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SE207426
PROYECTO FIAT
Una nube
de testigos
nos rodea
Santidad en la vida marianista
PUNTO DE PARTIDA
Era el lejano 1981 cuando un cantautor catalán que durante mucho tiempo había
sido telonero de Joan Manuel Serrat triunfaba con esta canción. Joan Baptista
Humet dejaba una de las letras más lúcidas y proféticas del final de “La Movida”,
con un tono entre preocupado y optimista, un llamamiento a entrar con decisión
en una nueva etapa de la vida (comunitaria y personal). Con esta canción, segu-
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ramente una desconocida para muchos lectores, introducimos el cuaderno en
esta presentación de la espiritualidad marianista para el siglo xxi.
“Va haciendo frío” nos recuerda (igual que el famoso Winter is coming de la
serie Juego de Tronos) que tras la primavera hippie de los años 70 y “La Movida”
de los 80, tras la Caída del Muro en 1989 y el 11S en 2001, el comienzo del siglo
xxi no está siendo precisamente ese paraíso cálido y reconfortante que se soñaba
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PUNTO DE PARTIDA
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LEE Y REFLEXIONA
PRIMERA PARTE
SEÑAS DE IDENTIDAD:
TRES PLEGARIAS
Y UN SÍMBOLO
La identidad no se negocia es un
principio que muchos usan para
autoafirmarse, y es en parte cierto.
En realidad nuestra identidad per-
sonal (lo que somos en esencia, lo
que nos identifica o caracteriza
como personas) es el fruto de una
interacción con el mundo material,
la cultura, con los demás… y con Dios,
presente en todo lo anterior.
Nadie se da a sí mismo la propia
identidad, como nadie se da a sí mismo
la vida. Lo que somos y podemos llegar
a ser es más un don inmerecido que
una conquista. Dicho esto, es cierto
que la identidad tiene signos diferen-
ciadores y característicos, incluso en el
plano de la fe.
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LEE Y REFLEXIONA
Cada cristiano tiene una relación única con Cristo, una particular forma de orar
o vivir los sacramentos, un perfil de santidad propio… aunque se pueden encon-
trar rasgos comunes en un movimiento carismático o comunidad de fe.
En la Familia Marianista esos rasgos comunes los llamamos, con una expresión
de Chaminade, “aire o espíritu de familia”. En los otros seis cuadernos los hemos
glosado por extenso. Ahora volvemos a ellos de forma sintética, como paso
previo para la elaboración de un Proyecto personal de vida. Para hacer esta
síntesis nos vamos a servir de tres plegarias muy usadas en la Familia Marianista
y un símbolo que nos identifica allí donde estamos.
LA DOXOLOGÍA MARIANISTA
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ACTO DE CONSAGRACIÓN A MARÍA
Señor Dios nuestro, Tú has asociado a María
para salvar a todos los hombres al misterio de tu Hijo,
y conducirlos a ti, para que sea ella, la nueva Eva,
nos has enviado a tu amado Hijo, la madre de todos los vivientes.
que se hizo hombre Confirma la alianza
naciendo de la Virgen María. que con ella hemos contraído;
Concédenos el ser formados por ella, que nuestra consagración
a semejanza de su Hijo primogénito, prolongue sobre la tierra
y ayúdanos a participar su caridad maternal
en el amor de Cristo y haga crecer a la Iglesia,
para con su Madre. Cuerpo místico de tu Hijo,
nuestro Señor. Amén.
