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Expediente : 855/2020.

TCE
Sumilla : MEDIO IMPUGNATIVO DE
RECONSIDERACIÓN
Referencia : RESOLUCIÓN Nº 00865-2023-
TCE-S2

A LA SEGUNDA SALA DEL TRIBUNAL DE


CONTRATACIONES DEL ESTADO - OSCE

JAVIER VICTOR ROBLES, identificado con


D.N.I Nº 40237961, con domicilio real y procesal
en el Jr. Manco Cápac S/N, Distrito de El Tambo,
Provincia de Huancayo, Departamento Junín,
ante Ud., con el debido respeto me presento y
digo:
I.- PETITORIO:
Que, al amparo del  Art. 2º Núm. 23  de nuestra Constitución Política del Perú;
haciendo uso de mi derecho a la doble instancia administrativa; que, habiendo
sido RESUELTO SANCIONAR a la empresa SEGAMA YAURI ROXANA (con
R.U.C. N° 10476266845), por el período de treinta y seis (36) meses de
inhabilitación temporal; SANCIONAR a la empresa CAPCHA ORIHUELA
FERNANDO DENNIS (con R.U.C. N° 10404216266), por el período de treinta y
ocho (38) meses de inhabilitación temporal; y SANCIONAR a la empresa
SERVICIOS MULTIPLES ANDFLAMEN S.R.L. (con R.U.C. N° 20541469738),
por el período de treinta y seis (36) meses de inhabilitación temporal, a todas
en su derecho de participar en procedimientos de selección, procedimientos para
implementar o mantener Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar
con el Estado, por su supuesta responsabilidad al haber presentado
documentación falsa como parte de la oferta en la Adjudicación Simplificada N°
009-2019/GRJ/OEC (Segunda Convocatoria), convocada por el Gobierno
Regional de Junín, infracción tipificada en el literal j) del numeral 50.1 del
artículo 50 del TUO de la Ley, y siendo éste resuelto mediante RESOLUCIÓN Nº
00865-2023-TCE-S2 de fecha 17 de febrero del 2023, y notificado el 29 de
marzo del 2023; y al no encontrarme conforme con lo resuelto en la mencionada
resolución, acudo a vuestro Despacho a efectos de interponer recurso
impugnativo de RECONSIDERACIÓN, recurso impugnatorio establecido en el
Inc. a) del numeral 218.1 del Art. 218° y artículo 219° de la Ley del
Procedimiento Administrativo General N° 27444; a efectos de que, reformándola,
su Despacho ORDENE LA NULIDAD DE LA RESOLUCIÓN Nº 00865-2023-
TCE-S2 y consecuentemente se ordene su archivamiento y/o se dicte resolución
que atenúe la sanción establecida, en razón a los fundamentos de hecho y
derecho que a continuación paso a exponer:

II.-FUNDAMENTOS DE HECHO:

PRIMERO.- Es necesario precisar que el proceder


de la Administración Pública en el cumplimiento de sus funciones y dentro de su
estructura se encuentran regulados los recursos impugnativos, dentro de los
cuales está la posibilidad de impugnar los actos administrativos, ello a través de
los recursos de reconsideración, apelación y revisión. Considerando
que los recursos administrativos constituyen un mecanismo de defensa de los
derechos de los administrados, permitiéndoles cuestionar los actos de la
administración pública que hubieran sido dictados sin cumplir con las
disposiciones legales o sin efectuar una adecuada apreciación de los hechos y
fundamentos expuestos por los administrados.

