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Esquema de subtítulos
a) El género literario
b) Clasificación de las cartas paulinas
4.3. Las grandes temáticas de Pablo
4.4. La justificación es por la fe y no por las obras de la Ley: la Carta a los Gálatas
4.4.1.Datos generales sobre la carta
a) Pablo y las comunidades cristianas de Galacia
b) Género literario y estructura de la carta
4.4.2. Contenido teológico fundamental
a) La justificación
b) La Ley no justifica
c) Jesús justifica por la fe
d) La libertad de los hijos de Dios
6. El evangelio de Juan
6.1. Peculiaridades literarias de Jn
a) Un escrito catequético
b) Vocabulario e incoherencias
c) Grandes unidades: signos, controversias y diálogos
6.2. Autor y composición del Cuarto Evangelio
a) El discípulo amado
b) Forma de composición
6.3. La cristología joánica
a) Jesús como rey
b) Jesús, revelador del Padre
c) Jesús y el envío del Espíritu Santo
6.4. Breve comentario de “Las bodas de Caná”
3
Este curso versa sobre el conjunto de libros de la Biblia, que llamamos Nuevo
Testamento (NT), nombre que designa a la Nueva Alianza celebrada por Dios con su
Pueblo mediante Jesucristo.
a) Introducción
Para comprender la época de Jesús hay que remontarse al exilio de los judíos en
Babilonia. El Imperio había destruido Jerusalén y el Templo y había trasladado a los
hombres más influyentes del Pueblo a la ciudad de Babilonia.
En el año 539, éste es derrotado por el Imperio Persa. Ciro, rey del nuevo imperio,
conquista la ciudad de Babilonia. Se trata de un hombre respetuoso de los pueblos que va
conquistando, de sus costumbres y tradiciones. En virtud de esta política, permite a los
judíos exiliados retornar a Palestina y reconstruir el Templo de Jerusalén. Aún más,
les devuelve los objetos de culto que habían sido llevados a Babilonia (el Arca de la
Alianza, sin embargo, se pierde totalmente) y les da una cierta ayuda económica para su
reconstrucción.
Se llama Judaísmo al período comprendido entre los años 538 a.C. al 135 d.C. En
esta época, Israel no tendrá autonomía política ni territorio propio; se agrupará en
pequeñas comunidades en torno a sinagogas (casas de oración). La mayoría de los judíos
vive fuera de Palestina (formando lo que se ha llamado la “diáspora”, que significa
4
“dispersión”). Los que están en ella son un pequeño grupo en torno a Jerusalén y al lago
de Galilea. El Pueblo pasa a estar dominado por los grandes imperios de la época: persa,
griego, romano.
Durante esta época ésta se termina de sistematizar pasando a estar compuesta ahora
por el Pentateuco, es decir, los 5 primeros libros de nuestra Biblia. La Ley se lee todos los
sábados en la Sinagoga y es comentada por los maestros de la Ley o escribas. A partir de
ahora, un judío se distingue del que no lo es por su riguroso cumplimiento de la Torah.
Si bien, en general, en este período el pueblo judío puede vivir en paz, sin embargo,
existe una cierta desilución. Se piensa que la opresión de los grandes imperios y la
dispersión no puede ser la última palabra de Yahveh respecto de su Pueblo. Por ello se
espera la llegada del “reinado de Dios” es decir de un día en que Dios realmente asuma el
gobierno sobre la tierra que donó a su pueblo y sobre la humanidad entera. El cómo y el
cuando de ese gobierno difiere bastante de un grupo judío a otro. La mayoría espera la
llegada de un “Mesías”, es decir, de un salvador del pueblo. La imagen más frecuente que
se tiene de éste es la de un libertador al estido del rey David cuya función sea derrotar a
los enemigos del Pueblo, hacer justicia al interior de éste y convertir a Israel en una gran
nación. Esta esperanza está bien representada en Isaías (11,1-9).
Junto a esta esperanza existe otra de tipo más espiritualista, la “apocalíptica” (cuyo
mejor ejemplo probablemente es Daniel 7). Ésta concibe la realidad como dividida en dos
planos: el celeste y el terreno. En el primero suceden en forma anticipada los grandes
acontecimientos (“misterios”) que tienen en la tierra una especie de reflejo tardío. Así por
ejemplo, la lucha celestial entre el ejército de Dios (compuesto de ángeles) en contra del
demonio y sus seguidores se traduce en la tierra en el auge y caída de grandes imperios; sin
embargo, en un tiempo próximo, la victoria celestial se traducirá en la tierra en una victoria
completa de Dios.
Para los hombres no es posible saber lo que ocurre en el cielo ya que existe un
“velo” que lo impide. Sólo al “vidente apocalíptico” le es dado contemplar el mundo
celestial por algunos momentos, se le “quita el velo” (=apocalípsis) que lo cubre. Esto
1
Es decir, a quemar un animal y pasarlo al “mundo” de Dios (el humo sube al “cielo”) ya sea como acción de
gracias, petición por algo, o simplemente como alabanza.
5
permite entonces al vidente que contempla los “misterios” pronosticar con certeza lo que va
a ocurrir en el futuro 2.
En los “ultimos tiempos” (los apocalípticos siempre creen estar en ese momento) la
victoria final de Dios no se refleja aún en la tierra. Dios reina arriba (“reino de Dios”) pero
en la tierra los injustos (los gentiles y los que no cumplen la Torah) oprimen a los justos. El
momento presente es el más duro; pronto sobrevendrán todo tipo de catástrofes cósmicas.
Sin embargo, todo ello es signo de que vendrá la lucha final de los “hijos de la luz” contra
los “hijos de las tinieblas”. Los primeros triunfarán con ayuda del Mesías; tendrá lugar el
juicio y el descenso del Reino de Dios (el mundo celestial sustituirá al terrenal).
Un primer análisis de estos versículos permite distinguir entre lo que Dios está
donando al hombre, según Jesús, y la respuesta que se requiere para acoger ese don.
concepción que está detrás de ella es la de que Dios no actúa en la historia del hombre de
una manera “plana”, uniforme, sin relieves, sino que la acción divina conoce momentos de
mayor intensidad que otros. Por ejemplo, el gran “kairós” de Israel fue el éxodo, es decir, el
momento en que Dios lo sacó de Egipto, formó con él una alianza y lo condujo a la tierra
prometida. Todo kairós exige una respuesta del hombre, una capacidad de “aprovechar la
oportunidad” que se presenta.
En este caso se nos dice que ahora está teniendo lugar la gran oportunidad de
salvación (“se ha cumplido”). ¿En que consiste esa oportunidad?
En que “el reinado de Dios está cerca”. La palabra “basileia” puede traducirse
como “reinado” o “reino”; apunta más al poder de Dios que al ámbito (reino) sobre el
cual ese poder se ejerce 3. La palabra “énguiken” (“cerca”) debería traducirse mejor como
“se ha acercado”,“ha sido puesto cerca” o “está al alcance de la mano”. La idea es que el
reinado de Dios no ha estado siempre cerca sino que sólo a partir de ahora ha sido puesto
a nuestro alcance.
Significa que el Reino esperado por los judíos no es sólo una realidad futura, algo a
esperar en el fin de los tiempos, sino algo que está teniendo lugar en el presente. Tampoco,
que es sólo un reinado existente actualmente pero “arriba”, en el mundo celeste, como creía
la apocalíptica. Aquí, en este mundo, y ahora está comenzando a reinar Dios. Con la
llegada de Jesús se está dando cumplimiento a lo anunciado por los profetas
¿Cómo esta teniendo lugar esto? De una forma modesta, sigilosa, respetuosa de
las personas, perdonadora. El reino de Dios, sin dejar de ser futuro, está teniendo una
presencia anticipada en las palabras y acciones de Jesús.
Veamos cuáles son los principales signos de la presencia actual del reinado de Dios.
3
El evangelista Mateo usa la expresión “reino de los Cielos” para evitar nombrar a Dios; se trata de una
expresión absolutamente equivalente a “reinado de Dios”.
7
Mc 9,14-29:
En estos relatos se nos muestra a Jesús venciendo a Satanás; lo que significa que,
con la presencia del Reino, ya no hay ningún mal que se pueda considerar definitivamente
inevitable e irresistible; no hay motivo entonces para el fatalismo.
Los milagros de Jesús son ante todo “signos” que presuponen la fe o que la
despiertan. No son “pruebas” de la acción de Dios. De hecho, los fariseos los consideraron
signos del poder demoníaco que actuaba en Jesús (Mc 3,22-30) o al menos una acción
francamente desilusionante ya que no transformó las condiciones fundamentales de pobreza
y opresión que vivía el pueblo (ver Mc 8,11-13).
4
En esta época se está todavía bastante lejos de saber que las enfermedades se deben a virus o microbios.
Estamos ante una concepción muy diferente a la de la medicina moderna.
8
¿Por qué deben estar “felices”? Porque Dios ha decidido poner término a la
miseria. La marginación y el desamparo no son la última palabra de la realidad. El destino
final de los pobres está en manos de Dios como “Padre”, y con ello su dignidad
fundamental queda asegurada y a salvo del arbitrio de los poderosos.
En una teocracia en la que la Torah rige todos los aspectos de la vida social, la
condición de pecador es fundamentalmente “pública”; esto es, es posible saber con
claridad quienes tienen esa condición y por qué. Grupos como los fariseos y zelotas, que
tenían gran arrastre popular, evitaban todo contacto con ellos.
Del mesías se esperaba que reconociera como tales a los que cumplían la Ley y
castigara a los transgresores. Por supuesto que era posible dejar de ser pecador y llegar a ser
justo, pero eso suponía hacer un camino de “penitencia” si se quería alcanzar el perdón
divino y la plena integración social.
Por lo mismo, extraña profundamente a los hombres piadosos el que Jesús acoja a
conocidos pecadores sin ningún tipo de exigencia previa. Por ejemplo, el gesto de comer
con pecadores y publicanos (cf. Mc 2,15-17) escandaliza a principales grupos judíos y le
5
VILLEGAS,B "Evangelizar a los pobres". En VVAA. "El Evangelio, los pobres y la Iglesia". Arzobispado
de Santiago. Vicaría de la Solidaridad, Stgo, 1978, p.13.
6
Este tema es desarrollado por VILLEGAS,B. “Evangelizar a los pobres”, op cit.
9
¿Significa el gesto de Jesús una indiferencia ante las normas y los valores?, ¿un
rechazo de las fronteras entre el bien y el mal, que disculparía la falta y haría de la justicia
una caricatura? De ninguna manera, en la conocida parábola, el “hijo pródigo” no es
idealizado y la conducta del mayor no se pone en discusión: “Hace tantos años que te sirvo,
y jamás dejé de cumplir una orden tuya” (Lc 15,29). La frase que justifica su conducta es
mucho más sencilla y válida: “No necesitan médico los sanos, sino los que están mal; no
he venido a llamar a los justos sino a los pecadores” (Mc 2,17).
Jesús funda como signo del Reino una comunidad se seguidores que lo ayuda en su
tarea. Se trata de personas convocadas por la iniciativa gratuita de Jesús, que deben vivir
con él y colaborar en el anuncio del Reino. Deben vivir compartiendo los bienes y en una
actitud de servicio. Jesús, en ciertos momentos les da el poder de hacer milagros.
Sin embargo, los evangelios nos muestran que a esta comunidad le costó mucho
entender a Jesús porque predominaban en ella otros valores. Esperaban un mesías similar al
resto del pueblo (ver arriba). En el momento crítico abandonan a Jesús quien finalmente
muere solo en la cruz. Sólo la resurrección de Jesús les dará la lucidez y valentía necesaria
para continuar su misión. Una característica fundamental de la Iglesia -continuadora de la
comunidad de los discípulos- es la de ser una comunidad de pecadores-perdonados, que se
sostiene en el amor de Dios y no en los propios méritos.
