La esclerosis sistémica es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a diferentes órganos y tejidos del cuerpo. Esta enfermedad se caracteriza por la formación de cicatrices en los tejidos del cuerpo, lo que puede causar daño y disfunción en órganos como los pulmones, el corazón y la piel. Los síntomas de la esclerosis sistémica pueden incluir dificultad para respirar, cansancio y debilidad, fiebre y pérdida de peso. No hay una cura para la esclerosis sistémica, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir el daño adicional. EPIDEMIOLOGÍA La esclerosis sistémica es una enfermedad relativamente poco común, aunque su prevalencia exacta varía según la población y la región del mundo. Se estima que afecta a aproximadamente 75.000 personas en los Estados Unidos, y a alrededor de 100.000 personas en Europa. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad, pero suele comenzar entre los 20 y los 50 años. Las mujeres son más propensas a desarrollar esclerosis sistémica que los hombres. FACTORES DE RIESGO Los factores de riesgo para la esclerosis sistémica incluyen: Ser mujer: las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar esclerosis sistémica que los hombres. Edad: la esclerosis sistémica suele comenzar entre los 20 y los 50 años. Historia familiar: si alguien de tu familia cercana tiene esclerosis sistémica, es más probable que tú desarrolles la enfermedad. Factores genéticos: ciertos genes pueden aumentar el riesgo de desarrollar esclerosis sistémica. Exposición a ciertos químicos: ciertos químicos, como el cloroformo, pueden aumentar el riesgo de desarrollar esclerosis sistémica. Fumar: el tabaquismo aumenta el riesgo de desarrollar esclerosis sistémica. ETIOLOGÍA La causa exacta de la esclerosis sistémica es desconocida, pero se cree que puede ser causada por una combinación de factores genéticos y ambientales. La esclerosis sistémica es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a los tejidos sanos del cuerpo en lugar de protegerlos. Esto puede causar daño y cicatrices en los tejidos y órganos, lo que puede causar síntomas como dificultad para respirar y cansancio. Se cree que ciertos genes pueden aumentar el riesgo de desarrollar esclerosis sistémica, y que ciertos factores ambientales, como la exposición a ciertos químicos, pueden desencadenar la enfermedad en personas con predisposición genética. PATOGENIA La esclerosis sistémica es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a los tejidos sanos del cuerpo en lugar de protegerlos. En la esclerosis sistémica, el sistema inmunitario ataca a las capas externas de los tejidos de los órganos, lo que causa inflamación y cicatrices. Esto puede causar daño y disfunción en los órganos afectados, como los pulmones, el corazón y la piel. La formación de cicatrices también puede interrumpir el flujo de sangre y otros fluidos corporales, lo que puede causar síntomas como dificultad para respirar y cansancio. La patogenia exacta de la esclerosis sistémica todavía se está investigando. CLASIFICACIÓN La esclerosis sistémica se puede clasificar en diferentes tipos según la forma en que afecta al cuerpo. Los tipos más comunes de esclerosis sistémica incluyen: Esclerosis sistémica limitada: este tipo de esclerosis sistémica se caracteriza por la formación de cicatrices en la piel y en los pulmones. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar y dolor en el pecho. Esclerosis sistémica difusa: este tipo de esclerosis sistémica se caracteriza por la formación de cicatrices en varios órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones. Los síntomas pueden incluir cansancio y debilidad, fiebre y pérdida de peso. Esclerosis sistémica mixta: este tipo de esclerosis sistémica combina características de la esclerosis sistémica limitada y la esclerosis sistémica difusa. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, cansancio y debilidad, así como dolor en el pecho y fiebre. Esclerosis sistémica en placas: este tipo de esclerosis sistémica se caracteriza por la formación de placas duras y escamosas en la piel. Los síntomas pueden incluir dolor en las articulaciones y en los músculos, así como cambios en la sensibilidad de la piel. La forma en que se clasifica la esclerosis sistémica puede depender del país y del médico que realiza el diagnóstico. Es importante hablar con un médico sobre la clasificación de la enfermedad y cómo puede afectar tu salud. