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Lo que mal empieza, mal acaba.

Por: Filiberto Guevara Juárez.

El refrán popular del presente artículo de opinión lo dice todo con respecto a
la elección de diputados al Congreso Nacional de la República en las
recientes elecciones generales del 28 de noviembre de 2021. En éste nivel
electivo siempre ha habido fraude electoral en las últimas elecciones
generales, ya no queda la menor duda. Nada ha sido al azar, todo fue
planificado por mentes maquiavélicas de perversos políticos hondureños con
poder de decisión. Todo comenzó con la no aprobación de una nueva ley
electoral en el tiempo correcto, la no aprobación a tiempo de recursos
económicos para el Consejo Nacional Electoral (CNE), la no aprobación de
una nueva ley de justicia electoral y su respectivo reglamento; y con la
inscripción de múltiples partidos políticos de USB para confundir al
electorado y dificultar aún más el trabajo de las juntas receptoras de votos
(JRV) por agotamiento y previa falta de preparación adecuada para ello.
Además, esas mentes maquiavélicas lograron que las credenciales para cada
JRV, fueran sin nombres para que los candidatos más influyentes y otros,
pudieran colocar el mayor número de personas, para que le hicieran el
"trabajito" de salir electos, aunque la mayoría del pueblo hondureño los
despreciara. Es quizás por eso, que cada vez que se revisan más actas
evidentemente adulteradas, algunos candidatos sacan más votos mientras
que otros candidatos disminuyen en cantidad de votos, lo cual está siendo
denunciado hasta por candidatos del propio Partido Nacional. Pero eso, que
está sucediendo, también está sucediendo en los otros Partidos políticos. Eso
no es nada nuevo, siempre ha sido así en las últimas elecciones generales y
primarias. No se ha respetado la voluntad del *PODER CONSTITUYENTE*:
el pueblo, el único soberano político que lo puede todo conforme el artículo 2
de nuestra Constitución política, que reza lo siguiente: “La soberanía
corresponde al pueblo del cual emanan todos los poderes del Estado que se
ejercen por representación. La suplantación de la soberanía popular y la
usurpación de los poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a
la Patria. La responsabilidad en estos casos es imprescriptible y podrá ser
deducida de oficio o a petición de cualquier ciudadano”.
Lo que está saliendo a luz pública con la elección de diputados en el actual
proceso electoral da asco, da náuseas. Ya existe suficientes evidencias que
las elecciones generales a nivel electivo de diputados es un megadesastre
que sólo podrá ser corregido totalmente si se contrata a un gran número de
personas para que revisen todo el material electoral de cada JRV, colocando
múltiples cámaras de vigilancia y observadores imparciales, entre otras
medidas pertinentes. Todo eso, se puede hacer porque hay recurso
económico para ello, lo único que falta es voluntad política; la cual
históricamente nunca se ha tenido, porque a las mentes maquiavélicas que
indujeron a ese caos no les conviene. Si se sigue así, al final por cansancio y
desgaste se terminarán burlando del pueblo hondureño, no debe quedar ya
la menor duda.
Lo otro, es que hay delitos electorales evidentes, pero el ente encargado de
castigar tanto delito electoral cometido por autores materiales e intelectuales
quedarán impunes, porque al ser muchos los delitos, eso, hace casi
imposible judicializarlos en tiempo y forma. Las mentes maquiavélicas que lo
planificaron todo perversamente, han de estar felices disfrutando de sus
perversidades; no debemos tener la menor duda de ello. Una vez más se
están saliendo con la suya. Primero fueron los votos rurales en el nivel
electivo presidencial en el 2017, donde en la actual elecciones no
aparecieron de nuevo principalmente en los departamentos de Lempira,
Intibucá y La Paz, donde el Partido Nacional sacó un poco más de 80 mil
votos de ventaja, comprobándose actualmente el fraude electoral en
retrospectiva, porque ya no pudieron votar los muertos y ausentes debido a
que se ejerció el sufragio con un nuevo documento de identidad nacional y
un registro de huella dactilar. A eso, ni se le ha puesto la debida atención,
porque tienen distraído al pueblo con el actual caso a nivel electivo de
diputados.
Lo que sí se puede hacer es contratar al mayor número de personas con el
debido apoyo logístico y vigilancia de las organizaciones de sociedad civil,
para que se respete la voluntad del pueblo, que aunque mal inducida por el
bendito voto en plancha, dejó por fuera a ciudadanos valiosos hombres y
mujeres que se presentaron como una muy buena oferta electoral, pero el
pueblo votó a ciegas votando por algunos delincuentes y dejando por fuera a
personas virtuosas en todos los sentidos de la palabra. En dicho sentido
Thomas Jefferson, tercer presidente de los EEUU, afirmaba lo siguiente: "los
hombres (ciudadanos) de gran saber y competencia son pocos en todos los
países. Y cuando se utilizan a los que no poseen esas cualidades, se estorba
el paso de quienes sí las poseen". No existe la menor duda que las mentes
maquiavélicas que lo planearon todo tuvieron su éxito deseado hasta el
momento, porque todo les está saliendo perfecto de principio a fin, al
pretender que solo se haga un escrutinio especial con las tales actas con
inconsistencias, tal como sucedió en la elección general de 2017, y con las
múltiples denuncias de inconsistencias en muchas actas lo que estamos
viendo es la punta del iceberg en un 12 a 13 % , por el momento, y con
proyección a llegar a un 15 a 16 %, cuando se revise el 100% de las actas
de cierre en el CNE. No obstante, si se revisara voto por voto, lo más
probable es que se descubrirá un megafraude electoral escandaloso en el
nivel electivo de diputados, porque lo más probable es que cuadraron las
cifras de votos, que les quitaron a los candidatos de otros partidos políticos.
No seamos ingenuos, el Partido Nacional, lo que quiere evitar es que se
logre la mayoría calificada de 86 votos, para evitar las reformas
constitucionales de fondo en contra de las ZEDE y otros asuntos de
trascendental importancia para la vida de la nación hondureña.
Así que, "lo que mal empieza mal acaba". No obstante, el CNE tiene una
gran oportunidad histórica de hacer que se respete la voluntad del pueblo
como único soberano político, si permite que el 100% de las actas a nivel
electivo de diputados sean verificadas voto por voto conforme el espíritu de
la nueva ley electoral, que manda a respetar la voluntad del *PODER
CONSTITUYENTE*, que es el que lo puede todo en materia política, y no
ningún poder constituido llámese éste: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y
Poder Judicial, conforme el artículo número 2 de nuestra Constitución
política.

*Actual candidato por el PINU-SD en Cortés.

San Pedro Sula, 5 de diciembre, de 2021.

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