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ADMINISTRACIÓN
El DFH se puede administrar en forma grupal o individual. Es preferible
la aplicación a un solo sujeto por vez ya que de esta manera no sólo se puede
observar su comportamiento y realizar luego preguntas aclaratorias, si no que
además facilita el raport ya que el encuadre es un factor importante a la hora
de evaluar un dibujo; no es lo mismo el dibujo que un niño realiza a la madre, a
un amiguito, a la maestra, que el que hace a pedido de un psicólogo. Es
importante recordar que el encuadre en el que se realiza la evaluación
psicológica influye en el proceso de elaboración del dibujo; no es lo mismo la
tarea en un consultorio psicológico que la realizada en el hogar pedido de la
madre u otro miembro de la familia.
Una vez entregada al sujeto una hoja en blanco, una goma y un lápiz N°
2, se le dice la consigna: “Querría que en esta hoja me dibujaras una persona
entera. Puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar, siempre que
sea una persona completa, y no una caricatura o una figura hecha con palotes”
(Koppitz). No debe haber otros elementos como lápices de colores, para evitar
que el niño los use.
No hay un tiempo estipulado para la finalización de la tarea –aunque
normalmente concluyen después de alrededor de los diez minutos-, este es un
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indicador a tener en cuenta junto a otros elementos como comentarios
espontáneos, actitudes durante y al concluir el dibujo. Ante la consulta del niño
como por ejemplo si realiza un varón o una mujer, se le debe responder de tal
manera que no influya en su producción por lo que es aconsejable expresar
una afirmaciones del tipo “como a vos te parezca” o “como vos prefieras”, etc.
Cuando se administra esta técnica a adolescentes Koppitz aconseja
modificar la consigna: “Dibuja a una persona completa. Puedes dibujar
cualquier clase de persona que desees, pero no una figura de palo”. El dibujo
de caricaturas es común a esta edad. Es frecuente que los adolescentes se
muestren reticentes a dibujar o realicen gráficos rápidos como esbozos, como
una manera de desocuparse de la tarea. Se puede tratar de incentivar al sujeto
a dibujar si se lo nota evasivo, pero no es conveniente forzar para que lo
terminen. Si trata de tapar la hoja con la mano o girar el cuerpo, es importante
respetarlo.
Es conveniente realizar algunas preguntas al niño sobre su dibujo: a
quién dibujó, qué edad tiene, cómo es esa persona, que nos cuente algo sobre
ella –qué está haciendo o pensando, cómo se siente, con quiénes vive, si le
preocupa algo, etc.-. Las respuestas obtenidas nos brindan información
importante que complemente los datos extraídos del dibujo mismo.
Ítems evolutivos
1. Cabeza: cualquier representación, se requiere un bosquejo claro de la
cabeza.
2. Ojos: cualquier representación de los mismos.
3. Pupilas: círculos o puntos definidos dentro de los ojos. Un punto con una
raya encima se computa como ojos y cejas
4. Cejas o pestañas: presencia de cejas o pestañas o ambas.
5. Nariz: cualquier representación de la misma.
6. Fosas nasales: puntos agregados a la representación de la nariz.
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7. Boca: cualquier representación de la misma.
8. Dos labios: dos labios esbozados y separados por una línea. No se
computan dos hileras de dientes.
9. Orejas: cualquier representación de las mismas.
10. Cabello: cualquier representación o gorra o sombrero cubriendo la
cabeza y ocultando el cabello.
11. Cuello: Separación neta entre cabeza y cuerpo.
12. Cuerpo: cualquier representación, se requiere un bosquejo claro del
cuerpo.
13. Brazos: cualquier representación de los mismos.
14. Brazos en dos dimensiones: cada brazo representado con más de una
línea.
15. Brazos apuntando hacia abajo: uno o ambos brazos apuntando hacia
abajo formando un ángulo de 30° o más con respecto a la línea
horizontal (de los hombros); o brazos levantados adecuadamente para la
actividad que está realizando la figura. No se computa cuando los
brazos se extienden horizontalmente y luego se inclinan hacia abajo a
cierta distancia del cuerpo (como si estuviera doblando los codos y
dejando colgados los antebrazos y las manos
16. Brazos correctamente unidos al hombro: Para computarse este ítem es
necesario que el hombro esté indicado y los brazos deben estar
firmemente conectados al tronco.
