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Unidad 5.

Los actos lingüísticos

El ser humano es un ser lingüístico y social. En este módulo nos detendremos en el


lenguaje.

Los actos lingüísticos

A rmaciones y declaraciones

Juicios

Ofertas, pedidos y promesas

Los compromisos sociales


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Los actos lingüísticos

Desde una mirada tradicional el lenguaje representa el medio por el cual se describe y muestra
la realidad.

En esta línea el lenguaje toma un rol pasivo, acompaña desde atrás a un mundo preexistente.
Encontramos de esta manera frases tales como “Gabriela tiene 5 años”, “mi perro tiene 4
patas”, “la escalera de la universidad es de metal”. 

El lenguaje permite describir y mostrar propiedades de ciertos elementos: una persona, el


perro, una escalera.

Esta interpretación del lenguaje la heredamos de los antiguos griegos. Quizás


de tan antigua olvidamos que se originó en una interpretación que, a través del
consenso, en una determinada comunidad, trascendió tiempo y espacio y se
instaló como verdad y como expresión de la realidad. (Echeverría, 2011, p: 41.)

A mediados del Siglo XX esta noción comenzó a ser cuestionada por la losofía del lenguaje a
través de un referente de la disciplina, Ludwig Wittgenstein.

Al rol mencionado se suma otro. La losofía del lenguaje considera que a través del mismo no
sólo describimos sino también actuamos. Se suma una mirada activa, generadora. Se
considera al lenguaje como acción. Austin, citado por Echeverría, re ere a la naturaleza
ejecutante del lenguaje (Echeverría, 2011), cuando hablamos generamos, creamos.

Continuando con los cuestionamientos, Searle (1969) va un paso más. Plantea que,
independientemente del idioma, al hablar se ejecuta una cantidad acotada de acciones
especí cas denominadas actos del habla. Echeverría (2011) los denomina actos lingüísticos.
Estas acciones dadas sus características devienen universales. 

De esta manera estamos en condiciones de distinguir en el lenguaje:

Un carácter descriptivo (pasivo).

Un carácter generativo (activo).

Los actos involucrados.

Veamos éstos últimos.


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A rmaciones y declaraciones

Tomemos el lenguaje como distinción para hacer la primera identi cación: en un lado
quedarán aquellos actos representativos de las descripciones, y en el otro el de las
adscripciones. 

De esta manera cuando la palabra sigue al mundo, lo describe, estamos ante a rmaciones
mientras que, cuando la palabra genera mundos, los crea, estamos ante declaraciones. 

Con esta partición en mano ahondamos en ellas.

Decimos que las a rmaciones describen al mundo. Vale preguntarnos ¿cómo se realizan esas
descripciones? 

Tal vez la respuesta que surja sea: a través de lo que vemos. En ese caso, ¿qué sucedería con

una persona con acromatopsia[1]?

Las personas con esta patología sólo percibirán el mundo en las gamas de los blancos y
negros. ¿Estarán erradas cuando describan la gura 1 sólo con los colores mencionados o lo
estarán quienes incluyan el amarillo, rojo, verde, azul y sus gamas?

Quizás este interrogante quede sin responder al considerar que describimos desde nuestra
estructura biológica. En este caso ambas resultan válidas y diferentes. Cada uno aporta desde
su percepción e interpretación. Nótese aquí se ha dado un salto: dejamos un sentido en
particular (la vista) para dar lugar a la percepción en la que diferentes sentidos actúan en
simultáneo. 
Por lo tanto, las a rmaciones operan dentro de un mundo de distinciones previamente
acordadas y dependen de aquello que observamos, no tenemos acceso a la realidad. 

Derivado de esta premisa, si las a rmaciones hablan de un mundo existente, y dependen de


nuestras percepciones, está a nuestro cargo proporcionar los elementos que las evidencien.

