas, vapor, humo, etc.).
Agentes físicos: diversas formas en que se manifiesta la energía, como ruido, vibraciones,
radiaciones, etc.
La Ley de Prevención los define como aquellos que resulten probables racionalmente, que
se materialicen en un futuro inmediato y que puedan suponer un daño grave para la salud.
Esta definición se refiere tanto a los daños inmediatos como a los diferidos, incluyendo las
situaciones en las que por la exposición a un agente puedan derivarse daños para la salud,
aun cuando no se manifiesten de forma inmediata.
El empresario está obligado a adoptar las medidas adecuadas y a suministrar las instrucciones
precisas para actuar, en caso de emergencia, de manera rápida y eficaz, con el fin de evitar las
En estas situaciones es probable que el riesgo se desencadene (una caldera con sobrepresión,
una techumbre, un depósito con una agente tóxico sometido a una temperatura anormalmente
elevada...) o que se materialice de forma inminente y, por lo tanto, difícilmente evitable en un
corto espacio de tiempo. Peligro grave e inminente equivale a riesgo grave e inminente.
Ejemplo: No responden los dispositivos de seguridad y la presión de las válvulas de una caldera
sigue elevándose más allá de lo que pueden soportar. Están a punto de estallar. Entonces
aparecen indicios determinantes, como grietas que se acrecientan en una techumbre en mal
estado, fisuras en un depósito con un agente tóxico que comienza a escaparse o que se deriven
daños graves si se está situado en el campo de influencia de la explosión de la caldera. Cuanto
más próximo a ella, peor: cabe la posibilidad de que se originen múltiples y graves lesiones que
pueden llegar a ser irreversibles, lo mismo que si se está debajo de la techumbre cuando se
derrumba o si se inhala gran cantidad de agente tóxico.
Riesgos ambientales
Son los que pueden ser desencadenados por agentes químicos, físicos o biológicos o de
organización del trabajo.
En los agentes físicos hay que considerar el área de cuerpo afectado o que pueda verse
afectado por la exposición además de tener en cuenta determinadas características.
Para evaluar un riesgo ambiental se mide el nivel promediado en el tiempo de la presencia del
contaminante en el puesto de trabajo (intensidad o concentración media, según se trate de un
agente físico o químico) y se compara con los valores-límite (intensidades o concentraciones
promediadas) de referencia.
Con los efectos inmediatos se quiere expresar que el daño se produce nada más
desencadenarse el suceso que lo causa, pudiendo evolucionar a partir de esta acción tanto en
un agravamiento como en una mejoría (accidente por caída de altura con resultado de lesiones,
la exposición a un ruido de impacto, un disparo con resultado de perforación del tímpano o la
salpicadura de un líquido corrosivo sobre la piel con resultado de una quemadura química o
destrucción de los tejidos).
En estos riesgos de accidente pueden intervenir también los agentes físicos y químicos cuando
producen efectos de carácter inmediato, denominados efectos agudos.
Los daños o efectos de los riesgos diferidos, es decir, que la exposición continuada a unos
determinados niveles de uno o más agentes ambientales supone la posibilidad de sufrir al cabo
de un cierto tiempo una alteración en la salud (pérdida de la capacidad auditiva por la
exposición a altos niveles de ruido durante un prolongado espacio de tiempo o cáncer por haber
estado expuesto a un agente cancerígeno años atrás, mesotelioma y exposición por vía
respiratoria a fibras de amianto hasta treinta años antes incluso).
Los efectos pueden manifestarse tiempo después y se denominan efectos crónicos. Son
característicos de los riesgos ambientales, puesto que existen patologías debidas a otras
causas, como las malas posturas o los movimientos no adecuados que pueden dar lugar, con el
tiempo, a patologías en músculos y en huesos.
Riesgos Psicosociales
Los factores de riesgos relacionados con la ordenación del trabajo se refieren a riesgos
psicosociales. La dificultad de su evaluación reside en que las posibles alteraciones de la
salud no suelen ser específicas, además de resultar difícil de discernir en qué medida se
deben a factores de riesgos laborales o extralaborales.
