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L
a «individualización» es un término equívoco, de significación compleja, que
incluso podemos adjetivar como incomprensible, pero que alude a algo importante.
Hasta hoy se ha intentado la aproximación a esa noción desde el aspecto de lo que
es importante, desde el aspecto de la realidad; v pero se prescindió del núcleo del
significado de la palabra.
L
a «individualización» no es un fenómeno ni un invento de la segunda mitad del
siglo xx. Formas y estilos de vida «individualizados» parecidos podemos
encontrarlos en el Renacimiento (Burckhardt), en la cultura cortesana de la Edad
Media (Elias), en la ascética del mundo interior del protestantismo (Max Weber), en la
emancipación del campesino de la servidumbre (Marx) y en el siglo xix y comienzos del
xx, en el debilitamiento de los vínculos intergeneracionales de la familia (Imhof) así como
en los procesos migratorios.
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Alejandro S.
[SOCIOLOGIA DEL TRABAJO] Ortega
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Alejandro S.
[SOCIOLOGIA DEL TRABAJO] Ortega
Individualización significa dependencia del mercado en todos los aspectos de la vida. Las
formas de existencia que se originan son el mercado de masas, que no le resulta consciente
a cada cual, y el consumo de masas para viviendas globalmente proyectadas incluida su
instalación, artículos de uso cotidiano, opiniones, costumbres, posicionamientos y estilos de
vida que se difunden e inculcan a través de los medios de masas. De este modo, las
individualizaciones entregan los hombres a una estandarización y administración ajena que
los nichos de las subculturas familiar y estamental nunca conocieron.
Estas configuraciones institucionales de la vida significan que las regulaciones del sistema
cultural, el sistema profesional, así como las previsiones sociales del sistema se engarzan
directamente con las fases de la vida de los hombres: las disposiciones e intervenciones
institucionales son, a su vez, (implícitamente) disposiciones e intervenciones en la vida
humana.
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Alejandro S.
[SOCIOLOGIA DEL TRABAJO] Ortega
La esfera privada no es lo que parece ser, una esfera separada del ambiente. El lado
extremo penetra en el interior e influye en lo privado de las relaciones y decisiones. Quien
no sepa ver esto ignora un rasgo esencial de las formas de vida social en la fase avanzada
de la modernidad: el solapamiento y entrelazamiento de la privacidad individualizada
desarrollada con campos aparentemente delimitables institucionalmente y sectores de
producción de cultura, consumo, comunicaciones, industria, mercado del trabajo, etc.
Esta dependencia de las instituciones incrementa las situaciones de crisis de las condiciones
individuales generadas. La dependencia de las instituciones no se da para prioridades en
general sino en concreto. La clave de la seguridad en la vida reside en el mercado de
trabajo. La incorporación al mercado de trabajo obliga a formarse. Si alguien es superado
por cualquier otro se encuentra socialmente ante la nada material. Sin el correspondiente
título de estudios, la situación es tan catastrófica como en el caso de poseerlo; pero si se
carece de él ni tan siquiera se accede a los puestos de trabajo vacantes. Los primeros en
quedar fuera de juego socialmente son los que fracasan al entrar en el sistema educativo. La
obtención y conservación de una plaza educativa se convierte en la cuestión del ascenso o
descenso en la sociedad. Asimismo, por causa de «oscilaciones» coyunturales o
demográficas, generaciones enteras pueden ser arrastradas a la marginación en la
existencia. Es decir, las condiciones individuales, ligadas a las instituciones, permiten
convertir precisamente, según sean las coyunturas del mercado de trabajo y económicas, las
ventajas e inconvenientes concretos generacionales en condiciones grupales.
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Alejandro S.
[SOCIOLOGIA DEL TRABAJO] Ortega
Las instituciones actúan con categorías jurídicamente fijas de «biografías normales» que
cada vez corresponden menos a la realidad. El eje de la biografía normal es la relación con
un trabajo normal. Así, el sistema social de seguridad se adapta a la piedra angular de la
participación en el trabajo productivo. Al mismo tiempo aumenta la cantidad de quienes,
pese a todo esfuerzo, no alcanzan o apenas si consiguen acceder al sistema ocupacional.
Los niveles de normalidad en que se basa la previsión social cada vez resultan más
insuficientes en relación con el constante paro masivo y se corresponden menos con el
desarrollo de las condiciones de vida familiar y entre hombres y mujeres. La figura del
padre de familia varía en la familia y da lugar a funciones cambiantes, dependiendo, para
aspectos y decisiones, de quién gana dinero, quién procura el sustento, quién cuida y quién
educa a los hijos.
La sociedad nacida de las formas de vida de la sociedad industrial —clases sociales, familia
nuclear, funciones sexuales y oficio— se enmarca en un sistema de instituciones políticas,
administrativas y de previsión social que resulta cada vez más un tipo de función rectora
propia de la época industrial que se extingue. Esas instituciones intervienen en la vida
«desviada», según el nivel administrativo de normalidad, de forma reguladora y normativa
pedagógicamente.
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Alejandro S.
[SOCIOLOGIA DEL TRABAJO] Ortega
disminuyen los ámbitos que afectan la propia vida en la cooperación y aumentan las
restricciones que obligan a configurar la propia vida precisamente en los aspectos en que
ésta no es nada más que el mero producto de las circunstancias.
Lo que se reclama es un modelo de acción cotidiana que tenga por centro el yo, que indique
y abra oportunidades de actuación y permita así elaborar significativamente las ocasiones
de decisión y configuración que se presentan en relación con la propia vida. Eso significa
que ha de desarrollarse una imagen del mundo centrada en el yo más allá de la superficie de
las representaciones mentales en relación con los fines de la propia supervivencia, imagen
que, por así decirlo, instale en la mente la relación entre yo y la sociedad a fin de concebirla
como viable para los fines de la conformación individual de la vida.
En la sociedad individualizada, los riesgos no sólo aumentan sino que también surgen
nuevas formas cualitativas de riesgos personales: aparecen también nuevas formas de
«culpabilización», lo cual representa una sobrecarga. Con esas coacciones que imponen la
autoelaboración, autoplanificación y autoproducción de la biografía era forzoso que se
originaran, más pronto o más tarde, también nuevas exigencias en formación, previsión,
asistencia terapéutica y actividad política.
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Alejandro S.
[SOCIOLOGIA DEL TRABAJO] Ortega
Los subsistemas van más allá de las condiciones individuales. Son, por así decirlo, el
aspecto biográfico de lo separado institucionalmente. Considerado así, se trata de
condiciones institucionales individualizadas que producen, en el plano del sistema,
relaciones ignoradas y rupturas en los permanentes puntos de fricción, dificultades para
acuerdos y contradicciones en y entre las biografías individuales. Orientar la vida en estas
condiciones se convierte en la solución biográfica de contradicciones del sistema. La
biografía es la suma de las racionalidades parciales del sistema y no, en absoluto, de sus
circunstancias.