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ETAPA
DIAGNÓSTICA
7mo “A”
Fecha:
Momento 1: Inicio:
Les pedirá a cada uno y en orden que se presenten y que cuenten algo, luego toca el turno de la docente.
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Luego comentara cuales serán las pautas y normas que tendremos que tener en cuenta para respetarnos y poder
escucharnos.
Momento 2: Desarrollo:
A continuación arrancaremos escuchando un audio cuento “Un mar de fueguitos” de Eduardo Galeano.
Después de escuchar atentamente el audio, se les pide que reflexionen y comenten de a uno lo que entendieron, que
quiere decir Galeano cuando habla de fuego.
Luego de conversar y cambiar opiniones entre todos, se les entregara una hoja en forma de fueguito, donde
escribirán su expectativas para este año.
Momento 3: Cierre:
Fecha:
Momento 1:Inicio:
Los seres humanos tenemos la necesidad de expresar lo que sentimos a diario. Esta necesidad nos permite
socializar y vincularnos, es decir, establecer relaciones con los distintos miembros de la comunidad.
Cada vez que transmitimos algo a alguien, oralmente o por escrito, se genera una “situación comunicativa” en la que
las dos o más personas se comportan como productoras o receptoras de mensajes.
Observar y pensar.
Describir, detalladamente y de forma oral, lo que aparece en la imagen.
Responder, en tu carpeta, en oración completa: las personas que se observan en la imagen,
¿Qué están haciendo?
¿Se están comunicando?
Entre ellos, ¿se establece una comunicación eficaz? ¿Por qué?
Reconocer en la imagen la presencia de los elementos de la comunicación.
Momento 2: Desarrollo
En toda situación comunicativa hay elementos que se relacionan entre sí y que no pueden estar ausentes: un emisor
(quien envía el mensaje), un receptor (quien recibe el mensaje), un canal (medio físico por el que se transmite el
mensaje), un código (la lengua que utiliza el emisor) y un referente (el tema del mensaje).
Trabajar en la carpeta.
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Reconocer, en la siguiente imagen, los elementos que forman parte de una situación comunicativa.
Momento3: Cierre
Fecha:
Momento 1: Inicio:
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Momento 2: Desarrollo:
Mira con atención cada una de las siguientes imágenes y decir qué código se usa.
Momento 3: Cierre:
El código es la lengua o el sistema de signos que comparten el emisor y el receptor. El código puede ser verbal o no
verbal.
Completar los siguientes enunciados. (en el cuadernillo)
El código es…
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El código no verbal permite transmitir mensajes sin……. , como por ejemplo, … ……
Los participantes de una situación comunicativa para transmitir mensajes necesitan tener ciertas competencias.
Las competencias son el conjunto de conocimientos y características personales para establecer una comunicación
eficaz.
Ideológica. Es el conjunto de opiniones (lo que piensas) sobre el tema de conversación. “Me parece bien. El
cigarrillo es perjudicial para la salud”
Comunicativa. Es la capacidad que se tiene de enviar un mensaje claro y de comprender los mensajes que
se reciben.
Paralingüística. Es la habilidad que se desarrolla para comunicarse a través de gestos y posturas. Por
ejemplo, un policía diciendo a un civil, ¡no puede pasar!
Psicológica. Refleja los estados de ánimo: alegría, malhumor, tristeza. “¡Estoy contenta de haber venido!
Sociocultural. Es la que te da el conocimiento del mundo. Depende de lo que leas y de lo que aprendas.
En la carpeta, crear situaciones que reflejen cada una de las competencias comunicativas.
Fecha:
Momento 1: Inicio:
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Momento 2: Desarrollo:
Responder en tu carpeta:
Momento 3: Cierre:
Prestar atención.
Mirar a los ojos.
No interrumpir.
Dejar terminar de hablar.
Asentir con la cabeza.
Sonreír.
Hacer saber al otro que se lo está escuchando.
No distraerse con otras cosas.
No gritar.
Leer las pautas anteriores y decir por qué son necesarias para una comunicación eficaz.
Responder:
Fecha:
Momento 1: Inicio:
Diariamente leemos:
En nuestra vida cotidiana, sin darnos cuenta, leemos de manera permanente y en todo momento. Leemos carteles,
afiches, pizarras con ofertas, señales, pasacalles y publicidades, entre otros.