Esto no quiere decir que carezcan de importancia o que no se deban tomar medidas preventivas
sino que surgen de la organización del trabajo, pudiendo ser determinantes en la productividad
Riesgos de accidente1
Tanto la posibilidad muy remota de que se desprenda un objeto pesado desde una altura
apreciable, llegando a ocasionar graves lesiones, como la muy probable caída de un pequeño
objeto elástico desde una altura pequeña y que muy difícilmente llegaría a producir lesión
alguna podrían calificarse de riesgos leves o irrelevantes.
(1) A este apartado se refieren principalmente los códigos del 1 al 16, el 20, el 21 y el
23.
Para conseguir una protección eficaz para la seguridad y la salud de los trabajadores deben
mantenerse unas condiciones sanas y seguras. Para ello, hay que partir del conocimiento de
la situación, a través del análisis de las condiciones del trabajo y la evaluación de los
riesgos.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales generaliza la obligación de evaluar los riesgos como
la primera actividad preventiva que debe realizar el empresario.
La acción preventiva debe tener en consideración una serie de principios básicos contenidos en
el artículo 15 de la LPRL:
Evitar los riesgos. La supresión del riesgo, salvo casos excepcionales, implica la anulación
de la actividad, por lo que la viabilidad de este principio puede resultar escasa.
Evaluar los riesgos que no se puedan evitar. Es el punto inicial para la planificación de la
acción preventiva y se puede desarrollar de distintas formas: William T. Fine,
autoevaluación del INSHT, etc.
Sustituir lo peligroso. Una aplicación muy frecuente de este principio podemos apreciarla
en la continua supresión del plomo como pigmento de las pinturas y en la sustitución de
las pinturas cuya base es el disolvente por las que tienen como base el agua.
Planificar la prevención. Para ello hay que buscar un conjunto coherente que integre en
ella la técnica, la organización del trabajo, sus condiciones, las relaciones sociales y la
influencia de los factores ambientales en el mismo.
Dar instrucciones. Si a los trabajadores se les dice qué deben hacer sin indicarles cómo
hacerlo de forma segura la instrucción es insuficiente.
Restringir las zonas de riesgo grave y específico. Sólo las personas que posean la
información y la formación necesaria para saber cómo deben actuar podrán acceder a
estas zonas.
Prever las distracciones no temerarias. Para ello se deberán adoptar las medidas
preventivas más efectivas, que no podrán suponer un riesgo mayor a aquel que se
pretende evitar.
Actividades preventivas
Para que la acción preventiva pueda resultar eficaz se debe desglosar en una serie de
actividades. La LPRL establece las actividades obligatorias siguientes:
Evaluación de los riesgos. La evaluación de los riesgos se debe referir tanto a los
inherentes a cada puesto de trabajo como a los presentes en las áreas y en los servicios
comunes (pasillos, instalaciones, escaleras, vestuarios, etc.).
Planificación de la acción preventiva. El plan debe contener por escrito el conjunto de las
actividades que en materia de seguridad e higiene deben realizar las empresas,
distribuyendo sus funciones y sus responsabilidades.
Información. El trabajador debe conocer los riesgos para su seguridad y su salud así como
las medidas que debe seguir para evitarlos. Por ello debe estar informado de los riesgos y
de las medidas preventivas que se deben adoptar tanto en situación de normalidad como
en caso de emergencia.
Formación. El empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación
teórica y práctica en materia preventiva, tanto en el momento de la contratación como
cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeñe, en los equipos de trabajo
o se introduzcan nuevas tecnologías.
En la propia persona: para protegerla mediante equipos de protección individual contra los
riesgos existentes, para promover y vigilar su salud y para educarla y formarla
adecuadamente. Cabe añadir las instrucciones de carácter organizativo (cambio de tarea
o método, rotación de puestos, etc.).