En aplicación de lo dispuesto por el artículo 219º


de la Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobada mediante Ley Nº
27444, el recurso de reconsideración se interpondrá ante el mismo órgano que
dictó el primer acto que es materia de la impugnación y deberá sustentarse en
nueva prueba. En los casos de actos administrativos emitidos por órganos que
constituyen única instancia no se requiere nueva prueba. Este recurso es
opcional y su no interposición no impide el ejercicio del recurso de apelación.
Que, en atención a lo dispuesto por el mencionado Artículo 219 ° del TUO de la
Ley 27444, el impugnante presenta recurso de reconsideración solicitando el
pago de subsidio por gastos de sepelio, correspondiendo a su Despacho emitir
pronunciamiento favorable, pues lo solicitado se encuentra dentro de los
parámetros legales correspondientes.
SEGUNDO.- Que, la Segunda Sala del Tribunal de Contrataciones del Estado,
mediante el Expediente N° 855/2020.TCE, apertura procedimiento
administrativo sancionador generado contra SEGAMA YAURI ROXANA (con
R.U.C. N° 10476266845), CAPCHA ORIHUELA FERNANDO DENNIS (con
R.U.C. N° 10404216266) y la empresa SERVICIOS MULTIPLES ANDFLAMEN
S.R.L. (con R.U.C. N° 20541469738), en condición de integrantes del
CONSORCIO MUEBLES DEL CENTRO, por su presunta responsabilidad al
haber presentado, como parte de su oferta, supuesta documentación falsa o
adulterada, en el marco de la Adjudicación Simplificada N° 009-
2019/GRJ/OEC, convocada por el Gobierno Regional de Junín; infracción
tipificada en el literal j) del numeral 50.1 del artículo 50 del Texto Único
Ordenado de la Ley N° 30225, aprobado mediante Decreto Supremo N° 082-
2019-EF; a quien se le otorgó la buena pro, por el monto ascendente a S/
119,000.00 (ciento diecinueve mil con 00/100 soles), suscribiendo el Contrato N°
050-2019/GRJ/ORAF, derivado del procedimiento de selección, el cual se
registró el 1 de julio del mismo año en el SEACE.

Mediante Oficio N° 093-2020-GRJ/ORAF y


Formulario de solicitud de aplicación de sanción – Entidad/tercero, la Oficina
Desconcentrada del OSCE de la ciudad de Huancayo, denunció que los
integrantes del Consorcio presentaron documentación falsa, como parte de la
oferta presentada en el marco del procedimiento de selección.

Es así que mediante Decreto del 10 de agosto de


2022 se dispuso iniciar procedimiento administrativo sancionador contra la
empresa SERVICIOS MULTIPLES ANDFLAMEN S.R.L. (con R.U.C. N°
20541469738), y los señores SEGAMA YAURI ROXANA (con R.U.C. N°
10476266845) y CAPCHA ORIHUELA FERNANDO DENNIS (con R.U.C. N°
10404216266), integrantes del CONSORCIO MUEBLES DEL CENTRO, por su
supuesta responsabilidad al haber presentado documentación falsa o adulterada
ante la Entidad en el marco del procedimiento de selección. Los documentos
supuestamente falsos o adulterados, son los siguientes:
 El Contrato N° 27-2019-DREJ-TARMA del 12 de diciembre de 2018,
supuestamente suscrito por la Dirección Regional de Educación – Tarma y
el señor Capcha Orihuela Fernando Dennis.

 La Constancia de prestación de adquisición de bienes del 28 de diciembre


de 2018, supuestamente emitida por la Dirección Regional de Educación
Tarma.

Resolviendo así este tribunal, SANCIONAR a la empresa SEGAMA YAURI


ROXANA (con R.U.C. N° 10476266845), por el período de treinta y seis (36)
meses de inhabilitación temporal; SANCIONAR a la empresa CAPCHA
ORIHUELA FERNANDO DENNIS (con R.U.C. N° 10404216266), por el período
de treinta y ocho (38) meses de inhabilitación temporal; y SANCIONAR a la
empresa SERVICIOS MULTIPLES ANDFLAMEN S.R.L. (con R.U.C. N°
20541469738), por el período de treinta y seis (36) meses de inhabilitación
temporal.

