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“La tragedia de Los Ceibos”

Conclusión final I
Vicente Medina de la Bastida
“La mejor manera de conocer una ciudad es descubrir cómo se trabaja, cómo
se ama y cómo se muere en ella”, Albert Camus. Si buscamos una explicación,
no una excusa, tal vez hallaremos que tenemos pertenencia e identidad, pero,
no estamos seguros de amarla y ser dignos de vivir y cuidar de ella, la ciudad
de Ibarra. Más bien todo lo contrario, se pone en evidencia lo ficcional, la
noción del absurdo, invenciones mercantilistas o adaptar tecnologías inútiles; y
olvidarse de lo esencial la abnegación en beneficio de los ciudadanos, y de otros
más necesitados. Después de un período, aparentemente largo y cansón, de una
Administración municipal nefasta, de las peores. Todo lo hicieron en silencio,
mala fe, ánimo de lucro, patentado las mentiras y radicalizar su postura de
insensibles al diálogo. Igualmente, han estado flotando todo este tiempo, a la
deriva, a mereced de la buena fortuna. “El hombre ignorante no es el que no
tiene estudios, sino el que no se conoce a sí mismo”.

En esta acogedora y digna ciudad de Ibarra erigirse el querido barrio “Los


Ceibos”, que con orgullo e identidad asentarse en la histórica Av. “El Retorno”.
De personas socialmente humanas y laboriosas. Era un barrio para vivir,
residencial, con gente amable, de iniciativas e ideas progresistas y sentirnos
orgullosos de lo que éramos, de lo que hicimos y de lo que estábamos haciendo,
una buena vecindad comercial. Generadores de trabajo, directos e indirectos en
todas las actividades de productos y servicios, y un dinamizador de la
economía de la ciudad. Antes de que llegara la decisión draconiana de la
alcaldía, de un “proyecto” inconsulto; siendo “el móvil” de la destrucción: –la
malvada retroexcavadora-. De pronto, como un encantamiento se presentó el
“eclipse” que lo sumió al barrio en una profunda oscuridad de una crisis
imprevisible.
“La tragedia de Los Ceibos”
Conclusión final II
Vicente Medina de la Bastida

La quiebra de los negocios. Más precisamente eran comercios de diferentes


actividades, de compra venta de productos y servicios; de los cuales la mayoría
son de subsistencia, donde el lucro era mínimo, “como lo diría cualquier mortal,
se trabajaba para la papa de la familia”. Es complejo cuantificar el descalabro
comercial, económico y de propiedad; consideramos que, hasta la finalización
del año, los resultados fueron drásticos. Comercios o negocios que aún se
mantienen “a la buena de Dios”. Aun siendo propietario del bien, está en malas,
porque de esa actividad comercial subsistían; y la mayoría están trabajando a
pérdida, ¿hasta cuándo, quien lo sabe?; comerciantes que han cambiado de
actividad, y otros ya se cambiaron de domicilio. Existe rotación comercial, y
están activos, mientras dura la garantía y desaparecen. Un aproximado sería de
veinte o más negocios que desaparecieron. También debemos incluir, como es
lógico, los créditos financieros; todos o casi todos están pasando las de “Caín”
por tratar, no de pagar ¿con que?, sino de renovarlos, solicitando plazos o
enajenando bienes; y si los tienen abiertos los locales es para persignarse, por si
“cae” algo cada día. Los gastos fijos y variables superan a las ventas-ingresos, y
el tiempo de reposición de bienes y servicios es mínimo. En la actualidad, esta
situación comercial no compensa el esfuerzo realizado.

Estas obras enmascaradas de sociales, obras fantasiosas y vulgares están por


todo el país. No son invento, todo está a la vista, siempre persiguen el lucro
personal sin importar el desastre que dejan a su paso, y que el barrio ha sido
perjudicado por los impactos negativos de una obra que solo fue un
instrumento para enriquecer a politiqueros en perjuicio de una sociedad
trabajadora. Un ambiente de incertidumbre apoderarse de las personas del
barrio, porque tienen la obligación de la manutención de sus familias, que
tienen que correr con los gastos básicos, pagos de tasas e impuestos, y otros de
tipo comercial. Se entristeció el semblante de seres humanos honestos. Un
barrio que hasta hace poco era uno de los sectores más concurridos, por
encontrarse locales abiertos desde muy temprano en la mañana hasta la
medianoche, y también, como solución a las compras y servicios de última hora,
y de expendio de productos primarios. Para rematar, en la viña del Señor hay
de todo: buenos, malos y peores; existir gentes inhumanas que han tratado de
aumentar los arriendos, mientras otros que se compadecen del dolor ajeno han
previsto una rebaja.

Ha dejado de ser un barrio vivible para sus moradores; y menos atractivo en


lo comercial, económico y de oportunidades, que, sin causar asombro, en ciertas
actividades de comercio ya no es rentable. Así como lo oyen, y lo que viene no
es ningún eslogan. La situación no solo es caótica sino también calamitosa y
peligrosa que no es fácil de entender y digerir. Ya que consideramos que ni a
corto o a mediano plazo haya visos claros de solución en su reactivación
económica. Al contrario, la “madeja” del problema se ira agrandando. El daño
causado al sector por esta ilusoria obra inconsulta es contundente y brutal.
Nuestro parecer. Estamos claros que en el sector se necesitaba mejoras,
adecuaciones y demás necesidades para vivir, comerciar y el buen servicio de
compra venta a los ciudadanos. Por lo que esta obra “falso proyecto”, así como
fue concebida (balneario de playa) e impuesta caprichosamente a raja tabla;
ejecutarla fuera un despropósito. Y el ingrediente principal, el análisis
concienzudo, necesario y considerando el bien común, para un real beneficio
social. No existe. Pueden imaginarse, que dizque en lugar de los árboles iba una
ciclovía; solo era el corolario de la estupidez. Y la ciudadanía indiferente en su
apoyo y ayuda, incólumes, como si las desgracias no fueran para todos.

Ahora es cuando esta administración municipal, como cierre de su paso, “sin


pena ni gloria”, la Alcaldesa y sus ediles. Están en la obligación moral de
organizar tours turísticos para que los ciudadanos propios y fuereños (como
ella los trata) admiren el despilfarro de los intereses sagrados de todos, en una
construcción de papel. La pregunta que todos se hacen: ¿Que o quien los motiva
a estas sinrazones?, para que una foto de “Miami Beach” se pueda ejecutar en
un barrio, y parecerse a otros despilfarros realizados: el “Teleférico” y en Quito,
y “la Aerovía-sistema aereosuspendido” en Guayaquil. ¿Qué importancia
tendría edificar la “Torre Eiffel” ?, en Priorato, por ejemplo. Siempre, toda obra
será necesaria, prioritaria, sostenible y socialmente humana, caso contrario,
veremos a cinco años o más aproximadamente la primera “zona rosa” de la
ciudad. Los candidatos, algunos tibiamente se han pronunciado sobre el
“lodazal de los Ceibos”.

“Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan
nada”, Edmund Burke. ¡Así sea!

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