Las a rmaciones por lo tanto se clasi can en verdaderas o falsas (según se apoyen en
elementos testigos) y pertenecen al mundo de los hechos.   

[1] Acromatopsia: Incapacidad parcial o total para percibir los colores. Real Academia

Española.   https://goo.gl/n28sjF 

Figura 1. A rmaciones y declaraciones

Fuente: [fotografía sin título sobre acromatopsia]. (s. f.) Recuperada de


https://www.rahhal.com/blog/acromatopsia/
Pensemos la relevancia de este acto lingüístico en el mundo organizacional: en auditoría, en
nanzas, en la realización de inventarios. Las evidencias resultan claves para llevar adelante
los procesos mencionados y para sustentar resultados.

Las declaraciones, en cambio, re eren al mundo generativo. Cuando hablamos creamos,


generamos uno nuevo a partir del acto de hacer una declaración.

Observemos este acto lingüístico con un ejemplo concreto: la toma de decisión de


matricularse en el MBA. En el momento en que el participante dio el sí, lo declaró, su realidad
se transformó para seguir su voluntad, lo movió a accionar para que esto aparezca como una
meta cumplida si está usted leyendo este material. 

Desde el mundo de las declaraciones: ¿Con qué contó usted para alcanzar este resultado? Tuvo
la autoridad para emitir esa declaración. 

Cuando hablamos de autoridad vale distinguir entre autoridad personal y autoridad derivada de
una posición jerárquica o rol social. 

De nirá usted si la decisión se relacionó exclusivamente con su autoridad personal y a partir


de ella, munido de su poder personal, accionó de manera tal que en este momento se
encuentra siendo parte de esta cohorte; o si existió un paso más y su decisión se dio en el
marco organizacional. En ese caso continuó en acción, conversó con las personas con
atribuciones su cientes, con autoridad formal, en pos de hacer realidad su participación en
este programa MBA como parte de su plan de carrera corporativa. 

Resulta que la autoridad es uno de los elementos centrales para que las declaraciones sean
válidas o inválidas.

Contratar un colaborador, desvincularlo, declarar el gol en un partido de fútbol, unidos en


matrimonio a una pareja; son algunos ejemplos de declaraciones que dependen de la autoridad
formal: cargo con competencia para contratar y despedir, árbitro, juez del registro civil.
Otras están en función de nuestra autoridad personal. A ellas las llamamos declaraciones
básicas. Dentro de este grupo mencionamos:

Íntimamente relacionado
con la dignidad. El “no”
implica un límite, la clausura
de algo que no se quiere
NO
más. No requiere la
apertura de una alternativa.
No contar con competencia
para hacer esta declaración

Va más allá del “no”. Además


del corte a lo que no se
BASTA quiere se expresa lo nuevo
que se está dispuesto a
permitir o que se pretende.

Clave para abrir el


aprendizaje, conectada con
la humildad del aprendiz y
NO SÉ
con el coraje para declarar
la ignorancia, haciéndonos
cargo de los espacios de no
saber, reconociendo

Relacionada con el
reconociendo al trabajo de
otros y la relevancia que
tiene para nosotros.  Esta
GRACIAS
declaración trasciende a la
cuestión formal, social.
Contribuye al
sostenimiento de los

Cuando no cumplimos con


lo comprometido
ocasionamos daños a otros
y asumimos la
PERDÓN
responsabilidad por ello.
Esta declaración ofrece una
doble cara: una mira a los
otros y la otra, a nosotros.
Es un puente para la
construcción del vínculo con
el otro. Para que opere
quizás se requiere el
AMOR
reconocimiento de nuestra
vulnerabilidad como seres
humanos. Aceptarnos de
esta manera resulta el paso

Pensemos en las oportunidades de aprendizaje que cada uno abre a partir de su experiencia de
vida, de la cultura imperante en su entorno familiar, organizacional, social. 
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Juicios

Los juicios representan un tipo particular de declaraciones. Decimos que todo juicio es una
declaración, más no toda declaración es un juicio.