Sin embargo, en su fundamentación no se ha tomado en consideración aspectos


constitucionales, mucho menos existe una motivación adecuada, lo cual vulnera
el derecho y los intereses del recurrente.

TERCERO.- Previamente hemos de señalar que,


La Ley de Contrataciones del Estado constituye el marco normativo que rige los
procedimientos de contratación efectuados al amparo del Sistema Nacional de
Abastecimiento. Asimismo consagra el régimen de infracciones y sanciones
aplicables a los referidos procedimientos de contratación y determina los límites a
los que se sujeta el Organismo Supervisor de las Contrataciones con el Estado
(OSCE) para el ejercicio de la potestad sancionadora que le ha sido encomendada.

El ejercicio de la potestad sancionadora


encomendada al Tribunal de Contrataciones del OSCE, en adición a la
observancia de los parámetros propios del régimen de infracciones y sanciones
administrativas del Sistema Nacional de Abastecimiento, se encuentra sujeto a
los límites propios del ejercicio de toda potestad administrativa, entre los que
desempeñan un rol fundamental el respeto de los principios del procedimiento
administrativo general y del sancionador en particular. Durante la tramitación de
todo procedimiento administrativo sancionador, el Tribunal de Contrataciones del
OSCE deberá aplicar el marco normativo legal propio del Sistema Nacional de
Abastecimiento, sin omitir su obligación de respetar principios tales como el de
causalidad, culpabilidad, presunción de licitud, entre otros, que operan respecto
del ejercicio de toda potestad sancionadora ejercida por cualquier entidad del
Estado.

Es así que, el Tribunal Constitucional ha


reconocido que el ejercicio de toda potestad sancionadora, así como la eventual
imposición de sanción administrativa, en total prescindencia del análisis de
elementos subjetivos (como es el caso nuestro, pues únicamente se ha tomado en
consideración elementos objetivos) constituye una conducta inconstitucional y,
por tanto, prohibida por el ordenamiento jurídico nacional.

Si bien se podría afirmar que el tipo infractor


recogido en el literal j) del numeral 1 del artículo 50.1 de la LCE es meramente
objetivo, la lógica argumentativa en virtud de la cual se sostiene dicha afirmación
implica el reconocimiento de la posibilidad de ejercer potestad sancionadora en
manifiesta inobservancia de principios básicos en materia de procedimiento
administrativo y procedimiento administrativo sancionador, lo que a todas luces
constituye el ejercicio ilegitimo de una potestad administrativa.

CUARTO.- Para la verificación en un caso


concreto de la comisión de la infracción contenida en el literal j) del numeral 1 del
artículo 50.1 de la LCE se deberá realizar, ineludiblemente, dos niveles de
análisis: (i) el primero, de carácter objetivo, relativo a la determinación previa de
la efectiva presentación de documentación falsa o, en su caso, de documentación
que contenga información inexacta; y, (ii) el segundo, de carácter subjetivo,
relativo a la evaluación de la existencia de responsabilidad por parte del
administrado respecto de la falsedad de dicha documentación o de la
inexactitud del contenido de la misma.

Por tanto, incluso en aquellos casos en los que se


haya verificado que la documentación presentada califica como falsa o que
contiene información inexacta, es imperativo verificar la existencia de
responsabilidad por parte del presunto agente infractor, para lo que
resulta fundamental determinar si este ha procedido con la debida
diligencia y mediando buena fe, en cuyo supuesto se le deberá eximir de
responsabilidad alguna. Hecho que no ha sido considerado al momento de
resolver la resolución impugnada.

Así también, en la Resolución N°


0434-2003/SCO- INDECOPI recaída en el Expediente N° 129- CP-2002/CRP-ODI
PUC, la Sala Concursal del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la
Propiedad Intelectual del INDECOPI, se busca distinguir entre una declaración
falsa y la simple declaración errónea, la cual es el resultado de un concepto
equivocado en la mente del administrado. La Sala señala que una declaración
errónea no determina una intencionalidad, es tan solo una falta de adecuación a
la realidad de forma involuntaria; sin embargo, la declaración falsa la determina y
evalúa en un marco de intencionalidad del agente, es decir, establece que para
emitir una declaración falsa debe configurarse la intencionalidad, y la finalidad es
engañar; hecho que no ha sucedido en el presente caso.