"¿Con qué compararemos el reino de Dios -dice Jesús- o con qué parábola lo
expondremos? Sucede con él lo que con un grano de mostaza. Cuando se siembra en tierra,
es la más pequeña de todas las semillas. Pero, una vez sembrada, crece, se hace mayor que
cualquier hortaliza y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden anidar en su
sombra" (Mc 4,30-32).
10
El reino es una realidad presente y futura. Está "ya" presente pero "todavía no"
se ha realizado en plenitud 7. El Antigüo Testamento fue el tiempo de la promesa del Reino
de Dios; con Jesús ha comenzado el cumplimiento, en la pobreza y debilidad. La plenitud
de ese cumplimiento la esperamos para la “Parusía” o “Segunda Venida” de Cristo 8.
Ese futuro, es presentado por Jesús con imágenes vivas, que decían mucho a los
hombres de su época. La Parusía de Jesús traerá "el banquete del vino nuevo" (14,25) en el
que se sentarán a la mesa todos los que han acogido el Reino de Dios (Mc 13,22-30). Es
también "vida eterna" (Mc. 10,17.30) y "herencia" (Mc 10,17).
El Reino de Dios no es otro mundo sino este mundo transformado en todas sus
dimensiones. Se trata de una renovación profunda que sólo puede realizar Dios ya que se
trata de una verdadera "nueva creación", pero a partir de la creación actual. Todo lo
que en este mundo hay de verdadero y noble, todo lo que ha sido construido con amor,
será recogido y restaurado por la acción creadora de nuestro Dios 9. Esta restauración
es para nosotros inimaginable; del mismo modo como es inimaginable para el ser humano
que está en el vientre materno el mundo exterior y la nueva vida que recién emprende 10.
Por ese motivo sólo se puede hablar del futuro del Reino por medio de imágenes o de
analogías.
1.2.4. Fe y conversión
Este concepto general es común a los maestros de la Ley y Jesús. Los primeros
hablaban frecuentemente de la conversión a la que todos están obligados, incluso los justos,
especialmente a la hora de la muerte. Ella consiste en apartarse de las faltas pasadas y
reparar el mal que se ha cometido.
“El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo
un hombre, lo vuelve a esconder y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y
7
Este vocabulario es común en la predicación de la Iglesia: se habla del "ya" y del "todavía no" del Reino
aludiéndo a esta doble dimensión.
8
Que más bien es una manifestación plena de Jesús, ya que Él nunca se ha ido de nuestro mundo.
9
Ver Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n° 39.
10
Por eso los niños se toman tanto tiempo para reconocer formas, texturas, sonidos y colores. Los niños de
pocos meses no se cansan de mirar el mundo con admiración.
11
compra el campo aquel. También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que
anda buscando perlas finas, y al encontrar una de gran valor, va, vende todo lo que tiene y
la compra” (Mt 13,44-46).
Como se ve, ahora la conversión es un cambio que hay que hacer como
consecuencia de haber recibido el don del Reino gratuitamente. En efecto, es la aceptación
previa del hombre por parte de Dios, en el estado en que éste se encuentra, la que hace
posible la transformación personal requerida por la conversión. Y no al revés: el convertirse
primero para después ser aceptado por Dios.
¿Qué es, por su parte, la fe (pístis)? En el AT la palabra “fe” debe ser entendida
en vinculación con la Alianza. El término castellano, traduce la palabra hebrea “emet”, que
significa “seguridad”, “firmeza” “confianza” en el cumplimiento de los deberes que
corresponde a las partes en un pacto. En lo relativo a Dios, se trata de sus acciones
salvadoras; al hombre, de la actitud por la cual se confía en Él como un aliado que es
firme porque no engaña ni defrauda sino que cumple su promesa de salvación. Por
eso, la fe está muy vinculada a la “esperanza”, esto es, al ponerse en camino en dirección a
la meta de la promesa del Señor, tal como se aprecia en la figura de Abraham.
11
Lo que no es incompatible con el hecho de que en el descubrir y hacer la voluntad de Dios existe un
proceso. Dios nos acepta tal como somos y nos ayuda a cambiar y crecer, pero ¡por etapas!, que pueden ser
muy distintas de una persona a otra.
12
No se trata de una renuncia masoquista a la propia personalidad, sino de proyectar la propia existencia en
términos de donación y no de posesión; y ello porque sólo una vida entregada y solidaria conduce a la
felicidad (la “vida”, en sentido bíblico).
12
“Se levantó un legista, y dijo para ponerlo a prueba: ‘Maestro, ¿qué he de hacer para
tener en herencia la vida eterna? Él le dijo: ‘¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?’
Respondió: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda
tu mente 13; y al prójimo como a tí mismo 14 ” (Lc 10,25-28).
- Por otra parte, el amor al prójimo debe ser al hermano por sí mismo. No
puede ser el otro un medio para amar a Dios (o para mi salvación personal 15). En la
“parábola del juicio final”, los de la derecha no se han dado cuenta de que lo hecho al
menor de los hermanos estaba dirigido a Dios (Mt 25,31-46).
- el amor al que está cerca es un “test” de que se está amando de verdad a Dios y
no a una imagen falsificada de él.
13
Dt 6,5.
14
Lv 19,18.
15
Hay ciertas visiones de la santidad del cristiano que van en la línea de “hacer carrera”, en la que el prójimo
es utilizado como un medio para la propia santificación. Observaciones acertadas al respecto se encuentran en
VILLEGAS,B. “Santos despreocupados de serlo”, en Revista Mensaje, Marzo-Abril, 1989.
16
“Cuando se trata de necesidades permanentes del prójimo la pregunta es: ¿A qué necesidades de mi entorno
me corresponde responder, de acuerdo a mis “carismas” (es decir, a esos dones que el Espíritu ha puesto en
mí)? La respuesta a esta pregunta es fundamental a la hora de querer descubrir la propia “vocación”
(=llamado de Dios)”. La fidelidad a ésta acarrea vitalidad, unidad interior y paz.
13
¿Por qué murió Jesús? ¿Qué motivo tuvieron sus acusadores para pedir su
condena a una muerte tan horrenda? El punto central está en el modo distinto de concebir
el Reinado de Dios y, sobre todo, al Dios del Reino. Jesús anunció a un Dios que es
“Padre” y por tanto, Jesús combatió con tenacidad y valentía actitudes, relaciones y
estructuras que de hecho negaban esa paternidad.
Evidentemente esta práctica era una proposición de cambiar todo un modo de ser,
de relacionarse, de estructurar la sociedad, que terminaba con los privilegios de aquellos
considerados sabios y justos en Israel: los escribas y fariseos.
Es muy importante en este tema el texto de Mc 7,1-23, que hemos visto antes.
Recordemos que, Jesús critica aquí la distinción misma entre lo “puro e impuro”,
distinción que tenía su origen en el culto (puro era lo que era apto para el culto e impuro lo
que no) y que se había ido -por influencia de los escribas y fariseos- aplicando a todos los
aspectos de la vida cotidiana. Esta distinción -además de ser esclavizante en sí misma-
establecía una fuerte discriminación.
Tenemos varios ejemplos en los evangelios en los cuales Jesús transgrede esta
norma:
14
En Mc 1,40-42: Jesús cura a un leproso, “le toca”, haciéndose impuro también él.
En el caso de la mujer con derrame de sangre (Mc 5,25-34) sucede algo parecido: esta vez
es una impura quien toca a Jesús contagiándolo de su impureza. Pero no por ello Jesús se
autolimita. Dice a la mujer: “Vete en paz: tu fe te ha salvado”.
Jesús entra en contacto también con algunos paganos (impuros por excelencia),
como en el caso de la mujer cananea cuya hija cura (Mt 15,21-28) y a la que alaba su fe,
contraponiéndola a la debilidad o escasez de la de su pueblo (Mt 15,28; 8,10; 13,58).
Con el tiempo, el Templo de Jerusalén había ido perdiendo su sentido original de ser
lugar de la presencia de Dios en medio de su pueblo y símbolo de liberación para
convertirse en lugar de esclavitud y de discriminación.
El Templo estaba gestionado por las familias de los sumos sacerdotes. Ellos lo
habían convertido en un instrumento de explotación de la gente, exigiendo los diezmos y
los demás tributos. Además existía un ruidoso comercio de animales para el sacrificio en el
patio “de los gentiles”.
En cuanto a la riqueza baste citar Mt 6,24 (no se puede servir a dos señores) y Lc
16,19-31 (parábola de Lázaro). En cuanto al poder: Mc 10,41-45 (los “jefes de las
naciones...”).
Recordemos que los ricos y poderosos de tiempos de Jesús son -principalmente- los
sumos sacerdotes (y sus familias) y los ancianos (grandes terratenientes que representaban
las principales familias de Israel), ambos grupos representados en el Sanedrín.
15
Jesús anuncia el reino de Dios y realiza algunos gestos propios del Mesías (curar
enfermos); sin embargo, nunca se proclama Mesías o Cristo.
El hecho de que Jesús no aproveche la festividad de Pascua para armar una revuelta
y el que se dejara detener, debió ser desilucionante para muchos. No pocos exégetas
piensan que eso puede haber sido una razón de peso en la mente de Judas para traicionar a
Jesús.
1.3.1.2. La condena
Es muy probable que Jesús haya sido acusado de falso profeta y blasfemo, para lo
cual existía la pena de muerte (Lev 24,16; Dt 13, 5ss; 18,20). Apoyan esta afirmación las
dos escenas de burlas (Mc 14,65 y 15,16-20). En la época, las burlas al delincuente
parodian el delito por el cual es condenado: ellas señalan a Jesús como “rey de los judíos” y
como falso profeta (“adivina quién te pegó”). Deben haber influido las profesías de Jesús
sobre el Templo (Mc 13,1) y la expulsión de los mercaderes de ese lugar.
En los textos de la “última cena” (Mc 14,17-25 y paralelos; 1 Cor 11,23-25) Jesús
no sólo anuncia su muerte sino que le da a ella un significado salvador en la línea del
Siervo de Yahveh de Isaías. Este profeta presenta a este misterioso personaje 17 que carga
con los pecados del pueblo al modo que lo hacía el carnero al cual el sumo sacerdote
imponía las manos en el “día de la expiación”:
Finalmente, la frase final de Jesús: “¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?” (Mc 15,34; Mt 27,46), es ciertamente auténtica. Estas palabras
constituyeron un problema desde el principio para las primeras comunidades cristianas; de
hecho, Lc la sustituye por “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (23,46) y Jn
presenta la muerte de Jesús como grito de victoria (19,30). Sin embargo, la exégesis puede
demostrar que la frase original es cita del salmo 22.
Al citar el comienzo del salmo, Jesús está recitando el salmo entero. Se trata de
una lamentación que termina en una acción de gracias. El sufrimiento del justo se
experimenta como abandono de Dios, pero en la angustia, él siente que Dios es Señor desde
el principio y que lo salva para una vida nueva. No se trata, entonces de una manifestación
de desesperación sino de una esperanza firme aún en esta tribulación extrema 20.
aquel que ama en toda circunstancia y que en virtud de ese amor respeta la voluntad del
pueblo judío de dar muerte a Jesús. Hasta ese punto llega su amor y respeto. La muerte de
Jesús no es la voluntad primera de Dios: lo que Dios quería era que Israel aceptara su
reinado. Ante el rechazo judío pasa a ser la cruz voluntad suya. Dios no quiere la cruz,
pero la prefiere a violar la libertad y la autonomía de la creatura que Él hizo 21.