17. Codo: se requiere que haya un ángulo definido en el brazo. No se
computa una curva redondeada en el brazo.
18. Manos: es necesario que haya una diferenciación de los brazos y de los
dedos, tales como un ensanchamiento del brazo o una demarcación con
respecto al brazo mediante una manga o pulsera.
19. Dedos: cualquier representación que se distinga de los brazos o las
manos (como líneas que salen de un origen)
20. Número correcto de dedos: cinco dedos en cada mano o brazo, a menos
que la posición de la mano oculte algunos dedos.
21. Piernas: cualquier representación; en caso de figura femenina con faldas
largas se computa este ítem si la distancia entre la cintura y los pies es
lo suficientemente larga como para permitir la existencia de piernas
debajo de la pollera.
22. Piernas en dos dimensiones: cada pierna dibujada mediante más de una
línea.
23. Rodilla: un ángulo neto en una o ambas piernas (presentación lateral) o
dibujo de la rótula (presentación de frente).
24. Pies: cualquier representación.
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25. Pies bidimensionales: pies que se extienden en una dirección a partir de
los talones (presentación lateral) y mostrando mayor largo que ancho, o
pies dibujados en perspectiva (presentación de frente).
26. Perfil: cabeza dibujada de perfil aunque el resto de la figura no esté
íntegramente de perfil.
27. Ropa, una sola prenda o ninguna: ninguna prenda dibujada o sólo
sombrero, botones, o cinturón, o bosquejo de vestimenta sin detalles
(por ejemplo, contorno del vestido).
28. Ropa, dos o tres prendas: se computan como ropa los siguientes ítem.:
pantalones, short o calzones, faldas, camisa o blusa (la parte superior de
un vestido separada por un cinturón es computada como blusa), saco,
sombrero, casco, cinturón, corbata, cinta de cabello o bincha, hebilla o
broche para sujetar el cabello, collar, reloj, anillo, pulsera, pipa, cigarro,
paraguas, bastón, arma de fuego, rastrillo, zapato, calcetines, libro de
bolsillo, maletón o portafolios, base (de béisbol), guantes, etc..
29. Ropa, cuatro ítem o más: cuatro o más ítem de los citados
anteriormente.
30. Buenas proporciones: la figura “está bien” aunque no sea íntegramente
correcta desde el punto de vista anatómico.
Se asigna 1 punto por cada indicador presente y 0 puntos a cada ítem ausente.
Se distinguen cuatro categorías de indicadores evolutivos en función de la
frecuencia de aparición en cada franja de edad considerada:
1. Ítems esperados: están presentes en casi todos los niños normales (más del
86% de casos), por lo que constituyen el mínimo de ítem que se puede
esperar a esa edad. Por lo tanto su ausencia es altamente significativa y se
asocia a inmadurez o a factores emocionales.
2. Ítems comunes: aparecen entre el 51% y el 81% de niños de la misma edad.
Su presencia o ausencia no es significativa.
3. Ítems bastante comunes: aparecen entre el 16% y el 50% de niños de igual
edad. Ni su presencia ni su ausencia son consideradas significativa.
4. Ítems excepcionales: aparecen menos de un 15% de niños de la misma
edad, por lo que su realización es muy significativa por niños con una
madurez mental superior al promedio.
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Tabla 1. Ítems esperados en los DFH de varones y niñas entre 5 y 12 años
5 años 6 años 7 años 8 años 9 años 10 años 11-12 años
varón niña varón niña varón niña varón niña varón niña varón niña varón niña
cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza cabeza
ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos ojos
nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz nariz
boca boca boca boca boca boca boca boca boca boca boca boca boca boca
cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo cuerpo
piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas piernas
brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos
pies pies pies pies pies pies pies Pies pies pies pies
brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos brazos
brazos 2d brazos 2d
2d 2d 2d 2d 2d 2d 2d 2d
Piernas Piernas Pierna Piernas Piernas Piernas Piernas Piernas Piernas Piernas
2d 2d s2d 2d 2d 2d 2d 2d 2d 2d
cabello cabello cabello cabello cabello cabello cabello cabello
br.hombro
2
2 prendas
prendas
Rodilla Rodilla Rodilla rodilla rodilla rodilla rodilla rodilla rodilla Rodilla Rodilla rodilla rodilla rodilla
Perfil Perfil Perfil perfil perfil perfil Perfil perfil perfil Perfil perfil
pies 2d pies 2d
5 dedos
Pupilas
5
Al comparar los gráficos de varones y de niñas se destaca la
superioridad de las nenas en los primeros años, diferencia que disminuye
gradualmente. Incluso hacia los 8 o 9 años algunos dibujos de niños resultan
tener más detalles y mejor calidad. Se podría firmar además que existen ítem
“masculinos” y otros “femeninos”, dada la mayor frecuencia según el género.