Seguridad en el trabajo
Higiene industrial
Es la técnica preventiva encargada del estudio y del control de los agentes contaminantes.
Tiene por objeto la prevención de los daños a la salud que puedan causar a los
trabajadores.
En el medio ambiente de trabajo están presentes una serie de agentes agresivos que pueden
producir alteraciones en la salud si se está expuesto a ellos el tiempo suficiente. Estos agentes
agresivos reciben el nombre genérico de contaminantes y su presencia en el ambiente laboral
no obedece a causas normales.
Estos agentes son capaces de producir daños a la salud de los trabajadores, que pueden
manifestarse en forma de accidentes de trabajo o de enfermedades laborales.
Contaminantes quimicos
Hay miles de sustancias químicas conocidas y utilizadas en el mundo del trabajo. Los
agentes químicos son capaces de producir efectos negativos sobre la salud si se encuentran
en determinadas cantidades y si se está expuesto a ellos el tiempo suficiente.
A los agentes químicos se les denomina tóxicos porque son sustancias ajenas al organismo
capaces de causar un efecto nocivo. Para producir dicho efecto es necesario que penetren en el
cuerpo.
El efecto tóxico de estas sustancias está condicionado por la vía de entrada del contaminante en
el organismo, por el tiempo que permanezca el trabajador expuesto al agente contaminante,
por la dosis que logre penetrar y por la susceptibilidad individual.
La vía de entrada determina en gran medida el efecto tóxico del agente químico, el cual
puede producir distintos efectos según la vía por la que penetre.
Vía respiratoria. La vía más importante en el ambiente laboral es la vía respiratoria o vía
inhalatoria.
Los contaminantes presentes en el aire pueden ser gases o vapores que se mezclan con el
oxígeno, partículas que tengan un peso lo suficientemente bajo como para flotar en el aire y un
tamaño lo suficientemente pequeño como para entrar en las vías respiratorias.
El tamaño de las partículas determina el nivel máximo de alcance dentro de las vías
Vía dérmica. Es la segunda vía de entrada más importante en el medio laboral, ya que la
piel es una barrera que nos separa pero también nos protege del ambiente exterior. Sin
embargo, algunas sustancias tóxicas tienen la capacidad de penetrar a través de la piel,
como algunos disolventes.
Vía digestiva. Es menos frecuente que las dos anteriores ya que la entrada por ingestión
se produce por malos hábitos de higiene.
Ejemplo: Comer con las manos impregnadas de productos tóxicos, fumar en el lugar
de trabajo, masticar chicle durante la jornada laboral, comerse las uñas, etc. hace
que se ingieran accidentalmente cantidades de sustancias tóxicas que pasan al
aparato digestivo.
La principal medida para la prevención de los efectos tóxicos de los agentes químicos es la
identificación de la exposición a los mismos. Por eso es importante conocer cuáles son las
sustancias químicas que están presentes en el medio ambiente del trabajo a través del
etiquetado de los productos químicos.
Estos productos deben estar provistos del etiquetado correspondiente y de las fichas de
seguridad, que proporcionan la información instrucciones necesarias tanto para manipular el
producto con las debidas medidas de seguridad como para hacer frente a posibles medidas de
emergencia.
Las medidas de prevención deben aplicarse por orden de prioridad sobre el foco (es decir, sobre
el lugar donde se genera el contaminante), sobre el medio (generalmente el aire por donde se
transmite el tóxico) y sobre el trabajador que recibe el contaminante.
Contaminantes físicos
A los agentes químicos se les denomina tóxicos porque son sustancias ajenas al organismo
capaces de causar un efecto nocivo. Para producir dicho efecto son necesarios niveles altos.
Los efectos sobre la salud pueden ser auditivos, porque la exposición prolongada al ruido puede
producir un descenso de la capacidad auditiva y no auditivos, que van desde la alteración de la
respiración, el aumento de la tensión arterial y la posibilidad de padecer úlceras de estómago
hasta la alteración del sueño, la irritación, el cansancio, la inquietud, etc.
