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20ºedición
Diciembre 2018
www.holegon.net/
ho legon nº20
director Jedry Velis
contacto holegon.pucv@gmail.com
Equipo Editorial
Revista Ho Légon
Agradecimientos
edición nº20 8
Prólogo
edición nº1 10
En busca de “Ho Légon”
Ilustración “Sensaciones” 37
La voluntad y el entendimiento en la 38
conceptualización de la libertad:
Leibniz y Dun Scoto a contrapunto
Ilustración “Retratos” 88
Edición Nº1
decir, que son los principales. Todos los significa esto? Significa que el hombre
demás sentidos derivan de estos. “devuelve” la unidad a lo real cuando lo
conoce. En este punto el lenguaje que
Quien se encuentra con una palabra he utilizado es muy difícil de entender,
como esta no puede dejar de notar el pues al utilizar el término “devolver” no
hecho de que tiene dos significados quiero decir que lo real-uno pierda su
aparentemente distintos. Ante este hecho unidad constitutiva y que el conocimiento
surgen preguntas como estas: ¿Qué tiene que el hombre tiene de él (lo uno) se la
que ver reunir con decir?, ¿Por qué utilizar reponga sino que, más bien, quiero decir
una misma palabra para designar dos el conocimiento humano, por decirlo así,
cosas distintas?, ¿Acaso esto no muestra “eleva” esa unidad constitutiva real hasta
que el griego es una lengua “pobre”? “convertirla” en una unidad cognoscitiva.
En base a lo anterior pienso que puede
Ante al hecho de que “Légó” significa dos decirse que le hombre no conoce
cosas diversas con la misma fuerza, yo me plenamente algo si no da unidad a ello.
inclino a pensar que esto no responde a Así, entonces, conocer es reunir.
una pobreza de vocabulario por parte de
la lengua griega, sino que responde a una Pero el hombre no se queda simplemente
profunda intuición del espíritu griego, a la en el conocer algo, sino que su naturaleza
luz de la cual reunir y decir son los mismo. le exige que se exprese, que diga lo que
conoce; así la palabra es una necesidad
¿Qué es reunir? “Reunir” es un término para el hombre. Es como si el hombre
complejo; está formado por la forma al conocer la realidad adquiera, en ese
verbal “unir” y el prefijo “re”, de modo mismo acto, una deuda con ella, la cual
que reunir es volver a unir. Atendiendo a quedaría saldada por la palabra. La
esto último, es claro que el reunir es una palabra salda la deuda que el hombre
instancia esencialmente posterior a lo adquiere con la realidad al momento de
uno, pues justamente consiste en volver a conocerla, pues ella misma es algo real. Sin
hacer uno algo que primigeniamente ya embargo, la materialidad de la palabra (su
lo era. Ahora bien, aquella instancia que vocalización, escritura, etc.), o por decirlo
es posterior a lo uno (que es lo existente así, su “corporalidad”, no salda la deuda;
aquí y ahora) es, a mi modo de ver, una aquella deuda es saldada completamente
instancia cognoscitiva, que en definitiva es cuando esa vocalización, esa escritura,
el hombre. El hombre conoce lo real, y su tiene espíritu. Ese espíritu que es la vida
conocimiento es reunidor de lo real. ¿Qué de la palabra es el conocimiento que
14 edición nº xx
resumen
Lo “impolítico”, como la critica a toda asunción de lo político en términos
de valor, es lo que permite llegar al Tercero o a la noción de comunidad.
Es bajo el vuelco de la política tradicional inquebrantable y del dispositivo
de la persona que otra forma de política es posible, una política de
lo impolítico. Sin embargo, pareciese que antes de llegar al estatuto
impolítico la construcción de comunidad es imposible y efímera, pues ¿qué
sucede entonces cuando la justicia es necesaria para el momento exacto?,
ante propuestas éticas como la de Lévinas ¿qué le puede proporcionar lo
impolítico al Tercero?
i. lo impolítico de la política
Antes de exponer aquello que Esposito entiende por impolítico se
desarrollará el sentido de éste a partir del concepto de inmunización,
pues al parecer son términos contrarios y dar el significado de uno
permite entender el significado del otro en términos negativos.
Teniendo noción del problema de la inmunización podremos
acercarnos a aquello que se le opone radicalmente: lo impolítico.
18 edición nº xx
2
Matías Saidel, “La herencia foucaultiana en el abordaje de la biopolítica en Esposito
y Agamben” ( ponencia presentada en “Jornadas de Foucault”, Buenos Aires, 4 y 5 de
noviembre, 2006).
ho légon 19
3
Alfonso Galindo. Pensamiento impolítico contemporáneo. Ontología (y) política en
Agamben, Badiou, Esposito y Nancy. (Madrid: Sequitur, 2015).
5
Roberto Esposito. Categorías de lo impolítico (Buenos Aires: Katz, 2006), 12.
4
Para Esposito, la filosofía ha tenido numerosos exponentes de lo impolítico, entre ellas
Simone Weil y Hannah Arendt. Por un lado, de la primera autora destaca la denuncia que esta
hace sobre el carácter particular y violento del derecho; así, Esposito afirma, siguiendo a Weil,
que si el derecho pertenece a la persona, la justicia pertenece a lo impersonal. Por otro lado,
de Arendt recalca la crítica al encantamiento de la modernidad, en el cual la política perdió
su sentido al enceguecerse con la técnica. A partir de ahí, creció la dependencia del hombre
hacia los productos que él mismo había fabricado. Llegó tanto la supresión del pensamiento
autónomo como la decadencia de la política en su sentido más propio.