Dibujo de perfil, rodillas y orejas aparecen más en dibujos de varones y cabello,
pupilas, cejas, labios y ropa, en niñas. Estos datos se podrían articular, según
Koppitz, con características aceptadas y fomentadas por nuestra cultura
occidental como una mayor actividad corporal en varones y la preocupación por
la vestimenta en las niñas.
Puntaje DFH
Nivel de Capacidad Mental
Ítems evolutivos
8o7 Normal alto a superior (CI 110 o más)
6 Normal a superior (CI 90 a 135)
5 Normal a normal alto (CI 85 a 120)
4 Normal bajo a normal (CI 80 a 110)
3 Normal bajo (CI 70 a 90)
2 Límite (CI 60 a 80)
Mentalmente retardado o funcionando en un
nivel
1o0
retardado debido a serios problemas
emocionales.
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validación realizada por Koppitz despeja la influencia de variables relacionadas
con la edad y la maduración del sujeto.
Para Koppitz los Indicadores Emocionales (IE) son signos objetivos
que:
• No están relacionados primariamente con la edad, ni con la maduración del
niño.
• Reflejan ansiedades, preocupaciones y actitudes.
Un IE es definido como un signo en el DFH que puede cumplir con los
tres criterios siguientes:
Debe tener validez clínica, es decir, debe poder diferenciar entre los
DFH a los niños con problemas emocionales de los que no los tienen.
Debe ser inusual y darse con escasa frecuencia en los DFH de los niños
normales, que no son pacientes psiquiátricos, es decir que el signo debe
estar presente en menos del 16 % de los niños en un nivel de edad
dado.
No debe estar relacionado con la edad y la maduración, es decir, su
frecuencia de ocurrencia en los protocolos no debe aumentar solamente
sobre la base del crecimiento cronológico del niño.
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Signos Cualitativos
1. Integración pobre de las partes (varones, 7 años; niñas, 6) una o más
partes no están unidas al resto de la figura, una de las partes sólo está
unida por una raya, o apenas se toca con el resto.
2. Sombreado de la cara: sombreado deliberado de toda la cara o de parte
de la misma, inclusive “pecas”, “sarampión”, etc.; un sombreado suave y
parejo de la cara y las manos para representar el color de la piel no se
computa
3. Sombreado del cuerpo y/o extremidades (varones, 9 años; niñas, 8):
Sombreado del cuerpo y/ o extremidades.
4. Sombreado de las manos y/o cuello. (varones, 8 años, niñas, 7).
5. Asimetría grosera de las extremidades: Un brazo o pierna difiere
marcadamente de la otra en la forma. Este ítem no se computa si los
brazos o las piernas tienen forma parecida, pero son un poco desparejos
en el tamaño..
6. Figuras inclinadas: el eje vertical de la figura tiene una inclinación de 15°
o más con respecto a la perpendicular.
7. Figura pequeña: la figura tiene 5 cm o menos de altura.
8. Figura grande: (Desde los 8 años, tanto en las niñas como en los
varones) figuras de 23 cm o más de altura.
9. Transparencias: se computan las transparencias que comprenden las
porciones mayores del cuerpo o las extremidades. No se computan las
rayas o cuando las líneas de los brazos atraviesan el cuerpo.
Detalles especiales
10. Cabeza pequeña: la altura de la cabeza es menos de un décimo de la
figura total.
11. Ojos bizcos o desviados: ambos ojos vueltos hacia adentro o desviados
hacia fuera; miradas de reojo no se computan.
12. Dientes: cualquier representación de uno o más dientes.
13. Brazos cortos: apéndices cortos a modo de brazos, brazos que no llegan
a la cintura.)