Ejemplo: Se puede encerrar la fuente para que no se difunda pero la prevención más
eficaz consiste en elegir la máquina que emita la menor cantidad de ruido.
Pueden transmitirse al cuerpo humano a través de las manos. En este caso las vibraciones
proceden de herramientas o de equipos de trabajo, como un martillo neumático, y se
denominan vibraciones manobrazo o a través del cuerpo. Estas proceden de los vehículos y se
denominan vibraciones de cuerpo completo (pueden entrar a través de los pies). Por ejemplo:
La superficie del asiento de un vehículo.
La exposición a las vibraciones produce diversos efectos sobre la salud de los trabajadores,
dependiendo de si son vibraciones mano-brazo o de cuerpo completo. Pueden ir desde mareos o
vómitos producidos por los vehículos en movimiento hasta alteraciones en la columna, dolores
en la zona dorsolumbar, alteraciones de la sensibilidad de los dedos y de las manos, aumento
de las alteraciones digestivas, etc.
Las medidas preventivas pueden tomarse a nivel del foco donde se origina la vibración
(maquinaria), a nivel del medio (la zona de contacto entre el trabajador y el aparato, la máquina
o el vehículo emisor de las vibraciones) y a nivel del receptor, que es el trabajador que recibe
las vibraciones.
Radiaciones No ionizantes, como las procedentes de la luz del sol. Son más frecuentes que
las ionizantes en el lugar de trabajo. Contiene menos energía que las ionizantes, lo que las
hace menos peligrosas.
La exposición a radiaciones no ionizantes puede producir alteraciones de la piel, como
enrojecimientos, irritaciones o quemaduras, y efectos más graves sobre los ojos, como
pérdida de visión momentánea, conjuntivitis, etc. Según la energía que contienen hay
varios tipos de radiaciones no ionizantes:
Radiaciones ultravioleta: son las que tienen mayor contenido energético y, por tanto,
pueden producir efectos más severos. Afectan fundamentalmente a la piel y originan
irritación.
Láser: es una radiación artificial que tiene muchas utilidades y aplicaciones en el campo
laboral. El riesgo mayor de la exposición al láser está en los ojos y en la piel. Su potencia
puede llegar a destruir los tejidos.
Iluminación. La iluminación del puesto de trabajo debe ser adecuada. Tanto el exceso
como su defecto son perjudiciales para la salud. El exceso de luz puede ocasionar molestias,
irritación ocular, dolores de cabeza y deslumbramientos.
El organismo humano se encuentra a una temperatura constante de 37º C que debe mantener
para preservar las funciones vitales. Sin embargo, las temperaturas externas pueden ser muy
variadas. Para mantener constante la temperatura el cuerpo posee una serie de mecanismos,
denominados mecanismos de termorregulación.
El ejercicio físico, el metabolismo, etc. son procesos que generan calor en el interior del
organismo.
La exposición prolongada al calor puede producir deshidratación por sudoración excesiva, fatiga
y, en casos extremos de exposición elevada, estrés térmico o choque de calor, que puede llegar
a producir pérdida de consciencia y muerte.
Los contaminantes biológicos son organismos, seres vivos o parte de ellos capaces de
introducirse en el interior del cuerpo humano y de originar una serie de efectos negativos
para la salud, como infecciones, alergias, toxicidad, etc.
Virus: son formas elementales de vida que necesitan estar dentro de otro ser vivo para
reproducirse y sobrevivir. Algunos de los virus que pueden estar en el lugar de trabajo son
los que producen la hepatitis, el virus de la rabia o los de la gripe.
Bacterias: tienen mayor tamaño y complejidad que los virus. Algunas bacterias que
pueden producir alteraciones por su presencia en el lugar de trabajo. Son las causantes
del tétanos o de la tuberculosis.