En otros momentos de nuestra vida, leemos con una intención y con un propósito determinado.
Momento 2: Desarrollo:
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¿Para qué escribimos?
Escribimos para comunicarnos. Todos los días, en diferentes momentos, escribimos y lo hacemos con distintos
propósitos.
Trabajar en la carpeta.
Indicar, para cada uno de los siguientes propósitos, el emisor, el receptor, el referente y el tipo de texto
adecuado.
Momento 3: Cierre:
Escribir un ejemplo de textos para cada una de las funciones. (Las funciones se encuentran en el cuadernillo)
Fecha:
Momento 1: Inicio:
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Nuestra lengua proviene del latín, por eso tiene su historia.
En el siglo III antes de Cristo, los romanos consolidaron un gran imperio que se extendiendo hasta dominar la
Península Ibérica (hoy, España). No solo impusieron su poder político y económico, sino que también impusieron su
cultura y su lengua.
La lengua de los Romanos era el latín, existían dos formas de esta lengua: el latín culto o literario (lengua escrita)
y el latín vulgar (lengua oral).
Pero el siglo V después de Cristo, el imperio se debilitó, ya no tenía el mismo poder. La península fue invadida por
otros pueblos, pero ninguno logró imponer su lengua. Por ejemplo, los árabes, que permanecieron ocho siglos en la
península no lograron imponer su lengua, pero si dejaron testimonio de su arte y de algunas palabras, que llegaron
hasta nuestros días.
En el año 1492, dos acontecimientos importantes permitieron la extensión y el uso de la lengua castellana en la
península: la expulsión de los árabes y el Descubrimiento de América. Este último inició la difusión del castellano en
América.
Terra: tierra
Septem: siete
Taurus: toro
Filum: hijo
La lengua que usamos actualmente tiene sus particularidades: algunos la llaman español rioplatense y, otros,
español americano. Nuestra lengua actual recibe aportes de las lenguas usadas por los pueblos originarios.
Los argentinos hacemos uso que se diferencia de otros países de América e inclusive difiere entre muchas de
nuestras propias provincias.
Momento 2: Desarrollo:
Las palabras
…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me
prosterno ante ellas… las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras…
Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…vocablos
amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío…
Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo,
cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes,
ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las
agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema,
como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… todo está en la
palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una
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reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas,
pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto
ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué
buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las
tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz,
huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones,
pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba
arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de la tierra de las barbas, de las herraduras, como piedrecitas, las
palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se
llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron palabras.
Pablo Neruda,
De Confieso que he vivido.
Momento 3: Cierre:
Fecha:
Tema: La fabula
Momento 1: Inicio:
La fábula es un relato breve que puede estar escrito en versos o en prosas. Sus protagonistas, generalmente, son
animales humanizados.
Este tipo de relato se caracteriza por dejar una enseñanza que recibe el nombre de “moraleja”; la moraleja, en la
mayoría de las fábulas, se ubica al final del texto, pero también puede estar al principio.
Pensamos:
¿Recuerdan este animal? ¿En qué relato aparece? ¿Cómo se comporta?
¿Por qué es importante leer relatos que nos dejen una enseñanza?
Momento 2: Desarrollo:
Leer de manera atenta, silenciosa y comprensiva la siguiente fábula: (se encuentra en el cuadernillo)
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Momento 3: Cierre:
Escribir un epígrafe para la imagen.
Fecha:
Momento 1: Inicio:
Releer la fábula que esta en el cuadernillo. Pensar y escribir qué le habrán respondido estos amigos a la liebre
adjetivando la producción.
El asno:
El buey:
El oso:
Momento 2: Desarrollo:
“…Todos ellos se mostraron ansiosos de ayudarla, pero daba la casualidad de que estaban mucho más atareados que
antes…”
Momento 3: Cierre:
Responder en la carpeta la siguiente pregunta: ¿Por qué se elegirán animales como protagonistas de las fábulas?