Asimismo, la Sala Concursal del INDECOPI señala


que las consecuencias de ambos actos son distintas, pues un error en la
declaración deberá evaluarse a fin de que dicha declaración no afecte el interés
colectivo; sin embargo, establece que toda declaración falsa es nula per se.

La referida Sala del INDECOPI señala también


que en la existencia de una error, debe evaluarse si este contiene un vicio
trascendental para la continuación del proceso administrativo, y determinarse si
existe un agravio que lleve como consecuencia a que se declare nulo dicho
procedimiento o que en tal sentido se pueda justificar la conservación del mismo.
En nuestro caso no inexiste un daño causado a la Entidad, no ha existido un
perjuicio del interés público pues, no se llegó a ejecutar en contrato, tampoco se
realizó transferencia de dinero alguno a favor del agente sancionado.

ARGUMENTOS QUE SUSTENTAN LA


INCONSTITUCIONALIDAD DE UN ANÁLISIS MERAMENTE OBJETIVO DEL
TIPO INFRACTOR CONSAGRADO EN EL LITERAL J) DEL NUMERAL 1 DEL
ARTÍCULO 50.1 DE LA LEY DE CONTRATACIONES DEL ESTADO.
QUINTO.- La lógica argumentativa seguida por el
Tribunal de Contrataciones del OSCE, no debe limitarse a un análisis meramente
objetivo, pues una postura que ampara un análisis meramente objetivo, no solo
es errónea, sino inconstitucional, pues nos lleva a admitir la existencia de tipos
infractores cuya comisión deja totalmente al margen el elemento subjetivo, cuya
consideración en materia sancionadora es fundamental.

Al respecto, se debe señalar que el régimen de


infracciones estipulado por la normativa que rige los procedimientos de
contratación con el Estado constituye, en última instancia, el presupuesto básico
sobre el cual el Estado en este caso, a través del Tribunal de Contrataciones del
Estado, ejerce su potestad sancionadora, la que de acuerdo con lo dispuesto por
el ordenamiento jurídico interno, solo puede ser ejercida en el marco de un
procedimiento administrativo sancionador; y el marco general aplicable al
ejercicio de las potestades conferidas a las diversas entidades del Estado se
encuentra consagrado en la Ley 27444, LPAG. Este dispositivo normativo, no solo
dedica un apartado específico a la regulación del procedimiento administrativo
sancionador, sino que además, establece las reglas mínimas de obligatorio
cumplimiento en materia sancionadora administrativa, ya que como bien ha
señalado la doctrina:

"La Ley 27444, no solo se normaron los


aspectos generales del procedimiento administrativo sancionador, fijando
el cauce por el cual deben desenvolverse las actuaciones de la
Administración Pública que ejerzan la potestad sancionadora basada en
sus respectivas normas sectoriales especiales, sino que también se ha
incorporado un conjunto de reglas generales sustantivas, compuestas por
una relación de principios y otras instituciones válidas para la aplicación
de cualquier régimen sancionador sectorial especial, es decir, consagra lo
que virtualmente podría denominarse la parte general del Derecho
Administrativo Sancionador".
Pese a que la aplicación supletoria de la referida
disposición normativa respecto de los procedimientos especiales (como es el caso
de los procedimientos sometidos a la normativa de contrataciones con el Estado)
es ampliamente reconocida por la legislación y la doctrina, esta última no duda
en afirmar que "(...) esta supletoriedad no habilitará al legislador a desnaturalizar
o negar los principios ya declarados, en la medida que se trata de la aplicación
concreta de derechos y principios superiores que poseen base constitucional.
SESTO.- Por tanto, los procedimientos seguidos
ante el Tribunal de Contrataciones del OSCE, a través de los que este hace
ejercicio de su potestad sancionadora, deberán tramitarse en observancia y
respeto, de entre otros, los siguientes principios:

Principio de causalidad

El procedimiento administrativo sancionador tiene


por finalidad determinar con cierto grado de verosimilitud y de forma fehaciente,
que el sujeto infractor es el responsable de la infracción administrativa cuya
comisión se le atribuye. Y, en materia sancionadora administrativa, el principio
de causalidad establece que la sanción a imponer como consecuencia del ejercicio
de la potestad sancionadora que le ha sido encomendada a la Administración
Pública, debe recaer sobre la persona que realiza la conducta, omisiva o activa,
constitutiva de infracción sancionable." En esta línea, el Tribunal Constitucional
ha señalado, por ejemplo, que "no es posible sancionar por un acto ilícito cuya
realización se imputa a un tercero"; afirmación que responde a la necesidad de
que la sanción se imponga al verdadero responsable de la conducta infractora.

Por tal motivo, solo sería culpable el autor


inmediato de la conducta ilícita y no los colaboradores o instigadores, tema que
lleva a concluir que la responsabilidad en materia sancionadora administrativa es
subjetiva, haciendo necesario definir el nexo causal entre el sujeto y la conducta
ilícita, razón por la cual, además, no cabe atribuir responsabilidades solidarias.

Principio de culpabilidad

El principio de culpabilidad constituye un límite a


la potestad sancionadora del Estado y una garantía a favor del administrado,
toda vez que en virtud de este la imposición de una sanción presupone la
existencia y el análisis, no solo de elementos objetivos, sino de elementos
subjetivos en la comisión de la infracción administrativa a sancionar. NIETO
afirma que al amparo de este principio "no se puede sancionar a quien no pudo
conocer la antijuridicidad de su acción y debe atenuarse la responsabilidad de
quien no la conoció aunque pudo conocerla, pero se debe ser riguroso (no
irrazonable) en la exigencia del deber de diligencia cuando implica el
conocimiento de normas que rigen la actuación del ciudadano (...)

Por tanto, si bien parece factible afirmar que la


normativa puede prever supuestos en los que el análisis de la culpabilidad es
innecesario para la configuración de una infracción y para la eventual imposición
de una sanción administrativa, dicha interpretación es errónea.

Lo expuesto cuenta con el respaldo del Tribunal


Constitucional, que luego de haber reconocido en múltiples oportunidades que
los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen
principios básicos del derecho sancionador, que no solo se aplican en el ámbito
del derecho penal, sino también en el del derecho administrativo, ha precisado
que "el limite a la potestad sancionatoria del Estado está representado por el
principio de culpabilidad".

Sobre el particular, el máximo intérprete de la


Constitución afirma que "es inconstitucional el sentido interpretativo que excluye
del tipo cualquier referencia a la responsabilidad o culpabilidad del sujeto, toda
vez que "[el principio de culpabilidad es una garantía y al mismo tiempo un límite
a la potestad punitiva del Estado (...) Por tanto, toda vez que "no basta la sola
afectación opuesta en peligro de determinados bienes jurídicos", la metodología
de análisis para la determinación de la efectiva comisión de una infracción, que
excluya la verificación de la existencia de elementos subjetivos, "resulta
atentatoria del principio de culpabilidad, que, como exigencia de la cláusula del
Estado de Derecho, se deriva como un principio constitucional implícito que
limita la potestad punitiva del Estado:

En tal sentido, se puede concluir que el Tribunal


Constitucional mantiene una postura manifiesta- mente en contra, incluso en el
ámbito del Derecho Administrativo, de la admisibilidad de infracciones cuya
interpretación sea meramente objetiva, por lo que en el Derecho Administrativo
Sancionador la regla general será que para poder sancionar a un administrado,
en aplicación del principio de culpabilidad, más allá de la efectiva verificación de
elementos objetivos y de la aplicación del principio de personalidad, se deberá
exigir la existencia de dolo o (como regla general) de culpa en la conducta
cuestionada por parte del imputado.

