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Sexto domingo de Pascua Ciclo B 2024
Sexto domingo de Pascua Ciclo B 2024
«Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Con estas
palabras explica el Señor con más claridad lo dicho anteriormente, esto es, que los
discípulos disfruten en sí mismos de su mismo gozo. A los que quieran seguirme, dice,
les mando esto, y les enseño a hacerlo y a sentirlo en lo íntimo de su alma: que tengan
un amor recíproco tan profundo como el que yo les he demostrado y he practicado
previamente. Cuán generosa sea la medida del amor de Cristo, él mismo lo ha indicado
al decir que nadie tiene un amor más grande que el que va hasta dar la vida por los
amigos».
«Dios omnipotente y eterno». Hoy la invocación ha querido subir nada menos que a las
alturas de la omnipotencia y de la eternidad sin principio de Dios, como para alertarnos
de la gracia inaudita que se decide a suplicar en esta hora.
«En la resurrección de Jesucristo nos has hecho renacer a la vida eterna». Esta
motivación da por sentadas dos cosas: a) que estamos celebrando la resurrección de
Jesucristo; b) que esa celebración es causa de un nuevo nacimiento para la vida eterna,
causado por el sacramento de la Pascua. Obsérvese que el texto habla de vida eterna,
no ya solamente de la vida futura, sino de esa vida eterna que, manando del seno del
Padre llega hasta nosotros por medio de los sacramentos, y muy especialmente por
medio de la Eucaristía, y aquí y ahora por medio del sacramento de la Pascua.
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C. URTASUN, Las oraciones del Misal, Barcelona: CPL 1995, 292-293.
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Misal Romano. Edición típica para Colombia, según la Tercera Edición Típica Latina, Conferencia Episcopal
de Colombia, Departamento de liturgia, 2008, 258.
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Sexto domingo de Pascua - Ciclo B- 2024
Textos proclamados: comentario a las lecturas 3
El don del Espíritu Santo ha sido derramado también sobre los gentiles
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10,25-26.34-35.44-48
Dios nos invita a mirar a los otros con sus propios ojos: ésta podría ser la síntesis del
importantísimo capítulo 10 de los Hechos de los Apóstoles. El acontecimiento narrado
es determinante no sólo para la Iglesia de los orígenes, sino también para la Iglesia de
todos los tiempos. En cierto sentido, es un modelo de lo que debe ser la apertura de los
cristianos al designio de Dios. El episodio es conocido, por lo general, con el título de
«conversión de Cornelio», aunque también lo podríamos llamar «conversión de Pedro».
En efecto, es el mismo Espíritu de Dios el que, con una triple visión (cf. 10,9-16.28),
impulsa a Pedro a salir de su concepción restringida para abrirse a la universalidad de
la salvación que el sacrificio redentor de Cristo ha adquirido para toda la humanidad, no
sólo para Israel.
Tras cierta resistencia inicial, Pedro se dirige con sinceridad a Cornelio, que no es judío,
y le dice: «Verdaderamente ahora comprendo que Dios no hace distinción de personas»
(v. 34), sino que le es grato todo hombre que, como Cornelio, le teme y practica la
justicia. El «temor de Dios» se refiere a la rectitud de conciencia por la que el hombre se
reconoce criatura dependiente de Alguien, aunque todavía no lo conoce rectamente;
mientras que la «justicia» se refiere a un comportamiento social honesto.
Dios es amor
Lectura de la primera Carta del apóstol Juan 4,7-10
Con estos versículos comienza la magna reflexión sobre la caridad (4,7-5,3) que marca
la cima de la Primera carta de Juan. Dios es la fuente del amor. En consecuencia, quien
ha brotado de esta fuente y permanece unido a ella (v. 7) vive del amor y difunde amor.
Ésta es la razón de que el amor a Dios y el amor fraterno sean una sola y misma realidad.
Por el contrario, no puede decir que conoce a Dios quien no se configura con él en el
amar (v. 8; cf. 20s.). «Dios es amor»: esta revelación del rostro de Dios no es una
afirmación especulativa, sino la experiencia de una historia de la que Juan es testigo
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AA.VV., Lectio divina para cada día del año, vol. 4, Navarra: Verbo Divino 2011, 328-332.
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directo (1,1-4), y cada cristiano llega a serlo también (1,3) cuando entra en la comunión
eclesial, así como también en la intimidad de su propio corazón. El amor no es una
realidad para explicar. Dios ha revelado que es amor a través de su obrar, a través de
su «desmesurada caridad», que le ha llevado a dar al hombre a su mismo Hijo único -
sinónimo de amadísimo-, el cual a su vez ha entregado su propia vida expiando con la
muerte el pecado del hombre. Su ofrenda es en verdad como la semilla que, una vez
caída en tierra, produce mucho fruto.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos
Lectura del Santo Evangelio según san Juan 15,9-17
Una vez más es la vida trinitaria el modelo que se propone al hombre: Jesús permanece
en la caridad del Padre y es una sola cosa con él porque acoge, ama y realiza
plenamente su voluntad (v. 10). Como dice el himno cristológico de Flp 2, «se hizo
obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó...». Esta unión de
voluntades, con la seguridad de que el designio del Padre es el verdadero bien, es la
alegría del Hijo, y él, al pedir la observación de sus mandamientos, no hace otra cosa
que invitar al discípulo a participar de su misma alegría (v. 11). Su mandamiento es el
amor recíproco, hasta estar dispuesto a ofrecer la vida por los otros (vv. 12s). Ese amor
es el que hace caer todas las barreras, hace «prójimo» a todo hombre, hace nacer una
amistad que sabe compartir las cosas más importantes. Su realización perfecta se
encuentra en Jesús, que, antes de morir, dice a sus discípulos: «Ya no os llamo siervos,
sino amigos», aunque sabe que muy pronto le dejarían solo. Se nos pide, entonces, que
estemos «atentos»: el amor entregado y recibido nos implica en su dinamismo a cada
uno de nosotros. Debe convertirse en nuestra entrega: «Amaos los unos a los otros
como yo os he amado», con una atención activa y constante para vencer el egoísmo.
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Sexto domingo de Pascua - Ciclo B- 2024
Sexto domingo de Pascua
5 de mayo de 2024
Moniciones
Entrada
Querida comunidad: la Iglesia sigue desbordando de gozo. Se trata
de la alegría que nada ni nadie nos puede quitar pues Cristo ha
resucitado. En este domingo el Señor nos llama a permanecer en su
amor y a amarnos entre nosotros como hermanos. Con profunda fe
celebremos esta Eucaristía, pidiendo la intercesión de la Virgen
María, nuestra Madre. [Hoy celebramos en Colombia la Jornada de
oración por la Infancia Misionera].
Liturgia de la Palabra
Que el Espíritu Santo ilumine nuestro entendimiento para
comprender las Escrituras. Así descubriremos que Dios es amor y
guardaremos el mandamiento de amarnos los unos a los otros como
Jesús nos ha amado.
Comunión
Hemos sido elegidos por Jesús para que demos un fruto que
perdure: el fruto de amarnos como hermanos. Justamente por eso
vamos a recibir la comunión sacramental para llenarnos de su amor,
ese mismo amor que lo llevó a dar la vida por sus amigos. Llenos de
fe, acerquémonos a comulgar.
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Sexto domingo de Pascua - Ciclo B- 2024
Sexto domingo de Pascua
5 de mayo de 2024
Oración universal
Confiando firmemente en Cristo resucitado, quien nos elige para ser
sus amigos y nos llama para permanecer en su amor, presentemos al
Padre nuestras oraciones y digamos:
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