Fecha:
Leemos el cuento “Atrapado” de Mario Méndez, alternando la lectura entre el niño y la docente (la
encontraremos en el cuadernillo)
Cuando el padre de Agustín llegó a Toranzo esperaba encontrar a su hijo muy enojado, y por eso, además de un
buen regalo, se había preparado para recibir muchas recriminaciones o, peor aún, ese silencio furioso que el chico
solía usar, y que a él tanto le dolía. Sin embargo, Agustín estaba feliz. Feliz como nunca, y acompañado de un
cachorrito blanco, su nueva adquisición. –Desde que encontró al cachorrito es otro chico – le dijo el abuelo Ramón
al padre de Agustín, que se rió, contento con el comentario. Y era cierto, hasta la risa de Agustín era distinta.
Agustín se había aburrido todos y cada uno de los días de su visita a Toranzo. Con su larga experiencia de hijo
único de padres separados, tenía muy claro que el divorcio de los viejos a veces le significaba algunas ventajas, y
otras veces unos cuantos problemas. Y que los problemas, lamentablemente, se amontonaban en las vacaciones.
Tanto su padre como su madre tenían compromisos de trabajo, y el exceso de tiempo libre de su hijo casi
adolescente les complicaba la vida. Si por ellos hubiera sido, Agustín no podía dejar de pensarlo, el colegio tendría
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que durar todo el año. La casa de los abuelos, entonces, era una solución posible. Posible, pero tremendamente
aburrida. Y su padre, una vez más, había apelado a la intolerable solución: lo había llevado a Toranzo, el pueblo de
los abuelos, y allí lo había dejado, con la promesa de que al término de una semana lo iría a buscar, para
completar lo que quedaba de enero en Mar del Plata, donde un tío tenía departamento. Pero ya habían pasado
diez días, del padre no había noticias y Agustín ya no lo podía soportar. Sus abuelos lo trataban muy bien, por
supuesto, pero él ya tenía 14 años y que la abuela le cocinara sus postres favoritos, o que el abuelo de vez en
cuando lo llevara hasta algún campo vecino, en la chata vieja que usaba para repartir garrafas, no le alcanzaba.
Enero avanzaba con una lentitud exasperante, y él no había conseguido hacer amistad con ningún chico ni chica de
su edad, sencillamente porque en todo el pueblo no había ni uno. Los abuelos no tenían televisión por cable ni
mucho menos computadora, así que se la pasaba dando vueltas en bicicleta, desde la estación antigua hasta la
ruta, una en una punta y otra en la otra punta del pueblo, pero ambas Escuela secundaria 9 de Julio. Segundo Año.
Ciclo Básico. Lengua Fuentes Gabriela Saavedra Facundo Zapata Patricia Página 3 muy cerca de la casa, tan cerca
como lo estaba todo en Toranzo, que era un pueblo de apenas diez cuadras. A la noche del undécimo día sonó el
teléfono y Agustín corrió a atenderlo. Tenía que ser su padre, anunciándole que vendría, al fin, a buscarlo. A
rescatarlo. Era él, sí. Se deshacía en disculpas, le explicaba que habían aparecido unos problemas en la oficina, le
contaba no sabía bien qué cosas de la aduana o algo así, y le prometía que sin falta iría el fin de semana, que
tuviera paciencia. Era lunes: faltaban cuatro días, por lo menos. Y si el padre cumplía, y llegaba al pueblo el
viernes, seguramente el sábado se querría quedar, para no ofender a los abuelos. Otro día más de encierro.
Agustín tenía ganas de llorar, pero se la aguantó. Se sentía atrapado, y sabía que no había salida. Para sacarse la
bronca les avisó a los abuelos que se iría a pedalear un rato. No hacía falta que le pidieran que tuviera cuidado: en
Toranzo no había tránsito, no había robos, no había nada. Pedaleó hasta el final del pueblo y enfiló hacia un
montecito de eucaliptos, del otro lado de la ruta. Allí donde se levantaba la única casa más o menos interesante
de la zona, la única que tenía una tapia que la circundaba, la única con un jardín delantero –ahora cubierto de
yuyos –que seguramente había sido hermoso. Según decían sus abuelos, había pertenecido a un gobernador, y
nadie sabía por qué la habían abandonado. Estaba vacía desde hacía años, y los portones de la entrada, vencidos
por el tiempo, dejaban pasar a cualquiera. En Toranzo no había ni siquiera cuentos de aparecidos: nadie decía que
la casa estuviera embrujada, nadie le tenía miedo a sus altos paredones, a ninguno de los pocos habitantes del
pueblito se le había ocurrido jamás que esa casa pudiera albergar más que mugre, comadrejas o cuises, y no
mucho más. Pero Agustín era de la ciudad, y había visto suficientes películas de terror como para meterse así
como así, a oscuras, en una casona abandonada. Por muy aburrido que estuviera, no se atrevería a entrar, salvo
que alguien, como en ese preciso momento ocurría, lo llamara. –Pibe –oyó que le decían –. Pibe, vení, ayudame.