14. Brazos largos: brazos excesivamente largos, por su longitud pueden
llegar debajo de las rodillas.)
15. Brazos pegados al cuerpo: no hay espacio entre el cuerpo y los brazos.).
16. Manos grandes: manos de un tamaño igual o mayor al de la cara.
17. Manos omitidas: brazos sin manos ni dedos; no se computan las manos
ocultas detrás de la figura o en los bolsillos.
18. Piernas juntas: las piernas están pegadas, sin ningún espacio entre sí;
en los dibujos de perfil se muestra sólo una pierna.
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19. Genitales: representación realista o inconfundiblemente simbólica de los
genitales.
20. Monstruo o figura grotesca: figura que representa a una persona ridícula,
degradada o no humana; lo grotesco de la figura debe ser buscado
deliberadamente por el niño, y no el resultado de su inmadurez o falta de
habilidad para el dibujo.
21. Dibujo espontáneo de tres o más figuras: varias figuras que no están
interrelacionadas o realizando una actividad significativa; dibujo repetido de
figuras cuando se le solicitó solo “una” persona; no se computa el dibujo de
un varón y una niña, o el de la familia del examinado.
22. Nubes: cualquier representación de nubes, lluvia, nieve o pájaros
volando.
Omisiones
23. Omisión de los ojos: ausencia total de ojos; ojos cerrados o vacíos no se
computan.
24. Omisión de la nariz: (varones, 6 años; niñas, 5)
25. Omisión de la boca
26. Omisión del cuerpo
27. Omisión de los brazos (varones, 6 años; niñas, 5)
28. Omisión de las piernas
29. Omisión de los pies: (varones, 9 años; niñas, 7)
30. Omisión del cuello: (varones, 10 años, niñas, 9)
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En el caso particular de la cara, su sombreado es altamente significativo en
todas las edades consideradas por Koppitz (5 a 12 años). Hay dos tipos de
sombreado: a) el de la cara entera, efectuado por niños altamente perturbados,
dominados por la ansiedad y con pobre concepto de sí mismos. b) el de una
parte de la cara, que refleja ansiedad en relación con el rasgo o la función de la
porción sombreada. El sombreado de manos y/o cuello está relacionado, para
las manos, con la angustia vinculada a una actividad, real o fantaseada,
realizada con aquellas; en cuanto al sombreado del cuello se presenta en niños
con dificultades para controlar sus impulsos, al igual que su omisión. Con
respecto al Sombreado del cuerpo y/o extremidades, también la presencia del
IE indica ansiedad, angustia en relación con los mismos. Este sombreado se
vincula con la Omisión del cuerpo, el cual, además de indicar ansiedad por el
cuerpo, puede ser un signo de psicopatología por retraso mental, disfunción
cerebral, inmadurez severa. La Omisión de brazos es considerada signo de
agresividad. En cuanto a la omisión de piernas, indicaría angustia e
inseguridad, al igual que la omisión de pies.
Otro indicador de agresividad y de controles internos deficientes es la
figura grande. Para Koppitz los ojos bizcos y los dientes son signos de
agresividad manifiesta. Los brazos largos son dibujados por niños abiertamente
agresivos hacia su ambiente.
Manos grandes se asocian a conductas agresivas y actuadoras en que
están implicadas las manos.
El dibujo de genitales se relaciona con angustia por el cuerpo y
agresividad.
La grosera asimetría de las extremidades estaría vinculada con
coordinación pobre e impulsividad; sentimientos en el niño de carecer de un
buen equilibrio.
El dibujo de transparencias es realizado por niños manifiestamente
agresivos con pensamiento concreto.
Los niños tímidos con sentimiento de inseguridad, retraimiento,
sentimientos de inadecuación e inferioridad ante los requerimientos del
ambiente dibujan, por lo general, figura pequeña, brazos cortos y brazos juntos
al cuerpo. Estos indicadores se relacionan además con dificultad para
vincularse con los demás, y para dirigirse hacia el mundo exterior en general.
Las manos seccionadas son dibujadas por niños tímidos.
Los niños que dibujan cabeza pequeña presentan sentimientos
intensos de inadecuación intelectual. La figura grotesca es realizada por niños
con un pobre concepto de sí mismos; parecen percibirse como sujetos
diferentes a los demás. Esto también se relaciona con el dibujo de tres o más
figuras realizado por niños que carecen de un sentimiento de identidad.
