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En el principio de los tiempos estaba solo el Dios Creador, Ñamandu, que de a poco se había creado a sí mismo.
No había ni árboles ni montañas, ni gente, nada. En su soledad, Ñamandu empezó a crear. Primero el lenguaje de
los hombres, las palabras. Y entonces quiso que alguien más pudiera hablar y creó a otros dioses, cuatro parejas de
dioses que a su vez iban a tener hijos también dioses.
Después, hizo que la punta del bastón que siempre llevaba en la mano empezara a engordar, más y más. De allí
salió la Tierra, de a poquito.
Para que la Tierra no se moviera, creó una palmera. Era una palmera que iba a durar para siempre y estaba justo
en el medio de la Tierra. Después creó otras cuatro en cada uno de los puntos cardinales. Y así, con esas cinco palmeras
que iban a vivir siempre, sin secarse nunca, la Tierra quedó bien firme.
Al cielo lo dejó apoyado sobre cuatro columnas, cuatro postes de madera iguales a su bastón.
Fue entonces cuando hizo los primeros animales y las primeras plantas. Uno de los primeros que voló por ahí fue
el colibrí; la víbora fue la primera que se arrastró. La primera en cantar fue la cigarra.
Había hecho la Tierra toda cubierta de una selva frondosa, para que hubiera campos sin árboles creó la langosta,
ella iba por todos lados, en algunos clavaba la cola en el suelo y allí crecía el pasto y desaparecían los árboles, así se
formaron las llanuras. Cuando estuvieron listas, llegó la perdiz, que cantando contenta se quedó a vivir ahí.
Después inventó el tatú, que se puso enseguida a escarbar la tierra. La lechuza quedó como dueña de la oscuridad; por
eso, sale nada más que de noche y duerme de día.
Después vinieron otros muchos animales y también los primeros hombres y mujeres.
Entonces, Ñamandu se volvió al cielo y les dejó encargado a los otros dioses que cuidaran bien de todo.
Pasó el tiempo; algunas personas se habían vuelto muy buenas pero otras se habían vuelto muy malas: no todo
andaba bien, así que los dioses decidieron que era mejor hacer arreglos.
Pero para no dejar las cosas a medias, produjeron un diluvio: toda la Tierra se inundó. La gente buena pudo subir
al cielo con Ñamandu pero los que eran malos se transformaron en animales: ranas, peces y otros bichos.
Después, Ñamandu le pidió a otro de los dioses, que se llamaba Jakaira, que se encargara de hacer de nuevo la tierra,
éste a su vez delegó la tarea en su hijo Pa-pa Mirí.
Pa-pa Mirí trabajó mucho. Hizo nuevas plantas, nuevos animales; fue amasando la tierra nueva y llenándola de
árboles y pasto. Hizo ríos y arroyos. Pero parece que antes de que terminar lo llamó la madre, y Pa-pa Mirí abandonó su
obra. Y dicen los Guaraníes que por eso hay montañas que no son sino montones de tierra y piedras que le sobraron al
Dios y que a la gente no le sirven de nada.
Fuentes:
CALISTO
Calisto era una ninfa de los bosques que se encontraba consagrada a Artemisa, diosa de la caza y reina de la naturaleza.
Esta divinidad exigía que todas las mujeres que formaran parte de su cortejo fueran vírgenes, ya que ella misma había
hecho el voto de castidad y no toleraba la cercanía de los hombres, fueran dioses o mortales.
Un día el dios Zeus vio a Calisto cuando volvía de la cacería y, al instante, se enamoró de ella y de su belleza.
Entonces, como era su costumbre, intentó seducirla, pero fue en vano, ya que Calisto había jurado mantenerse virgen.
Para poder acercarse, seducir y poseer a Calisto, Zeus decidió tomar la forma y las prendas de Artemisa. De esta
manera, Calisto la saludó con veneración y comenzó a relatarle sus mejores cacerías. Al lograr su cometido, el dios se
transformó en sí mismo y besó a Calisto. Ésta trató de zafarse de mil modos, pero no lo logró y cayó bajo los influjos del
amor de Zeus.
