“Algún día cuando mis hij@s sean lo suficientemente grandes para entender la
lógica que motiva a los padres les diré”:
Te ame lo suficiente para preguntarte a dónde ibas, con quién y a qué hora regresarías a casa, para insistirte que ahorraras dinero para comprarte una bicicleta aunque nosotros, tus padres, pudiéramos comprártela; para callarme y dejarte descubrir que tu nuevo mejor amigo era un patán.
Te ame lo suficiente para fastidiarte y estar encima de ti mientras arreglabas
tu cuarto; para dejarte ver mi ira, desilusión y lágrimas, pues l@s niñ@s deben entender que los padres no somos perfectos; para dejar que asumieras la responsabilidad de tus acciones, aunque las consecuencias a veces fueran tan fuertes que rompieran mi corazón. Pero sobre todo te ame lo suficiente como para decirte NO cuando sabía que me ibas a odiar por ello. Esas fueron las batallas más difíciles. Pero hoy estoy contenta porque las gané y porque al final también las ganaste tú. Y algún día, cuando tus hij@s sean lo suficientemente grandes para entender la lógica que motiva a los padres, tú les dirás: ¿tu mamá es cansona? Yo lo sé... porque la mía ¡si lo era! ...¡¡Era la mamá más cansona del mundo!!...cuando otros niños desayunaban caramelos, ella nos hacia comer cereal, huevos, leche y tostadas; cuando otros niños almorzaban con gaseosa y galletas, teníamos que tomarnos la sopa, comer carne y ensalada. Mi mamá insistía en saber dónde estábamos todo el tiempo; tenia que saber quiénes eran nuestros amigos y lo que hacíamos. Violó las leyes del trabajo de menores, ya que teníamos que lavar los platos, sacar la basura, darle de comer al perro, sacarlo a pasear y arreglar nuestro cuarto. Era desesperante vivir con ella: estaba pendiente hasta de que nos cepilláramos los dientes, nos bañáramos, estudiáramos. A veces hasta pensé en irme de la casa... Por nuestra mamá nos perdimos de las experiencias de otr@s niñ@s; insistía en que dijéramos la verdad. Cuando llegamos a la pubertad, ¡te juro que podía leer nuestras mentes!. Por su culpa nunca probamos droga, nunca tuvimos problemas con el alcohol, nunca estuvimos presos, ni fuimos vándalos o pandilleros, y por su culpa conocimos a DIOS. ¡Todo por su culpa!. Ahora que tenemos nuestra casa, somos adultos honestos y procuramos hacer lo mejor que podemos, queremos ser cansones como mi madre, porque sabemos que el mundo necesita...