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REFLEXION PARA PADRES

EL PEQUEO CANGURITO
Cierto da mam canguro dio a luz a un cangurito. Un da, el cangurito sac la cabeza por el agujero de la bolsa y dijo: Oh, qu grande es el mundo, madre! Puedo ir a ver cmo es? La madre canguro le contest mientras le acariciaba dulcemente su pelo suave: Ya te lo ensear yo; no es necesario que salgas de la bolsa, podras hacerte dao o encontrar malas compaas y exponerte a peligros innecesarios. Aadi la madre canguro: Yo soy una madre responsable y decente. El cangurito suspir, se qued callado y quietecito dentro de la bolsa. Pero el cangurito creca, se haca mayor, y cuando ya casi no caba dentro de la bolsa la madre le orden: Te prohbo que crezcas! Y el cangurito, que era obediente, dej de crecer en ese mismo instante. El cangurito, desde la bolsa vea cosas y haca preguntas a su madre. Era un chico inteligente y todo lo encontraba interesante. Pero la madre canguro estaba muy molesta porque no encontraba respuesta a muchas de las preguntas que su hijo le haca. Y un da acab por decirle: Te prohbo que hagas ms preguntas! El cangurito no pregunt nunca nada ms. Un da las cosas estuvieron a punto de arreglarse. El cangurito, desde su punto de observacin, vio una cangurito preciosa. Y dijo el cangurito a su madre: Madre, quiero casarme con aquella cangurito! Y la madre le respondi: Ay hijo! Quieres abandonarme para irte con una cualquiera? Te prohbo que te cases! Y el cangurito no se cas. Cuando la madre canguro se muri, vinieron a sacar al cangurito de la bolsa de la difunta. Era un animal extrao. Su cuerpo era pequeo, Pero tena cara de viejo. Cuando lo dejaron en el suelo, su cuerpo se empap de un sudor fro. Entonces dijo el cangurito: Tengo miedo. Por favor, Pueden ponerme en el hueco de aquel rbol? Y el cangurito pas el resto de sus das mirando el mundo desde el rbol. De tiempo en tiempo comentaba: Verdaderamente qu grande es el mundo! IMPORTANTE TENER EN CUENTA: En este mundo de prisas, es ms fcil vestir a un nio que esperar media hora a que consiga meter una manga en su piernecita. Pero es necesario que lo hagan, y aplaudirles cuando lo consigan. Cuando un nio consigue disfrutar de sus propios logros se siente feliz. Si no, les estamos privando de esa satisfaccin

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