Acordaremos llamar juicios a las declaraciones que generan un mundo dentro de la


interpretación de quien lo emite. Representa la opinión de quien lo dice a partir de su manera
de interpretar.

De esta manera nos encontramos que, ante un candidato a un puesto en la organización, un


reclutador entregue un informe mostrando ciertas cualidades que otro no distinguió, abriendo
o cerrando posibilidades según el contenido de cada informe. 

Reconocemos algunas características representativas de estos actos lingüísticos:

Discrepables: dependen de quien los emite.

Doble cara: por un lado muestran algo de lo enjuiciado y, por otro ponen de
mani esto al emisor y los rasgos que le resultan relevantes, por adscripción y
oposición.

Polares: en general tendemos a expresarlos en díadas: bueno/malo, claro/oscuro,


puntual/impuntual.

Temporalidad: los emitimos en el presente en base a comportamientos observado


en el pasado y este juicio emitido, condiciona el futuro.

Invito a chequear estas consideraciones en el siguiente video: 


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Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=ZFXQyFt4gcw

Nótese que está remarcado el comportamiento observado. Lo invito a llevar la atención sobre
usted mismo y re exionar sobre la manera en que emite sus juicios. ¿Dónde aplica el rótulo: a
la persona o a su desempeño?

Los juicios suelen representar un importante camino de aprendizaje a transitar desde el


coaching organizacional al distinguir entre acción y persona. Lo solemos encontrar en las
reuniones de feedback correspondientes a evaluaciones de desempeño, por mencionar un
ejemplo. Resulta clave focalizar el desempeño, recordando que, desde la perspectiva
ontológica, no tenemos acceso al ser, sólo interpretamos las acciones percibidas.
Otra oportunidad de aprendizaje está representada por la temporalidad: distinguir que el juicio
se construye sobre el accionar pasado. Para generar cambios requerimos juicios diferentes en
el futuro, para ello se requerirán nuevas acciones que lo funden.

La acción mata al juicio y, además, genera nueva identidad, habilita y sustenta con anza,
con abilidad y autoestima. 

Dado que los juicios se encuentran dentro de las declaraciones, ellos no resultan verdaderos
de por sí, sino que dependen de la mirada de quien los emite. La competencia para fundar
juicios es clave para generar una convivencia basada en la ética, que legitime la diferencia, se
sustente en el respeto, ya sea en el ambiente organizacional, familiar o del sistema que
elijamos. 

El proceso de fundamentación consta de los siguientes pasos:

Inquietud: cuando lo emitimos, lo hacemos para algo.

Dominio: lo dicho remite a un entorno particular de observación, requiere hacer zoom. La


expresión de un juicio universal conlleva altas probabilidades de quedar infundado. Si
alguien aporta una evidencia, la postura perderá validez. 

Estándares: emitir un juicio implica una comparación. Conocer el parámetro del juicio
suele representar un espacio de intervención. ¿Cuál es el estándar aplicado? ¿un colega?
¿una tradición o estilo que ha perdido vigencia? ¿un ideal? Pensemos en algunos de los
ejemplos cotidianos que surgen en la convivencia de un babyboomer y un millenial. 

¡El compromiso! ¡La responsabilidad! Aclaman apesadumbrados unos ante la ausencia


de estos valores en los jóvenes, mientras que ellos miran asombrados estructuras y
sacri cios que no están dispuestos a realizar. 

A rmaciones: que evidencian el juicio expresado. Lo relacionamos con el carácter


temporal de estos actos lingüísticos. Cuantas más aportemos, mayor será el sustento que
le daremos a nuestra interpretación. Con una alerta: a pesar de los múltiples hechos que
podamos referir el juicio siempre es juicio, no se transforma en a rmación. No deviene
en verdad
 
Complementariamente a esto, disponemos de dos recursos adicionales:

Fundar el juicio contrario bajo el mismo proceso, y 

compartir el juicio con otro.


