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Comentario de texto, Ortega y Gasset:

La fe en la ciencia a que me refiero no era sólo y primero una opinión individual, sino, al revés, una opinión colectiva,
y cuando algo es opinión colectiva o social es una realidad independiente de los individuos, que está fuera de éstos como
las piedras del paisaje, y con la cual los individuos tienen que contar quieran o no. Nuestra opinión personal podrá ser
contraria a la opinión social, pero ello no sustrae a ésta quilate alguno de realidad. Lo especifico, lo constitutivo de la opinión
colectiva es que su existencia no depende de que sea o no aceptada por un individuo determinado. Desde la perspectiva
de cada vida individual aparece la creencia pública como si fuese una cosa física. La realidad, por decirlo así, tangible de
la creencia colectiva no consiste en que yo o tú la aceptemos, sino, al contrario, es ella quien, con nuestro beneplácito o
sin él, nos impone su realidad y nos obliga a contar con ella, a este carácter de la fe social doy el nombre de vigencia. Se
dice de una ley que es vigente cuando sus efectos no dependen de que yo la reconozca, sino que actúa y opera
prescindiendo de mi adhesión. Pues lo mismo la creencia colectiva para existir y gravitar sobre mí y acaso aplastarme, no
necesita que yo, individuo determinado, crea en ella. Si ahora acordamos, para entendernos bien, llamar «dogma social»
al contenido de una creencia colectiva, estamos listos para poder continuar nuestra meditación.

Ortega y Gasset – Historia como sistema.

Análisis de ideas principales y términos relevantes:

A. La fe en la ciencia a que me refiero no era sólo y primero una opinión individual, sino, al revés, una opinión colectiva,
y cuando algo es opinión colectiva o social es una realidad independiente de los individuos, que está fuera de éstos
como las piedras del paisaje, y con la cual los individuos tienen que contar quieran o no.
1) Términos destacados: OPINIÓN / REALIDAD / INDIVIDUOS.
2) Idea principal: Creer en la ciencia es un criterio colectivo independiente de la voluntad individual.

B. Nuestra opinión personal podrá ser contraria a la opinión social, pero ello no sustrae a ésta quilate alguno de
realidad.
1) Términos destacados: OPINIÓN / REALIDAD.
2) Idea principal: Opinar contra una realidad no la hace menos cierta.

C. Lo especifico, lo constitutivo de la opinión colectiva es que su existencia no depende de que sea o no aceptada por
un individuo determinado.
1) Términos destacados: OPINIÓN / EXISTENCIA / INDIVIDUO.
2) Idea principal: Una opinión colectiva no cambia según lo que crea una sola persona.

D. Desde la perspectiva de cada vida individual aparece la creencia pública como si fuese una cosa física.
1) Términos destacados: PERSPECTIVA / CREENCIA.
2) Idea principal: La opinión colectiva es la suma de muchas perspectivas individuales

E. La realidad, por decirlo así, tangible de la creencia colectiva no consiste en que yo o tú la aceptemos, sino, al
contrario, es ella quien, con nuestro beneplácito o sin él, nos impone su realidad y nos obliga a contar con ella, a
este carácter de la fe social doy el nombre de vigencia.
1) Términos destacados: REALIDAD / IMPONE / VIGENCIA
2) Idea principal: Una realidad es independiente de nosotros y nos condiciona.

F. Se dice de una ley que es vigente cuando sus efectos no dependen de que yo la reconozca, sino que actúa y opera
prescindiendo de mi adhesión.
1) Términos destacados: VIGENTE / EFECTOS.
2) Idea principal: Una norma lo es porque me influye, aunque yo no quiera, por tanto, está vigente.

G. Pues lo mismo la creencia colectiva para existir y gravitar sobre mí y acaso aplastarme, no necesita que yo, individuo
determinado, crea en ella.
1) Términos destacados: CREENCIA COLECTIVA / INDIVIDUO.
2) Idea principal: Al igual que una norma, la opinión colectiva me influye, aunque yo no quiera.