SEPTIMO.- Si bien el análisis literal de lo


dispuesto por la legislación interna en materia de contrataciones con el Estado,
puede llevarnos a concluir que existen tipos infractores meramente objetivos, el
Tribunal Constitucional ha sido enfático en señalar que el ejercicio de la potestad
sanciona- dora y la aplicación de sanciones administrativas por parte de la
Administración Pública, para ser legítimos, se encuentra condicionado a la
observancia de los principios básicos que le son aplicables, haciendo exigible,
además, el análisis de elementos subjetivos. Sobre el particular, el referido
Tribunal ha señalado que:

"La aplicación de una sanción administrativa


constituye la manifestación del ejercicio de la potestad sancionadora de la
Administración. Como toda potestad, no obstante, en el contexto de un Estado de
Derecho (artículo 3º Constitución), está condicionada en cuanto a su propia
validez, al respeto de la Constitución, los principios constitucionales, y, en
particular, la observancia de los derechos fundamentales. Al respecto debe
resaltarse la vinculatoriedad de la Administración en la prosecución de
procedimientos administrativos disciplinarias, al irrestricto respeto del derecho al
debido proceso y, en consecuencia, de los derechos fundamentales procesales y
de los principios constitucionales (Vg. Legalidad, razonabilidad, proporcionalidad,
interdicción de la arbitrariedad) que lo conforman

A la luz de lo expuesto, resulta evidente que


amparar un análisis interpretativo meramente objetivo de la infracción
contemplada en el literal j) del artículo 50.11 de la LCE, si bien parecería ser
concordante con lo expresamente dispuesto por dicha norma, entraría en
conflicto manifiesto con los valores máximos del ordenamiento jurídico
administrativo nacional, debido a que dicha interpretación:

 Contraviene el principio de causalidad, al amparar la posibilidad de


ejercer potestad sancionadora sin tomar en cuenta la existencia de
responsabilidad respecto a la comisión de la conducta u omisión
que califica objetivamente como infracción administrativa,
prescindiéndose de factores de atribución.
 Contraviene el principio de culpabilidad, al amparar la posibilidad
de ejercer potestad sancionadora dejando totalmente de lado
cualquier referencia a la responsabilidad o culpabilidad del
presunto agente infractor.

 Contraviene el principio de licitud, al am- parar la posibilidad de


ejercer potestad sancionadora pese a no existir pruebas que
determinen la responsabilidad del presunto agente infractor
respecto a la conducta u omisión calificada como infracción
administrativa.

Por tanto, interpretar el tipo infractor materia de


análisis como un tipo meramente objetivo, conlleva admitir la posibilidad de que
la Administración Pública ejerza de manera inconstitucional la potestad
sancionadora que le ha sido atribuida.

OCTAVO.- En conclusión, como lo ha señalado el


Tribunal Constitucional, una interpretación que excluya del análisis de cualquier
tipo infractor el elemento subjetivo, es inconstitucional al atentar contra el
principio de culpabilidad que limita la potestad punitiva del Estado.

En este sentido, pese a que pueden existir tipos


infractores que prescinden en su tipificación al elemento subjetivo, se debe tener
en cuenta que la determinación de responsabilidad constituye un aspecto
intrínseco al ejercicio de la potestad punitiva del Estado en sus diversas
manifestaciones -tanto penal como administrativa, y como tal se sujeta a la
observancia de una serie de principios, entre los que se encuentra el principio de
culpabilidad.

