En 2011, el sector estadounidense de los centros de spa y fitness estaba muy
fragmentado, pues no existía un líder de mercado consolidado. En cambio, había una gran cantidad de pequeños centros regionales. Mientras que se podría esperar que una cinta de correr adquirida por un particular durara entre siete y doce años, en los centros de spa y fitness, la utilización más frecuente de las máquinas implicaba tener que reemplazarlas o revisarlas mucho más a menudo. Los vendedores no podían apoyarse sólo en uno o dos grandes clientes para impulsar los ingresos, sino que, para tener éxito, a nivel local debían establecer contacto con un gran número de centros de spa y fitness de todos los tipos y tamaños.
Las directrices de la compañía recomendaban tener reuniones cara a cara o
telefónicas con un mínimo de cinco clientes o potenciales clientes cada día. En 2008, StepSmart realizó una gran inversión en una herramienta para la administración de la relación con los clientes que permitía a los vendedores informar a distancia, de un modo sencillo, mediante sus smartphones y ordenadores portátiles, sobre las actividades de venta y las novedades. Por ello, StepSmart alentaba a sus vendedores a programar reuniones en persona, tanto en las oficinas de centros de spa y fitness regionales como en eventos del sector.