Nubes, lluvia y nieve se asocian a sentimientos de presión por parte
del mundo adulto o a la agresión de quienes no se atreven a agredir a los otros
y la dirigen contra sí.
La Omisión de ojos y de nariz se encuentra, en el caso de los ojos, en
niños aislados socialmente con dificultades para enfrentar el mundo; en el de
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nariz se relaciona con conducta tímida, retraída y ausencia de agresividad
manifiesta.
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INDICADORES FORMALES EN EL DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA
Los Indicadores Formales (IF) enunciados por Hammer son de gran
utilidad en la clínica aunque Hammer no diferencia su interpretación en relación
con la edad de los sujetos evaluados.
Hammer plantea que la actividad psicomotora no puede ser totalmente
controlada por la voluntad, por lo que revela características de personalidad.
Distingue, al igual que Machover, los aspectos formales o expresivos y los de
contenido. Dentro de los primeros incluye secuencia, tamaño, presión del trazo,
detalles, simetría, emplazamiento, movimiento y síntesis defectuosa. La
postura, expresión facial, vestimenta, componen el contenido del dibujo. El
concepto expresivo proviene de movimiento expresivo que, en el caso de los
niños puede ser amplio o estrecho en el ambiente donde se desenvuelve,
actitud que se repite en su desempeño gráfico: “un niño puede retirarse al
rincón de una habitación... y si se le diera una gran hoja de papel, es posible
que... dibujase con cautela sólo en un rincón de ésta.” (Hammer). Todas las
personas se expresan en sus movimientos de un modo característico, lo que
refleja la unidad de la personalidad. Los dibujos proyectivos captan los
movimientos en el papel.
El movimiento expresivo es un concepto desarrollado ampliamente por
Wolff y Precker como un instrumento importante para comprender la
personalidad, ya que los movimientos realizados por los individuos no son
azarosos, sino consistentes, se ajustan a la estructura de personalidad, lo que
facilita su conocimiento y el del estado afectivo; revelan además, aspectos e
ideas conscientes y ciertos aspectos inconscientes. Este concepto se basa en
la concepción de la persona como una unidad, que expresa una misma
característica por medios diferentes.
En relación con el tamaño de la figura, es indicio de la autoestima del
sujeto, de la expansividad, uso de fantasías omnipotentes, el grado de
adecuación. La figura pequeña corresponde a tendencia al retraimiento,
sentimiento de inadecuación e inferioridad; en cambio, las figuras grandes
denotan constricción ambiental y fantasías compensatorias, agresividad. La
presión refleja el nivel energético de sujetos asertivos, que ejercen mayor
presión que los individuos reprimidos y restringidos; la flexibilidad y
adaptabilidad es propia de sujetos que varían la presión. Aunque para Hammer
este IF es un indicador de flexibilidad, como un signo saludable para el sujeto,
dadas las inferencias realizadas hasta el momento, y teniendo en cuenta que
sus afirmaciones no distinguen específicamente el caso de los DFH de niños,
se consideró lo enunciado por Contini de González y Figueroa de Pucci en
relación con la presión inestable en el BG: es indicio de inestabilidad
emocional, es decir, que la respuesta variará, –agresividad o inhibición de los
impulsos– en relación con los estímulos del entorno.
En el trazo se pueden observar diferentes características como líneas
reforzadas, como indicio de ansiedad, inseguridad; la línea fragmentada
expresa ansiedad, timidez, falta de confianza en sí mismo; el borrar es índice
de incertidumbre, indecisión o autoinsatisfacción. Los detalles inadecuados
reflejan tendencia al retraimiento y la asimetría revela sentimientos de
inseguridad emocional. En cuanto al emplazamiento del dibujo, la ubicación de
la figura en la hoja expresa si el comportamiento del sujeto es impulsivo,
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dirigido a la satisfacción inmediata, orientado a lo concreto o vinculado con la
fantasía. Así, cuanto más a la derecha se dibuje, implica un comportamiento
más controlado con relación a impulsos y emociones, en cambio la izquierda es
elegida por sujetos que buscan la satisfacción inmediata de los impulsos; en el
eje vertical, la zona de arriba se vincula con la ideación, la fantasía y la parte
inferior de la hoja refleja la necesidad de sostén, la orientación a lo concreto. La
síntesis defectuosa es realizada por sujetos con trastornos graves de la
personalidad, a diferencia del movimiento, que es indicio de buen nivel
intelectual y capacidad de ajuste al medio.
