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De la violación de 'La Manada' de Pamplona al

consentimiento expreso: así se ha fraguado la ley del


'solo sí es sí'

Más de tres años después de que las calles clamaran por un cambio legal en la
forma de juzgar los delitos sexuales y un año y cuatro meses desde el inicio de la
tramitación de la norma, este martes el Consejo de Ministros aprueba el texto que
aún tendrá que pasar por el trámite parlamentario.

Manifestación de estudiantes en Madrid contr la sentencia de 'La Manada' (Foto de


archivo). — A. Pérez / EUROPA PRESS
MADRID
05/07/2021 22:46 ACTUALIZADO: 06/07/2021 08:44
MARISA KOHAN@KOHANM

Este martes el Consejo de Ministros aprobará en segunda vuelta la ley de Libertad


Sexual, más conocida como ley del 'solo sí es sí' popularizado en las manifestaciones
contra la sentencia de La Manada. Se cierra así un largo periplo para acometer
cambios legales de calado en relación a los delitos sexuales que se inició en la
primavera de 2018 y que no ha estado exenta de polémicas, retrasos y disputas políticas
y judiciales. 
El germen de esta ley hay que buscarlo en la primera sentencia contra La Manada de
Pamplona que se hizo pública el el 26 de abril de 2018. Para entonces, los ánimos en
gran parte de la sociedad ya estaban bien caldeados. Una serie de actuaciones de la
Justicia habían enervado los ánimos de las organizaciones feministas. El hecho de que la
sala segunda de la Audiencia de Navarra admitiera un informe elaborado por un
detective privado pagado por uno de los acusados que indagaba en la vida de la víctima
tras la violación y las filtraciones sobre las reiteradas preguntas hacia la joven
durante el juicio para que demostrara si efectivamente se había resistido, habían
elevado la tensión social. 
Por eso, cuando se conoció el fallo el grito de injusticia fue general. Las masivas
manifestaciones convocadas en ciudades de toda España bajo el lema "no es abuso, es
violación" o "solo sí es sí", mostraron la enorme distancia de la sociedad con una
Justicia que era capaz de describir en los hechos probados de la sentencia una violación
en toda regla, pero que sin embargo condenó a los autores por abuso sexual porque
no pudieron establecer que el encierro de una joven de 18 años en un cubículo diminuto,
rodeada por cinco hombres que la penetraron por todos lados, se hubiera realizado con
violencia o intimidación. 

El CGPJ se opone por unanimidad a los ejes principales de la ley del 'sólo sí
es sí'
MARISA KOHAN
El voto particular de juez Ricardo González que no vio en los hechos una violación,
sino un "ambiente de jolgorio y regocijo" y que reclamaba la libre absolución de los
acusados, acabó de encender la mecha. El descontento social llegó a tal nivel que esa
misma semana el entonces ministro de Justicia de Rajoy, Rafael Catalá, anunció que
estudiaría un posible cambio del Código Penal. Un hecho que volvió a mostrar hasta
qué punto algunos órganos judiciales están dominados por hombres y faltos de igualdad.
La Comisión de Codificación Penal encargada de esa revisión estaba compuesta por 20
hombres y ninguna mujer. Para paliar la discriminación, Catalá nombró a dedo a cinco
mujeres juristas de prestigio, para intentar equilibrar la balanza y acallar las críticas,
pero tras la primera sesión la comisión se disolvió hasta no ser realmente paritaria.
Los retrasos y las diversas convocatorias electorales tras la moción de censura contra el
Gobierno de Rajoy, dilataron aún más en el tiempo el cambio de la ley.