¿Cómo vive Jesús esta hora final? Jesús lleva su servicio a Dios y a los hombres
hasta el final. La muerte obediente de Jesús es, pues, resumen y concreción de toda su
vida. También es claro el ocultamiento de su proyecto, el reinado de Dios. Éste se va a
realizar en la pobreza e impotencia humanas. Si la actividad de Jesús no ha de ser un
fracaso, eso es algo que corresponde a Dios responder. Al final, Jesús deja al Padre el
modo y manera de la llegada del Reino en medio de la soledad y abandono. Será la
resurrección la que muestre que no estamos ante un fracaso definitivo sino ante la
revelación suprema del amor de Dios hacia los hombres en medio del horror de la
cruz.
1.3.2.1. Introducción
Jesús se presentó como quien anuncia el reinado del Padre. Con Él venía una
transformación global de la vida humana que acabaría con el dolor, la muerte, la exclusión
y la falta de sentido.
Los textos más antiguos que hablan de la resurrección son los del “kerigma”; esto
es, el primer anuncio que hizo la Comunidad Primitiva de la Buena Noticia.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles vemos varios ejemplos del kerigma.
Presentamos el del cap. 2 (vv. 22-24.32-36):
- Ese Jesús, que paso haciendo el bien, acreditado por Dios por sus prodigios y
señales,...(vida de Jesús) (Hch 2,22)
-... ustedes lo mataron clavándolo en una cruz...(H.2,23)
-... Dios lo resucitó, (anástasis) (2,32)
- ... y exaltado, ha recibido el Espíritu Santo prometido...(2,33)
- ... siendo constituido Señor y Cristo (2,36)
-... y todo esto de acuerdo a las Escrituras, como cumpliendo de éstas (H. 2,23a).
22
Contrariamente a lo que presenta el evangelio de Lucas (y Hechos de los Apóstoles, que es obra suya) los
discípulos no parecen haberse quedado en Jerusalén. La existencia de apariciones de Jesús resucitado en
Galilea (Mc 14,28; Mt 28,16) da a entender que hubo discípulos que volvieron a su lugar de origen porque no
vieron ningún sentido en continuar el movimiento sin Jesús. Sólo la aparición -completamente inesperada- del
Maestro en ese lugar los animó a volver a Jerusalén.
20
A diferencia de los textos del kerigma, los evangelios contienen largos relatos sobre
las apariciones de Jesús resucitado 23 (que se pueden ubicar con facilidad al final de cada
uno de ellos). Se trata de relatos que pretenden más bien darnos a conocer el significado de
la resurrección para nosotros que hacer una descripción del modo exacto de esas
apariciones. Por ello discrepan bastante en detalles secundarios (lugar, orden, número, etc)
24
. Veamos sus características fundamentales (comunes a todos ellos):
a) Iniciativa de Jesús
b) Reconocimiento
Los discípulos renococen que Jesús está distinto y sin embargo es Él mismo. Esto lo
señalan los evangelios de muchas maneras: Jesús atraviesa murallas y se hace presente en
forma imprevista (Jn 20,19.26; Lc 24,36) y, sin embargo, conserva las llagas de la
crucificción (Jn 20,27; Lc 24,39) y come (Jn 21; Lc 24,41-42). Jesús no es un ángel o un
espíritu. Se presenta corporalmente, aunque su cuerpo esté a la vez transformado.
c) Misión
Siempre que Jesús se aparece insiste en el envío a continuar su misión (Jn 20,21-23;
Mt 28,16-20). Para esto les transmite el Espíritu Santo 25. Lo que está sucediendo en la
resurrección es algo para ser comunicado a todos.
Ambos lenguajes deben ser complementados con la reflexión que realiza el resto
del Nuevo Testamento sobre la resurrección. Para Pablo, la resurrección es liberación de
la ley , del pecado y de la muerte; esto es, de la limitación radical del ser humano (tan bien
ejemplificada en la necesidad humana de tener una legislación que regule las relaciones
siempre tan costosas entre individuo y colectividad), de su raíz egoísta, y de la fuente del
ese egoísmo: el temor a la desaparición total.
La res. es paso de la muerte a la vida, pero a una vida nueva que no puede
entenderse a partir de la actual. Como analogía puede servir aludir a la experiencia del
embrión en el seno materno: es incapaz de imaginar la vida que tendrá una vez ocurrido el
nacimiento (colores, sonidos, encuentro con los padres, etc). Es como entrar en una nueva
dimensión, inobjetable, irrepresentable, impensable. No puede ser captada por nuestras
categorías. La resurrección es entrada a la dimensión de Dios y por ello se convierte en
un hecho que sólo puede ser efectuado por Dios mismo. Se trata de un acto tan
exclusivamente divino como el de la Creación. Por eso mismo, Pablo identificaba al “Dios
26
Al poner al mismo nivel a Jesús y a Dios, se está afirmado la divinidad de Jesús.
22
que llama al ser lo que no es” con el “Dios que ha resucitado a Jesús de entre los muertos”
(Rm 4,17-24). Esto lleva a descubrir -como veremos- la divinidad de Jesús.
Por eso -en analogía con lo que ocurre con la creación- la resurrección es un
suceso meta-histórico. Por hecho histórico se entiende aquel que, por su misma naturaleza,
es decir, por haber ocurrido en un lugar y tiempo determinado y por pertenecer al pasado de
nuestra historia, es de suyo accesible al conocimiento y a la investigación histórica. En
cambio, la resurrección sucede en nuestra historia (en el siglo I de nuestra era) pero la
supera, ya que el Resucitado entra en una dimensión nueva que no es la de este tiempo y
espacio: no asciende localmente, no existen los días para Él, etc.
Por las primeras, Jesús se hace presente a los que vivieron con Él. Como hemos
visto se trata de encuentros (“apariciones”) en los que Jesús se adapta a los sentidos de los
testigos pero en que se manifiesta como “distinto” a su vida anterior.
Por las manifestaciones del Espíritu, Jesús se hace presente en forma invisible
-pero muy real- en toda la Comunidad Cristiana a través de su vida interna y misión. El
Espíritu dota a la comunidad de “carismas” (1 Cor 12) y le da claridad y valentía para
anunciar el evangelio a todas las naciones.
Jesús esperaba que todo Israel aceptara el Reinado de Dios; sin embargo, ello no
ocurrió. Ante este rechazo, Dios lo realizó en la persona de su Hijo. Jesús es el Hombre
Nuevo 27, en el que se concentra la “Nueva Creación”. El final pleno de la historia se ha
anticipado en Jesús resucitado.
Mediante el gesto de resucitar a Jesús, Dios Padre hace fecunda la cruz de Jesús
pero no la “justifica”. El Padre “ha sacado” de la cruz la resurrección de Jesús, la vida de
la muerte, y la Iglesia del rechazo de Israel. Él es capaz de convertir los peores
acontecimientos en fuente de plenitud. Sin embargo, esto no justifica la cruz. Ella es fruto y
signo de la maldad humana y como tal no es querida por Dios. Es permitida por Él
unicamente por respeto a la libertad del hombre; en este caso, la de los que condenaron a
Jesús. Sólo en este último sentido se puede hablar de voluntad divina. Me parece que puede
ser de ayuda distinguir entre una voluntad de Dios “originaria” y otra “derivada”. Lo
27
1 Cor 15,21-22.45.
23
que Dios quería era que los hombres aceptaran su Reinado, esta fue su voluntad originaria;
dado eso no sucedió, entonces el Reino debió hacerse presente en la cruz de Jesús (voluntad
derivada) 28 .
De entre muchos textos posibles, cito uno: “Llevamos siempre en nuestras personas
30
por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en
nuestra persona. Pues, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte
por causa de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra condición
humana frágil 31. De modo que la muerte actúa en nosotros, mas en ustedes (también) la
vida” (2 Cor 4,10-12).
Todos sabemos que tarde o temprano el dolor y la muerte golpean nuestra vida.
Nuestro mundo a diario vive situaciones de verdadera catástrofe. Es muy importante no
atribuir el mal a Dios (¡No lo envía Dios!). Éste proviene de la libertad humana (que en sí
misma es un gran don, pero que se puede usar mal) y de la autonomía relativa de un mundo
no terminado, que Dios respeta en su funcionamiento 32. El mal en sí mismo no es
justificable (es “pecado”, si brota de nuestra voluntad libre; es “catástrofe”, si viene de la
naturaleza) y debe ser visto y denunciado como tal.
Sin embargo, Dios ofrece la oportunidad de vivir ese mal en conexión con la muerte
de Jesús, y, así, transformarlo en fuente de vida nueva. Nada nos puede separar del amor de
Cristo y de su capacidad transformadora: ni la enfermedad, ni el dolor, ni la persecución, ni
la misma muerte (Rm 8,35-39). Todo ello puede ser convertido en fuente de alegría y
plenitud...hasta el día en que no va a ser necesario asumir el mal porque éste va a haber
dejado de existir. En ese día -el de la venida del Reinado de Dios en plenitud - “ya no habrá
muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo viejo habrá desaparecido” porque Dios va
a haber “instalado su morada en medio de los hombres” (Ap. 21,3-4).
28
Derivada del rechazo humano.
29
Para lo cual, lo decisivo es amar como Jesús amó.
30
Literalmente, “cuerpo” (en sentido hebreo).
31
Idem.
32
Las enfermedades, los accidentes y las catástrofes naturales son propias de un mundo, de una naturaleza,
que aún está lejos de haber llegado a su plenitud. Dios respeta el funcionamiento regular de la misma como
condición de la libertad del hombre. Un mundo que cambiara continuamente haría imposible toda actuación
humana.
24
a) Características generales
Por otra parte, afirma tajantemente que sólo en Jesús de Nazaret hay salvación
para el hombre (Hch 4,12). Concuerda con esto la descripción que se hace de la primera
comunidad en los Hechos de los Apóstoles. Se dice en este libro que los creyentes “se
mantenían constantes en la enseñanzas de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del
pan y en las oraciones” (Hch 2,42).
Los elementos del culto cristiano primitivo, son el bautismo (de adultos: Hch 2,38;
Mc 16,16) y la eucaristía, que se celebra en las casas después de una comida común.
“Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus
bienes, y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno” (Hch 2,44ss.).
Existe consenso en los especialistas en que esta visión corresponde mucho más al
ideal lucano que a la realidad de la comunidad. Sin embargo, el crecimiento aceleradísmo
del cristianismo se debió en gran parte a la unidad, cariño y solidaridad que tuvieron los
cristianos al interior de sus comunidades. Probablemente había grupos que tenían todo en
común.
¿Cómo se organizó la comunidad? Llamados por el Señor mismo, los Doce, con
Pedro a la cabeza, ejercieron la dirección de la Comunidad. Como primer testigo del
acontecimiento pascual, Pedro aparecía como el responsable entre los hermanos, por
ejemplo en la elección de Matías (Hch 1,15-26). De él partió la iniciativa de emprender la
misión entre los judíos de Palestina (Gal 2,8) y también entre los gentiles (Hch 10,1 –
11,18), una evolución que probablemente intranquilizó a las autoridades judías y llevó a
éstas a tomas las primeras medidas de persecución en contra de los apóstoles (Hch 4,1-22;
5,17-42). Pedro era considerado como la autoridad suprema de la primitiva comunidad de
Jerusalén. Según Gal 1,18, también Pablo reconocía esa autoridad. La actividad de Pedro en
Jerusalén se desarrolló durante unos 12 años. La conducta de Herodes Agripa I (37-44),
favorito de Roma, quién hizo decapitar a Santiago, de los Doce, el año 41, trajo consigo
también la detención de Pedro, quien, liberado de forma milagrosa de la cárcel, se dirigió a
“otro lugar” (Hch 12,17).
b) “Hebreos” y “helenistas”
Sin embargo, si se lee con atención los textos siguientes, puede contatarse
discrepancias más hondas. Los “helenistas” pretenden que la misión desborde los límites de
Israel. Su líder, Esteban, deja de reconocer el Templo como lugar de salvación (Hch
6,13ss.) y es asesinado por orden del Sanedrín.