20 edición nº xx
6
Lo impolítico difiere de: i) la antipolítica, porque no plantea un debilitamiento de lo polí-
tico sino una intensificación y radicalización de este. Además, la antipolítica coincide con
la política en cuanto que proviene de ella, entonces lo impolítico no puede ser antipolítico
porque es política en su sentido negativo; ii) lo apolítico, porque este se asume desde la
realidad de la que toma distancia, es decir lo político; y iii) la despolitización, porque esta
se da en forma de inmunización de la comunidad que nace dentro la cascara de la política
absoluta y de obligación soberana.
7
Roberto Esposito. Categorías de lo impolítico, 17.
8
Roberto Esposito. Categorías de lo impolítico, 35.
9
Roberto Esposito. Tercera Persona. Política de la vida y filosofía de lo impersonal (Buenos
Aires-Madrid: Amorrortu, 2009), 10.
ho légon 21
10
Roberto Esposito. Tercera Persona. Política de la vida y filosofía de lo impersonal, 14.
11
Roberto Esposito. Tercera Persona. Política de la vida y filosofía de lo impersonal, 155.
22 edición nº xx
12
Roberto Esposito. Tercera Persona. Política de la vida y filosofía de lo impersonal, 155.
13
Ángel Álvarez, “Ética de lo impersonal y gestión de la vida”, Revistas Universidad de Málaga
(Julio-Diceimbre 2014): 145-161.
ho légon 23
14
Hablo de una política impolítica porque, como he mostrado, la impolítica no deja de ser
profundamente política en todos sus sentidos, lo que los diferencia es que aquel se reviste
de este en su forma crítica.
15
Pablo Gudiño, “La comunidad de lo (im)político: Ser con la otredad” Andamios, revista de
investigación social 16 (mayo-agosto 2011): 33-48.
24 edición nº xx
bibliografía
resumen
El objetivo principal de este artículo es tratar de dar una explicación a un
problema clásico dentro de la filosofía aristotélica: la aparente contradicción
que se da entre las distintas caracterizaciones que Aristóteles hace de la
filosofía primera en Metafísica, en particular, las entregadas por él en los
libros Γ y Ʌ en donde la define, en principio, como una ciencia general,
ciencia del ente en cuanto ente, y posteriormente como particular, ciencia
que se ocupa de la sustancia divina. Para lograr el objetivo planteado,
se presentarán tres tesis de tres autores diferentes en las que se busca
compatibilizar estas dos caracterizaciones de la filosofía primera, o
simplemente aceptar una contradicción.
palabras clave: Aristóteles, Metafísica, Teología, Ontología, Filosofía Primera.
i. introducción
La filosofía, desde sus inicios, ha transitado en una tensión cons-
tante entre ontología y teología. Como las palabras ser y Dios
apuntan a lo más universal y esencial no parece extraño que las
disciplinas que se dedican a su estudio tiendan a traslaparse, sobre
todo, si tenemos en cuenta que ambos, ser y Dios, abarcan el mismo
territorio. De ahí resulta entonces que la filosofía se constituya
tradicionalmente como ontoteología, según diversos autores, entre
los que podemos contar a Heidegger2. El origen de este fenómeno
podemos rastrearlo hasta tan atrás como es la filosofía de Aristóteles
quien, a través de su pregunta por las primeras causas y principios,
estaría dando un impulso a esta relación y, de paso, poniendo las
bases de todo pensar sobre Dios llevado a cabo en la filosofía
futura3. Sin embargo, existe también otro punto en la filosofía aris-
totélica que nos mueve en esta dirección ontoteológica, a saber:
la caracterización que se realiza en la Metafísica sobre la filosofía
primera y que involucra a la ontología y la teología.
1
Licenciada en Filosofía de la Universidad de Chile. Estudiante de Magíster en Filosofía en la
misma casa de estudios.
2
Cfr. HEIDEGGER, Martin, “The onto-theo-logical constitution of Metaphysics” en Identity and
Difference (Harper & Row, New York, 1969) p. 42.
3
HOLZAPFEL Cristóbal, Deus Absconditus, (Editorial Dolmen, Santiago, 1995), p. 16; ARISTÓ-
TELES, Física, (Editorial Gredos, Madrid. 2007. Traducción Guillermo R. de Echandía), Libro II.
ho légon 27
ii. el problema:
¿Es la Filosofía primera universal o particular?
En Metafísica, Aristóteles entrega dos definiciones para la filosofía
primera, definiciones que, en primera instancia, no parecen ser
compatibles e, incluso, hasta pueden considerarse contradictorias.
En Met. Γ 1-2 Aristóteles muestra que existe una ciencia que se
dedica al estudio de lo que es en tanto que es y de sus propiedades
esenciales. Esta ciencia se diferencia de las demás ciencias por no
dedicarse a un solo ente particular, a una parte del ser, sino que
abarca el ser en su totalidad:
4
ARISTÓTELES, Metafísica, (Editorial Gredos, Madrid. 1994. Traducción Tomás Calvo), E,
1,1003ª 22-25; E, 2, 1003ª32-1003b10.
28 edición nº xx
5
VIGO, Alejandro. Aristóteles. Una introducción, (Ed. Instituto de Estudios de la Sociedad,
Santiago de Chile, 2006), p. 142.
6
REALE, Giovanni. Guía de lectura de la Metafísica de Aristóteles, (Trad. J.M López de Castro,
Editorial Herder, Barcelona, 2003), p. 63.
7
1026ª 18-32
ho légon 29
8
ARISTÓTELES, Op. Cit (3), 1026ª 27-30.
9
Cf. Ibidem1026ª31-32.
10
Para mayor profundización, véase WEISCHEDEL, Wilhelm, Der Gott der Philosophen.
Grundenlang einer philosophischen Theologie im Zeitalter des Nihilismus (Wisenschaftliche
Buchgesellschaft, Darmstadt, 1983).
30 edición nº xx
11
JAEGER, Werner. Aristóteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, (Trad. José
Gaos, Fondo de Cultura Económica, México, 2013), p. 251.