Una prioridad del Gobierno de coalición

El nuevo Gobierno de Coalición surgido de las últimas elecciones generales (los


comicios se repitieron por la imposibilidad de llegar a acuerdos), se comprometió a
hacer de este cambio legal una prioridad y una ley que reformara conceptos clave y
que se adecuara a las exigencias del Convenio de Estambul, uno de los tratados sobre
derechos humanos de las mujeres más importantes que había sido impulsado por el
Consejo de Europa en 2011 y ratificado por nuestro país en 2014. Este convenio exige a
los estados firmantes juzgar los delitos contra la libertad sexual en función del
consentimiento y no en función de la fuerza ejercida sobre la víctima, la
intimidación que provocan sobre ella o las acciones de ésta para oponerse a dicha
agresión. Tal como había quedado patente en infinidad de informaciones en torno a la
víctima de La Manada, las víctimas de este tipo de violencia suelen paralizarse y entrar
en shock o actuar de forma que la agresión pase lo más rápido posible e intentan evitar
una violencia aún más extrema. 

El Gobierno aprobará este martes la ley del 'solo sí es sí' con una definición
del consentimiento en positivo
Pone el consentimiento en el centro
Por eso, el texto presentado por Igualdad y aprobado en el Consejo de Ministros el 3 de
marzo de 2020 para iniciar su trámite, ponía el consentimiento en el centro, tal como
anunció la Ministra de igualdad, Irene Montero, al presentar la ley. También proponía
la eliminación del delito de abuso sexual para dejar un único delito de agresión
sexual (violación), con una graduación de penas que iban de más leve a más graves,
dependiendo de las circunstancias. Con ello se solucionaba otro impedimento que
presenta nuestro Código Penal: que considera un abuso sexual cualquier situación en la
que la víctima no puede negarse o presentar resistencia por estar bajo los efectos de
sustancias o por cualquier tipo de discapacidad. 

El trámite no fue sencillo y estuvo plagado de desencuentros políticos entre los


socios de Gobierno (el ministerio de Justicia tuvo muchos reparos al texto de Igualdad)
y de desencuentros con el Consejo General del Poder Judicial, uno de los órganos
consultivos por los que es obligatorio que pasen los anteproyectos de ley, aunque su
valoración no es vinculante.

El CGPJ tardó más de cuatro meses en revisar la ley y emitir un informe, que fue muy
negativo. Entre otras cosas consideraba "innecesaria" la definición del consentimiento
en la ley de la que dijo que "se estarían alterando de modo sustancial las normas sobre la
carga de la prueba en el proceso penal", y  criticaba la eliminación de la figura del
abuso sexual y la creación de una única categoría delictiva  del Código Penal. El
órgano del gobierno de los jueces rechazaba la posible creación de juzgados especiales
para juzgar la violencia sexual. 
La ley del 'solo sí es sí' contempla la reparación jurídica y económica a las
víctimas de violencia sexual
MARISA KOHAN
Finalmente el último de los órganos consultivos, el Consejo de Estado, aprobó por
unanimidad su dictamen sobre el anteproyecto de ley. 

Lo fundamental se mantiene
Los principios fundamentales de la ley siguen intactos, afirman desde Igualdad. El
consentimiento seguirá siendo el centro de la norma aunque su redacción ha
cambiado levemente y habrá sólo un delito penal de agresión sexual. La definición de
consentimiento está ahora escrito en positivo, tal como recomendó el Consejo Fiscal.
Afirma que "solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado
libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de
manera clara la voluntad de la persona". Todo lo que no sea expresamente consentido
será considerado agresión sexual (violación).
En su camino, el texto ha incorporado importantes mejoras sobre la protección de
menores víctimas de este tipo de violencias y en medidas para asegurar la reparación, no
sólo jurídica, sino también económica de las víctimas de agresiones sexuales. 
El ministerio que dirige Irene Montero esperaba aprobar el texto en un Consejo de
Ministros que coincidiera con el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, pero se ha
retrasado hasta ahora. Un año y cuatro meses después de que la ley iniciara su andadura,
finalmente este martes tendrá el visto bueno del Consejo de Ministros para que continúe
su trámite legal en el Parlamento, donde su texto podría volver a ser modificado por las
enmiendas de los diversos partidos. 

Más de tres años después de que las calles clamaran por un cambio legal en lo relativo a
los delitos sexuales, la ley iniciará otro camino legislativo que podría retrasar su
aprobación definitiva a 2022.

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