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El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo firma privada, aun por carta. Puede también
conferirse verbalmente; pero la prueba testimonial respecto de él no puede recibirse sino conforme
al título de los contratos o de las obligaciones convencionales en general. La aceptación del mandato
puede no ser sino tácita, resultando de la ejecución que al mismo mandato haya dado el
mandatario. El mandato o procuración es un acto por el cual una persona da a otro poder para hacer
alguna cosa por el mandante y en su nombre. No se realiza el contrato sino por aceptación del
mandatario.
El contrato de mandato, regulado en el artículo 1854 del Código Civil Dominicano, es un acuerdo
mediante el cual una persona (mandante) encarga a otra (mandatario) la realización de un acto
jurídico en su nombre y representación. El mandatario asume la obligación de cumplir con el
encargo recibido y actuar en interés del mandante.
El contrato de mandato puede ser verbal o escrito, y debe cumplir con ciertos requisitos como la
capacidad legal de las partes, el objeto lícito del mandato y la forma establecida por la ley. Además,
puede ser remunerado o gratuito, y puede ser revocado en cualquier momento por el mandante.
Un agente de bienes raíces que es contratado por un propietario para vender una propiedad, y actúa
en su nombre para llevar a cabo la transacción.
Un apoderado que es nombrado por un ciudadano para realizar trámites ante una entidad pública,
como solicitar un permiso o una certificación.
Un tutor que es designado por un juez para representar y proteger los intereses de un menor o una
persona incapacitada.