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LEE Y REFLEXIONA
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LEE Y REFLEXIONA
LA CRUZ MARIANISTA
Durante gran parte de su historia y debido a su origen en la Revolución francesa,
los marianistas seglares y religiosos no tenían signos distintivos propios como
insignias o símbolos. En este punto, el Padre Chaminade era bastante discreto
y prudente, y de hecho a los religiosos y religiosas marianistas les propuso un
simple anillo de oro o plata como símbolo de consagración. Con los seglares se
utilizaron símbolos más comunes como medallas, banderines y banderas con
la Inmaculada…
Hemos de esperar a la época posterior al Concilio Vaticano II para encontrar
un símbolo común para la Familia Marianista. Su autor es el francés Padre Noël
Le Mire SM (1916-1997) que fue Asistente General de la Compañía de María y
gran impulsor de las Comunidades Laicas Marianistas. La cruz marianista es la
evolución de la cruz de las Congregaciones Marianas de los jesuitas, pero con
algunas características propias:
LA CRUZ L a cruz como tal nos recuerda que seguimos a Cristo, crucificado
MARIANISTA por nuestros pecados, pero resucitado para nuestra justificación.
Es el gran símbolo del amor que se entrega, amor que queremos
vivir y contagiar.
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LA CRUZ E n la parte baja de la cruz se incrusta una letra inicial, una gran “M”
MARIANISTA de María, pero también de “mundo”. Cristo entra en el mundo
por medio de la encarnación en el seno virginal de María
E sta “M” no tiene los brazos rectos, sino curvos, como un seno
materno que acoge la salvación de Cristo o unas manos abiertas.
En la India se interpreta como una estilizada flor de loto, símbolo
tradicional de santidad y pureza (flota y es fragante sobre el agua
sucia y contaminada).
tra posible interpretación ve en esa “M” las figuras estilizadas
O
de María y el discípulo amado, que unen sus manos en alianza
a los pies de la cruz de Jesús.
C olocada en lo alto de un campanario, formando parte de un escudo
o anagrama o llevado al cuello o en la solapa, este símbolo sencillo,
bello y elocuente, con numerosas variedades y reinterpretaciones,
acierta a sintetizar el corazón mismo de la espiritualidad marianista:
el misterio de la encarnación.
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LEE Y REFLEXIONA
SEGUNDA PARTE
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El PPV es eso justamente: una herramienta para el crecimiento personal que
un cristiano, normalmente en diálogo con su acompañante personal, discierne,
elabora y redacta por escrito para un periodo no muy extenso (un año o dos),
estableciendo objetivos, medios y modos de revisión.
LA FINALIDAD NO ES FISCALIZAR
LA PROPIA VIDA O IMPONERSE UN RÍGIDO
REGLAMENTO DE ACTOS, SINO...
“CAPTAR” LAS LLAMADAS DEL ESPÍRITU EN
UN MOMENTO DADO DE LA PROPIA VIDA,
“CONCRETAR” ESAS LLAMADAS EN UNOS
OBJETIVOS EXIGENTES PERO REALISTAS
Y “PONER MEDIOS” CONCRETOS, REVISABLES
Y AL ALCANCE DE CADA PERSONA.
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LEE Y REFLEXIONA
BUSCAR EL MOMENTO
San Ignacio decía que “en tiempo de desolación no hacer mudanza”.
Cuando uno está pasando una mala racha espiritual (tristeza, desánimo,
desconfianza de Dios y de uno mismo), no es momento de plantearse
un PPV porque uno está bloqueado, herido o confuso. Es mejor espe-
rar a volver a encontrar el equilibrio.
PURIFICAR LA INTENCIÓN
La finalidad del PPV no es ser mejor sin más. Detrás de un afán de
perfección pueden esconderse muchas ansias de estar por encima de
los demás, falta de aceptación de uno mismo o fariseísmo. Se trata de
que se cumpla el sueño de Dios sobre mí, un sueño que no coincide
necesariamente con el mío.
DARSE TIEMPO
Uno no hace el PPV en una tarde de retiro y puede ocurrir que pasen
meses hasta que esté elaborado bien. No se trata de cumplir plazos,
sino de permanecer a la escucha de Dios que nos habla (a veces de
forma muy silenciosa) en la Palabra, las personas y acontecimientos…
SER FLEXIBLE
Un PPV no puede prever todas las circunstancias. Si surge un imprevisto
(una enfermedad, cambio de trabajo o de ocupación) el PPV debe poder
adaptarse o reformularse para que pueda seguir siendo válido.