Es por ello que los 7 nombrados constituyen una directiva aparte; sometida a los
apóstoles pero no a los “presbíteros” de la comunidad de Jerusalén. La persecución que
arreció tras el martirio de Esteban obligó a este grupo a escapar de Jerusalén y fundar
una nueva comunidad en Antioquía (Hch 8,1-4; 11,19-26). Esta comunidad jugaría un
papel clave en la difusión del Evangelio por el mundo greco-romano.
33
En el sentido bíblico de “pariente” (ver, por ejemplo, Gen 13,8 y Lev 10,4).
26
De entre los proclamadores del Evangelio, llevado a través de las provincias del
Imperio Romano por misioneros de nombre desconocido, sobresale Pablo, judío de la
diáspora, quien tras su conversión (Hch 9,3-18), fue ganado por Bernabé para la tarea de
colaborar a la misión evangelizadora de la comunidad de Antioquía (Hch 11,25ss.).
Precisamente en esta gran ciudad helenística se comienza a bautizar a los gentiles sin la
exigencia de la circuncisión, dando lugar a una “comunidad mixta”, es decir, de judíos y
gentiles.
Tras una breve estadía en Palestina, Éfeso terminó por convertirse en el centro de su
misión desde el año 53 al 57 (tercer viaje misionero). Éfeso era la ciudad de la diosa
Artemisa, y el cristianismo de tipo judaizante había echado raíces ya allí. A pesar de
algunas dificultades, por ejemplo con los orfebres (Hch 19,21-40), Pablo consiguió abrirse
paso en ese ambiente religioso y cuidó con sus cartas el crecimiento espiritual de las
comunidades existentes. Se adentró más en Grecia y confió a la comunidad de Roma su
intención de viajar a Occidente, concretamente hasta España, puesto que ya no tenía trabajo
en Oriente (Rm 15,23ss) 34.
Sin embargo, Pablo volvió primero a Jerusalén para llevar una colecta (Gal 2,10;
Rm 15,26) a la comunidad de aquella ciudad. Entonces se produjeron confrontaciones con
los judíos. Como consecuencia de todo aquel revuelo, Pablo fue encarcelado. Tras dos años
de prisión, fue trasladado a Roma (“viaje de la cautividad”: año 61). La libertad de
34
La estrategia misionera de Pablo consistía en fundar comunidades en las grandes ciudades del Imperio
Romano. Cuando eso se lograba, Pablo consideraba que su trabajo en esa zona estaba concluído.
27
Esta experiencia tuvo mucho que ver con la actitud que adoptó la comunidad
cristiana de Jerusalén respecto de la sublevación judía en contra de la ocupación romana
del año 66. Pensó que no le afectaba, y emigró casi por completo a la región situada al este
35
Historiador latino (¿69 al 125?).
36
Ver detalles en STOCKMEIER,P. “Edad Antigua”, en LENZENWEGER - STOCKMEIER –AMON –
ZINNHOBLER, “Historia de la Iglesia Católica”, Herder, Barcelona, 1989, pp. 40-41.
28
del Jordán. Una parte de la comunidad consideró la toma de Jerusalén por los romanos
del año 70 (que culminó con la destrucción de la ciudad y del Templo) como juicio
(castigo) de Dios, y retornó de nuevo a su ciudad desolada.
Las alusiones que hemos hecho a la muerte martirial de Pedro y Pablo en Roma, y
las alusiones del Apocalipsis a la persecución imperial, nos obligan a tratar aquí este tema;
a diferencia de lo que es la práctica común de los historiadores eclesiásticos 37.
La razón fundamental parece haber sido el hecho de que los cristianos no rendían
culto a los dioses del Imperio. Desde antiguo se creía que existía un vínculo muy estrecho
entre el culto a los dioses tradicionales y el bienestar general de la población del Imperio.
Un texto del poeta romano Horacio refleja bien esta creencia: “Por los pecados de los
padres tienes que pagar tú, romano, a pesar de tu inocencia, hasta que hayas renovado los
amenazados templos y recintos de los dioses, así como las imágenes de los dioses
ensuciadas por el negro humo. Posees la soberanía sólo porque te sometes a los dioses. De
ahí arranca todo; calcula según eso el final. Los desdeñados dioses han amontonado
abundantes desgracias sobre Occidente”. Como se ve, se consideraba el culto de los dioses
como condición indispensable para la supervivencia del Imperio y para el bien público.
Toda esta concepción tenía que llevar necesariamente al conflicto entre los cristianos y el
estado.
Semejante explicación debe hacer frente a dos objeciones: a) ¿Por qué el Imperio
37
Que dejan este tema de las persecuciones para el estudio de la vida eclesial de los siglos II y III.
29
no persiguió a los judíos, que tampoco reconocían ni daban culto a los dioses
romanos? b) ¿Por qué el Imperio fue tolerante con los nuevos cultos venidos de
Oriente, que hacían numerosos adeptos?
La respuesta a la primera pregunta (a) parece ser el que los judíos no hacían
“prosélitos” 38 en cantidad importante. A la segunda cuestión (b) la respuesta perece
estar en la “pretención de absolutez” del cristianismo: por primera vez aparecía en el
Imperio Romano un movimiento que no consideraba a su Dios como un dios particular,
sino como el único verdadero y realmente salvador del mundo, cuyo culto era incompatible
con cualquier otro.
Acerca del modo de la persecución, es importante tener en cuenta que ésta provino
primeramente de la población romana. Toda la vida del Imperio estaba plagada de
manifestaciones religiosas; de las cuales se apartaban los cristianos. Debido a ello se los
consideró “ateos” y enemigos de la civilización antigua. El aislamiento de los cristianos dio
pie a rumores, que les atribuían acciones inmorales en sus reuniones nocturnas. Muy pronto
fueron considerados criminales, que tenían buenos motivos para temer a la publicidad.
Bastaba luego cualquier pretexto para que la población romana descargara su desconfianza
y rencor, y se tomara justicia por su mano sobre los partidarios de la nueva fe, o los
arrastrara ante las autoridades civiles exigiendo su castigo 39.
La persecución por parte de las autoridades romanas fue muy diferente de acuerdo
a lugares y momentos. Los principios de la política religiosa de Roma impedían intervenir
con medios oficiales en contra de los seguidores de un movimiento religioso por el solo
motivo de su credo. Sólo a partir del siglo III se vio en el cristianismo a un movimiento que
amenazaba la existencia del Imperio como tal.
convictos, no tanto de haber causado el incendio como de odio al género humano. Envueltos en pieles de
animales fueron despedazados por los perros, crucificados o quemados vivos, y algunos sirvieron de
antorchas encendidas durante la noche. Nerón ofreció sus jardines para este espectáculo, y hubo carreras de
carros, en las que el emperador se mezcló con la gente vestido de auriga. Y he aquí que estos criminales, que
merecían castigos ejemplares, despertaron un sentimiento de compasión, porque pareció que no eran
sacrificados por el bien común, sino para satisfacer la crueldad del tirano”.
41
En su “Carta a los Corintios”, de fines del siglo I.
42
Es decir, el culto al emperador (y por lo tanto al Imperio) como a un dios. Obviamente dicha pretención
entraba en conflicto con lo más fundamental de la fe cristiana.
31
Se conocen con este nombre los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, a causa de
su idéntico esquema para presentar la vida de Jesús que permite ponerlos en tres columnas
y darles una “mirada de conjunto” (=sinópsis).
Los evangelios son obras tardías. Antes de ellos, las acciones y palabras de Jesús se
transmitieron, primero, oralmente y después en pequeñas colecciones escritas. El evangelio
más antiguo, Marcos, fue compuesto poco antes del año 70; por lo que, entre la Pascua de
Jesús y él, hay un lapsus de unos 30 años.
- Marcos. Escrito entre el 60 y 70 por Juan Marcos, ayudante primero de Pablo y después
de Pedro. Los destinatarios son cristianos gentiles, probablemente de Roma. Este evangelio
fue conocido por los autores de Mateo y Lucas.
- Lucas. Ayudante de Pablo y de origen gentil, escribe su evangelio para una comunidad
griega entre los años 70 y 90. Este evangelio continúa en el libro de “Hechos de los
Apóstoles”, del mismo autor.
Estas cartas son los escritos más antiguos del NT. Su ordenación no es cronológica
sino por tamaño (de más larga a más corta). Sabemos que la carta más antigua (la 1
Tesalonicenses) fue escrita en el año 51, la última que se puede datar con seguridad es
Romanos, escrita el 58.
No todas las cartas que se atribuyen al apóstol son suyas. Se consideran con
seguridad de él: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses, Filemón.
No son de él: Efesios, 1 y 2 Timoteo, Tito, Hebreos. Se discute si son de Pablo: Colosenses
y 2 Tesalonicenses.
Se trata de 7 cartas que van dirigidas por varios autores a todos los cristianos (de ahí
su nombre de “católicas”, que significa “universales”).
- 1 Pedro. Se discute si fue escrita por Pedro o por un cristiano anónimo que usa de su
autoridad. En el primer caso, estaría escrita antes de la muerte del apóstol el año 64; en el
segundo sería de la década del 70. Busca animar a comunidades rurales de Asia Menor que
comenzaban a sufrir persecuciones.
- 2 Pedro. Escrito tardío (probablemente de fines del siglo I), que no pertenece al apóstol,
33
y que busca responder al problema del retraso de la Parusía (o Segunda Venida de Cristo).
- Judas. Carta escrita a fines del siglo I por un judeo-cristiano que pone su obra bajo la
autoridad de Judas Tadeo, de los Doce. Utilizando un lenguaje apocalíptico, advierte a los
cristianos que no se dejen seducir por unos “falsos maestros”, que están actuando al interior
de la comunidad sembrando confusión.
3.6. El Apocalipsis
Esta obra fue escrita durante la persecución que sufrió la Iglesia en tiempos del
emperador Domiciano, a fines del siglo I. Su autor perteneció a al círculo donde se gestó el
Cuarto Evagelio y, probablemente, por eso el escrito es puesto en boca del apóstol Juan.
Mediante un lenguaje recargado de símbolos tomados del AT, la obra busca animar a los
cristianos perseguidos presentando una visión cristiana de la historia. Aparentemente el
Imperio opresor, y las fuerzas del mal que están detrás, están consiguiendo una victoria
definitiva frente a la Iglesia perseguida; sin embargo, ello no es así. Quién mueve los hilos
de la historia es Cristo y de Él es la triunfo final que ocurrirá en la Parusía. En ella Jesús
derrotará no sólo al Imperio sino a todas las fuerzas del mal.
34
San Pablo es una de las figuras más fascinantes del NT. Es también el personaje del
cristianismo primitivo del que poseemos más datos históricos. Sus cartas constituyen la
correspondencia más célebre de todas las épocas. Son, además, cronológicamente hablando,
los primeros escritos del NT y, por lo mismo, nos suministran los primeros datos sobre el
origen, estructura y desenvolvimiento de una serie de comunidades cristianas a 20 o 25
años de haberse iniciado la Iglesia.
a) Orígenes de Pablo
Pablo nace en Tarso, Asia Menor, en el seno de una familia judía. Se trata, entonces,
de un judío de la “diáspora”, de ideología farisea. Sin embargo, Pablo tiene doble
nacionalidad, judía y romana, esto último debido probablemente a que pertenecía a una
familia importante de la localidad 43. En consecuencia, Pablo llegará a ser alguien que
pertenece a dos mundos: el judío y el greco-romano. Este rasgo va a ser importante en su
labor evangelizadora.
b) La llamada de Cristo
43
Una manera que tenían los romanos de asegurarse el dominio de los pueblos sometidos fue otorgar la
ciudadanía romana a las familias más importantes. También era posible comprar la ciudadanía romana; pero
no es el caso de Pablo.
35
con Jesús (Hch 9,1-9; Gal 1,15), y el que entonces había sido un encarnizado perseguidor
de los cristianos 44, se transforma de pronto en ardiente propagador de Jesús.