Agustín bajó de la bici y se acercó, despacio. No tenía linterna, pero como había luna llena se veía bastante. El que
le hablaba era un hombre viejo, de barba canosa. Estaba sentado en el piso del antiguo jardín, y se agarraba una
pierna. –Vos sos el nieto de Ramón, ¿no? _Agustín asintió. Si era el único chico en Toranzo, seguro que el viejo
tenía que haberlo visto con su abuelo. –Se me escapó un cachorrito que tengo, y se metió acá. Lo entré a buscar
por miedo a que se lo coman las ratas, y me enganché la pata en un pozo. _Vení, no tengas miedo_ Agustín ya
había empezado a acercarse, pero curiosamente ese “no tengas miedo”, lo detuvo. No Escuela secundaria 9 de
Julio. Segundo Año. Ciclo Básico. Lengua Fuentes Gabriela Saavedra Facundo Zapata Patricia Página 4 había tenido
ningún miedo hasta ese momento, pero en cuanto el viejo lo mencionó, un escalofrío le corrió por la espalda. –
Voy a casa a buscar al abuelo –improvisó –. Venimos con la chata. El viejo se quejó de dolor. –Vení ahora, pibe.
Ayudame a sacar la pierna, que me duele. Agustín dudó. Pensó que debía entrar y ayudar al viejo, pero en ese
instante una nube tapó la luz de la luna y el miedo pudo más. Salió corriendo, agarró la bici y ya pedaleando le
gritó al hombre que enseguida volvía, con el abuelo Ramón. Un rato después, mientras arrancaba la chata, el
abuelo se rascaba la cabeza, confundido. No acertaba a adivinar quién podía ser el vecino accidentado. En un
instante estuvieron en la casona y bajaron, pero no encontraron a nadie. –Se habrá liberado solo, pobre hombre –
le reprochó el abuelo-. Mirá que dejarlo ahí tirado, m’hijo. Agustín bajó la cabeza, avergonzado. Al otro día
buscaría al accidentado para pedirle disculpas. Al menos la aventura le había dejado algo que hacer. Pero al día
siguiente, por más que buscó y pedaleó por todos lados, no pudo encontrar a nadie que se pareciera al viejo de la
casona. Nadie rengueaba. Nadie, ni en la panadería ni en el bar, donde preguntó con timidez, conocía a un viejo
de barba que tuviera un cachorro. Agustín, vagamente, empezó a sentirse preocupado. A la noche, después de la
cena, otra vez pidió permiso y montó en la bicicleta. Esta vez llevaba una linterna, por las dudas. Pedaleó directo
hasta la casona, que en esa noche nublada se presentaba más oscura, un poco más atemorizante. Dejó la bicicleta
apoyada en el paredón, encendió la linterna y entró al jardín, esquivando los yuyos y las ortigas. No sabía muy
bien por qué lo hacía, pero le parecía que tenía algo así como el deber de atravesar los portones y meterse en el
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yuyal, era como una manera de disculparse con el pobre viejo accidentado que había dejado abandonado. Caminó
unos cuantos pasos hacia la galería delantera, y estaba pensando en si se metería o no dentro de la casa cuando se
sobresaltó con el ruido de algún bicho que pasó corriendo y de inmediato decidió que no, que era mejor irse. En
ese momento oyó un breve ladrido y se dio vuelta: a unos pasos había un cachorrito, que se quejaba. Agustín se
agachó a ver qué le pasaba, y lo vio medio atrapado en un pozo. Lo levantó con cuidado, le sacudió el polvo que
parecía tener pegado y lo dejó en el piso, para ver si el animal podía caminar bien. Entonces oyó que alguien
pedaleaba en su bicicleta. – ¡Eh! –Gritó, soltando al cachorro –¡Mi bici! La bicicleta parecía alejarse. Agustín corrió
hacia los portones y cuando ya llegaba, metió el pie en un agujero y cayó. Gritó de dolor. Se había doblado el
tobillo y no podía destrabarse. La bicicleta, como si el ciclista que la había robado lo hubiera visto todo, regresó.