EL PROCESO DE INTEGRACIÓN.
La tarea del psicólogo es descubrir el significado de los DFH y averiguar
qué está tratando de comunicar el sujeto a través de sus dibujos.
Seguiremos los modelos de interpretación desarrollados por Celener y
cols. y por Koppitz sólo a modo de guía, como una manera de desarrollar los
pasos que son necesarios realizar al momento de interpretar las técnicas
proyectivas.
El psicólogo parte de una serie de interrogantes sobre el sujeto que será
evaluado, teniendo en cuenta las entrevistas previas (entrevistas con padres,
familiares, con el niño o adolescente). Al procesar el material que brinda el
psicodiagnóstico tales como el comportamiento general del sujeto y en este
caso durante la administración del DFH -el lenguaje, los afectos que expresa, el
material de las pruebas-, estos datos son interpretados por el psicólogo desde
un marco teórico y una experiencia clínica que le son propios.
El proceso de integración de los datos puede compararse con el método
hipotético deductivo: a partir de la entrevista con los padres en la que se
plantea el motivo de consulta, surgen una serie de preguntas cuyas respuestas
se intenta encontrar. El psicólogo se va planteando hipótesis en la medida que
va realizando el proceso diagnóstico a través de cuyas pruebas obtendrá
indicadores que le permitirán ir elaborando conclusiones primeras en virtud de
recurrencias y convergencias.
El proceso de interpretación pasa por tres etapas. En un primer
momento, el psicólogo extrae aquellos indicadores u observables a partir de los
cuales se elaborarán las inferencias (comportamientos, verbalizaciones, ítem
evolutivos, indicadores emocionales, indicadores expresivos o formales). La
construcción de hipótesis a partir de la interpretación de los datos emergidos de
las técnicas empleadas implica un segundo nivel de análisis, en el que se le
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asigna un significado a los indicadores, a partir de un marco teórico
determinado. Un tercer momento implica la posibilidad de elaborar una síntesis
a partir de la articulación de todos lo elementos previamente analizados; es
decir, relacionar los elementos analizados en el paso anterior. Veamos cómo
funciona este proceso de integración en el uso del DFH.
En el DFH vamos a tener en cuenta tanto los indicadores evolutivos
como los emocionales.
En primer lugar es importante rescatar cómo el sujeto se comporta ante
la prueba, es decir, si manifiesta entusiasmo, se muestra evitativo, respeta la
consigna, etc. Luego se observará qué ítems evolutivos realizó y cuáles de los
indicadores emocionales, articulando indicadores emocionales (IE) de Koppitz
e indicadores formales (IF), que aparecen en el dibujo. Todos estos elementos
constituyen los observables a partir de los cuáles se elaborarán las inferencias.
Se debe considerar ahora lo que implica que, por ejemplo, un niño de 5
años no realice los indicadores evolutivos esperables para su edad así como
también qué se enlaza con la omisión de manos, asimetría, o cualquier otro
indicador emocional. No debemos olvidar que un indicador no tiene la misma
interpretación para todo sujeto porque si un niño de 5 años omite los pies, no
es significativo ya que no es un observable esperable para su edad, pero si un
niño de 8 años no los dibuja, si debe ser analizado debido a que, a esa edad,
es un indicador esperable evolutivamente y su ausencia cobra significado
clínico. Para este nivel de análisis es necesario no perder de vista todo lo
desarrollado sobre lo que las técnicas proyectivas gráficas implican en sí.
Como ya se expresó, no se recomienda interpretar cada signo
aisladamente, se deben analizar en combinación con otras pruebas y teniendo
en cuenta los datos de la evaluación en general.
A modo de síntesis podemos señalar una serie pasos que podrían ser de
utilidad:
1. Observación del comportamiento y actitudes previa, durante y
posteriores al dibujo.
2. Impresión general del dibujo.
3. Evaluación de Indicadores Evolutivos.
4. Evaluación de Indicadores Emocionales.
5. Análisis del contenido (a quién dibujó, qué caracterización hace de la
figura, etc.).
6. Integración de los 5 puntos anteriores.
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