- La mayoría de ellas estaban situadas en las regiones costeras del norte del
Mediterráneo, dentro, por lo tanto, del Imperio Romano. Tanto Pablo como sus
colaboradores procuraron establecer las comunidades cristianas en centros estratégicos, en
ciudades unidas entre sí por una fuerte red de comunicaciones. Así se favorecía el contacto
y el diálogo entre las comunidades cristianas. Dicho contacto y diálogo contribuyó a
fortalecer y enriquecer la fe recién adquirida.
44
Gal 1,13-14.
45
Magníficamente evocadas en 2 Cor 11,23-27.
46
Hch 16,23.
47
Hch 21,33 – 23,30.
36
- Dentro de las ciudades en las que se establecen las comunidades cristianas, el lugar
común de encuentro es la casa. Son comunidades domésticas que se reunen en las casas
para celebrar su fe y alimentarla 48, y que posiblemente adoptaron la estructura social de la
casa en su organización.
- Son comunidades formadas por cristianos de procedencia tanto judía como pagana
y de una composición sociológica muy variada. Este hecho da razón de muchos de los
problemas concretos a los que Pablo tiene que hacer frente en sus cartas. Y explica
también, al menos en parte, el hecho de que las exigencias radicales formuladas por Jesús y
las comunidades palestinenses hayan sido sustituidas por un seguimiento del Señor que
aceptaba las desigualdades existentes de hecho en las comunidades e intentaba penetrarlas
de amor cristiano.
a) El género literario
b) Clasificación
Tesalonicenses, Filemón.
- Las ciertamente no auténticas: Hebreos, 1 y 2 Timoteo, Tito y Efesios.
- Las que están aún sujetas a discusión: 2 Tesalonicenses y Colocenses.
- Cartas “protopaulinas”: son escritas antes del 60 y tienen como autor al propio Pablo;
son: 1 Tes.; 1-2 Cor.; Gál.; Rm.; Flp.; Flm.
- Contenido cristológico: qué lugar ocupa Cristo en los planes salvadores de Dios y
cómo ha intervenido en la realización concreta de esos planes. Está presente en todas las
cartas; sin embargo, en Flp y en Col la figura de Cristo adquiere perfiles realmente
esplendorosos.
En todos estos núcleos temáticos, Pablo desarrolla siempre las consecuencias para la
vida cristiana (que se vive en comunidad). Lo que anima a Pablo no es la pura curiosidad
intelectual, sino iluminar la vida concreta de los cristianos.
38
4.4. La justificación es por la fe y no por las obras de la Ley: la Carta a los Gálatas
Estamos ante una de las cartas más directas, personales y apasionadas de Pablo.
Tuvo que escribirla para salir al paso de una situación de crisis en las comunidades de
Galacia. Pero su alcance va mucho más allá de lo que puede suponer la solución de un
problema local. En realidad estaba en juego la esencia y el futuro del cristianismo; era un
asunto de fidelidad o infidelidad al Evangelio; se trataba de que el cristianismo no se
convirtiera en una simple secta judía.
Pablo evangelizó los territorios y ciudades del sur (Iconio, Derbe, Listra, Antioquía
de Pisidia) en el curso de su primer viaje apostólico, durante los años 45 al 48 d.C. 50. En
cuanto a los territorios y ciudades del norte (Ancyra, Pesinonte, Tavio), que constituían las
región gala propiamente dicha, debieron ser evangelizados durante su segundo viaje
misionero (Hch 16,6). Es a estas últimas comunidades a las que Pablo se dirige en la carta.
El problema que estuvo en el fondo de esta crisis no fue algo exclusivo de las
comunidades cristianas de Galacia. En realidad, se trata de un problema que afectó al
cristianismo desde sus mismos orígenes y provocó diversos intentos de solución. La “crisis
gálata” constituye, sin duda, un momento clave en el desarrollo de la cuestión.
No hay duda de que Gálatas es una verdadera carta, con unos destinatarios
suficientemente delimitados, pero se trata de una carta totalmente polémica. Con un estilo
50
Hch 13,13 – 14,24.
39
Precisamente por todo esto la carta tiene una aparente falta de estructura. Aún así
pueden distinguirse 3 grandes secciones:
Estamos ante una parte fundamentalmente doctrinal, en la que Pablo demuestra que
la verdadera salvación viene de Dios a través de Cristo, aceptado por la fe.
Es una sección exhortativa, es decir que invita a algo. En este caso a tener la actitud
del hombre liberado por Cristo, animado por el Espíritu y no por la “carne”.
“(15) Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo, (16)
conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en
Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la
justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley
nadie será justificado.”(2,15-16).
En este breve resumen están presente todos los elementos doctrinales de la carta
(justificación, Ley, pascua de Jesús, fe en Jesús, promesa divina) que desarrollaremos
ahora.
a) La justificación
b) La Ley no justifica
¿Para qué Dios ha entregado, entonces, la Ley? Para expresar las exigencias de la
voluntad de Dios y poner al descubierto el pecado. Tiene entonces una función pedagógica
provisional pero no es capaz de conferir “vida”.
Los problemas que afectan hoy a la moral son los mismos que en la época de Pablo
a la Ley. El retorno a la moral en un mundo en donde impera la ley del más fuerte es algo
muy positivo; sin embargo, la sola moral no es capaz de cambiar el corazón del hombre y
de llevarlo a una vida plena; es incapaz de salvar. En cambio suscita 2 tipos de actitudes:
“(23) Y así, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley,
en espera de la fe que debía manifestarse. (24) De manera que la ley ha sido nuestro
pedagogo 51 hasta Cristo, para ser justificados por la fe. (25) Mas, una vez llegada la fe, ya
no estamos bajo el pedagogo. (26) Pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo
Jesús. (27) En efecto, todos los bautizados 52 en Cristo se han (ustedes) revestido de Cristo:
(28) ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos
ustedes son uno en Cristo Jesús. (29) Y si son de Cristo, ya son descendencia de Abraham,
herederos según la Promesa.” (3,23-29).
“(4) Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer,
nacido bajo la ley, (5) para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que
recibiéramos la condición de hijos. (6) Y, como ustedes son hijos, Dios envió a nuestros
corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! (7) De modo que ya no eres
esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.” (4,4-7).
“(13) Porque, hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad; sólo que no tomen esa
libertad como pretexto para la carne; al contrario, sírvanse por amor los unos a los otros.
(14) Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: ‘Amarás a tu prójimo como
a ti mismo’.” (5,13-14).
Para ello, Pablo no da recetas sino que remite al mandamiento del amor al prójimo.
Corresponde a un hijo adulto de Dios ver cómo pone los propios carismas donados por el
Espíritu al servicio de sus hermanos.
Pablo pone ante el cristiano dos alternativas: “vivir según la carne” o “vivir
según el espíritu (¡con minúscula!)”. “Carne” y “espíritu” no equivalen al cuerpo y al
51
El pedagogo era el esclavo que llevaba al niño de buena familia donde el maestro. Solía ser bastante bruto.
52
Ser bautizado es lo mismo que ser sumergido. Hay que tener presente que el bautismo en esta época era por
inmersión. El que bautizaba sumergía al bautizado en nombre de Cristo; significando con ello que compartía
su muerte. La salida de las aguas simbolizaba la resurrección.
42
alma, respectivamente. No se trata de una lucha entre la materia mala y el espíritu bueno,
en la línea de Platón.
“(16) Por mi parte les digo: Si ustedes viven según el espíritu, no darán satisfacción a las
anhelos de la carne. (17) Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu
contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacen ustedes lo
que quisieran. (18) Pero, si ustedes son conducidos por el Espíritu, no están bajo la ley.
(19) Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
(20) idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
(21) envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales les prevengo,
como ya les previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. (22) En
cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
(23) mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. (24) Pues los que son de
Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y tendencias”.
Finalmente, debe tomarse en cuenta que el pensamiento de Pablo está muy marcado
por la antítesis y por ello deja de lado los matices y el carácter de proceso de toda vida
cristiana. La participación en la vida de Cristo es algo progresivo y lo es también el “vivir
según el espíritu”. Se trata de ir gradualmente haciéndose más generoso, más gratuito y
menos apegado a los deseos del propio egoísmo.
53
La renovación de la moral católica, ocurrida en la segunda parte del siglo XX, ha recuperado el fundamento
bíblico y particularmente el paulino que toda ética que se lleme cristiana debe tener. Sin embargo, el cristiano
común (y el hombre común) sigue identificando la moral con un conjunto de normas que dice “lo que hay que
hacer”. Cuando identifico la moral con la Ley, me estoy refiriendo a este último sentido.
43
Aunque muy probablemente Jesús sabía leer y escribir no dejó nada por escrito. Su
enseñanza está pensada para ser retenida oralmente, al modo de los grandes maestros
(escribas) de Israel. Jesús pretende que sus palabras se graben en la memoria de sus oyentes,
por eso recurre a un lenguaje poético, a veces chocante, lleno de imágenes vivas muy difíciles
de olvidar. Las palabras de Jesús se expresan en parábolas y sentencias (frases breves o
refranes). Casi todas las parábolas y refranes de los evangelios provienen del mismo Jesús y
las modificaciones que ha hecho la comunidad en ellas son mínimas.
Estas dos leyes dejan carácterísticas muy claras en el material que ha sido formado
en una tradición oral. Se reconoce en la formación de pequeñas unidades independientes
(“perícopas”). Éstas resultan compresibles en sí mismas fuera de todo contexto textual o
histórico (Los “enlaces” que las conectan en nuestros evangelios son de carácter
“redaccional”, o sea, obra del evangelista).
a) Primeras recopilaciones
Se cree que muy pronto surgieron las primeras recopilaciones de perícopas en las
comunidades cristianas. Probablemente eran "ayuda-memorias" de predicadores y catequistas.
Hoy sólo tenemos constancia y podemos reconstruir una de ellas con cierta seguridad: la
"Fuente Q". ¿Qué es?
Se trata de una colección de palabras de Jesús con algo de material narrativo (relatos
de hechos de su vida). No contiene el relato de la Pasión y por eso no puede ser considerado
un "evangelio"; sin embargo, es más que una simple recopilación ya que presenta una cierta
"unidad de conjunto" en sus líneas teológicas y en su desarrollo global. Se puede reconstruir
comparando Mt y Lc que la utilizan como fuente.
¿De qué época es? Habría sido escrita entre los años 50 a 66. Su nombre se lo pusieron
los exégetas alemanes del siglo pasado ("Quelle" significa fuente en alemán).
b) Los evangelios
diestra del Padre" olvidando al Jesús de la "muerte vergonzosa de cruz", a ese Jesús tan
humano que caminaba por las calles polvorientas de Cafarnaúm 54.
Marcos pasa a ser, entonces, el precursor en un trabajo (el de los "evangelistas") que
va a consistir en lo siguiente:
- Realizar una síntesis. Los evangelistas no son simples recopiladores: recogen las
perícopas de tal manera que van formando una obra unitaria que va desde el ministerio de
Jesús en Galilea hasta las apariciones del Resucitado. El relato de la Pasión ayuda a articular el
conjunto. Esta síntesis presenta una determinada "imagen" de Jesús que enfatiza determinados
rasgos de Jesús dejando de lado -inevitablemente- otros.
Es importante tener en cuenta que los evangelistas no pretenden escribir una biografía
de Jesús a la manera de un historiador moderno: es decir, un relato propio de un observador
imparcial que se limita a reproducir hechos y conectarlos entre sí. Los evangelios son
"narraciones teológicas": pretenden, por lo tanto, dos cosas: 1) recordar la historia pasada
de Jesús, de tal manera de que ella no pase al olvido, en este sentido existe en los evangelios
una preocupación por la "fidelidad histórica". 2) Actualizar para el presente la tradición
recibida: expresar el significado y presencia actual de Jesús en la Comunidad. Jesús es el
Señor Resucitado presente en la Comunidad Cristiana. Al recordar, por ejemplo, la actuación
de Jesús en Galilea, los evangelistas nos recuerdan a cada rato que se trata del Hijo de Dios,
del Resucitado presente en medio de los hombres. Los hechos de la vida de Jesús son mirados
a la luz de la resurrección.