Escuela secundaria 9 de Julio. Segundo Año. Ciclo Básico. Lengua Fuentes Gabriela Saavedra Facundo Zapata
Patricia Página 5 Un chico de su edad asomó la cara. –Vení, pibe, ayudame –dijo Agustín, pero su propia voz le
sonó rara, como cascada. – ¿Qué le pasó, señor? –le preguntó el chico de la bicicleta. Agustín sintió que el miedo
le subía por la garganta. ¿“Señor”? ¿Cómo que “Señor”? –Vení pibe –repitió, cada vez más asustado de su voz, de
su irreconocible voz –, no tengas miedo. El chico retrocedió. Pero no parecía que tuviera miedo, no. Al contrario,
mientras se alejaba en la bicicleta lentamente, sonreía con toda la boca. El cachorro pasó rápido al lado de
Agustín, de ese viejo que era ahora Agustín, ahí atrapado, y corrió detrás de la bicicleta, hasta que ambos, el perro
y el chico, se perdieron de vista.
1. CONVERSAR Y COMPRENDER
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b. ¿Quiénes son los personajes de "Atrapado"?
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2. ¿Cómo es Toranzo?
Un lugar con mucho tránsito.
Un lugar con muchos robos.
Un pueblo de 10 cuadros
El pueblo donde viven los abuelos.
Una ciudad muy grande.
El pueblo donde vive la mamá.
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4. ¿Qué puede hacer y qué no puede hacer en Toranzo?
Puede: ___________________________________________________________
___________________________________________________________________
No Puede: _______________________________________________________
___________________________________________________________________
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5. Reflexionamos y comunicamos:
a. ¿Te gustaría vivir en un lugar así?
b. ¿Cómo sobrellevarías una estadía en Toranzo?
c. ¿Qué harías si tuvieras que pasar muchos días lejos del lugar en el que viven?
Fecha:
1. Recordamos la historia de Agustín y conversamos acerca de algunas cosas que suceden el cuento.
- Sensación de miedo
- Desconocimiento del lugar
- Desconocimiento de la identidad de algunas personajes
- Descreimiento
- Cambios físicos
- Semejanzas con una historia paralela.
2. La docente explica que cuando en un cuento suceden cosas extraña que cambian la realidad estamos
frente a un cuento fantástico.
3. Registra en la carpeta:
Conceptos claves
Cuento: un cuento es una narración que presenta una serie de hechos ficticios o fantásticos, que se
caracteriza por su brevedad, sencillez argumental, y que generalmente tiene como misión entretener, o
enseñar didácticamente algunas cuestiones
Cuento Fantástico: es un subgénero del cuento y su detalle saliente es la presentación de una
dimensión irreal y de fantasía en el transcurso de los acontecimientos narrados, de todos modos, esto no
implica la desaparición de la realidad, hay una combinación de elementos reales y fantásticos.
Tiene elementos sobrenaturales o inexplicables que crean una ruptura con la realidad.
Puede dejar de lado las leyes físicas y las normas convencionales.
La irrupción de lo fantástico suele causar miedo en los personajes, por eso muchas veces está relacionado
con el género de terror.
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Destacamos
Tema: Características narrativas del cuento fantástico: Acciones cronológicas o rupturas temporales
1. Subrayá en el cuento, con color, todas las referencias temporales. Por ejemplo, "desde que..."; "...a la
noche del undécimo día...”; "Era lunes...”."...un rato después...."; "A la noche, después de la cena...";
etcétera.
1. Comentamos: ¿Conocen alguna película en la que se altere el orden cronológico de los hechos? Compartan
ejemplos y justifiquen la respuesta.
2. Indica en estos breves relatos si presentan un ordenamiento cronológico (C) o si presentan rupturas
temporales (R).
El tiempo (un día, al día siguiente, un mes más tarde, etc.), es el momento en que transcurre el relato de manera
progresiva. Por tanto, lleva un orden cronológico hacia un término lógico y una duración ficticia. Conocer el eje
espacio-temporal ayuda a ubicar la acción de los personajes en el mundo real o imaginario.