Acorde con lo señalado por el Tribunal


Constitucional, en nuestro ordenamiento jurídico nacional, dicho principio surge
como una exigencia de la cláusula del Estado de Derecho, y se deriva como un
principio constitucional implícito que limita la potestad punitiva estatal. En este
orden de ideas, se reconoce que pese a que no ha sido señalado expresamente, se
considera inconstitucional cualquier sentido interpretativo que excluya del tipo
infractor el análisis de elementos subjetivos determinantes de la responsabilidad
del sujeto infractor
En este orden de ideas, al constituirse como
máxima básica el principio según el cual no hay pena sin dolo o culpa, para que
el ejercicio de potestad sancionadora por parte del Estado-incluyendo la potestad
sancionadora administrativa-sea legítimo, deberá ejercerse como consecuencia no
solo de la verificación de la comisión de la conducta tipificada como infracción
sino, además, de la verificación de la existencia de dolo o culpa como elementos
determinantes de la responsabilidad del presunto agente infractor, toda vez que el
ejercicio de dicha potestad sobre la base de un análisis meramente objetivo de las
circunstancias deviene en inconstitucional.

Por tanto, la determinación de responsabilidad


administrativa derivada de la tramitación de un procedimiento administrativo
sancionador, de- berá efectuarse sobre la base de la verificación de la
concurrencia del elemento objetivo que determina al tipo infractor y del elemento
subjetivo, independientemente de si el tipo infractor lo contempla expresamente o
no.

AGRAVIO:
NOVENO.- Cabe mencionar que toda Resolución
Administrativa debe ser debidamente motivada, conforme a los Principios de
debida motivación de resoluciones administrativas, contempladas en la Ley
General de Procedimientos Administrativos N° 27444, empero la cuestionada
Resolución DEL Tribunal de Contrataciones no ha tomado en cuenta los
fundamentos previstos en el transcurso de este procedimiento; pues no se puede
imponer una sanción, sin que previamente se conceda el derecho de defensa al
presunto infractor y se emita el dictamen correspondiente.
Entonces, fundamento el presente recurso de
RECONSIDERACIÓN adicionalmente en base a la violación del principio de
debida motivación de resoluciones administrativas, dado que, “Los
administrados gozan de todos los derechos y garantías inherentes al debido
procedimiento administrativo que comprende exponer sus argumentos, a ofrecer y
producir pruebas y a obtener una decisión motivada y fundada en derecho.
(…)”, así lo establece el numeral 1.2 del Art. IV del Título Preliminar de la Ley
27444.
Asimismo, el Tribunal Constitucional en reiteradas Sentencias ha
establecido claramente que la motivación de las Resoluciones
Administrativas constituye una garantía constitucional, tal como se aprecia
en los fundamentos 4 al 8 del EXP. N.° 04123-2011-PA/TC, y EXP. N.°
00744-2011-PA/TC.
 
“[…][E]l derecho a la motivación de las resoluciones administrativas es de especial
relevancia. Consiste en el derecho a la certeza, el cual supone la garantía de
todo administrado a que las sentencias estén motivadas, es decir, que exista
un razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las leyes que se aplican.
[…]
La motivación de la actuación administrativa, es decir, la
fundamentación con los razonamientos en que se apoya, es una
exigencia ineludible para todo tipo de actos administrativos,
imponiéndose las mismas razones para exigirla tanto respecto de
actos emanados de una potestad reglada como discrecional.
El tema de la motivación del acto administrativo es una cuestión
clave en el ordenamiento jurídico-administrativo, y es objeto
central de control integral por el juez constitucional de la
actividad administrativa y la consiguiente supresión de los
ámbitos de inmunidad jurisdiccional.
Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia
efectiva del principio de legalidad, presupuesto ineludible de todo
Estado de derecho. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación
que existe entre la actividad administrativa y los derechos de las
personas. Es indiscutible que la exigencia de motivación
suficiente de sus actos es una garantía de razonabilidad y no
arbitrariedad de la decisión administrativa.
En esa medida, la falta de motivación o su insuficiencia
constituye una arbitrariedad e ilegalidad, en la medida en que es
una condición impuesta por la Ley N.° 27444. Así, la falta de
fundamento racional suficiente de una actuación administrativa
es por sí sola contraria a las garantías del debido procedimiento
administrativo” (STC 00091-2005-PA/TC, fundamento 9, párrafos
3, 5 a 8, criterio reiterado en STC 294-2005-PA/TC, STC 5514-
2005-PA/TC, entre otras). 
 