DEJARSE AYUDAR
Las primeras veces que haces un PPV es muy bueno consultarlo y con-
frontarlo con un buen amigo, tu pareja o tu acompañante espiritual.
Son personas que te conocen y te quieren y te ayudarán a formular
objetivos y discernir mejor. Compartir el PPV mutuamente puede ser
una estupenda ocasión de crecimiento en pareja y puede llevar a ela-
borar un Proyecto de pareja.
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LEE Y REFLEXIONA
ESCUCHA DE LA PALABRA
Es el momento más importante y delicado y el que necesita más tiempo.
Se trata de ponerse a la escucha de llamadas que capto que Dios me
hace, normalmente a través de la Palabra de Dios. En la oración perso-
nal y frecuente (al menos un cuarto de hora al día) voy intuyendo las
llamadas de Dios siendo consciente de la atracción o el rechazo que tal
texto provoca en mí al rezar con Él.
El Espíritu Santo nos habla a través de ese impacto afectivo. Hay gente
que selecciona textos concretos ya conocidos. Los hay que siguen las
lecturas de la liturgia durante un tiempo largo. Es importante usar la
Palabra de Dios y no otros tipos de lectura, porque la Palabra inspirada
viene directamente de Dios y tiene como objetivo la revelación. También
en este caso es importante poner por escrito las citas bíblicas que más
nos tocan y volver varias veces a ellas…
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FIJAR OBJETIVOS Y MEDIOS
Una vez discernidas las llamadas del Espíritu (ejemplo: “debo ser más
generoso con mi tiempo, debo comprometerme más con la verdad…”),
las concreto en los distintos ámbitos de mi vida, procurando no caer en
contradicciones e incoherencias que me llevarían al autoengaño.
El PPV debe abarcar varios aspectos de mi vida, los más relevantes en
cada momento vital. Campos importantes son:
Mi salud física y mental.
Mi formación intelectual.
Mi familia (pareja, padres, hijos).
Mis relaciones sociales y mi implicación en la sociedad (vecindario,
barrio, política).
Mi dedicación profesional (estudios, trabajo, jubilación).
Mi ocio y tiempo libre.
Mi aspecto espiritual.
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LEE Y REFLEXIONA
CONTRASTAR Y CONFIRMAR
Durante el tiempo de elaboración del PPV, que pueden ser varios meses,
es importante irlo contrastando con alguien que nos conozca bien y
nos quiera. La capacidad que tenemos de autoengañarnos es muy
grande. A veces, llamadas evidentes del Señor que nos resultan incó-
modas quedan soslayadas y el PPV que termino haciendo es un monu-
mento a la autorreferencialidad.
Una vez terminado, redactado y escrito el PPV es bueno llevarlo a la
oración y pedirle al Señor que lo confirme como expresión de su volun-
tad aquí y ahora. Si la confirmación no se da, lo propio sería volver a
comenzar porque ese PPV no es expresión de la voluntad de Dios, sino
de otros espíritus (mi comodidad, mi miedo, mi cobardía…).
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TERCERA PARTE
AHORA TE TOCA A TI
Llegados a este punto, no me queda mucho más que decirte, amable lector.
Hemos recorrido juntos los principales núcleos carismáticos de la forma maria-
nista de seguir a Jesús. Estamos convencidos de que ser marianista es un camino
de plenitud, felicidad y santidad. Ahora te toca a ti, si te reconoces llamado o
llamada a encarnarlo en tu vida y plasmarlo en un Proyecto personal de vida.
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PROYECTO PERSONAL DE VIDA
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PROYECTO PERSONAL DE VIDA
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PROYECTO PERSONAL DE VIDA
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PROYECTO PERSONAL DE VIDA
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PROYECTO PERSONAL DE VIDA
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PARA SEGUIR EN CAMINO
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ÍNDICE
PUNTO DE PARTIDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
LEE Y REFLEXIONA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
PRIMERA PARTE
Señas de identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
SEGUNDA PARTE
Un proyecto personal de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
TERCERA PARTE
Ahora te toca a ti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
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