Fecha:
Tema (Revisión de contenidos): Unidades y relaciones gramaticales y textuales - Texto, Párrafo y oración.
c. Registra en la carpeta:
CONCEPTOS CLAVES
Texto: conjunto de frases y palabras coherentes y ordenadas que permiten ser interpretadas y transmiten
las ideas de un autor (emisor o locutor).
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Párrafo: parte de un texto que tiene una unidad de sentido y que se caracteriza por terminar con un punto y
seguido. Los párrafos pueden tener entre una y cuatro oraciones. Un párrafo suele presentar una oración
principal, que contiene la idea central, y oraciones secundarias, que se desprenden de la primera.
Oración: es una unidad de sentido que expresa una coherencia completa, es decir, es una unidad sintáctica
con sentido.
Fecha:
Tema (Revisión de contenidos): Unidades y relaciones gramaticales y textuales - Las palabras: Clasificación de
sustantivos.
Registra en la carpeta:
Conceptos claves
Los sustantivos están presentes en todas las oraciones y son imprescindibles para que esta tenga sentido.
Estos sirven para identificar a una persona, animal, cosa, idea o lugar, es decir, son nombres. Por lo tanto su
función principal es la de denominar.
Sustantivos comunes o propios
- Los sustantivos comunes permiten nombrar a cosas, personas o animales de la misma clase o especie, de manera
genérica: hombre, perro, mamá, mesa.
- Los sustantivos propios son aquellos que identifican a un individuo o lugar, diferenciándolo del resto del grupo de
pertenencia.
Pueden ser antropónimos, que son los que nombran a personas, como Mario, Adriana, Pérez o Pili.
O pueden ser topónimos, que son los que designan lugares geográficos, como Rosario, Ludueña o Qatar. Los
nombres propios se escriben siempre con la letra inicial en mayúscula.
Sustantivos concretos o abstractos
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- Los sustantivos concretos nombran a lo que puede ser percibido con los sentidos, es decir a elementos
materiales. Algunos ejemplos: fango, tío, teléfono, jirafa. Pero que sean materiales no significa que sean reales, ya
que también pueden nombrar seres imaginarios: duende, dragón.
- Los sustantivos abstractos designan elementos no tangibles, que pueden percibirse con la mente pero no como
los sentidos. Es el caso de los sentimientos, las emociones, las ideas: amor, miedo, alegría, bondad.
Fecha:
Tema (Revisión de contenidos): Unidades y relaciones gramaticales y textuales - Las palabras: Clasificación
Semántica y morfológica.
La morfología es la parte de la gramática que se ocupa del estudio de la estructura interna de la palabra, de sus
derivaciones y accidentes gramaticales
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- En singular, el sustantivo nombra a un único ser u objeto.
- En plural, se refiere a varios seres u objetos.
Un turista noruego visita la Argentina El aprendió antes de viajar una lista de sustantivos y verbos, pero no sabe
armar bien las oraciones.
1. Leé esta lista de frases del turista noruego, entusiasmadísimo con nuestro país.
4. Completa este cuadro, clasificando los sustantivos que dijo el señor noruego y sus
reemplazos. Segui los ejemplos.
Fecha:
Tema (Revisión de contenidos): Unidades y relaciones gramaticales y textuales - Las palabras: Clasificación de
adjetivos.
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3. Registra en la carpeta:
Adjetivo:es una clase de palabra que califica al sustantivo en la oración, aporta información adicional o
complementa su significado. El adjetivo se coloca delante o después del sustantivo, concordando en género y
número.
CALIFICATIVOS son aquellos que describen o califican al sustantivo o sujeto de la oración al resaltar
una o más cualidades.
GENTILICIOs: identifican el origen de las personas u objetos, que puede ser un continente (América,
África, Europa, Oceanía o Asia), un país, una región, provincia o ciudad.
NUMERALES: Expresan cantidad numérica.
CARDINALES: Indican cantidad, ej. uno, dos, tres, siete, nueve, etc.
ORDINALES: Señalan un orden, ej. primero, segundo, tercero, quinto, último,
MÚLTIPLOS /PARTITIVOS: Ej. doble, triple, cuádruple/ medio, tercio, etc.
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