12
Ibidem, p. 255.
13
Ibidem
14
VIGO, Alejandro. Op. Cit (4), p. 145.
15
Ibidem
ho légon 31
16
JAEGER, Werner. Op. Cit (9), p. 392.
17
MERLAN, Philip. From Platonism to Neoplatonism, (The Hague: Martinus Nijhoff, 1975), p.
163 (Mi traducción).
18
VIGO, Alejandro. Op. Cit (4), p. 145.
32 edición nº xx
19
Ibidem, p. 146.
20
Ibidem
21
Ibidem, p. 148.
ho légon 33
[…] permite ver por qué Aristóteles piensa que la ciencia del
ser, entendida fundamentalmente como ciencia de la sustancia,
no puede estar concluida, como tal, sin una consideración expresa
de las sustancia divina, que constituye, por así decir, el caso básico
o focal de la noción de sustancia […] la sustancia corruptible no
puede ser comprendida cabalmente sin considerar su dependencia
causal de la sustancia sensible no corruptible, pues los astros son
causas de los procesos a los que están sujetas las sustancias del
mundo sublunar, y, a su vez, el intento de dar cuenta del modo
en que son y se comportan los astros remite necesariamente a la
sustancia no sensible, que es causa inmediata de sus movimientos
y, con ello, también causa remota de todos los objetos y movimientos
de la realidad física23.
22
Ibidem, p. 147.
23
Ibidem, p. 148.
24
Ibidem
25
Ibidem, p. 149.
34 edición nº xx
v. consideraciones finales
Después de revisar las distintas posiciones con respecto a las caracteri-
zaciones de la filosofía primera de Aristóteles ¿podemos finalmente dar
una respuesta a la pregunta que nos habíamos planteado al comienzo
de este trabajo? ¿Se puede resolver realmente la aporía que presentan
las dos caracterizaciones dadas para la filosofía primera en Metafísica?
26
Ibidem
ho légon 35
Por otro lado, Vigo apunta a una solución interesante para este
dilema: el problema no radica en que una de las caracterizacio-
nes apunta a una ciencia universal y la otra a una ciencia de tipo
específico. El problema radicaría en la noción de universalidad que
usamos cuando analizamos estas definiciones. Si nos restringimos a
la concepción más tradicional de universalidad, no hay demasiadas
posibilidades de demostrar que ambas caracterizaciones no son
contradictorias. Sin embargo, si tomamos en cuenta una segunda
forma de universalidad, a saber: “la referencia común de una mul-
tiplicidad de cosas a algo considerado básico y primario”27, las po-
sibilidades de compatibilizar ambas caracterizaciones de la filosofía
primera parecen ser más reales.
27
Ibidem, p. 148.
28
Véase nota 3.
36 edición nº xx
bibliografía
Sensación:
La voluntad y el entendimiento
en la conceptualización de la Libertad:
Leibniz y Duns Scoto a contrapunto
Felipe Iván Guerrero1
resumen
Contraponer dos elementos disímiles hace, no solamente que sus
distinciones se hagan patentes, sino, también los elementos que le son
propios a cada uno. En este ensayo nos proponemos hacer una reflexión
respecto a dos pensadores elementales de la tradición: Gottfried Leibniz
y Duns Scoto. El núcleo se desarrolla en torno a los conceptos de voluntad
y entendimiento en la conceptualización de la libertad y los matices
que adquieren en cada uno de estos pensadores. Para Leibniz, por una
parte, la voluntad sin el entendimiento da palos de ciego, por otra parte,
para Scoto, el entendimiento es una potencia irracional, pues conoce
necesariamente. ¿Cómo conjugar lecturas tan distintas? Nuestra tesis es
que, más que distintas en sentido radical, toman caminos distintos pues
su punto de partida es distinto: sería una distinción de principio.
palabras clave: Voluntad, Entendimiento, Potencia Racional, Scoto, Leibniz.
(cuál es el sentido
de polemizar sobre cosas
que nunca se dan)2
1
Estudiante de quinto año pedagogía en Filosofía de la Universidad de Playa Ancha, tesista.
2
Gottfried Leibniz, Escritos en torno a la libertad, el azar y el destino (Madrid: Tecnos, 1990), 23.
3
Paréntesis agregado por Leibniz a modo de precisión en un escrito de 1697 titulado Contra
la indiferencia. El texto se encuentra en: Gottfried Leibniz, Escritos en torno a la libertad, el
azar y el destino (Madrid: Editorial Tecnos, 1990), 119.
ho légon 39
4
Gottfried Leibniz, Ensayos de teodicea (Granada: Editorial Comares, 1990), 122.
5
Gottfried Leibniz, Escritos en torno a la libertad, el azar y el destino, 6.
6
Gottfried Leibniz, Ensayos de teodicea, 292.
40 edición nº xx
la condición de todo lo creado por Dios, pues puede no ser del modo
en que es ahora y su opuesto no implica contradicción: puede efecti-
vamente ser del modo contrario. Este último principio tiene rasgos
muy interesantes, primero, tiene una relación directa y clara con el
principio de razón suficiente, segundo, sin pugna puede justificarse
como un principio no-necesario y aun así en concordancia con la
presciencia divina7. ¿Cómo entonces se pueden juntar con tanta
precisión ideas aparentemente tan contradictorias, a saber, lo ne-
cesario y lo hipotético? La necesidad de la que habla el principio es
una de tal naturaleza que hace tender al hombre mas no lo necesita:
7
Gottfried Leibniz, Escritos en torno a la libertad, el azar y el destino, 41.
8
Gottfried Leibniz, Ensayos de teodicea, 292.
9
Gottfried Leibniz, 297.
10
Gottfried Leibniz, 296.
ho légon 41
11
Gottfried Leibniz, 296.