54
Es interesante e importante hacer un breve recorrido de la evolución del término "evangelio" en la Iglesia
Primitiva:
- En un primer momento el término proviene del propio Jesús y designa la cercanía del Reino de Dios: la
Buena Noticia (=evangelio) es que el reinado de Dios está cerca.
- Para los primeros cristianos Jesús es el evangelio. La Buena Nueva es ahora Jesús muerto y
resucitado presente en la Comunidad. Ese sentido se mantiene en los títulos que se pone a los evangelios a fines
del siglo I: "el evangelio según ...". Evangelio es aquí no el escrito sino Jesús (por eso es uno solo) relatado por tal
o cual evangelista.
- Recien a mediados del siglo II evangelio designa al escrito que relata la vida de Jesús. Por primera vez
se usa el témino en plural y se habla de cuatro evangelios.
46
Este último aspecto es más fácil de detectar en el Cuarto Evangelio que en los
Sinópticos. Sin embargo, está presente en todos ellos. Veamos un ejemplo: Jn 1,29-34: los
discípulos descubren a Jesús como el Cordero Pascual, como el auténtico poseedor del
Espíritu y como Hijo de Dios sólo a partir de la resurrección. Sin embargo, el evangelista lo
pone en boca de Juan Bautista desde el primer momento del ministerio de Jesús.
Una mirada atenta a los tres primeros evangelios permite tomar conciencia del
enorme parecido que existe entre ellos. Este parecido es tal que permite ponerlos en
columnas paralelas y echarles una mirada de conjunto (esta "mirada de conjunto se llama
"sinopsis"). No basta para explicar este parecido recurrir a la tradición oral ya que existen
semejanzas demasiado estrechas de vocabulario, orden y sintaxis.
Mt
Mc
Q
Lc
a) Datos generales
Originalmente los evangelios no tenían título. Los que ahora llevan fueron puestos a
fines del siglo I, lo cual plantea el problema de saber si son correctos o no.
El evangelio más antiguo (66-70 d.C.) es atribuído a fines del siglo I a Juan Marcos
ayudante de Pablo y finalmente de Pedro (Hch 12,12.25; 15,37.39; Flm 24; Col 4;10; 2 Tim
4,11; 1 Pe 5,13). Se cree que esta atribución es correcta ya que no es habitual que la
47
Comunidad atribuya un escrito tan importante a alguien que no es apóstol (a menos que sea
realmente el autor).
b) Estructura de Marcos
- En los caps, 11-16 se describen su entrada a Jerusalén, los conflictos que allí
tiene y que culminan con su Pasión. Se deja consignado que Galilea será el lugar de
reencuentro (no narrado) de los discípulos con Jesús (14,28; 16,7).
- Galilea (región perisférica, situada en las fronteras con el mundo pagano) es el lugar de la
actividad salvífica de Jesús (¡de todos sus exorcismos y curaciones!), de la constitución del
grupo misionero 55, del comienzo de la misión entre los Gentiles 56 y, por último, de la
revelación escatológica de Jesús 57.
55
Ver 1,16-20; 3,13-19; 6,7-13.30-31.
56
Ver 3,8; 5,1-20; 7,24.28.37.
57
cf. 14,28; 16,7.
48
“Salió Jesús con sus discípulos a los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta
pregunta a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que soy yo?’. Ellos le dijeron: ‘Unos,
que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas’. Y Él les preguntaba:
‘Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?’. Pedro le contesta: ‘Tú eres el Cristo’. Y les mandó
enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él”.
- Los diferentes actores visibles de la historia van expresando una gran pregunta que
surge de la actuación y de la enseñanza de Jesús, y que es: ¿Quién es este Jesús?, pregunta
que jalona toda esta primera parte a la manera de un estribillo 61 y que desemboca en la
doble pregunta del mismo Jesús en 8,27.29.
- Pero los agentes trascendentes (esto es, Dios y los demonios), y el mismo Jesús
también, saben quién es Él 62.
- Jesús impone a todos la orden de no divulgar lo que podría revelar su identidad 63.
58
3,22; 7,1; 10,33; 11,18.
59
¡El único milagro que él hace en Jerusalén es la maldición de la higuera estéril que se seca!, en 11,12-14.
60
Por “bisagra” entendemos ese tipo de textos que sirven tanto de división de partes en un libro como de
conexión entre ellas
61
1,27; 2,16; 3,21.22; 4,41; 6,2-3.14-16.49-52; 8,17-21.
62
1,11.24.34; 3,11;5,7.
63
1,25.34.44; 3,12; 5,43; 7,36; 8,26.30.
64
Se puede ver también en 9,9.12; 10,38-39.45; 12,7-8; 14,8.18.21.22-24.27-28.33-34.41-42.
49
“Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por
los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días”
(8,31).
- Se debe notar se comienza a usar 'Hijo del Hombre", con alcance doloroso o
glorioso (escatológico) 65.
- En la segunda etapa, los discípulos son iniciados” 70, por Jesús y por su Padre, en las
dimensiones paradójicas de su mesianidad:
Ambas dimensiones están tan íntimamente ligadas, que la filiación divina sólo viene a
ser confesada en el instante de la muerte de Jesús:
“El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: ‘¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?’. Y
dijo Jesús: ‘Sí, yo soy, y verán ustedes al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y
venir entre las nubes del cielo’” (14,61-62).
“Al ver el centurión, que estaba frente a Él, que había expirado de esa manera, dijo:
‘Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios (15,39).
65
Aparece 11 veces en esta sección, mientras que en la primera sólo aparece dos y con otro alcance (2,10.28).
66
9,7; 12,35-37; 14,36.61-62; 15,39.
67
8,38; 13,26; 14,62
68
8,32-34; 9,10.32; 10,32.38.
69
La inclusión es una especie de “sandwich literario”, o sea, una palabra o frase comienza una sección y
también la cierra.
70
Por “iniciación” se entiende aquí una “enseñanza más profunda” (que la hecha a la gente) otorgada a los
discípulos.
50
c) Cristología
Esas dimensiones son sobre todo dos, aparentemente contradictorias por lo demás:
71
Algunos manuscritos omiten: “Hijo de Dios”.
72
8,31-33; 9,31-32; 10,32-34.
73
8,31; 9,12.31; 10,33.45; 14,21.
74
8,38; 14,62.
75
8,29-31; 14,61-62.
51
a) Datos generales
Se estima que este evangelio fue escrito entre el año 70 y 100 de nuestra era. Se
atribuye su autoría a Mateo, el publicano, a quién Jesús llamó para formar parte del grupo
de los Doce (Mt 9,9-13). Casi todos los autores opinan que esa atribución es errada ya que no
tiene sentido el que un testigo directo de la vida de Jesús se apoye en dos escritos que no son
de apóstoles y que además están escritos en griego (Mc y la fuente Q, ver arriba). ¿Por qué se
llegó a esa creencia?
Papías (un autor cristiano que escribe entre el año 100 y 120) nos dice lo siguiente:
"Mateo puso por orden las palabras de Jesús en lengua hebrea y cada uno los interpretó (o
tradujo) como pudo". Como puede verse, aquí se afirma que Mateo escribió sobre Jesús (¿qué
textos? ¿en arameo? ¿habrán sido utilizados por alguno de los autores de los cuatro evangelios
que conservamos hoy?) pero no que sea el autor del Primer Evangelio.
De modo que no sabemos quien lo escribió. Podemos afirmar, en todo caso, que se
trata de un judeo-cristiano que probablemente escribe en Siria (lo utiliza ya San Ignacio de
Antioquía) y que se dirige a una comunidad de judíos convertidos al cristianismo de esa
zona.
b) Estructura
Mateo sigue la estructura teofánica de Mc, agregando una presentación de Jesús que
incluye el relato de la infancia:
c) Cristología
Pero se debe precisar más que significa la idea de Cristo cumplidor del AT. Esta
idea implica al menos 3 conceptos:
- Que el evidente rompimiento entre Jesús y los fariseos 76 se debe a que ellos
habían roto con el AT (con “la Ley y los Profetas”); y así se nos presenta a Jesús como
entroncándose con lo más genuino del AT:
“Vayan, pues, a aprender qué significa ‘misericordia quiero, que no sacrificio’ (Os 6,6)”
(Mt 9,13 y 12,7; de entre los Sinópticos, sólo cita a Oseas Mateo).
“Han oído ustedes que se dijo a los antepasados ... pero yo les digo” 77.
“Moisés, teniendo en cuenta la dureza de los corazones de ustedes, les permitió repudiar a
sus mujeres, pero al principio no fue así” (19,8).
- Que, sin embargo, hay algo más que aporta Jesús: el Reino de los Cielos (Mt: 51
veces; en Mc: 14, y en Lc 39) y su universalismo:
76
Recordar el “discurso anti-farisaico” de Mt 23.
77
5,21-48. Se trata de un “pasivo divino” que equivale a decir: “Dios le dijo a sus antepasados...pero yo les
digo..”. ¡Jesús aparece corrigiendo al mismo Yahveh!
53
“Y les digo que vendrán muchos, de oriente y occidente y se pondran a la mesa con
Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán
echados a las tinieblas de afuera” (8,11-12) 78.
“Todo esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta:
‘Vean que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel’ (Is
7,14), que traducido significa: ‘Dios con nosotros’” (1,23).
“Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (28,20) 79.
“Jesús se acercó a ellos (los discípulos) y les habló así: ‘Me ha sido dado todo poder en el
cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo...” (28,18).
“No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga
la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán aquel Día: ‘Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘¡Jamás los conocí, apártenmse de mí,
agentes de iniquidad!’ (7,21-23) 80
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, acompañado de todos sus ángeles,
entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas ante él todas las naciones
(...)’Vengan, benditos de mi Padre (...) porque tuve hambre y me diste de comer...”
(25,31-46).
situar el Sermón inaugural en la “Montaña” (Lc lo sitúa en una llanura) y el poner en boca
de Jesús 5 discursos destacados mediante una fórmula que remite a Moisés (ver arriba).
Esta voluntad de presentar a Jesús como “Nuevo Moisés” es tanto más notable si se tiene en
cuenta que no existía en el Judaísmo ninguna espera de un nuevo Moisés.
a) Datos generales
Es necesario poner este evangelio en relación con el libro de los Hechos de los
Apóstoles, ya que se trata de una misma obra en dos partes (ver el "prólogo" de ambos
libros: Lc 1,1-4; Hch 1,1-2). Según la mayoría de los teólogos actuales el autor de ella sería
Lucas, ayudante de Pablo (Col 4,14; Flm 24; 2 Tim 4,11). Esta opinión estaría corroborada
por San Ireneo (hacia el 180).
Estaríamos -según los textos citados y según lo que puede observarse de la lectura de
estas dos obras- ante un cristiano de origen "griego" 81 que se dirige a una comunidad de la
gentilidad 82. La fecha de composición se estima entre los años 70 y 90, más probablemente
entre el 80 y 90.
b) Estructura
El evangelio de Lucas nos transmite a veces la cristología de sus fuentes (Mc y Q),
pero si estamos atentos a los cambios que introduce en ellas o a sus relatos propios,
podemos obtener una visión de Jesús más específicamente lucana.