Adicionalmente se ha determinado en la STC 8495-2006-PA/TC
que: “un acto administrativo dictado al amparo de una potestad
discrecional legalmente establecida resulta arbitrario cuando sólo
expresa la apreciación individual de quien ejerce la competencia
administrativa, o cuando el órgano administrativo, al adoptar la
decisión, no motiva o expresa las razones que lo han conducido a
adoptar tal decisión. De modo que, motivar una decisión no sólo
significa expresar únicamente bajo qué norma legal se expide el
acto administrativo, sino, fundamentalmente, exponer en forma
sucinta –pero suficiente– las razones de hecho y el sustento
jurídico que justifican la decisión tomada”. (Fundamento 4to).
 
DÉCIMO.- Por tanto la motivación de actos
administrativos constituye una garantía constitucional del administrado que
busca evitar la arbitrariedad de la Administración al emitir actos administrativos.
En ese sentido, la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, en el
artículo IV del Título Preliminar establece que el debido procedimiento es uno de
los principios del procedimiento administrativo. En atención a este se reconoce
que “Los administrados gozan de todos los derechos y garantías inherentes al
debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a exponer sus
argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y
fundada en derecho (…)”.(Fundamento 5to).
 
A su turno los artículos 3.4, 6.1, 6.2, y 6.3 la Ley
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, señalan respectivamente
que para su validez “El acto administrativo debe estar debidamente
motivado en proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico; La
motivación deberá ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los
hechos probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones
jurídicas y normativas que con referencia directa a los anteriores justifican el acto
adoptado; Puede motivarse mediante la declaración de conformidad con los
fundamentos y conclusiones de anteriores dictámenes, decisiones o informes
obrantes en el expediente, a condición de que se les identifique de modo certero, y
que por esta situación constituyan parte integrante del respectivo acto; y que, No
son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto” (Fundamento 6to).
En conclusión, ya habiendo sido argumentado
nuestro recurso de Reconsideración frente a lo resuelto por LA SEGUNDA SALA
DEL TRIBUNAL DE CONTRATACIONES DEL ESTADO - OSCE, al emitir la
RESOLUCIÓN Nº 00865-2023-TCE-S2 de fecha 17 de febrero del 2023,, y ante
la existencia de suficiente amparo tanto de hecho como de derecho; solicito
declare Fundado mi recurso.

III.- FUNDAMENTO DE DERECHO:


- Que, amparo el presente recurso en lo establecido en el Art. 2º Núm. 23
de nuestra Constitución Política del Perú.
- Artículo IV.- Principios del procedimiento administrativo de la Ley del
Procedimiento Administrativo General N° 27444
- Artículos 3 y 6 de la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General, respecto a la validez y motivación de los actos administrativos.
- El Inc. a) del numeral 218.1 del Art. 218° y 219° de la Ley del
Procedimiento Administrativo General N° 27444.

IV.- MEDIOS PROBATORIOS Y ANEXOS:


 El mérito de la RESOLUCIÓN Nº 00865-2023-TCE-S2 de fecha 17 de
febrero del 2023.

POR LO EXPUESTO:
Pido a Ud. Declarar de FUNDADA la
RECONSIDERACIÓN presentada y por consiguiente NULA la RESOLUCIÓN Nº
00865-2023-TCE-S2 de fecha 17 de febrero del 2023, y siendo reformada,
emitir nueva Resolución.

Huancayo, 03 de abril de 2023

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