12
Gottfried Leibniz, 297.
13
Gottfried Leibniz, 296.
14
Gottfried Leibniz, 292.
15
Gottfried Leibniz, Escritos en torno a la libertad, el azar y el destino, 112.
16
Gottfried Leibniz, 112.
42 edición nº xx
17
Gottfried Leibniz, Ensayos de teodicea, 110.
18
Gottfried Leibniz, 307.
19
Gottfried Leibniz, 307.
20
Gottfried Leibniz, 308.
ho légon 43
21
Aristóteles, Metafísica (Madrid: Gredos, 1994), 366.
22
Aristóteles, 366.
44 edición nº xx
23
Duns Scoto, Quaestiones super libros metaphysicorum Aristotelis IX, Q. 15, Serie Universita-
ria, n° 199 (España: Cuadernos de anuario filosófico, 2007), 35.
24
Duns Scoto, 37.
ho légon 45
25
Duns Scoto, 41.
26
Duns Scoto, 41.
46 edición nº xx
Y así el intelecto cae bajo [el título de] naturaleza. Pues de por
sí está determinada a entender, y no está en su potestad entender
o no entender [acerca de los conceptos simples] y en relación a los
compuestos, respecto de los cuales es capaz de actos contrarios,
tampoco los tiene en su potestad para asentir y disentir27.
27
Duns Scoto, 51.
28
Duns Scoto, 77.
ho légon 47
Uno de los grandes diques que abren así una corriente de dife-
rencias entre estos pensadores es el alcance de la noción de con-
tingencia. En Leibniz, a nuestro parecer, esta idea condensa en
gran medida el espíritu de toda su época: contingente es aquello
cuyo opuesto no implica contradicción, es decir, para que A no sea
necesario tiene que ser posible -A. Vale la pena destacar aquí la
particularidad que ofrece a esto la virtualidad. Para nuestro pen-
sador, si fácticamente es posible o no que acontezca -A no tiene
importancia formal, ya con su posibilidad virtual tenemos todo para
aseverar con seguridad que estamos frente a algo contingente. Este
ámbito que llamamos virtual merece muchísima atención, más
aún en el ámbito del pensamiento moderno. La contingencia en
Leibniz es fundamento de toda su batería conceptual. Salta rápida-
mente a la vista cuando expone el principio de contradicción, por
lo tanto, sin ella no podríamos argumentar en vistas de la libertad.
29
Duns Scoto, 77.
50 edición nº xx
bibliografía
resumen
La siguiente reflexión parte con un análisis lingüístico del léxico utilizado
por Aristóteles en la primera frase de su Metafísica, en particular del verbo
desear, como elemento rector de la naturaleza humana. La idea central es
mostrar cómo el acto de tender-hacia se vuelve fundamental para el alma
humana, en especial, por su carácter de potencia matriz de esta.
i. sobre el uso de
Órexis en la obra de Aristóteles
Para comprender el pensamiento griego es fundamental, no solamen-
te establecer una estructura retórico-discursiva, sino también indagar
en la historia, estructura y morfología que tiene detrás cada una de las
palabras, esto equivale a hacer un poco de ciencia del lenguaje.
1
Licenciado y Magíster en Filosofía. Ingeniero en Administración de Empresas. Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso. Contacto: jai.poblete@gmail.com.
2
En esta lengua primero se expone el verbo. ὀρέγω: tendre (notamment le bras), se tendre,
chercher à atteindre (au sense propre et au sens figuré). Dereivés de ὀρέγω: 1. Adjectif verbal
ὀρεκτός, tendu, ou “ recherché, souhaité”. 2. ὄρεγμα, “fait d’etendre” [le bras, etc.], “élan”. 3.
ὄρεξις, “désir, appetence”. V. Chantraine, P. Dictionnaire etimologique de la langue Grecque.
Histoire des mots. Ed. Klincksick. Paris. 1977. P. 817.
3
En inglés la traducción para ὄρεξις reza: general word of all kinds of appetency, conation,
incluiding ἐπιθυμία, θυμός, βούλησις. Arist. DA. 414b2, 433ª13, Stoic. 3.40, Epicur. Fr. 202,
Metrod. Herc. 831.16; poo. Φυγή, Arist. DA. 431ª12. 1. c. gen. Objecti, longing or yearning after
a thing, desire for it, Arist. EN. 1119b7, DA. 414b6 2. Abs., propension, appetency. Arist. EN.
1113ª11, 1139B5. V. Liddell, H.G., Scott, R. Greek-English Lexicon. Ninth Edition. Oxford at the
Clarendon press. London. 1940. P. 1247
ho légon 53
4
En nuestra lengua ὄρεξις puede significar: “acción de tender hacia; apetito; antojo;
apetencia; deseo instintivo. En el caso del verbo ὀρέγω la traducción dice: Tender;
extender; alargar.||Tender las manos. Presentar; ofrecer; dar.|| En voz media: Alargarse,
extenderse.||Tender los brazos hacia; desear; apetecer; aspirar.||Alcanzar, conseguir.||Saltar,
palpitar”. V. Sebastián Yarza, F. I. Diccionario Griego-Español. Ed. Sopena. Barcelona. 1954. P.
983
5
Sebastián Yarza, F. I. Diccionario Griego-Español. Ed. Sopena. Barcelona. 1954. P. 983
6
Sebastián Yarza, F. I. Óp. Cit. P. 983
7
Chantraine, P. Óp. Cit. P. 817 [La traducción del texto original es propia].
54 edición nº xx
8
Corominas, J. Pascual, J.A. Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico. Vol. 4.
Gredos. Madrid. 1986. P. 460.
9
Blanquez Fraile, A. Diccionario Latino-Español. Ed. Sopena. Barcelona. 1954. P. 103
10
Ídem 81.