H. Si ahora acordamos, para entendernos bien, llamar «dogma social» al contenido de una creencia colectiva,
estamos listos para poder continuar nuestra meditación.
1) Términos destacados: DOGMA SOCIAL / CREENCIA COLECTIVA.
2) Idea principal: Las creencias colectivas se convierten en “dogmas (lo que se cree sin dudar) sociales”
Relaciona el contenido del texto con la filosofía del autor, diferenciando claramente en la exposición al menos
dos aspectos temáticos o líneas argumentales.

Nos encontramos frente a un texto escrito por el filósofo español Ortega y Gasset, extraído de su obra
Historia como sistema, publicada en la primera mitad del siglo XX. Éste, influido por ciertas corrientes de la
filosofía alemana, fue partidario de asimilar algunos rasgos de la cultura europea para superar decadencia
española. Podríamos enmarcarlo dentro del Raciovitalismo (la vida como fuente del conocimiento), así como en
el Neokantianismo (retomar el estudio de las posibilidades del conocimiento) y, por tanto, resumir su filosofía
como vitalista, pues parte de la vida como realidad radical, aquella de la que surgen todas las demás realidades.

Este fragmento concreto aborda en sentido amplio el perspectivismo de Ortega, entendido como una
forma de definir la realidad en función del punto de vista del observador. Así, en la filosofía del autor, se concluye
que no existen realidades externas y estáticas al mundo material; si no que la forma que cada individuo tiene de
ver el mundo lo define; no sólo para uno mismo, sino que la suma de las diferentes perspectivas de todos los
observadores son lo que da forma a un elemento concreto, sea material o no. Más concretamente, este extracto
sirve para preparar el terreno de este argumento, planteando la situación de decadencia que había devenido en
España a partir de los años 30; en la que de nuevo la sociedad había vuelto a huir de la ciencia como motor del
cambio y el nuevo conocimiento. Para él, se había convertido al saber científico en una especie de nuevo Dios
con verdades absolutas e inalterables; las verdades que ya se habían descubierto eran y siempre serían así,
creando un nuevo dogma social como él lo llama y, por tanto, dejaba de ser el motor social de visión crítica y
deseo de nuevos conocimientos que debía de ser.

En ese sentido, esta forma de relacionarnos con el mundo es la que está vigente, es decir, es un elemento
externo a nosotros que nos motiva a actuar de cierta manera (incorrecta en este caso) independiente del hecho
de que nosotros queramos o no que así sea. Si, tal y como adelantábamos, la realidad de la vida se basa en la
suma de muchos puntos de vida, en ocasiones contradictorios, retomar como referencia de nuestra forma de
entender la vida un principio estático es una de las principales causas de la decadencia española.

Así, llegamos a otro de los pilares fundamentales de la filosofía de Ortega; entender al ser humano no
solo como un elemento aislado, si no también como la suma de todas las circunstancias que le rodean, es decir;
su hogar, empleo, relaciones sociales, gustos, aficiones… En esa lógica, como cada ser humano tiene unas
circunstancias diferentes, llegará a un punto de vista único, lo que le hace siempre valioso porque será una de
las perspectivas más que dan forma a la realidad que nos rodea. Para que el todo tenga sentido cada uno de
nosotros somos importante individualmente. Ahora bien, si intentamos crear forzosamente unas circunstancias
idénticas para todos, si hacemos que todas nuestras perspectivas sean iguales a la fuerza, perdemos la verdad
de la vida, de lo que las cosas realmente son, convirtiéndose las personas en el hombre masa; personas sin
criterio propio que, en consecuencia, no saben medir su valor real en la sociedad, y quieren participar en ella en
igualdad de condiciones independientemente de tener el mérito suficiente para hacerlo.

En conclusión, en este texto se adivina gran parte de la corriente filosófica de Ortega, disponiendo la
situación de declive que impregnaba España en ese momento, y como esta tendencia generaba un nuevo dogma
en la sociedad que nos robaba nuestro valor individual, y creaba una visión falsa de la realidad.

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