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“UN CRIMEN LLAMADO EDUCACIÓN”

El documental “Un crimen llamado educación”, dirigido por el norteamericano Jürgen


Klaric en 2017, presidente y cofundador de una empresa de neuromarketing, tiene
como origen el acoso escolar psicológico sufrido por su propia hija. La finalidad de
este documental es analizar sobre el sistema educativo para contribuir a crear
consciencia. Con ese objetivo analiza la situación educativa de catorce países
(México, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Uruguay, Panamá, Argentina, República
Dominicana, EE.UU., España, Corea del Sur, Finlandia y Singapur) a través de una
amplia y variada serie de entrevistas, donde participan especialistas en diversas
áreas del conocimiento, agentes sociales, padres de familia y estudiantes.
Este documental, es una mirada crítica a un conjunto de aspectos muy
problemáticos del sistema educativo actual, sobre los que se hace necesario
detenernos en su reflexión. Entre otras temáticas abordadas se puede reseñar las
siguientes: el sistema educativo mantiene su vieja y clásica esencia, a pesar de los
cambios estéticos externos y modelos pedagógicos innovadores; anula y atrofia la
capacidad de pensar, mata la creatividad y castiga el error y exalta la competitividad;
es un modelo centrado en formar mano de obra, que tiende a la homogenización,
estandarización y robotización social; favorece la exclusión y construye ciudadanos
indiferentes y manipulables; no tiene en cuenta las distintas capacidades y las
inteligencias múltiples; tiene una visión mercantilista de la educación (concebida
como mercancía y negocio); favorece la mediocridad, la corrupción y la
discriminación; desprestigia socialmente a los docentes y a su profesión; y para
mayor ofensa aquellos países, referentes mundiales en calidad educativa (Corea del
Sur y Finlandia), son los que cuentan con los más altos índices de suicidio,
alcoholismo, depresión e infelicidad social, etc.
El sistema educativo es el crimen más grande que existe actualmente. Todos somos
cómplices de este crimen. Los gobiernos roban el dinero y no garantizan una
educación de calidad. Las escuelas pagan a sus maestros salarios espantosos y no
innovan sus infraestructuras y metodologías. Hay muchas personas que se
convierten en maestros porque no lograron sus metas. Y por eso, odian sus trabajos
y no desarrollan las habilidades de sus estudiantes. Los padres se convirtieron en
seres ausentes que no saben nada acerca de sus hijos y ni siquiera contribuyen a su
educación. Y después de todo eso, los únicos que pagan el precio son los niños.
Este es un crimen llamado educación.

CONCLUSIÓN:
En definitiva, este documental “Un crimen llamado educación”, pone sobre la mesa
cuestiones claves y esenciales que deben servir para reflexionar, analizar, debatir y
actuar.
As así, que el sistema educativo, desde nuestra perspectiva, no es más que un fiel
reflejo de la sociedad en la que vivimos, un espacio donde conviven depredadores y
depredados; estructuralmente “burrocratizado”; intervenido y sin espacios de
libertad; un lugar de falsedades, mediocridades y seudo pedagogos; un espacio con
excesivas interferencias de los grupos selectos de poder, plagado de intereses
sociales, familiares, político; y donde la presencia de académicos está reducida a la
mínima expresión.
En tal sentido hay que empezar a desnudar a esos “impostores”, pues hay que dejar
bien sentado que la educación no transforma a la sociedad, más bien es la sociedad
la que debe transformar a la educación, aunque siendo observador directo de la
realidad educativa debemos sentenciar que es justamente la sociedad la encargada
de replicar las malas artes en el mundo educativo actual, como un mecanismo
reproductor del sistema, en favor de su propia consolidación y supremacía.
Esta obra reflexiona sobre un gran número de aspectos que se podrían mejorar en la
educación, tal y como está planteada hoy en día. Estos aspectos son reproducidos
tanto por docentes como por el alumnado, razón por la que este documental trata de
plasmar el sistema educativo como un sistema obsoleto que necesita cambios de
raíz.
Asimismo, puedo concluir que la frase “Un crimen llamado educación" que toma el
autor en el documental”, lo usa para referirse a un sistema educativo que se
considera deficiente, ineficaz o incluso perjudicial para los estudiantes y la sociedad
en general. El término se usa para criticar la falta de recursos, la desigualdad de
oportunidades, la enseñanza inadecuada, el enfoque excesivo en los exámenes y la
evaluación en lugar de la educación en sí misma, entre otros problemas.
En algunos casos, el término "crimen" se refiere a la idea de que el sistema
educativo falla en su responsabilidad de brindar a los estudiantes las herramientas y
habilidades necesarias para tener éxito en la vida, y que esta falta de preparación
puede tener consecuencias graves y duraderas en la vida de las personas. Algunos
argumentan que el sistema educativo no solo falla en su responsabilidad de educar
a los estudiantes, sino que también es responsable de perpetuar la desigualdad
social y económica.
En conclusión, "un crimen llamado educación" se utiliza como una forma de expresar
la frustración y la preocupación por los problemas percibidos en el sistema educativo
y su impacto en los estudiantes y en la sociedad en general.

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