11
Segura Munguía, S. Diccionario Etimológico Latino-Español. Ed. Generales Anaya. Madrid.
1985. P. 49. [El alma desea siempre estar en constante actividad].
12
Corominas, J. Pascual, J.A. Op. Cit. Vol. 4. P. 457.
ho légon 55
13
Sebastián Yarza, F. I. Op. Cit. P.528.
14
Ibíd. P. 669
15
Ibíd. P. 279.
16
Pabón S. de Urbina, J. Op. Cit. P.234.
17
Cfr. Aristóteles. DA. II, 3.414b 2. Traducción de Tomás Calvo Martínez. Gredos. Madrid. 2010.
Pp. 76-77. Nota al Pie N°28.
ho légon 57
Homero. La Iliada. 1, 113. Traducción de Emilio Crespo. Del Nuevo Extremo, RBA. Barcelo-
19
20
Pabón de Urbina, J.M. Op. Cit. P.498.
21
Sebastián Yarza, F. I. Op. Cit. P.1140.
22
Aristóteles. EN. 1111 b20-30. Traducción de Antonio Gómez Robledo.
ho légon 59
23
Ibid. 1139 a 29, b4-6.
24
Cfr. Aristóteles. D.A. III, 9. 432B14.
60 edición nº xx
25
Ibíd. 433 a8.
26
Pabón de Urbina, J.M. Op. Cit. P. 21.
27
Aristóteles añade en su texto el hecho que “El bien realizable a través de la acción es
aquel que puede ser de otra manera que como es”. (πρακτόν δ’ ἐστί τὸ ἐνδεχόμενον καὶ
ἄλλωςἔχειν).
ho légon 61
28
Aristóteles. PHYS. VIII, 3. 253 a14-20.
62 edición nº xx
Por otro lado, en el Estagirita todo lo que está “de suyo” en mo-
vimiento (καθ’ ἀυτό)29, es movido por algo30. Este “de suyo”, en el
caso del ser humano, es justamente, la tendencia-hacia presente
en su ser. Y la prueba de esta idea, está en su tratado Acerca del
Alma. Añade en el D.A. que este movimiento local del animal se
compone de tres elementos fundamentales:
29
V. Aristóteles. PHYS. VIII, 7. 261 a23-26. Donde dice: “Pero donde esta primacía es más clara
es en el caso de lo que se mueve a sí mismo, que se mueve principalmente según este
movimiento; pues, como hemos dicho, lo que se mueve a sí mismo, es principio de las cosas
movidas que también son movientes, y es el primero entre las cosas que están en movimien-
to”. [Traducción de Guillermo R. de Chandía].
30
Aristóteles. PHYS. VIII, 5. 256 a13.
31
Aristóteles. D.A. III, 10. 433b13-18.
ho légon 63
Dicho esto, y con los alcances del caso cabe preguntarse ¿cómo
es que Aristóteles, primero define la tendencia-hacia como una fa-
cultad (δύναμις), y después como un acto (ἐνεργεία)? ¿No podría
parecer, a ratos, paradójico el pensamiento del Estagirita?
32
Aristóteles. PHYS. VIII, 5. 257a28-31.
33
Ibíd. 256 a21-29.
64 edición nº xx
34
Aristóteles. D.A. III, 10. 433 b28.
33
Ibíd. 433 b30.
ho légon 65
bibliografía
Aristóteles
Complementaria
el secreto
de sus ojos
68 edición nº xx
resumen
El presente trabajo tiene como objetivo investigar las características
principales de la exposición que realiza Xavier Zubiri acerca de su
doctrina de la inteligencia sentiente en Los problemas fundamentales de
la metafísica occidental (1969). Para ello, analizaremos el último capítulo
de esta obra y revisaremos las principales características expuestas de
esta idea central de la última época del pensamiento zubiriano presenten
en esta obra.
i. introducción
1
Licenciado en Filosofía PUCV. Becario conicyt-pfcha Magíster Nacional (2018 – 22182138).
ho légon 69
2
En adelante, abreviado Problemas.
3
zubiri, x., Los problemas fundamentales de la metafísica occidental (Madrid: Alianza Editorial, 2008), 323.
4
zubiri, Problemas, 324.
70 edición nº xx
5
zubiri, Problemas, 324.
6
zubiri, Problemas, 324.
ho légon 71
7
zubiri, Problemas, 327-328.
8
zubiri, Problemas, 328.
9
La expresión a una es muy frecuente en Zubiri a lo largo de su obra, y es usada para
expresar la unidad radical de dos elementos o dos procesos. En este caso, la expresión
señala que la intelección se produce en la unidad de la sensación y la inteligencia.
72 edición nº xx
10
zubiri, Problemas, 331.
11
zubiri, Problemas, 331.
12
zubiri, Problemas, 332.
13
zubiri, Problemas, 332.
14
zubiri, Problemas, 333.
ho légon 73
15
zubiri, Problemas, 333.
16
zubiri, Problemas, 334.
17
zubiri, Problemas, 334.
18
zubiri, Problemas, 335.
74 edición nº xx
19
zubiri, Problemas, 335.
20
zubiri, Problemas, 336.
21
zubiri, Problemas, 336.
22
zubiri, Problemas, 339
.
ho légon 75
23
zubiri, Problemas, 339.
24
zubiri, Problemas, 339.
25
zubiri, Problemas, 340.
26
zubiri, Problemas, 340.
27
zubiri, Problemas, 341.
76 edición nº xx
iii. conclusiones
28
zubiri, Problemas, 341.
29
zubiri, Problemas, 342.
30
zubiri, Problemas, 342-343.
31
zubiri, Problemas, 343.
32
Por motivos de extensión, dejamos hasta este punto el análisis del texto de Zubiri.
ho légon 77
33
zubiri, Problemas, 333.
