Está en la página 1de 2

Las ZEDES, lo político y lo económico en Honduras.

Por: Filiberto Guevara Juárez.

Todo lo referente a las tales Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) en


Honduras, debe verse en su contexto político y económico dentro de un marco
histórico a nivel mundial. Desde esa perspectiva es bueno tener bien claro que,
históricamente se ha demostrado que primero deben resolverse los problemas
políticos de un país, y sobre esa base de problemas políticos ya resueltos; proponer
soluciones a los problemas socioeconómicos de un país cualesquiera que sea. Al
respecto, el gran economista Abba Lerner, sentenció en la década de los setentas
del siglo XX, cuando dijo lo siguiente: “La economía ha ganado el título de reina de
las ciencias sociales eligiendo como campo los problemas políticos resueltos”.

Ahora bien, revisemos históricamente lo que ha sucedido a nivel mundial en cuanto


a lo político y lo económico. En dicho sentido resulta que, después de un largo
proceso de siglos de maduración de ideas políticas y filosóficas de grandes
pensadores como los de la Grecia Antigua, antes de Cristo (A.C), y muchos después
de Cristo (D.C), tales como: Richard Hooker, Thomas Hobbes y que culmina con el
gran pensador de la libertad, John Locke; todo eso, dio como fruto de la
humanidad, la gran revolución política inglesa, prácticamente, en la segunda mitad
del siglo XVII (1642- 1688). Lo cual debe llamarnos la atención, porque todo fue
producto de un largo proceso que data de varios siglos antes; y que dicha
revolución de ideas duró casi medio siglo. Y, fue un poco más de un siglo después,
en la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX (1760-1840);
que se produce la gran revolución industrial, que inició en Inglaterra y se propagó
por Europa occidental y la América anglosajona (EE.UU y Canadá); donde también
había sido precedida por una revolución política entre 1763 a 1783; un poco antes
de la gran revolución francesa que inició en 1789 y finalizó con el golpe de Estado
de Napoleón Bonaparte en 1799, período durante el cual se reconocen los derechos
del hombre y del ciudadano, votado el 29 de mayo 1793. Así pues, queda
históricamente demostrado, que primero tienen que resolverse los grandes
problemas políticos relacionados con la democracia, republicanismo, Estado de
derecho y justicia social; y sobre esa base de problemas políticos resueltos,
deberán resolverse los problemas socioeconómicos de un país.

En Honduras, el actual gobierno todo lo está haciendo al revés, porque para


impulsar las tales ZEDES, el actual gobernante Juan Orlando Hernández, comenzó
dicho asunto delicado, violando flagrantemente nuestra Constitución política, al
presionar y hasta comprar la conciencia de diputados apátridas, para que
reformaran artículo pétreos de nuestra Constitución política, que nunca podrán ser
reformados por un Congreso Nacional de la República de carácter ordinario, porque
lo prohíbe la misma Constitución explícitamente en su artículo 375, al rezar lo
siguiente: “Esta Constitución no pierde su vigencia ni deja de cumplirse por acto de
fuerza o cuando fuere supuestamente derogada o modificada por cualquier otro
medio y procedimiento distintos del que ella mismo dispone. En estos casos, todo
ciudadano investido o no de autoridad, tiene el deber de colaborar en el
mantenimiento o restablecimiento de su afectiva vigencia.

Serán juzgados, según esta misma constitución y las leyes expedidas en


conformidad con ella, los responsables de los hechos señalados en la primera parte
del párrafo anterior, lo mismo que los principales funcionarios de los gobiernos que
se organicen subsecuentemente, si no han contribuido a restablecer
inmediatamente el imperio de esta Constitución y a las autoridades constituidas
conforme a ella. El Congreso puede decretar con el voto de la mayoría absoluta de
sus miembros, la incautación de todo o parte de los bienes de esas mismas
personas y de quienes se hayan enriquecido al amparo de la suplantación de la
soberanía popular o de la usurpación de los poderes públicos, para resarcir a la
República de los perjuicios que se le hayan causado.” Dichos artículos pétreos, sólo
pueden ser reformados por una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, y
nunca por un poder constituido como un Congreso Nacional ordinario o ser
interpretados por una Corte Suprema de Justicia, producto de una elección en
segundo grado por dicho Congreso ordinario; conforme lo dispuesto por los
diputados Constituyentes de nuestro país en 1981

Lo más grave aún, es que el actual gobernante, al reelegirse violando


flagrantemente nuestra Constitución, ha seguido en su segundo período
presidencial con tan dañino asunto para la nación hondureña, en pleno proceso
electoral, utilizando nuestros impuestos en toda una campaña propagandística
electorera en radio, televisión y redes sociales, con el tema de las ZEDES y
ofreciendo empleos a través de ellas; agravando aún más nuestra crisis política, no
sin antes agravarla, mediante elecciones primarias fraudulentas, llevadas a cabo
con una ley electoral, y sobre el proceso electoral ya iniciado; imponernos una
supuesta nueva ley electoral, que de nueva, no tiene prácticamente nada, y más
bien, está llena de toda clase de trampas legales.

Así pues, todo lo que ha hecho y hace el actual gobierno, es completamente


irracional y hasta absurdo, porque no se pueden solucionar los problemas
socioeconómicos de un país, agravando los problemas políticos. Así lo demuestra la
historia a nivel mundial.

San Pedro Sula, 24 de junio de 2021.

También podría gustarte