- Señor
El título que con mayor frecuencia atribuye a Jesús es el de “Kyrios” (Señor), que
apunta al dominio que tiene sobre el mundo, semejante al de Dios 83. Mientras que en la
predicación cristiana primitiva (por ejemplo, el kerigma) este título estaba vinculado a la
resurrección (Hch 2,36) o a su presencia en la Iglesia y en el mundo (por ejemplo, en la
teología paulina), en Lucas se aplica a Jesús durante su ministerio público. Lo que no
existía en Marcos (salvo Mc 11,3), se hace en Lc algo normal 84. Incluso cuando hay
personas que se refieren a Él como “Kyrios”, que a veces puede ser una simple expresión
de cortesía, se transforma muchas veces en Lc en un apelativo religioso. Hay, además, que
notar que Lc emplea la palabra “Kyrios” en los orígenes mismos de la existencia de Jesús.
Así, aparece en el mensaje celeste de los pastores de Belén o en el saludo de Isabel a María
(2,11; 1,43). Un apelativo propio de la resurrección de Jesús, en la cristología más antigua,
incide así sobre su vida pública e incluso descifra el significado del niño que va a nacer.
Todo lo que supuso la fe en la glorificación de Jesús se halla ya presente en su vida. Sin
olvidar que la trascendencia del título (los LXX usa “Kyrios” para traducir Yahveh) ayuda
también a proclamar su dimensión divina.
- Profeta
“(16) Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el
día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.
(17) Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el
pasaje donde estaba escrito:
(18) ‘El Espíritu del Señor sobre mí,
porque me ha ungido
para anunciar a los pobres la Buena Nueva,
me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
para dar la libertad a los oprimidos
(19) y proclamar un año de gracia del Señor.’
Puede apreciarse aquí que Lc presenta a Jesús como el profeta escatológico, ungido
por el Espíritu de Yahveh para llevar a cabo y proclamar la liberación de los pobres y
oprimidos. Para construir este texto, el evangelista ha tomado de Mc el texto de la visita de
Jesús a Nazaret (6,1-6) y de Q la pregunta de Juan Bautista encarcelado (QMt 11,2-6). De
modo sutil presenta Lc aquí una especie de resumen del ministerio de Jesús: su anuncio
(vv.18-21), el rechazo judío (22-24), la aceptación de los gentiles (25-27), la muerte de
Jesús fuera de la ciudad (28-29) y su resurrección (30).
Por otra parte, Lc ha tenido en cuenta para describir a Jesús la figura de Elías, cuyo
regreso se esperaba al final de los tiempos 85. Y así lo utiliza, al menos como modelo
literario, al servicio de sus narraciones (Lc 7,11-17; 9,38-42; 9,58). Un modelo que a veces
funciona más como contraste que como afinidad (Lc 9,54; 9,61ss y 2 Re 1,10-12; 1 Re
19,19-21).
- Salvador
Sin olvidar sus raíces del AT (en donde Dios aparece como el salvador de Israel), la
influencia más fuerte que Lc ha tenido en este tema proviene del ambiente helenístico. En
ese mundo, los dioses, reyes u “hombres divinos” eran venerados como salvadores o
bienechores (Lc 22,25).
Pero, más allá del título “salvador”, hay que ver las acciones y palabras de Jesús
para descubrir la salvación que nos aporta. Si, por una parte, trae la liberación de los
pobres, presos y oprimidos (Lc 4,18ss), por otra, nos da el don de la resurrección (Lc 7,16)
y de la paz mesiánica (Lc 1,79; 2,14; 19,38.42). La salvación es, pues, para Lc un concepto
de totalidad que engloba toda la vida de la persona en su múltiple red de relaciones, de la
que no puede eliminar su relación con Dios. Se trata de una realidad “espiritual” (o sea,
obra del Espíritu Santo) pero no “espiritualista” (que concierne sólo al alma o a la vida
espiritual) como queda claro en el texto programático de Lc 4,16-30.
Este interés de Jesús por los marginados de su tiempo tiene una manifestación
peculiar en Lc con respecto a la mujer, como se ha visto más arriba (7.1.1.5 b).
87
Para ello inserta en la “última cena” la discusión de los discípulos sobre quién es el más importante y la
respuesta de Jesús: Lc 22,24-27.
88
Lc 1,47; 2,11; Hch 5,31; 13,23; etc.
58
a) Un escrito catequético
Estas afirmaciones de Ramos nos ponen en el centro del problema. Estamos ante un
escrito catequético. Ya no tenemos las pequeñas unidades de los Sinópticos ni su
preocupación por narrar la vida de Jesús (aunque se trate de una "narración teológica", como
ya vimos). Estamos ante un escrito doctrinal que se sirve de 4 recursos para enseñar: los
relatos de milagros (signos), los diálogos y controversias 90, y el relato de la Pasión.
b) El vocabulario e incoherencias
Una primera mirada a este evangelio nos muestra que existen entre él y los
sinópticos enormes diferencias. Una de ellas es el vocabulario.
Las palabras centrales de los sinópticos son: Reinado, evangelio, fuerzas (así se les
llama a los milagros de Jesús), llamar, limpiar, proclamar, conversión, parábola. Todas ellas
están al servicio de lo que es considerado hoy como lo central del anuncio de Jesús : la
cercanía del reinado de Dios, resumida por Mc (1,15):
En cambio en Juan las palabras claves son: verdad, conocer, vida, judío, mundo,
testificar, testimonio, enviar, luz. Todo el vocabulario de los sinópticos está ausente (salvo
Reinado, que aparece sólo 5 veces). El anuncio de Jesús es completamente diferente.
c) Incoherencias
89
RAMOS,F. "El Evangelio según San Juan. Introducción”, en CASA DE LA BIBLIA, “Comentario al Nuevo
Testamento”, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1995, pp. 266-267.
90
Algunos autores prefieren hablar de discursos. En realidad, tanto los diálogos como las controversias son
verdaderos discursos, ya que en ellos casi el único que habla es Jesús. Esto se debe precisamente aque
estamos ante una catequesis y no ante una reproducción histórica.
59
Finalmente, no tenemos las perícopas de los sinópticos; por el contrario, hay aquí
unidades extensas, que se pueden clasificar en 3 géneros literarios: relatos de “signos”
(milagros), controversias y diálogos. A éstos hay que agregar el relato de la Pasión, que es
muy especial y que no se puede clasificar en un determinado género. Veamos cada uno.
91
- Las palabras de 5,19-25, en que se carga el acento sobre la escatología realizada, vuelven a aparecer, en
parte casi al pie de la letra, en 5,26-30, pero insistiendo en la escatología final.
- Lo dicho y sucedido en 6,35-50, en donde Jesús presenta su revelación como pan de vida, es casi lo mismo
que se dice y sucede en 6,51-58, en donde Jesús presenta su cuerpo como pan de vida.
- Las palabras del último discurso (en 14,1-31) vuelve a repetirse en gran parte(16,4-33).
92
- ¿Quién habla en 3,31-36, Juan Bautista o Jesús? Por el contexto se diría que Juan, pero las palabras son
más propias de Jesús.
- 12,44-50: Aquí Jesús hace unas manifestaciones en público cuando se nos acaba de decir que se retiró a un
lugar oculto (12,36).
60
- Los signos
En los sinópticos, los milagros eran signos del reinado de Dios, hechos poderosos
que iban derrotando el mal implantado en las distintas dimensiones de la vida humana. En
Jn el sentido es distinto: ellos manifiestan la gloria de Dios en Jesús, es decir, la presencia
majestuosa de Yahveh que ofrece la plenitud y la vida. En último término, lo fundamental
aquí es de dónde viene Jesús: Él es el único enviado del Padre, la Palabra que se ha hecho
“carne” (o sea humanidad frágil).
- Las controversias 93
- Los diálogos
Distintos de las controversias son los diálogos propiamente tales. Son: el diálogo
con Nicodemo (2,23 – 3,21), la samaritana (4,7-42), la gente de Cafarnaúm (6,24-59) y las
hermanas de Lázaro (11,17-44). Estableceremos un paralelo con el tratamiento de las
controversias, a fin de constatar la diferencia entre controversia y diálogo propiamente tal.
94
Dos ejemplos: a) 2,20: “46 años se ha tardado en construir este Santuario ¿y tú lo vas a levantar en 3 días?”.
b) 7,35: “¿Adónde irá éste que nosotros no le podamos encontrar? ¿Se irá a los que viven dispersos entre los
griegos?”
61
a) El “discípulo amado”
95
Que abreviaremos como DA.
96
En Jn tres tipos de referencias a discípulos anónimos:
a) En 1,37-42, dos discípulos de Juan Bautista siguen a Jesús; de uno se da el nombre: Andrés, mientras
que se calla el del otro. En el contexto inmediato aparecen otros discípulos: Simón Pedro, Felipe y
Natanael.
b) Hay dos pasajes en que se alude a “otro discípulo” o “el otro discípulo”:
-18, 15-16: Pedro y otro discípulo siguen a Jesús que acaba de ser detenido y es llevado al palacio
del sumo sacerdote. El otro discípulo es conocido del sumo sacerdote e introduce a Pedro en el palacio.
-20,2-10: María Magdalena acude corriendo a Pedro y al otro discípulo (aquel al que Jesús
“quería”) para comunicarles que el cuerpo de Jesús no está en el sepulcro. El otro discípulo se adelanta a
Pedro camino de la tumba, Pedro entra el primero; luego, el otro discípulo entra a su vez, ve y cree.
c) Hay seis pasajes que mencionan el discípulo al que Jesús amaba (el verbo “amar” es “agapáo” en todos
los casos, excepto en 20,2 en que se usa “filéo”, querer):
-13,23-26: el discípulo al que Jesús amaba se reclina sobre el pecho de Jesús durante la última cena
y Pedro le indica que pregunte quién es el traidor.
- 19,25-27: el discípulo al que Jesús amaba permanece cerca de la cruz, y Jesús le recomienda que
reciba por madre a María.
-20,2-10: el “otro discípulo”, al que antes hemos mencionado en el apartado b), es identificado en
un paréntesis como “aquél al que Jesús quería”.
-21,7: el discípulo al que Jesús amaba se encuentra pescando en una barca junto con Simón
Pedro y los otros discípulos; reconoce a Jesús resucitado que se encuentra de pie en la orilla y se lo dice a
Pedro.
-21,20-23: el discípulo al que Jesús amaba sigue a Pedro y a Jesús. El escritor nos recuerda en un
paréntesis que se trata del mismo discípulo del que se habló en 13,23-26. Pedro se vuelve, ve al discípulo y
pregunta a Jesús acerca de él. Jesús dice que este discípulo podría vivir hasta su regreso. El escritor afirma
que estas palabras de Jesús crearon cierta confusión entre los cristianos, que empezaron a creer que aquél
discípulo no moriría nunca. Leyendo entre líneas, podemos pensar que el discípulo, efectivamente, había
muerto, lo que hizo necesaria la explicación.
-21,24: el escritor nos dice que aquél discípulo es la fuente de las cosas que han sido narradas.
62
San Ireneo (hacia el 180) identificó al DA como Juan (el de los Doce), que vivió
en Éfeso 97 hasta la época del emperador Trajano (hacia el 98). La identificación del DA
con el evangelista y con Juan recibió posteriormente el apoyo de la Iglesia. Sin embargo,
esta identificación obedece al propósito de defender la autoridad (inspiración y
canonicidad) de este evengelio ante quienes la cuestionaban 98.
97
“Después Juan, el discípulo del Señor, el que se había recostado sobre su pecho, publicó también él el
evangelio, viviendo en Éfeso de Asia” (Adversus Haereses”, III, 1,1).
98
Debido al aprecio que existía por este evangelio en círculos gnósticos y montanistas.
99
Su primo Bernabé era levita (Col 4,10; Hch.4,36). El DA era conocido del Sumo Sacerdote (18,15). El
Cuarto Evangelio muestra gran interés por las fiestas judías.
100
Comparar Jn 13,23-26 con Mc 14,18-21; Jn 18,15 con Mc 14,54; Jn 20,1-10 con Mc 16,1-4.