Los juicios resultan clave para el aprendizaje e innovación.
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Ofertas, pedidos y promesas

Junto con las a rmaciones y declaraciones asoman las promesas.

Ellas están presentes en cada instante de nuestras vidas. Esta distinción impacta directamente
en la convivencia con otros. ¿Cuán competente se detecta usted en este ámbito?

Antes de responder a la pregunta acordemos a qué llamar promesas. 

Se entiende por promesas a aquellos “actos lingüísticos que nos permiten coordinar con
otros. Cuando alguien hace una promesa, él o ella, se compromete ante otro a ejecutar alguna
acción en el futuro” (Echeverría, 2011, p. 54)

Detectamos así un compromiso mutuo; a partir de las promesas, articulamos nuestras vidas.
Estas dependen de nuestra capacidad de hacer y cumplir promesas. Las mismas re exiones
valen también para la vida organizacional.

Cada ser humano y organización actúa desde sus motivaciones, inquietudes o propósitos.
Cuando actuamos, lo hacemos para algo. Es importante detectar qué es eso de lo cual la
persona se hace cargo al actuar, al involucrarse en la promesa. Fluir inocentemente no es una
opción para los seres humanos en este ámbito. 

En la Figura 2 detectamos los elementos que componen la promesa:

Figura 2. Ciclo de la promesa


Fuente: Elaboración propia.

Al ciclo de la promesa lo relacionamos con su constitución: comienza con “quien habla”, que
hace un pedido o una oferta, y concluye con la respuesta de “quien escucha”, mediados por
un tiempo. 

La diferencia entre oferta y pedido radica en la persona que tiene la inquietud y realizará la
acción especí ca sobre la que versa el cumplimiento de la promesa. En la oferta es el
proveedor el que inicia el proceso y, ante la aceptación del cliente, asume el compromiso de
cumplir lo prometido. En el pedido, el cliente inicia el ciclo y queda el proveedor a cargo de la
acción al dar el sí.

La promesa sólo queda constituida cuando quien la recibe da su declaración de aceptación


expresa. Se requiere el sí para dar paso e inicio al ciclo siguiente, el de cumplimiento.

Cuando hacemos una promesa nos comprometemos en dos dominios:


sinceridad y competencia. La sinceridad, en este contexto, es el juicio que
hacemos de que las conversaciones y los compromisos públicos contraídos
por la persona que hizo la promesa concuerdan con sus conversaciones y
compromisos privados. La competencia guarda relación con el juicio de que la
persona que hizo la promesa está en condiciones de ejecutarla efectivamente,
de modo de proveer las condiciones de satisfacción acordadas (Echeverría,
2011, p. 58).
La competencia para pedir, guarda directa relación con el tipo de vida que podremos esperar,
determina nuestra identidad y manera de ser.
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Los compromisos sociales

Los actos lingüísticos resultan del poder generativo del lenguaje y de las acciones que el ser
humano lleva a cabo en función de su observador y, para cada uno de estos actos, asumimos
compromisos sociales que impactan directamente en la identidad y con abilidad.

Vamos a observarlos en la siguiente gura:

Figura 3. Actos lingüísticos y compromisos sociales

Fuente: Elaboración propia.

De allí que los actos lingüísticos y, dentro de ellas, las declaraciones a las que nos
comprometemos (al decir, “si acepto” en el matrimonio, o “compro esta propiedad”) nos
llevan a hacernos responsables frente a otros de esos compromisos que asumimos. Ir en
contra de ellos impacta directamente en nuestra identidad pública, ya que al declarar algo a lo
que luego no cumplimos, genera incoherencia y falta de credibilidad. Lo mismo ocurre si
brandáramos información no real (mediante a rmaciones, por ejemplo: dar de alta un
servicio con un domicilio distinto al real). 

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