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ATENEU UNIVERSITARI SANT PACIÀ

FACULTAT DE TEOLOGIA DE CATALUNYA

ANÀLISIS DE SCRIPTURAE SACRAE AFFECTUS, A LA LUZ DE: 1 PEDRO 3,15

Asignatura: Teología Biblica, del Antiguo y Nuevo Testamento.

Profesor: Jaume Eugeni Angelats Morató.

Alumno: Joan Eusebi Brea Sánchez

5º curso de Teología

BARCELONA

OCTUBRE 2020
Reflexión Personal sobre la Carta Apostòlica Scripturae Sacrae Affectus del Papa
Francisco coincidiendo con el XVI centenario de la muerte de San Jerónimo, análizada
a la luz de un fragmento de la cita de 1 Pedro 3,15, «Estén siempre dispuestos a dar
respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza»:

A la luz de esta cita de 1 Pedreo 3,15 vemos como San Jerónimo dedicó su vida a
consagrarse totalmente a Cristo y a su Palabra. Y en un sentido similar a San Ignacio
de Loyola le podriamos definir como un loco por Cristo (En su ferboroso amor por el
Señor). Aunque en su caso en particular le definiriamos como un loco por la Biblia,
dedicando su existencia a hacer que las palabras divinas, a través de su infatigable
trabajo como traductor y comentarista, fueran cada vez más accesibles a los demás.
Ese acontecimiento dio a su vida una orientación cercana a la Primera Carta de Pedro
3,15, con una nueva y más decidida voluntad de convertirse en servidor de la Palabra de
Dios, como enamorado de la “carne de la Escritura”, para hacer llegar a todos (creyentes
o no) el sentido del Espíritu de las Escrituras, estando así: «siempre dispuesto a dar
respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza». Como se nos indica en
1 PE 3,15 .

Así en primer lugar entiendo que con esta carta el Santo Padre no busca rememorar en
si la obra de San Jerónimo, más bien quiere recalcar el ejemplo del Santo en su ferbor
por el estudio bíblico y en especial por su interés en que se logrará transmitir el correcto
sentido de las Sagradas Escrituras (El espíritu de las mismas). Por eso vemos que
como conclusión a la carta, el Santo Padre pide recordar a san Jerónimo y volver a
proponer la actualidad de su mensaje y de sus enseñanzas, remarcando que tenemos
que: «Amar lo que Jerónimo amó, su amor por el tesoro de las Sagradas Escrituras»;
que según el Papa Francisco también se le puede aplicar lo que él mismo escribió sobre
Nepociano: «Por la asidua lectura y la meditación prolongada, había hecho de su
corazón una biblioteca de Cristo». Jerónimo no escatimó esfuerzos para enriquecer su
biblioteca, en la que siempre vio un laboratorio indispensable para la comprensión de la
fe y la vida espiritual.

Como segunda reflexión, encuentro que estamos ante un tema actual y muy útil, que es
la habitual falta de una apropiada interpretación de las Sagradas Escrituras.
Habitualmente se suelen encontrar personas de distintas confeciones cristianas o incluso
católicas que hacen reflexiones, o sacan conclusiones de pasajes biblícos de forma
aislada y frivola, sin tener en cuenta que han sido escritas en un contexto histórico y
social muy distinto al actual. Haciendo de las Sagradas Escrituras un medio para
satisfacer su propias conclusiones preestablecidas, sin lograr acceder al verdadero
sentido que se nos busca transmitir, cometiendo un error similar al de los fariseos en
tiempos de Jesucristo. En este sentido es ideal el ejemplo de San Jeronimo quien
enfatizaba de las Escrituras el carácter humilde con el que Dios se reveló.

Jerónimo nos enseña que no sólo se deben estudiar los Evangelios, y que no basta solo
con la tradición apostólica, presente en los Hechos de los Apóstoles o en sus Cartas, la

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que hay que comentar, por lo que mucho menos aceptaria el Santo sacar conclusiones
teologicas absolutas de versiculos aislados. En este sentido el Santo argumenta que toda
la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento), son indispensables para penetrar en la verdad
y la riqueza de Cristo, dandonos a entender que tenemos que intepretar la Biblia como
un bloque teologico, y no como si sus libros fueran compartimentos estancos.

El tercer aspecto que quiero resaltar es el Socio – cultural, porque el trabajo de


traducción de San Jerónimo nos enseña que los valores y las formas positivas de cada
cultura representan un enriquecimiento para toda la Iglesia. A lo cual yo añadiria que
para toda la humanidad, porque los diferentes modos en que la Palabra de Dios se
anuncia, se comprende y se vive con cada nueva traducción a una nueva lengua y
cultura, ayuda a que enriquecer la Escritura misma, y de rebote a la nueva cultura a la
que va dirigida la traducción. Porque como muy acertadamente nos dice el Santo Padre
en la carta Apostólica: « La Biblia necesita ser traducida constantemente a las
categorías lingüísticas y mentales de cada cultura y de cada generación, incluso en la
secularizada cultura global de nuestro tiempo». Por la sencilla razón de que la Biblia,
es un tesoro para la humaninda y no solo desde el punto de vista de nuestra fe o de la
moral, sino por el peso literario y cultural que tiene la Biblia en la humanidad.

Así a manera de conclusión, no puedo dejar de admirar el increible derroche de fe y


amor a Dios de San Jeronimo, plasmada en su labor de traducción y puesta a punto que
significo la Vulgata, hecha en favor de sus projimos tanto contemporaneos como futuros
Un amor loco por Jesucristo que reflejo en su forma de vida, y dejo patente en la titanica
tarea de traducir de forma fiel el sentido original de las Sagradas Escrituras.

San Jeronimo es así un ejemplo para todos, en su expresión de la fe, a través de su amor
por las Sagradas Escrituras, atendiendo al mandato de llevar el Evangelio y la palabra
de Dios en general a los confines de la tierra. Su ejemplo cristaliza al traducir de forma
viva y eficaz dos lenguas muy distinatas como son el sencillo y pobre Hebreo Biblico,
contrapuesto con el rico y literario Griego Clasico. Dos lenguas tan distintas como las
culturas de las que emanan, y que el Santo plasmo magistralmente sacando el sentido
fiel de sus citas, para que llegara a toda la cristiandad a través del Latin en la excelente
Vulgata.

Para concluir quiero señalar que a mi entender el mejor reflejo del encaje que nos deja
la Carta Apostólica Scripturae Sacrae Affectus, del ejemplo de San Jeronimo con
respecto al fragmento expuesto de 1 Pedro 3,15, de: «Estár siempre prestos a dar
respuesta de nuestra esperanza». Lo encontramos en estas palabras del Papa
Francisco al decir: «Verdaderamente, Jerónimo es la biblioteca de Cristo, una
biblioteca perenne que dieciséis siglos después sigue enseñándonos lo que significa el
amor de Cristo, un amor que no se puede separar del encuentro con su Palabra».
Porque San Jeronimo estuvo tan dispuesto que llevo la Esperanza de Cristo a los
confines de la tierra, y a las generaciones posteriores con su soberbia traducción Bíblica,
y su ejemplo de fe y entrega a la Evangelización.

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