63
- Los que piensan que no era ni de los Doce ni era apóstol. Estos autores piensan
que el DA fue un discípulo directo de Jesús, pero que no era importante y que por eso no
aparece en la tradición más oficial de los sinópticos. Pero, puesto que este personaje llegó a
ser importante en la historia de la comunidad joánica (quizás como su fundador), se
tranformó en la figura ideal de su evangelio, capaz de ser comparado con Pedro por su
mayor cercanía con Jesús en el amor. La presencia del DA al pie de la cruz cuando los
Doce habían huido indicaría que no era uno de ellos, ni tampoco un apóstol (término nunca
usado en Jn).
Esta tesis explicaría por qué algunas características del evangelio de Jn reflejan
plausiblemente un origen en la vida de Jesús, mientras que otras parecen muy lejos de
ese ministerio:
También está la familiaridad con el mundo judío. No sólo se mencionan las fiestas
judías sino que las controversias muestran que un conocimiento de las ceremonias de estas
festividades y de su teología.
101
El patio de baldosas del palacio de Pilatos.
64
b) Forma de composición
Hay una serie de problemas que hemos visto al tratar la dimensión literaria de Jn
(falta de plan definido, aporías del texto, el cap. 21, el desarrollo de los de diálogos y
controversias,etc.) que indican que el Cuarto Evangelio tiene una redacción bastante
compleja. Dicha complejidad han hecho que los exégetas abandonaran la imagen
tradicional de la composición de este evangelio por un solo individuo que consignaba sus
recuerdos. Las explicaciones modernas han ido en 3 líneas:
A pesar de las diferencias entre unos autores y otros sigue teniendo mucha
influencia la teoría expuesta por Raymond Brown en su libro “La comunidad del discípulo
amado” 102. La base de su exposición es el hecho de que los evangelistas siempre
102
BROWN,R. “La comunidad del discípulo amado”, Sígueme, Salamanca, 1991 (original de 1979). Aquí
sigo su libro más reciente: “Introducción al NT”, Trotta, Madrid, 2002 (original 1997), tomo 1, pp. 491-495.
El pensamiento de este autor aquí es muy distinto al de su comentario “El Evangelio según Juan” (2 vols.,
Cristiandad, Madrid, 1979, original de 1966), en el que se inclinaba por identificar al DA con Juan, de los
Doce.
65
En este caso, Brown nos advierte que toda su reconstrucción es muy hipotética y
que probablemente habría que añadir un “quizás” en cada frase. Esta reconstrucción no sólo
abarca el evangelio sino también las 3 cartas joánicas.
Entre ellos, con una importancia insignificante al principio, había un hombre que
había conocido a Jesús y había sido su discípulo durante su vida pública y que con el
tiempo sería el DA.
A estos primeros seguidores se añadieron otros judíos con una actitud de reserva
frente al Templo, quienes hicieron algunos conversos en Samaría (Jn 4). Éstos
interpretaron a Jesús en principio de acuerdo con un trasfondo mosaico 104 (en cuanto
distinto al davídico): Jesús había estado con Dios, al que había visto y cuya palabra había
traído a este mundo. La aceptación de este segundo grupo sirvió de catalizador para el
desarrollo de una cristología elevada de la pre-existencia (contemplada a la luz del
trasfondo de la Sabiduría personificada de la tradición sapiencial 105); esto condujo a
debates con los judíos, quienes pensaron que los cristianos joánicos estaban abandonando
el monoteísmo judío haciendo de Jesús un segundo Dios (5,18). Finalmente, los dirigentes
de esos judíos expulsaron de la Sinagoga a los cristianos joánicos (9,22; 16,2). Estos
últimos, al sentirse abandonados por los suyos, adoptaron una actitud muy hostil hacia “los
judíos”, a quienes consideraron “hijos del Diablo” (8,44).
de la sustitución de instituciones judías por Jesús, tan notable en este evangelio). Al mismo
tiempo, los cristianos joánicos despreciaron a los creyentes en Jesús que no rompieron
abiertamente con la Sinagoga como ellos (cuyo modelo fueron los padres del ciego de
nacimiento de 9,21-23). El discípulo mencionado más arriba habría promovido esta
transición y habría a ayudado a otros a hacerla, llegando a ser así el DA.
- La segunda etapa fue durante la cual el evangelista (distinto del DA) escribió el
el evangelio (probablemente en varias redacciones). Puesto que estos cristianos (joánicos)
consideraban a “los judíos” ciegos e incrédulos (12,37-40), la llegada de los griegos a la
fe fue considerada como el cumplimiento del plan de Dios (12,20-23). La comunidad, o
parte de ella, se había trasladado de Palestina a la diáspora para enseñar a los griegos
(7,35), quizás a la zona de Éfeso. Este traslado arroja luz sobre la atmósfera helenística de
este evangelio y sobre la necesidad de explicar los nombres y títulos semíticos (por
ejemplo, Rabí, Mesías). Este contexto abrió al pensamiento joánico posibilidades
universalistas, al intentar dirigirse a un público más amplio. El rechazo y la persecución,
sin embargo, convencieron a los cristianos joánicos de que “el mundo” se oponía a Jesús.
Se consideraron a sí mismos como no de este mundo, el cual está bajo el poder de Satán, el
Príncipe de este mundo (17,15-16; 14,30; 16,33).
Cuando se pregunta sobre la fecha y lugar de composición del cuarto evangelio hay
que tener en cuenta que éste tuvo un largo y complejo proceso de composición. Parece
posible situar sólo la primera y última etapa.
106
La duodécima bendición de la oración sinagogal del Shemoneh Esreh (que maldecía a los “herejes” y que
se insertó en el culto sinagogal) y la aplicación de las excomuniones formales corresponde al período entre el
80 y 90.
107
En 21,18-19 tenemos un testimonio simbólico, pero relativamente claro de que Pedro murió crucificado,
acontecimiento que tuvo lugar a fines de la década del 60.
108
Según lo que insinúa 21,20-23, bastante después de la muerte de Pedro murió también el DA a una edad muy
avanzada, lo que hace verosímil una fecha en torno al 80 y más bien hacia el 90.
109
La teoría de que Juan se compuso en Egipto cuenta con escaso apoyo. Si, como se acepta generalmente,
fue compuesto en Asia Menor (o incluso en Siria), hemos de suponer que transcurriría cierto tiempo para
llegar hasta Egipto y adquirir allí una amplia circulación.
69
Ella es presentada por Jn como una marcha triunfal de Jesús hacia la cruz. La
muerte de Jesús es más bien una victoria que una derrota. La cruz es más un trono que un
patíbulo.
Esto se pone de manifiesto en que Jesús conoce todo lo que iba a suceder 110. Por eso
en el relato se subraya su libertad de varias maneras: Jesús es quien sale al encuentro de
quienes lo van a detener 111, lleva la cruz él solo 112, antes de morir dice que todo se ha
cumplido 113, muere entregando su Espíritu 114. Es Jesús quien da su vida, nadie se la quita
115
. El tema de la “hora” de Jesús marca esta libertad que es a la vez obediencia 116.
La larga conversación de Jesús con Pilatos tiene como centro el tema de la realeza
(18,33-38):
“(33) Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: ‘¿Eres tú el Rey
de los judíos?’ (34) Respondió Jesús: ‘¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han
dicho de mí’. (35) Pilato respondió: ‘¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos
sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?’(36) Respondió Jesús: ‘Mi Reino no es
de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mi gente habría combatido para que no
fuera entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.’ (37) Entonces Pilato le dijo:
‘¿Luego tú eres Rey?’ Respondió Jesús: ‘Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y
para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la
verdad, escucha mi voz.’ (38) Le dice Pilato: ‘¿Qué es la verdad?’ Y, dicho esto, volvió a
salir...”
Como puede apreciarse, este diálogo está repleto de temas joánicos: venir a este
mundo, dar testimonio, ser de la verdad, no ser de este mundo, escuchar la voz de Jesús.
110
18,4; 19,28
111
18,1-4.11. En el arresto de Jesús los que lo van a aprehender caen en tierra (actitud de quienes se
encuentran en la presencia de un monarca: 18,6). Además, aquí Jesús se presenta como “el que es” (v.5)
aludiendo al nombre divino “Yahveh”.
112
19,17
113
19,30b
114
19,30c
115
Cf. 10,18
116
10,18
70
Jesús se declara Rey y como tal ha venido al mundo. Por eso la declaración de
Pilatos: “Aquí tienen ustedes a su rey” (19,14) constituye un punto central del relato. Por
otra parte, el evangelio concede una gran importancia al letrero puesto en la cruz
(19,12-22).
La ironía joánica aparece una estas escenas. Cuando los judíos creen haberse librado
de Jesús, cuando Pilatos entrega a Jesús para que lo crucifiquen y los soldados se reparten
sus vestidos, es entonces precisamente cuando Jesús es elevado y glorificado. La victoria de
Jesús se da donde y como menos se esperaba.
En esta línea hay que situar la utilización por Jesús del pronombre personal “yo”.
No sólo para afirmar su identidad con los diversos símbolos o imágenes mesiánicas del AT
(maná, luz, pastor, etc.) sino sin predicado alguno (“Yo Soy”), con clara connotación de
estarse apropiando del nombre divino (Yahveh).
Jesús es alguien que tiene la función de revelador mediante un testimonio (por ej.:
3,32) como se aprecia en la siguiente frase: “el que viene del cielo da testimonio de los que
ha visto y oído, pero su testimonio nadie lo acepta” (3,31-32) 117. Es un testimonio sobre el
mundo divino, el mundo “de arriba”; testimonio que se da en “mundo de abajo”, la
“carne” (1,14) 118.
enviado.
119
12,49; 14,31; 15,10
120
4,34; 5,30; 6,38-40
121
5,22-23
122
3,35; 13,3
123
Más exactamente en: 14,15-17; 14,26; 15,26; 16,7-10; 16,13.15.
72
Este término tan extraño (ya que casi todos en los evangelios son judíos) se debe a
que después del año 70 en que son destruidos la ciudad de Jerusalén y el Templo, todos los
distintos grupos desaparecen, con la excepción de los fariseos. Las últimas redacciones del
Ev. pertencen en a una época (años 80) en que se ha acabado la misión cristiana entre los
judíos. Aquellos que han aceptado a Jesús ahora son simplemente “cristianos” y la
designación de “judíos” se reserva a los que lo rechazan.
La realidad del pecado es anterior a la venida de Jesús (Jesús ha venido para “quitar
el pecado del mundo”: 1,29.36). Pero la revelación de Jesús es como un imán que atrae y
cataliza la agresividad mentirosa y homicida de los judíos. El pecado, entonces, pasa a ser
el rechazo de Jesús que busca hacerle desaparecer. Es “no conocer” (=aceptar) a Jesús
(1,10).
Ahora bien, el pecado es también más grande y más poderoso que el rechazo de los
judíos, detrás de ellos está “el mundo”. Este tiene una actitud que caracteriza la vida de los
hombres: “la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas” (3,19). “Malas” quiere decir aquí contrarias a la voluntad de Dios y a
su acción salvadora. Por eso Jn habla del “pecado del mundo”. Jn termina asimilando los
judíos al mundo.
124
Por ejemplo, la fe del empleado real en 4,54.
125
Ver 16,29-33
126
14,26; 8,28
127
13,32-33; 16,7
128
17,3
73
- el mundo físico, el universo 129, la tierra, lugar donde habita la humanidad 130;
- la humanidad que habita el mundo 131;
- la humanidad en cuanto estructurada en un orden socio-religioso enemigo de Dios
132
, que es el uso más frecuente.
129
17,5.24
130
11,9; 21,25
131
1,9.10.29; 3,16.17.19; 4,42; 6,14.33.51; 8,12; etc.
132
Aparece en 7,4.7; 8,23.26; 9,39; 12,25.31; 14,17.19.22.30.31; etc.