78 edición nº xx
bibliografía
resumen
En la sección iii de la tercera parte del libro ii del Tratado de la naturaleza
humana, David Hume reflexiona acerca de si hay alguna relación entre la
razón y la voluntad. En el presente escrito, se expondrá la tesis presente en
el texto de Hume que dice que la razón por sí sola no puede ser motivo de
una acción de la voluntad y que tampoco esta puede oponerse a una pasión.
Luego, se revisarán algunos momentos de la argumentación que complican
la segunda parte de la tesis planteada por el autor. Finalmente, se hará
una pequeña reflexión acerca de cómo podría entenderse la voluntad en la
filosofía de Hume.
palabras clave: Hume, Voluntad,Razón, Pasión, Acción
i
David Hume nació en Escocia en el año 17112. De espíritu moder-
no, es considerado uno de los mayores exponentes del empirismo
de la época. Su pensamiento se enfoca, principalmente, en cuestio-
nes relacionadas a lo que denomina “naturaleza humana”. Esto,
pues, como dice el autor, “Es evidente que todas las ciencias se rela-
cionan en mayor o menor grado con la naturaleza humana, y que
aunque algunas parezcan desenvolverse a gran distancia de ésta
regresan finalmente a ella por una u otra vía”3. Entonces, Hume se
propone estudiar la naturaleza humana, y lo hará utilizando el mé-
todo propio de las ciencias naturales, convencido de avanzar firme
junto a la experiencia y a la observación.
1
Estudiante de Licenciatura en Filosofía PUCV.
2
Cfr. Frederick Copleston, Historia de la filosofía. Vol V: de Hobbes a Hume, trad. Ana
Doménech (Barcelona: Editorial Ariel, S. A., 1993) p. 245
3
David Hume, Tratado de la naturaleza humana, , Estudio preliminar, traducción y notas de
Félix Duque (Madrid: Editorial Tecnos (Grupo Anaya, S. A.), 2005), p. 35.
4
Cfr. Copleston, Historia de la filosofía, p. 246.
ho légon 81
5
Cfr., Ibid., p. 246.
6
Hume, Tratado, p. 616.
82 edición nº xx
ii
Antes de pasar a revisar la sección mencionada, es preciso hacer al-
gunas consideraciones acerca de cómo Hume utiliza el concepto de vo-
luntad. En la primera sección de la misma parte del libro II, el filósofo dice:
7
Ibid., p. 541.
8
Cfr. Ibid., pp. 558-559.
ho légon 83
9
Cfr. Ibid., pp. 559.
10
Ibid., p. 559.
11
Cfr. Ibid., p. 560.
12
Ibid., p. 560.
84 edición nº xx
13
Cfr. Ibid., p. 560.
14
Cfr. Ibid., p. 561.
15
Ibid., p. 561.
16
Ibid., p. 562.
17
Cfr. Ibid., p. 563.
18
Ibid., p. 563.
ho légon 85
Así, el autor concluye que no hay tal cosa como una lucha en-
tre razón y pasión, porque, por decirlo así, estas son de distinta
naturaleza.
Por lo tanto, podría decirse que, pese a que Hume pareciera in-
tentar reducir al mínimo la influencia de la razón en la voluntad
con vistas a la acción, en la propuesta ética del autor, puede verse
la razón como un cierto elemento necesario para llevar a cabo una
acción. Incluso, podría pensarse que está operando una especie de
razón práctica de tinte aristotélico. Esto, pues, se trata de una razón
19
Ibid., p. 304.t.
86 edición nº xx
que tiene que ver, principalmente, con el manejo de los medios para
alcanzar el fin de la acción. Y, en esta misma tarea, si bien no se le
puede atribuir la capacidad de impulsar una acción, pareciera que,
contrario a lo que intenta mostrar Hume en la segunda parte de su
tesis, sí es capaz de, al menos, hacer cesar una pasión que lleva a
una acción, o sea, que es capaz de evitar una acción.
iii
A modo de conclusión, se podría decir que, pese a que
Hume intenta mostrar, de distintas maneras, una mínima parti-
cipación de la razón para la acción, de todas maneras se puede
encontrar una especie de razón práctica operando en su reflexión
acerca de la acción humana. Incluso, se podría decir que esta razón
práctica que se puede encontrar en la obra de Hume, se acerca a la
idea aristotélica de razón práctica, que tiene que ver con un buen
manejo de los medios para llevar a cabo la acción. Algo así como el
logos verdadero, que, en conjunto con el deseo recto, son –dice el
Estagirita –los elementos necesarios para llevar a cabo una acción
exitosa20.
20
Aristóteles, Ética Nicomaquea, 1139.a. 20-30.
ho légon 87
bibliografía
Retratos
Simone
Giordano
ho légon 89
Søren
Friedrich
90 edición nº xx
resumen
En el marco de la discusión teológica sobre los conceptos, tradicionalmente
filosóficos, de naturaleza (φύσις) y persona (πρόσωπον) en Cristo, el presente
trabajo defenderá como legítima la pretensión anacrónica de considerar
a Atanasio como una salida media entre la propuesta monofisita de Cirilo
(resaltar la divinidad de Cristo) y el nestorianismo difisita (distinguir
de modo fuerte la divinidad y humanidad en Cristo). Con el objetivo de
sostener la propuesta anterior, se considerarán tres autores con sus
respectivas doctrinas acerca de la encarnación del logos: Atanasio, Cirilo
y Nestorio de Alejandría. La argumentación de Atanasio, la cual será la vía
media entre estos dos autores radicalmente opuestos, será la siguiente:
1) Cristo es Dios perfecto que comparte gloria y esencia con el Padre; 2)
Cristo es Hombre perfecto que asumió su humanidad en toda su plenitud.