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Las manifestaciones clínicas de la esclerosis sistémica pueden variar según el tipo de enfermedad y la forma en que afecta al cuerpo. Los síntomas más comunes de la esclerosis sistémica incluyen: Dificultad para respirar Cansancio y debilidad Fiebre y pérdida de peso Dolor en el pecho y en las articulaciones Cambios en la sensibilidad de la piel Lesiones en la piel, como erupciones rojas o placas escamosas Problemas para tragar Problemas cardíacos, como insuficiencia cardíaca o arritmias Los síntomas de la esclerosis sistémica pueden aparecer y desaparecer, y pueden variar en intensidad. Es importante hablar con un médico si tienes cualquiera de estos síntomas, ya que pueden ser causados por una variedad de enfermedades diferentes. El médico puede realizar pruebas para determinar la causa de los síntomas y brindarte un tratamiento adecuado. DIAGNÓSTICO Basado en hallazgos clínicos. Criterios de clasificación del American College of Rheumatology y la European League Against Rheumatism (ACR/EULAR) para la esclerosis sistémica. Se cumplen los criterios para la esclerosis sistémica definitiva si 1 criterio mayor o ≥ 2 criterios menores con un total de ≥ 9 puntos. Pruebas para ayudar al diagnóstico: Autoanticuerpos séricos frecuentemente vistos con esclerodermia, pero no diagnósticos. Anticuerpos antinucleares. Anticuerpo anticentrómero. Anticuerpo antitopoisomerasa-I (también llamado anti-SCL-70) Anticuerpos antimitocondriales (AMA) y anticuerpos sp100 asociados con cirrosis biliar primaria en pacientes con esclerosis sistémica. Microscopía capilar del pliegue ungueal. Procedimiento estándar para evaluar la microvasculatura y detectar microangiopatía: Realizar en pacientes con fenómeno de Raynaud. Radiografía de manos y pies puede mostrar calcificaciones tisulares, erosiones articulares, acroosteólisis o malposición Para compromiso gastrointestinal, considerar: Esofagogastroduodenoscopia (EGD) y fluoroscopia de contraste de sulfato de bario. Endoscopia Manometría esofágica y monitorización del pH. Biopsia duodenal o yeyunal Afectación pulmonar: Radiografía de tórax o tomografía computarizada (TC). Espirometría y capacidad de difusión de monóxido de carbono (DLCO). Ecocardiografía con estimación de la presión arterial pulmonar sistólica. Evaluación renal: Creatinina sérica. Cociente proteína-creatinina en orina cada 6-12 meses. Evaluación cardiaca: Considerar la espiroergometría y la prueba de marcha de 6 minutos para evaluar la capacidad funcional. Electrocardiograma (ECG) simple y Holter- ECG para excluir arritmias y bloqueos de conducción. TRATAMIENTO El tratamiento de la esclerosis sistémica puede variar según el tipo de enfermedad y la forma en que afecta al cuerpo. El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas, prevenir el daño adicional y mejorar la calidad de vida. Los tratamientos comunes para la esclerosis sistémica incluyen: Medicamentos inmunosupresores: estos medicamentos ayudan a reducir la actividad del sistema inmunitario y a prevenir que ataque a los tejidos sanos del cuerpo. Medicamentos antiinflamatorios: estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo y a controlar los síntomas. Medicamentos para el tratamiento de los síntomas: estos medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas específicos de la esclerosis sistémica, como la dificultad para respirar o el dolor en el pecho. Terapia de reemplazo de glucocorticoides: en algunos casos, se puede recomendar la terapia de reemplazo de glucocorticoides para tratar la esclerosis sistémica. Esta terapia implica el uso de medicamentos para reemplazar los niveles de glucocorticoides que el cuerpo no produce de manera natural. Terapia física: la terapia física puede ayudar a mejorar la fuerza y la flexibilidad de las articulaciones y los músculos afectados por la esclerosis sistémica. Cambios en el estilo de vida: ciertos cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar o evitar la exposición a ciertos químicos, pueden ayudar a controlar la enfermedad y prevenir el daño adicional. CONCLUSIÓN La esclerosis sistémica es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a diferentes órganos y tejidos del cuerpo. Esta enfermedad se caracteriza por la formación de cicatrices en los tejidos del cuerpo, lo que puede causar daño y disfunción en órganos como los pulmones, el corazón y la piel. Los síntomas de la esclerosis sistémica pueden incluir dificultad para respirar, cansancio y debilidad, fiebre y pérdida de peso. No hay una cura para la esclerosis sistémica, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir el daño adicional.