Gusanos: son animales de tamaño variable que pueden penetrar en el organismo con el
fin de parasitarlo. Proceden de otros animales o del medio y pueden alojarse en los
órganos internos, como en el intestino o en los pulmones, y producir alteraciones de la
salud.
Los agentes biológicos se clasifican en cuatro grupos según su potencial dañino para el hombre:
Grupo 3: agentes que pueden transmitirse a la colectividad pero para los que existe una
profilaxis o un tratamiento eficaz.
Grupo 4: agentes que son causantes de enfermedades que pueden transmitirse y para los
que no existe ni profilaxis ni tratamiento eficaz. Son los más peligrosos.
El grupo al que pertenezcan los agentes determina las medidas de prevención y de protección
que deban tomarse. Pueden ser generales o específicas.
Las técnicas preventivas que utiliza la Medicina del Trabajo son fundamentalmente las
siguientes:
Ergonomía y psicología
Consiste en un conjunto de técnicas que tienen por objeto la adecuación del puesto de
trabajo a la persona, incluyendo aspectos relativos a sus dimensiones, esfuerzos y
movimientos, además del estudio de los medios físicos, temporales y organizativos.
Los principales objetivos de la ergonomía son optimizar la interrelación entre las técnicas
utilizadas y las personas, controlar el medio ambiente de trabajo, seleccionar las técnicas más
adecuadas a las personas disponibles, favorecer el interés de los trabajadores por la tarea y el
proceso productivo y evaluar los riesgos de fatiga física y mental.
Del puesto de trabajo, con objeto de adaptar las dimensiones, los esfuerzos y los
movimientos a las características individuales de la persona que los desempeña.
De los sistemas, que amplía el enfoque anterior al considerar tanto los aspectos físicos del
entorno del puesto de trabajo (ruido, iluminación, temperatura, etc.) como los
Desarrollo integral de la persona, que tiene en cuenta a los trabajadores no sólo como
sujetos pasivos sino también como activos y fomenta su participación en la mejora de las
condiciones de trabajo, además de incrementar su satisfacción personal.
El trabajo constituye una fuente de riesgo para la salud y la seguridad que tiene su origen en las
condiciones en las que se realiza. Dichas condiciones están definidas en el artículo 4.7 de la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales: “características del trabajo que puedan tener una
influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador”.
Condiciones de seguridad.
El trabajo puede dar lugar a la pérdida del equilibrio de la salud y originar lo que la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales denomina daños derivados del trabajo, que define en su
Los daños derivados del trabajo en relación con su patología y tipo de factores que los originan
son:
Accidentes de trabajo
La Ley general de la Seguridad Socia lo define como toda lesión corporal que el trabajador sufra
con ocasión o por consecuencia del trabajo, bien sea por cuenta ajena o propia (1).
Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del desempeño de los
Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo distintas a las
de su categoría profesional, ejecute el trabajador en cumplimiento de las órdenes del
empresario o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa.
Las enfermedades o defectos padecidos con anterioridad por el trabajador que se agraven
como consecuencia de la lesión constitutiva del accidente.
Se presumirá, salvo prueba de lo contrario, que son constitutivas de accidente de trabajo las
lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y el lugar de trabajo. No tienen consideración
de accidentes de trabajo:
Los que sean debidos a dolo o a imprudencia temeraria del trabajador accidentado.
Del análisis de la definición legal de accidente de trabajo se pueden establecer tres elementos
necesarios para que un accidente de trabajo pueda ser considerado como tal:
La definición incluye el término “con ocasión o por consecuencia” que con una ambigüedad
Según el lugar del accidente hay que diferenciar aquEllos acaecidos en el lugar o en el centro de
trabajo de los que suceden fuera, normalmente en el camino de ida o de regreso al domicilio,
denominados accidentes “in itinere”.
Para que tengan la consideración legal de accidentes de trabajo es preciso que exista un nexo
causal entre el desplazamiento y la prestación del trabajo.