Condena, además, la negación de su Humanidad implicada en la suposición
de que el logos eterno tomó el lugar del alma o espíritu humano en la
persona de Cristo.; 3) La unión entre la Divinidad y Humanidad de Cristo
absoluto, habiendo así un solo Cristo. Las doctrinas de los tres autores
anteriormente mencionados serán tratadas por medio de las fuentes La
encarnación del verbo de Atanasio, Sobre la unidad de Cristo de Cirilo y
Bazar de Heráclides de Nestorio.
1
Estudiante de Licenciatura en Filosofía, Universidad de Chile.
ho légon 91
i. introducción
En los siglos iv y v el dogma acerca de la naturaleza y persona
que implicaba Cristo aún no estaba teológica y filosóficamente
delimitado. Parece ser, a primera vista, que tratar filosóficamente
sobre los conceptos de naturaleza y persona (φύσις y πρόσωπον
respectivamente) en un plano teológico cristiano, es una empresa
que quizás suene y sea simple pero que indudablemente llevará a
buen puerto la investigación acerca de qué entendían los pensa-
dores cristológicos cuando se hablaba, por ejemplo, de dos natu-
ralezas en (de) Cristo.
2
Cirilo, Sobre la unidad de Cristo, trad. McGuckin, J. A, (NY: St. Vladimir’s Seminary Press,
1995.), p. 53.
3
Por “impasibilidad del Logos” se entiende dicha idea que apunta a uno de los principales y
necesarios rasgos que el Logos en tanto divinidad incorruptible debe suponer: la imposibili-
dad de someterse a alteración o pasión alguna.
ho légon 93
que nació de una mujer según la carne, que Él es Dios por naturaleza,
invisible e incorpóreo, y sólo de esta forma, en una forma como
la nuestra, podría ser manifiesto a las creaturas terrenas: “Esta
gente invierte sin sentido el significado de la palabra “llegar a ser”
y mantienen que llegar a ser carne es símil a llegar a ser manchado
y pecaminoso. Así, el misterio está perdido para nosotros, ya que
Cristo no nació ni murió”4.
4
Cirilo, op. cit. p. 57.
5
Cirilo, Ibíd. p. 61.
6
Cirilo, Ibíd. p. 71.
7
Cirilo, Ibíd. pp. 73-76.
94 edición nº xx
Incluso los padecimientos pueden ser dichos que son suyos debido
a que fue su propio cuerpo que sufrió y ningún otro. Ellos dirían,
tal vez, que fue solamente el hombre de la línea de David que fue
conjunto a él en igualdad de honor quien podría apropiadamente
sufrir la muerte. Pero, como ya he dicho, algo que se dice que es
“igual en honor” con otra cosa no puede ser numéricamente uno
con aquello, más bien es una cosa al lado de otra. En su propia
naturaleza ciertamente nada sufrió, ya que en cuanto Dios es
incorpóreo y yace totalmente fuera de sufrimiento. Un cuerpo fue
preparado por el padre y vino en ese cuerpo a hacer el deseo del
Padre. Este deseo no era menos que la redención a través de la
8
Cirilo, Ibíd. pp. 88-89.
9
Se descarta también la muerte del Logos en cuanto carne.
10
1 Pedro 3:18.
11
Cf., Cirilo, op. cit. p. 117.
12
Cirilo, Ibíd. pp. 118-120
96 edición nº xx
13
Camelot, Ephese et Chalcedoine trad. Gorricho, Julio, (Vittoria: editorial eset, 1971), pp.
203-206.
ho légon 97
iii. nestorio
Como anteriormente fue dicho de manera ligera, Nestorio, a dife-
rencia del lenguaje y argumentos que parecen un tanto simples y
monótonos, establece su doctrina de modo complejo, incluyendo
el tratamiento de variados conceptos y argumentos que parecen
ser más “elaborados”. Tal como se dijo en la introducción, no es
objetivo aquí delimitarlos, ya que es una empresa extensa y ardua
y no conviene ahora. A lo único que nos limitaremos ahora será a
caracterizar el πρόσωπον en Nestorio según sus propias fuentes.
Una aproximación preliminar es la siguiente: “Tomó la semejanza de
un esclavo: la semejanza del esclavo no fue la οὐσία de un hombre,
sino que él, que la tomó, la hizo su semejanza y su πρόσωπον. Llegó
a ser la semejanza de los hombres, pero no llegó a ser la naturaleza
de los hombres, aunque haya sido la naturaleza de los hombres lo
que tomó”14. Esto que dice no suena extremadamente ajeno a lo que
dicen otros autores atingentes al tema, a pesar de que la introducción
de conceptos nuevos, como el de πρόσωπον, le da un nuevo cariz al
panorama.
14
Nestorio, The bazaar of Heracleides, trad. Driver, G. R. y Hodgson, L., (Oregon: Wipf and
Stock, 2002) p. 165.
15
Nestorio, Íbid, p. 294.
98 edición nº xx
16
Nestorio, Ibíd. p. 181.
17
Nestorio, Ibíd. p. 161.
ho légon 99
18
Nestorio, Ibíd. p. 179.
19
La encarnación.
20
Nestorio, op. cit. p. 90.
100 edición nº xx
Nunca está demás tener a la vista una fuente del autor mismo
que nos explique de modo resumido su doctrina. La fuente aludida
es el Sermón 27 de Nestorio:
21
Nestorio, op. cit. p. 90.
ho légon 101
22
Atanasio de Alejandría, Discursos contra los arrianos, trad. Ignacio de Ribera Martín (Madrid:
Ciudad Nueva, 2010), p. 260.
