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El Come lenguas
ta Rosa de Copán El Gritón
La Carreta sin bueyes El Timbo
La Bola de Fuego El Picudo
Las luces misteriosas El Piano de Valle de Ángeles
La Laguna de El Pescado El Tesoro de William Walker
La Laguna Encantada de El Lagarto de Oro
Trujillo Los Cíclopes
La Sirena Los Mineros de Santa Lucía
La Mina de Agua Sucia Los Dos Huerfanitos
La Mina Clavo Rico Primer Amor
El Cadejo
El Cerro Brujo
La creencia es que una mujer se convierte en chancha. Pero que originó que los po-
bladores de Trujillo creyeran eso? Ahora vamos a explicarles.
La historia cuenta que La Sucia era una muchacha muy bonita que vivía con sus Pa-
dres, a los que siempre ayudaba en los trabajos de la casa, entre ellos lavar la ropa en
el río.
Cuando la muchacha tenía 15 años, un joven bien trabajador y de buena familia se
enamoró de ella y pronto fue a pedir la mano de la muchacha. Los Padres de ella acep-
taron de inmediato pues sabían que era el mejor partido para su hija y se pusieron de
acuerdo en la fecha del matrimonio.
El día de la boda, estando los novios en el altar el Sacerdote les solicitó que entrega-
ran su fe de bautismo, requisito que ella no pudo cumplir porque no estaba bautizada.
En eseenamorado
había mismo poblado vivía unamás
del muchacho bruja malvada
guapo que desgraciadamente se
del pueblo.
Sin embargo, el muchacho que era muy creyente se negaba a caer en las
garras de la bruja pero ella, valiéndose
de sus poderes malignos hechizó al mu-
chacho y se lo llevó a vivir con ella. Vi-
vieron juntos muchos años y convirtió al
joven en un ser despreciable similar a
ella.
Aunque el muchacho parecía vivir a gus-
to con la bruja, nadie estaba de acuerdo
con su decisión especialmente el cura
del pueblo, quién no perdía oportunidad
durante sus prédicas para repudiar y de-
nunciar aquel horrendo acto.
Así transcurrieron los años y el joven, ya anciano contrajo una enfermedad
incurable y en su lecho de muerte le pidió a la bruja que al morir le dieran
los santos oficios en la iglesia del pueblo.
Cuando la bruja le solicitó al Sacerdote cumplir la última voluntad de su
amado, el cura
cura se negó debido
debido al pecado que en vida arrastró el joven.
Muy enojada la bruja le contestó que sería “por las buenas o por lasl as malas”.
Cuando su amado murió enyugó los bueyes a una carreta donde puso el
ataúd con el cuerpo del hombre, tomó su escoba, su machete y partió rum-
bo a la iglesia.
Los bueyes corrían a toda velocidad pero al llegar a la puerta de la iglesia,
el sacerdote les ordenó que se detuvieran “en el nombre de Dios” y los ani-
males se detuvieron, pero la bruja seguía blasfemando contra lo sagrado al
ver aquel acto.
acto.
Se dice que el Sacerdote perdonó a los bueyes porque obedecieron pero que
la
esobruja, la carreta
algunas nochesy se
el puede
muertoescuchar
todavía vagan sin perdón
las ruedas por el mundo.
de la carreta Por
sin bueyes
recorriendo las calles de los pueblos.
Cuenta la historia que en aquel tiempo había un hombre que viajaba fre-
cuentemente por el Río Wampú
Wampú durante la estación de verano.
Cuando el hombre llegaba a un lugar llamado “El Chorro” reunía personas
para
Entrecelebrar allí mismo
las personas una asamblealapara
que conformaban cazar ydebía
asamblea pescar.
elegir a un hombre
joven y a una mujer respetable o con experiencia para que dirigieran la
asamblea.
Al llegar a ese sitio elegido para celebrar la
asamblea construía una champeta y se que-
daba esperando a que llegaran sus compa-
ñeros para hacer una oración, la que consis-
tía en pedirle a las Sirenas que les permitie-
ran tener abundantes peces en el río y ani-
males en el monte para alimento de sus fa-
milias.
Como parte de la ceremonia, al llegar la tar-
de los colaboradores llevaban cacao en polvo y bebida de yuca que disolvían
en el agua; agregaban 9 medidas de guacales 2 de tamaño regular y el res-
to pequeños e invitaban a las Sirenas a beber con ellos de aquellas delicio-
sas bebidas que habían preparado.
Al día siguiente, los hombres salían a pescar cuyamel y otras clases de pe-
ces; al terminar la pesca reunían
r eunían todos los peces en un solo lugar, buscaban
abundante leña y cocinaban los peces ahumándolos.
Cuando iban de regreso a sus casas, los pescadores repartían los peces en
partes iguales para agradar a Dios y dejaban escondidos en el monte los
materiales y utensilios en los que cocinaban los pescados.
En sus casas los esperaban con otra asamblea y ya tenían preparada comi-
da y bebida, se reunían todos los miembros de la comunidad en una sola ca-
sa y juntos celebraban la ceremonia.
Así de unidos vivían y trabajaban los antiguos pobladores, con el afán de
agradar a Dios. (Flores Lázaro: 45)
Como comentamos anteriormente, la Leyenda de La Sirena, según la creen-
cia
nos Pech es una
muestra historiaarmoniosa
la manera muy distinta
en pero a la vez
que vivían muyy interesante
todos porque
lo más importante
que eran respetuosos y temerosos de Dios.