Como producto de ese encuentro, Calisto quedó embarazada. Un día, Artemisa le pidió a ella y a otras mujeres de
su cortejo que fueran a darse un baño en el río. Cuando Calisto estuvo desnuda, la diosa se dio cuenta de que su vientre
había crecido. Por haber traicionado el voto de castidad, Artemisa expulsó a Calisto del culto.
Al encontrarse sola, Calisto decidió huir y dio a luz a su hijo, Arcas. Pero Hera, la esposa de Zeus, se enteró de
que la ninfa había tenido un hijo con su esposo y decidió vengarse, transformándola en una osa y separándola de su hijo,
quien tuvo que vagar durante años solo en el bosque.
Mucho tiempo después, Calisto divisó entre la espesura del bosque a Arcas, su hijo. Lo reconoció de inmediato y
corrió para poder abrazarlo. Se había convertido en un joven fuerte que se encontraba de caza en ese lugar. No obstante,
cuando el muchacho vio que ella se aproximaba tomó su arco y flecha y le disparó, puesto que para él no era más que un
animal.
Zeus, que se percató de todo lo que sucedía, decidió evitar que el joven matara a su propia madre y antes de que
la flecha la alcanzara convirtió a Calisto en una constelación, para que brillara en el cielo y alcanzara la inmortalidad.
A la vez, transformó a Arcas en otra constelación menor, para darle los mismos dones y permitirle que estuviera
siempre con su madre. Así se formaron la Osa mayor y la Osa menor, que aún permanecen unidas en el cielo.
2) ¿Qué tienen en común los mitos leídos? Enumerá en tu carpeta todos los elementos que consideres relevantes.
3) ¿El origen de qué elementos busca explicar cada uno de estos mitos?
4) Buscá en un diccionario o una enciclopedia el significado de la palabra “antropomorfismo” y anotalo en tu
carpeta.
a. ¿Cómo se relaciona el concepto de antropomorfismo con las características de los personajes de los mitos leídos?
5) Leé los siguientes fragmentos de Rita Segato, antropóloga argentina:
“El mandato de masculinidad es un mandato de violencia, de dominación, el sujeto masculino tiene que
construir su potencia y espectacularizarla a los ojos de los otros. (…) El mandato de masculinidad le dice al
hombre que espectacularice su potencia ante los niños, ante los compañeros, ante los primos, ante los
hermanos, delante de los ojos del padre, en sociedad.”
a. ¿Cómo creés que se manifiesta o expresa este mandato de masculinidad en los mitos leídos?
La masculinidad normativa es la manera en la que se espera que se comporten los hombres, qué tienen que
pensar y cómo tienen que manejar los sentimientos. Son mensajes, mandatos y roles que incorporan (in-corpore,
es decir, portan en sus cuerpos) desde que nacen y durante todos los días de sus vidas, a través de los distintos
procesos de socialización. También se conoce como masculinidad hegemónica. Esta masculinidad se impone
como norma y produce socialmente lo que debe esperarse de las personas que se identifican masculinas. De esta
manera, toda versión que no se corresponda con esa norma o guión hegemónico será colocada en un lugar de
inferioridad.
5) En grupos, elijan una de las siguientes situaciones. Luego, piensen al menos dos finales posibles para dicha
situación, para compartirlos después con el resto de sus compañeros/as.
“A Juli no le gusta mucho salir pero sabe que los sábados son así: juntarse con la banda y dársela en la
pera. Entonces...”
“Lu prefiere otros deportes pero sabe que quienes no juegan a la pelota son objeto de burlas,
entonces…”
“Quimey odia los vestuarios, por eso trata de evitar cruzarse con el resto del grupo: va bien temprano o
muy sobre la hora. Lo que más le incomoda es…”
“Fede es el único de los pibes del curso que no tiene moto y, además, no tiene un peso...”
“Un grupo de amigos estaba en un partido de fútbol. De repente, un miembro del equipo rival comete
una falta muy grave...”
“Un grupo de amigos salió a bailar. Juan se encontraba tomando un trago cuando se le acercó otro
joven y lo invitó a bailar…”
“Mario y Carlos discutieron durante el recreo entre clases por culpa de un trabajo práctico para la
escuela. A la salida de la escuela…”
“Un grupo de amigos salió a bailar. Uno de ellos, Francisco, vio que un joven estaba mirando a su
novia...”