23
“Quien da a luz a Dios” en su sentido y significado etimológico
24
Atanasio de Alejandría, Ibíd. p. 276
102 edición nº xx
El logos y Cristo son, cada uno, para Atanasio, Dios perfecto, es de-
cir, Dios de modo cabal, lo cual refuerza el primer punto a demostrar
en Atanasio, a saber, la divinidad perfecta de Cristo: “Al ser Hijo es
inseparable del Padre y no se ha dado el caso de un tiempo en
que no existiera, sino que ha existido siempre, y al ser imagen y
resplandor del Padre tiene también la eternidad del Padre”25. En
su tercer discurso vemos una posible concordancia con la postura
monofisista respecto a la encarnación. “En efecto, la Escritura dice:
El Logos llegó a ser carne y puso su morada entre nosotros (juan
1,14). Lo que ocurrió es que llegó a ser hombre, no que entrase en un
hombre”26. Sin embargo, si se es cauteloso, esta evidencia no es su-
ficiente para demostrar plena concordancia entre los alejandrinos.
25
Atanasio de Alejandría, Ibíd. p. 299.
26
Atanasio de Alejandría, Ibíd. p. 301.
27
Atanasio de Alejandría, Ibíd. p. 304.
ho légon 103
28
Atanasio de Alejandría, Ibíd. p. 305.
104 edición nº xx
30
Pedro
30
Atanasio de Alejandría, op. cit., p. 307.
ho légon 105
bibliografía
La Experiencia
en el marco de la Filosofía
entrevista
resumen
En esta oportunidad, hemos tenido el agrado y honor de incluir una breve
pero sustanciosa entrevista con la profesora y doctora en filosofía Pamela
Soto García, quien fuera hace algunos años académica del Instituto
de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Para la
entrevista, hemos considerado su texto ¿Cómo indagar en las experiencias
de los sujetos? Una discusión teórico-metodológica acerca del estudio de
caso, el cual realizó con las académicas Silvia Redón y Leticia Arancibia.
El tema central de la entrevista, por tanto, ha sido la importancia de la
experiencia en el marco general de la filosofía. Sin embargo, desde este
se han abordado una variada cantidad de tópicos relevantes, tales como el
Movimiento Feminista, la política en Chile y la importancia de la filosofía
en la actualidad, entre otros.
1
Pamela Soto es doctora y profesora en Filosofía por la Pontifica Universidad de Valparaíso.
Sus áreas de investigación han sido, principalmente, la filosofía política y la educación.
Actualmente se desempeña en el cargo de Subdirectora de Proyectos y Programas en el
Área de Educación de la Corporación Municipal de Valparaíso.
ho légon 107
Sí. Primero les voy a comentar algo un poco más general. De mis
compañeras de investigación, una es doctora en educación y la
otra es doctora en sociología. Cuando me integré a trabajar con
ellas como equipo, era la primera vez que yo, como doctora en fi-
losofía, salgo a la calle, lo cual es tremendo; o sea, yo le recomien-
do a todo estudiante de filosofía, a todo practicante de la filosofía,
que haga ese trabajo. ¿Y qué pasa en esa primera visita? En esa pri-
mera visita, que estaba vinculada a un Fondecyt, un niño de quinto
básico de una escuela de la región —yo estaba como profesora de
filosofía política en esa época— me dice «es que lo que pasa es que
la democracia es injusta». Entonces, ¿cómo un niño puede levantar
una crítica así de dura en torno a la democracia, como modelo de
gobierno? Yo, que nací en dictadura, que me interesaba la recupe-
ración de la democracia, pensaba que la democracia la habíamos
logrado; pero un niño, hoy, siente que la democracia es injusta con
él. Y con eso, obviamente, a uno que le interesa pensar en las cate-
gorías, le entran en conflicto las categorías. O sea, ¿de qué demo-
cracia le estoy hablando? Y en ese sentido es donde empezamos
a buscar, desde estos paradigmas, cómo él puede comentar esa
experiencia. Cómo yo puedo entender, cuando él me dice que la
democracia es injusta, lo que está viviendo. Y ahí viene el estudio
de casos, como una forma ya no sólo de entrar a la experiencia
del sujeto, sino al análisis de los elementos que construyen la sub-
jetivación de ese sujeto, los cuales permiten que afirme aquello.
Esa es la relevancia del estudio de casos. Me permite indagar en
114 edición nº xx
Es fuerte la sentencia.
Es súper fuerte la sentencia, porque, además, fue textual: «la de-
mocracia es injusta». Entonces, que un niño de doce u once años
haya perdido ya la esperanza en la democracia es culpa nuestra.
No es culpa del niño y no es culpa del modelo, es culpa nuestra;
nosotros no le permitimos vivir en democracia. Lo que él me está
diciendo es «mis relaciones no son democráticas», «mi vida no está
permeada de la democracia»; «puede que yo no goce, por ejemplo,
de todos estos derechos o beneficios que implica ser parte de un
estado-nación determinado»
ho légon 115
Les doy otro concepto, que me imagino que conocen: los «ni-
ni», que ni estudian ni trabajan. En este caso, si ustedes revisan
los datos, también la cantidad de mujeres es proporcionalmente
más alta que la de hombres. Entonces, si ustedes empiezan a mi-
rar todas estas cifras macro que están en la Unesco, las cifras de
Estado-Nación, las cifras comunales, éstas van coincidiendo. En-
tonces, cuando tú llegas a la mujer, a la mujer individual, para que
te muestre desde el estudio de casos cómo ella lo ha vivido, es que
este dato toma sentido. Porque si no, uno termina administrando
políticas públicas diciendo: «ah ya, hagamos talleres de género»,
«ah ya, mira, hagamos...» No, es más profundo. Y en esa profundi-
dad es que el estudio de casos te sirve, porque te permite entrar
a la subjetivación del individuo e, incluso, te muestra cómo esa
misma mujer hoy día se pone a barreras a sí misma, porque está
subjetivada de esta forma.
118 edición nº xx
Índice de Ilustraciones